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La cueva de El Sidrón desvela nuevas claves sobre los neandertales

El paleontólogo Antonio Rosas, en las instalaciones del CSIC en Madrid, donde se conservan los fósiles de El Sidrón. Iñaki Martínez

El paleoantropólogo del CSIC, Antonio Rosas, acaba de llegar de África, donde su equipo investiga las primeras poblaciones de Homo sapiens, y lima detalles a un par de publicaciones que pronto verán la luz en la revista Journal of Historic Evolution.

La renovación del convenio de colaboración entre Ayuntamiento, Principado, Universidad de Oviedo y CSIC permite a los científicos seguir trabajando sobre los fósiles, que no dejan de aportar información. «Fue una gran noticia para nosotros, porque a estos restos se les sigue sacando rendimiento científico. Seguimos trabajando sin descanso, estamos en los cuarteles de invierno, preparando próximas publicaciones», detalla.

Una de ellas es relativa a la cadera, al coxal, y otra sobre el atlas, la primera vértebra, la que marca la frontera entre el cuerpo y la cabeza. Porque ahí radica en estos momentos una de las líneas de investigación. «Una de las conclusiones que emanan de esos estudios es que la cabeza neandertal es muy evolucionada, con un cerebro muy grande, una configuración de la cara muy peculiar y una dentición con características muy marcadas. Sin embargo, su cuerpo, en términos generales, mantiene una configuración primitiva, similar a la de 'Homo erectus'», explica Rosas.

No quiere decir esto que no haya evolución el cuerpo, pero sí que la diferencia es notable. «Hay cambios como el acortamiento de las tibias, pero generalizando, el cuerpo cambia muy poco, mantiene una estructura primitiva, y es la cabeza la que manifiesta un cambio evolutivo mayor. Unas conclusiones que nos permiten entender cómo funcionan los mecanismos evolutivos. No todo cambia a la vez, y no todo cambia a la vez en los distintos linajes», explica.

Reconstrucción del molde endocraneal de uno de los neandertales jóvenes, de 7 años de edad, recuperado en Piloña. MNCN-CSIC.

En los restos de la cueva de El Sidrón, ahonda, «en términos generales, el esqueleto ratifica este modelo y además nos dice otra cosa, que en algunos detalles los restos de El Sidrón parecen más primitivos que otros de su misma cronología. Para la datación que valoramos, parecen un poquito primitivos. En el terreno de la hipótesis, puede ser que hubiese una población aislada que no haya seguido los cauces evolutivos de otras poblaciones cercanas», se aventura a decir ante las primeras evidencias. En cualquier caso, «los cambios evolutivos están concentrados en la cabeza y en detalles puntuales del cuerpo», confirma. Curiosamente, los humanos modernos no hemos seguido ese patrón. «En el caso del 'Homo sapiens', el esqueleto postcraneal cambia mucho más que en los neandertales», aclara.

No es la única línea de investigación. «Otro aspecto muy interesante es el estudio de la filogeografía del neandertal, la historia evolutiva de la especie y cómo se desarrolla en el espacio». Y es que hay enormes avances en muchos campos y ahora hay que ponerlos en común. «La península ibérica es el extremo más occidental de Eurasia, somos la periferia. Pero, simultáneamente, la documentación más antigua sobre neandertales está en España. El papel que hemos jugado en la evolución del linaje neandertal es muy relevante, y El Sidrón tiene mucho que decir ahí», cuenta el investigador. Porque estos restos son una referencia mundial, un patrón comparativo con los nuevos restos que van apareciendo.

«Se están descubriendo nuevas colecciones de neandertales en Iberia, y ahora estamos en el debate de conjugar la información que viene de la morfología con la de la paleogenómica. Esto es, la forma, el aspecto, que es lo que se estudió siempre, y la genética de cada población. Gracias a El Sidrón, tenemos grandes avances en la información genética». Así que uno de los objetivos inmediatos, ya están en ello, es «recopilar una gran base de datos, incluyendo todos los fósiles y sus características morfológicas que aportan todos los yacimientos. Los hallazgos en Portugal, en Castellón, en Levante en general, en el País Vasco, en Córdoba... podrán compararse con los de El Sidrón en busca de similitudes y diferencias».

Este tipo de estudios tienen consecuencias. Por ejemplo, «se está haciendo una relectura de los fósiles de Gibraltar a la luz de los datos genéticos, porque discrepan con la teoría aceptada», apunta Rosas. Y todo ello les permite dar un paso adelante en el estudio de la especie. «Donde antes hablábamos de neandertales en sentido amplio, ahora somos capaces de matizar y hablar de diferentes poblaciones de neandertales, con distintas características», avanza.

Así, se están estudiando los reemplazamientos de poblaciones que se observan en distintos lugares. «La Galería de las Estatuas de Atapuerca, por ejemplo, evidencia un reemplazo hace 100.000 años. Unos neandertales vienen de otro lado y sustituyen a los que estaban». Y eso depara, todavía, más preguntas que respuestas. «Los neandertales de El Sidrón, ¿a qué población pertenecen? ¿Es un reducto acantonado en el Sueve o son de los nuevos?». Los datos genéticos dicen que son de los nuevos, pero la morfología, como apuntábamos antes, dice que son de los antiguos, que son más primitivos que sus coetáneos. «Es un enigma que tenemos que resolver antes de sacar una conclusión, nos cuenta el científico.

«En el contexto europeo, en el Cáucaso y en el Extremo Oriente también se ven estas mismas circunstancias de reemplazo de poblaciones, y éxodos que producen reemplazamientos. En Polonia hemos detectado un núcleo de expansión de poblaciones, por ejemplo». En definitiva, «en estos momentos se está dibujando el mapa completo de las diferentes poblaciones neandertales». Y El Sidrón, la cueva de Piloña y sus trece habitantes, son una pieza clave del rompecabezas», concluye.

Fuente: elcomercio.es | 24 de julio de 2023

La última campaña de excavaciones en Atapuerca descubre nuevos restos de 'Homo antecessor' después de casi 30 años

Los codirectores de Atapuerca presentan los hallazgos de la campaña de 2023 y auguran un "festival arqueológico y paleontológico" a partir de 2024. - Foto: Alberto Rodrigo.

Los codirectores de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro, Eudald Carbonell y Juan Luis Arsuaga, prevén un "festival de fósiles humanos" a partir de 2024 en el nivel TD6 de Gran Dolina, tras el hallazgo de dos restos de Homo antecessor: un fragmento parietal y una falange del pie, que certifica la llegada a este ansiado nivel. "Prometimos que en poco tiempo llegaríamos y este año por fin se ha empezado a tocar TD6", tal y como confirmó Bermúdez de Castro durante la presentación de los resultados de la campaña de excavaciones de este 2023.

Acompañados por el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, los tres codirectores expusieron ante los medios de comunicación los hallazgos más destacados de esta campaña de excavaciones, que se inició el pasado 17 de junio y ha reunido a más de 300 investigadores en los yacimientos de Sima del Elefante, Galería, Gran Dolina, Penal, Cueva Fantasma, todos ellos ubicados en la Trinchera del Ferrocarril; Cueva del Mirador, Portalón; en los yacimientos de Cueva Mayor: Portalón, Sima de los Huesos, Cíclopes y Galería de las Estatuas.

