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La súper erupción del volcán Toba, hace 74.000 años, pudo haber provocado la dispersión de los humanos modernos fuera de África

Excavaciones llevadas a cabo en el sitio arqueológico de la Edad de Piedra Media, Shinfa-Metema 1, en las tierras bajas del noroeste de Etiopía, han atestiguado una población de humanos de hace 74.000 años que sobrevivió a la erupción del supervolcán Toba. Foto cortesía de https://topographic-map.com, Licencia de base de datos abierta (ODbL) v1.0.

Los humanos modernos se dispersaron fuera de África varias veces, pero el evento que condujo a la expansión global ocurrió hace menos de 100.000 años.

Algunos investigadores plantean la hipótesis de que las dispersiones se limitaron a “corredores verdes” formados durante los intervalos de climas húmedos, cuando la comida era abundante y las poblaciones humanas se expandían al mismo ritmo que sus entornos.

Pero un nuevo estudio en Nature, que incluye a los investigadores de la Universidad Estatal de Arizona Curtis Marean, Christopher Campisano y Jayde Hirniak, sugiere que los humanos también pudieron haberse dispersado durante los intervalos áridos a lo largo de las "autopistas azules" creadas por ríos estacionales. Los investigadores también encontraron evidencias de cocina y herramientas de piedra que representan la prueba más antigua de tiro con arco.

En su trabajo en el Cuerno de África los investigadores han descubierto evidencias que muestran cómo los primeros humanos modernos sobrevivieron tras la erupción del Toba, uno de los supervolcanes más grandes de la historia, hace unos 74.000 años. La flexibilidad de comportamiento de estas personas no sólo les ayudó a sobrevivir a la súper erupción, sino que también pudo haber facilitado la posterior dispersión de los humanos modernos fuera de África y por el resto del mundo.

"Este estudio confirma los resultados de Pinnacle Point en Sudáfrica: la erupción del Toba pudo haber cambiado el medio ambiente en África, pero la gente se adaptó y sobrevivió a ese cambio ambiental causado por la erupción", dijo Marean (izquierda), científico investigador del Instituto de Orígenes Humanos y Profesor de Fundación de la Escuela de Evolución Humana y Cambio Social.

El equipo investigó el sitio Shinfa-Metema 1 en las tierras bajas del actual noroeste de Etiopía a lo largo del río Shinfa, un afluente del río Nilo Azul. La súper erupción ocurrió durante la mitad del tiempo en que el sitio estuvo ocupado y está documentada por pequeños fragmentos de vidrio cuya química coincide con la del supervolcán Toba.

Se recuperó un pequeño fragmento de vidrio más pequeño que el diámetro de un cabello humano en el sitio de la Edad de Piedra Media, en el noroeste de Etiopía, llamado Shinfa-Metema 1. Su química coincide con la del supervolcán Toba situado al otro lado del mundo, en Indonesia. Las personas que vivieron en este sitio arqueológico sobrevivieron a la súper erupción gracias a su flexibilidad de comportamiento. Foto de Racheal Johnsen

Determinar el momento oportuno a través de criptotefra

"Una de las implicaciones innovadoras de este estudio es que con los nuevos métodos de criptotefra (el uso de cenizas volcánicas para datar y correlacionar eventos geológicos y climáticos) desarrollados para nuestro estudio anterior en Sudáfrica, y ahora aplicados aquí, en Etiopía, podemos correlacionar sitios de toda África, y tal vez en todo el mundo, con una resolución de varias semanas de duración”, explica Marean.

Las criptotefras son fragmentos de vidrio volcánico característicos que pueden tener un tamaño de entre 80 y 20 micrones, lo que implica que es más pequeño que el diámetro de un cabello humano. Extraer estos fragmentos microscópicos de los sedimentos arqueológicos requiere paciencia y gran atención al detalle.

“Buscar criptotefra en estos sitios arqueológicos es como buscar una aguja en un pajar, pero sin saber si existe siquiera una aguja. Sin embargo, tener la capacidad de correlacionar sitios a 5.000 millas de distancia, y potencialmente más lejos, en semanas en lugar de miles de años, hace que todo valga la pena”, dijo Campisano (derecha), científico investigador del Instituto de Orígenes Humanos y profesor asociado de la Escuela de Ciencias Humanas, Evolución y Cambio Social.

"Este estudio, una vez más, destaca la importancia de que el equipo de la Universidad de Nevada-Las Vegas/Universidad Estatal de Arizona supere los límites para analizar con éxito la criptotefra, de abundancia extremadamente baja (menos de 10 fragmentos por gramo) hasta la fecha, y enclaves arqueológicos correlacionados en toda África", continúa Campisano.

Los métodos para identificar criptotefra de baja abundacia en Pinnacle Point se desarrollaron por primera vez en la Universidad de Nevada Las Vegas (UNLV), dirigidos por el fallecido Eugene Smith y Racheal Johnsen, y ahora se llevan a cabo en el Laboratorio de preparación de sedimentos y TEphra (STEP) de la Universidad del Estado de Arizona (ASU).

Hirniak, estudiante graduada de la Escuela de Evolución Humana y Cambio Social, dirigió el esfuerzo de ASU para crear su propio laboratorio de criptotefra, el Laboratorio STEP, trabajando con Campisano y basándose en métodos desarrollados en la UNLV. Hirniak también colaboró ​​con laboratorios de criptotefra en el Reino Unido que trabajan con muestras de sedimentos que preservan cientos o miles de fragmentos de vidrio. Ahora la principal experiencia de Hirniak es la tefrocronología, que implica el uso de ceniza volcánica para vincular registros arqueológicos y paleoambientales y ubicarlos en la misma línea de tiempo, lo cual fue su contribución a esta investigación.

“Nuestro laboratorio en ASU fue construido para procesar horizontes de criptotefra de abundancia extremadamente baja mediante una técnica altamente especializada. Sólo hay unos pocos laboratorios en el mundo con estas capacidades”, afirmó Hirniak (izquierda).

Las puntas de proyectil de halladas en sitio arqueológico de la Edad de Piedra Media, Shinfa-Metema 1, en las tierras bajas del noroeste de Etiopía, y que datan de la época de la súper erupción del Toba, hace 74.000 años, proporcionan evidencia del uso del arco y flechas antes de la dispersión de los humanos modernos fuera de África. Foto cortesía del Proyecto de estudio del Nilo Azul.

Migraciones por las 'autopistas azules'

Con base en la geoquímica isotópica de los dientes de mamíferos fósiles y cáscaras de huevos de avestruz, concluyeron que el sitio de Shinfa-Metema 1 fue ocupado por humanos durante una época con largas estaciones secas a la par que algunos de los hábitats más áridos estacionalmente del este de África en la actualidad. Hallazgos adicionales sugieren que cuando el caudal de los ríos se detenía durante los períodos secos, la gente se adaptaba cazando animales que acudían a los pozos de agua restantes para beber. A medida que los pozos de agua siguieron reduciéndose, se hizo más fácil capturar peces sin ningún equipo especial, y las dietas se inclinaron más hacia el pescado.

Sus efectos climáticos parecen haber producido una estación seca más larga, lo que hizo que la gente de la zona dependiera aún más del pescado. La reducción de los pozos de agua también pudo haber empujado a los humanos a migrar hacia el exterior en busca de más alimentos.

"A medida que la gente agotaba los alimentos dentro y alrededor de un determinado pozo de agua de la estación seca, probablemente se veían obligados a trasladarse y buscar nuevos pozos de agua", dice John Kappelman (izquierda), profesor de antropología y ciencias planetarias y terrestres de la Universidad de Texas en Austin y autor principal del estudio. "Los ríos estacionales funcionaron así como 'bombas' que desviaron poblaciones a lo largo de los canales de un pozo de agua a otro, impulsando potencialmente la dispersión más reciente fuera de África".

Es poco probable que los humanos que vivieron en Shinfa-Metema 1 fueran miembros del grupo que abandonó África. Sin embargo, la flexibilidad de su comportamiento les ayudó a adaptarse a las condiciones climáticas desafiantes derivadas de la súper erupción del Toba, y fue probablemente un rasgo clave de los humanos de la Edad de Piedra Media que permitió a nuestra especie finalmente dispersarse fuera de África y expandirse por todo el mundo.

