Investigadores de la UAH encuentran grandes hallazgos en la Cueva de los Casares (Guadalajara)

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Los profesores de la UAH, José Javier Alcolea González (centro) y Manuel Alcaraz Castaño (derecha), junto a Emilio Moreno Foved, antiguo guía de la Cueva de Los Casares, y Elizabeth Díaz Cordero, en el interior de Los Casares.

José Javier Alcolea González y Manuel Alcaraz Castaño son dos prehistoriadores y arqueólogos, profesores del Área de Prehistoria de la UAH, que desde 2014 han retomado las excavaciones y documentación de grafías rupestres en la cueva de Los Casares, situada en Riba de Saelices (Guadalajara). Sus hallazgos están permitiendo documentar un importante número de pinturas y grabados rupestres desconocidos hasta la fecha, así como comprender mejor el proceso de desaparición de los neandertales en el interior de la península ibérica.


Esta cueva presenta una importancia capital para el conocimiento de la Prehistoria antigua del interior de la península ibérica desde principios del siglo XX. Su importancia arqueológica se dio a conocer en los años 30 cuando Juan Cabré descubrió una relevante serie de grabados y pinturas en las paredes de Los Casares que podían relacionarse con lo que ya entonces se conocía como ‘arte’ rupestre del Paleolítico superior (entre 42.000 y 11.000 años antes del presente). Unos años después, en la década de los 60, Ignacio Barandiarán dirigió varias campañas de excavación en el interior de la cavidad, que pusieron al descubierto, junto a niveles y materiales de la Prehistoria reciente y época medieval, un asentamiento aún más antiguo que las pinturas rupestres, en este caso relacionado con sociedades de neandertales del Paleolítico medio (entre 300.000 y 37.000 años antes del presente). En este se encontraron utensilios tallados en piedra, junto a restos óseos de herbívoros y carnívoros, así como un hueso metacarpiano perteneciente a un neandertal. Acabó así de configurarse el registro arqueológico paleolítico que ha llevado a considerar la cueva de Los Casares como uno de los enclaves más relevantes para el conocimiento de las sociedades de cazadores-recolectores del Pleistoceno superior, tanto neandertales como humanos modernos, en el interior de la península ibérica.

(A) Ubicación de la cueva Los Casares en la península ibérica y en el mapa geológico de la provincia de Guadalajara (B). (C): Vista en 3D de la cueva de Los Casares y los valles de Linares y Valdebuitre (Fotografía aérea y modelo digital del terreno, PNOA, del Instituto Geográfico Nacional de España).

A pesar de la relevancia científica y patrimonial que desde entonces se le reconoce a Los Casares, no ha sido hasta la presente década cuando se han retomado las investigaciones en la cavidad. El equipo interdisciplinar dirigido por Manuel y José Javier viene desarrollando desde 2014 varios proyectos de investigación destinados tanto al estudio detallado de las grafías rupestres como a la excavación de los depósitos arqueológicos presentes en el interior cavernario. Estas exploraciones, en las que participan numerosos investigadores de instituciones tanto españolas como internacionales, así como estudiantes de la UAH, tienen como objetivos científicos poner a prueba las interpretaciones clásicas sobre los patrones de asentamiento de cazadores-recolectores paleolíticos en el interior peninsular, así como analizar la relación entre los desarrollos culturales de estas sociedades y la variabilidad ecológica pleistocena, entre hace unos 50.000 y 20.000 años antes del presente. En este ámbito, la investigación desarrollada en esta cueva está permitiendo contribuir a conocer mejor problemas tan relevantes como los relativos a las causas de la desaparición de los neandertales, la composición y el contexto cultural de las grafías rupestres paleolíticas, o los patrones de asentamiento humano en las tierras altas de la Meseta española durante las fases más frías de la última glaciación.

Principales hallazgos de las excavaciones de 1960 en la cueva de Los Casares. A: artefactos musterienses. Todos provienen del nivel c del Seno A, excepto los números 33, 34 y 36. B: metacarpiano neandertal encontrado en el cuadrado 8V 'del Seno A (la barra mide 5 mm).

Los resultados de la investigación de Los Casares están dando fruto. Por un lado, la prospección detallada de las paredes de la cavidad, combinada con una documentación gráfica que incluye fotografía digital, fotogrametría, escaneado laser y modelización 3D, está permitiendo documentar un importante número de pinturas y grabados inéditos, así como caracterizar de forma mucho más precisa el repertorio gráfico conocido hasta la fecha. Entre los nuevos motivos localizados se encuentran tanto signos abstractos como nuevas figuras animales, incluyendo ciervos o caballos, e incluso ejemplos de especies menos habituales en el interior de la península, como el reno, además de algunas nuevas figuras antropomórficas. Asimismo, las analíticas de microscopía Raman aplicadas a los trazos rojos y negros que componen las decoraciones pintadas han permitido caracterizar los pigmentos utilizados por los cazadores-recolectores paleolíticos para decorar la cueva.

Por otro lado, las excavaciones realizadas en distintas zonas del interior de la cueva han puesto al descubierto varias secuencias estratigráficas que reflejan la ocupación humana de Los Casares a lo largo de la historia, remontándose a un primer asentamiento por parte de sociedades de neandertales durante el Paleolítico medio. Las investigaciones realizadas, y en concreto los análisis de restos de polen, micromamíferos, maderas quemadas y fitolitos, han permitido caracterizar el contexto ecológico en el que vivieron estos homininos hace alrededor de 43.000 años, dominado por un paisaje y un clima atemperados. El posterior empeoramiento de estas condiciones ecológicas, también registrado en los sedimentos conservados en la cavidad, probablemente provocó el abandono del lugar por parte de estos grupos, contribuyendo quizá a los procesos demográficos que acabaron provocando la desaparición de los neandertales como especie.


Foto: Investigación en La Cueva de los Casares / Foto Javier Alcolea González

Además, en la última campaña de excavación, realizada en el verano de 2019, se localizó un nivel de ocupación humana no conocido hasta entonces, que podría estar relacionado con algunas de las fases de decoración presentes en las paredes de la cavidad. Este era, precisamente, uno de los objetivos de la investigación, pues hasta la fecha no se han localizado en la cueva los restos materiales de los grupos humanos que realizaron las grafías rupestres de Los Casares. En todo caso, la relación directa de este nuevo nivel con dichas grafías es una hipótesis que aún debe confirmarse con los resultados de las dataciones de carbono 14 realizadas y, sobre todo, nuevos datos de campo que tratarán de obtenerse en la nueva campaña de excavación que comenzará a finales de este mes de julio.

"Esta vez será una campaña especial debido a la delicada situación sanitaria provocada por la pandemia del SARS-CoV-2, por lo que el grupo de trabajo será reducido y mantendremos todas las medidas decretadas, incluyendo el uso de mascarillas y la distancia de seguridad. Los objetivos de la campaña se centrarán en recopilar nuevos datos sobre el contexto material de los grupos humanos responsables de la decoración paleolítica de la cueva, para lo cual se ampliarán las excavaciones realizadas previamente al pie de algunos paneles decorados. Asimismo, continuaremos con los trabajos de documentación gráfica en las paredes de la cavidad mediante fotografía digital y fotogrametría’"afirman los arqueólogos.

La cueva de Los Casares puede ser visitada por el público general, siempre que se guarden los requisitos establecidos para su conservación. Más información en la web del Ayuntamiento de Riba de Saelices.


Fuente: portaldecomunicacion.uah.es | 20 de julio de 2020

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Divulgando la Historia desde 1998. Bienvenidos a la Cultura.

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