En referencia al yacimiento de Gran Dolina, Bermúdez de Castro explicó que este año se ha excavado en la unidad TD7, con una antigüedad de 800.000 años, y tras elevar este nivel, aparece el techo de la esperada unidad TD6. "Está preparado para que en 2024 podamos volver a excavar este nivel", afirmó el codirector, que se mostró convencido de que, "durante los próximos cinco o seis años se recuperarán 300 o 350 restos humanos, mil piezas de restos líticos y cientos de restos de animales procesados. Va a ser un festival arqueológico y paleontológico", añadió.

Detalle del parietal (izquierda) y la falange de pie de Homo antecessor MARÍA D. GUILLÉN / IPHES-CERCA.

En relación al fragmento de parietal hallado esta campaña, Bermúdez explicó que se identificará en los próximos años y "probablemente aparezcan otros que puedan recomponer un cráneo más grande". Explicaron además que, para 2024, treinta años después del descubrimiento de Homo antecessor, se iniciará una "nueva fase de campañas excepcionales".

Con respecto al yacimiento del Penal, los codirectores explicaron que este año han confirmado que estos niveles están "correlacionados" con el paquete TD6, TD5 y TD4 donde apareció Homo antecessor. "A lo mejor algún año pueden aparecer restos de 'Homo antecessor' en este yacimiento", dijo Bermúdez de Castro.

Bermúdez manifestó así su alegría de poder retirarse en la próxima campaña de excavaciones con "todos los yacimientos produciendo cosas increíbles". En este punto, Eudald Carbonell habló sobre el yacimiento de Sima del Elefante, donde el año pasado se recuperaron los restos de la cara del homínido de 1,4 millones de años de antigüedad, denominado 'Pink'. Explicaron así que durante este año se han excavado parte de los sedimentos del nivel TD7 donde se ha recuperado un canto del río de cuarzo tallado, lo que implica que a poca distancia de los restos del homínido se ha localizado una de las herramientas que posiblemente utilizó este individuo o su grupo.

Un primer plano del fósil 'Pink' hallado en la Sima del Elefante (Atapuerca). Ricardo Ordóñez / ICAL.

"Hemos encontrado la caja de herramientas de Pink", celebró Carbonell, que indicó que el próximo año continuarán trabajando en esta zona del yacimiento, y es posible que aparezcan nuevas evidencias de las actividades de los homínidos en la sierra hace más de un millón de años. Asimismo, indicó que en la jornada de ayer apareció una pequeña lasca de sílex, que forman parte de estas herramientas que utilizaron.

A preguntas de los medios acerca de si se ha terminado de excavar en la zona de Sima del Elefante donde apareció 'Pink' o queda por excavar, Carbonell indicó que su "intuición de arqueólogo" le dice que también "podremos acabar encontrando impacto humano más antiguo que Pink. Queda todo por excavar, con gran probabilidad el año que viene es probable que sigamos encontrando restos de Pink, y entraremos en la secuencia principal", auguró.

Con respecto a los yacimientos de Cueva Mayor, Juan Luis Arsuaga explicó que el yacimiento de El Portalón "ha aportado mucha información y conocimiento" y afirmó que, tal y como le aseguró el responsable de este yacimiento, "la campaña de este año ha sido magnífica".

Se ha avanzado en un área de actividad centrada en la realización de decenas de fuegos/hogares para, por ejemplo, el procesado de comida o el tratamiento térmico del sílex a la hora de tallarlo. Además, se han encontrado útiles en hueso como punzones y agujas, algunos elementos de adorno como cuentas de conchas marinas, además de abundantes fragmentos de cerámicas, algunas finamente decoradas y herramientas en piedra como pequeñas láminas de sílex, percutores, molinos, o hachas pulidas.

En esta campaña se ha profundizado la cata de la gran Sala de los Cíclopes donde se habían encontrado restos de oso en años anteriores. La Sala de los Cíclopes está en el camino de la Sima de los Huesos y los osos y humanos tuvieron que atravesarla para llegar a la Sima, donde se acumularon sus cuerpos. En la Sima de los Huesos se excavaron los niveles superiores que contienen solo huesos de osos con el objetivo de preparar la excavación del año 2024 en los niveles con fósiles humanos.

Explicó así que durante esta campaña han encontrado un resto craneal humano, aunque afirmó que "el próximo año encontraremos más con toda seguridad". Estos restos, según afirmó Arsuaga, "servirán para reconstruir cráneos y también los esqueletos de otros restos humanos, que luego se mostrarán en el Museo de la Evolución Humana".

En relación a la Galería de las Estatuas Exterior, los codirectores explicaron que se ha excavado el nivel superior de cierre de la boca de la cueva, que contiene ocupaciones neandertales. Allí se han encontrado numerosas lascas, restos de talla y núcleos de sílex que indican que en ese lugar se confeccionaban utensilios. También han aparecido restos de herbívoros consumidos por los neandertales.

Por su parte, el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, puso en valor la importancia de Atapuerca y reiteró el "apoyo incondicional" de la Junta de Castilla y León con el proyecto Atapuerca. "Si estuviese en otro lugar del mundo, Atapuerca no tendría el reconocimiento que hoy tiene. Ostenta el liderazgo de los yacimientos arqueológicos de prehistoria y evolución humana", afirmó. Asimismo, indicó que la Consejería de Cultura es consciente de lo que significa Atapuerca, y por ello, "no alterarán jamás la gestión de un modelo que funciona".

Fuentes: diariodeburgos.es | abc.es | 21 de julio de 2023

Los arqueólogos vuelven al Cerro del Villar, donde Málaga guarda 'el Atapuerca de la cultura fenicia'

Reconstrucción de la vía central de mercado que recorría la isla de norte a sur y que muestra una ciudad ordenada de calles rectas y grandes casas. SUR.

Los arqueólogos regresan al lugar del crimen, a la parcela de 9 hectáreas bajo la que se esconde la superciudad fenicia a partir de la cual creció la Málaga que hoy conocemos. Y lo hacen casi diez meses después de que recogiesen sus bártulos, sus herramientas de trabajo para empezar una labor de análisis de todo lo hallado en un sector que había permanecido baldío, sin explotación alguna durante dos décadas.

El equipo dirigido por el profesor del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Málaga, José Suárez Padilla, volverá al tajo y lo hará para profundizar aún más en el redescubrimiento del punto exacto en el que, según los especialistas, se localiza el kilómetro cero de la capital de la Costa del Sol.

Recreación de la isla fenicia del Cerro del Villar. SUR.

Eso es Cerro del Villar, un solar en apariencia yermo, que pasa desapercibido para los miles de coches que transitan a diario por la autovía, pero que guarda en su interior un tesoro arqueológico de tal valor que algunos hablan del "Atapuerca del mundo fenicio".

La reactivación de las labores de excavación estaba prevista en el marco del proyecto interdisciplinar e internacional liderado por investigadores de la UMA, que cuenta con la subvención directa del Ayuntamiento y la autorización correspondiente de la Junta de Andalucía. Pendientes del desarrollo de esta nueva actuación, lo que parece evidente es que la primera fase fue todo un éxito. No sólo porque se levantó el velo que pesaba sobre este rico yacimiento, sino por los resultados de las excavaciones.

Imagen de cómo pudo ser el Cerro del Villar en sus orígenes.