Las personas que vivían en la zona de Shinfa-Metema 1 cazaban una variedad de animales terrestres, desde antílopes hasta monos, como lo atestiguan las marcas de cortes en los huesos, y aparentemente cocinaban sus alimentos, tal como lo demuestran las evidencias de fuego controlado hallados en el sitio. Las herramientas de piedra más distintivas son pequeñas puntas triangulares simétricas. Los análisis muestran que dichas puntas son probablemente puntas de flecha que, con 74.000 años de antigüedad, representan la evidencia más antigua de tiro con arco.

La investigación sobre criptotefra de ASU fue financiada por la Hyde Family Foundation, la National Science Foundation, el Institute of Human Origins y la Arizona State University.

Fuente: Arizona State University | 20 de marzo de 2024

La revolución tecnológica que los humanos llevaron a cabo en la península ibérica hace 8.500 años

Foto: Puntas de proyectil en forma trapezoidal encontrados en el yacimiento de Casa Corona, Villena (Alicante).

Un estudio arqueológico de la Universidad de Alicante (UA) ha determinado el momento de la aparición y difusión en la península ibérica de una innovadora tecnología de origen geográfico desconocido que permitió a las últimas sociedades cazadoras y recolectoras del Mesolítico adaptarse mejor al cambio climático registrado al final de ese periodo de la Prehistoria.

"Por primera vez hemos desentrañado el momento cronológico en el que aparece una nueva modalidad en la fabricación de pequqeñas puntas de proyectil en sílex con forma de trapecio", una revolucionaria tecnología que se extendió hace 8.500 años por la península ibérica, según ha revelado, en una entrevista con EFE, la coautora de este trabajo, la investigadora María Magdalena Gómez-Puche (izquierda). "Su difusión fue muy rápida, en un intervalo de menos de 100 años, y se produjo entre grupos humanos geográficamente distanciados", ha destacado esta experta.

Gómez-Puche y el investigador Javier Fernández-López de Pablo, ambos del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la UA, han llevado a cabo este estudio que ha sido publicado recientemente en la revista Radiocarbon de la Universidad de Cambridge tras un exhaustivo análisis del conjunto de fechas de carbono 14 existentes en yacimientos mesolíticos peninsulares que presentan este método de diseñar las puntas de proyectil.

"Sin duda uno de los grandes interrogantes en la Prehistoria europea, objeto de investigación desde hace mucho tiempo, es cómo se difundió este nuevo sistema técnico, que mejoró la eficacia en la caza, ya que irrumpe en casi toda Europa y parte del Magreb. Al ser un fenómeno tan amplio, es muy complejo conocer su origen geográfico y los mecanismos de su difusión", ha señalado la arqueóloga.

Se han hallado puntas de proyectil con forma de trapecio en yacimientos de la península ibérica que están ubicados muy lejos entre sí, a distancias superiores a los 100, 150 e, incluso, 500 kilómetros: en el interior de la Comunidad Valenciana, en el sur de los Pirineos, en la cornisa cantábrica o en el centro de Portugal, por ejemplo.

Entrada a la Cova Foradada, uno de los yacimientos analizados en el estudio. Juan I. Morales.

Redes sociales

Al ser tan rápida su expansión y producirse en una amplia zona geográfica, existen indicios para sustentar la hipótesis de que los grupos humanos geográficamente distanciados debían estar conectados a través de redes sociales extensas mediante las cuales se intercambiaban los conocimientos y que posibilitaban un flujo de información, ha apuntado Gómez-Puche.

Una vez establecida con este estudio la fecha de la aparición de esta tecnología, "se plantea ahora la necesidad de saber cómo se transmitió tan rápidamente y cómo eran esas redes sociales", ha señalado la experta, quien ha recordado que el Mesolítico engloba a los últimos grupos de cazadores-recolectores que desarrollaron su vida antes de la agricultura.

"Por los datos que hemos investigado, sabemos que esta modalidad de fabricar las puntas de los proyectiles no se inventó de manera autóctona en la península ibérica, sino que probablemente, según nuestra hipótesis y a la luz de la señal cronológica que hemos concretado, se propagó desde el sur de Francia, posiblemente a través de los Pirineos, al resto de la Península", ha detallado.

"Las fechas que hemos analizado de carbono 14 tienen una gradación cronológica de norte a sur, es decir, las fechas más antiguas en las que aparecen estos trapecios están cerca de los Pirineos y las más recientes en el sur de la península ibérica y Portugal", según ha especificado la investigadora.

Distribución espacial de sitios arqueológicos en el corte temporal 2 (TS2) 8.600-8.400 BP. Yacimientos arqueológicos con trapecios, grupo 1: 42. Peña 14. 89: El Mazo. 136: Cocina. 173: El Esplugón. 215: Botiquería. 222: Artusia. Yacimientos arqueológicos con trapecios, grupo 2: 39: Mendandia. 124: El Collado. 63: Tosal de la Roca. 67: Nerja. 105: Cueva Blanca. 177: Aizpea. 217: Los Baños. 297: Cueva del Nacimiento. Yacimientos arqueológicos sin trapecios, grupo 3: 15. Rei Cintolo. 26. Atxoste. 80: La Garma. 91: Cova Foradada. 100: Prazo. 109: Mazaculos II. 118: Kobeaga II. 120: J3. 135: Fuente del Ros. 143: San Julião. 171: Berroberría. 174. Kanpanoste Goikoa. 178: Ekaín. 182: Serrat del Pont. 210: Arenal de la Virgen. 212: Kanpanoste. 225: Carabión.

67 yacimientos estudiados

La relevancia del trabajo de la UA estriba también en que se han integrado todas las distintas zonas de la península ibérica estudiadas con anterioridad de forma aislada. "Desde hace más de 20 años se lleva investigando este periodo, sobre todo en la zona del valle del Ebro donde hay mucha riqueza de datos arqueológicos, en la fachada mediterránea y en la cornisa cantábrica", ha explicado Gómez-Puche.

"Hemos fijado el momento cronológico de la irrupción de esta tecnología en la península ibérica, que fue realmente revolucionaria, empleando un procedimiento cuantitativo muy riguroso y ampliamente aceptado en el ámbito científico: el análisis de registros radiocarbónicos a través de modelos cronológicos bayesianos, una técnica estadística que calcula las probabilidades de que una fecha de carbono 14 se sitúe en un intervalo cronológico determinado. Se ha establecido que la introducción y expansión de los trapecios líticos tuvo lugar entre hace 8.505 y 8.338 años.", ha dicho.

Los dos investigadores han evaluado el registro radiocarbónico de las primeras industrias de trapecios líticos de toda la península ibérica, con más de 180 fechas de 67 yacimientos, en la mayoría de los cuales se ha hallado vestigios de esta tecnología.

Otro dato interesante del estudio es que sus autores han documentado que las primeras apariciones de las puntas de proyectil con forma de trapecio son anteriores en el tiempo al final del periodo del Mesolítico cuando se produjo lo que se conoce en el ámbito científico como evento climático del 8.2, en el que la temperatura global del planeta bajó unos 2ºC y se incrementó la aridez, lo que supuso un estrés en los recursos.

"El hecho de haber desarrollado esta innovación tecnológica ayudó a los cazadores-recolectores a adaptarse mejor a esas nuevas condiciones climáticas y a orientar sus estrategias de subsistencia. Consiguieron sobrevivir, por lo que es importante conocer los mecanismos que utilizaron ante ese reto porque representa una lección del pasado que podría servir a la Humanidad para aplicarla en el presente", ha expuesto la investigadora.

Fuentes: elespanol.com | 18 de marzo de 2024

Descubren restos neandertales de hace 100.000 años en el yacimiento vasco de Axlor (Vizcaya)

Restos neandertales de hace 100.000 años hallados en el yacimiento de Axlor de Dima (Vizcaya). UC.

Investigadores del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) han descubierto restos neandertales de hace unos 100.000 años en el yacimiento de Axlor (Dima, Vizcaya), un periodo en el que los vestigios humanos conservados en Europa son especialmente escasos.

