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¿Por qué los humanos modernos reemplazaron a los neandertales? La clave podría estar en nuestras estructuras sociales

Arte rupestre que muestra una danza ritual de cazadores-recolectores; Kondoa, Tanzania. Nick Longrich.

¿Por qué los humanos modernos se apoderaron del mundo mientras nuestros parientes más cercanos, los neandertales se extinguieron? Es posible que simplemente ocurrió porque eramos más inteligentes, pero sorprendentemente hay poca evidencia de que ello sea cierto.

Los neandertales tenían grandes cerebros, lenguaje y herramientas sofisticadas. Realizaron manifestaciones artística y adornos corporales. Fueron inteligentes y sugirieron una curiosa posibilidad. Quizás las diferencias cruciales no estaban a nivel individual, sino en nuestras sociedades.

Hace 250.000 años, Europa y Asia occidental eran tierras de neandertales. El Homo sapiens habitó el sur de África. Las estimaciones varían, pero quizás hace 100.000 años, los humanos modernos emigraron fuera de África. Pero Hace 40.000 años los neandertales desaparecieron de Asia y Europa, siendo reemplazados por los humanos modernos. Su lento e inevitable reemplazo sugiere que los humanos tenían alguna ventaja, pero no fácil saber cuál era.

Los antropólogos alguna vez vieron a los neandertales como brutos tontos. Pero recientes hallazgos arqueológicos muestran que rivalizan con nosotros en inteligencia. Los neandertales dominaron el fuego antes que lo hiciera el Homo sapiens. Eran cazadores mortales, realizaban caza mayor como mamuts y rinocerontes lanudos, y animales pequeños como conejos y pájaros. Recogían plantas, semillas y capturaban mariscos. Cazar y buscar alimento de todas esas especies exigía un conocimiento profundo de la naturaleza.

Los neandertales también tenían un sentido de la belleza, fabricaban cuentas y realizaban pinturas rupestres. Eran personas espirituales que enterraban a sus muertos con flores. Los círculos de piedra encontrados dentro de las cuevas pueden ser santuarios neandertales. Y, al igual que los cazadores-recolectores modernos, la vida de los neandertales probablemente estuvo impregnada de superstición y magia; sus cielos llenos de dioses y las cuevas habitadas por espíritus ancestrales.

Luego está el hecho de que el Homo sapiens y los neandertales tuvieron hijos juntos. No éramos tan diferentes. Pero nos encontramos con los neandertales muchas veces, durante muchos milenios, y siempre con el mismo resultado. Ellos desaparecieron y nosotros nos quedamos.

Hachas de mano de neandertales, Aisne, Francia. Museo Metropolitano de Arte

La sociedad cazadora-recolectora

Puede ser que las diferencias clave fueran menos a nivel individual que a nivel social. Es imposible entender a los humanos de forma aislada, como tampoco se puede entender a una abeja sin considerar su colonia. Valoramos nuestra individualidad, pero nuestra supervivencia está ligada a grupos sociales más grandes, como el destino de una abeja depende de la supervivencia de la colonia.

Los cazadores-recolectores modernos proporcionan nuestra mejor suposición sobre cómo vivieron los primeros humanos y neandertales. Personas como los Khoisan de Namibia y los Hadzabe de Tanzania reúnen a sus familias en grupos errantes de entre diez y sesenta personas. Las bandas se combinan en una tribu poco organizada de mil personas o más.

Estas tribus carecen de estructuras jerárquicas, pero están unidas por un idioma y una religión compartidos, matrimonios, parentescos y amistades. Las sociedades neandertales pueden haber sido similares, pero con una diferencia crucial: grupos sociales más pequeños.

Los neandertales vivían en grupos más pequeños. Esteban De Armas/Shutterstock

Tribus muy unidas

Lo que apunta a esto es la evidencia de que los neandertales tenían una menor diversidad genética.

En poblaciones pequeñas, los genes se pierden fácilmente. Si una persona de cada diez es portadora del gen del pelo rizado, entonces, en un grupo de diez personas, una muerte podría eliminar ese gen de la población. En un grupo de cincuenta, cinco personas portarían el gen: múltiples copias de seguridad. Entonces, con el tiempo, los grupos pequeños tienden a perder variación genética y terminan con menos genes.

En 2022, se recuperó ADN de huesos y dientes de 11 neandertales encontrados en una cueva en las montañas de Altai, en Siberia. Varios individuos estaban relacionados, entre ellos un padre y una hija; eran de una sola banda. Y mostraron una baja diversidad genética.

Como heredamos dos conjuntos de cromosomas (uno de nuestra madre y otro de nuestro padre), portamos dos copias de cada gen. A menudo tenemos dos versiones diferentes de un gen. Es posible que obtengas un gen para los ojos azules de tu madre y uno para los ojos marrones de tu padre.

Pero los neandertales de Altai a menudo tenían una sola versión de cada gen. Como informa el estudio, esa baja diversidad sugiere que vivían en grupos pequeños, probablemente con un promedio de sólo unas 20 personas.

Es posible que la anatomía neandertal favoreciera a los grupos pequeños. Al ser robustos y musculosos, los neandertales eran más pesados ​​que nosotros. Así que cada neandertal necesitaba más alimento, lo que significaba que el medio ecológico en que se desenvolvían solo podía sustentar a menos neandertales que a Homo sapiens.

Y es posible que los neandertales comieran principalmente carne. Los sujetos carnívoros obtendrían menos calorías de la tierra que las personas que comieran carne y plantas, lo que nuevamente conduciría a poblaciones más pequeñas.

La ley de Metcalfe. Nick Longrich.

El tamaño del grupo importa

Si los humanos modernos vivíamos en grupos más grandes que los neandertales esto nos habría aportado ventajas.

Los neandertales, fuertes y hábiles con las lanzas, probablemente eran buenos luchadores. Los humanos modernos, de complexión ligera probablemente, contrarrestaron dicha circunstancia usando arcos para atacar a distancia.

Pero incluso si los neandertales y los humanos modernos fueran igualmente peligrosos en la batalla, si los humanos también tuvieran una ventaja numérica podrían traer más combatientes y absorber más pérdidas en la lucha.

Las grandes sociedades tienen otras ventajas más sutiles. Las bandas más grandes tienen más cerebros. Es decor, más cerebros para resolver problemas, recordar tradiciones sobre animales y plantas, y técnicas para fabricar herramientas y coser vestimentas. Así como los grupos grandes tienen una mayor diversidad genética, tendrán también una mayor diversidad de ideas.

Y más gente significa más conexiones. Las conexiones de red aumentan exponencialmente con el tamaño de la red, siguiendo la Ley de Metcalfe. Una banda de 20 personas tiene 190 conexiones posibles entre sus miembros, mientras que una banda de 60 personas tiene 1770 conexiones posibles.

La información fluye a través de estas conexiones: noticias sobre personas y movimientos de animales; técnicas de fabricación de herramientas; y palabras, canciones y mitos. Además, el comportamiento del grupo se vuelve cada vez más complejo.

Consideremos las hormigas. Individualmente, las hormigas no son inteligentes. Pero las interacciones entre millones de hormigas permiten a las colonias construir nidos elaborados, buscar comida y matar animales muchas veces más grandes que una hormiga. Del mismo modo, los grupos humanos hacen cosas que ninguna persona puede hacer: diseñar edificios y automóviles, escribir elaborados programas informáticos, librar guerras, dirigir empresas y países.

