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Arqueólogos de la Universidad de Oxford identifican restos de tres campamentos romanos en el norte de Arabia con Google Earth

Vista del paisaje del campamento central, desde el este (APAAME_20221123_FB-0166, tomada por F. Bqa'in).

Se han identificado tres nuevos campamentos fortificados romanos en el norte de Arabia mediante un estudio de detección remota realizado por la Escuela de Arqueología de la Universidad de Oxford. Su artículo, publicado en la revista Antiquity, informa que el descubrimiento puede ser evidencia de una probable campaña militar indocumentada en el sureste de Jordania desde Arabia Saudita.

Los campamentos fueron identificados mediante imágenes satelitales. Según el equipo de investigación, pueden haber sido parte de una campaña militar romana no descubierta anteriormente vinculada a la toma de posesión romana, bajo Trajano, del reino nabateo en el año 106 d. C., una civilización centrada en la mundialmente famosa ciudad de Petra, ubicada en Jordania.

Vista aérea oblicua del campamento central, desde el este. Posibles divisiones internas rectilíneas son visibles en el lado izquierdo del recinto (APAAME_20221123_FAB-0154, tomada por F. Bewley).

El Dr. Michael Fradley (izquierda), quien dirigió la investigación y fue el primero en identificar los campamentos con Google Earth, sugiere que hay pocas dudas sobre la fecha de los mismos.

"Estamos casi seguros de que fueron construidos por el ejército romano, dada la forma típica rectangular de los recintos con entradas opuestas a cada lado". La única diferencia notable entre ellos es que el campamento más al oeste es significativamente más grande que los dos campamentos situados al este.

Mapa de distribución que muestra la ubicación de los campamentos romanos temporales.

El campamento occidental está aproximadamente a 43,5 km al este-sureste de Bayir (Jordania) y mide aproximadamente 125 × 105 m, con un área interna de alrededor de 1291 ha. Las fotografías aéreas oblicuas muestran posibles divisiones internas rectilíneas. Este sitio occidental había sido registrado en la plataforma MEGA-Jordan (NN/SITE 3501.004), pero no estaba identificado como un campamento romano.

El campamento central se encuentra a unos 44,2 km al este-sureste del campamento occidental y mide aproximadamente 95 × 65 m, con un área interna más pequeña de unas 0,691 ha. Las fotografías aéreas oblicuas nuevamente sugieren divisiones internas rectilíneas.

Finalmente, el campamento oriental está ubicado a unos 37,7 km al este-sureste del campamento central, y nuevamente mide aproximadamente 95 × 65 m. Tanto el campamento romano central como el situado al este tampoco estaban identificados como tales.

Vista aérea oblicua del paisaje del campamento occidental desde el noreste (APAAME_20221123_FB-0087, tomada por F. Bqa'in).

Según el Dr. Mike Bishop (derecha), un experto en las fuerzas armadas romanas, “Estos campamentos son un hallazgo nuevo y espectacular y una nueva visión importante de las campañas romanas en Arabia. Los fuertes y fortalezas romanas muestran cómo Roma mantenía una provincia, pero los campamentos temporales revelan cómo la adquirían en primer lugar"

Los campamentos eran construidos por el ejército romano como estaciones de defensa temporales cuando marchaban en campaña. El Dr. Fradley agrega: “El nivel de conservación de los campamentos es realmente notable, en particular porque es posible que solo hayan sido utilizados durante unos días o semanas… Iban a lo largo de una ruta periférica de caravanas que unía Bayir y Dûmat al-Jandal. Esto sugiere una estrategia tendente a eludir la ruta más utilizada por el Wadi Sirhan, agregando un elemento sorpresa al ataque. Es sorprendente que podamos ver este momento en el tiempo a una escala de paisaje”.

Vista oblicua del campamento occidental desde el suroeste. Posibles divisiones internas rectilíneas son visibles en la parte inferior e izquierda del recinto (APAAME_20221123_RHB-0055, tomada por R. Bewley).

El profesor Andrew Wilson (izquierda), coautor del artículo, dice: "Estos campamentos de marcha, si estamos en lo cierto al datarlos a principios del siglo II, sugieren la anexión romana del reino nabateo tras la muerte del último rey, Rabbel II Sóter en el año 106 d.C., lo que no fue un asunto del todo sencillo, dado que Roma tuvo que moverse rápidamente para asegurar el reino".

Puesto que la distancia entre cada campamento es de 37 km a 44 km, el equipo de investigación especula que estaban demasiado lejos como para que unidades de infantería pudieran recorrer esa distancia en un día, lo que implica que muy seguramente fueron construidos para unidades de caballería, las cuales sí podían viajar por un terreno tan árido en una sola jornada, posiblemente en camellos. Basándose en modelos sobre la capacidad de los campamentos romanos, el equipo de investigación conjetura que el campamento occidental podría haber tenido dos cohortes montadas, mientras que los campamentos central y occidental más pequeños tendrían una sola cohorte montada.

Imagen satelital del campamento oriental. Fuente: Google Earth; Maxar.

Sobre la base de la distancia entre los campamentos, también se sugiere que otro campamento pudo haber estado ubicado más al oeste, en el posterior fuerte y pozo omeya de Bayir.

Los campamentos recién descubiertos corren en línea recta hacia Dûmat al-Jandal, en lo que ahora es Arabia Saudita, pero que entonces era un asentamiento en el este del reino nabateo. El posible contexto de construcción de estos campamentos sugiere que quizá Roma tuvo que forzar la toma de control del poder nabateo, si bien la historia romana sobreviviente argumenta que la transferencia de dicho poder fue un evento pacífico al final del reinado del último rey nabateo. Ahora bien, los arqueólogos aún necesitan confirmar la fecha de construcción de los campamentos a través de una investigación sobre el terreno.

Por otra parte, hay además hay otras preguntas que deben responderse. El profesor Wilson pregunta: "¿Por qué el campamento oriental tenía el doble de capacidad que los otros dos? ¿Tal vez se dividieron las fuerzas, pero, de ser así, adónde fueron las otras mitades? ¿Fueron medio aniquiladas en una batalla? ¿Es posible que la función del campamento occidental solo consistiera en reabastecer de agua, desde los pozos de Bayir, a los otros dos campamentos?"