"Los restos recuperados en Axlor representan las evidencias más antiguas conocidas en norte de la península ibérica, concretamente piezas dentarias correspondientes a dos niños de entre 10 y 12 años y a un adulto joven", según explicó el director y arqueólogo del IIIPC, Jesús González-Urquijo (izquierda), catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria (UC).

“Los rasgos del individuo adulto muestran las características anatómicas específicas de las poblaciones neandertales de la península ibérica. La dentición comparativamente grácil podría ser la manifestación de un endemismo peninsular", añadió el arqueóllgo sobre los descubrimientos, cuyo estudio especializado está publicado en la revista Journal of Human Evolution (JHE).

“El entorno de los 100.000 años es un momento crucial en la historia demográfica europea, previa a los contactos entre neandertales y los 'Homo sapiens' y a la expansión neandertal en Asia central. Las limitadas evidencias disponibles por el momento, a las que suman ahora los hallazgos en Axlor, sugieren que la extraordinaria continuidad poblacional de los neandertales europeos emerge en estos momentos de principios del Pleistoceno superior", añadió González-Urquijo.

El estudio desarrolla una nueva metodología de análisis para la clasificación taxonómica. Las diferencias en la dentición entre sapiens y neandertales son sutiles, por lo que se han empleado rasgos de morfometría geométrica que permiten comparaciones más robustas.

Trabajos arqueológicos en el yacimiento de Axlor (Vizacaya). UC.

Las mediciones se han aplicado a la superficie exterior, pero también a la unión dentina/esmalte y cemento/dentina. Estos dos últimos cálculos se han realizado en el interior de los dientes, lo que minimiza los sesgos que introduce el desgaste por atrición en las superficies externas. Estos rasgos internos se extrajeron por microtomografía axial computerizada. Un análisis estadístico de componentes principales (PCA) de los datos morfométricos permitió situar los dientes de Axlor en el espacio de la variabilidad morfológica típica de la dentición de las poblaciones neandertales.

Los dientes neandertales de Axlor se han recuperado en el marco de las excavaciones arqueológicas del grupo Paleo del IIIPC (Proyecto NeandertalHD- PID2022-136898OB-I00), coordinadas por J. González-Urquijo y Talía Lazuen. El trabajo ha sido realizado en colaboración con Shara Bailey (Universidad de New York), Tom Davies, Mykolas Imbrasas (U. Kent) y Jean Jacques Hublin (Max Planck Institute.).

“El proyecto NeandertalHD (Historia neandertal. Dinámicas históricas y evidencias de alta definición en el Paleolítico Medio de la Iberia noratlántica) estudia las capacidades y comportamientos en las sociedades neandertales, las dinámicas históricas en el suroeste de Europa entre hace 100.000 y 40.000 años, los cambios y relaciones filogenéticas de las poblaciones humanas en este periodo, las condiciones ambientales del Pleistoceno superior contemporáneas de las últimas sociedades neandertales, y la relación entre cambios ambientales y cambios históricos", concluyó el director del IIIPC.

IIIPC

El IIIPC es un instituto universitario de investigación de carácter mixto, de titularidad compartida por el Gobierno de Cantabria, la Universidad de Cantabria y Santander Universidades.

Se dedica a la investigación en Prehistoria, en sus apartados de investigación básica y aplicada, así como a proporcionar asesoramiento técnico en el ámbito de su competencia. Sus líneas prioritarias de estudio son: Arte prehistórico, Paleolítico y Mesolítico del SO de Europa, origen y desarrollo de las sociedades campesinas, primeros pobladores del continente americano, tecnología prehistórica y Bioarqueología.

Fuente: Universidad de Cantabria | 19 de marzo de 2024

Hallan las marcas de arado más antiguas de Europa, con una datación de hace unos 7.000 años en Suiza

Huellas de pezuñas de cabras y ganado doméstico en el yacimiento de Anciens Arsenaux. Crédito: ARIA SA/s. van Willigen et al. / Comunicación de humanidades y ciencias sociales. Nature (2024)

Excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el enclave de Anciens Arsenaux, Sion, cantón de Valais, Suiza, han arrojado conocimientos innovadores sobre las primeras prácticas agrícolas, poniendo en cuestión creencias previas y remodelando nuestra comprensión del período Neolítico en Europa.

En este sentido, un equipo de arqueólogos ha descubierto evidencias que sugieren que los agricultores neolíticos de la región suiza mencionada empleaban tracción animal para tirar del arado hace entre 5.100 y 4.700 años a.C., casi un milenio antes de lo que se pensaba.

Situado en el fértil cono aluvial del Sionne, un torrente alpino que atraviesa la ciudad de Sion antes de unirse al Ródano, la excavación del lugar en 2017 por arqueólogos que trabajan para los Archivos Cantonales del Valais reveló capas de ocupación humana entremezcladas con depósitos aluviales que abarcan el período Neolítico desde aproximadamente entre el 5200 y el 3500 a.C.

Mapa que muestra la ubicación del yacimiento de Anciens Arsenaux (Sion, cantón de Valais, Suiza; punto amarillo). Crédito: S. van Willigen et al., Comunicaciones en humanidades y ciencias sociales (2024)

No se puede subestimar la importancia de estos depósitos aluviales, ya que desempeñaron un papel crucial en la conservación de las antiguas huellas de arado. Susceptibles a la erosión, o a perturbaciones agrícolas, los surcos hallados en Sion han perdurado debido a la rápida sedimentación del arroyo circundante y el encapsulamiento de las huellas de arado dentro de las capas del suelo.

El descubrimiento de surcos paralelos y huellas de pezuñas en el sitio aludido proporciona evidencia convincente de la utilización de herramientas similares a arados tirados por ganado o bueyes domesticados durante el período Neolítico temprano. Este hallazgo desafía las suposiciones anteriores de que el norte de Alemania y Dinamarca fueron los primeros epicentros europeos donde se utilizó la tracción animal en la agricultura, con evidencias que se remontan aproximadamente al 3.700 a.C.

a) plan de excavación; b) marcas de arado (grupo 499 en a) halladas durante la excavación; c) marcas de arado (grupo 499 en a ); d) excavación del bloque micromorfológico EM97 a través de una de las ranuras de marcas de arado en el grupo 499 con la sección delgada analizada mostrada en rojo. Imágenes: ARIA SA.

La datación por radiocarbono de materiales orgánicos encontrados encima y debajo de las alteraciones del suelo proporcionó evidencia concluyente de la antigüedad de las marcas de arado. Los hallazgos sugieren que la tracción animal surgió simultáneamente con el advenimiento de la agricultura misma, lo que representa una innovación fundamental que revolucionó la productividad agrícola y la dinámica social.

“Nuestra investigación ha proporcionado un marco cronológico sólido para las primeras marcas de arado conocidas en Europa, que datan de entre 5100 y 4700 a.C. Estos restos demuestran que el uso de la fuerza animal apareció poco después de los primeros indicios de una economía de producción en los Alpes”, escriben los arqueólogos en su artículo publicado en la revista Nature.

Las implicaciones de estos hallazgos se extienden más allá de la innovación tecnológica y remodelan nuestra comprensión de la intensificación agrícola y sus repercusiones sociales durante la expansión neolítica en toda Europa. La capacidad de cultivar campos más grandes con tracción animal probablemente impulsó la estratificación económica y la complejidad social durante el período Neolítico, principalmente en términos de aumento de la producción y posterior desigualdad de riqueza, lo que desafía narrativas convencionales, o de larga tradición, sobre el ritmo y la trayectoria del desarrollo agrícola.

(a) Resumen cronológico de los Conjuntos N1, AG1 y N2. (b) Fotogrametría de la parte inferior de la estratigrafía del yacimiento de Anciens Arsenaux. (c) Selección de cerámicas del Conjunto N1. Los números 2 y 3 son fragmentos de un jarrón de fondo hueco característico de la fase temprana de la cultura Vasi a Bocca Quadrata en la llanura del Po, que data de principios del quinto milenio a. C. (d) Selección de cerámicas del Conjunto N2. Crédito: ARIA SA; fotografías y dibujos de los tiestos: S. van Willigen, InSitu SA / Comunicaciones en humanidades y ciencias sociales (2024).