Los humanos no son los únicos que tienen cerebros grandes (las ballenas y los elefantes los tienen) o que tienen grandes grupos sociales (las cebras y los ñus forman enormes manadas). Pero somos únicos al combinarlos.

Parafraseando al poeta John Dunne, ningún hombre –ni ningún neandertal– es una isla. Todos somos parte de algo más grande. Y a lo largo de la historia, los humanos formaron grupos sociales cada vez más grandes: bandas, tribus, ciudades, estados nacionales, alianzas internacionales.

Puede ser entonces que la capacidad de construir grandes estructuras sociales le diera al Homo sapiens una ventaja frente a la naturaleza y otras especies de homínidos.

Fuente: theconversation.com | 26 de marzo de 2024

Por

Profesor titular de Paleontología y Biología Evolutiva, Ciencias de la Vida en la Universidad de Bath, Universidad de Bath

Vinculan a los esquivos denisovanos de Altai (Siberia) con el 'Homo longi', de hace 150.000 años hallado en China

Foto: Reconstrucción del rostro de 'Homo longi'. Tenía el cráneo más grandes de todos los homínidos. Su enorme tamaño podría explicarse como una consecuencia para poder adaptarse y sobrevivir a las gélidas temperaturas de Harbin. Imagen: Ciceron Moraes.

Siguen siendo uno de los grupos de humanos más esquivos que han caminado sobre la Tierra. La evidencia de los rastros de ADN dejados por los denisovanos muestra que vivieron en la meseta tibetana, probablemente viajaron a Filipinas y Laos en el sur de Asia y podrían haber llegado al norte de China hace más de 100.000 años. También se cruzaron con los humanos modernos.

Sin embargo, el aspecto de los denisovanos, o cómo vivían, sigue siendo un misterio. Sólo un fragmento de mandíbula, algunos trozos de hueso y uno o dos dientes proporcionan alguna evidencia de sus características físicas. Su ADN, que se encontró por primera vez en muestras halladas en la cueva de Denísova, en Siberia, en 2010, proporciona la mayor parte de nuestra información sobre su existencia.

Pero recientemente los científicos han identificado un fuerte candidato a la especie a la que podrían haber pertenecido los denisovanos. Este es el Homo longi – o “hombre dragón” – de Harbin, en el noreste de China. Este fósil clave está formado por un cráneo casi completo con un cráneo tan grande como el de un humano moderno y una cara plana con pómulos delicados. La datación sugiere que tiene al menos 150.000 años.

"Ahora creemos que los denisovanos eran miembros de la especie 'Homo longi'", dijo la semana pasada el profesor Xijun Ni (izquierda), de la Academia China de Ciencias en Beijing. "Este último se caracteriza por una nariz ancha, cejas gruesas sobre los ojos y cuencas dentales grandes".

El posible vínculo de los denisovanos con el Homo longi es uno de los varios descubrimientos recientes de los investigadores que trabajan con estos humanos con quienes el Homo sapiens compartió el planeta durante cientos de miles de años. Incluso se piensa que podrían haber jugado un papel clave en nuestra propia evolución.

Científicos del Tíbet han descubierto un gen denisovano en la población local, resultado del cruce entre las dos especies en un pasado lejano. Fundamentalmente, se ha demostrado que este gen ayuda a los hombres y mujeres modernos a sobrevivir en altitudes elevadas.

Además, también se ha encontrado evidencias que respaldan el vínculo denisovanos-Homo longi hasta la meseta tibetana, donde los científicos comenzaron a estudiar una mandíbula encontrada inicialmente en una cueva remota a 3.000 metros sobre el nivel del mar por un monje budista, que la conservaba. como una reliquia.

Recreación artística de la especie 'Homo Longi', descrita a partir del cráneo de Harbin hallado en China. Chuang Zhao.

Se descubrió que el hueso no provenía de un humano moderno. Pero sólo cuando los investigadores comenzaron a estudiar la cueva donde se había descubierto originalmente la mandíbula hallaron que sus sedimentos eran ricos en ADN denisovano. Además, se descubrió que el fósil contenía proteínas que indicaban orígenes denisovanos.

"Era la primera vez que se hacía un hallazgo de un fósil denisovano fuera de Siberia y eso era muy importante", dice Janet Kelso (derecha), del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania. “Igualmente intrigante fue el hecho de que la mandíbula tiene dientes similares a los encontrados en el 'Homo longi' . Así que creo que la evidencia sugiere un vínculo estrecho entre el cráneo de 'Homo longi' y los denisovanos”.

Esta opinión fue respaldada por el profesor Chris Stringer (izquierda), del Museo de Historia Natural de Londres. “Las evidencias respaldan la idea de que los denisovanos eran miembros de la especie 'Homo longi', pero aún nos faltan pruebas absolutas. Sin embargo, creo que eso llegará con el tiempo”.

"Un gran problema para los investigadores ha sido el hecho de que todavía no se ha encontrado ADN en fósiles chinos como el 'Homo longi'", añade Stringer. “Sus genes no han sobrevivido al paso del tiempo. Sin embargo, el uso de técnicas de proteómica puede proporcionar nuevos datos clave al respecto. Estos se centran en las proteínas de un fósil, que sobreviven mucho más tiempo que su ADN y podrían decirnos mucho más sobre esta especie”.

Foto: El cráneo hallado en Harbin (China) perteneciente al denominado 'Homo longi' (Hombre dragón). CELL

Investigaciones recientes también sugieren que los denisovanos podrían haber desempeñado un papel clave en la evolución de nuestra propia especie. El impacto del gen denisovano EPAS1, que se encuentra hoy en los tibetanos y les permite adaptarse a las grandes alturas, es un ejemplo. Pero también se ha encontrado ADN denisovano en otras poblaciones modernas, incluidas personas de Nueva Guinea, el norte de Australia y Filipinas, y parece haberles ayudado a combatir infecciones causadas por enfermedades como la malaria.

Los denisovanos se asentaron en áreas que cubrían una geografía muy variada, dijo Stringer. “Algunas eran calurosas y bajas, otras frías y montañosas. Representaban hábitats muy diversos, desde la meseta tibetana hasta islas como Sulawesi, en Indonesia”.

Por el contrario, los neandertales, el tercer gran grupo de humanos que evolucionó durante los últimos cientos de miles de años, se limitaron a los climas más fríos de una región que se extendía hacia el este, desde Europa hasta el sur de Siberia.

No se expandieron desde este entorno relativamente uniforme. Entonces, ¿la rica variedad de tierras adoptadas por los denisovanos es una señal de que eran capaces de tener un comportamiento mucho más diverso y adaptativo que los neandertales?, se preguntan ahora los científicos?

El Homo sapiens también parece haberse cruzado con los denisovanos en más de una ocasión. "De hecho, existe buena evidencia de que algunos humanos modernos se cruzaron con los denisovanos genéticamente distintos en múltiples ocasiones", dijo Kelso. "Esto sugiere que los dos grupos coexistieron durante un tiempo prolongado, y algunos estudios sugieren un último contacto hace tan sólo 25.000 años".

Lo más importante es que en aquella época los neandertales ya estaban extintos.

