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Descubren, gracias a un dron, pinturas rupestres de hace 7.000 años en Alicante

Pinturas rupestres del Neolítico en Penáguila (Alicante). EFE.

La provincia de Alicante cuenta con 130 abrigos rocosos, cuevas, covachas o barrancos que esconden pinturas dibujadas en la Prehistoria, una cifra que hace que supere en número a todas las demás provincias mediterráneas de España. Ahora, un dron ha permitido descubrir un yacimiento de gran valor, de unas pinturas rupestres del Neolítico (de hace 7.000 años) en varias cuevas de muy difícil acceso en Penáguila, en el interior de Alicante.

El descubrimiento se ha realizado en el marco de un proyecto pionero en el que han participado tres arqueólogos vinculados a la Universidad de Alicante (UA). Esta es la primera vez que se utiliza uno de estos pequeños vehículos aéreos no tripulados para el descubrimiento de pinturas rupestres prehistóricas en abrigos montañosos casi inaccesibles y que, de otra manera, solo podrían ser inspeccionados directamente tras varios días de preparación y con la apertura de complejas vías de escalada.

En este caso, se ha actuado en la zona del barranquet del Castellet-Barranc del Salt y Port de Penáguila, donde el dron ha fotografiado y grabado vídeos de las paredes de cavidades de 18 abrigos poco profundos y ha facilitado el hallazgo de pinturas en dos de ellos, cuyos resultados acaban de ser publicados en una de las mejores revistas de arqueología de la península Ibérica, en el número XLII de Lvcentvm.

Vista aérea del relieve montañoso en el entorno de Penàguila, donde se puede observar el paisaje abrupto y accidentado con abrigos de difícil acceso y susceptibles de contener arte rupestre.

Entre las nuevas cavidades descubiertas con el dron destaca la localizada en El Salt por la gran cantidad de figuras pintadas pertenecientes de estilo levantino con superposiciones, concretamente antropomorfas femeninas y de arqueros, así como ciervos y cabras, algunas heridas con flechas.

Además, hay otras representaciones de estilo esquemático más difíciles de interpretar, pero igualmente importantes, pues su estudio detallado contribuirá a comprender cómo ha sido la evolución del arte rupestre de la zona.

Antropomorfo levantino fotografiado con dron a 2,5 m de distancia en el Abric VIII de El Salt (Penàguila).


«El resultado del uso del dron ha sido el descubrimiento de un nuevo yacimiento con pinturas rupestres prehistóricas de diferentes estilos, que creemos será muy relevante para la investigación», ha explicado a EFE uno de los arqueólogos y piloto del dron, Molina Hernández, quien ha trabajado con Ximo Martorell Briz y Virginia Barciela González.

El lugar del yacimiento es un área geográfica muy conocida y alberga numerosos conjuntos con arte prehistórico que ya fueron documentados en los años 80 del siglo pasado por el catedrático emérito de Prehistoria de la Universidad de Alicante, Mauro Hernández, y Pere Ferrer y Enric Català, del Centre d’Estudis Contestans. Gracias a esto se han podido obtener resultados en un corto espacio de tiempo.

Abrigo VIII del Salt de Penàguila. Primera estación de ARP documentada con el empleo de dron en la provincia de Alicante. Fotografías a 2,5 m de distancia del lienzo: a, b.- Imágenes de dron en formato raw tratadas posteriormente con Photoshop para la ampliación de detalles del soporte, donde se aprecian motivos pintados; a’, b’.- Apilamiento y aplicación de filtro ybk15 con el plugin DStrech de Imagen J, apreciándose figuras zoomorfas y antropomorfas de estilo levantino. La longitud aproximada del antropomorfo es de 10 cm, la del cáprido inferior de 6 cm.

El descubrimiento ha sido notificado a la Dirección General de Cultura y Patrimonio de la Generalitat Valenciana, y su autenticidad y relevancia ha sido certificada al acceder a la cavidad gracias a la colaboración de los escaladores Alex Mora i Monllor y Natxo Gómez Ors.

Según han indicado los arqueólogos, se trata de uno de los yacimientos más relevantes de arte rupestre neolítico documentado en la comunidad valenciana en las últimas décadas y «puede ser el inicio de muchos otros descubrimientos que se van a producir en los próximos años en abrigos que habían pasado inadvertidos por estar ubicados en zonas de muy difícil acceso».

Detalle de una de las pinturas esquemáticas del abrigo III del Port de Penàguila y aplicación de filtro lds25 con el plugin DStrech de Imagen J. 15 cm de longitud máxima.

Los científicos han apostado por crear un marco metodológico que permita incorporar el uso de drones a la prospección arqueológica para la localización de yacimientos de distintos periodos históricos que son de difícil acceso, y proponen aprovechar la experiencia de su proyecto para futuras búsquedas.

Fuente: eldebate.com | 25 de mayo de 2023

Hallan ADN humano antiguo en 'joyas' de hueso de 20.000 años de antigüedad

Este diente de ciervo, hallado en la cueva de Denísova (Siberia), contenía ADN de una mujer que vivió hace entre 25.000 y 19.000 años. Imagen © Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.

El ADN contenido en 'joyas' antiguas está abriendo una ventana a la vida de nuestros antepasados ​​prehistóricos. Una nueva técnica ha permitido a un equipo de investigadores extraer el ADN de personas que han manipulado artefactos óseos, proporcionando pistas sobre su cultura.

En este sentido, el propietario de un colgante de dientes de venado ha sido identificado con más de 20.000 años después de su muerte. El grupo de investigadores logró extraer el ADN antiguo de una mujer a partir de una pieza de joyería que había sido encontrada en la cueva Denísova, Siberia. Este sitio es famoso por la extraordinaria conservación de restos prehistóricos, incluidos los de nuestros parientes no humanos.

El equipo espera que su técnica, recientemente desarrollada, permita descubrir más sobre los usuarios y fabricantes de artefactos antiguos, revelando así un mayor número de datos sobre la cultura de nuestros antepasados.

El profesor Ian Barnes (izquierda), experto en ADN antiguo en el Museo de Historia Natural de Londres y coautor del artículo de investigación, dice: "Las técnicas de extracción de ADN a medida, como esta, son absolutamente críticas para estudiar períodos de tiempo profundo en los que hay material muy limitado con el que trabajar".

"Trabajos anteriores han podido recuperar ADN antiguo de fuentes más allá de los huesos, como suelos y sedimentos, pero este nuevo método amplía aún más el estudio del ADN antiguo. Es fascinante ver cómo la necesidad de nuevas fuentes de información impulsa la creatividad científica”.

El Dr. Matthias Meyer (derecha), autor principal del artículo, agrega: "Si bien los científicos forenses no se sorprenderán de que el ADN antiguo de un humano pueda aislarse de un objeto que se ha manipulado mucho, es sorprendente que esto todavía sea posible después de 20.000 años".

Los hallazgos del estudio, dirigido por investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, han sido publicados en la revista Nature.

Las 'joyas' más antiguas jamás encontradas

Tanto los humanos antiguos como los modernos han estado fabricando objetos durante millones de años. Las herramientas más antiguas que se conocen tienen más de tres millones de años, y se han relacionado con especies como el Paranthropus y el Homo habilis.