La capacidad de trabajar campos más grandes con tracción animal pudo haber sido más una parte integral de los procesos iniciales de la neolitización del continente europeo que fruto de un desarrollo revolucionario posterior.

El entorno alpino único de Sion probablemente jugó un papel crucial en la preservación de las evidencias de un uso temprano del arado, y ofrece un terreno fértil para futuras exploraciones sobre los orígenes de la tracción animal en la agricultura. Para investigar más a fondo estos orígenes, el equipo arqueológico planea extender sus excavaciones a entornos alpinos similares en toda Suiza e Italia.

Fuente: archaeologymag.com | 8 de marzo de 2024

El pasado evolutivo de la India vinculado a una enorme migración hace 50.000 años y a parientes humanos ya extintos

El mayor estudio sobre los genomas de los pueblos del sur de Asia ha revelado conocimientos extraordinarios sobre la variación genética en la India. (Crédito de la imagen: hadynyah a través de Getty Images)

Un equipo de investigadores ha obtenido nuevos conocimientos sobre la historia evolutiva de la India después de realizar el estudio genómico más grande de su tipo. Los científicos analizaron más de 2.700 genomas indios modernos de 17 estados, incluido el ADN de individuos de la mayoría de las regiones geográficas, hablantes de las principales lenguas y grupos tribales y de castas.

Su estudio revela que uno de los tres principales grupos ancestrales de la India, los antiguos agricultores iraníes, se remonta a un grupo de agricultores procedentes de Sarazm, en lo que hoy es Tayikistán. También descubrieron la extraordinaria diversidad de ADN heredado de los neandertales y denisovanos, los parientes más cercanos y ahora extintos de los humanos modernos.

Además, el equipo descubrió que la mayor parte de la variación genética dentro de la población india actual proviene de un único e importante evento migratorio de humanos modernos a la India desde África hace unos 50.000 años.

Los investigadores describieron sus hallazgos en un artículo publicado en la base de datos de la página de bioRxiv.

"Las poblaciones del sur de Asia a menudo están subrepresentadas en los estudios genómicos", dijo a Live Science en un correo electrónico Elise Kerdoncuff (izquierda), autora principal del estudio y genetista de poblaciones de la Universidad de California, Berkeley (UCB). "El estudio de las poblaciones indias nos ayuda a comprender la historia de la India y, como demuestra nuestro estudio, también proporciona información valiosa sobre aspectos más amplios de la historia humana".

India, hogar de más de 1.400 millones de personas, es uno de los países más poblados del mundo, con más de 4.500 poblaciones antropológicamente bien definidas, incluidas castas, tribus y grupos religiosos. Sin embargo, a pesar de esta amplia diversidad, las poblaciones indias a menudo han estado subrepresentadas en los estudios genómicos, que se han centrado principalmente en personas de ascendencia europea.

Para pintar una imagen más clara de la variación genética en la India, los autores del nuevo estudio analizaron los genomas de miles de personas que participaron en el Estudio de envejecimiento longitudinal en la India: evaluación diagnóstica de la demencia (LASI-DAD). Los participantes tenían más de 60 años y aceptaron que se les tomaran muestras de sangre para su análisis.

La mayoría de los indios tienen ascendencia de tres grupos ancestrales: los antiguos agricultores iraníes, los pastores de la estepa euroasiática y los cazadores-recolectores del sur de Asia. Los investigadores ya entendían cómo llegaron estos dos últimos grupos a la India, pero no sabían cómo y cuándo llegó a la región el ADN de los antiguos agricultores iraníes, según la coautora del estudio Priya Moorjani (derecha), profesora asistente de genética, genómica, evolución y desarrollo. en UCB.

En un análisis del nuevo estudio, el equipo comparó el ADN de los indios modernos con el de individuos relacionados con Irán desde el Neolítico hasta la Edad del Hierro. Descubrieron que el ADN antiguo relacionado con Irán, y heredado por las poblaciones indias, se originó a partir de individuos de Sarazm del Neolítico temprano.

En un análisis separado, los investigadores compararon el ADN de los indios modernos con el de los genomas secuenciados del neandertal y denisovano y descubrieron que los indios, como la mayoría de los no africanos, heredaron entre el 1% y el 2% de su ADN de estos grupos. Este ADN es muy diverso: casi el 90% de todos los genes neandertales conocidos encontrados en humanos fuera de África se detectaron en los genomas indios estudiados.

El equipo también descubrió que la mayor parte de la variación genética encontrada en los indios modernos proviene de una única migración importante de individuos de África hace unos 50.000 años. Esto contrasta con estudios arqueológicos anteriores que sugerían que los humanos modernos se asentaron en la India antes, por ejemplo, antes de que el volcán Toba entrara en erupción hace unos 74.000 años .

"Quedan muchas preguntas, en particular sobre la población que vivía en la India hace 50.000 años. Por ejemplo, los investigadores aún no saben si el rango de neandertales y denisovanos se extendía hasta el sur de Asia, o si los humanos modernos encontraron neandertales y denisovanos más al este de Eurasia de lo que se creía", dijo Moorjani. "Es posible que estos genes hayan sido llevados consigo a la India, por ejemplo".

"En el futuro, al combinar conocimientos de otros campos como la arqueología y la lingüística, espero que la historia, a escala fina de nuestro pasado evolutivo, se vuelva más clara", concluye.

Fuente: livescience.com | 11 de marzo de 2024

El enigma de la excepcional tumba con joyas de oro ¿Una princesa de Europa central en el Alicante de la Edad del Bronce?

Conos de oro hallados en la tumba de Orihuela y recreación del aspecto de la "princesa de los Cárpatos". López Padilla, J.A., et al.

Las excavaciones realizadas a principios del siglo XX en San Antón, Orihuela,uno de los yacimientos de la Edad del Bronce más relevantes de la provincia de Alicante, sacaron a la luz una gran cantidad de tumbas prehistóricas. El encargado de los trabajos, el sacerdote jesuita Julio Furgús, interpretó el sitio, con casi 800 enterramientos, como una necrópolis, aunque se trataba en realidad de un asentamiento argárico, una sociedad guerrera con organización jerárquica y construcciones monumentales que inhumaba a sus muertos bajo las viviendas. El 1905 dio a conocer los datos de una sepultura particular que incluía un excepcional ajuar con objetos de oro.

La revisión, gracias a la nueva información proporcionada por el registro arqueológico, de los restos humanos y materiales conservados en la tumba y su contexto revela ahora unas sorprendentes conexiones sociales entre el sureste de la península ibérica y la cuenca carpática, en Europa central. En un estudio publicado en la revista Antiquity, un equipo de investigadores de la Universidad de Alicante y el Museo Arqueológico de Alicante propone que la mujer enterrada en el yacimiento argárico con los elementos típicos de la élite social pudo ser una 'princesa' llegada desde el otro lado del continente.

Territorio argárico del sureste de la península ibérica ( c. 1700 a. C.

En este enterramiento singular de San Antón, fechado entre 1900-1650 a.C., el jesuita Furgús documentó el esqueleto —hoy perdido— de una mujer, recostada en posición encogida sobre su lado derecho y con el cráneo, totalmente embadurnado de negro, orientado al oeste. El excavador reseñó que a cada lado de la cabeza había una espiral de plata, usadas probablemente como pendientes o adornos para sujetar el cabello, y una vasija de gran tamaño muy fragmentada. A la altura de la cintura descubrió un cuchillo de 14 cm de largo adherido a un pequeño pañuelo de tela y dos punzones, uno de metal y otro de hueso.

No obstante, lo más significativo era una colección de 73 "conos huecos" de oro, de los que solo se conservan 42, localizados entre las vértebras del cuello. La aparición de conchas marinas perforadas y dos pequeños discos de marfil de 5 mm de diámetro empujó a Furgús a pensar que se trataban de los elementos de un collar. Pero tras un siglo de investigaciones sobre el mundo argárico, que floreció aproximadamente entre 2200 y 1550 a.C., ese extraordinario conjunto de pequeños conos representa un unicum dentro del legado arqueológico de esta misteriosa civilización que revolucionó la península ibérica.

