El satélite Corot halla diez nuevos planetas fuera del Sistema Solar

Se trata de mundos muy diferentes, algunos gaseosos y grandes como Júpiter y otro más pequeño que Saturno

El satélite Corot, de la Agencia Espacial Europea (ESA), ha descubierto diez nuevos exoplanetas que presentan gran variedad de masas, densidades y parámetros orbitales lo que, según han señalado los expertos, pone de manifiesto la gran diversidad de planetas que existen fuera del Sistema Solar.
Entre los cuerpos hallados destaca la presencia de planetas grandes y de densidad gaseosa, más conocidos como 'Júpiter calientes' porque son muy parecidos a este planeta y se encuentran muy cerca de su estrella. Además, se ha registrado un planeta más pequeño que Saturno (Corot-22b) y un sistema de dos cuerpos similares a Neptuno (Corot-24b y Corot-24c), que orbitan la misma estrella. En cuanto a su densidad, los expertos han explicado que presentan un amplio rango de valores, desde los similares a la de Saturno, el planeta menos denso del Sistema Solar, a valores más altos comparables a la densidad de Marte.
Las estrellas también presentan propiedades "variadas", que van desde la estrella Corot-17b, que tiene una edad de diez mil millones de años -dos veces mayor que la del Sol-, hasta una "muy joven" de unos 600 millones de años, como es el caso de Corot-18b. Para los astrónomos, esta variedad entre los objetos hallados es un patrón que se ha venido registrando en los últimos años.

Recuerdan a la Tierra

En este sentido, el coordinador del Proyecto Corot, Malcolm Fridlum, ha señalado que "desde que comenzaron a estudiarse los exoplanetas, los expertos se han visto sorprendidos por la gran variedad de planetas que existen". Así, ha recordado que entre los cuerpo hallados hay "gigantes gaseosos mayores que Júpiter y más pequeños, cuerpos rocosos e incluso masas comparables a la de la Tierra". Del mismo modo, ha apuntado que también los sistemas encontrados son "muy diversos", con una amplia gama de períodos orbitales, y cerca de 70 sistemas en los que varios planetas han sido detectados.
"El nuevo conjunto de diez planetas que se ha hallado ahora no es una excepción, sino que muestra la diversidad que existe en el universo con cuerpos con propiedades muy interesantes", ha añadido. Se trata del último descubrimiento realizado por un satélite desde que hace 15 años se iniciaran la "caza" de los planetas fuera del Sistema Solar. Actualmente el número de objetos descubiertos es de 565, 26 de los cuales han sido hallados por el satélite Corot, enviado al espacio en 2006 con esta misión. "Aunque el estudio de los exoplanetas es relativamente joven, se ha llegado a una etapa en la que se pueden caracterizar los detalles de los mundos que orbitan otras estrellas, y Corot está haciendo una contribución importante a este campo", ha comentado Fridlund.

Arqueólogos descubren el edificio bizantino más antiguo en Jerusalén

SAN JUAN DE ACRE. Detalles de la estructura que fue descubierta por arqueólogos israelíes (Foto: EFE )
El descubrimiento fue anunciado por la Autoridad de Antigüedades y data de hace mil 500 años


JERUSALÉN. —Arqueólogos israelíes hallaron en San Juan de Acre una vieja estructura que, según todos los indicios, fue el primer edificio de uso público de la época bizantina (324 a 638 d.C.) descubierto en esa ciudad tan vinculada al cristianismo.

El descubrimiento fue anunciado por la Autoridad de Antigüedades y data de hace mil 500 años, período del que han quedado numerosos restos por Tierra Santa pero del que no se conocía ninguno en esa ciudad al norte de Haifa.

“Posiblemente sea una iglesia”, indicó la arqueóloga Nurit Feig, directora del proyecto, quien advirtió que el inmueble ha sufrido daños por los trabajos de construcción de un centro comercial.

“Hasta ahora, la ciudad era conocida por las fuentes cristianas que mencionaban cómo su obispo tomó parte en la formulación de la nueva religión (el cristianismo)”, agregó Feig sobre la primera evidencia concreta en el terreno de ese relato. Del período bizantino fueron halladas hace años en San Juan de Acre unas residencias privadas junto al mar, pero hasta ahora no se había encontrado ningún edificio público que ilustrase la vida diaria.