Los homínidos antiguos, sin embargo, solo se dedicaron a fabricar otros artículos mucho más recientemente, y las 'joyas' o adornos más antiguos actualmente datan de alrededor de 142,000 años. Se cree que fueron los primeros Homo sapiens, que vivían en lo que es hoy el actual Marruecos, quienes hicieron agujeros en las conchas de los caracoles marinos para usarlos como cuentas de adorno. Las conchas también tienen rastros de tinte rojo, lo que sugiere que podrían haber sido pintadas.

Actualmente se cree que las joyas más antiguas del mundo provienen de la cueva de Bizmoune en Marruecos. Imagen adaptada de © A. Bouzouggar, INSAP, Marruecos, con licencia CC BY-NC 4.0 a través de Science Advances

Sin embargo, no son solo nuestros antepasados ​​los que fabricaban adornos. Las garras de águila encontradas entre los restos neandertales en Croacia, parecen haber sido suavizadas y tenían muescas hechas en ellas. Los investigadores creen que los neandertales pudieron haber hecho estas modificaciones, por lo que las garras podrían haber sido montadas en un collar o pulsera hace 130.000 años. Esto sucedió antes de que el Homo sapiens llegara a Europa, lo que demuestra que no solo nuestra especie apreciaba las 'joyas' o adornos personales.

Debido a que el hueso es poroso, los fragmentos de ADN en el sudor, la sangre o la saliva de los antiguos homínidos podrían haber entrado en artefactos óseos cuando se usaban o fabricaban. Esto hace que los adornos de hueso sean un recurso potencialmente rico para que los científicos los estudien. Sin embargo, llegar a este ADN es difícil y normalmente significa cortar o perforar el hueso, lo que implica dañar estos raros artefactos y destruir evidencias irreemplazables sobre cómo se hicieron.

La profesora Marie Soressi (izquierda), otra coautora del artículo de investigación, explica: "La estructura de la superficie de los artefactos óseos y dentales del Paleolítico proporciona información importante sobre su producción y uso. Por lo tanto, la preservación de la integridad de tales artefactos, incluidas las microestructuras en su superficie, es una prioridad máxima”.

"En el pasado se han utilizado intentos de extraer ADN de artefactos como estos, pero a menudo no fueron muy efectivos", agrega Barnes. "O bien no son muy buenos para obtener ADN de la muestra, o bien producen extractos que contienen mucha contaminación de otras fuentes".

Sin dejarse intimidar por los desafíos, el equipo se dispuso a desarrollar nuevas formas de extraer ADN antiguo de restos óseos sin recurrir a métodos o productos químicos destructivos.

¿Cómo se puede extraer el ADN antiguo de los artefactos óseos?

Para desarrollar su nueva técnica, los investigadores tomaron imágenes detalladas de la superficie de 10 fragmentos de huesos descubiertos durante las excavaciones en yacimientos paleolíticos de Francia. Luego, estos fragmentos se sumergieron en cuatro productos químicos diferentes que ya se utilizan para la extracción de ADN. Posteriormente, tras recuperar los mismos, los científicos tomaron más imágenes de su superficie para ver si los químicos causaron algún daño. Dos productos químicos habían alterado significativamente el hueso, por lo que se descartaron para futuras pruebas.

Más fragmentos óseos, que habían sido identificados tentativamente como herramientas, se colocaron luego en soluciones de tampón de fosfato de sodio a temperaturas progresivamente más altas. A continuación, se secuenció el ADN antiguo liberado de los artefactos para identificar de dónde procedía.

Si bien los investigadores lograron extraer ADN del hueso de un venado y de los artefactos de marfil, hasta el 98% del ADN humano que encontraron no mostraba signos de daño relacionado con su antigüedad. Esto significaba que probablemente era el ADN de los arqueólogos que habían desenterrado y manipularon tales fragmentos en la década de 1970, en lugar de los humanos antiguos.

El colgante del diente de ciervo se descubrió durante las excavaciones en la cueva Denísova en 2019. Imagen © Sergey Zelensky.

A pesar de los contratiempos iniciales, los investigadores habían demostrado que su nueva técnica podía funcionar. Pero necesitaban objetos óseos descubiertos durante las excavaciones modernas, donde los arqueólogos habían usado precavidamente máscaras y guantes para evitar la contaminación humana.

El equipo finalmente encontró la oportunidad que estaba buscando cuando probaron un colgante de diente de ciervo procedente de la cueva Denísova. Su técnica reveló la presencia de una cantidad "extraordinaria" de ADN antiguo humano, en su mayoría de un individuo femenino que vivió hace entre 19.000 y 25.000 años.

Su ADN se habría abierto camino dentro del hueso a través de un manejo extenso, ya fuera mientras se hacía el colgante o cuando lo usaba. No obstante, en la actualidad, es imposible para los investigadores saber si fue ella la creadora del collar y quien la usó, o ambas cosas.

Si se analizan más artefactos óseos de manera similar, ello podría permitir a los investigadores detectar patrones culturales. Por ejemplo, ciertos artefactos pueden haber sido usados ​​exclusivamente por un sexo, o pueden haber sido fabricados solo por grupos específicos de homínidos antiguos.

El equipo ha pedido a los arqueólogos que tomen medidas para evitar que estos artefactos se contaminen de ADN humano para que estos conocimientos sobre nuestros antepasados ​​no se pierdan para siempre.

Fuente: Natural History Museum | 3 de mayo de 2023

El colgante, hecho de un diente de ciervo, antes y después de la técnica de limpieza. Tras el lavado con fosfato sódico, ADN humano y del animal se quedó en la solución sin dañar la pieza. INSTITUTO MAX PLANCK DE ANTROPOLOGÍA EVOLUTIVA.

Un nuevo método logra extraer de un colgante el ADN de la mujer que lo llevó hace 20.000 años

Para los forenses, los objetos personales hallados en la escena de un crimen son claves porque pueden contener ADN que identifique a la víctima e incluso al asesino. Pero no es fácil recuperar material genético de hace 20.000 años y menos de una cosa que llevó alguien pegada a su cuerpo. Primero, porque la mayoría de las creaciones humanas, como la ropa, se han perdido en el tiempo. Segundo, porque los artefactos que se conservan son tan valiosos que no se pueden usar con ellos las técnicas de extracción de ADN, la mayoría agresivas, porque podrían ponerlos en peligro. Pero ahora, científicos alemanes han descubierto que se puede recuperar información genética de un colgante perteneciente a la persona que lo llevaba con solo lavarlo.

El colgante en cuestión fue descubierto por arqueólogos rusos en una de las cuevas de Denísova, en Siberia. Esta es la región donde vivieron los denisovanos, una especie de homínido que debió convivir con los ancestros de los humanos actuales y los neandertales (hay quienes sostienen que eran neandertales del este). En 2019, en una de las cuevas se descubrió el diente de un animal tallado y agujereado. Los investigadores tenían ante sí un adorno hecho probablemente de un ciervo que, por el estrato en el que lo hallaron, debió llevar alguien hace entre 20.000 y 30.000 años, es decir, cuando los denisovanos y los neandertales ya habían desaparecido en esta parte del mundo. Pero no pudieron indagar más allá y la cosa se quedó ahí, en una creación humana más para la colección. Sin embargo, en 2021, investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva publicaron un nuevo método para extraer y aislar ADN de huesos y dientes que no los destruye. En esta ocasión, casi importa menos el colgante que la nueva técnica para su análisis genético.