Ajuar funerario conservado de San Antón. (a, b) Espirales de plata; c) conos de oro perforados; (d) Daga de cobre arsénico con restos de tela adheridos.

Juan A. López Padilla, Francisco Javier Jover Maestre, Ricardo E. Basso Rial y María Pastor Quiles, autores del artículo científico, explican que este conjunto es el único ejemplo de joyería argárica elaborado con una técnica que consiste en embutir una pequeña laminilla de oro dispuesta encima de una matriz con una oquedad de forma cónica y, más destacable todavía, el único que no encuentra un paralelo hecho en plata, el material más abundante en la orfebrería de esta sociedad.

¿Viaje o regalo?

¿Pero cuál era la verdadera utilidad de estas diminutas piezas? A finales del siglo pasado algunos investigadores ya señalaron el parecido de los conos de oro del yacimiento de San Antón con los que formaban parte del tesoro de Kápolnahalom, hallado en el norte de Hungría. En una necrópolis de Eslovaquia perteneciente a la cultura Otomany-Füzesabony, también de la Edad del Bronce (2100-1600 a. C.), han aparecido 144 artefactos de oro casi idénticos en seis tumbas femeninas, y en torno a las clavículas de los esqueletos, pertenecientes a mujeres del más alto rango social. Diversas investigaciones han desvelado que el uso de una amplia variedad de objetos de oro y bronce cosidos a materiales textiles para decorar las ropas fue una tradición extendida en Europa central en esta época.

Conos de oro huecos perforados del tesoro de Jászdozsa-Kápolnahalom (diám. 4-5 mm). Damjánich János Múzeum (Szolnok, Hungría). (Fotografía: Péter Makrai.)

Objetos de oro del ajuar funerario de la tumba 404 de Nižná Mysl'a, Eslovaquia (fotografías: Instituto de Arqueología de Nitra; Academia de Ciencias de Eslovaquia) y boceto del entierro con la distribución del ajuar funerario.

Los arqueólogos españoles aseguran que existen parecidos evidentes entre los conos de la zona de los Cárpatos y los de San Antón, dos regiones separadas por más de 2.000 kilómetros, tanto a nivel de diseño y fabricación como por su distribución en los esqueletos. Sería por lo tanto un lujoso adorno que se colocaba en algún dobladillo de los vestidos de mujeres de alto estatus.

El gran interrogante a resolver es que el enterramiento hallado en Orihuela resulta extraordinario y único para el mundo argárico. Un estudio reciente de una serie de tumbas de La Almoloya, uno de los principales núcleos de El Argar, reveló que esta sociedad practicó la exogamia femenina. López Padilla y el resto de autores del artículo de Antiquity recuerdan que el movimiento de mujeres entre asentamientos también fue común en la Europa de la Edad del Bronce, incluyendo las poblaciones de la cuenca carpática.

Los arqueólogos ven más probable la presencia de una "princesa de los Cárpatos" en el suroeste de la península ibérica como resultado de estas prácticas sociales que el largo viaje de un artesano para elaborar este artefacto exclusivo o que un orfebre local hubiera copiado dicha tradición externa para las élites argáricas. "El hecho de que ningún equivalente de plata se haya descubierto hasta el momento es una evidencia muy significativa en este sentido. Esto también hace improbable que el vestido fuese un regalo enviado desde el otro lado de Europa para una 'princesa' argárica, aunque esto no debe descartarse completamente a la luz de nuevas pruebas de un comercio e intercambio textil en la Edad del Bronce", concluyen los investigadores.

Fuente: elespanol.com | 14 de marzo de 2024

Descubren evidencias del uso de pírsines, de hace 11.000 años, posiblemente como ritual de mayoría de edad en Turquía

Diagrama que muestra ejemplos de los adornos encontrados e indica cómo pudieron haber sido usados. Crédito: Antigüedad (2024).

Un equipo de arqueólogos ha descubierto más de 100 adornos para uso corporal en entierros de adultos de hace aproximadamente 11.000 años de antigüedad en Turquía, lo que proporciona la evidencia concluyente más temprana de pírsines (piercings, en inglés) y sugiere que las perforaciones en la piel pudieron haber sido un ritual para denotar la mayoría de edad.

Se han encontrado anteriormente objetos parecidos a pendientes en yacimientos neolíticos del suroeste de Asia, pero no había pruebas claras del uso de pírsines.

"Sabíamos que en el Neolítico existían artefactos en forma de pendientes, los cuales se han encontrado en muchos yacimientos", dice la coautora de la investigación, la Dra. Emma Lousie Baysal (izquierda), de la Universidad de Ankara. "Pero nos faltaban hallazgos 'in situ' que confirmaran su uso en el cuerpo humano antes del Neolítico tardío".

Para abordar esta circunstancia, un equipo de investigadores de varias instituciones turcas ha analizado una serie de entierros en el yacimiento del Neolítico temprano de Boncuklu Tarla, Turquía, en los que se descubrieron más de 100 adornos destinados a ser utilizados como pírsines corporales. Sus conclusiones se han publicado en la revista Antiquity.

Ejemplos de labrets de Boncuklu Tarla. Tipo 1: c1–3; tipo 2: a1 y a4; tipo 3: a2 y a3; tipo 4: c4; tipo 5: b1 y b2; tipo 6: d1–6; tipo 7: e (fotografías del Archivo de Excavación Boncuklu Tarla).

"Queríamos conocer los primeros ejemplos de perforaciones corporales, qué materiales se utilizaban con fines decorativos y quiénes perforaban sus cuerpos", dice la Dra. Baysal.

Los adornos fueron descubiertos en las tumbas de personas al lado de sus orejas y barbillas, lo que proporciona una fuerte evidencia de que se usaban como pírsines.

De los adornos encontrados, 85 están completos y la mayoría están elaborados con piedra caliza, obsidiana o guijarros de río. Sus diferentes tamaños y formas sugieren que fueron hechos para usarse tanto en perforaciones en la oreja como en el labio inferior (llamados labrets). Esto está respaldado por el análisis de los esqueletos, al haberse encontrado un desgaste en los incisivos inferiores, lo que es consistente con ejemplos del uso del labret en varias culturas pasadas y modernas.

La ubicación de Boncuklu Tarla y la distribución de pírsines y adornos para las orejas en el suroeste de Asia (figura de E. Kodaş).

Un examen más detallado de los esqueletos encontró que tanto los hombres como las mujeres tenían perforaciones, pero eran usadas exclusivamente por adultos. Ninguno de los entierros de niños tenía evidencia de estos adornos.

Ello sugiere que los pírsines no eran sólo estéticos, sino que también tenían un significado social. Es probable que actuaran como un rito de iniciación que significaba que una persona había alcanzado la madurez. Tales descubrimientos proporcionan la primera indicación sobre el propósito para el cual se hicieron y usaron los primeros pírsines.

Un ejemplo de 'labret' tipo 5 desde el interior de la boca (ilustración insertada). La mitad superior de la figura muestra el desgaste labial de los incisivos inferiores del individuo causado por el adorno del 'labret' (fotografías del Archivo de Excavación Boncuklu Tarla, figura de los autores).

Según la Dra. Baysal, "Esto demuestra que las tradiciones que todavía forman parte de nuestras vidas hoy en día ya se desarrollaron en el importante momento de transición neolítica cuando la gente comenzó a establecerse en aldeas permanentes en Asia occidental hace más de 10.000 años".

También proporciona un medio adicional para explorar cómo las personas en el pasado expresaban sus identidades a través de sus apariencias personales. "Tenían prácticas de ornamentación muy complejas que incluían cuentas, pulseras y colgantes, incluido un mundo simbólico muy desarrollado que se expresaba a través del cuerpo humano", dice la Dra. Baysal.