Imagen de los resultados de la prospección geomagnética.

Los trabajos realizados en septiembre del año pasado dejaron a la vista muros de grandes dimensiones a diferentes alturas y niveles, organizados de forma descendiente, hacia los límites de la isla, en el antiguo delta del Guadalhorce. Elementos que, a juicio de los expertos, evidencian un posible entramado urbano aterrazado.

"No nos esperábamos que las primeras estructuras fenicias estuvieran tan accesibles y superficiales, a sólo 40 o 50 centímetros del nivel del suelo", expuso hace casi un año José Suárez. Bien es cierto que los análisis previos de prospecciones geoarqueológicas, geofísicas y geomagnéticas realizados por la UMA mostraban este yacimiento como uno de los sitios fenicios arcaicos mejor conservados del extremo occidental del Mediterráneo.

Esta labor inicial hacía presumir la aparición de muchas estructuras fenicias. Sin embargo, José Suárez admitía que lo encontrado ha superado las expectativas. "Todo es un descubrimiento", confesaba. Y ello a pesar de que del conjunto apenas ha sido objeto de estudio un espacio de 350 metros cuadrados.

Resultados de la primera fase

Dentro las tareas, los integrantes del equipo, pertenecientes a áreas de conocimiento del Departamento de Ciencias Históricas de la Facultad de Filosofía y Letras, han sido recuperadas piezas de cerámica fenicia, griega y etrusca del siglo VI a. C., posibles contenedores de salazones y vino, y se han delimitado los primeros caminos, así como muros de más de medio metro de ancho que podrían identificarse como habitaciones, en las que se ve claramente cómo las partes más altas del asentamiento se comunican con las más bajas.

También se han documentado restos de hace unos 2.700 años, que atestiguan las actividades cotidianas realizadas en este asentamiento. Entre ellos destaca un trozo de ánfora de vino procedente de Oriente Próximo, del siglo VII a. C.; la parte de un horno doméstico para la elaboración de tortas de pan, o enseres relacionados con las prácticas pesqueras, tales como pesas de red de plomo y restos de comida, en concreto moluscos marinos.

Salvo un pequeño punto de los terrenos, en los que fue localizada una pileta romana, todo el Cerro del Villar es terreno esencialmente fenicio. "Tras los fenicios fue una zona que se destinó a la agricultura y se abandonó; eso es lo que nos permite acceder a niveles fenicios muy antiguos como en pocos sitios", explicaba a EL ESPAÑOL de Málaga José Suárez en octubre del año pasado.

Imagen de archivo de los trabajos arqueológicos realizados en el Cerro del Villar.

Sirva de comparativa que los restos fenicios descubiertos durante la construcción del Museo Picasso fueron localizados a unos 5 metros de profundidad. "Y es justamente la cercanía a la superficie lo que hace del Cerro del Villar un yacimiento con una potencialidad excepcional para poder conocer cómo se organizaba un asentamiento fenicio arcaico. Ello nos permite ver cómo se organizan las casas, si hay edificios públicos, si hay espacios productivos como talleres", insistía José Suárez.

Los datos confirman que era una ciudad fenicia en toda regla que pudo dar cabida a más de un millar de personas. "Hablamos de un asentamiento de muchas hectáreas densamente ocupadas; había familias de comerciantes, pero también artesanos y población indígena que se incorpora", describe José Suárez poniendo el acento en que "nos hemos topado con estructuras y restos arqueológicos por todas partes".

Aspecto final del yacimiento, ubicado en el Paraje Natural de la desembocadura del río Guadalhorce.

"Pero más allá de los muros, los arqueólogos han podido perfilar cómo era el día a día de los habitantes, cuáles eran sus actividades cotidianas, qué tipo de leña usaban, qué tradiciones culinarias tenían o cómo hacían las tortas de pan". Una de las conclusiones más atractivas es que "eran fenicios muy malagueños: pescaban y consumían recursos marinos, los cuales tenían mucho peso en su dieta; hemos encontrado pequeñas pesas de plomo que usaban para las redes de pesca".

De hecho, por los hallazgos, puede concluirse también que esta población disfrutaba de auténticas mariscadas. "Hay un vertido con restos de coquinas, de almejas, de búsanos… Nos parecía muy fresco y hablamos de unos 2.700 años de antigüedad", concluye José Suárez.

Fuente: elespanol.com | 20 de julio de 2023

Hallan en Atapuerca (Burgos) los primeros suelos preparados para crear un hogar en el Neolítico

Yacimiento de Portalón en Atapuerca (Burgos) R. ORDÓÑEZ

La campaña de excavaciones estival en los yacimientos de la sierra de Atapuerca (Burgos) ha permitido hallar indicios de los primeros suelos especialmente preparados para crear un hogar por moradores del Neolítico, un descubrimiento único en todo el mundo.

El hallazgo se ha producido en el Portalón, el yacimiento de entrada a Cueva Mayor, y “uno de los que mejores resultados está dando en Castilla y León”, ha explicado la responsable, Amalia Pérez Romero (izquierda), en una visita a los medios de comunicación.

Pérez Romero ha indicado que “se han encontrado con una zona de habitación, en la que se están haciendo hogares, pero con una 'particularidad' que no se ha visto en ningún otro yacimiento de la época, de unos 7.000 años de antigüedad".

“Habían acondicionando espacios para vivir, preparando un suelo para asentarse, suelos de arcilla cocida para darle más consistencia y estabilidad al terreno".

Amalia Pérez ha explicado que los antiguos moradores del Portalón, en esos primeros momentos del Neolítico, “pusieron debajo unas ramas, las prendieron fuego y sobre ellas fueron depositando la arcilla para estabilizar la zona".

La sensación de los investigadores es que "estaban creando un hogar, ya que no se trata de un simple asentamiento por interés, sin intervenir en el espacio para hacerlo más confortable.

“Estamos muy contentos”, ha aseverado Pérez, "pues este tipo de suelos no se han descubierto en ningún otro yacimiento de Europa, ni de Oriente Próximo ni Medio".

La investigadora responsable del Portalón ha incidido en que zonas de habitación, espacios funerarios y zonas de estabulación de animales de esta cronología, 7.000 años, sí se han localizado en otros yacimientos.

La novedad de la sierra de Atapuerca son los tipos de suelo y, en el Portalón, se han excavado dos y ahora están trabajando en un tercero, que es el que consideran que puede ser más antiguo.

Yacimiento espectacular

Era un hogar para esos primeros agricultores y ganaderos que se asentaron en la península ibérica, pues, si bien siguieron cazando y recolectando, en el Portalón ya se han encontrado indicios del cambio de hábitos.

“Hemos encontrado unas láminas preparadas para cortar, las cuales, sin llegar a ser hoces de siega, evidencian que sembraban y recolectaban algunos de sus frutos. Además de gran cantidad de cerámica, industria lítica, industria ósea y mucha fauna", explica Pérez Romero.

En este yacimiento, puerta de entada a Cueva Mayor, conviven dos niveles de excavaciones: el más bajo corresponde al Neolítico, pero el superior es de la Edad del Bronce.

"En ambos casos se trata de espacios de habitación, y se han hallado cerámicas típicas de cada una de sus épocas, muy características. En la Edad del Bronce la cerámica es mayoritariamente lisa, mientras que en el Neolítico suelen recuperar piezas preciosas, con unas decoraciones muy peculiares”.