La investigación llevada a cabo por los arqueólogos Ni y Stringer también sugiere que de los tres grupos principales de humanos que evolucionaron en esta época, el Homo sapiens y el grupo Homo longi fueron los últimos en divergir en diferentes vías evolutivas, posiblemente hace un millón de años, con los neandertales. ramificándose incluso antes.

Sin embargo, Stringer asevera: "Los análisis de ADN han sugerido fechas de divergencia más recientes, siendo el 'Homo sapiens' el primero en separarse, por lo que esta es una cuestión crucial para futuras investigaciones".

"La frecuencia con la que nuestros caminos se cruzaron después de esa separación también es ahora un tema de intenso interés científico", añadió. "Tenemos mucho que aprender", concluye Stringer.

Fuente: theguardian.com | 30 de marzo de 2024

Descubren restos neandertales de hace 100.000 años en el yacimiento vasco de Axlor (Vizcaya)

Restos neandertales de hace 100.000 años hallados en el yacimiento de Axlor de Dima (Vizcaya). UC.

Investigadores del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) han descubierto restos neandertales de hace unos 100.000 años en el yacimiento de Axlor (Dima, Vizcaya), un periodo en el que los vestigios humanos conservados en Europa son especialmente escasos.

"Los restos recuperados en Axlor representan las evidencias más antiguas conocidas en norte de la península ibérica, concretamente piezas dentarias correspondientes a dos niños de entre 10 y 12 años y a un adulto joven", según explicó el director y arqueólogo del IIIPC, Jesús González-Urquijo (izquierda), catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria (UC).

“Los rasgos del individuo adulto muestran las características anatómicas específicas de las poblaciones neandertales de la península ibérica. La dentición comparativamente grácil podría ser la manifestación de un endemismo peninsular", añadió el arqueóllgo sobre los descubrimientos, cuyo estudio especializado está publicado en la revista Journal of Human Evolution (JHE).

“El entorno de los 100.000 años es un momento crucial en la historia demográfica europea, previa a los contactos entre neandertales y los 'Homo sapiens' y a la expansión neandertal en Asia central. Las limitadas evidencias disponibles por el momento, a las que suman ahora los hallazgos en Axlor, sugieren que la extraordinaria continuidad poblacional de los neandertales europeos emerge en estos momentos de principios del Pleistoceno superior", añadió González-Urquijo.

El estudio desarrolla una nueva metodología de análisis para la clasificación taxonómica. Las diferencias en la dentición entre sapiens y neandertales son sutiles, por lo que se han empleado rasgos de morfometría geométrica que permiten comparaciones más robustas.

Trabajos arqueológicos en el yacimiento de Axlor (Vizacaya). UC.

Las mediciones se han aplicado a la superficie exterior, pero también a la unión dentina/esmalte y cemento/dentina. Estos dos últimos cálculos se han realizado en el interior de los dientes, lo que minimiza los sesgos que introduce el desgaste por atrición en las superficies externas. Estos rasgos internos se extrajeron por microtomografía axial computerizada. Un análisis estadístico de componentes principales (PCA) de los datos morfométricos permitió situar los dientes de Axlor en el espacio de la variabilidad morfológica típica de la dentición de las poblaciones neandertales.

Los dientes neandertales de Axlor se han recuperado en el marco de las excavaciones arqueológicas del grupo Paleo del IIIPC (Proyecto NeandertalHD- PID2022-136898OB-I00), coordinadas por J. González-Urquijo y Talía Lazuen. El trabajo ha sido realizado en colaboración con Shara Bailey (Universidad de New York), Tom Davies, Mykolas Imbrasas (U. Kent) y Jean Jacques Hublin (Max Planck Institute.).

“El proyecto NeandertalHD (Historia neandertal. Dinámicas históricas y evidencias de alta definición en el Paleolítico Medio de la Iberia noratlántica) estudia las capacidades y comportamientos en las sociedades neandertales, las dinámicas históricas en el suroeste de Europa entre hace 100.000 y 40.000 años, los cambios y relaciones filogenéticas de las poblaciones humanas en este periodo, las condiciones ambientales del Pleistoceno superior contemporáneas de las últimas sociedades neandertales, y la relación entre cambios ambientales y cambios históricos", concluyó el director del IIIPC.

IIIPC

El IIIPC es un instituto universitario de investigación de carácter mixto, de titularidad compartida por el Gobierno de Cantabria, la Universidad de Cantabria y Santander Universidades.

Se dedica a la investigación en Prehistoria, en sus apartados de investigación básica y aplicada, así como a proporcionar asesoramiento técnico en el ámbito de su competencia. Sus líneas prioritarias de estudio son: Arte prehistórico, Paleolítico y Mesolítico del SO de Europa, origen y desarrollo de las sociedades campesinas, primeros pobladores del continente americano, tecnología prehistórica y Bioarqueología.

Fuente: Universidad de Cantabria | 19 de marzo de 2024

Los caninos revelan nuevas claves para la estimación del sexo de poblaciones humanas

Principales diferencias en la morfología de la dentina de los caninos permanentes de los hombres y las mujeres de las poblaciones actuales. Concha García Campos.

El Grupo de Antropología Dental del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) ha publicado un artículo en la revista American Journal of Biological Anthropology sobre las diferencias morfológicas en los caninos de hombres y mujeres, subrayando su importancia en la creación de perfiles biológicos.

Las diferencias en tamaño y morfología de los caninos son casi imperceptibles a simple vista en el Homo sapiens, pero el estudio muestra que los colmillos masculinos conservan rasgos heredados de nuestros ancestros en su estructura interna que son potencialmente valiosos para la elaboración de nuevas metodologías de estimación sexual.

Esta investigación se centra en el dimorfismo sexual en la dentina de los caninos, popularmente conocidos como colmillos, los cuales presentan notables diferencias entre sexos, tanto en primates como en seres humanos. Los caninos masculinos actuales muestran vestigios del canine-premolar honing complex o complejo cortador, estructura observada en muchos otros primates como los chimpancés o los gorilas. El complejo cortador desempeña un papel crucial al facilitar el mantenimiento y eficacia de los colmillos, utilizados como armas en competencias por recursos o las hembras del grupo en estas especies.

'Canine premolar honing complex': Forma dental en la que los caninos superiores se afilan contra los terceros premolares inferiores cuando se abren y cierran los maxilares.

Estas diferencias son detectables gracias al carácter conservador de la dentina. Esta estructura, que se encuentra debajo del esmalte en las piezas dentales, presenta características morfológicas similares a las que se observan en la superficie externa del diente. Sin embargo, en la dentina los rasgos suelen expresarse de forma más nítida. Asimismo, al verse sometida a menos presiones ambientales externas que el esmalte, la dentina tiene la capacidad de retener ciertos rasgos lo que la vuelve más conservadora desde un punto de vista morfológico.

Como destaca la investigadora Cecilia Yacobi Izquierdo, coautora principal de este estudio, la evaluación de la dentina ha podido realizarse gracias a la aplicación de técnicas novedosas como la microtomografía axial computarizada y la morfometría geométrica 3D. El uso del micro-CT del Laboratorio de Microscopía y Microtomografía computarizada del CENIEH ha permitido a las autoras de este trabajo analizar con precisión la estructura interna de los caninos, poniendo de relieve la importancia de éstas técnicas y su enorme potencial en antropología física.