Una cuenta de piedra excavada en una tumba de Boncuklu Tarla, Turquía, en 2023, se encontraba entre los más 100.000 artefactos decorativos hallados en el sitio. (Emma L. Baysal vía CNN Newsource)

Cantidad 'increíble' de adornos

"Los cazadores-recolectores ocuparon Boncuklu Tarla aproximadamente entre el 10.300 a. C. y el 7.100 a. C., cuando la gente comenzó a alejarse de un estilo de vida nómada y formar asentamientos. El sitio fue excavado por primera vez en 2012 y desde entonces ha arrojado una gran cantidad de objetos ornamentales del período Neolítico, con aproximadamente 100.000 artefactos decorativos encontrados hasta la fecha, una cantidad asombrosa", explica la Dra. Baysal.

“El número de adornos hallados es increíble. Este es un sitio donde la gente adoraba los adornos más que en cualquier otro sitio”, subraya la Dra. Baysal. "Tenían montones y montones de cuentas y hacían engarces complicados con ellas, incluidos collares, pulseras, colgantes con formas de animales, así como adornos que podían coserse en la ropa", concluye la Dra. Baysal.

"Esta forma de expresión personal puede tener sus raíces en las mitologías de las sociedades tradicionales en las que un género específico de mitos se relaciona con el origen de los adornos y la decoración corporal, lo que sugiere una importancia fundamental en decorar el cuerpo como un acto que va más allá de las preocupaciones puramente estéticas”, añade Dusan Boric (izquierda), profesor asociado de la Universidad La Sapienza, Roma, Italia, en un correo electrónico. "Usar adornos corporales podría haber sido, más bien, un acto de construcción y protección de la personalidad".

Fuentes: phys.org | ctvnews.ca | 12 de maro de 2024

La catastrófica razón que forzó a los humanos a escapar de África hace 0,9 millones de años

En agosto de 2023, un equipo de investigadores chinos publicó un controvertido artículo en Science en el que analizaron los genes de 3.154 humanos actuales de diferentes regiones del planeta. Con sus resultados crearon un nuevo y complejo modelo genético (FitCoal) que permitió proyectar hacia el pasado la variabilidad genética y crear estimaciones del tamaño de las poblaciones de individuos. Los escalofriantes resultados indicaron que entre hace 930.000 años y 813.000, a finales del Pleistoceno inferior, la mayor parte de los humanos pereció en un brutal cambio climático en el que tan solo sobrevivió el 2,3 % de nuestros antepasados.

Estos casi 1.300 individuos que mantuvieron viva a la Humanidad estuvieron asediados por intensos periodos glaciares y una aridez y sequía extremas que acabaron con especies vegetales y animales. Sin embargo, el cuándo ocurrió este apocalíptico evento sigue siendo motivo de debate. Pocas semanas después, otro estudio publicado en Science sugirió que el "cuello de botella" poblacional pudo ser causado por una glaciación ocurrida hace 1,1 millón de años. En ese momento se cree que el hábitat de los homínidos disminuyó de forma drástica coincidiendo con la desaparición de vida humana en Europa, incluyendo los primeros moradores de Atapuerca.

Basándose en un riguroso estudio estratigráfico de los yacimientos de humanos más antiguos que se conocen en Europa y Asia, el último estudio publicado por la revista PNAS, de la Academia Nacional de Ciencias (EEUU), afirma que el evento glacial ocurrió hace 0,9 millones de años y forzó la migración hacia Europa de las poblaciones africanas.

Foto: Los investigadores detectaron una reducción en el tamaño de la población de nuestros antepasados ​​de aproximadamente 100.000 a aproximadamente 1.300 individuos, que persistió durante unos 100.000 años. Crédito de la imagen: Instituto de Nutrición y Salud de Shanghai, Academia de Ciencias de China

El equipo comenzó estudiando los cambios en los isótopos de oxígeno que se encuentran en las capas de sedimentos rocosos), lo que les permitió ver que el primer Pleistoceno importante comenzó hace aproximadamente 900.000 años. Dirigieron su atención a los resultados de estudios anteriores que mostraban un cuello de botella en la población aproximadamente 200.000 años antes. En ese trabajo, el equipo descubrió que los resultados no eran confiables; señalan que es posible que el número de población fuera mayor, pero había áreas donde no se estaban contando.

Luego señalaron que la evidencia de investigaciones anteriores mostraba que la ocupación de homínidos en toda Eurasia comenzó hace aproximadamente 90.000 años, lo que coincide con el inicio de la primera Edad de Hielo del Pleistoceno. Cuando comenzó la Edad de Hielo, los niveles del océano habrían bajado, lo que habría permitido a los homínidos una ruta más fácil desde África. Además, las condiciones en África se habrían vuelto más difíciles para los homínidos que vivían allí, lo que hacía que la migración fuera una propuesta tentadora. Y los investigadores señalan que muchos animales también comenzaron a migrar fuera de África aproximadamente al mismo tiempo.

"Sugerimos que la aridez que causó la expansión de la sabana y las zonas áridas por gran parte de África continental obligó al género Homo a adaptarse en África o migrar para evitar la extinción", sostiene el equipo de investigadores, liderados por Giovanni Muttoni (izquierda), del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Milán, y Denis V. Kent (derecha), investigador del Observatorio Terrestre Lamont-Dorherty de la Universidad de Columbia.

Ventana de oportunidad

De forma irónica, esta salvación solo pudo ser posible gracias al cambio climático que amenazó con acabar con la humanidad. En este periodo glacial, la temperatura del mar descendió varios grados, el polvo comenzó a poblar el Sáhara y el nivel del mar disminuyó hasta casi 110 metros en algunos puntos. Este retroceso del agua abrió grandes puentes de tierra en el mar Negro y el Mediterráneo que no solo fueron aprovechados por nuestros antepasados.

Aquel frío devastador que cubrió de hielo gran parte del planeta y desertificó una inmensa porción de África también empujó a gran parte de la red de fauna y flora africana, incluyendo elefantes y grandes mamíferos. Estos puentes hacia la vida arrinconan, una vez más, la desfasada y tradicional explicación de que esta migración pudo realizarse a través del estrecho de Gibraltar, cuya profundidad es de cerca de 300 metros.

Estudio climático realizado en Cracovia-Zwierzniec, Polonia. El investigador está al mismo nivel que una capa de ocupación temprana del Homo sapiens. Giovanni Muttoni.

"Al parecer, los homínidos se extendieron rápidamente hacia el norte de África (donde se encontró el cuello de botella genético en las poblaciones modernas de África central) y por toda Eurasia hacia el este, llegando hasta Java (Sangiran) y al sur y norte de China. (...). Al mismo tiempo, los homínidos se expandieron hacia el oeste de Europa atravesando la extensión entre los ríos Danubio y Po, llegando tan al oeste como la península ibérica y tan al norte como las Islas británicas", explican los científicos.

No hay que olvidar que en este momento, los 1.300 individuos desconocidos de los que descienden denisovanos y nenandertales y, por ende, el Homo sapiens moderno, vivió junto a varias especies del género Homo que ya estaban distribuidas por África y Eurasia, como el Homo antecessor, Homo erectus, Homo ergaster u Homo floresiensis.

Para llegar a estas conclusiones sobre la glaciación que separó el Pleistoceno inferior y medio, los investigadores estudiaron los yacimientos arqueológicos con presencia humana anterior a los 1,1 millones de años y los que rondaban cerca del hito de los 0,9 millones de años buscando el origen de este cuello de botella. El filtro aplicado fue severo y para empezar todos los yacimientos debían contar con un contexto estratigráfico claro. Además, su antigüedad debía haberse confirmado con métodos radiométricos, magnéticos, estudios de mineralogía o de nucleidos cosmogenéticos, como el carbono 14.

Mapa que muestra la ruta de migración de 0,9 millones y señala los yacimientos analizados. PNAS.

Entre estos yacimientos de todo el mundo se analizaron cuatro españoles: la Sima del Elefante y la Gran Dolina, ambos en Atapuerca, junto a los granadinos Cúllar y Solana Zamborino. Los investigadores afirman en su estudio que muchos sitios arqueológicos cuya cronología va más allá del millón de años -como en Dmanisi (Georgia) o Shangchen (China)- no se pueden asociar con facilidad a eventos climáticos determinados.

