El origen del arte a través de las pinturas rupestres

La protección y la conservación de las pinturas de la época paleolítica, tema central del curso 'El arte rupestre en el siglo XXI. Perspectiva integral'

La situación actual de los yacimientos de arte rupestre en España y los problemas y posibilidades que presentan las labores de conservación es el tema central del curso El arte rupestre en el siglo XXI. Perspectiva integral, que durante esta semana se aborda en la UNIA. Sobre esta temática debatieron en rueda de prensa su director, Julián Martínez, el prehistoriador Jean Clottes y el director del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, José Antonio Lasheras.
La conservación del arte paleotílico se enfrenta a dos problemas fundamentales: el deterioro por causas de la naturaleza, el menos preocupante ahora mismo, y el deterioro de origen humano, según indicó Jean Clottes. "El problema mayor es la frecuentación. Si la cueva no se visita o se hace de forma controlada puede permanecer protegida", puntualizó el prehistoriador, que añadió que "es necesario hacer estudios en cada cueva y tomar decisiones para conservar sus condiciones". Además, puntualizó que ante algunos descubrimientos "es preferible no hacer pública su existencia, sobre todo si se trata de pinturas realizadas en los abrigos de las rocas, porque en algunos casos las mayores destrucciones se han producido donde se habían colocado rejas ".
Como aspecto principal de la conservación y el respeto al arte rupestre, Clottes señaló la importancia de la educación. "Hay que aprender a tratar el arte prehistórico igual que se trata a las obras de arte que están expuestas en los museos", apuntó.
Por su parte, José Antonio Lasheras hizo un repaso de la evolución del arte paleolítico, arte que surgió por la necesidad de las personas de "manifestar su apropiación de la naturaleza. El arte paleolítico sólo se entiende integrado en el entorno y se convierte en un pretexto para conocer mejor la naturaleza y los paisajes".

En cuanto a los temas principales en los orígenes de la pintura, José Antonio Lasheras apostilló: "El arte es la expresión gráfica o práctica de lo más importante de la sociedad, que siempre ha sido la religión y el poder. En el periodo paleolítico la religión se expresaba a través de los dibujos de animales o de determinados signos", temática que se fue ampliando con el tiempo. "En el arte pospaleolítico las sociedades ya estaban más organizadas, más estratificadas, y el arte que aparece ya guarda más relación con los modelos de sociedad", afirmó el investigador".

Lasheras también informó sobre la situación de la cueva de Altamira, en la actualidad cerrada al público. "La cueva se cerró para volverla a abrir, esa ha sido nuestra idea fundamental. Se está evaluando su situación y cuando acabe esa valoración se sabrá si se puede volver a abrir al público y en qué condiciones", trabajo que según Lasheras "concluirá a finales del año que viene".
En cuanto al Museo Nacional de Altamira, su director realiza una valoración muy positiva de su acogida por parte del público. "Recibe unos 260.000 visitantes al año, lo que lo convierte en uno de los más visitados de España en relación con su entorno. No hay ningún museo monográfico de prehistoria en Europa tan visitado como el de Altamira. Además, casi el 80 por ciento de los visitantes califican la experiencia como muy positiva", concluyó Lasheras.


El origen del arte a través de las pinturas rupestres

La protección y la conservación de las pinturas de la época paleolítica, tema central del curso 'El arte rupestre en el siglo XXI. Perspectiva integral'

La situación actual de los yacimientos de arte rupestre en España y los problemas y posibilidades que presentan las labores de conservación es el tema central del curso El arte rupestre en el siglo XXI. Perspectiva integral, que durante esta semana se aborda en la UNIA. Sobre esta temática debatieron en rueda de prensa su director, Julián Martínez, el prehistoriador Jean Clottes y el director del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, José Antonio Lasheras.

La conservación del arte paleotílico se enfrenta a dos problemas fundamentales: el deterioro por causas de la naturaleza, el menos preocupante ahora mismo, y el deterioro de origen humano, según indicó Jean Clottes. "El problema mayor es la frecuentación. Si la cueva no se visita o se hace de forma controlada puede permanecer protegida", puntualizó el prehistoriador, que añadió que "es necesario hacer estudios en cada cueva y tomar decisiones para conservar sus condiciones". Además, puntualizó que ante algunos descubrimientos "es preferible no hacer pública su existencia, sobre todo si se trata de pinturas realizadas en los abrigos de las rocas, porque en algunos casos las mayores destrucciones se han producido donde se habían colocado rejas ".