"Todo ello hace que el yacimiento de Portalón sea muy bueno e, incluso, espectacular, pues abarca un amplio periodo histórico de ocupación, con una sucesión de hogares y hallazgos importantes", concluye Pérez Romero.

Arqueólogos trabajan el yacimiento de Galería de las estatuas en Atapuerca. EFE/Santi Otero.

Galería de las Estatuas

Por su parte, el codirector de las excavaciones de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, ha precisado que los resultados definitivos de las dataciones por luminiscencia en el yacimiento de neandertales de Galería de las Estatuas Exterior podrían estar "a lo largo de este año». «Hay muchas perforaciones, que son sondeos, son pruebas para luminiscencia, para datación y esperamos tener los resultados definitivos de las dataciones a lo largo de este año", ha apuntado.

"Tenemos resultados preliminares pero los definitivos serán a lo largo de este año y entonces, plantearemos hacer una primera peritación un poco descriptiva del yacimiento y sus diferentes niveles con sus contenidos, sus industrias y sus dataciones", ha afirmado. "En las próximas décadas, seguiremos solo en la parte de arriba porque conforme vamos excavando la parte de arriba nos vamos llegando a estos niveles", ha señalado al tiempo que ha agregado que "se irán extendiéndose estos niveles para que al final todo sea una misma planta".

En este sentido, Arsuaga ha declarado que "esas sucesivas etapas de la evolución del paisaje, de la ladera y del karts las tenemos aquí muy bien documentados" por lo que ha afirmado que "Galería de las Estatuas es un yacimiento muy didáctico porque se ve toda la historia del karts. Es un yacimiento pedagógico, está muy bien para explicar cómo funcionan a lo largo del tiempo estas cavidades", ha agregado, y que "se van viendo las sucesivas ocupaciones neandertales, caídas de techo, los neandertales pasan a vivir más dentro, y ahora mismo las últimas ocupaciones con techos son las de dentro".

El equipo de investigación de Atapuerca trabaja estos días en el yacimiento de Galería de las Estatuas en intentar acceder a niveles más antiguos y recuperar fósiles y sedimentos que permitan continuar la búsqueda del ADN de neandertales. Arsuaga ha recordado que fue en el año 2020 cuando se empezó a excavar el yacimiento de neandertales de Galería de las Estatuas Exterior, que representa la continuidad en el exterior de la Cueva Mayor del yacimiento de la Galería de las Estatuas Interior.

En la campaña de 2022 se pudo intervenir de manera más intensa y el equipo obtuvo resultados muy interesantes que sostienen la existencia de un importante yacimiento de neandertales en ese lugar. Una vez confirmada la importancia del yacimiento, en la campaña de 2023 se proponen intensificar el ritmo de excavación. Así, la presente campaña cuenta con el concurso de 30 excavadores en cada quincena de julio. Se plantea extender sensiblemente la superficie del yacimiento para delimitarlo y excavar en profundidad para conocer mejor su estratigrafía.

El yacimiento de Galería de las Estatuas presenta un interés muy especial, puesto que en sus sedimentos se obtuvieron restos de ADN de más de cinco neandertales, lo que constituyó un hito histórico en las ciencias prehistóricas. Además de ello, este yacimiento ha proporcionado una rica colección de útiles de tecnología neandertal y de numerosos restos de los animales que coexistieron con aquellos humanos.

En ese yacimiento también se han recuperado dos fósiles humanos de la población neandertal: una falange de pie y un molar superior. La previsión para esta campaña es continuar con las excavaciones en este lugar para acceder a niveles más antiguos y seguir recuperando piezas fósiles de gran interés y sedimento en contexto estratigráfico, que permita continuar con la búsqueda y estudio del ADN de los neandertales que habitaron aquel lugar.

Trabajos en el yacimiento de Cueva Fantasma en Atapuerca. / EFE/Santi Otero.

Cueva Fantasma

En esta campaña, se continúa interviniendo en los niveles CF27 del sector que corresponde a la entrada del yacimiento y SF30 del sector denominado Sala Fantasma. El objetivo general es conocer el papel que desempeñaron los neandertales en el depósito de los restos fósiles y de las herramientas de piedra hallados hasta el momento en los niveles superiores de este yacimiento.

Como objetivo específico, pretenden determinar la relación de los niveles de los dos sectores de este yacimiento, levantar una columna estratigráfica de los niveles superiores del yacimiento, recopilar los resultados de las dataciones que se han realizado, ampliar el repertorio tecnológico para determinar que cultura está representada en estos niveles, así como concretar la lista de las especies de mamíferos del período en el que vivieron los neandertales en la Sierra de Atapuerca.

Fuentes: agenciasinc.es | abc.es | 11 de julio de 2023

Un canto tallado y una lasca, primeros hallazgos de la campaña de este año en Atapuerca (Burgos)

Foto: Juan Luis Arsuaga, Roberto Saiz, delegado Territorial de la Junta de Castilla y León, Eudald Carbonell y el consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, en el yacimiento de Atapuerca. Ricardo Ordóñez.

Los primeros cien excavadores de Atapuerca acaban de llegar a los yacimientos de Trinchera del Ferrocarril y han cantado bingo. En la apertura del yacimiento de Penal, ubicado frente a Gran Dolina al otro lado de la Trinchera, ya han encontrado las primeras evidencias de ocupación humana. Y por la tecnología y el aspecto del yacimiento, todo parece indicar que es la entrada a la cueva de Homo antecessor. Con una antigüedad aproximada de 800.000 años.

«Nos falta ampliar el registro y contrastar todo esto con trabajo científico, pero por su apariencia geológica, por su vegetación, el aspecto es muy similar a lo que abrimos en el nivel 6 en el 92, muy probablemente es la entrada que cruzó 'Homo antecessor'», señaló el codirector de las excavaciones de Atapuerca Eudald Carbonell. En la preparación del yacimiento, que ya cuenta con la infraestructura necesaria para que no sea, como recordaba Juan Luis Arsuaga, «una penalidad bajo el sol y gritando a los compañeros los de Galería, los de Dolina...» trabajar allí como lo fue en el 92, ya cuentan con una cubierta instalada por la Junta de Castilla y León tras la inversión de 320.000 euros.

«Como cada año espero lo inesperado, sacaremos más de lo mismo, que no es poco, pero siempre espero que Atapuerca me sorprenda y siempre pasa», explica el codirector de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, ante el inminente inicio de los trabajos de campo.

Penal ha abierto su trabajo de excavación en extensión, que dirige María Martinón-Torres, por todo lo alto. Han recuperado dos piezas de industria vinculadas a lo que ya ha aparecido en los niveles bajos de Gran Dolina. Se trata de un canto tallado con una arista central simétrica que «probablemente sirvió para machacar» y una pequeña lasca de 1,5 centímetros que «se ha reconocido rápidamente», explicó Carbonell.

La tecnificación del equipo también facilita la identificación rápida de estas piezas que bien pueden confundirse con un canto roto. «María lo ha reconocido enseguida, es antropóloga, pero al tener aquí un equipo multidisciplinar de primer nivel te hace que sepas un poco de áreas que no son propiamente tuyas y esto es lo que hace fuerte al equipo», reivindicó.