Los campamentos fueron identificados por el proyecto de Arqueología en Peligro de Extinción en Oriente Medio y el Norte de África (EAMENA), y luego fueron fotografiados por el proyecto de Arqueología Aérea en Jordania (APAAME).

Fuentes: University of Oxford | Antiquity | 27 de abril de 2023

Recrean el rostro del humano más antiguo (30.000 años) encontrado en Egipto

Los especialistas recrearon dos aproximaciones faciales de los restos de un hombre de hace 30.000 años, hallado en Egipto, mediante fotogrametría. (Crédito de la imagen: Moacir Elias Santos y Cícero Moraes)

Una aproximación facial realista a un hombre que vivió hace unos 30.000 años en lo que ahora es Egipto puede ofrecer pistas sobre la evolución humana.

En 1980, los arqueólogos desenterraron los restos óseos del hombre en Nazlet Khater 2, un sitio arqueológico en el valle del Nilo. El análisis antropológico reveló que el hombre tenía entre 17 y 29 años cuando murió, medía aproximadamente 160 centímetros de altura y era de ascendencia africana. El esqueleto es el ejemplo más antiguo de restos de Homo sapiens hallado en Egipto y uno de los más antiguos del mundo, según un reciente estudio publicado en OrtogOnline. Sin embargo, poco más se sabía de él aparte de que fue enterrado junto a un hacha de piedra.

Ahora, más de 40 años después, un equipo de investigadores brasileños ha creado una aproximación facial de este hombre utilizando docenas de imágenes digitales que recopilaron mientras observaban sus restos óseos, los cuales forman parte de la colección del Museo Egipcio de El Cairo.

El joven murió hace unos 30.000 años en el valle del Nilo, donde se encontró su esqueleto prácticamente intacto en el sitio Nazlet Khater 2 en 1980 (Imagen: Richard Mortel a través de Pen News)

“El esqueleto tiene la mayor parte de los huesos conservados, aunque ha habido algunas pérdidas, como la ausencia de costillas, manos, la parte medio-inferior de la tibia derecha y la parte inferior de la tibia izquierda, así como los pies", dijo el primer autor del estudio Moacir Elias Santos (izquierda), un arqueólogo del Museo Arqueológico Ciro Flamarion Cardoso, en Brasil, a Live Science en un correo electrónico. "Pero la estructura principal para realizar una aproximación facial, el cráneo, estaba bien conservada".

Una característica del cráneo que se destacó para los investigadores fue la mandíbula y cómo esta se diferenciaba de las mandíbulas más modernas. También faltaba una parte del cráneo, pero el equipo la copió y reflejó usando el lado opuesto del cráneo, al tiempo que empleó puntos de datos de tomografías computarizadas (TC) de donantes virtuales vivos.

Pasos finales de la aproximación facial.

“El cráneo, en términos generales, tiene una estructura moderna, pero parte de él tiene elementos arcaicos, como la mandíbula, que es mucho más robusta que la de los hombres modernos”, comenta a Live Science el coinvestigador del estudio Cícero Moraes (derecha), un experto gráfico brasileño. “Cuando observé el cráneo por primera vez me impresionó esa estructura y, al mismo tiempo, sentí curiosidad por saber cómo se vería después de acercarme a la cara”.

Al unir digitalmente las imágenes en un proceso conocido como fotogrametría, los investigadores crearon dos modelos virtuales en 3D del hombre. El primero era una imagen en blanco y negro con los ojos cerrados en un estado neutral, y el segundo era un enfoque más artístico, en el que se presentaba a un hombre joven con cabello oscuro despeinado y barba recortada.

Aproximación facial con adición de elementos más objetivos.

“En general, la gente piensa que la aproximación facial funciona como en las películas de Hollywood, donde el resultado final es 100% compatible con la persona en la vida”, dijo Moraes. “En realidad, no es así. Lo que hacemos es aproximarnos a lo que podría ser el rostro, con los datos estadísticos disponibles y el trabajo resultante es una estructura muy simple.

“Sin embargo, siempre es importante humanizar el rostro del individuo cuando se trabaja con personajes históricos, ya que, al complementar la estructura con cabellos y colores, la identificación con el público será mayor, despertando interés y, quién sabe, ganas de estudiar más sobre el tema específico o la arqueología y la historia como un todo", agregó.

Aproximación facial con adición de elementos más subjetivos.

Los investigadores esperan que proporcionar una mirada a este hombre antiguo pueda ayudar a los arqueólogos a comprender mejor cómo los humanos han evolucionado con el tiempo.

“El hecho de que este individuo tenga más de 30.000 años lo hace importante para entender la evolución humana”, dijo Santos.

Fuente: livescience.com | 3 de abril de 2023

Consiguen reconstruir el cráneo del hombre de Altamura (Italia), un neandertal de hace unos 150.000 años

Solo el cráneo y parte de un hombro son visibles en el Hombre de Altamura. El resto del cuerpo está cubierto por concreciones de calcita sobre la que se han formado coraloides. Crédito: Museo Archeologico di Altamura: Soprintendenza Archeologia della Puglia.

Los avances tecnológicos en el campo de la paleoantropología virtual han sido claves a la hora de describir, por primera vez, los restos humanos conocidos como el 'Hombre de Altamura', uno de los fósiles neandertales más increíbles y enigmáticos del mundo.

Los resultados de este estudio acaban de ser publicados en la prestigiosa revista Communications Biology del grupo Nature, en un trabajo liderado por el Dr. Antonio Profico, de la Universidad de Pisa, y que ha contado con la participación del Dr. Costantino Buzi, investigador postdoctoral Marie Curie Individual Fellowship en el IPHES-CERCAA.

La morfología del cráneo de Altamura encaja perfectamente dentro de la variabilidad neandertal, aunque conserva características que se producen en muestras europeas arcaicas. Algunas de estas características nunca se habían documentado antes, lo que permite a los investigadores plantear que los rasgos arcaicos que conserva este fósil podrían estar originados por el aislamiento geográfico de las primeras poblaciones de neandertales del sur de Italia.