La ciudad es más conocida por su glorioso pasado cruzado, del que quedan dos hospicios templarios, así como por su pasado islámico y turco, con imponentes mezquitas, un baño turco, posadas e incluso una fortaleza más reciente.

El impresionante edificio recién descubierto era de piedra con ornamentaciones en mármol, lo que sumado a los abundantes restos de tejas, vasijas de cerámica y monedas indican que se trataba de un lugar público y quizás de la sede del obispo de la ciudad en tiempos bizantinos.

Fundada hace unos 3.500 años, la denominada en hebreo "Ako" y en árabe "Aka", es una de las ciudades más antiguas de la región y recibió su nombre de San Juan de Acre durante la tercera cruzada, a finales del siglo XII, quedando para siempre ligada a los caballeros cristianos que lucharon por Tierra Santa.

Sin embargo, textos cristianos muy antiguos indican que desde hacía siglos, los obispos de San Juan de Acre y Cesárea, también sobre la costa mediterránea y a unos 50 kilómetros más al sur, solían participar en encuentros internacionales que sirvieron para definir las primeras doctrinas cristianas.

Según Feig, la escasez de restos bizantinos se debe a las numerosas conquistas que sufrió la ciudad en siglos posteriores y a la influencia de esas otras culturas que fueron ocupándola.

Por su ubicación estratégica y su puerto, San Juan de Acre fue durante siglos un importante centro cosmopolita, y restos de todas las culturas que pasaron por ella son fácilmente apreciables por las calles de su casco antiguo, declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 2008.

Cosmopolitismo que heredaba desde el período helenístico, del que se han encontrado también restos característicos del levante Mediterráneo como ánforas de la isla de Rodas que llevan el nombre de sus gobernadores.

Actualmente la ciudad se aferra a su diversidad con una población mixta judeo-árabe que en total asciende a 46.000 personas y que además es el lugar más sagrado de la fe Bahai.

http://www.eluniversal.com.mx/ / http://www.historiayarqueologia.com/

La primera salida humana de África, hace dos millones años


Con un aspecto entre humano y simiesco, bípedos y capaces de hacer sencillas herramientas de piedra, los primeros 'Homo' de la Tierra no tardaron en viajar fuera del continente africano que les vio nacer. Hace casi dos millones de años, o quizás más, ya hubo asentamientos humanos en lo que hoy es Georgia, un pequeño país al norte de Turquía.

Así lo asegura el equipo que trabaja en este prolífico yacimiento desde 1991, cuando apareció la primera mandíbula de un humano que resultó tener 1,8 millones de años y pertenecer a una especie nueva de homínido, bautizada como 'Homo georgicus' por tener unas características algo distintas del 'Homo habilis' que por aquel entonces habitaba África, el primero de nuestro género por su habilidad para hacer herramientas con una tecnología simple que se conoce como Olduvayense o Modo 1.
Los que llegaron a Dmanisi tenían un cerebro pequeño, de unos 700 centímetros cúbicos y corta estatura. Arribaron a la región hace al menos 1,85 millones de años, o antes, como prueba la existencia de 122 utensilios de piedra junto con restos de fauna, datados por magnetoestatigrafía. Según publican los investigadores esta semana, en la revista 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS), hay pruebas de que el lugar fue ocupado muchas veces diferentes, aparentemente por una población itinerante.

Un viaje complicado


"Sabíamos que había presencia humana muy antigua en Dmanisi y ahora hemos podido probar que ocurrió unos 200.000 años antes de lo que se pensaba, casi en los orígenes del género humano. Ya se sospechaba porque después, hace 1,8 millones de años, las condiciones del clima hubieran complicado mucho la salida de África. Hacía frío en el norte y una gran aridez en Oriente Próximo que habría hecho muy complicado el viaje", argumenta Jordi Agustí, miembro del Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) y coautor de este trabajo.