Roberto Saiz, delegado Territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos; Eudald Carbonell, Gonzalo Santonja, Juan Luis Arsuaga, María Martinón-Torres y Aurora Martín. / Fundación Atapuerca.

A las puertas de TD-6

No es baladí la apertura de Penal este año y los primeros hallazgos. Por su posición es el lugar de entrada, desde donde Homo antecessor oteaba sus dominios: el Valle de Río Pico. «Penal se abrió por ser una continuidad geológica, pero también porque nos permite conocer mejor la geología del karst, dado que, este nivel, más alto, se corresponden con 200.000 años en otras áreas, pero en realidad empieza con 800.000 años, pues son las huellas de la inclinación y se puede ver el dominio que esta especie de 'Homo antecessor' tenía del valle», explica Arsuaga. Por ello refuerza ese carácter pedagógico y divulgativo de este nuevo sitio arqueológico, pero también su conexión con Gran Dolina, y ese nivel donde, cada vez que se abre, aparecen restos de una especie única.

El nivel TD-6 se acaricia ya en una parte avanzada de los trabajos en la superficie de la Gran Dolina de unos 40 metros cuadrados. Han pasado 30 años desde que se empezaron a quitar las encinas de este yacimiento para alcanzar el mismo nivel que en Penal se acaba de abrir en tan solo unos días de trabajo. «En Dolina empezamos en el nivel TD-7 pero empezaremos a entrar en materia de grandes descubrimientos el año que viene, los cuales se traducirán en una cosecha de fósiles de 'Homo antecessor'», explica Carbonell. Por pedir, a la Sierra le suplican un cráneo de la especie que, en dos catas, ha podido generar más de un centenar de restos de 11 individuos, la mayoría canibalizados y muchos de ellos inmaduros.

En este mismo yacimiento toca cerrar TD-4. La base de Gran Dolina donde hay evidencias antrópicas, piezas que ha tocado el hombre, de un millón de años pero no huesos humanos. Esta parte antigua es un mundo dominado por grandes vertebrados y herramientas de piedra para procesar esos animales.

Vista general del yacimiento de Penal.

Superficie de trabajo que ha arrancado este año en Atapuerca sobre el yacimiento conocido como Penal, la entrada a Gran Dolina. ECB.

Atapuerca, el Gamonal neandertal

Su presencia neandertal estaba latente y durante gran parte de las últimas 45 campañas de excavación no mostraba la cara. Lo ha hecho en forma de fósiles: una falange y un diente en la zona de la Galería de Estatuas interior, y un parietal en Cueva Fantasma. Lo ha hecho también en forma de material genético: con el rastro genómico dejado en el sedimento de Estatuas interior por oleadas diferentes de ocupación de población neandertal. Y lo ha hecho en forma de industria, herramientas tecnológicas, talleres como el de Valdeprovedo, y un reguero de yacimientos al aire libre.

También se llevarán a cabo trabajos la Galería de las Estatuas exterior, que representa la continuidad en el exterior de la Cueva Mayor del yacimiento de la Galería de las Estatuas interior. En la campaña de 2022 se pudo intervenir de manera más intensa y se obtuvierom resultados muy interesantes que sostienen la existencia de un importante yacimiento de neandertales en ese lugar. Una vez confirmada la importancia del yacimiento, en la campaña de 2023 intensificaron el ritmo de excavación. Así, la presente campaña contará con el concurso de 30 excavadores en cada quincena de julio. Se plantea extender sensiblemente la superficie del yacimiento para delimitarlo y excavar en profundidad para conocer mejor su estratigrafía.

Foto: Yacimiento de Galería de las Estatuas exterior. Ricardo Ordóñez | ICAL.

«Hace entre 80.000 y 50.000 años Atapuerca era un barrio neandertal, era el Gamonal de los neandertales porque estaban por todas partes», apunta Eudald Carbonell. «No utilizan las cavidades de Trinchera, las tradicionales que hemos excavado, porque se las encuentran llenas y no las pueden usar, ocupan el nivel superior de la sierra», añade Arsuaga.

Foto: Excavación en la zona sur del yacimiento de cueva Fantasma.

Entre estos últimos otra de las novedades es el yacimiento al aire libre Castrillo Base Aymerich, CBS, que se encargarán de excavar este año. El hallazgo de esta concentración de restos fue casual. Esperando la llegada del helicóptero que trasladaba al entonces Príncipe Felipe, que iba a visitar los yacimientos de Atapuerca, Carbonell se dió cuenta de unos rellenos fértiles. Era el campo de fútbol de la base militar que hoy empiezan a excavar. «El nombre, CBS, es en honor al apoyo que siempre nos dio Aymerich, con él estaba cuando lo descubrimos», relata Eudald.

Junto a este campamento neandertal se volverá a atacar las dos áreas más ambiciosas del barrio neandertal de Atapuerca. Cueva Fantasma, donde se trabaja en niveles de entre 100.000 y 50.000 años. Es el Pleistoceno superior, el último interglaciar. En Fantasma ya están «a pleno rendimiento y se trabaja donde apareció la chalota craneal de neandertal donde afinaremos un poco más las dataciones». El otro distrito neandertal que se quiere atacar con fuerza es Estatuas. En el exterior un total de 30 personas perfilarán un yacimiento para el que ya se pide protección y estructura para posteriores trabajos. En Estatuas Interior se sigue trabajando con el cuidado y la pulcritud que una excavación quirúrgica como la de las bolsas de sedimento que ofrecen rastro genético sin la presencia de un fósil. Aquí, además, se han localizado dos restos humanos.

Parte de un rostro recuperado en el yacimiento Elefante el año pasado. Se le llamó Pink en honor al mítico álbum 'El lado oscuro de la luna' de Pink Floyd. SANTI OTERO.

Tras el rastro de Pink

En el yacimiento de Elefante, el registro más antiguo, trabajan en la datación. Especialmente la difícil cuesta del nivel siete donde apareció el año pasado parte de la cara del primer europeo. Un equipo de tres personas y una estructura que rodea esa pequeña pendiente cargada de sedimentos servirá para rastrear la posibilidad de encontrar más restos. «Esto ya son palabras mayores, es un descubrimiento excepcional, la cara abarca entre 1,5 y 1,4 millones de años y la expectativa es ver si hay más fósiles, un fragmento de cráneo y, si el individuo cayó, poder encontrar restos postcraneales», señala Eudald.

José María Bermúdez de Castro se concentra en el nivel 7 de Elefante, donde se recuperó la cara Pink el año pasado. «Esperamos poder completarlo con más restos y trabajaremos intensamente en esa zona a pesar de la dificultad», explica. Y por pedir dientes o mandíbula que suelen ser las partes que mejor fosilizan. «La cara que es lo que peor se conserva nos pilló de sorpresa, así que si completamos con dientes, mandíbula o parte del cráneo podremos conocer a esta especie mucho mejor».

Para revisar esa cuesta del nivel 7 de Elefante, especialmente difícil de excavar por situarse en una pendiente, contarán con tres personas dedicadas a ese espacio. Una zona donde la excavación es con arnés y cuerdas de escalada. «Tenemos más cuadrículas que cavar al lado del lugar donde aparecieron los restos de la cara y vamos a concentrarnos en esa zona para mejorar la reconstrucción del homínido», añade Bermúdez de Castro.

Los tres codirectores de los yacimientos de Atapuerca: Eudald Carbonell, José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga.