Se utilizaron sondas fotográficas (a) para adquirir fotogramétricamente los componentes basales y posteriores (BP) del cráneo (b), expuestos en la Cámara Trasera. Sus partes frontal y facial (FF) fueron adquiridas por escáner láser del ábside (c), donde también la mandíbula y varios huesos largos son visibles directamente en el suelo de la cueva (c , d).

Una historia increíble para unos restos humanos excepcionales

Los restos neandertales de Altamura son posiblemente uno de los más famosos del mundo, tanto por las características del lugar en el que se encuentran como por el excelente estado de conservación. Son muy conocidas las imágenes de un cráneo humano rodeado de concreciones estalagmíticas. Su historia es muy sorprendente, lo que le confiere especial relevancia.

En 1993 un grupo de espeleólogos se encontraba explorando un sistema kárstico cerca de Altamura, una ciudad de unos 70.000 habitantes del sur de Italia. En una de estas cuevas, concretamente en la cueva de Lamalunga, y después de bajar por un conducto vertical de más de 15 metros, encontraron tres pasillos. El del centro tenía unos 20 metros de largo. Cuando iluminaron esta sala, se dieron cuenta de que en las paredes estaban llenas de huesos animales atrapados entre las estalactitas y estalagmitas. Al final del pasillo accedieron a un pequeña cámara donde, en medio de una gran columna de calcita llena de coraloides (pequeños espeleotemas con forma de coral), sobresalía un cráneo humano.

La Gruta de Lamalunga, donde se hallaron (al fondo de la misma) los restos del "Hombre de Altamura".

Los científicos que bajaron a la cueva siguiendo a los espeleólogos tomaron algunas fotografías y vídeos e interpretaron que se trataba de un hombre adulto que podría haber caído por el conducto vertical en el que se acumulaban gran cantidad de animales muertos. Lo más probable es que hubiera quedado atrapado y muriera de hambre. En ese momento no sabían de qué especie se trataba ni de qué época correspondía, pero sí vieron que, además del cráneo, entre las concreciones había muchos más huesos del propio individuo. Bautizaron estos restos como el Hombre de Altamura.

Durante muchos años, estos restos humanos habían quedado en el olvido ya que la dificultad de su extracción no hacía viable su estudio detallado. En un principio se consideró que estos restos humanos correspondían al Homo heidelbergensis, pero en 2015, investigadores de la Universidad de Sapienza de Roma pudieron acceder a la cavidad y con la ayuda de un brazo robotizado consiguieron extraer una muestra ósea de su escápula derecha. Los resultados de este estudio, incluido su ADN mitocondrial, fueron publicados en la revista Journal of Human Evolution y determinaron que se trataba en realidad de un Homo neanderthalensis. Su datación, entre los 172.000 y 130.000 años, le sitúa entre los neandertales más antiguos hasta ahora conocidos.

a Se adquirieron configuraciones de hitos homólogos en el FF y BP de Altamura y de un ejemplar de referencia, el Cráneo 5, casi completo, del yacimiento de la Sima de los Huesos (SH-5), Atauerca; b las coordenadas de los puntos de referencia se procesaron por separado mediante el análisis generalizado de Procrustes (GPA); c FF y BP se alinearon de acuerdo con la muestra de referencia que mostró la mayor afinidad morfológica; d - f varias vistas del modelo virtual de Altamura alineado en SH-5; g SH-5 vista lateral.

Arqueología virtual en una cápula del tiempo

El esqueleto neandertal de Altamura ha permanecido en esta cavidad durante todos estos años. El difícil acceso a la cavidad y los problemas técnicos derivados de su extracción física, han hecho que los investigadores desarrollen técnicas virtuales para analizar los restos sin producir problemas de conservación.

De hecho, gracias a los avances tecnológicos en el campo de la paleoantropología virtual, los investigadores han sido capaces de recuperar virtualmente el cráneo neandertal del Hombre de Altamura. Para ello, los investigadores adquirieron ambas partes expuestas del cráneo con técnicas digitales por separado: la parte frontal, visible directamente, con sensores láser, y la otra mitad mediante el uso combinado de fotogrametría, ya que sólo es accesible con sondas telescópicas a través de aberturas en la cortina de columnas más allá del esqueleto. Una vez obtenidas ambas partes, mediante un proceso computacional se pudieron volver a montar ambas partes basándose en otras muestras comparativas de referencia como es el caso del Cráneo 5 de la Sima de los Huesos de Atapuerca.

Juan Luis Arsuaga, codirector de Atapuerca, junto al 'Cráneo número 5', conocido popularmente como 'Miguelón'.

Según el Dr. Antonio Profico (izquierda), de la Universidad de Pisa :“Las partes digitalizadas en la cueva no tenían puntos de unión, lo que nos obligó a desarrollar un nuevo método para poder ensamblarlas. Así pues, decidimos combinar virtualmente las dos mitades como dos porciones inconexas de un mismo cráneo”.

El estado de conservación del cráneo de Altamura es tan excepcional que se han podido conservar partes tan delicadas como los huesos de la nariz. Según Costantino Buzi (derecha), Investigador del IPHES-CERCA: “El hombre de Altamura representa un ejemplo único: es un neandertal potencialmente completo (no sabemos de otros tan representativos). El esqueleto está desarticulado y cubierto de capas de calcita cuya formación ha favorecido su conservación excepcional, incluso de las estructuras esqueléticas más frágiles, como las del interior de la apertura nasal".

Luz en la evolución de los neandertales

El estudio descriptivo y cuantitativo del cráneo revela que la morfología de este importante hallazgo encaja con la variabilidad de los neandertales, al tiempo que muestra algunos rasgos menos típicos, es decir, más arcaicos que otros fósiles europeos datados entre 300.000 y 40.000 años atrás. Algunos de estos caracteres nunca se han observado en el Homo neanderthalensis, lo que sugiere que su origen puede remontarse a largas fases de aislamiento geográfico de las poblaciones humanas en refugios ecológicos representados por las regiones del sur de la península itálica.

Reconstrucción hiperrealista del rostro y el cuerpo del 'Hombre de Altamura'', realizada sobre la base de un análisis rigurosamente científico realizado por los holandeses Adrie y Alfons Kennis.