Elena Essel (izquierda) investigadora del Instituto Max Planck, participó en el desarrollo de esa técnica. “Para muestras de huesos y dientes, lo habitual es perforar un pequeño orificio en la muestra para recoger el polvo de hueso. Este polvo se usa luego para la extracción de ADN”, explica. Pero cuando se trabaja con artefactos confeccionados a partir de huesos y dientes, “en muchos casos no se puede hacer el muestreo destructivo, ya que arruinaría información valiosa que puede proporcionar la superficie de estos objetos”, añade.

Essel indica que la estructura de la superficie puede dar una idea de cómo se fabricaron y utilizaron estos objetos. Y añade: “Estos conocimientos son fundamentales para nuestra comprensión de las estrategias, el comportamiento y la cultura de subsistencia humana en el Pleistoceno. Por lo tanto, es crucial preservar la integridad de los artefactos durante la extracción. Así que nos propusimos desarrollar una técnica de extracción de ADN no destructiva”, completa.

Soluciones químicas y guantes

Tras ensayar el lavado con varias soluciones químicas en distintos objetos, encontraron que el fosfato sódico extraía el ADN sin dañarlos. Antes de probarlo con el colgante, lo usaron para reanalizar una serie de objetos de huesos de hace miles de años y recuperados el siglo pasado. Lograron extraer gran cantidad de restos genéticos, pero todo el ADN que identificaron era del propio animal o de humanos actuales: las muestras estaban contaminadas. Así que lo probaron con otros artefactos descubiertos en los últimos años, cuando ya los arqueólogos trabajan equipados como forenses, con guantes, gorros y mascarillas para evitar que sus manos, su sudor o incluso su aliento contamine algo que ha permanecido intacto durante milenios.

Tal y como detallan Essel y sus colegas en la revista científica Nature, usaron su nuevo método con cuatro colgantes de hueso que habían sido excavados con mucho mimo intentando evitar la contaminación. “En comparación con otras soluciones, el fosfato no disuelve la matriz ósea para liberar el ADN en la solución”, explica Essel. "Lo que hace este compuesto es prestarle su fosfato al hueso y al agregar fosfato libre, les permite “iberar el ADN de la matriz ósea sin involucionar el hueso mismo”, termina la científica alemana.

Interpretación artística del colgante con un cordón de ADN. MYRTHE LUCAS.

Tres de los colgantes analizados eran de la cueva de Bacho Kiro, en Bulgaria, y el otro era el de la cueva de Denísova. Los primeros son relevantes porque en Bacho Kiro se encontraron uno de los restos más antiguos de Homo sapiens en Europa. Las cuatro muestras fueron sumergidas en una solución con fosfato sódico y lavadas a diferentes temperaturas. Esto permitió obtener ADN de las cuatro. Dos de los colgantes de la cueva búlgara eran de algún tipo de oso ya extinguido y la otra de un bóvido. En cuanto al colgante denisovano, estaba hecho de un diente de un wapití, una especie de ciervo.

Pero el objetivo de las científicas era encontrar ADN humano. Lo lograron en uno de los colgantes búlgaros, pero en una proporción y concentración que impedía saber mucho más. Tuvieron más suerte con el adorno ruso: había suficiente material genético exógeno que se había colado en el diente. Tanto los huesos como los dientes son porosos y, más importante aún, contienen hidroxiapatita. Este compuesto, que por ejemplo forma parte del esmalte de los dientes, es básicamente calcio. Está presente en la matriz ósea y absorbe el ADN extraño como si fuera el propio. Así que las células de las manos que lo hicieron o del cuello que lo portó (o incluso de su sudor) se colaron dentro del colgante y toda su información genética ha sido recuperada ahora.

De su análisis genético, los científicos han podido inferir que se trataba de una mujer sapiens, como los humanos modernos, y no una denisovana. Debió vivir en aquella cueva hace entre 18.500 y 25.000 años, La datación entre el ADN animal y el humano del colgante, que difiere en unos milenios, no permite afinar más. Para hacerlo habría que usar la técnica del carbono-14, que es muy destructiva. La genética de la mujer encaja con la de otros restos humanos encontrados en Siberia, aunque al compararla con las poblaciones actuales, a quien más se asemeja es a los indios americanos. Esto tiene lógica, ya que desde Siberia partirían poco después los primeros humanos modernos que colonizaron América.

La científica Elena Essel, una de las que han diseñado la nueva técnica de extracción de ADN, trabaja con la pieza arqueológica. El manejo se hace con extremo cuidado para no contaminarla con su propio ADN.INSTITUTO MAX PLANCK DE ANTROPOLOGÍA EVOLUTIVA.

“Está emparentada con una población local de la época y miembros de esta población se trasladaron a América del Norte”, dice la arqueóloga experta en evolución humana de la Universidad de Leiden (Países Bajos) y coautora de esta investigación, Marie Soressi. Para ella, sin embargo, lo relevante de este trabajo es que se trata de “la primera extracción de ADN humano antiguo de un objeto de la Edad de Piedra”. Soressi destaca la relevancia del método sobre el análisis genético en sí: “Hace 20.000 años, una mujer en Siberia usó este diente perforado y su sudor entró en el colgante, la hidroxiapatita del diente se unió con su ADN y lo conservó en el colgante. 20.000 años después, liberamos el ADN de esta antigua mujer de su unión con la hidroxiapatita del diente del ciervo, elevando la temperatura y usando un líquido de fosfato de sodio que tiene una altísima capacidad de atracción y unión con las moléculas de ADN”, detalla.

Hay muchos restos humanos del Paleolítico y también muchos objetos. El problema es vincularlos. Lo explica Soressi: “Excavamos sitios con una gran cantidad de objetos, herramientas de piedra, de hueso, restos de fauna y, en ocasiones, adornos personales... Pero la resolución temporal es muy baja: a menudo decenas de años, a veces cientos o incluso miles de años colapsados en una capa arqueológica. Aplicando la misma resolución de tiempo al presente, confundiríamos objetos de la época medieval con los del siglo XXI. Una pregunta tan simple como si objetos específicos (por ejemplo, objetos para trabajar la piel) fueron usados por hombres o mujeres no puede ser contestada”. Para la investigadora, "esta nueva técnica abre enormes oportunidades para reconstruir mejor el papel de los individuos en el pasado según su sexo y ascendencia”.

El profesor Matthias Meyer, colega de Essel en el Instituto Max Planck, destaca esta recuperación de ADN humano de un objeto usado por una persona. “Actualmente, solo hay formas indirectas de vincular personas con objetos, por ejemplo, si se encuentran huesos humanos en la misma capa arqueológica”, dice. Pero esta investigación lo puede cambiar todo: “Sabiendo que los objetos en sí mismos pueden preservar el ADN humano, ahora podemos asignar objetos no solo a grupos de personas sino a individuos específicos. Con esto podemos saber si los colgantes y otros adornos fueron usados por hombres, mujeres o ambos”, añade. También esperan que el método funcione con herramientas de hueso y en los casos en que diferentes grupos, como los neandertales y los humanos modernos, habitaron el mismo lugar, “podríamos determinar qué objetos fueron utilizados por qué grupo”, termina.

