El hallazgo de un esqueleto encadenado demuestra por primera vez la trágica historia de los esclavos en la Gran Bretaña romana

Grilletes de entierro romano encontrados en el esqueleto en Great Casterton. Crédito: MOLA

Un cuerpo encontrado enterrado en una zanja en 2015 por trabajadores de la construcción en el pueblo de Great Casterton, al este de las Midlands, en Inglaterra, ha arrojado nueva luz sobre la esclavitud romana en Gran Bretaña. Un nuevo análisis del esqueleto y el entierro ha revelado que el cuerpo masculino probablemente era el de un esclavo que dataría entre los años 226 y 427 d. C., según el análisis de radiocarbonado realizado, informa el Museo de Arqueología de Londres (MOLA).

Aunque no hay una causa obvia de la muerte, el esqueleto mostraba evidencias de lesiones traumáticas de las que se había recuperado el hombre al que pertenecía. No había ataúd ni ajuar funerario (objetos enterrados junto al cuerpo). La tumba era poco profunda y cavada en una zanja. El cadáver no se colocó con cuidado, tal como era la norma en los entierros romanos, y tenía unas esposas o grilletes en los tobillos (quien lo dejó en el lugar de entierro no se molestó en quitárselos). Toda esta evidencia sugiere que el hombre era un esclavo.

Las narrativas comunes tienden a enfatizar los beneficios derivados del Imperio Romano para la civilización: las carreteras, las ciudades y las villas. Si bien es cierto que el dominio romano transformó el paisaje de Gran Bretaña, también trajo consigo una nueva economía y, con ello, la imposición de los sistemas romanos de explotación, incluido el trabajo esclavo.

Radiografía de los grilletes de hierro y candado que muestra el detalle del mecanismo de bloqueo.

Trabajo esclavo en Gran Bretaña

Parece probable que los primeros esclavos romanos en Gran Bretaña vinieran con la invasión que Roma llevó a cabo en el 43 d.C. Los soldados más ricos tenían esclavos para atenderlos y los oficiales traían esclavos domésticos que trabajaban no solo como sirvientes, sino también como personal administrativo. A medida que la provincia crecía, los comerciantes llegaron y trajeron esclavos para administrar sus hogares y negocios.

Es poco probable que el esclavo de Great Casterton provenga de esta clasificación doméstica de la población esclavizada. Los grilletes que se le encontraron y el castigo que había sufrido su cuerpo sugieren que el esqueleto pertenecía a un trabajador manual. Los romanos encadenaron al menos a algunos de sus esclavos agrícolas, por lo que este hombre probablemente fuera un trabajador destinado a los campos de una de las grandes propiedades que se estaban desarrollando en el sur de Gran Bretaña durante el siglo III d. C.

"Para los esclavos los grilletes eran tanto una forma de encarcelamiento como un método de castigo, una fuente de malestar, dolor y estigma que pueden haber dejado cicatrices incluso después de haber sido retirados", dijo Michael Marshall (izquierda), especialista en hallazgos del MOLA.

"Sin embargo, el descubrimiento de grilletes en un entierro sugiere que pueden haber sido utilizados para ejercer poder sobre los cadáveres así como sobre los vivos, dando a entender que algunas de las consecuencias simbólicas del encarcelamiento y la esclavitud podrían extenderse incluso más allá de la muerte", afirmó.

Los historiadores han asociado la esclavitud masiva llevada a cabo por Roma con el período de su expansión imperial, desde aproximadamente 200 a. C. hasta 100 d. C. Las personas eran un elemento significativo de la riqueza que los romanos extraían de los territorios conquistados. La abundancia de mano de obra esclava y su bajo costo permitió el desarrollo de grandes haciendas y los esclavos se volvieron omnipresentes en la Italia romana.

El esclavo de Great Casterton, sin embargo, cae fuera de ese período de tiempo y se sitúa en los márgenes fronterizos del Imperio Romano. Evidentemente, su presencia no fue el resultado de una campaña de conquista, sino de un sistema económico que dependía del trabajo esclavo y, en consecuencia, mantenía una trata de los mismos.

Esqueleto y grilletes de hierro 'in situ', mirando hacia el oeste.