“Nuestro trabajo demuestra, una vez más, que los caninos son suficientemente dimórficos como para ser empleados en la elaboración de nuevas técnicas para estimar el sexo de restos humanos, pero también pone de relieve la importancia de las técnicas de micro-CT en campos que van desde la arqueología a la medicina legal” explica Cecilia Yacobi Izquierdo (izquierda), que es doctoranda dentro del programa de Doctorado de Biología en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), bajo la supervisión de Cecilia García Campos y Daniel García Martínez, investigadores afiliados del CENIEH.

Fuente: cenieh.es | 29 de febrero de 2024

¿El eje dominante Este-Oeste de Eurasia 'cambió la suerte de la historia'?

Imagen: Adapted from https://sketchplanations.com/the-continental-axis-hypothesis.

Una nueva investigación muestra que las barreras ambientales han influido en la difusión de las innovaciones culturales, pero no favorecieron de modo sistemático a Eurasia.

Jared Diamond (izquierda) propuso que el eje de orientación geográfico único de Eurasia impulsó una rápida difusión de innovaciones críticas entre sus sociedades, lo que condujo a un dominio cultural y militar sobre otras regiones.

Un equipo de ecologistas y evolucionistas culturales de EE. UU., Alemania y Nueva Zelanda aprovecharon extensas bases de datos culturales, ambientales y lingüísticas para probar estas afirmaciones. Descubrieron que las barreras ambientales han influido en la difusión cultural, pero no favorecieron sistemáticamente a Eurasia.

Guns, germs, and steel (Armas, gérmenes y acero, 1997) es el esfuerzo de Jared Diamond -ganador del premio Pulitzer por esta obra- para explicar las historias diferenciadas de los nativos americanos, africanos y aborígenes australianos frente a los europeos y asiáticos. Una de sus intrigantes propuestas fue que el dominio político y militar de Eurasia podría explicarse en parte por su orientación continental única. El singular eje dominante Este-Oeste de Eurasia podría haber permitido una rápida difusión de las prácticas de domesticación, los sistemas de escritura, la rueda y otras innovaciones culturales clave y, por lo tanto, podría haber puesto a Eurasia en el camino de un desarrollo más rápido que África o las Américas. En palabras de Diamond, “la geografía pudo haber 'cambiado la suerte de la historia'”. La hipótesis del eje de orientación fue recibida con abundante entusiasmo y duras críticas, pero las pruebas cuantitativas de esta importante afirmación han sido escasas.

En un nuevo estudio, un equipo interdisciplinario de investigadores de la Universidad de Washington, en St Louis, y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig, han aprovechado un conjunto completo de datos sobre las diferencias globales en cultura, idiomas y ecología para probar la hipótesis de Diamond.

La primera autora de este estudio, Angela Chira (izquierda), del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, explicó: "Nuestro primer desafío fue traducir lo que Diamond imaginó en números. Hemos utilizado algoritmos de rutas de menor coste para encontrar aquellas que minimizaran las diferencias de los regímenes de temperatura y aridez entre las sociedades analizadas. La longitud y el coste de estas rutas nos dan la magnitud de las barreras ecológicas en la transmisión cultural entre dos sociedades, precisamente como las imaginó Diamond".

El equipo cuantificó el potencial de los parámetros ambientales asociados con la latitud para influir en la facilidad de transmisión de 54 rasgos que cubren diversos aspectos de la vida cultural y social (subsistencia, ecología de la vivienda, reglas de propiedad, matrimonio y parentesco, organización comunitaria, política, trabajo y rituales). De acuerdo con el pensamiento de Diamond, el equipo encontró que los factores ambientales y los costes topográficos y de viaje obstaculizan la difusión de una amplia gama de rasgos culturales, incluidos algunos que se relacionan directamente con el desarrollo social (por ejemplo, el modo dominante de subsistencia, el tipo de animal doméstico, los rasgos de complejidad política). Sin embargo, los hallazgos de la investigación muestran que, contrariamente a las expectativas manifestadas por Diamond, Eurasia es tan ecológicamente heterogénea como otras regiones de nuestro mundo.

Las barreras ambientales en la transmisión cultural no fueron más débiles en Eurasia

Posteriormente, el equipo calculó las barreras ambientales en la transmisión cultural de 16 áreas clave, es decir, los centros donde se originó la agricultura. Descubrieron que la magnitud de las barreras ambientales puede variar sustancialmente dentro de un mismo continente. Como intuyó Diamond, los mecanismos geográficos fueron significativos en algunas áreas, pero el eje dominante del continente no dictaba de manera uniforme el potencial de difusión cultural.

La heterogeneidad ambiental a lo largo de los principales corredores de transmisión cultural de Eurasia no fue significativamente menor que la observada en otros continentes. Uno de los autores, Russell Gray (izquierda), del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, resume los resultados diciendo: "Nuestros hallazgos señalan que la geografía, como la genética y la ecología, importa, pero no es el destino".

El autor principal del estudio, Carlos Botero (derecha), de la Universidad de Texas, en Austin, concluye con una advertencia: "No pretendemos, de ninguna manera, tener una respuesta definitiva sobre si las ruedas de la historia giraron a diferentes velocidades en distintas partes del mundo. Lo que pretendemos, en cambio, es proporcionar una nueva perspectiva basada en datos cuantitativos y análisis exhaustivos, y un plan sobre cómo las herramientas y los datos que ya tenemos pueden aprovecharse para probar ideas convincentes que han moldeado fuertemente la comprensión del público sobre nuestro propio pasado".

Fuente: Instituto Max Planck | 14 de febrero de 2024

La extinción de los neandertales pudo ser producida por apareamientos fallidos con los 'Homo sapiens'

Un hombre mira a una mujer neandertal en estas dos reconstrucciones. (Crédito de la imagen: mauritius images GmbH / Alamy Stock Photo).

Desde finales del siglo XIX, sabemos que otros tipos de humanos alguna vez vagaron por nuestro planeta. En ese momento, los científicos reconocieron que determinados fósiles desenterrados en cuevas de toda Europa pertenecían a humanos arcaicos ahora conocidos como neandertales. Durante ese tiempo nuestra comprensión de los neandertales ha experimentado cambios drásticos.

A principios del siglo XX, los científicos concebían a los neandertales como simiescos y casi bestiales. Pero en las últimas décadas evidencias inequívocas indican que nuestros parientes humanos más cercanos se aparearon con nosotros en múltiples momentos. Además, artefactos encontrados en varios yacimientos sugieren que los neandertales podrían incluso haber tenido proyectos estéticos.

Ludovic Slimak (izquierda), explorador y arqueólogo del Centro de Antropobiología y Genómica de Toulouse en Francia, ha estado fascinado por la arqueología desde que tenía cinco años y ha pasado más de 30 años buscando a nuestros parientes humanos más cercanos en cuevas de casi todos los continentes.

Puesto al habla con Live Science sobre su nuevo libro, "The Naked Neanderthal: A New Understanding of the Human Creature" (Pegasus Books, 2024), nos comenta por qué los neandertales no son simplemente otra versión del Homo sapiens, qué es lo que nos dice su apareamiento con los humanos modernos, cuál fue nuestro primer y último encuentro con ellos, y lo que los mismos significan sobre nuestra propia naturaleza humana.