Según Giorgio Manzi, coordinador de la investigación "en base a nuestros datos, pensamos que el cráneo de Altamura puede dar luz al debate sobre la evolución de los neandertales. La forma del cráneo del hombre de Altamura entra dentro de la variabilidad de esta especie extinguida, compartiendo características con otros ejemplares clásicos, pero al mismo tiempo muestra afinidades con los antiguos neandertales –como los de Saccopastore, aquí en Roma– o con hallazgos aún más arcaicos, como el cráneo de Ceprano (sur del Lacio), que se remonta a hace unos 400 mil años".

En esta misma línea, el Dr. Fabio Di Vincenzo (izquierda) concluye: "La estrecha similitud encontrada con hallazgos anteriores a lo largo de la línea evolutiva de los neandertales, como el Cráneo 5 de la Sima de los Huesos, datado hace unos 430.000 años, es bastante inesperada. Observamos esta similitud en la expresión de diversas características craneales, así como en la morfología general del hueso occipital, cuya anatomía se puede evaluar con precisión en Altamura”.

Fuente: comunicio.iphes.com | 28 de marzo de 2023

PANTALLAS DE LA MEMORIA: El uso de la imagen digital y su relación con la historia


La editorial Clave Intelectual nos envía un nuevo ensayo de lo más interesante relacionado con las imágenes digitales de consumo a través de los Mass Media como el cine, la televisión, internet y los videojuegos, cuyo título se presenta como "PANTALLAS DE LA MEMORIA; CÓMO Y POR QUÉ LAS IMÁGENES DIGITALES TRANSFORMAN NUESTRA IDEA DE LA HISTORIA".

De portada clara, sin artificios, con un mensaje directo e iconografía acorde con la obra en contraposición con su contraportada y lomo, de tono oscuro, penetrante, de texto claro y buen tamaño, envolviendo 264 páginas, 8 de ellas de bibliografía empleada por el autor.

Ensayo estructurado en 4 capítulos, además con sus notas y la bibliografía.


El historiador Alberto Venegas Ramos. Foto: Clarin.com

Su autor, el historiador pacense Alberto Venegas Ramos, uno de los mayores expertos en cultura visual digital de nuestro país y un pionero en el estudio de las relaciones entre el videojuego y la historia como se demuestra en otras de sus obras como "Pasado Virtual" o "Pasado Interactivo", además de ser coautor de la obra "Videojuegos y Conflictos Internacionales" junto con Antonio César Moreno Cantano.


Su vía de investigación en este ensayo, está enfocada en el reto que supone las interpretaciones que los nuevos medios plantean al aprendizaje histórico, pero el autor se plantea que dichos medios pueden llegar a crear, manipular y divulgar imágenes históricas, aumentando el riesgo de que se empleen muchos repertorios de motivos visuales para deformarlos de acuerdo con algún fin político execrable y, en definitiva, para despojar la experiencia histórica de toda su complejidad.

Una de las principales hipótesis que plantea el autor en este ensayo, es que el pasado, en los nuevos medios, se ha configurado como un pasado mediático que se perpetúa gracias a su reproducción y retroalimentación en los diferentes objetos que pueblan el ecosistema digital.

Como opinión y en relación a la obra de Alberto, debo decir que, a lo largo de la historia, la imagen se ha usado con fines propagandísticos alterando sutil o sustancialmente su lenguaje visual para transmitir un mensaje político. En la Antigua Roma, los primeros Césares ya contaban con su imagen idealizada o divinizada de sus retratos que, en muchos casos, podría diferir mucho de la realidad o durante la Segunda Guerra Mundial, el sistema de propaganda Nazi ya usó imágenes manipuladas con fines políticos contra los judíos.

En el cine, hablando ya en un término más reciente, tenemos el género del Western Americano, donde se muestran a los "indios" o Nativos Americanos como los malos de la película, una forma de ensalzar el patriotismo de los Estados Unidos pero que se aleja mucho de su realidad histórica.

Y hablando de cine, debo decir que, cuando no se trata de cine documental, puede verse en muchas películas errores anacrónicos o falta de rigor histórico en el empleo de las imágenes, esto sucede porque el director, o no ha tenido asesoramiento histórico o lo ha hecho de forma intencionada para ensalzar ciertas escenas históricas, pero el problema de esto es que el espectador puede asociar esas imágenes con la realidad histórica.


Hoy, en la Era Digital, sobre todo a través de las Redes Sociales, se está usando mucho la imagen digital para crear "Fake News" con fines de desestabilización política para influir en la opinión pública. Medios en el que todo el mundo forma o puede formar parte, consume y participa, democratizando por ello el uso y divulgación de la información, pero por otra parte, puede convertirse en una herramienta de manipulación histórica ya que la historia es una disciplina muy poderosa que puede usarse de forma malintencionada para el adoctrinamiento de una sociedad.

El Ser Humano es muy visual, es nuestro sentido principal, para nosotros, la imagen vale más que mil palabras y su uso es muy potente en la educación de nuestra sociedad.

Si quieres saber más sobre este tema, te voy a dar una información sobre el libro, su precio y dónde lo puedes adquirir:

Sinopsis:


¿Qué conocimientos sobre la barbarie nazi nos proporciona un videojuego de la Segunda Guerra Mundial? ¿En qué medida contribuyó la avalancha de memes históricos durante las presidenciales estadounidenses de 2016 a cimentar la victoria de Donald Trump? ¿Podemos confiar en las representaciones históricas que se difunden a través de los medios digitales para forjarnos una idea precisa de lo que aconteció en el pasado?

Cada vez disponemos de herramientas y tecnologías más sofisticadas para crear, manipular y divulgar imágenes históricas. Sin embargo, a medida que su implantación se extiende y su uso se democratiza, también aumenta el riesgo de que se empleen para reducir el pasado a un mero repertorio de motivos visuales, para deformarlo de acuerdo con algún fin político execrable y, en definitiva, para despojar la experiencia histórica de toda su complejidad.


En Pantallas de la memoria, el historiador Alberto Venegas —uno de los mayores expertos en cultura visual digital de nuestro país y un pionero en el estudio de las relaciones entre el videojuego y la historia— nos ofrece un análisis riguroso, con un estilo ágil y accesible y una documentación sólida, de los retos que las representaciones de los nuevos medios plantean al aprendizaje histórico y nos ofrece valiosas claves para que seamos capaces de usarlas adecuadamente.