El genetista Carles Lalueza-Fox (izquierda) es uno de los mayores expertos en ADN antiguo y fue revisor de esta investigación antes de su publicación. Sobre el alcance del método y la posibilidad de aplicarlo a otros restos del pasado dice: “Se publican muchos métodos que después no se emplean más allá de sus proponentes, bien porque solo se han reportado resultados positivos o bien porque no hay muchos especímenes donde aplicarlos”. Pero sí cree que podría usarse en objetos parecidos, “por ejemplo para determinar si hombres y mujeres empleaban adornos corporales, pero el entorno de la cueva de Denísova parece ser muy especial para la conservación del ADN; ya veremos si se puede aplicar a otros yacimientos y bajo qué circunstancias”, concluye el científico del Instituto de Biología Evolutiva (UPF-CSIC).

Fuente: elpais.com | 3 de mayo de 2023

Descubren un conjunto único de pinturas cristianas en Vieja Dongola, Sudán

Escena de uno de los frescos descubiertos en la que se puede ver al rey David de Makuria junto a Cristo y al arcángel Miguel. Adrian Chlebowski: Centro Polaco de Arqueología Mediterránea, Universidad de Varsovia

Ubicada en la orilla oeste del Nilo, Vieja Dongola fue la capital del legendario reino cristiano de Makuria, que se extendió en el norte de Sudán. A pesar de que la ciudad fue fundada en el siglo V d.C. con el objetivo de servir de fortaleza, Vieja Dongola no tardó en transformarse en un bullicioso centro comercial y punto de partida para las caravanas que se dirigían hacía Darfur y Kordofan.

Con la llegada del cristianismo en el siglo VI, Vieja Dongola se convirtió en una próspera capital, y en sus dos kilómetros cuadrados de superficie se levantaron murallas, iglesias, dos palacios y un monasterio del que se han conservado los baños y diversas decoraciones murales. Vieja Dongola alcanzaría su apogeo entre los siglos IX y XI, pero sería entre los siglos XIII y XIV, a raíz de los ataques musulmanes, cuando su esplendor empezó a decaer.

Restos de la iglesia de la Columnas de Granito en Vieja Dongola. Lucio A (CC BY 2 0)

REPRESENTACIONES INUSUALES

Desde hace un tiempo, un equipo de arqueólogos del Centro de Arqueología Mediterránea de la Universidad de Varsovia, dirigidos por Lorenzo de Lellis y Maciej Wyżgoł, excava en Vieja Dongola para descubrir los misterios que aún oculta la legendaria metrópoli. Allí, en el contexto del proyecto de investigación UMMA (Metamorfosis urbana de la comunidad de una capital africana medieval), han descubierto una cámara subterránea y un complejo de habitaciones abovedadas, hechas con adobe, ocultas bajo el pavimento de unas casas que fueron construidas entre los siglos XVI y XIX, durante el período del sultanato de Funj (que gobernó la región durante varios siglos).

En una de estas casas de la era Funj, los arqueólogos localizaron una abertura que conducía a una pequeña habitación cuyas paredes estaban decoradas con escenas inusuales. Estas incluían algunos frescos figurativos únicos en la iconografía cristiana, con representaciones de Cristo, el arcángel Miguel, la Virgen María y un gobernante nubio llamado David.

Fresco que representa a la Virgen María hallado en Vieja Dongola. Magdalena Skarzynska/Centro Polaco de Arqueología Mediterránea, Universidad de Varsovia

MISTERIOSAS INSCRIPCIONES

"Las pinturas muestran a la Madre de Dios y a Cristo, así como una escena que presenta al rey nubio David, a Cristo y al arcángel Miguel. Sin embargo, esta no es una representación típica de la protección del gobernante por santos y arcángeles. El rey se inclina ante Cristo, sentado en las nubes, y besa su mano. El soberano está sostenido por el arcángel Miguel, cuyas alas extendidas protegen tanto al rey como al mismo Cristo", señalan los investigadores en un comunicado.

Junto a los frescos se han encontrado asimismo algunas inscripciones, en las que se hace referencia varias veces al rey nubio David (que gobernó Makuria entre 1272–1276), el cual pide a Dios que proteja la ciudad. "David fue uno de los últimos gobernantes de Makuria, cuyo reinado marca el principio del fin del reino. Por razones desconocidas, David atacó Egipto, que había invadido Nubia como parte de una acción de represalia, y Dongola fue conquistada por primera vez en su historia. Quizá la pintura fue creada cuando el ejército mameluco se acercaba a la ciudad o la asediaba", sugieren los arqueólogos.

Una de las restauradoras durante los trabajos de conservación de los frescos. Dawid Szymanski/Centro Polaco de Arqueología Mediterránea, Universidad de Varsovia

CONDICIONES EXTREMAS

Uno de los mayores misterios es, sin embargo, el vasto complejo de salas en el que se encuentran las pinturas. Los espacios abovedados son bastante reducidos. "La sala en la que se encuentra la escena con la imagen del rey David se asemeja a una cripta, pero se encuentra a siete metros sobre el nivel del suelo medieval. El edificio es contiguo a una monumental estructura sacra, identificada por los investigadores como la Gran Iglesia de Jesús; probablemente se trate de la catedral de Vieja Dongola mencionada en textos históricos", insinúan los arqueólogos.

Estas pinturas, únicas en su género, están siendo preservadas por el equipo de restauración dirigido por Magdalena Skarżyńska, del Departamento de Conservación y Restauración de Obras de Arte de la Academia de Bellas Artes de Varsovia. "Trabajar en un espacio tan pequeño, bajo la presión del tiempo y con altas temperaturas ya en marzo fue extremadamente exigente. Las pinturas en algunos lugares se desprendieron de la pared, pero la capa de pintura en sí estaba muy bien conservada lo que facilitó grandemente los trabajos destinados a su preservación", concluye la restauradora.

Trabajos de restauración de las pinturas murales. Magdalena Skarżyńska/Centro Polaco de Arqueología Mediterránea Universidad de Varsovia.

Fuentes: nationalgeographic.com.es | nakawpolsce.pl | 11 de abril de 2023

La madre de Leonardo da Vinci podría haber sido una esclava circasiana

Retrato de Leonardo da Vinci. North Wind Picture Archives/Alamy Stock Photo

Un documento recién descubierto, redactado por el padre de Leonardo da Vinci, Piero, en noviembre de 1452, muestra que emancipó a una esclava llamada Caterina. El erudito que encontró el documento (Carlo Vecce, profesor de literatura italiana) ha sugerido que ella era la madre de Leonardo.

La noticia se anunció para que coincidiera con la publicación de la novela de Vecce Il Sorriso di Caterina (La sonrisa de Caterina), un relato ficticio de la vida de la madre de da Vinci. La novela de Vecce entrelaza los pocos hechos en los que los eruditos están de acuerdo: que da Vinci era el hijo ilegítimo de su padre y una mujer de menor estatus y que su madre se llamaba Caterina.

Los académicos están de acuerdo con estos hechos debido a otro descubrimiento de archivo realizado por el destacado estudioso de Leonardo da Vinci, Martin Kemp, en 2016.

Kemp identificó una declaración de impuestos de 1457 presentada por el abuelo de Leonardo, Antonio da Vinci, que enumeró a los miembros de su familia, incluido el hijo ilegítimo de Piero da Vinci, Leonardo, "nacido de él y Caterina". Ese documento llevó a Kemp a identificar a la madre de da Vinci como una huérfana de 15 años, Caterina di Meo Lippi.