Como aspecto principal de la conservación y el respeto al arte rupestre, Clottes señaló la importancia de la educación. "Hay que aprender a tratar el arte prehistórico igual que se trata a las obras de arte que están expuestas en los museos", apuntó.

Por su parte, José Antonio Lasheras hizo un repaso de la evolución del arte paleolítico, arte que surgió por la necesidad de las personas de "manifestar su apropiación de la naturaleza. El arte paleolítico sólo se entiende integrado en el entorno y se convierte en un pretexto para conocer mejor la naturaleza y los paisajes".

En cuanto a los temas principales en los orígenes de la pintura, José Antonio Lasheras apostilló: "El arte es la expresión gráfica o práctica de lo más importante de la sociedad, que siempre ha sido la religión y el poder. En el periodo paleolítico la religión se expresaba a través de los dibujos de animales o de determinados signos", temática que se fue ampliando con el tiempo. "En el arte pospaleolítico las sociedades ya estaban más organizadas, más estratificadas, y el arte que aparece ya guarda más relación con los modelos de sociedad", afirmó el investigador".

Lasheras también informó sobre la situación de la cueva de Altamira, en la actualidad cerrada al público. "La cueva se cerró para volverla a abrir, esa ha sido nuestra idea fundamental. Se está evaluando su situación y cuando acabe esa valoración se sabrá si se puede volver a abrir al público y en qué condiciones", trabajo que según Lasheras "concluirá a finales del año que viene".
En cuanto al Museo Nacional de Altamira, su director realiza una valoración muy positiva de su acogida por parte del público. "Recibe unos 260.000 visitantes al año, lo que lo convierte en uno de los más visitados de España en relación con su entorno. No hay ningún museo monográfico de prehistoria en Europa tan visitado como el de Altamira. Además, casi el 80 por ciento de los visitantes califican la experiencia como muy positiva", concluyó Lasheras.

Un hallazgo arqueológico ayuda a desentrañar claves sobre Tartessos


Tartessos es mucho más que un territorio brumoso del pasado del sur de la península Ibérica. En tierras de la actual Andalucía hubo hace milenios formas de vida y visiones del mundo que los arqueólogos intentan desentrañar. Un grupo de investigación de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla estudia dos estelas tartésicas descubiertas en Almadén de la Plata (Sevilla). Una de estas estelas (losas), la mejor conservada, es una rica fuente de información para encontrar claves sobre los mitos fundacionales de las religiones indoeuropeas. En estos sistemas de creencias las parejas de personajes desempeñan la función civilizadora de su pueblo. Es el caso de Rómulo y Remo en Roma o de Gárgoris y Habis en Tartessos.
La estela mejor conservada presenta dos personajes antropomorfos de proporciones casi idénticas. Los dos personajes tienen un alto grado de geometrismo y abstracción. Una de las figuras representa a un guerrero con su espada, escudo y casco con cuernos. La otra figura tiene como atributo único una diadema, que puede representar un ornamento de prestigio utilizado por mujeres o incluso una aureola, lo que daría al personaje un simbolismo sobrenatural.

Un estudio sobre las estelas se ha publicado en la revista Trabajos de Prehistoria. Las dos estelas datan de un periodo comprendido entre la Edad del Bronce Final y la Primera Edad del Hierro (1300-550 a. de C.). Tras su hallazgo, las estelas fueron depositadas en el Museo Arqueológico Provincial de Sevilla en 2005. El profesor Leonardo García Sanjuán, responsable del grupo de investigación, recalca el enorme valor de la estela con las dos figuras antropomorfas. "De las 120 estelas de guerrero tartésicas que se conocen, la de Almadén de la Plata es la única que presenta ese tipo de composición", asegura García Sanjuán.

"Al hablar de Tartessos nos referimos a la cultura del suroeste de la península Ibérica que resulta de la interacción de los habitantes locales con los fenicios y los griegos. El contacto se produjo hacia el año 850 a. de C. No se puede discernir si las estelas corresponden al periodo pretartésico (1350-850 a. de C.) o al tartésico (850-550 a. de C.). No sabemos cómo era la sociedad pretartésica. Estas estelas son el único registro plástico-gráfico tangible para realizar especulaciones sobre la sociedad indígena, autóctona, antes de la llegada de los fenicios", dice.