Opinión:

Se trata de una obra amena, directa, sin abuso de tecnicismos y de fácil lectura. Un ensayo muy bien documentado para darnos una idea clara de la relación de esas imágenes que forman parte de nuestro mundo digital con la historia y el modo que éstas se usan para conocer nuestro verdadero pasado. Sin duda una obra muy recomendada.

Sobre el autor:

Alberto Venegas Ramos (Badajoz, 1988), es licenciado en Historia por la Universidad de Extremadura y doctor por la Universidad de Murcia. Forma parte del Grupo de Transferencia del Conocimiento Historia y Videojuegos de la Universidad de Murcia, dirige la revista Presura y codirige _REV, Revista de Estudios de Videojuegos de la Universidad Autónoma de Madrid. Además de una gran cantidad de artículos y trabajos sobre la intersección entre historia y cultura visual digital, ha publicado los siguientes libros: Pasado interactivo: memoria e historia en el videojuego (Sans Soleil, 2020), Protestas interactivas: el videojuego como medio de reivindicación política y social (Shangrila Textos, 2021) y Pasado virtual: historia e imagen en el videojuego (Sans Soleil, 2022).

Datos Técnicos:

Editorial: Clave Intelectual

Título del libro: PANTALLAS DE LA MEMORIA

Autor: Alberto Venegas Ramos

Encuadernación: Rústica

Formato: 22×15 cm.

Páginas: 264

Precio: En torno a los 23€

Dónde comprar: Librería AGAPEA, FNAC, Casa del Libro

ISBN: 978-84-126048-9-4

La Cueva de Nerja presenta en Fitur a ‘Pepita’, reconstrucción facial de un esqueleto epipaleolítico

“Pepita” es la pieza más emblemática del Museo de Nerja, que pertenece a la Fundación Cueva de Nerja, y este esqueleto, hallado en la cavidad, se ha convertido en una de las piezas más aclamadas por sus visitantes.

El Presidente de la Fundación Cueva de Nerja y Subdelegado del Gobierno en Málaga, Javier Salas, ha presentado el rostro de “Pepita”, en Fitur 2023, junto con el Vicepresidente de la Fundación Cueva de Nerja, Alberto Armijo; el Gerente de la Fundación, José María Domínguez; y el Director del Museo de Nerja, Juan Bautista Salado.

“Pepita” es un esqueleto epipaleolítico que fue hallado en la Sala de la Torca de la Cueva de Nerja durante las excavaciones arqueológicas dirigidas por el profesor Manuel Pellicer. Su estudio ha sido uno de los principales objetivos de la Fundación Cueva de Nerja a lo largo de los años, ya que es uno de los esqueletos mejor conservados de Europa. Ésta, de hecho, es su principal singularidad, ya que no es habitual que esqueletos con esta antigüedad -9.900 años antes del presente- muestren una conservación tan óptima.

Este esqueleto se ha convertido en la pieza más emblemática del Museo de Nerja, por lo que se ha llevado a cabo un arduo trabajo de investigación para realizar la reconstrucción facial de su cara y su cráneo y, así poder determinar cómo podría ser su rostro en vida. Un trabajo llevado a cabo gracias a la tecnología 3D y a la labor de los mejores especialistas en la materia.

El esqueleto de 'Pepita', en el Museo de Nerja. / M. H.

¿Quién era “Pepita”, el esqueleto expuesto en el Museo de Nerja?

Los últimos estudios revelan que el esqueleto perteneció a una mujer fallecida en torno a los 19 años de edad. Presenta huesos muy gráciles y poseía una musculatura débil, por lo que no parece que hubiera practicado actividades físicas muy intensas. Se le ha estimado una estatura de alrededor de 150 cm, inferior a la media de su sexo.

El cráneo y las proporciones esqueléticas se asemejan a las presentes en algunas poblaciones actuales africanas, aunque realmente no muestra similitudes con otras poblaciones prehistóricas de su época.

El estudio de las inserciones musculares y la longitud de los huesos del brazo izquierdo revelan que era zurda y, aunque padeció una severa infección en su oído izquierdo, que dejó su cicatriz en el cráneo, la causa de la muerte no puede determinarse con exactitud, siendo lo estadísticamente más probable un fallecimiento por complicaciones de parto o durante el postparto.

Las últimas fechas obtenidas por Carbono 14 revelan que vivió en torno al 9.900 antes del presente.
El estudio isotópico nos dice que su dieta se basaba en el consumo mayoritario de carne y de alimentos vegetales recolectados, teniendo una escasa importancia los productos del mar.

Cueva de Nerja. / MARILÚ BÁEZ.

Podrá verse cómo era el rostro en vida de “Pepita” en el Museo de Nerja

El proyecto final podrá verse este 2023 en el Museo de Nerja, sito en la localidad que le da nombre. Se expondrá en un kiosco táctil cuyo software ha sido realizado por la empresa tecnológica Paythunder y será la primera vez que se aúne la reconstrucción facial con la inteligencia artificial, lo que convertirá a este museo en un referente a nivel nacional en alta tecnología aplicada a la museografía.

En la presentación, también estuvo presente Fran Gómez, CEO de Pay Hunder encargado de que “Pepita” pueda interactuar con los visitantes del museo; expuso que es la primera vez que se utiliza en un Museo la inteligencia artificial para devolver la vida a un esqueleto y realizó a “Pepita” varias preguntas, que ella contestó ante el asombro de los asistentes.

Proceso tecnológico para la reconstrucción facial y craneal

Para llegar al resultado final se ha llevado a cabo un largo procedimiento, siempre contando con el apoyo y la colaboración del Instituto de Investigación Cueva de Nerja. El proceso de investigación se inició con la realización del modelado del cráneo de la pieza mediante su escaneado y procesado en 3D con el programa MeshLab. Una vez realizado este primer paso el cráneo fue importado al programa de animación Blender para su aproximación facial.