También los yacimientos modernos tiene información concreta. La última publicación del equipo del Laboratorio de Evolución Humana de la Universidad de Burgos habla del rastro genético de los primeros agricultores y ganaderos del norte de África. Allí la colonización y el cambio de paradigma no vino de Oriente Próximo, llegó desde la península ibérica. «Portalón nos está dando muchos artículo en revistas como 'Nature' y 'Science', es el rastro de la revolución neolítica y un equipo de ADN de la Universidad de Burgos ha dado con la respuesta a esta pregunta, sobre cómo llegó la agricultura a África», señaló Arsuaga. Esta época se estudia también en el yacimiento Mirador.

Es imponente el registro de ocupación sistemática de la Sierra de Atapuerca por grupos de homínidos desde hace 1,5 millones de años, 840.000 años, 400.000 años, 50.000 años y durante la gran revolución del Neolítico. Un equipo de 100 personas, que acabarán siendo 300 al finalizar la campaña, ya que los investigadores trabajan sobre el campo por quincenas, tratarán de ampliar ese completo registro de la evolución humana en Europa en un solo rincón, Atapuerca, hasta finales de julio.

Fuentes: elcorreodeburgos.com | elcorreodeburgos.com | burgosconecta.es | 20 de junio de 2023

Hallan en Moià (Barcelona) dos fragmentos de cráneo y dientes de neandertales y comprueban que se practicó el canibalismo

Restos de dientes y fragmentos craneales de neandertales hallados en Moià, Barcelona, por el IPHES.

La campaña de excavación en las Cuevas del Toll y Teixoneres (Moià, Barcelona) ha permitido recuperar dos fragmentos de cráneo de un neandertal juvenil de más de 52.000 años de antigüedad. Lo ha dado a conocer este viernes el equipo investigador del IPHES, que trabaja en el yacimiento. Se trata del cuarto individuo identificado en las Cuevas del Toll de Moià desde que se descubrió el primer resto del diente de un niño en 2016.

Además, los estudios realizados hasta ahora han permitido identificar marcas de corte en la superficie de algunos de estos huesos, lo que se ha interpretado como el resultado de actividades relacionadas con el canibalismo. Este año el yacimiento cumple 20 años y, según la codirectora de los trabajos, Anna Rufà Bonache, "todavía tiene mucho potencial".

Presentación de los hallazgos a la prensa.

Historia neandertales

Desde principios de mes trabajan una veintena de investigadores y arqueólogos en la Cueva de Teixoneres. El codirector del yacimiento, Jordi Rosell Ardèvol, remarca que este espacio concentra una secuencia estratigráfica de unos 6 metros de altura. "Guarda toda la historia de los neandertales desde los 250.000 años hasta su desaparición hace más de 35.000 años", afirma, poniendo en valor este emplazamiento.

El descubrimiento de dos fragmentos de cráneo de un individuo joven, casi adulto, situado sobre un hogar ha sido un 'regalo' para este 20º aniversario, según han coincidido muchos de ellos. Apareció por sorpresa la semana pasada mientras hacían un corte estratigráfico y, aunque lo vieron bastante claro desde un principio, requirieron la confirmación de su paleoantropólogo de referencia, Carlos Lorenzo Merino. "Subió enseguida y, al verlo, dijo que era de libro", recuerda, con emoción, Rosell.

Anna Rufà dando explicaciones sobre los hallazgos realizados.

Uno de los retos de este yacimiento es la gran concentración de restos -entre huesos de animales, homínidos y herramientas- que, además, están "muy fragmentados", según detalla la codirectora e investigadora Anna Rufà. Esto se explica porque los neandertales, que ocupaban temporalmente esta cueva, y se movían por una zona cercana, procesaban a los animales cazados, los quemaban -durante estos años de investigación han descubierto hogares y también herramientas de diferentes materiales- y los rompían al máximo para acceder a la médula y aprovechar los nutrientes. Para paliar este problema, el equipo está utilizando técnicas biomoleculares muy especializadas para identificar las muestras óseas y poder realizar estudios de ADN, tanto mitocondrial como nuclear. Se espera que con los resultados de estos estudios se aumente el número de restos humanos identificados.

Algunos de los restos humanos recuperados en el nivel IIIb de la Cueva de las Teixoneres, incluyendo los fragmentos de occipital recuperados durante la campaña de este año. Foto: Maria D. Guillén /IPHES-CERCA (piezas dentales); Leandro Zilio / CONICET (fragmentos occipital y clavícula); Ruth Blasco / IPHES-CERCA (imágenes con microscopio y edición de la lámina).

Evidencias de canibalismo

Este es el cuarto individuo identificado en la cueva de las Teixoneres y prevén que no será el último. En 2016 apareció el diente de un niño de 6 años, el primer resto de homínido. Un año después también identificaron otro diente de un joven de 11 años y el de un adulto senil. Todos los restos tienen una cronología superior a los 52.000 años y estaban dispersos y mezclados con huesos y dientes de otros animales en la entrada de la cueva.

Trabajos de excavación en el nivel IIIb de la Cueva de las Teixoneres de Moià donde han aparecido los restos humanos neandertales. Foto: Florent Rivals /ICREA /IPHES-CERCA.

Una de las dudas que existen es si estos humanos identificados tienen algún grado de parentesco y por qué presentan marcas de canibalismo. Según Rosell, aparecieron marcas de corte en huesos como una clavícula. "Ya podemos decir con seguridad que fueron procesados y comidos por sus congéneres", afirma. Y apunta que, de confirmarse que eran familia, podría ser un fenómeno de tratamiento de la muerte dentro del propio grupo. "En aquella época la mortalidad era muy elevada, sobre todo la infantil, y una forma de reverenciar su cuerpo muerto era su consumo". Este hallazgo de canibalismo entre neandertales es el primero en Cataluña, mientras que también se ha descubierto en otros puntos de la península ibérica, como el de Atapuerca que es más antiguo, y en el sur de Francia.

Foto de grupo de los arqueólogos del IPHES.

20 años de investigación

Este año se cumplen dos décadas de excavaciones del IPHES en las Cuevas del Toll. Para celebrarlo, el equipo de investigación y el ayuntamiento de Moià han organizado una jornada de puertas abiertas este sábado y el domingo en el mismo parque y con charlas de los investigadores. Aunque todavía no hay nada definido ni concretado, cree que en un futuro esta localidad debería tener un espacio donde poner en valor los restos y, al mismo tiempo, acercar el conocimiento científico para que "esté al servicio de la gente". Por eso, cree que habría que sumar esfuerzos con las administraciones y también el sector privado.

Fuentes: elperiodico.com | IPHES | 23 de junio de 2023

El hueso fósil de una pierna desvela el caso de canibalismo más antiguo, hace 1,45 millones de años

Vista completa de la tibia (KNM-ER 741) y área ampliada que muestra marcas de corte perpendiculares al eje longitudinal de la muestra. Escala = 4 cm.

La paleoantropóloga estadounidense Briana Pobiner es experta en estudiar la dieta de homínidos extintos. Un día estaba buscando rastros de mordeduras de animales en una tibia fósil de hace 1,45 millones de años cuando se dio cuenta de algo extraño. El hueso, hallado en los años 70 en Kenia y almacenado en el Museo Nacional de ese país, tenía en uno de sus extremos varias marcas rectas y paralelas que no podían haber sido hechas por los dientes de ningún animal. Hoy, Pobiner y otros colegas sostienen que este puede ser el caso de canibalismo humano más antiguo conocido.