Tia Ghose: ¿Cómo empezó a interesarse por los neandertales?

Ludovic Slimak: Debía tener unos 18 años. Muy, muy temprano, pasé mucho tiempo rastreando a este tipo de humanos. He escrito mi primer libro, "El neandertal desnudo", después de más de 30 años de búsquedas sobre estas criaturas.

Existe una cierta percepción de un neandertal como una bestia, si bien desde hace 20 o 40 años tenemos en Europa otra percepción de los neandertales como otros "nosotros mismos". Y creo que, después de trabajar tantas veces con millones de herramientas neandertales, buscándolas en cuevas por todas partes, creo que esto último esta equivocado.

Lo importante de este libro es que, con mi conocimiento muy preciso de estas poblaciones, utilizo a los neandertales para intentar comprender quiénes somos nosotros, los Homo sapiens. Al definir "¿Qué es un neandertal?", de hecho, he crado un espejo que nos permite hablar sobre nosotros, definirnos y comprender qué somos y hacia dónde nos dirigimos, eventualmente.

TG: La imagen del neandertal cuando yo era niño era infrahumana en cierto nivel. Pero en los últimos años hemos aprendido que los neandertales y los humanos se aparearon en múltiples lugares. Y no solo se aparearon, sino que obviamente tuvieron hijos de modo que nuestro ADN tiene parte de su ADN. ¿Cómo crees que eso ha cambiado nuestra comprensión sobre quiénes eran? ¿O no ha cambiado?

LS: Sabemos que todos los Homo sapiens de hoy en día, en diferentes grados, tenemos cierta cantidad de ADN neandertal, y ello nos permite decir: "Está bien, entonces no desaparecieron, sino que todos nos unimos y hemos creado una nueva humanidad"

Sin embargo, de hecho, eso no es lo que dice el ADN, en absoluto. Cuando se busca ADN antiguo, de hace 45.000 a 40.000 años, todos los primeros Homo sapiens tienen ADN neandertal reciente, y es por eso que a día de hoy portamos algo de ADN neandertal. Ahora bien, cuando intentas extraer ADN de los últimos neandertales, contemporáneos de esos primeros Homo sapiens (digamos de hace entre 50.000 y 40.000 años), no hay un solo neandertal con ADN proveniente de un Homo sapiens. [Nota del editor: excepto un neandertal de Siberia de 122.000 años recientemente estudiado].

Y esto es algo increíblemente importante en términos de antropología cultural, porque el intercambio de genes nunca es una historia de amor. En toda sociedad tradicional, está la cuestión de las identidades que vamos a construir entre dos grupos, y eso es lo que llamamos patrilocalidad.

Cuando dos poblaciones están cercanas la una de la otra, pero son muy distintas –tal vez porque tengan un idioma y tradiciones diferentes, pero que están en territorios vecinos– van a intentar intercambiar a sus mujeres. Eso significa que las mujeres tienen movilidad, es decir, eso significa que tu hermana se irá a otro grupo social de humanos...

Neandertales y 'Homo sapiens', cuyos cráneos se muestran arriba, hibridaron en Eurasia hace 250.000 años

TG: Ellas van a otro lugar para casarse y tener hijos, ¿no?

LS: Cierto si hacemos eso tu hermana entrará en mi grupo, y con ello nos convertiremos en hermanos; nos uniremos todos y nos convertiremos en una comunidad más grande y más poderosa. Esto es algo universal en antropología.

Y sabemos también por el ADN que esta cuestión de la patrilocalidad, esta movilidad de las mujeres, también era la misma para los neandertales.

Pero cuando vemos lo que pasó en el momento del contacto, observamos que todos los Homo sapiens tienen parte del ADN neandertal, pero no hay un solo neandertal con parte del ADN de los Homo sapiens. Esta es una cuestión importante para entender la extinción de los neandertales y la interacción precisa que hubo entre las dos poblaciones.

Pero puede suceder que tu hermana, tu hermana neandertal, se tenga que venir conmigo a mi comunidad de Homo sapiens, pero mi hermana no va a ir contigo. Esto es algo que muy raramente sucede, pero es posible cuando hay una guerra total entre dos poblaciones. Y, en ese caso, acabas considerando que el otro grupo son los transgresores de ciertos tabúes y que ya no son humanos. Los matarás a todos, pero te quedarás con los niños y las mujeres.

Con ello no quiero decir que haya habido un genocidio de los Homo sapiens con los neandertales. Eso podría haber sucedido en ciertas regiones, pero no creo que ese haya sido el proceso de extinción de los neandertales.

¿Qué podría haber ocurrido? Creo que sí, que intercambiaban a sus hermanas, pero que tal vez las diferencias genéticas entre ambas poblaciones eran tan importantes que, a pesar de intentar el mestizaje, no funcionó. Las dos poblaciones, ciertamente, intentaron intercambiar genes, pero sabemos que el ADN de sapiens y neandertales estaban separados por 500.000 a 300.000 años de distinción genética y lo que llamamos su interfecundidad era muy parcial. Sabemos por el ADN que cuando estas dos poblaciones hibridaron entre ellas tuvieron hijos, pero estos niños, si eran varones eran estériles o no podían sobrevivir. Entonces, creo que sí, que la población neandertal intentó practicar el mestizaje y hacer alianzas con otros grupos, pero eso, simplemente, no funcionó.

TG: Entonces, ¿estás diciendo que todos los apareamientos habrían sido con mujeres neandertales que se iban a las comunidades de los Homo sapiens, y que sus hijas eran las únicas que transmitían sus genes?

LS: Es muy probable que hubiera un proceso que funcionara así. Pero, por supuesto, también debemos tener en cuenta que nuestra comprensión sobre el valor del ADN antiguo es muy parcial.

Entrada de la cueva Mandrin, cerca de Montelimar, en el sur de Francia.

TG: ¿Hay algún artefacto o descubrimiento que creas que dé pistas sobre su cultura?

LS: Lo primero sobre lo que debemos darnos cuenta es que los datos arqueológicos son muy, muy ricos. Si está interesado en entender "¿Quiénes eran los neandertales?", estos dejaron tras de sí millones de herramientas, armas y elementos de pedernal. De hecho, tenemos demasiados datos y no podemos analizarlos todos. El problema que tuvimos al trabajar con todos esos millones de objetos es que cada vez, realmente, no "veíamos" a los neandertales.

Te daré un ejemplo muy sencillo para que lo puedas entender. Tú sabes que he encontrado restos del primer Homo sapiens en Europa continental. Hallé en la cueva de Mandrin, en Francia, restos que tienen más de 54.000 años, mientras que anteriormente pensábamos que los Homo sapiens no habían llegado a Europa hasta hace 45.000 años.

Tenemos allí en Mandrin miles de objetos que fueron abandonados por estos primeros Homo sapiens. Cuando tomamos estas herramientas, están hechas puntas de pedernal, al igual que las herramientas realizadas por los neandertales. Cuando las analizo son todas iguales. Eso significa que si vieras cien de estas puntas, y las 10.000 siguientes, todas son iguales. Incluso si tomas medidas con precisión de 1 milímetro todas son iguales.

Pero cuando se trata de herramientas y armas neandertales, hay algo muy importante. Cada uno de estos artefactos es impresionante. Son muy bonitos, como la artesanía del Homo sapiens. Cada uno de esos objetos es completamente diferente. Eso significa que cada objeto era único.