"Las estelas de guerrero representan un personaje guerrero central con una espada, escudo y casco con cuernos. A veces, se representan también con personajes inferiores", agrega. La estela hallada en Almadén de la Plata es excepcional al contar con dos figuras distintas de tamaño equivalente. García Sanjuán señala que "la estela puede dar claves sobre mitos fundacionales de Tartessos". "Existe una tradición de ámbito europeo de los dioses gemelos. Hay una tradición muy extendida de parejas de hermanos -o de padre e hijo- que tienen una función mítica como fundadores o civilizadores de una comunidad. Esta noción nos remite a la estela", recalca García Sanjuán.

"La estela cuestiona cosas que se decían hasta ahora, como que las figuras con diadema son femeninas. No se descarta que lo sean. Pero abre otra línea de investigación. La cosa que lleva la figura en la cabeza puede no ser una diadema que sujeta el pelo, sino un símbolo regio, como una corona. O incluso puede ser un motivo solar. La tradición europea desde el Neolítico señala que el culto principal se dirige al sol. De esta forma, cabe la posibilidad de que la estela muestre una dualidad de personajes donde uno de ellos representa el poder religioso (figura con diadema) y otro el militar (guerrero)", comenta García Sanjuán, que escribe un trabajo sobre las estelas que será publicado por la Universidad de Oxford en 2009.

Un hallazgo arqueológico ayuda a desentrañar claves sobre Tartessos

Tartessos es mucho más que un territorio brumoso del pasado del sur de la península Ibérica. En tierras de la actual Andalucía hubo hace milenios formas de vida y visiones del mundo que los arqueólogos intentan desentrañar. Un grupo de investigación de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla estudia dos estelas tartésicas descubiertas en Almadén de la Plata (Sevilla). Una de estas estelas (losas), la mejor conservada, es una rica fuente de información para encontrar claves sobre los mitos fundacionales de las religiones indoeuropeas. En estos sistemas de creencias las parejas de personajes desempeñan la función civilizadora de su pueblo. Es el caso de Rómulo y Remo en Roma o de Gárgoris y Habis en Tartessos.

La estela mejor conservada presenta dos personajes antropomorfos de proporciones casi idénticas. Los dos personajes tienen un alto grado de geometrismo y abstracción. Una de las figuras representa a un guerrero con su espada, escudo y casco con cuernos. La otra figura tiene como atributo único una diadema, que puede representar un ornamento de prestigio utilizado por mujeres o incluso una aureola, lo que daría al personaje un simbolismo sobrenatural.

Un estudio sobre las estelas se ha publicado en la revista Trabajos de Prehistoria. Las dos estelas datan de un periodo comprendido entre la Edad del Bronce Final y la Primera Edad del Hierro (1300-550 a. de C.). Tras su hallazgo, las estelas fueron depositadas en el Museo Arqueológico Provincial de Sevilla en 2005. El profesor Leonardo García Sanjuán, responsable del grupo de investigación, recalca el enorme valor de la estela con las dos figuras antropomorfas. "De las 120 estelas de guerrero tartésicas que se conocen, la de Almadén de la Plata es la única que presenta ese tipo de composición", asegura García Sanjuán.

"Al hablar de Tartessos nos referimos a la cultura del suroeste de la península Ibérica que resulta de la interacción de los habitantes locales con los fenicios y los griegos. El contacto se produjo hacia el año 850 a. de C. No se puede discernir si las estelas corresponden al periodo pretartésico (1350-850 a. de C.) o al tartésico (850-550 a. de C.). No sabemos cómo era la sociedad pretartésica. Estas estelas son el único registro plástico-gráfico tangible para realizar especulaciones sobre la sociedad indígena, autóctona, antes de la llegada de los fenicios", dice.

"Las estelas de guerrero representan un personaje guerrero central con una espada, escudo y casco con cuernos. A veces, se representan también con personajes inferiores", agrega. La estela hallada en Almadén de la Plata es excepcional al contar con dos figuras distintas de tamaño equivalente. García Sanjuán señala que "la estela puede dar claves sobre mitos fundacionales de Tartessos". "Existe una tradición de ámbito europeo de los dioses gemelos. Hay una tradición muy extendida de parejas de hermanos -o de padre e hijo- que tienen una función mítica como fundadores o civilizadores de una comunidad. Esta noción nos remite a la estela", recalca García Sanjuán.