Los paleontólogos firmantes recuerdan que Dmanisi fue ocupado antes de la primera presencia de 'Homo erectus' ('H. ergaster') al este de África, un homínido más evolucionadoŽ, con un cerebro de 1.000 cc de media. En su opinión, la cronometría de las herramientas de Dmanisi apoya la hipótesis de que el origen de los 'erectus' fue Eurasia, dado que en África sólo se han encontrado fósiles más recientes -de hace 1,75-1,65 millones de años- de esta especie.
Apuntan también que la presencia de homínidos en China se ha confirmado también hace 1,7 millones y que el 'Hombre de Java' se dató con 1,6 millones.
"La posibilidad de que 'Homo erectus' evolucionara en Eurasia provoca dos obvias conclusiones: la primera, que un primitivo ancestro había emigrado de África hace más de 1,9 millones de años, lo que es consistente con los hallazgos de Dmanisi y con el 'Homo floresiensis'; y la segunda, que el 'H. erectus' volvió a migrar a África, lo que apoya la conclusión de que fue contemporáneo del 'Homo habilis" en aquel continente, según argumentan los científicos.
En todo caso, concluyen que aún faltan muchos datos para componer el 'puzzle' de la evolución humana, una historia en la que el hallazgo de cada nueva pieza es fruto de muy diferentes interpretaciones.

Vía: http://www.elmundo.es/


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El mono que salió de África y volvió 'hecho un hombre'

Un hallazgo en el yacimiento georgiano de Dmanisi sugiere que los humanos evolucionaron a partir de especies asiáticas y no africanas como se creía

Durante casi un siglo, los libros de texto han contado una historia épica. Tras millones de años de evolución, la vida en la Tierra habría desembocado, en una de sus ramas, en el Homo erectus, un ser humano con un cerebro suficientemente desarrollado como para armarse con un arsenal de piedras para salir, por fin, de África, la supuesta cuna de la humanidad. El erectus habría sido el José Antonio Labordeta de la evolución humana, el viajero que colonizó el mundo, que puso un continente, Eurasia, en su mochila y dio lugar a otras especies humanas. Entre ellas, por qué no, el Homo sapiens: usted.
Esta epopeya, repetida como un mantra, era mentira. Un agujero vertical en la tierra, una cata en el melón del yacimiento de Dmanisi (Georgia), ha destapado un conjunto de piedras trabajadas, inequívocamente por humanos, hace 1,85 millones de años. El descubrimiento, que se publica hoy en la revista PNAS, convierte en 80.000 años más viejos a los habitantes de Dmanisi, cuyos primeros fósiles fueron hallados en 1991 y estaban datados en 1,77 millones de años.

El salto hacia atrás en el tiempo no es baladí. Aquellos humanos, clasificados como Homo georgicus, vivían en lo que hoy es el Cáucaso antes de que los Homo erectus salieran de África. De nuevo, hay que reescribir la evolución humana. Para el paleontólogo Jordi Agustí, uno de los autores del hallazgo, se veía venir. "Hace entre 1,8 y 1,7 millones de años, las condiciones climáticas no eran muy buenas. Hacía mucho frío en el norte y había sequía en las bajas latitudes. No era el mejor momento para atravesar zonas desérticas, para salir de África", explica.

"Ahora queda claro"

La fuga hacia Asia tuvo que producirse antes, hace alrededor de dos millones de años. Y debió de tener otro protagonista: el Homo habilis, un ser mucho más torpe que el erectus. Tan zote que en los últimos años buena parte de la comunidad científica ha querido descabalgarlo del género Homo, del que sólo quedamos vivos los humanos modernos, y clasificarlo como australopiteco, casi como si fueran monos.

Con las piezas que hay ahora sobre la mesa, el puzle de la evolución humana ofrecería esta imagen: el Homo habilis (o Australopithecus habilis) habría salido hace unos dos millones de años de África y ya en Asia habría dado lugar al Homo georgicus, que habría desembocado en el Homo erectus, que a su vez habría vuelto a África rebautizado como Homo ergaster, hace 1,6 millones de años, según detalla Agustí. Los primeros fósiles desenterrados en Dmanisi ya apuntaban a este recorrido por el planeta. "Ahora queda claro", asegura Agustí, del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social.
La otra posibilidad, argumenta el investigador catalán, es mucho más difícil de sostener. La comunidad científica acepta que Homo erectus, en Asia, y Homo ergaster, en África, eran la misma especie. Si la hipótesis del Homo georgicus se desmorona, el Homo habilis tendría que haber dado lugar, de manera independiente, al ergaster en África y al erectus en Asia. En la evolución, este salto vendría a ser como un triple mortal con tirabuzón.