Se han utilizado los protocolos antropológicos más fiables para la reconstrucción facial para obtener la morfología básica. Con el programa 3D ZBrush se le dio el modelado final que nos sirvió de base para su posterior renderización. Todo este trabajo se realizó por Carmen Mª Román Muñoz, Lorenza Coppola Bove y Julia García González.

El siguiente proceso fue la renderización y digitalización final realizada por los investigadores Antonio Torres Riesgo y José María Cobos Pastor.

Todo este montaje se podrá ver en un kiosco táctil cuyo software ha sido realizado por la empresa tecnológica Paythunder y será la primera vez que se convine la reconstrucción facial con la inteligencia artificial, lo que convertirá al Museo de Nerja en un referente a nivel nacional en alta tecnología aplicada a la museografía.

Fuente: axarquiaplus.ex| 21 de enero de 2023

Revelan el retrato de un niño neandertal de 8 años que vivió hace más de 30.000 años en el actual Uzbekistán

El retrato revela que el niño tenía una nariz pequeña y respingona que se hundía en su rostro. Jilin University.

El rostro de un niño neandertal de ocho años que murió hace más de 30.000 años ha sido reconstruido por científicos que utilizaron un cráneo encontrado inicialmente en la cueva Teshik-Tash, en Uzbekistán, en 1938.

El retrato es la primera restauración tridimensional de un fósil de cráneo neandertal, el cual revela que el niño tenía una nariz pequeña y respingona que se hundía en su cara. El fósil craneal es el primero correspondiente a un neandertal descubierto en Asia y se ha podido recuperar muy completo.

El equipo, dirigido por la Universidad Jilin de China y la Universidad Estatal de Moscú de Rusia, cree que la restauración craneal (a partir de aproximadamente 150 fragmentos del mismo) muestra la forma facial de los humanos prehistóricos en Eurasia y exhibe las características morfológicas propias de los neandertales de Asia Central.

El cráneo se encontró inicialmente en la cueva Teshik-Tash en Uzbekistán en 1938 y no fue hasta 2012 que se confirmó que el niño era un neandertal.

El cráneo, denominado Teshik-Tash 1, se encontró en un pozo poco profundo dentro de la cueva del mismo nombre, junto con cinco pares de cuernos de cabra montés siberiana y esqueletos de aves. Ello sugiere que fue enterrado ritualmente.

Sin embargo, no fue hasta 2021 que los investigadores del Instituto Max Planck determinaron que el niño era un neandertal. El equipo analizó el hueso frontal del cráneo y notó que la forma coincidía con la de cráneos neandertales anteriores. De hecho, un análisis de ADN mostró que Teshik-Tash 1 portaba ADNmt de tipo neandertal.

Con una edad estimada de ocho años, el niño había madurado físicamente lo suficiente como para ostentar características distintivas de los neandertales, tales como una cara y un área nasal grandes, un cráneo alargado y bajo, una mandíbula sin mentón y un arco superciliar en proceso de maduración.

El equipo subió un escaneo del cráneo y completó las piezas que faltaban. El cráneo fue encontrado en pedazos, pero los científicos lo volvieron a armar.

El equipo de especialistas realizó un escaneo del cráneo y completó las piezas que faltaban, lo que les permitió superponer los músculos digitales, la piel y terminar con los posibles rasgos faciales del niño.

"Los fósiles de los neandertales, un pariente extinto de los humanos modernos, se descubrieron por primera vez en el Valle de Neander, en Alemania, así como posteriormente, una vez estuvieron ampliamente distribuidos por Eurasia", dijo a la agencia de noticas Xinhua el jefe del equipo de la Universidad de Jilin, Zhang Quanchao (izquierda).

Durante mucho tiempo se creyó que los neandertales solo vagaban por los paisajes de Europa durante la última Edad del Hielo, pero un estudio dirigido por la Universidad de Washington en 2015 reveló que podrían haberse extendido más hacia el este y vivido allí junto a los humanos modernos durante más tiempo de lo que se pensaba anteriormente.

El análisis de rastros de ADN neandertal encontrados en los genomas de los humanos modernos ha demostrado que las personas en el este de Asia tienen entre un 15 y un 30 por ciento más del ADN neandertal que los europeos.

Después de unir el cráneo con la tecnología, el equipo pudo superponer músculos y piel digitales.

Joshua Akey (izquierda), genetista de la Universidad de Washington, y su colega Benjamin Vernot (derecha) analizaron patrones distintivos en el ADN de 379 europeos modernos y 286 asiáticos orientales modernos de China y Japón. Mediante el uso de modelos de computadora, intentaron simular cómo podrían haber ocurrido las mezclas de ADN neandertal vistas en los genomas de los individuos de Europa y Asia oriental.

Llegaron a la conclusión de que la teoría relativa de que los europeos modernos se cruzaron más con poblaciones provenientes de África para diluir el ADN neandertal que portaban era poco probable.

En cambio, encontraron que era más probable que los ancestros de las poblaciones de Asia oriental se hubieran cruzado con los neandertales más de una vez.

El cráneo también fue hallado en el punto más oriental de los descubrimientos de homínidos fuera del Levante. El equipo cree que la restauración muestra la forma facial de los humanos prehistóricos en Eurasia y exhibe las características morfológicas de los neandertales en Asia Central.

"Un aspecto que complica estos análisis es el hecho de que los humanos han estado migrando constantemente a lo largo de su historia, lo que hace que sea difícil sabers exactamente dónde ocurrieron las interacciones con los neandertales", dijo Vernot.

“Es posible, por ejemplo, que todo el mestizaje con los neandertales hubiera ocurrido en el Medio Oriente, antes de que los ancestros de los humanos modernos no africanos se extendieran por Eurasia. En el modelo computacional del artículo, los ancestros de todos los humanos no africanos se cruzaron con los neandertales y luego se dividieron en múltiples grupos que posteriormente se convertirían en europeos y asiáticos orientales".

“Después de separarse, los ancestros de los asiáticos modernos orientales continuaron cruzándose un poco más con los neandertales".

"Lo importante es que mostramos que no solo nos encontramos con los neandertales una vez en nuestra historia, sino que parece que los hemos encontrado varias veces".

"Sin embargo, a medida que podamos observar individuos de más y más poblaciones, con suerte tendremos una mejor idea de dónde han estado nuestros antepasados ​​y dónde pueden haber hibridado con los neandertales".