Estos dos hallazgos de archivo, la emancipación de Caterina de Piero da Vinci y la declaración de impuestos de Antonio da Vinci, significan que Vecce y Kemp están de acuerdo en el origen social de la madre de da Vinci. Esta es una parte importante de la historia de su vida.

Madonna del Clavel de Leonardo da Vinci (c. 1472-1478). Alte Pinacoteca

Si da Vinci hubiera sido un hijo legítimo, su carrera profesional habría seguido la de su padre, que era notario (un profesional del derecho que autentifica y testifica documentos legales).

Da Vinci fue reconocido como hijo de su padre y vivió con su abuelo, pero, como hijo ilegítimo, su carrera profesional y su formación tuvieron que estar en otra parte. En lugar de seguir una carrera legal, da Vinci fue aprendiz de Andrea del Verrochio, un orfebre y pintor. El resto, como ellos dicen, es historia.

La esclavitud en la Europa del Renacimiento

La esclavitud era una parte intrínseca de la estructura social de la Europa del Renacimiento y está bien documentada en los registros legales. Muchos especialistas actuales se han centrado en obtener una mejor comprensión de lo que significaba ser "esclavizado" y quiénes pudieron haber sido estos esclavos.

El documento recién descubierto demuestra lo común que era la esclavitud en la Europa del Renacimiento y hasta dónde llegó en la escala social. Piero da Vinci, que estaba razonablemente bien acomodado, pero de ninguna manera en la cima del orden social, era dueño de una mujer esclavizada (Caterina) y podía permitirse el lujo de emanciparla.

Una casa de piedra con patio fotografiada en un día soleado.

El posible lugar de nacimiento y hogar de la infancia de Leonardo en Anchiano, Vinci, Italia. Roland Arhelger , CC BY.

Piero da Vinci siguió las convenciones sociales de su época al agregar una esclava circasiana a su hogar. Los esclavos circasianos procedían del noroeste del Cáucaso y las mujeres eran célebres por su belleza.

Muchos circasianos eran musulmanes y el nombre de "Caterina" se asignaba comúnmente tras la conversión al cristianismo. Caterina se refiere a Santa Catalina de Alejandría, una conversa romana que se convirtió en mártir, por lo que el nombre hace referencia a este acto de conversión y es un ejemplo de servicio devoto para la emulación de los recién convertidos.

La emancipación de los esclavos era una expectativa social de la caridad cristiana y, a menudo, ocurría cuando el propietario redactaba su testamento o cuando un esclavo había "probado" su servicio. Esto podría estar relacionado con la duración del servicio o, probablemente en el caso de Caterina, con el nacimiento de un hijo. Estas personas a menudo desaparecían de los registros después de su emancipación.

En el caso de Caterina, Kemp sugiere que se le proporcionó una pequeña dote para que pudiera realizar un matrimonio modesto. Ciertamente, es posible que la emancipación de Caterina siguiera al nacimiento de su hijo, Leonardo, pero los archivos no nos dan más respuestas. Es probable que no haya forma de saber cuál fue el destino de Caterina y el relato ficticio de Vecce sea una reconstrucción tan buena como cualquier otra.

Santa Catalina de Alejandría pintada por Caravaggio (1598). Museo Nacional Thyssen-Bornemisza , CC BY.

El documento de Vecce también plantea interrogantes sobre el significado de la palabra “esclavitud” en el contexto de la Europa del Renacimiento. La esclavitud, en el sentido más genérico de la palabra, significa la propiedad de una persona por otra, incluida la propiedad sobre su cuerpo y trabajo.

Una persona esclavizada como Caterina se consideraba muy valiosa en la Europa del Renacimiento. Agregar un esclavo al personal doméstico actuó como un marcador de estatus para Piero da Vinci. Su propiedad de una esclava circasiana demostraba que lo había logrado económica y profesionalmente.

Además, la posterior emancipación realizada por Piero de su esclava le permitió demostrar su supuesta compasión cristiana al liberarla, y nuevamente demostrar su riqueza económica al poder desprenderse del trabajo gratuito de ella.

Un esclavo de esta época era el "más libre" de los sirvientes de una casa del Renacimiento, pero, en última instancia, cada uno de los sirvientes de Piero da Vinci estaba en condiciones de servidumbre y no era libre de una forma u otra.

Las personas esclavizadas en la Europa del Renacimiento no se consideraban un grupo distinto, sino que pertenecían al contexto social más amplio de servidumbre y esclavitud. Lo que los diferenciaba era su valor de mercado fijo, y que, por ley, podían venderse y (re)venderse a menos que estuvieran emancipados, lo que los llevó a ser vistos como posesiones de lujo.

Entonces, ¿cambia el documento de Vecce nuestra comprensión de la vida y obra de da Vinci? En lo más mínimo. Sin embargo, lo que sí hace es arrojar luz sobre hasta qué punto llegó la esclavitud a los hogares de la Europa del Renacimiento.

Fuente: theconversation.com | 28 de marzo de 2023

Hallan grabados, conchas de adorno y herramientas líticas, de la misma época que los de la cueva de Lascaux en Bellegarde (Francia)

Un grupo de arqueólogos anunció ayer jueves el descubrimiento de pequeñas placas de piedra caliza en las que fueron grabados perfiles de caballos y una vulva, de más de 16.000 años de antigüedad, en un yacimiento del sureste de Francia.

Los especialistas del Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (Inrap, por sus siglas en francés) trabajan desde 2015 en ese sitio antes de su transformación en un vertedero de la región de Nîmes, en Bellegarde.

Los objetos encontrados abarcan desde los 20.000 hasta los 16.000 años antes de nuestra era, un periodo similar al del arte rupestre de la famosa cueva de Lascaux, en el suroeste de Francia. Pero según los expertos, en ese lugar hubo presencia humana hasta el siglo XVI.

A los pies de las Costières de Nîmes, a las puertas de la Camarga, el sitio de Bellegarde (Gard). © Rémi Benali, Inrap.

El yacimiento de Bellegarde, ligeramente elevado, fue probablemente elegido como punto de parada por las poblaciones nómadas, puesto que contaba con un manantial y ofrecía una buena vista de las manadas de caballos salvajes que cruzaban la llanura.

En 2016, tras once meses de excavaciones, los arqueólogos descubrieron 100.000 objetos de sílex tallado (armas y herramientas), huesos de animales y conchas utilizadas como adornos, algunos de los cuales datan de principios del periodo Magdaleniense, hace más de 22.000 años.

Cabeza de caballo con pequeñas orejas "antenas" del Magdaleniense Inferior inicial (20.000 años) comparable a los motivos visibles en las cuevas de Cosquer en Marsella y Lascaux en el Dordoña. Estudio: Oscar Fuentes, Centro Nacional de Prehistoria (CNP). © Denis Gliksman, Inrap.

Pero el momento más emotivo se produjo cuando al limpiar los objetos descubrieron dos pequeños fragmentos de piedra caliza con perfiles de caballos. Uno presenta un perfil de caballo aislado, con muchos detalles anatómicos precisos: fosa nasal, boca, ganache, ojo, crin, orejas.

El otro lleva tres perfiles de caballos yuxtapuestos con ojos, mandíbulas y pelo en la frente. La representación de las orejas de uno de los caballos mediante pequeños segmentos rectilíneos "en antenas" es un rasgo estilístico que se puede encontrar en ciertas cavidades de Ardèche, pero también en la cueva de Cosquer en Marsella y en Lascaux en Dordoña.