Bajo las bombas

La paleoantropóloga María Martinón-Torres (foto a la izquierda), que no ha participado en este estudio, ve en el nuevo hallazgo un empujón a una hipótesis que se resiste a calar en la comunidad científica: que el ser humano, el género Homo, no surgió en África, sino en Eurasia. "Los Homo georgicus tienen todas las características cronológicas, morfológicas y geográficas para dar lugar a todas las demás especies del género Homo que se conocen", afirma con rotundidad. Según este relato, el Homo habilis habría salido de África como un mono y habría vuelto hecho un hombre.
Martinón-Torres, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, en Burgos, lleva desde 2002 participando en las excavaciones de Dmanisi. En 2008 tuvo que abandonar el país a la carrera cuando Rusia comenzó a bombardearlo. A su juicio, los restos hallados en aquella encrucijada entre Europa, Asia y África representan al principal candidato a primer representante del género Homo, al primer humano. David Lordkipanidze, el jefe de las excavaciones y coordinador del nuevo estudio, es más escéptico. "No es descartable, pero hacen falta más pruebas", señala.
Según Martinón-Torres, no obstante, las piezas encajarían ahora perfectamente. Los Australopithecus habilis, hace dos millones de años, ya comían carne. El abandono de una dieta basada en frutos habría sido trascendental. El enrevesado estómago, adaptado a digestiones complicadas como puede ocurrir hoy con las vacas, se reduce y se optimiza. El cerebro empieza a desarrollarse con la energía sobrante. Y aún más importante: "Al hacernos carnívoros nos hacemos libres. Nuestro alimento se mueve, no está quieto. Y nosotros también nos podemos mover", añade la paleoantropóloga, miembro del equipo que rastrea los yacimientos burgaleses de Atapuerca. El australopiteco, libre, habría echado a andar fuera de África. Y, por el camino, dio lugar al Homo georgicus y este a todas las demás especies conocidas. "Es lo mismo que defendemos con el Homo antecessor de Atapuerca, que no se originó en África, sino en Eurasia", remacha Martinón-Torres.

Una fábrica de especies

Jordi Agustí asiente. "El Homo georgicus es, por lo menos, el primer representante del género Homo reconocible", aclara. Aquellos seres que apenas levantaban metro y medio del suelo, con sólo 600 centímetros cúbicos de capacidad craneal frente a los 1.400 de los humanos actuales, serían los tatarabuelos de todos los demás. "Conocemos muy mal el esqueleto del Homo habilis, pero con lo que sabemos podemos decir que era más parecido a los australopitecinos", destaca Agustí. Aquellos brazos eran desproporcionadamente largos como para ser humanos, según muchos investigadores.
Este verano, la cata en la que han aparecido los útiles de piedra se convertirá en una excavación en toda regla. Allí pueden aparecer algunas de las pruebas que reclama Lord-kipanidze. "Si hemos encontrado la industria lítica, deberían de aparecer también los fósiles", barrunta Agustí. Bajo el suelo de Dmanisi están las evidencias de que Eurasia fue, quizá antes que África, una fábrica de especies humanas.

"Los georgicus eran como hienas"

El principal candidato a primer representante del género Homo era un animal carroñero. "Los ‘Homo georgicus' se alimentaban de presas abatidas por otros. Eran como hienas", subraya Jordi Agustí, del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social. Pese a su reducida capacidad craneal, 600 centímetros cúbicos frente a los aproximadamente 1.400 de los humanos modernos, los investigadores han descrito comportamientos muy humanos en esta especie, que habría vivido en la actual Georgia hace 1,8 millones de años. En el yacimiento de Dmanisi se encontró una mandíbula de un individuo desdentado. De alguna manera, aquel ‘Homo georgicus' sobrevivió durante meses sin una de sus principales armas en el mundo: sus dientes.
Paleoantropólogos como Agustí y Martinón-Torres ven aquí un más que posible "comportamiento solidario". Para Agustí, aquel desafortunado desdentado "tuvo que ser alimentado por el grupo" para salir adelante.