Fuente: dailymail.co.uk | 18 de enero de 2023

Revelan cómo era el rostro de Ramsés II en la plenitud de su mejor momento, hace 3.200 años en Egipto

El software de «regresión de edad» se utilizó para determinar cómo se habría visto el faraón en su mejor momento, aproximadamente a la edad de 45 años. | Crédito: Laboratorio facial de la Universidad John Moores de Liverpool.

El rostro de Ramsés II fue ampliamente reconocido en el Imperio Egipcio por su intención de liberar al territorio de cualquiera que no fuera egipcio. Durante décadas, los esfuerzos militares del faraón se enfocaron en proteger a su territorio de una invasión de migrantes, que huían, asimismo, de las decisiones férreas de su tierra de origen.

El mandato de Ramsés II, además de documentarse en la Biblia, se caracterizó por profundas campañas militares. Tanto así, que extendió sus dominios desde la actual Siria hasta Nubia, que hoy conocemos como Sudán del Sur. A más de 3,200 años de su fallecimiento, un equipo de científicos ‘trajo a la vida’ al faraón nuevamente, con un modelado en 3D de su rostro, alrededor de la mitad de su vida. Esto es lo que sabemos.

La momia de Ramsés II fue encontrada en 1881 en el sur de Egipto; en algún momento fue parcialmente desenvuelto para mostrar su cabeza momificada. (Crédito de la imagen: G. Elliot Smith; "Catálogo General Antiquites Egyptiennes du Musee du Caire: The Royal Mummies"; Wikimedia Commons)

¿Cómo se veía el faraón Ramsés II realmente?

Ramsés II fue un hombre longevo —incluso para los parámetros contemporáneos. De acuerdo con los registros de Britannica, el faraón murió a los 90 años. Aún a pesar de que sus restos dan fe de su edad avanzada, los investigadores de la la Universidad John Moore —en su FaceLab— reconstruyeron su rostro con una técnica conocida como «envejecimiento al revés».

A partir de su cráneo y restos momificados, los científicos utilizaron un modelado tridimensional para obtener cómo era el rostro de Ramsés II en los días próximos a su muerte. Sin embargo, los esfuerzos no se detuvieron ahí.

Por el contrario, los radiólogos egipcios indagaron en cómo se veía el faraón en la plenitud de su juventud, hacia la mitad de su vida. Y lo consiguieron: el retrato digital que encabeza el post lo muestra alrededor de sus 45 años. Al respecto, la directora de FaceLab, Caroline Wilkinson, explica lo siguiente sobre el proceso:

«Llevamos a cabo un proceso de regresión de edad tridimensional para eliminar algunos de los signos del envejecimito, a fin de representarlo en su mediana edad, en la cima de su poder», detalla la especialista en una entrevista a Live Science.

Luego se agregó a la reconstrucción facial la coloración del cabello y la piel basada en lo que se cree que era común en el antiguo Egipto. | Crédito: Laboratorio facial de la Universidad John Moores de Liverpool.

Para reconstruir el rostro de una persona, explica Wilkinson, es necesario partir del cráneo. Con ello, se consideran dos enfoques:

  • Aproximación facial: utiliza datos promedio, plantillas y perfiles biológicos para producir un rostro
  • Reconstrucción facial: un intento más detallado de determinar el aspecto de una persona en particular, en el que se pueden agregar colores y texturas, dijo.

En el caso del Rostro de Ramsés II, los investigadores del Reino Unido llevaron los esfuerzos un poco más allá. Reunieron los datos del faraón para hacer una reconstrucción mucho más detallada: a partir del retrato digital, realizaron una representación facial en 3D. Podría ser que, por primera vez en milenios, el mundo pueda reconocer al faraón casi en persona.

Fuente: National Geographic | 12 de enero de 2022

Una máquina de leer huesos revela que el primer 'Homo' cazaba

Recreación de la vida en Olduvai de los primeros 'homo', despedazando una pieza cazada MAURICIO ANTÓN / IDEA.

Encontrar en un fragmento del hueso hioides –situado a la altura de las vértebras cervicales– las leves marcas de una piedra afilada que utilizó un Homo habilis hace más de un millón de años provoca un pequeño escalofrío. Es una emoción extraña que te asalta cuando, aplicando el cortahilos, el ojo es capaz de apreciar esos cortes casi paralelos que quedaron impresos en el fragmento óseo, y la mente comprende que es obra de un antepasado que vivió hace más de 1,8 millones de años.

Arqueólogos madrileños acaban de publicar en una revista científica las conclusiones de un trabajo de años, en el que, por medio de la inteligencia artificial, han logrado demostrar que aquellos primeros humanos eran cazadores, y no se limitaban a comer los restos que dejaban leones o hienas.

El estudio se ha realizado en el Instituto de Evolución en África (IDEA), codirigido por los doctores Manuel Domínguez-Rodrigo, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Alcalá de Henares y profesor visitante en la Universidad de Rice, Houston)–, y Enrique Baquedano, director del Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid), y se publicó el 18 de octubre en la revista científica PeerJ.

Enrique Baquedano (izquierda) y Manuel Domínguez-Rodrigo en Olduvai. IDEA.

Prospección por franjas

Baquedano y Domínguez-Rodrigo llevan años excavando en la garganta de Olduvai (Tanzania), en el corazón de África y la cuna de la humanidad, donde dieron sus pasos los primeros especímenes Homo. De hecho, desde 2006 dirigen un equipo internacional encargado de buscar, localizar y analizar cuanto vestigio sea posible sobre aquellas primeras agrupaciones de los considerados primeros Homo.

Y allí donde los equipos estadounidenses llevan 30 años sin encontrar nuevos yacimientos, ellos llevan ya cuatro localizados. Uno de ellos es DS –David's site, llamado así en homenaje al geólogo David Uribelarrea, que lo descubrió–. «500 metros cuadrados en superficie, cubiertos por 1,8 millones de años de sedimentos», explica Baquedano.