Plano del entierro

Comparaciones con la trata de esclavos en el Atlántico

Al igual que con la esclavitud atlántica, la trata de esclavos en Roma surgió de un nexo de oportunidades comerciales, una demanda de trabajo y la voluntad de emplear la violencia de la esclavitud. Las ganancias se generaron a partir de la explotación comercial de este tipo de mano de obra sometida. Si bien los romanos podían utilizar mano de obra asalariada en propiedades comerciales, el trabajo de los esclavos pudo haber proporcionado tales beneficios económicos a su ddueños que ello acabó por socavar el trabajo de mano de obra libre asalariada.

El uso de esclavos encadenados parece haberse limitado a ciertas regiones, pero se conocen esclavos de este tipo en Italia y Galia, y ahora podemos decir que muy probablemente en Gran Bretaña. Las grandes haciendas esclavistas fueron características de la economía del Imperio Romano hasta el siglo V d. C.

Podemos asumir que el sistema dependía de una abundancia de esclavos baratos cuya misma disposición permitía una explotación extrema (este fue ciertamente el caso de la esclavitud atlántica). En los siglos XVII y XVIII, miles de personas pudieron ser capturadas y esclavizadas en el África subsahariana en grandes cantidades y a un costo mínimo. En los siglos de la expansión imperial romana, poblaciones enteras fueron sometidas a esclavitud y vendidas en los mercados esclavistas del Mediterráneo, como, por ejemplo, en la isla griega de Delos.

Formación perióstica de hueso nuevo y corrosión por acción del hierro en las tibias distales derecha e izquierda (escala 2cm).

Muchos fueron transportados a Italia y proporcionaron mano de obra para las grandes haciendas agrícolas que se desarrollaron a partir de finales del siglo II en adelante y que fueron una fuente de gran riqueza para la élite política de Roma. Las fuentes de esclavos en el período romano posterior son menos obvias. Sin embargo, los esclavos eran omnipresentes: los resultados del censo de Egipto sugieren que más del 10% de la población eran esclavos. Cabría esperar proporciones más altas en el occidente del Imperio Romano.

Satisfacer la demanda de esclavos durante el siglo III d.C. requirió de capturadores de los mismos y comerciantes operando dentro y más allá de las fronteras de Roma. El bandidaje y la piratería fueron apoyados en la venta de cautivos en los mercados de esclavos romanos. La esclavitud masiva y la esclavitud fueron fundamentales para el sistema económico romano y su muy admirada civilización.

El esclavo de Great Casterton da fe no solo de la naturaleza económica de Roma, sino también de sus culturas de interacción humana. Al igual que con la esclavitud atlántica, la "fabricación" del esclavo requería de una brutalidad sistémica y de una ausencia de empatía. Sepultado a pocos metros de un cementerio romano, al esclavo de Great Casterton se le negó la dignidad en la muerte, y ahora sirve como ejemplo mártir de una civilización que lo golpeó, lo encadenó y finalmente lo arrojó a una zanja.

Fuentes: phys.org | elmundo.es | 11 de junio de 2021

Descubren una curiosa basílica paleocristiana en Cataluña

Foto: MAC-Ampurias

En el sector de Santa Margarita, al oeste de la colina de Ampurias, en la localidad gerundense de La Escala, las ultimas excavaciones arqueológicas que aquí han tenido lugar han sacado a la luz los restos de la basílica-catedral del antiguo obispado de Ampurias, una de las edificaciones más importantes del conjunto episcopal emporitano de época tardoantigua, una imponente construcción de tres naves situada inmediatamente al norte del yacimiento.

El objetivo de estas excavaciones ha sido determinar la naturaleza y la función de las edificaciones situadas al norte de la actual iglesia de Santa Margarita, un lugar en el que los anteriores trabajos ya habían confirmado que se emplazaba el conjunto episcopal tardoantiguo de Ampurias y que sus estructuras constituían el epicentro del nuevo núcleo de hábitat surgido tras el abandono de la ciudad romana.

Las excavaciones arqueológicas, que han sido llevadas a cabo entre el 6 de abril y el 12 de mayo por un equipo de arqueólogos del Museo de Arqueología de Cataluña-Ampurias, se incluyen dentro del actual proyecto de investigación arqueológica, que empezó en 2018 y se alargará durante este año 2021. Los trabajos, que se han centrado sobre todo en el estudio de las antiguas áreas portuarias de Ampurias, se han impulsado desde el Museo de Arqueología de Cataluña y el Servicio de Arqueología y Paleontología del Departamento de Cultura de la Generalidad de Cataluña, y han contado, también, con la financiación del Ayuntamiento de La Escala. Así mismo, ha sido fundamental para ello la colaboración de los propietarios de los terrenos donde se han descubierto los restos.