Es como si el artesano, el hombre de neandertal, cuando tomaba el pedernal, la materia prima, la roca, comenzara ya a trabajar. Es decir, mira la morfología, mira la textura, mira el color y, en función de ello, elabora su proyecto. Y cada objeto que elabore será único. Hay una creatividad increíble allí.

Entonces, ¿Qué teníamos en el momento del contacto entre ambas poblaciones? Pues que no estamos ante un grupo de Homo sapiens supercreativos que se encuentra con criaturas inferiores. Lo que hubo fue el encuentro entre nosotros, criaturas supereficientes, y ellos, criaturas supercreativas. Y dicha eficiencia, la normatividad, la uniformidad es algo muy importante que define al Homo sapiens, y ese es el mensaje de mi libro.

Recreación de familia de Homo sapiens.

Hay algo peligroso en el Homo sapiens. Pero no digo eso para decir: "El Homo sapiens es una criatura muy mala en la Tierra". El encuentro entre el neandertal y el Homo sapiens no fue un encuentro entre el bien y el mal.

Es probable que nosotros fuéramos muy eficientes..., que con nuestra simple presencia en el mismo territorio, los neandertales se hubieran desvanecido como en una ola. No éramos ni somos malos. Somos simplemente lo que somos, biológicamente.

Y seguimos siendo criaturas súper eficientes. En realidad, lo que vemos es que estamos destruyendo nuestro planeta, pero no porque seamos malvados, sino porque somos demasiado eficientes. Estamos destruyendo toda la biodiversidad no porque queramos destruir el planeta, sino porque no podemos hacer nada con respecto a nuestra propia forma de ser humanos. Ahora bien, podemos luchar contra eso, pues nuestras culturas pueden transformarse.

Hay algo en nosotros que es muy especial, que es muy peligroso, pero podemos cambiarlo. Ahora bien, sólo podemos hacerlo si nos damos cuenta de ello y le ponemos palabras.

TG: ¿Cómo lo cambiarías? ¿Cuáles serían las cosas que cambiarías de nosotros para evitar que destruyamos nuestro planeta?

LG: En el Homo sapiens hay un deseo de hacer todos lo mismo, todos juntos. Pero ¿Qué vamos a hacer con eso?

Si todos queremos hacer lo mismo, todos juntos, en nuestra propia sociedad, en nuestra sociedad sapiens, eso también significa que... una sola persona o un grupo de personas pueden cambiar el mundo.

Fuentes: livescience.com | ancientpages.com | theconversation.com | 7 de febrero de 2024

La planta venenosa que los antiguos romanos podrían haber tomado para obtener placer

En el interior del hueso se encontraron cientos de semillas de beleño negro. BIAX ConsultBIAX Consult

Un trozo de hueso hueco de animal fue la clave. En su interior, cientos de semillas de beleño negro (Hyoscyamus Níger), también conocido como hierba loca, quedaron almacenadas durante cientos de años, lo que demuestra que los antiguos romanos recolectaron y consumieron deliberadamente esta plata.

Los arqueólogos, aún así, todavía no saben a ciencia cierta si lo usaron como medicina o como narcótico. El beleño negro es una hierba que se ha utilizado desde la antigüedad tanto por sus propiedades curativas como por sus efectos alucinógenos. Sin embargo, hasta ahora no se había encontrado ninguna evidencia concluyente de su empleo en la Antigua Roma.

Un asentamiento rural en los Países Bajos

Las semillas aparecieron en un asentamiento rural descubierto en Houten-Castellum, en los Países Bajos. "Dado que puede crecer dentro y alrededor de los poblados, sus simientes pueden terminar en sitios arqueológicos de forma natural, sin intervención humana", dice la doctora Maaike Groot (izquierda), de la Universidad Libre de Berlín en un comunicado.

Flores de Beleño negro (Hyoscyamus niger). Wikipedia

En un artículo publicado en la revista Antiquity, Groot y su equipo explican que la evidencia inequívoca que señala su uso intencional es que las semillas se colocaron dentro de un hueso ahuecado de oveja o cabra y sellado con un tapón de alquitrán negro de corteza de abedul.

Investigaciones anteriores habían sugerido que el hueso podría haber sido una pipa utilizada para fumar beleño, pero la falta de evidencia de quemado implica que era más bien un recipiente para almacenar las pepitas de esta planta venenosa, consideran los especialistas.

La hierba loca prospera naturalmente en las tierras cultivadas por las comunidades agrícolas, por lo que a menudo es difícil decir si su aparición en contextos arqueológicos indica un uso intencional. "Es por eso que generalmente se clasifica entre las plantas y malezas silvestres en los estudios arqueobotánicos", dice Groot.

Los arqueólogos sólo han descubierto otros cuatro casos de beleño negro en el noroeste de Europa que indiquen que se estaba utilizando voluntariamente. Y apenas uno de ellos, procedente de la Dinamarca medieval, fue encontrado dentro de un contenedor. "El nuevo hallazgo es único y proporciona una prueba inequívoca del uso intencionado de semillas de esta planta en los Países Bajos romanos", afirma la experta.

Fotografía de excavación de un depósito dentro de la zanja del recinto que contiene una canasta, macetas y beleño negro (flecha inferior) (reproducida de van Renswoude et al .Referencia van Renswoude y Habermehl2017 .

Escritores clásicos como Plinio el Viejo analizaron en sus obras las aplicaciones médicas de la planta, sugiriendo que el beleño negro se usaba con fines medicinales más que recreativos en la Antigua Roma. “Esto indicaría que las prácticas romanas se extendieron incluso a las comunidades rurales de la periferia del Imperio”, señala Groot.

A lo largo de la historia, la hierba loca se ha utilizado para tratar los deliriums tremens, la epilepsia, el insomnio, los terrores nocturnos, la bronquitis asmática… Aún así, también es cierto que en dosis elevadas se convierte en un narcótico. Pedanio Dioscórides lo recetaba como analgésico y somnífero en el siglo I después de Cristo.

Detalles de la inflorescencia del beleño negro fotografiada tal como estaba en el campo (arriba) y después de la excavación en el laboratorio (abajo). Los círculos blancos marcan las concentraciones de semillas de los frutos y las flechas indican los restos del tallo (imágenes reproducidas de van Renswoude et al. Referencia van Renswoude y Habermehl2017

Durante la Edad Media, el beleño pasó a ser conocido como la “hierba de las brujas” y se hizo muy popular su uso para hacer brebajes, pócimas, ungüentos o filtros amorosos. Algunos historiadores apuntan que, al quemar sus semillas, el humo que salía drogaba a los pacientes y les daba la sensación de estar volando, lo que habría contribuido a crear el mito de las brujas volando en sus escobas.

"Nuestro estudio contribuye a la discusión sobre cómo distinguir entre una maleza que termina naturalmente en conjuntos arqueobotánicos y una planta utilizada intencionalmente por la gente", dice la doctora Groot. "Sostenemos que los futuros hallazgos de beleño negro deberían estudiarse teniendo en cuenta el contexto del hallazgo y su relación con otras plantas medicinales", concluye.

Fuente: lavanguardia.com | 8 de febrero de 2024

Utilizan ADN antiguo para mapear la migración durante el Imperio Romano

Un estudio dirigido por investigadores de Stanford Medicine encontró que había un alto grado de diversidad en el Imperio Romano y sus alrededores.