"Por otro lado, existe una fuerte concentración de yacimientos de homínidos euroasiáticos a los 0,9 millones de años, lo que coincide con otros yacimientos en África y una inferencia genómica en el cuello de botella humano", concluyen en su estudio.

Fuentes: elespanol.com | phys.org | 11 de marzo de 2024

Descubren que la.'Cova dels Xaragalls' (Barcelona) tuvo un uso sepulcral durante más de 4.000 años

Proceso de excavación de la Boca B de la 'Cova dels Xaragalls'. Autoría: Alfredo Suesta / IPHES-BÚSQUEDA.

Hace unos 7.000 años, los humanos antiguos en lo que hoy es el noreste de España enterraron a sus muertos en lo profundo de una cueva, creando una especie de necrópolis que abarca unos cuatro milenios y que ahora contiene más de 7.000 huesos, según los arqueólogos. Y hay indicios de que pudo haber sido utilizada durante decenas de miles de años antes.

La Cova dels Xaragalls (Cueva de los Barrancos) era "un lugar de enterramiento colectivo", explicó a Live Science el arqueólogo Antonio Rodríguez-Hidalgo, investigador del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) y del Instituto de Arqueología de Mérida en un correo electrónico. Dijo que "varios individuos fueron enterrados en fosas comunes dentro de la cueva desde hace unos 7.000 años, durante el Neolítico tardío, aunque la mayor parte aconteció durante el período Calcolítico ("Cobre-Piedra") y durante toda la Edad del Bronce, la cual terminó en España aproximadamente hace 3.000 años".

Un análisis del ajuar funerario enterrado con los muertos (generalmente cerámica, herramientas de pedernal y collares) sugiere que individuos de alto estatus fueron enterrados solos en la cueva durante el Calcolítico tardío y la Edad del Bronce, mientras que los entierros comunitarios dentro de la cueva todavía se usaban para las personas de menor categoría social, encontraron los investigadores.

"Los ajuares funerarios fueron especialmente abundantes durante la Edad del Bronce, cuando algunos individuos fueron enterrados con ricas colecciones de armas y otros artículos", explica Rodríguez-Hidalgo.

Cráneo procedente de la Cova dels Xaragalls, cerca de Barcelona, ​​que data de la Edad del Bronce. El agujero en su cráneo es resultado de una trepanación y posiblemente de un intento de curar una enfermedad. Crédito de la imagen: Antonio Rodríguez-Hidalgo, Instituto de Arqueología de Mérida (CSIC-Junta de Extremadura).

"Uno de los cráneos de la Edad del Bronce tiene un agujero en el cráneo realizado mediante una trepanación; este individuo parece haber sufrido varias enfermedades por lo que esto puede haber sido un intento de cura", añade. "Sin embargo, también sabemos que no sobrevivió a la intervención ya que no hay regeneración ósea en el agujero".

"Este es el único cráneo trepanado encontrado hasta el momento en la 'Cova dels Xaragalls', pero se han encontrado más de 100 cicatrices de trepanación en otros cráneos prehistóricos de España", afirma Rodríguez Hidalgo.

En la cueva se han encontrado más de 7.000 huesos humanos, lo que demuestra que fue utilizada para enterramientos durante al menos 4.000 años, desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce. Crédito de la imagen: Museu Terra, L'Espluga de Francolí.

¿Conexión neandertal?

La Cova dels Xaragalls se encuentra en las montañas a unos 90 kilómetros al oeste de Barcelona. Fue excavado varias veces durante el siglo XX y en 2008; Rodríguez-Hidalgo y sus colegas del IPHES excavaron más en marzo de 2019 y diciembre de 2023.

Además de los indicios de que la cueva se utilizó para entierros desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce (un lapso de aproximadamente 4.000 años), las últimas excavaciones revelaron huesos de cabras salvajes y carbón en una zona de de la cueva que datan de hace más de 45.000 años atrás. En aquella época, la región estaba habitada por los neandertales. Los paleoantropólogos creen que los humanos modernos (Homo sapiens) reemplazaron a los neandertales en toda Europa hace unos 40.000 años, aunque la genética moderna demuestra que llegaron a hibridar entre ellos.

Materiales descubiertos en la campaña de 2021. A: Fragmento de cerámica campaniforme. B: Punta de un puñal de bronce. C: Mandíbula humana. – Miguel Ángel Moreno/IPHES.

"Esto abre la posibilidad de que los neandertales también pudieran haber utilizado la cueva, pero esto es algo que debemos confirmar, dice Rodríguez-Hidalgo. "De hecho, no está claro si la cueva se usó continuamente para entierros o si fue utilizada por varios grupos en diferentes períodos".

"Por el momento tenemos algunas fechas que nos permiten entender que la cueva fue utilizada como tumba durante milenios, pero ahora tenemos que resolver si fue de modo continuo o no; necesitamos llevar a cabo una datación por radiocarbono exhaustiva para aclarar este punto".

Restos humanos (fémur y tibia) registrados en la excavación del testigo estratigráfico de la Boca C de la 'Cueva de los Xaragalls'. M. Á. Moreno/IPHES

Lugar de enterramiento

Los últimos descubrimientos pueden ayudar a trazar cómo las costumbres funerarias cambiaban con el tiempo. Y aunque muchos detalles de los entierros han variado a lo largo de los milenios en que la cueva fue utilizada para este propósito, cada tumba parecía tener su propio lugar de enterramiento.

"La gente que vivía en las zonas fértiles de los valles tenía que subir a una pequeña montaña con los cuerpos de los muertos para depositarlos allí", informa Rodríguez-Hidalgo, quien añade que "parece que diferentes grupos, desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce, respetaban los entierros anteriores".

El equipo arqueológico del IPHES tiene previsto regresar este mes a la Cova dels Xaragalls.

"Estamos haciendo análisis de ADN antiguo, análisis de cerámica, estudios paleoantropológicos, así como análisis de la composición y origen de los metales que hemos encontrado como ajuar funerario. Debido a que la cueva fue utilizada para entierros durante tanto tiempo, este es un lugar importante", concluye Rodríguez Hidalgo.

Fuentes: livescience.com | diaridigital.urv.cat | 7 de marzo de 2024

Hallan herramientas de piedra con 1,4 millones de años, las más antiguas de Europa en Korolevo (Ucrania)

Vista panorámica de la cantera de Korolevo (Ucrania) y uno de los artefactos hallados en el yacimiento. Roman Garba.

Herramientas de piedra encontradas en Ucrania que datan de hace 1,4 millones de años pueden ser la evidencia sólida más antigua de la existencia de humanos en Europa, revela un nuevo estudio. Los creadores de estas herramientas probablemente no fueron Homo sapiens, sino un pariente cercano ahora extinto.

Los científicos analizaron hallazgos del sitio arqueológico de Korolevo, en el oeste de Ucrania, donde los investigadores han desenterrado herramientas de piedra del Paleolítico Inferior (que abarca desde hace 2,6 millones hasta 125.000 años) desde el descubrimiento del sitio en 1974.

Los artefactos en Korolevo fueron hechos por homínidos, el grupo que incluye a los humanos modernos y demás especies extintas estrechamente relacionadas con los humanos, pero se desconoce qué especie los creó. Otros homínidos llegaron a Europa mucho antes que el Homo sapiens. Los humanos modernos abandonaron el continente africano hace unos 270.000 años, mientras que las especies humanas ahora extintas ya habían migrado de África a Eurasia hace al menos 1,8 millones de años (restos fósiles hallados en Dmanisi, Georgia).

Otro de los artefactos hallados en el yacimiento arqueológico de Korolevo, en el oeste de Ucrania.
Roman Garba.

Los artefactos más antiguos hallados en Korolevo son herramientas de piedra abandonadas en el lecho de un río y habían sido hechas en estilo Olduvayense, la forma más primitiva de fabricación de herramientas humanas, señalaron los investigadores. Se han encontrado herramientas similares en los sitios de ocupación humana más antiguos de África, Europa y Asia. Los artefactos de Korolevo habían sido enterrados por sedimentos del río y más tarde por polvo arrastrado por el viento, para, finalmente, ser descubiertos por trabajadores de una cantera de piedra.