El puerto griego en Ampurias, en la La Escala (Gerona). Foto: iStock.

Un edificio momumental

A pesar de la superposición de restos medievales posteriores, los arqueólogos están convencidos de que el avance de las excavaciones permitirá reconstruir la planta completa del edificio. De este conjunto episcopal de Santa Margarita conocemos ahora varios edificios, entre los que se encuentran el baptisterio, de planta cuadrada y con la piscina bautismal en el centro y, ahora también, la basílica. La excavación del sector del ábside y de una parte de la nave central y lateral sur ha permitido, por primera vez, conocer con bastante detalle el aspecto de esta construcción.

El ábside de la basílica estaba orientado a Levante y constaba de una zona donde se disponía el altar, que se sustentaba con un antiguo pedestal de escultura con una inscripción, proveniente del foro de la ciudad romana, posiblemente dedicada a un tal Manio Cornelio Saturnino, que fue magistrado de Emporiae durante siglo II d.C. A ambos lados del altar, y debajo del pavimento, yacían dos sarcófagos de piedra, uno de ellos con un agujero superior para ver y tocar las reliquias de un personaje que, según la inscripción conservada en uno de los lados, se llamaba Secundus.

Monedas de bronce halladas en durante las excavaciones. MAC.

Delante del altar había también un espacio o presbiterio, y a un nivel inferior, la zona del coro reservada a los miembros del clero. En torno a esta zona privilegiada, con el tiempo se dispusieron también otros enterramientos con sarcófagos de piedra y cubierta a doble vertiente. En relación con una de las reformas de la basílica, se ha recuperado un tesorillo compuesto por 184 monedas de bronce, que fueron acuñadas entre los siglos IV y V d.C.

La intervención llevada a cabo por los arqueólogos sólo ha podido descubrir de momento una parte de la planta de la basílica, pero los elementos conservados, como los pilares de la nave sur, permiten estimar que la anchura del edificio fue aproximadamente de entre 13 y 14 metros y que su longitud sería superior a los 20 metros. La basílica y el baptisterio se emplazaban en la parte este de una plaza, en la cual se supone había también las otras edificaciones que completarían el complejo episcopal, como el palacio del obispo, y que todavía no se han descubierto.

Detalle de la excavación de la basílica de Santa Margarita. Se aprecia la presencia de varios sarcófagos.
Foto: MAC-Ampurias.

Varios siglos de uso

El origen de este complejo se remonta a finales del siglo IV y, con las sucesivas reformas, parece que perduró hasta finales del siglo VII o inicios del siglo VIII. La pérdida de la sede episcopal emporitana, que ya en el siglo IX había quedado incorporada en la de Gerona, explica las transformaciones posteriores. A partir de entonces, sobre de los restos de la nave central y el ábside de la antigua basílica se erigió una pequeña iglesia que presenta varias fases y reformas que han permitido a los investigadores seguir la evolución de este sector hasta el siglo XIV.

Paralelamente, en el espacio del antiguo baptisterio se construyó una segunda iglesia, dedicada a Santa Margarita, que perduró como espacio de culto hasta el siglo XVIII. Al abrigo de estas edificaciones religiosas se desarrolló un importante cementerio, con varias fases de enterramientos.

El proyecto arqueológico se ha centrado sobre todo en tres grandes etapas históricas del conjunto emporitano, fundamentales para entender y explicar su evolución histórica, tomando como hilo conductor los espacios portuarios. La primera etapa corresponde a la fundación del establecimiento griego focense, en el siglo VI a.C.; la segunda, al momento de llegada de los romanos hacia el siglo II a.C. y, finalmente, la tercera, datada en el siglo VI d.C., momento en el que los núcleos de población tradicionales de la ciudad griega y la ciudad romana se habían ya abandonado y en el que el poblamiento se concentró en San Martín de Ampurias y el sector de Santa Margarita.