Cuando Pobiner encontró los cortes hizo un molde con una pasta como la que usan los dentistas para reproducir las dentaduras de sus pacientes y se lo envió a Michael Pante, de la Universidad Estatal de Colorado. No le dio ninguna pista de qué podían ser las marcas. Pante las estudió y las comparó con casi 900 hendiduras en huesos hechas en experimentos de descarnamiento y descuartizamiento. El veredicto de los investigadores es que esas marcas las tuvo que hacer un homínido blandiendo una herramienta de piedra afilada, probablemente para cortar la carne y comérsela, según explican hoy lunes en un estudio en Scientific Reports.

Fotografías en primer plano de tres especímenes de animales fósiles de la misma área y horizonte temporal que la tibia de homínido fósil estudiada por el equipo de investigación. Estos fósiles muestran marcas de corte similares a las encontradas en la tibia del homínido estudiada. Las fotos muestran (a) una mandíbula de antílope, (b) un radio de antílope (hueso de la parte inferior de la pata delantera) y (c) una escápula de mamífero grande (omóplato). BRIANA POBINER.

“Tanto los humanos modernos como nuestros antepasados han practicado el canibalismo y este hallazgo nos muestra cómo de antigua es esta práctica”, explica a este diario Pobiner (izquierda), investigadora de la Institución Smithsonian, en Estados Unidos.

"Estas marcas de corte -asegura, además, Pobinae- se parecen mucho a lo que he visto en fósiles de animales que se procesaban para el consumo. Parece más probable que la carne de esta pierna se comiera, y que se comiera con fines nutricionales, y no para un ritual".

El fósil analizado no se ha podido atribuir a una especie concreta con total seguridad. Puede que fuera de un Homo habilis, un homínido capaz de fabricar herramientas; un antec, el primer homínido con un cuerpo muy parecido al nuestro y que hace dos millones de años salió de África y pobló Eurasia. Los restos también podrían ser de un paranthropus, un homínido más primitivo característico por sus potentes mandíbulas.

También resulta imposible saber si el canibalismo sucedió entre dos miembros de la misma especie y sería, por tanto, un caso propiamente de canibalismo, o por homínidos distintos, lo que lo convertiría en un caso de caza o carroñeo. A pesar de estas incertidumbres, los científicos creen que lo más plausible es que se trate de canibalismo; el más antiguo del que hay constancia. En el estudio, los especialistas argumentan que es muy poco probable que las marcas se pudieran haber hecho después del hallazgo, por ejemplo al manipularlo en el museo, pues las hendiduras mostrarían un color distinto.

Nueve marcas identificadas como marcas de corte (números de marca 1–4 y 7–11) y dos identificadas como marcas de dientes (números de marca 5 y 6) en base a la comparación con 898 modificaciones conocidas de la superficie ósea mediante un análisis discriminante cuadrático de las mediciones micromorfológicas recopiladas en el estudio. Escala = 1 cm.

Hasta ahora, el caso más antiguo de homínidos comiéndose a otros de su misma especie es el de 10 individuos, la mayoría niños y adolescentes, que fueron asesinados, descuartizados, descarnados y devorados por sus congéneres hace unos 900.000 años en la sierra de Atapuerca, en Burgos. En este caso las pruebas de canibalismo son mucho más claras, explica Palmira Saladié (derecha), del Instituto de Catalán de Paleoecología Humana. “Los huesos muestran muchas marcas de corte así como roturas de los huesos largos para consumir la médula y el cráneo para llegar al cerebro”, detalla.

Los investigadores de este yacimiento creen que estos infanticidios son el resultado de la guerra entre grupos opuestos que se disputaban la caza y los recursos de la rica sierra burgalesa. Se atacaba a los individuos más débiles, los mataban y se los comían, pero no por hambre, pues en el yacimiento, junto a los fósiles humanos, se encontraron también huesos de animales. Para los paleoantropólogos esta es la diferencia entre el canibalismo “dietético”, por hambre, y el “ritual o de guerra”, explica Saladié. “Estos comportamientos son muy parecidos a los que se observan actualmente entre grupos opuestos de chimpancés”, añade. Los investigadores de EE UU creen que en el caso del fósil vuelto a analizar de Kenia el canibalismo fue solo por alimentación.

A lo largo de la evolución humana, el canibalismo fue sucediendo de forma puntual y diversificándose. Existe por ejemplo un canibalismo por estima, cuando los miembros de un clan devoran los restos de un ser querido para que no se pudran y como gesto de respeto. También existe la vertiente opuesta, cuando se devora al enemigo para infringirle una humillación total: transformarle en heces. En Atapuerca se han hallado abundantes rastros de un ritual común antes y después de la revolución neolítica, hace unos 8.000 años, en el que el cráneo humano se usaba como una copa.

Modelo 3D de las marcas 7 y 8 identificadas como marcas de corte por el modelo discriminante cuadrático.

Para la paleoantropóloga, los hallazgos de Kenia son probablemente genuinos y representan un caso de canibalismo, aunque para demostrarlo serán necesarios más restos. “Siempre nos pareció raro que no hubiese signos de canibalismo entre los homínidos de África, cuando hay tantas evidencias posteriores, desde el 'Homo antecessor' de Atapuerca hasta los 'Homo sapiens' pasando por los neandertales”, señala. “Resulta difícil probar que es canibalismo con un solo hueso, pero es lo más probable”, añade Saladié.

El hueso de Kenia tiene unas segundas marcas que hacen su historia más interesante: tiene mordeduras de un felino. “Las marcas de mordeduras sugieren un acceso inicial por un león que consumió la masa muscular principal y los homínidos posteriormente carroñearon los pequeños restos de carne que quedaban en el extremo de la tibia, pero no la fracturaron para consumir la médula; es fascinante” resalta Antonio Rodríguez-Hidalgo (izquierda), investigador en Atapuerca.

Un primer plano de la marca 5 y el modelo tridimensional procesado en comparación con una marca de diente de león moderna.

El fósil presenta un enigma más. El hueso lo encontró en 1970 la célebre paleoantropóloga Mary Leaky en el yacimiento de Koobi Fora. Tres años después, su colega estadounidense Anna Behrensmeyer analizó el hueso. “Me intriga cómo Behrensmeyer interpretó estas marcas cuando analizó el resto en 1973, ya que es una de las principales figuras de la tafonomía [la parte de la paleontología que estudia los procesos de fosilización] a nivel mundial”, señala Rodríguez-Hidalgo. “Aunque describió todas las modificaciones que vemos en las fotografías, no identificó estas pequeñas marcas transversales que ahora se reclaman como cortes intencionados para consumir la carne”, explica el paleoantropólogo.

El caso de Kenia se suma a otros dos restos humanos más recientes hallados en África y que presentan rastros no concluyentes de canibalismo: los cráneos de Bodo (Etiopía) y Sterkfontein (Suráfrica). Pero para Hernández en ninguno de los casos hay aún pruebas concluyentes. “Este caso no es incontestable, pero creo que en algún momento saldrán más restos, ya que el canibalismo parece consustancial a la evolución humana, y, al fin y al cabo, los yacimientos más antiguos están en África. De momento, Atapuerca sigue siendo la evidencia sólida de canibalismo más antiguo en la historia humana”, concluye.