A lo largo del reinado de mil años del Imperio Romano, poblaciones dispares comenzaron a conectarse de nuevas maneras: a través de rutas comerciales, colaboración económica y política y esfuerzos militares conjuntos. Ahora, un equipo internacional dirigido por investigadores de la Universidad de Medicina de Stanford ha utilizado material genético de esqueletos antiguos para reunir una imagen detallada de los patrones de viaje y migración ocurridos durante el apogeo del imperio.

Su estudio, publicado en eLife, ha analizado el ADN de miles de humanos antiguos, incluidos 204 que no habían sido secuenciados previamente, y en el se muestra cuán diversas eran muchas áreas del Imperio Romano: al menos el 8% de las personas incluidas en el estudio no procedían originalmente del área de Europa, África o Asia en la que fueron enterrados.

"Hasta ahora, teníamos que confiar en el registro histórico y arqueológico para tratar de reconstruir cómo la población interactuaba y cambiaba durante ese tiempo", dice Jonathan Pritchard (izquierda), profesor de genética y biología en la Escuela de Humanidades y Sciences y uno de los autores principales del artículo. "Ahora podemos agregar nuevos detalles desde una perspectiva genética".

Geografía en expansión

Anteriormente, el grupo de Pritchard utilizó ADN antiguo para estudiar la diversidad genética de las personas en Roma y sus alrededores durante un período de 12.000 años de historia que abarca desde la Edad de Piedra hasta la época medieval. Mostraron cómo el área romana se volvió rápidamente más diversa en la época de la fundación oficial de la ciudad de Roma, que data del 753 a. C.

El equipo se preguntó qué parte de esa diversidad era exclusiva de Roma, la capital del imperio, y qué tan diversas podrían haber sido las áreas más remotas. En el estudio, se centraron en una ventana de tiempo más estrecha (desde el final de la Edad del Hierro, hace 3.000 años, hasta la actualidad), pero observaron un área geográfica que cubre todo el Imperio Romano. Utilizaron datos de ADN existentes de miles de esqueletos que habían sido recolectados en Europa central, Europa del este, Asia central, Gran Bretaña, el norte de Europa y el norte de África. Además, secuenciaron 204 nuevos genomas de 53 sitios arqueológicos en 18 países. La mayoría eran de personas que murieron durante los períodos conocidos como Roma imperial y la antigüedad tardía, del siglo I al VII a.C.

"Cuando comenzamos este estudio, no había muchos genomas históricos de este período, por lo que las nuevas muestras llenaron este vacío", dijo Clemens Weiss (derecha), ex becario postdoctoral en el laboratorio de Pritchard el cula ha codirigido el estudio.

Lo primero que notó el equipo fue que, durante el período en cuestión, las áreas menos diversas tendían a ser aquellas que estaban geográficamente aisladas, como las tierras altas de Armenia, que están rodeadas de montañas. Sin embargo, en general, la mayoría de las áreas del Imperio Romano tenían esqueletos de diversos orígenes genéticos. Entre las zonas particularmente diversas se encontraban Cerdeña, los Balcanes y partes de Europa central y occidental.

"En su mayor parte, las observaciones complementan lo que los historiadores y arqueólogos han planteado en sus hipótesis", dijo Margaret Antonio (izquierda), estudiante de posgrado en el laboratorio de Pritchard y coprimera autora del artículo. “Por ejemplo, la cerámica norteafricana se encontró en todo el Imperio Romano, y ahora también hemos encontrado evidencia genética de personas del norte de África que residían en las actuales Italia y Austria”.

Conexiones en el mapa

Para comprender mejor qué áreas estaban conectadas entre sí, el equipo llevó a cabo un gran análisis de las personas desenterradas en cada lugar cuya ascendencia genética no coincidía con el lugar donde fueron encontradas, lo que sugiere que ellos o sus ancestros recientes habían viajado o migrado al lugar de su entierro.

Descubrieron que, entre las personas que no eran locales del lugar donde fueron encontrados, existían patrones comunes de ascendencia. Las personas encontradas en Gran Bretaña e Irlanda eran más probablemente del norte o centro de Europa, por ejemplo, y mucho menos probable que procedieran del suroeste de Europa o del norte de África. El análisis les ayudó a explicar cómo las rutas comerciales y los movimientos militares podrían haber impulsado la diversidad.

"La expansión del imperio romano fue una empresa enorme que requirió miles de tropas, práctica del comercio, trabajo, esclavitud y desplazamiento forzado", dijo Weiss. "A medida que el mismo se expandió, atrajo a más y más personas y aumentó la movilidad en continentes enteros".

Los investigadores concluyeron que el aumento de la movilidad significó que, por primera vez, las personas viajaran a través de un continente durante su vida. Si bien la mayoría de los análisis de ADN antiguo revelan una difusión de poblaciones a lo largo de muchas generaciones, los nuevos resultados muestran que muchas personas se desplazaron grandes distancias durante sus vidas.

Cronología de genomas nuevos y publicados.

(A) 204 genomas recientemente informados (círculos negros) se muestran junto con los genomas publicados (círculos grises), ordenados por tiempo y región (coloreados de la misma manera que en (B). (B) Las ubicaciones de muestreo de los genomas recientemente informados (negro) y publicados (gris) se indican mediante diamantes, cuyo tamaño varía según la cantidad de genomas en cada ubicación.

Una población estable

Los nuevos datos llevaron a los investigadores a un enigma desconcertante: si la gente hubiera seguido moviéndose al ritmo observado durante el período estudiado, las diferencias regionales habrían comenzado a desaparecer gradualmente. Los genomas de las personas de Europa del este, por ejemplo, se habrían vuelto indistinguibles de los de Europa occidental y el norte de África, y viceversa. Sin embargo, la mayoría de estas poblaciones (incluso hoy en día) siguen siendo genéticamente distintas.

Esto puede deberse, en parte, a que los individuos no siempre se reproducían en los lugares donde murieron, y es posible que algunos hayan viajado durante su vida, pero que también pudieron haber regresado a sus casas de origen antes de tener hijos.

"Todo lo que podemos decir con certeza es dónde murieron estas personas", afirma Weiss. "Si alguien murió durante un despliegue militar, no significa, obviamente, que se hubiera reasentado permanentemente en el área donde se encontró su cuerpo".

Sin embargo, el equipo tiene otra hipótesis: la movilidad de las personas disminuyó drásticamente con el colapso del Imperio Romano. No tienen suficientes datos de ese período para saberlo con seguridad, pero esperan realizar estudios futuros que se centren en la época medieval, la Ilustración y la Revolución Industrial para ver cómo se comparan los patrones de movilidad.

Por ahora, el equipo está emocionado de poder vislumbrar cuán móviles eran las personas durante el Imperio Romano.

“Esto demuestra que el movimiento no es nuevo; la gente del Imperio Romano realmente viajaba de la misma manera que lo hacemos nosotros hoy en día”, asegura Antonio. “Se mudaron por motivos de comercio y trabajo, y algunas personas se establecieron donde se mudaron y otras no”.

Fuente: Universidad de Stanford | 30 de enero de 2024

La agricultura comenzó en el norte de África hace unos 7.500 años gracias a la inmigración, revela el ADN de entierros neolíticos

En Marruecos crecen campos de trigo dorado. (Crédito de la imagen: foto de Akdi/Shutterstock).