Vista general de la garganta de Olduvai, considerada la cuna de la humanidad y donde trabaja el equipo del IDEA MAURICIO ANTÓN / IDEA

Un largo debate

La explicación a este éxito del equipo madrileño está en la metodología aplicada: «Tenemos distintas maneras de hacer la prospección». Mientras que los estadounidenses se centraron en pequeñas catas muy concretas donde creían que podían encontrar algún hallazgo, los españoles realizaron grandes franjas, muy largas, para poder salvar el obstáculo que supone un terreno con muchas fallas y diaclasas, que complica la identificación de los estratos. Las largas franjas permiten hacer el seguimiento completo de un determinado nivel: así llegaron hasta el yacimiento DS.

En este espacio, donde el terreno es volcánico, lacustre y fluvial, se han recogido las muestras que han permitido concluir que los primeros especímenes africanos Homo eran ya cazadores, «que transportaban su caza hasta este punto y allí las deshuesaban y consumían».

El debate sobre si Homo habilis era cazador o se dedicaba al cleptoparasitismo –aprovechar los restos de las presas de otros animales– ha tenido ocupada a la comunidad científica durante más de cinco décadas. En 1959, el matrimonio de antropólogos e investigadores Louis y Mary Leakey defendían la tesis de que este antepasado humano también era cazador. Coincidió con ella el también arqueólogo Glynn Isaac.

Foto: Louis y Mary Leakey mostrando los restos de una mandíbula. Cortesía de la Fundación Leakey.

Debate científico

Pero a finales de los 70, su colega Lewis Binford cambió la teoría y sostuvo que esos primeros especímenes Homo «eran carroñeros terminales: acudían a comerse lo que quedaba de las presas, tras el paso de los leones y luego de las hienas». El debate arreció en los 80; hasta que en los 90, las excavaciones de Robert Blomenschein defendieron una posición intermedia: creía que eran carroñeros sobre piezas cazadas por leones, y tras el paso de estos, pero antes que las hienas, «porque después de estas, no queda nada», señala Baquedano.

Manuel Domínguez-Rodrigo volvió a la primera teoría en 2007: Homo habilis era cazador, de piezas pequeñas como gacelas o antílopes. La misma tesis que ahora han podido demostrar. Para ello, han utilizado la inteligencia artificial para diseñar una «máquina de leer» a la que «mediante un algoritmo, se le ha enseñado a distinguir las huellas que dejan los dientes de félidos o las hienas», sobre los huesos de las presas halladas en el yacimiento DS de la garganta de Olduvai.

Las conclusiones del estudio confirman las hipótesis planteadas en la tesis doctoral de Lucía Cobo-Sánchez, autora principal del artículo y también miembro del IDEA: no existen marcas de felinos en la mayoría de los animales consumidos por los primeros seres humanos, lo que indica que los homininos fueron los consumidores primarios de la mayoría de los animales acumulados en el yacimiento, posiblemente a través de la caza.

La investigadora en evolución humana en el IDEA, Lucía Cobo-Sánchez, realizando trabajos de prospección en la Garganta de Olduvai.

No es una cuestión intrascendente: la capacidad de cazar se asocia a un alto grado de cooperación, tanto para apresar a los animales como para repartir luego la carne obtenida. Además, la caza habría resultado ser una fuente regular de proteína de alta calidad, que metabólicamente ayudara a un mayor desarrollo del cerebro humano, la marca de la evolución de la especie.

La 'máquina de leer' es una creación del doctor Domínguez-Rodrigo, que la ideó hace unos siete años y que «ahora se usa en todo el mundo», explica Baquedano. «Hubo que introducir miles y miles de fotos de marcas de leones o hienas sobre huesos para que el algoritmo aprendiera», amplía el arqueólogo. Las marcas de dientes se obtuvieron tanto de carnívoros cautivos en la reserva de Cabárceno (Cantabria), como de animales salvajes que habitaban en el parque nacional Tarangire (Tanzania).

El mayor yacimiento

El DS es el yacimiento más grande en extensión de la industria olduvayense, el primer tecnocomplejo de estos especímenes Homo, donde construían sus primeras herramientas de piedra. «Hasta ese punto llevaban las piezas cazadas y ahí las despiezaban y las consumían», relata Baquedano. «Es un espacio donde encontramos las cosas tal como las dejaron los 'Homo' de hace 1,7 millones de años: las basuras están en posición primaria, donde las dejaron caer. Es como interpretar la escena del crimen en CSI».

El análisis de ese yacimiento permite a los expertos conocer cómo era la vida y la organización de aquellos primeros grupos humanos, y les lleva a deducciones: «Hay patrones de descuartizamiento que nos llevan a pensar que no había familias nucleares, padres con sus hijos como ahora las entendemos; no se percibe ese patrón de distribución», detalla el director del Museo Arqueológico y Paleontológico de Madrid.

Falange de 1.84 millones de años hallada en el yacimiento PTK de Olduvai, Tanzania.

En clanes

Su deducción es que «la organización era en clan. Había parejas, sí, pero no como una familia nuclear, sino más bien como hacen otros grupos de grandes primates, con liderazgos importantes como en el caso de los gorilas». Este amplio espacio descubierto por el equipo madrileño de investigadores «era el lugar donde despedazaban, descarnaban y consumían las piezas cazadas». Pero no vivían allí: estos primeros Homo no utilizaban cuevas –no las había en la zona–, ni hay testimonio de que construyeran cabañas. En el enclave había arroyos que entraban al lago, donde se formaban islotes con palmeras, «y allí se cobijaban, bajo las palmeras, como los grandes primates», cuenta Baquedano.

Queda mucho por saber de nuestros primeros antepasados. Por ejemplo, si esas primeras herramientas de piedra tallada las hicieron, como se creía, el Homo habilis –de ahí su nombre, habilidoso–, o si también las elaboró el Homo ergaster: el equipo del IDEA descubrió en el yacimiento PTK, en 2012, una falange muy moderna, del dedo meñique de la mano izquierda de un individuo que vivió hace casi dos millones de años en África. La garganta de Olduvay, la cuna de la humanidad, es la espléndida 'oficina' donde trabajan Baquedano, Domínguez-Rodrigo y sus equipos desde hace años, y a la que esperan seguir volviendo cada año porque «África te abduce».

Fuente: abc.es | 7 de enero de 2023