Placa grabada con tres perfiles de caballos, de la inicial Magdaleniense Inferior (20.000 años), descubierta en Bellegarde (Gard). Estudio: Oscar Fuentes, Centro Nacional de Prehistoria (CNP). © Denis Gliksmann.

"Estos grabados figuran entre las obras más antiguas conocidas de esta cultura paleolítica, al igual que las pinturas y grabados rupestres de la cueva de Lascaux", afirmó Vincent Mourre, uno de los arqueólogos responsable de las excavaciones.

En otro fragmento más reciente (Magdaleniense Medio, 16.000 años), descubrieron un grabado que puede interpretarse como una vulva enmarcada por la parte superior de las piernas de forma exagerada y desproporcionada, sobre una losa de unos 50 cm. Se conocen representaciones de vulvas aisladas en losas y bloques en algunos sitios más antiguos (Auriñaciense) en Dordoña. En el Magdaleniense, los ejemplos documentados hasta entonces eran en su mayoría obras parietales, ya sea en España o en el suroeste de Francia. La disposición, que incluye un triángulo púbico unido a dos piernas, es excepcional y solo tiene un equivalente conocido en una pared de la cueva de Cazelle, en Dordoña.

En esta placa encontrada durante las excavaciones realizadas en Bellegarde (Gard), hay un motivo de una vulva, enmarcada por la parte superior de las piernas. Esta excepcional representación femenina data del Magdaleniense Medio (16.000 años). Estudio: Oscar Fuentes, Centro Nacional de Prehistoria (CNP). © Denis Gliksman, Inrap

También se observaron finas incisiones -más difíciles de interpretar- en una gran losa de unos cincuenta centímetros. Esta fue descubierta rota en el suelo de un hábitat, entre innumerables objetos de pedernal cortado. Supone una expresión artística extremadamente rara y poco documentada, ya que evoca una forma de arte sobre una losa elevada, dentro del propio espacio doméstico.

Losa grabada, rota en el sitio dentro de una ocupación del Magdaleniense Inferior inicial; algunos fragmentos presentan finas incisiones que siguen siendo difíciles de interpretar. Estudio: Oscar Fuentes, Centro Nacional de Prehistoria (CNP). © Denis Gliksman, Inrap.

Visible para todos, es muy diferente de las pinturas y grabados de las cuevas decoradas, que probablemente no sean de fácil acceso para el común de los mortales en el día a día. Difícil de transportar por su masa y sus imponentes dimensiones, tampoco es un arte portátil.

El Magdaleniense de Bellegarde

El yacimiento de Bellegarde es testigo de una sucesión excepcional de ocupaciones divididas en cinco grandes fases que abarcan aproximadamente 6.000 años y abarcan casi todo el Magdaleniense, desde hace 20.000 hasta 14.000 años. La secuencia se ha beneficiado de 17 dataciones por carbono 14, notablemente coherentes. Estos conjuntos homogéneos, representativos y bien fechados hacen que el sitio de Bellegarde se convierta en una referencia a escala regional y nacional.

Se han descubierto más 100.000 herramientas de silex (núcleos, microcuchillas, raspadores, etc.) que datan del periodo Magdaleniense.

En total, se tamizaron con agua 24.000 litros de sedimento, lo que permitió recolectar una gran proporción de herramientas y armas de pedernal, a veces fabricadas como navajas muy pequeñas. La excavación y la clasificación meticulosa de los sedimentos tamizados ha proporcionado información sobre el paleoambiente del lugar. Los huesos de reno se corresponden con un clima frío. Temperaturas más bajas que las actuales se confirman por la presencia de carbones de pino silvestre y abedul. Varios niveles de ocupación también han arrojado pequeñas conchas perforadas de las costas del mar Mediterráneo. En algunos, la presencia de rastros de uso indica que fueron usados ​​como cuentas, colgados o cosidos a la ropa.

Distintos tipos de conchas utilizadas como elementos de adorno.

Geográficamente, el yacimiento se encuentra cerca de la frontera entre dos regiones consideradas áreas culturales distintas, delimitadas por el curso inferior del Ródano y el Durance. Al oeste y al norte hay un área asociada con la sucesión clásica de culturas prehistóricas: auriñaciense / gravetiense / solutrense / magdaleniense / aziliense. Al sureste, el Epigravetiense sucede al Gravetiense y ve persistir un cierto número de sus especificidades técnicas y culturales hasta el final del Paleolítico reciente. Las industrias, los ornamentos y las obras grabadas de Bellegarde nos ofrecen la oportunidad de cuestionar la relevancia de esta bipartición geográfica ya que los elementos estilísticos permiten comparaciones con las obras de la segunda fase de ocupación de la cueva de Cosquer, en pleno territorio epigravetiense.

Un sitio regularmente ocupado

La operación arqueológica en Bellegarde tiene un total de cinco áreas de excavación en seis hectáreas. Además de las del Paleolítico Superior, se han excavado ocupaciones que datan de la Prehistoria Superior (Neolítico Inicial, Medio y Superior), Protohistoria (Edad del Bronce y del Hierro), Antigüedad, Edad Media y Época Moderna. Casi mil estructuras han sido exhumadas. Algunos definen unidades de vivienda, almacenamiento o artesanía, otros se relacionan con la explotación agraria de la tierra. Finalmente, a partir del V milenio antes de Cristo, los grupos humanos enterraron en ocasiones allí a sus difuntos.


Estas formas de ocupación discontinua, pero repetidas, atestiguan el atractivo del lugar: muy bien situado en las estribaciones de las Costières, cerca de una fuente, se abre a la Camarga y, según la época, a la orilla del Mediterráneo a pocos kilómetros. Allí se disponía de madera y agua, así como de las riquezas del subsuelo (arcillas, areniscas, calizas y cantos rodados), algunas de las cuales permitían crear herramientas o se transformaban in situ en materiales de construcción.

Fuentes: swissinfo.ch | inrap.fr | 30 de marzo de 2023

Se cuestiona la teoría de que Stonehenge fuera un calendario

Stonehenge (vista desde el NE). Crédito: Juan Belmonte.

Stonehenge es un monumento asombrosamente complejo, que llama la atención principalmente por su espectacular círculo megalítico y su forma en "herradura", construido alrededor del 2600 a. C.

A lo largo de los años se han propuesto varias teorías sobre el significado y la función de Stonehenge. Hoy, sin embargo, los arqueólogos tienen una imagen bastante clara de este monumento como un "lugar para los antepasados", ubicado dentro de un paisaje antiguo complejo que incluía varios otros elementos.

La arqueoastronomía tiene un papel clave en esta interpretación ya que Stonehenge exhibe una alineación astronómica con el sol que, debido a la planitud del horizonte, se refiere tanto a la salida del sol del solsticio de verano como a la puesta del sol del solsticio de invierno. Esto explica un interés simbólico de los constructores en el ciclo solar, probablemente relacionado con las conexiones entre el más allá y el solsticio de invierno en las sociedades neolíticas.

Esto, por supuesto, está muy lejos de que se pueda decir que el monumento se usó como un dispositivo calendárico gigante, tal como se ha propuesto en una nueva teoría publicada en Antiquity el pasado año por el arqueólogo Timothy Darvill, de la Universidad de Bournemouth, en el Reino Unido. Según esta teoría, el monumento representa un calendario basado en 365 días al año dividido en 12 meses de 30 días más cinco días epagomenales, con la adición de un año bisiesto cada cuatro.