"La estela cuestiona cosas que se decían hasta ahora, como que las figuras con diadema son femeninas. No se descarta que lo sean. Pero abre otra línea de investigación. La cosa que lleva la figura en la cabeza puede no ser una diadema que sujeta el pelo, sino un símbolo regio, como una corona. O incluso puede ser un motivo solar. La tradición europea desde el Neolítico señala que el culto principal se dirige al sol. De esta forma, cabe la posibilidad de que la estela muestre una dualidad de personajes donde uno de ellos representa el poder religioso (figura con diadema) y otro el militar (guerrero)", comenta García Sanjuán, que escribe un trabajo sobre las estelas que será publicado por la Universidad de Oxford en 2009.

Tutankamón tuvo gemelos

Según el experto en anatomía Robert Connolly, que ha estudiado los restos momificados de Tutankamón desde los años 60, dos fetos encontrados en la tumba deTutankamón podrían ser los restos de dos gemelos hijos del joven rey.
El mayor de los fetos era una niña, con igual grupo sanguíneo que el supuesto padre, pero eso no es todo, estudios del ADNconfirmaron que ambos fetos fueron los hijos del famoso faraón.
La tumba de Tutankamón fue descubierta en 1922 en el conocido como Valle de los Reyesde Egipto y es la única tumba real egipcia encontrada intacta, y la mejor conservada.
Los investigadores señalan que este hallazgo es muy importante, no sólo por tener más información de uno de los faraones más "mediáticos" del Antiguo Egipto si no por la relevante información sobre este linaje y las pautas de sus vidas.
Fuente: Tendencias21

Encuentran un Centro de Administración del Antiguo Egipto

Una expedición de la Universidad de Chicago en Tell Edfu, en el sur de Egipto, ha desenterrado un gran edificio administrativo y varios silos, que aportan nuevas pistas sobre el surgimiento de la vida urbana. El descubrimiento proporciona nueva información sobre un aspecto poco conocido del antiguo Egipto: el desarrollo de las ciudades en una cultura que es famosa fundamentalmente por sus monumentos.

El trabajo arqueológico en Tell Edfu se comenzó con el permiso del Consejo Supremo de Antigüedades, encabezado por Zahi Hawass, bajo la dirección de Nadine Moeller, profesora del Instituto Oriental de la Universidad de Chicago. El trabajo realizado a finales del año pasado, cuyo resultado ha sido cuidadosamente analizado, reveló detalles de siete silos, los mayores depósitos de grano encontrados en el antiguo Egipto, así como un vestíbulo con columnas, más antiguo, que era un centro de administración.

Tradicionalmente fascinados por templos y monumentos como las pirámides, los estudiosos han acostumbrado a dedicar poco tiempo a explorar las comunidades residenciales del antiguo Egipto. Debido a la intensa labor agrícola y al continuado uso residencial de tales lugares durante muchos años, gran parte de los registros de la civilización urbana se han perdido. Así, al quedar pocos vestigios arqueológicos, algunos estudiosos creyeron que en el antiguo Egipto no existió una cultura urbana altamente desarrollada, por lo que consideraron que fue en Mesopotamia donde se inició la organización social urbana de la humanidad.
La visión tradicional del antiguo Egipto ha sido parcial y tendenciosa por el hecho de que hasta ahora la mayor parte del trabajo de excavación se ha concentrado en los templos y las tumbas. Los yacimientos arqueológicos que albergan las ruinas de ciudades egipcias se ignoraron, o quedaron enterrados bajo nuevas ciudades, o fueron destruidos por las actividades agrícolas modernas. Edfu es uno de los muy pocos terrenos accesibles para el estudio científico que albergan los restos de una ciudad.

El trabajo en Edfu es importante e innovador ya que permite, por fin, que los arqueólogos puedan estudiar al antiguo Egipto como una sociedad urbana.

En Tell Edfu, los arqueólogos han desenterrado lo que equivale a una zona urbana céntrica. La comunidad, a medio camino entre las ciudades modernas de Asuán y Luxor, era una capital provincial, un centro regional importante. Tell Edfu también es raro en su grado de conservación, ya que casi 3.000 años de la historia egipcia están preservados en la estratigrafía de un solo punto.

El edificio administrativo y los silos estaban en el corazón de la antigua comunidad. Como el grano era una forma de dinero, los silos funcionaban como un banco además de como un almacén de alimentos. El gran tamaño de los silos indica que la comunidad era, al parecer, un centro urbano próspero.