La era Neolítica, cuando se adoptaron la agricultura y la ganadería, se ha convertido en uno de los períodos de transición social y económica más estudiados en los últimos años. Fue un período que impulsó grandes cambios en la evolución de la sociedad humana.

Investigaciones recientes, fruto de proyectos que combinan excavaciones arqueológicas y análisis de ADN antiguo, apuntan a un rápido desarrollo en Oriente Medio, en la región conocida como el Creciente Fértil. Las innovaciones que surgieron allí se difundieron posteriormente y fueron adoptadas por las comunidades de cazadores-recolectores de la península de Anatolia (actual Turquía).

Hace unos 8.500 años, miembros de comunidades agrícolas cruzaron el mar Egeo, llevando a Grecia y los Balcanes técnicas similares a las utilizadas en Anatolia. Cinco siglos después, algunos cruzaron a Italia.

El Neolítico llega a la península ibérica

La agricultura apareció por primera vez en la península ibérica hace unos 7.600 años. Esto se produjo paralelamente a su aparición en las islas de Córcega y Cerdeña, así como a su paulatina expansión por los valles fluviales de la Europa continental.

Ello condujo a un marcado aumento del tamaño de la población y se produjo un enorme cambio demográfico cuando los cazadores-recolectores locales fueron asimilados, lo que provocó una amplia variación genética y cultural. Estas comunidades fueron las últimas de la era Mesolítica.

En la península ibérica, las prácticas que trajeron las poblaciones neolíticas fueron similares a las que habían aparecido unos siglos antes en Italia. La decoración de la cerámica es particularmente significativa, ya que es un fuerte indicador de afinidades culturales. Generalmente consistía en motivos impresos, conocidos como cerámica Cardial, en la que a menudo se utilizaban conchas marinas de berberechos para crear impresiones de borde dentado.

Este tipo de cerámica se ha encontrado en las zonas costeras de todo el Mediterráneo, por lo que se cree que los pueblos del Neolítico viajaban en sencillas embarcaciones que navegaban cerca de la orilla. En un tiempo relativamente corto, estas poblaciones llegaron a ocupar toda la península ibérica, donde experimentaron una rápida evolución cultural.

Cuenco con decoración cardial. Cueva de la Sarsa. V-IV milenio a.C., Museo de Prehistoria de Valencia. Jerome Roure Pérez/Wikimedia Commons

Cruzando el estrecho de Gibraltar

Mientras el Mesolítico se desarrollaba en Europa, las comunidades norteafricanas también subsistían gracias a la caza y la recolección. Genéticamente eran muy similares a grupos de varios miles de años antes, del final del Paleolítico superior, de los que se han descubierto restos en la cueva de Taforalt en Oujda, Marruecos. Estos grupos no parecían disponer de alfarería, al menos no los del norte del Magreb.

Más al sur, el Sahara tenía un aspecto muy diferente al de hoy. Era más húmedo e incluso contaba con zonas de sabana, bosques, ríos y lagos. Allí, la población cazadora-recolectora sí parecía disponer de cerámica, concretamente en zonas como los actuales Mali, Níger y Sudán.

Hace unos 7.500 años, comenzaron a aparecer signos de agricultura y ganadería en el norte de Marruecos, junto con cerámica impresa Cardial, la cual tenía muchas similitudes con piezas encontradas en la península ibérica mediterránea. Estas se han encontrado principalmente en la península de Tingitana, cerca de la actual Tánger.

Las innovaciones agrícolas incluyeron cultivos de cereales (trigo y cebada) y leguminosas (frijoles, guisantes y lentejas), así como la cría de ovejas y cabras. Junto con la aparición de la cerámica, hay evidencia de cuentas que decoraban pequeños gasterópodos marinos, así como cuentas hechas de cáscaras de huevos de avestruz que estaban muy extendidas en sitios anteriores y en toda la antigua África en general.

Cómo se difundió la innovación

Estos acontecimientos plantean la cuestión de si estas innovaciones podrían haberse extendido desde la península ibérica. Si es así, ¿Cómo fueron adoptados?

El estudio de los restos humanos de esta época, descubiertos en Kaf Taht el-Ghar, cerca de Tetuán, en Marruecos, ha aportado respuestas. El análisis del ADN antiguo de cuatro individuos, que datan de hace entre 7.400 y 7.100 años, cuenta una historia de mestizaje y cruces transcontinentales.

A diferencia de hallazgos anteriores, los habitantes neolíticos de esta cueva eran genéticamente similares a los pueblos neolíticos europeos, en su mayoría de herencia anatolia (del área que corresponde aproximadamente a la actual Turquía), con contribuciones de los antiguos cazadores-recolectores mesolíticos europeos. La población local sólo constituía entre el 15 y el 20% del acervo genético.

Esto indica una población neolítica en la zona que podríamos definir como "criolla". Era genéticamente similar a la que se hallaba presente en la misma época en la península ibérica, y muy diferente a la que había habitado la región unos siglos antes.

Por el contrario, en una necrópolis de 7.100 años de antigüedad, situada apenas a 200 kilómetros al sur (la cueva Ifri N'Amr Ou Moussa), se descubrió una comunidad entera de agricultores. Aunque tenían cerámica impresa, su perfil genético era enteramente autóctono de la región. Esto parece ser evidencia de que la población local simplemente adoptó las prácticas neolíticas sin asimilarse a una nueva sociedad.

Youssef Bokbot, del Instituto Nacional de Arqueología de Marruecos, y Cristina Valdiosera, de la Universidad de Burgos, sostienen dos cráneos del yacimiento marroquí de Ifri Ouberrid. C. V.

Siguiendo la huella de la cerámica

Mil años después, hace unos 6.500 años, aparecieron nuevos tipos de cerámica en yacimientos neolíticos de la costa atlántica de Marruecos. Tenían decoraciones moteadas y, a menudo, impresiones de cuerdas similares a las que se ven en el Sahara.

El análisis genético de tres individuos vinculados a este tipo de cerámica, hallados en la necrópolis de Skhirat-Rouazi, cerca de Rabat, revela una vez más un proceso de cambio. Parecen descender de poblaciones neolíticas, no de Anatolia sino del Levante mediterráneo (Oriente Medio). Se cree que viajaron desde el Sinaí, atravesando un Sahara mucho más húmedo y hospitalario que el actual, y acompañando a manadas de animales. Conocidos como grupos de pastores, su genética también incluye un pequeño porcentaje de cazadores-recolectores locales.

Finalmente, hace 5.700 años, hacia el final del Neolítico, el ADN humano descubierto en el yacimiento de Kelif el Baroud, también cerca de Rabat, parece cerrar el círculo, con evidencias de mestizaje entre todos los grupos anteriores. El genoma encontrado allí es una mezcla derivada de cazadores-recolectores indígenas del norte de África, agricultores de Anatolia mezclados con cazadores-recolectores europeos y grupos de pastores del Levante.

En el contexto general del Magreb Occidental, esto constituye la base de un crisol ancestral de culturas que ahora comparten la mayoría de sus habitantes. El acervo genético de la población actual de la región es una unión, formada durante millones de años, de tres continentes.

Fuente: theconversation.com | 30 de enero de 2024