Entrada al pueblo de San Martín de Ampurias. Foto: iStock.

Asimismo, los estudios de paleopaisaje del territorio demuestran que en la última etapa, el hábitat de Santa Margarita estaba situado al lado del estuario del río Ter, que entonces desembocaba justo al norte del promontorio de San Martín de Ampurias. Las prospecciones geofísicas realizadas en esta zona, previas a la intervención arqueológica, han confirmado así que este hábitat tenía una extensión mínima de dos hectáreas y que estaba conectado directamente con San Martín a través de un camino que pasaba por la parte baja de la colina de Ampurias.

Este singular descubrimiento se añade al de otros conjuntos episcopales de este período en Cataluña, como los de Egara (Tarrasa), Barcino (Barcelona) o Tarraco (Tarragona).

Fuentes: nationalgeographic.com.es | elmundo.es | 14 de junio de 2021

Santander acoge en el MUPAC la exposición 'Vida y muerte en Cantabria. Nuestra historia a través de los restos humanos'

De izquierda a derecha: Marián Cueto, comisaria de la muestra, Gema Agudo, directora general de Acción Cultural y Roberto Ontañón, director del MUPAC, inspeccionan las vitrinas de la exposición.

El Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC) acoge hasta final de año una exposición que muestra cómo los restos humanos sirven para conocer la historia de la región a través de la información que aportan sobre cómo vivieron y murieron las personas.

La muestra, titulada 'Vida y muerte en Cantabria. Nuestra historia a través de los restos humanos', ha sido presentada este viernes por la directora general de Acción Cultural, Gema Agudo; el director del MUPAC y de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria, Roberto Ontañón; y Marián Cueto, comisaria de la muestra junto a Edgar Camarós.

La exposición recoge restos arqueológicos y antropológicos hallados en la región en la Prehistoria y la Edad Media para explicar toda la información que se puede obtener a través de ellos. Los originales se entremezclan con algunas réplicas construidas mediante impresión 3D para dar a conocer la utilidad de este método, que permite mostrar algunos materiales que son muy delicados y no se pueden exponer.

Además, se utilizará para mejorar la accesibilidad del museo y dar a conocer las piezas a personas con discapacidad visual, ya que al ser réplicas las podrán tocar al tiempo que se les explican. Además de estas piezas, la exposición incluye varias ilustraciones de Yolanda González que muestran cómo habrían podido celebrarse algunos rituales funerarios y enterramientos y cómo podrían haber muerto personas cuyos restos óseos se encuentran en la exposición, recreando las escenas en base a la información que aportan los huesos.

Otra parte se centra en la violencia y el conflicto y las evidencias que han dejado en los restos óseos, mostrando cráneos con marcas producidas por impactos de lanza o espada. Al margen de la muerte, la muestra también se centra en la forma de vida del pasado, que se conoce a partir de la investigación de esos huesos, de los que se extraen conclusiones acerca de la dieta o enfermedades y patologías, como ha explicado la comisaria.

Por su parte, Ontañón ha resumido que esta iniciativa contempla a los museos como "lugares de memoria", en los que descansan restos y utensilios que sirven para conocer el modo de vida de las poblaciones del pasado. Esta muestra temporal que complementa a la exposición permanente se puede visitar hasta diciembre, y a lo largo de este periodo se irán anunciando actividades como visitas guiadas o conferencias en torno a ella.

Fuente: eldiariomontanes.es | 11 de junio de 2021

Primeros resultados del análisis traceológico de la industria lítica del yacimiento tanzano de Thiongo Korongo

Patricia Bello-Alonso en el laboratorio de campo de la estacion Emiliano Aguirre en la Garganta de Olduvai (Tanzania). Foto: Raquel Rojas

Investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) acaban de publicar en la revista Quaternary Science Review un artículo en el que se presentan los primeros resultados del análisis de huellas de uso de las herramientas líticas halladas en los principales niveles arqueológicos del yacimiento achelense de Thiongo Korongo (TK), situado en el Lecho II de la Garganta de Olduvai (Tanzania), que tiene una antigüedad de 1,35 millones de años.