Fuentes: elpais.com | abc.es | 26 de junio de 2023

¿Cuándo empezó la guerra? Esto es lo que dice la arqueología

Cadáveres en el barro, caídos en la batalla de la Edad del Bronce en el valle de Tollense (Alemania). Foto: S. Sauer.

A finales de la Edad del Bronce, hacia el año 1250 a.C., un numeroso grupo de individuos apareció en el valle del río Tollense, en el nordeste de Alemania, y se enzarzó en una batalla campal de dimensiones colosales, la primera en la historia de Europa, con una comunidad local. En total, se calcula que en la lucha participaron unos 4.000 guerreros. Iban pertrechados con hachas de bronce, garrotes de madera con forma de bate de béisbol, arcos y flechas, lanzas y quizá cuchillos o espadas. Y lo que resulta más sorprendente: los atacantes tenían una procedencia meridional, de zonas como Bohemia, en la actual República Checa, a unos 500 kilómetros de distancia del escenario del combate.

El relato de esta batalla no aparece en ninguna inscripción o fuente antigua. Se conoce gracias a la arqueología. El Tollense llevaba décadas escupiendo objetos de la Edad del Bronce, pero no fue hasta 2008 cuando dos investigadores alemanes registraron sistemáticamente la zona y empezaron a descubrir armas, pertrechos varios, estructuras de madera y restos humanos: 12.000 huesos pertenecientes a unos 140 individuos con numerosos traumas perimortem, como flechas de sílex incrustadas, heridas perforantes causadas por puntas de bronce o cráneos partidos.

Foto: Punta de flecha de bronce clavada en un cráneo. Fuente: Picture Alliance / Dpa

Fue un hallazgo revolucionario: demostró que en el I milenio a.C., además de razias y duelos singulares, hubo otra modalidad de violencia colectiva, las batallas campales. "Tendemos a imaginarnos el mundo de la prehistoria como una multitud de pequeñas comunidades aisladas y poco conectadas entre sí, excepto por el comercio. Pero la batalla de Tollense nos habla de un conflicto que hoy llamaríamos internacional, en el que participaron grandes coaliciones y en el que se vio inmerso un territorio no menor al de las guerras del siglo XVI o XVII", escribe Alfredo González Ruibal (izquierda), arqueólogo en el Instituto de Ciencias del CSIC, en su nuevo libro Tierra arrasada: un viaje por la violencia del Paleolítico al siglo XXI (Crítica).

Conflictos, masacres, asedios, fosas comunes, destrucción de ciudades, sacrificios, genocidios, cabezas cortadas y todo tipo de horrores desde el Paleolítico hasta la actual guerra de Ucrania pueblan las páginas de este libro empíricamente terrorífico, cuyo objetivo reside en entender por qué los seres humanos se han masacrado unos a otros durante miles de años. Y lo que ofrece la arqueología es una visión íntima y cotidiana de la violencia, la experiencia humana de los guerreros, como los soldados que murieron en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, y de los civiles, como los rebeldes de Tell Brak, una de las ciudades más antiguas de Oriente Próximo, cuya revuelta contra la élite fue sofocada con sangre hace unos 4.000 años.

"La intimidad que revela la arqueología es también la de la violencia más sórdida: la descripción de una fosa común sirve de antídoto contra cualquier romantización de la guerra, contra los relatos épicos con olor a naftalina que vuelven a estar hoy de moda", sentencia González Ruibal, que se aleja de las teorías extremistas sobre la historia de la violencia —ni salvajismo inmutable ni progresivamente domado por el proceso civilizador, como defiende Steven Pinker—.

Violencia y política

El arqueólogo asegura que la brutalidad extrema existe en los grupos humanos independientemente de su forma de organización social y el periodo histórico, pero resulta excepcional, no es la norma. Hay diversos factores que la azuzan, desde los climáticos a los ideológicos. "Si la violencia extrema o la guerra ilimitada fueran el orden normal de las cosas en todas las sociedades o en las sociedades preestatales, el número de fosas comunes y sitios devastados por la guerra sería constante. Y no es así", defiende.

El ejemplo más antiguo de violencia interpersonal, letal y deliberada conocido hasta el momento se ha hallado en la Sima de los Huesos de Atapuerca (izquierda): un cráneo de hace 430.000 años con dos lesiones contusas perimortem en la parte frontal. La guerra como tal, recuerda González Ruibal, no empezó hasta el IV milenio a.C., cuando surgió una forma de violencia colectiva que se distinguía por sus ritos, instituciones, tácticas, estrategias y cultura material, como las armas diseñadas específicamente para el combate. Ingredientes que embellecieron y sublimaron el acto de matar.

Antes, en el Neolítico, hubo agresiones, razias y masacres entre distintas comunidades de cazadores-recolectores y agricultores, como la documentada en Jebel Sahaba, en Sudán: más de una veintena de hombres y mujeres de todas las edades enterrados en la necrópolis murieron de forma violenta hace unos 13.400 años. Y sociedades que acabaron colapsando en medio de un baño de sangre, como le sucedió hacia 5000 a.C. a la cultura de la Cerámica de Bandas o LBK por sus siglas en inglés, desarrollada en el centro y norte de Europa.

Enterramiento doble en Jebel Sahaba. Los lápices indican los artefactos líticos asociados. Wendorf Archives / British Museum.

Un fenómeno interesante que se aborda en el ensayo es el momento de la aparición de la violencia extrema. Puede darse a rebufo del colapso de un sistema político, cuando desaparecen los límites sociales impuestos a la guerra o se desatan tensiones que llevaban tiempo reprimidas; o con el nacimiento de nuevos regímenes, sobre todo cuando otorgan al soberano un mayor poder y lo convierten en figura divina. Esto ocurrió, por ejemplo, en el Egipto de la primera dinastía faraónica o en el primer estado chino fundado por Wu Ding, donde se practicó de forma masiva el sacrificio funerario.

La obra de Alfredo González Ruibal, experto en la arqueología de conflicto, sobre todo de la Guerra Civil española —aunque su primera excavación fue en Alesia, el lugar donde Julio César cosechó una de sus victorias más asombrosas y puso fin a la guerra de las Galias—, está plagada de historias estremecedoras de todas las épocas. Podríamos enumerar en este artículo multitud de ellas, pero es mejor leer el libro completo, acompañar al autor por esos episodios repetidos de violencia en los que siempre aparecen otras víctimas: mujeres y niños. "Para mí la arqueología es ante todo un ejercicio de compasión (...) una forma de sentir con el otro, aquel a quien nunca hemos conocido, de quien nos separan décadas, siglos o milenios", confiesa.

Reconstrucción de las defensas romanas en Alesia, actual Museo Alesia.

Y cierra: "La arqueología de la violencia nos acerca al pasado mucho más que cualquier otra porque no es necesaria traducción alguna". Los arqueólogos hacen hablar a los esqueletos. "Tierra Arrasada: un viaje por la violencia del Paleolítico al siglo XXI" muestra ese trabajo detectivesco y la historia de la humanidad a través de uno de sus principales componentes, la violencia.

Fuente: elespanol.com | 10 de mayo de 2023