Este calendario es idéntico al alejandrino, introducido más de dos milenios después, a finales del siglo I a. C. como combinación del calendario juliano y el calendario civil egipcio.

El año pasado, un investigador británico dijo que el diseño de Stonehenge representaba un calendario que permitía a las personas rastrear un año solar de 365,25 días en función de la alineación del sol en los solsticios. Los sarsens grandes en el sitio parecen reflejar un calendario con 12 meses de 30 días.

Según el profesor Darvill, todo el sitio era la representación física de un mes (con una duración de 30 días) y las 30 piedras en el círculo sarsen representaban cada una un día dentro del mes. Esta ilustración muestra el anillo de 30 piedras sarsen verticales, numeradas S1 a S30 en el sentido de las agujas del reloj.

Para justificar este "calendario en piedra", el número de los días se obtiene multiplicando los 30 dinteles sarsen (probablemente) presentes en el proyecto original por 12 y sumando a este resultado de 360 el número de los trilitos en pie de la "construcción en herradura", que es cinco. La adición de un año bisiesto cada cuatro está relacionada con el número de "piedras de la estación", que es, de hecho, cuatro.

Esta maquinaria presuntamente se mantuvo en funcionamiento usando la alineación del eje del solsticio que se supone fue tomada de Egipto; sin embargo, el calendario egipcio, que era de 365 días, tuvo que ser refinado (de hecho, la corrección del año bisiesto no estuvo presente hasta la época romana).

Esta teoría, ciertamente fascinante, ha sido ahora sometida a una severa prueba de estrés por parte de dos expertos en Arqueoastronomía, Juan Antonio Belmonte Avilés (izquierda, Instituto de Astrofísica de Canarias y Universidad de La Laguna, Tenerife, España) y Giulio Magli (derecha, Politécnico de Milán). En su artículo, que también ha sido publicado en Antiquity, los autores muestran que dicha teoría se basa en una serie de interpretaciones forzadas de las conexiones astronómicas del monumento, así como en una numerología discutible y analogías sin fundamento.

En primer lugar, la astronomía. Aunque la alineación de los solsticios es bastante precisa, Magli y Belmonte muestran que el lento movimiento del sol en el horizonte en los días cercanos a los solsticios hace imposible controlar el correcto funcionamiento del supuesto calendario, ya que el dispositivo (recordemos: compuesto por enormes piedras) debe permitir distinguir posiciones con una precisión de unos pocos minutos de arco, es decir, menos de 1/10 de un grado.

Así, si bien la existencia del eje muestra interés en el ciclo solar en un sentido amplio, no proporciona prueba alguna para inferir el número de días del año que fue concebido por los constructores de Stonehenge.

En segundo lugar, la numerología. Atribuir significados a los "números" de un monumento es siempre un procedimiento arriesgado. En este caso, un "número clave" del supuesto calendario, el 12, no es reconocible en ninguna parte, así como ningún medio para tener en cuenta el día epagomenal adicional cada cuatro años, mientras que otros "números" simplemente se ignoran (por ejemplo, el portal de Stonehenge estaba hecho de dos piedras). Así, la teoría adolece también del llamado "efecto de selección", un procedimiento en el que sólo se extraen de los registros materiales los elementos favorables a una interpretación deseada.

Finalmente, parangones culturales. La primera elaboración del calendario de 365 más 1 día está documentada en Egipto solo dos milenios después de Stonehenge (y entró en uso siglos más tarde).

Piedra sarsen de tamaño pequeño S21 (izquierda) en el Círculo Sarsen, con el S22 de tamaño normal a la derecha. Vista mirando hacia afuera desde el interior del círculo. Escala = 2m (fotografía de T. Darvill).

Por lo tanto, incluso si los constructores tomaron el calendario de Egipto, acabaron refinándolo por su cuenta. Además, también inventaron por su cuenta un edificio para controlar el tiempo, ya que nunca existió nada de este tipo en el antiguo Egipto; probablemente los egipcios reflejaron la deriva de su calendario de 365 días a través de las estaciones en su arquitectura, pero esto es muy diferente. Por lo demás, un trasvase y elaboración de nociones con Egipto, ocurrido alrededor del 2600 a. C., no tiene base arqueológica.

Con todo, el supuesto calendario de Stonehenge de precisión solar "neolítico" se nos mostraría como una construcción puramente moderna cuyas bases arqueoastronómicas y calendáricas son defectuosas.

Tal como ha ocurrido muchas veces en el pasado -por ejemplo, con las afirmaciones (que la investigación moderna ha demostrado que son insostenibles) de que Stonehenge se utilizó para predecir eclipses- el monumento vuelve a su papel de testigo silencioso del paisaje sagrado de sus constructores, un papel que —como subrayan Magli y Belmonte— no quita nada a su extraordinaria fascinación e importancia.

Fuentes: phys.org | dailymail.co.uk | 23 de marzo de 2023

Descubren un mural con más de cien grabados de los periodos Calcolítico y Edad del Bronce ocultos en una cueva de Tarragona

Los espeleólogos junto a los expertos del IPHES, después de descubrir el mural en el interior de la cueva de la Vila, en la Febró (Tarragona). Arnau Pascual.

Más de un centenar de inscripciones, complejas, grabadas la mayoría sobre la roca argilosa con los dedos, piedras y maderas, que se deberán estudiar y analizar durante años para ser descifradas. Una particular visión de la tierra y del universo de los pobladores del sur de Europa de hace entre 3.000 y 5.000 años. Con un sorprendente nivel de conservación gracias a que han permanecido durante todo este tiempo ocultos en el interior de una cueva subterránea a las afueras de un pueblo de apenas 40 habitantes, La Febró (Bajo Campo, Tarragona), en un paraje natural de las Montañas de Prades.

Entre el centenar de grabados sobre la roca hay representadas diferentes figuras de cuadrúpedos, zigzags, trazos lineales o círculos. También hay líneas que imitan soles y estrellas. Destacan una serie de bóvidos y équidos. También existe una composición que recuerda a un ídolo oculado. Se refleja la cosmovisión que tenían aquellas primeras sociedades agrícolas y ganaderas.

“Es el hallazgo más importante relacionado con los pueblos agricultores y pastores de Europa; entramos dentro de una cosmovisión y una forma de entender el mundo y la vida diferente de la que tenían los pueblos cazadores-recolectores, es una nueva forma de entender las cosas”, destaca Ramon Viñas, experto en arte rupestre prehistórico, dedicado a la arqueología y el comportamiento simbólico, colaborador del IPHES.

Una parte de los grabados se hicieron con las manos, piedras y maderas aprovechando la roca argilosa, entre hace 3.000 y 5.000 años Arnau Pascual.

Detalle de la Sala de los Grabados del complejo subterráneo de la Cueva de la Vila de la Febró. Foto: Arnau Pascual Monells / Departamento de Cultura.

Inscripciones excepcionales

Una de las singularidades del mural es que está hecho exclusivamente con la técnica del grabado, ya sea mediante una herramienta de piedra y madera en el caso de los detalles, como directamente con los dedos. El hallazgo, de gran valor, lo ha hecho público hoy el Institut Català de Paleoecología Humana i Evolució Social (IPHES). Según los expertos, se trata de una composición relacionada con la cosmovisión de las sociedades agricultoras y ganaderas de las Montañas de Prades, en el interior del Campo de Tarragona, durante el periodo Calcolítico y Edad del Bronce (hace unos 5.000-3.000 años).