Este estudio sobre el análisis traceológico de la industria lítica de TK se ha centrado en el análisis de piezas líticas talladas con uno o varios lados con filos funcionales. Se han estudiado tanto piezas líticas que hasta el momento no habían sido consideradas como herramientas, así como otras más habituales dentro de los análisis funcionales como lascas raederas, denticulados, hendedores y bifaces, todas ellas elaboradas a partir de las materias primas más representativas de la Garganta de Olduvai: cuarcita Naibor soit y basaltos.

“Hemos identificado el uso de piezas poco elaboradas, lo cual no se había documentado hasta el momento en secuencias tan antiguas. Los resultados obtenidos nos permiten plantear importantes conclusiones en torno al comportamiento humano durante el inicio del Achelense en África oriental y poner de manifiesto una gestión funcional de las piezas talladas que incluye el recurso a elementos con filos cortantes muy simples”, explica Patricia Bello, primera autora de este estudio.

Uso de madera y otros vegetales

Respecto a las actividades realizadas con estas herramientas líticas, se ha constatado que además de acciones vinculadas al procesado de carcasas animales, se han desarrollado otras de corte, serrado, raspado y pelado con madera y vegetales no leñosos.

“Estos datos son especialmente relevantes para poder identificar acciones que es muy difícil constatar en el registro arqueológico. Además, los datos disponibles han permitido evidenciar la relevancia de los vegetales leñosos y no leñosos en las actividades realizadas por Homo erectus/ergaster”, afirma Patricia Bello.

Este estudio en el que también ha colaborado Joseba Rios-Garaizar, Joaquín Panera, Manuel Santonja y Susana Rubio-Jara del CENIEH, forma parte de la tesis doctoral realizada en el CENIEH por Patricia Bello-Alonso. La investigación en el yacimiento de TK se ha efectuado en el marco de los proyectos HAR2013-45246-C3-2-P y HAR2017-82463-C4-2P del Plan Nacional de Investigación del Gobierno de España.

Fuente: cenieh.es | 26 de mayo de 2021

El Museo Arqueológico de Andújar (Jaén) exhibe una “pieza singular” de un jabalí de bronce

Jabalí de bronce expuesto en el Museo Arqueológico de Andújar. Foto: Ayto. Andújar.

El Museo Arqueológico “Profesor Sotomayor” de Andújar, Jaén, exhibe una “pieza singular” de un jabalí de bronce. La escultura llegó al museo gracias a la colaboración policial y ciudadana hace casi diez años y finalmente se ha podido colocar en las instalaciones para su disfrute por los visitantes.

La escultura en bronce se puso en manos de dos arqueólogos y un restaurador para su estudio y descripción. Aunque existían dudas sobre su autenticidad, el criterio de los arqueólogos determinó que "esta pieza es una réplica en bronce del jabalí encontrado en 1925 por Mr. Kenworthy, ingeniero mecánico en la escoria de cobre romana de Riotinto (Huelva)”.

Por otro lado, explican desde el área de Patrimonio, hay historiadores que sostienen que el jabalí era el emblema de una de las legiones romanas, probablemente la IX y que su antigüedad data de 200 años a.C. “Otros aseguran que es de origen más remoto, griego o asiático, basando su argumento en la forma del jabalí, que tiene las patas más delgadas que el indígena de Iberia, y que se parece exactamente al jabalí de Malasia”, explican desde Patrimonio.

Foto: Perspectiva de la figura del jabalí de bronce que se exhibe en el Museo de Andújar. Ayto. Andújar.

Respecto a la pieza, que ahora se expone en Andújar, los arqueólogos, Maudilio Moreno y Aquilino Delgado, determinaron que “al estar descontextualizada la escultura, se puede plantear la duda sobre su autenticidad, sin embargo, basándose en un estudio intrínseco del jabalí , y otras piezas similares, en apariencia la pieza parece auténtica, aunque muestra haber sufrido varias manipulaciones”.

El concejal de Patrimonio, Jose Antonio Oria, ha manifestado su satisfacción por la exposición de esta nueva pieza en las galerías del museo, que está siendo remodelado de forma gradual, con un cambio de imagen que conlleva una modificación en el discurso expositivo.

“Queremos hacer de nuestro museo un atractivo más de nuestra ciudad, reclamo para turistas e investigadores, pues sin duda el patrimonio es uno de los pilares que sustenta el desarrollo de los territorios. Es por eso que trabajamos a diario en preservarlo y proyectarlo a través de una programación atractiva para todos los públicos”, ha concluido.