Investigaciones anteriores no lograron fechar con precisión los artefactos más antiguos de Korolevo. En el nuevo estudio, los científicos han empleado una técnica llamada datación de núclidos cosmogénicos, que se basa en rayos cósmicos, esto es, partículas de alta energía que bombardean constantemente la Tierra desde el espacio exterior. Los rayos cósmicos pueden desencadenar reacciones nucleares dentro de las rocas de la superficie terrestre, creando isótopos radiactivos (diferentes versiones de elementos) que normalmente son extremadamente raros en la Tierra. Como estos llamados núclidos cosmogénicos se forman cuando estas rocas quedan expuestas en la superficie, pero no cuando están enterradas bajo tierra, los investigadores pueden analizar los niveles de diferentes núclidos cosmogénicos para estimar cuándo fueron enterrados.

El arqueólogo Roman Garba en el yacimiento de Korolevo (Ucrania), en verano de 2023. Roman Garba.

Los científicos descubrieron que las primeras herramientas de piedra elaboradas en Korolevo pueden tener alrededor de 1,4 millones de años (con un margen de error de 100.000 años arriba o abajo), lo que significa que el sitio contiene la evidencia más antigua conocida de homínidos en Europa. Los resultados del trabajo, liderado por Roman Garba, de la Academia Checa de Ciencias, se han publicado en la revista Nature y arrojan luz sobre la posible ruta de esta primera migración y el misterio de qué ocurrió en el amplísimo territorio comprendido entre ambos extremos del continente europeo.

"Los yacimientos de homínidos primitivos fechados con seguridad son escasos en Europa", dijo a Live Science Toshiyuki Fujioka, investigador principal de datación de núclidos cosmogénicos en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de España, el cual no participó en este estudio. "La datación llevada a cabo proporciona un yacimiento fechado de modo muy fiable, lo que es necesario para agregar combustible a nuestra discusión sobre los momentos en que se produjo la migración humana prehistórica".

Si bien las herramientas son demasiado antiguas para ser obra de humanos modernos o de nuestros parientes extintos más cercanos, los neandertales y los denisovanos, podrían ser obra del Homo erectus, una especie humana extinta que apareció por primera vez en África hace unos 2 millones de años y luego se extendió por Asia y Europa, dijeron los investigadores.

"Korolevo es el puesto avanzado más septentrional encontrado hasta ahora de lo que suponemos que es 'Homo erectus', y es testimonio de la personalidad intréìda de este ancestro", dice el coautor del estudio John Jansen (derecha), investigador principal del Instituto de Geofísica de la Academia Checa de Ciencias, en Praga. "Es posible que sitios incluso más al norte estén profundamente enterrados o hayan sido destruidos por los glaciares".

Colonización de este a oeste

Investigaciones anteriores encontraron que los homínidos ocuparon las montañas del Cáucaso, en Asia, hace unos 1,8 millones de años y lo que hoy son Francia y España hace unos 1,2 millones de años. Korolevo se encuentra a medio camino entre Asia y Europa, y la evidencia surgida ahora sugiere que los homínidos pudieron haber colonizado Europa de este a oeste.

Mapa con las posibles rutas de las primeras migraciones humanas en Europa. Roman Garba

"La edad de las herramientas de piedra de Korolevo confirma una antigua hipótesis sobre la dirección desde la que Europa fue colonizada por primera vez", afirmó Jansen. "Una ruta potencial para los homínidos hacia el oeste desde Ucrania habría sido a través de la cuenca de Panonia, en el sureste de Europa central", dijeron los investigadores.

Sin embargo, este argumento de una ruta de este a oeste se basa en sólo tres yacimientos situados en España, Francia y Ucrania. "La clara historia de la migración de este a oeste desde Asia occidental hacia Europa podría cambiar de la noche a la mañana si se encontrara en Europa occidental un yacimiento con una datación de hace 1,6 millones de años, por ejemplo, pero así es la naturaleza de la paleoantropología", dice Richard Roberts (izquierda), director del Centro de Excelencia para la Biodiversidad y el Patrimonio del Consejo de Investigación de Australia, quien tampoco participó en el estudio de investigación.

"Aún así, creo que este nuevo trabajo de investigación llena muy bien un enorme vacío en nuestro conocimiento actual sobre las primeras migraciones humanas llegadas a Europa", añade Roberts. "Se necesitan yacimientos muy bien fechados para aumentar nuestra confianza sobre cuándo Europa fue colonizada por primera vez y qué rutas se utilizaron".

Excavaciones en el yacimiento de Korolevo. Campaña 1984-1985. Instituto de Arqueología de la Academia Ucraniana de Ciencias

Migración cálida

Durante los períodos cálidos de la historia de la Tierra, conocidos como interglaciares, los glaciares se retiraron dejando nuevos paisajes que los primeros humanos podían explorar, tal como Europa, explica Jansen. Los artefactos más antiguos de Korolevo fueron enterrados durante tres interglaciales que estuvieron entre los más cálidos de los últimos millones de años, lo que podría ayudar a explicar por qué los homínidos que los fabricaron pudieron dispersarse tan al norte.

Aunque hace 1,4 millones de años marcó un período cálido en esta región, su ubicación al norte todavía habría experimentado una gran variabilidad a través de las estaciones, señala Michael Petraglia (derecha), director del Centro Australiano de Investigación para la Evolución Humana de la Universidad Griffith, quien tampoco participó en este estudio. "Esto significa que "la evidencia de Korolevo sugiere que los primeros homínidos eran conductualmente más flexibles en sus adaptaciones de lo que se reconocía anteriormente", dijo.

Fósil de Atapuerca con similar antigüedad

Toda la expectación pasa ahora al yacimiento de Atapuerca, donde en verano de 2022 se encontró un fragmento de cara de hasta 1,4 millones de años, lo que le situaría como el fósil humano más antiguo de Europa, aunque aún no se ha datado con precisión. Este resto óseo ha sido bautizado con el nombre de Pink, un posible homenaje en inglés a una de sus descubridoras, Rosa (Pink) Huguet (izquierda).

María Martinón-Torres (derecha) directora del Centro Nacional de Evolución Humana, destaca que "el estudio de Korolevo es robusto e importante, porque se suma a la lista de los pocos yacimientos que en Europa pueden documentar la presencia de humanos con más de un millón de años con solidez”. Y añade: “Atapuerca sigue siendo el único que además de industria lítica proporciona también restos humanos que pueden ayudarnos a determinar quién fue el protagonista de estas primeras incursiones. Los autores sugieren que por la cronología podría pertenecer a 'Homo erectus', pero habrá que esperar al estudio de Pink para poder resolver el misterio”.

Huguet, corresponsable de las excavaciones en la Sima del Elefante, explica: “Esperamos que el trabajo de Pink y todo su contexto se publique como más tarde después del verano”. El hallazgo de Korolevo, añade, “es una magnífica noticia”, y destaca que es el yacimiento más septentrional en el que se han encontrado rastros humanos. Atapuerca y Dmanisi están mucho más al sur y cuadran mejor como refugios climáticos en tiempos de glaciación.

Esto apoya la teoría de que los humanos no llegaron a Europa de una sola vez, sino en pulsos sucesivos, aprovechando los periodos entre glaciaciones, de unos 40.000 años. Al volver el frío se extinguían o huían de nuevo hacia el sur.

Se piensa que nuestra propia especie, el Homo sapiens, surgió en África hace unos 300.000 años, probablemente a partir de Homo erectus. Nuestra especie salió varias veces de África, probablemente aprovechando los periodos cálidos. Todos los habitantes actuales del planeta descendemos de uno de esos pulsos migratorios salidos del continente africano hace unos 70.000 años.

"Los restos de 'Homo erectus' se hacen tan abundantes y distintos que posiblemente 'haya que hilar más fino' y nombrar nuevas especies para diferenciar unas poblaciones de otras", apunta Juan Luis Arsuaga (izquierda), codirector de Atapuerca. Lo que no le cabe duda es el camino a través de Europa marcado por el hallazgo ucraniano: “Seguro que la ruta que siguieron fue por ahí”, concluye Arsuaga.

Fuentes: livescience.com | elpais.com | elespanol.com | 6 de marzo de 2024