"Está entre las mejores composiciones de arte esquemático y abstracto subterráneo postpaleolítico de la cuenca mediterránea. Se trata de un conjunto de arte rupestre excepcional, único en Cataluña, tanto por su singularidad como por el excelente estado de conservación, que entra en el podio de las pocas representaciones de arte esquemático subterráneo", destaca el IPHES.

El trabajo que se realizará ahora en el yacimiento, donde se cree que podría haber personas enterradas, según explica Ramon Viñas, servirá para estudiar cómo fue el final de los cazadores-recolectores y la llegada de los primeros agricultores-ganaderos en esta zona del noreste de la península ibérica.

La Cova de la Vila, en la Febró, conserva uno de los conjuntos de arte postpaleolítico más importantes del arco Mediterráneo. ACN.

El enorme mural, una especie de retablo rupestre, no estará abierto a las visitas del público. Se ha cerrado el acceso con una puerta y se garantizará su buena conservación con medidores de temperatura y humedad. Su ubicación, remota, era inaccesible hasta que los espeleólogos del Centro Excursionista de Cataluña se abrieron paso al intuir que había una sala escondida en un extremo de una cueva subterránea de unos 500 metros de longitud. Su localización, inadvertida hasta ahora, ha servido para conservar el centenar de grabados simbólicos como si se hubiera detenido el tiempo durante más de 3.000 años.

Los grabados, repartidos en un mural de ocho metros de largo, se han hallado en el interior de una sala oval de 90 metros cuadrados. Es una muestra de arte rupestre excepcional, dado que los expertos sostienen que la sala se convirtió, en la práctica, en un lugar simbólico donde se recordaría a los difuntos. Los hicieron los pobladores de estas montañas de Prades, en las postrimerías del periodo Neolítico, y posteriormente en el proceso de elaboración de las metalurgias del cobre y el bronce.

Se necesitarán años para descifrar la simbología de las inscripciones, arte esquemático postpaleolítico Arnau Pascual.

Investigación pendiente

Era un espacio para homenajear a los muertos y para expresar su forma de entender el mundo y el cosmos. La sala, bautizada ahora como la de los Grabados, está en el interior de la conocida como la Cueva de la Vila de la Febró.

Los grabados ya han sido declarados, por su "singularidad y excepcionalidad" como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) por el Departamento de Cultura de la Generalidad.

Fuentes: lavanguardia.com | iphes.cat. | diarimes.com | 17 de marzo de 2023

Creen haber hallado en la ciudad de Fano (provincia de Pesaro y Urbino, Italia) restos estructurales de la mítica Basílica de Vitruvio

Suelo de baldosas de mármol. Soprintendenza Archeologia Belle Arti e Paesaggio de Ancona-Pesaro Urbino

"La Basílica de Vitruvio ha sido buscada durante al menos 500 años en la ciudad de Fano", dice a ANSA la arqueóloga Ilaria Venanzoni, de la Superintendencia de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje de Ancona-Pesaro Urbino, al hablar de uno de los edificios más famosos de la antigüedad descrito por el propio Vitruvio en la segunda mitad del siglo I a.C. en su tratado De Architectura.

Un edificio del que, sin embargo, no se han podido encontrar ningún rastro hasta el presente. Al menos hasta hace unos días, cuando salieron a la luz, en unas obras de construcción, los restos de lo que parece ser un imponente edificio público, "decorados con mármoles preciosos importados de Grecia y Asia Menor y por lo tanto muy caros", explica Venanzoni. "De momento hay cinco salas que hacen pensar en un edificio muy complejo, una parte del cual está bajo edificios modernos, por lo que no será accesible, dado que habría que derribar todo el centro de Fano", agrega la arqueóloga.

Zona donde se hallaron los restos de la posible Basílica de Vitruvio.

Los inconfundibles revestimientos de mármol son los que hacen creer a los arqueólogos que están en presencia de la Basílica de Vitruvio.

No se puede descartar que sea la Basílica de Vitruvio

Para estar seguros de que se trata de la famosa Basílica de Vitruvio se necesita llevar a cabo más investigaciones. Mientras tanto, funcionarios de la Superintendencia y del Núcleo de Carabinieri para la Protección del Patrimonio Cultural han realizado grabaciones aéreas de la zona con un dron. Esto ha permitido definir con mayor precisión el área de intervención y brindar una visión más completa del lugar donde han salido a la luz los restos reseñados.

La ubicación, el tipo de estructura, la riqueza de los pavimentos y la presencia, incluso en los muros, de cubiertas de mármol, hacen pensar que puede tratarse de un importante edificio público romano de época augustea (siglo I a. C. - siglo I d. C.), "preferiblemente datable hacia finales del siglo I a. C.", según Venanzoni, "por la presencia de mármol verde cipollino y mármol pavonazzetto, cuya extracción se inició en Turquía en ese época. No se puede descartar que pueda ser precisamente la 'Basílica de Vitruvio, por lo que solo podemos esperar a los resultados de las excavaciones más profundas que se realicen y al análisis de todo el complejo", abundó la funcionaria italiana.

En el yacimiento también se han encontrado restos de fogones y fragmentos cerámicos que datan del siglo XIV, indicio de que el edificio se utilizó posteriormente para otras funciones, quizás dedicado a viviendas, “esta será también una fase interesante a estudiar”.

"La obra de Vitruvio, 'De Architectura' contiene capítulos temáticos dedicados a varios tipos de edificios, entre ellos la 'domus' y la basílica, edificio este último destinado al uso civil, incluida la administración de justicia, el cual solía estar sobre el foro de la ciudad, es decir, al igual que los restos que se han encontrado en los últimos días y que distan poco del antiguo foro de Fano. El propio Vitruvio cita como ejemplo la basílica que proyectó, respetando ciertas proporciones, y construyó (en parte utilizada como tribunal) en Fano, 'heredera' del 'Fanum Fortunae' romano", informa Venanzoni.

Una ilustración de la impactante Basílica de Vitruvio realizada por Claude Perrault, (1663).

La planta basilical se retomaría más tarde en los lugares donde se practicaba el culto cristiano: planta rectangular de varias naves y altas columnas. Entre los elementos que sustentan la hipótesis de que se trata de la Basílica de Vitruvio se encuentran la cita en De Architectura, "la magnificencia del edificio, que tiene gruesos muros, su rica decoración y también importantes epígrafes". Entre los elementos negativos está el hecho de que "no tenemos, por ejemplo, la techumbre; y no creo que encontremos una firma o un epígrafe con el nombre de 'Marcus Vitruvius Pollio'", bromea Venanzoni.

Para imaginar cómo podría haber sido la majestuosa Basílica de Vitruvio en la Antigüedad, no faltan planos y reconstrucciones, incluso en 3D, pues están los realizados por Giovanni Battista da Sangallo y Andrea Palladio, los cuales habrían utilizado las proporciones sugeridas por Vitruvio en la construcción de sus edificios.

Por ahora, el área donde se encuentran los restos hallados está sujeta a restricciones y la Superintendencia busca recursos para continuar con las excavaciones e investigaciones.

Fuentes: ansa.it | clarin.com | 12 de marzo de 2023