Fuente: andujar.idea.es | 2 de junio de 2021

Un estudio de residuos de Atapuerca infiere cambios en la ganadería y alimentación humanos en 4.000 años

Ejemplo de quesera de El Sabinar, Arcos del Jalon Soria. / UBU

Las doctoras Marta Francés Negro, del Laboratorio de Evolución Humana de la UBU, y Melanie Roffet-Salque, de la Universidad de Bristol, colideran un artículo recientemente publicado en la prestigiosa revista internacional Journal of Archaeological Science, sobre el análisis de residuos orgánicos realizado en cerámicas del yacimiento de El Portalón de Cueva Mayor, un importante yacimiento holoceno de la Sierra de Atapuerca.

Los análisis de residuos orgánicos permiten establecer qué tipo de alimentos contuvieron los recipientes prehistóricos a partir de la identificación de algunos de sus compuestos básicos. Esto se consigue gracias a que todos los alimentos contienen algún tipo de lípido (grasa), y estos quedan atrapados en el interior de las pequeñas porosidades de la pared cerámica.

Un grupo de investigadores trabaja en el Portalón de la Cueva Mayor

El estudio se ha realizado sobre más de 100 muestras cerámicas procedentes del yacimiento de El Portalón de Cueva Mayor (Atapuerca, Burgos) con diferentes cronologías: Neolítico (ca. 7270-5320 cal. BP), Calcolítico (ca. 5294-4158 cal. BP) y Edad del Bronce (ca. 4240-3090 cal BP).

Se han podido identificar varios productos derivados del consumo animal, como son los productos lácteos y la carne. «Es la primera vez que se realizan este tipo de análisis en un mismo yacimiento para una secuencia de 4000 años y en el que, además, se comparan los resultados con la fauna del yacimiento», comenta Marta Francés (izquierda), primera autora del trabajo.

A partir de ambos estudios, residuos y fauna, se ha podido observar como la presencia de productos lácteos en el Neolítico era todavía limitada. Según Melanie Roffet-Salque (derecha), lider del estudio en Bristol, «esto seguramente tiene relación con que las poblaciones neolíticas que habitaron el yacimiento eran todavía intolerantes a la lactosa, como han puesto de manifiesto los estudios de su ADN. Por ello, aunque su presencia es aún escasa, podríamos estar ante una lenta incorporación de estos alimentos en un contexto de escasez de alimentos».

Sin embargo, en cronologías posteriores (Calcolítico y Edad del Bronce), el mayor consumo es precisamente el de productos de origen lácteo, que se debe asociar a leche, pero también a ciertos productos semielaborados como yogures, requesones, quesos, mantequillas ... y siempre teniendo en cuenta que no podemos considerarlos iguales a los que conocemos hoy en día.

En cuanto al consumo de carne, también se detectan cambios a lo largo del tiempo. Mientras que en el Neolítico el principal tipo de carne consumida era la de animales rumiantes (vacas, cabras y ovejas) durante el Calcolítico y la Edad del Bronce el mayor consumo es de la carne de no rumiantes (cerdo, caballo) y ya a cierta distancia, el de la carne de rumiantes.

La doctora Marta Francés en el laboratorio. / UBU.

En época calcolítica, la explotación animal parece ser, pues, más variada y destinada tanto a los productos lácteos y cárnicos (principalmente no rumiantes) como a la obtención de lana (ovicáprinos) y animales de carga (vacuno). Durante la Edad del Bronce se mantiene la variedad y la preferencia por el consumo de productos lácteos y la carne de no rumiante de la época anterior. Sin embargo, en este período se intensifica mucho la explotación de la lana. Curiosamente, los restos de fauna delatan un aumento en el consumo de cerdos que sin embargo, no se ha observado en los residuos grasos encontrados en las cerámicas.

En el estudio han participado investigadores del Laboratorio de Evolución Humana y el Laboratorio de Prehistoria de la Universidad de Burgos, del Museo Arqueológico Regional de Madrid, la complutense de Madrid, la Universidad de Ginebra y la Organic Geochemistry Unit de la Universidad de Bristol, un centro de referencia internacional en este tipo de estudios dirigido por Richard Evershed.

Fuente: burgosconecta.es | 8 de junio de 2021