Fuente: http://www.publico.es/
Publicado: http://www.historiayarqueologia.com/

Hallan en Murcia el esqueleto más completo de una joven neandertal

Se trata de una adolescente de entre 16 y 20 años, de 1,5 metros de estatura y la pelvis intacta

Vista general de un cráneo aplastado encontrado en el yacimiento
El esqueleto de una joven neandertal, de entre 45.000 y 55.000 años de antigüedad, hallado en el yacimiento de la Sima de las Palomas, en el municipio murciano de Torre Pacheco, es el más completo encontrado hasta el momento en cuanto a conexión anatómica.

Dicho esqueleto tiene la pelvis prácticamente intacta, por lo que puede ofrecer datos sobre hábitos reproductivos en la época.
Así lo ha explicado hoy, tras publicarse este hallazgo en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), el catedrático de Antropología de la Universidad de Murcia (UMU) Michael J. Walker, responsable de este descubrimiento en la Sima de las Palomas, en el Cabezo Gordo, donde trabaja desde 1991 junto a un equipo de arqueólogos y biólogos.
Hasta ahora se han encontrado nueve esqueletos de neandertales en este yacimiento, tres de los cuales, el de un hombre, un niño y el de esta joven, descubiertos debajo de un talud a 20 metros de la superficie de la sima, cuentan con esqueletos bastante completos y con conexión anatómica, ha señalado Walker.

Desde 1975 en que se encontró al oeste de Francia un esqueleto de varón adulto neandertal en condiciones similares a los hallados en la Sima de las Palomas, no se había producido un descubrimiento igual, ha dicho el catedrático, quien ha destacado la importancia del hallazgo del esqueleto de la joven por ser el único femenino encontrado en "tan buen estado" en el mundo.

Se trata de una adolescente de entre 16 y 20 años, de 1,5 metros de estatura (más baja de lo habitual) y con un esqueleto robusto, que "todavía no se sabe si había dado a luz, pero, por si fuera así, se está estudiando la posibilidad de que el esqueleto del niño encontrado a su lado sea el de su hijo, con lo que se podría hablar de algún tipo de enterramiento".

Pese a que algunos expertos mantienen que los neandertales no practicaban este tipo de rituales mortuorios, a juicio de Walker, el que estos esqueletos apareciesen en la posición en que estaban, tan intactos y cubiertos de piedras, podría hacer pensar en un enterramiento, ya que "no eran estúpidos como se dice, ni robots, porque si no, no habrían sobrevivido durante tantos años".

Los 'puntos calientes' de la evolución humana

La evolución de la especie humana es continuamente objeto de discusión y debate científico, encaminados a revelar los orígenes de un exitoso animal que pronto alcazará los 7.000 millones de especímenes en el planeta y que está transformando el entorno ecológico que propició su aparición.
Hoy, no hay lugar en la Tierra que no haya sido 'hoyado' por un pie de 'Homo sapiens', pero hasta hace menos de dos millones de años, las poblaciones de ancestros humanos pudieron evolucionar porque habitaban en puntos calientes de biodiversidad, o 'hotspots', que propicieron la 'ingeniería evolutiva' necesaria para llegar a ser como somos.
Este es el modelo evolutivo que, en un volumen especial de la revista 'Quaternary Science Reviews', defiende su coordinador principal, el paleontólogo José Carrión, de la Universidad de Murcia, junto con Chris Stringer (del Museo de Historia Natural de Londres) y James Rose (del Royal Holloway, también en Londres). En este nuevo modelo, los autores incorporan información sobre los cambios ambientales que tuvieron lugar en los entornos donde habitaron especies como el 'Homo habilis', 'Homo ergaster' y 'Homo heildebergensis' y los primeros neandertales.
"Hemos definido los territorios en los cuales por razones geológicas y biológicas ha habido un mosaico de paisajes y climas muy variables en el tiempo, unos sistemas geográficos que han evolucionado más a menudo y más deprisa que otros. Estos lugares tienen una gran biodiversidad y es ahí donde los homínidos fueron cambiando", afirma Carrión.

Cambios en el paisaje

Así, el Valle del Rift africano, donde se han encontrado los fósiles de 'Australopithecus', 'Paranthorpus', los primeros 'Homo habilis' y sus sucesores, los 'Homo ergaster' y los 'Homo sapiens', es una zona de gran actividad tectónica, en la que los cambios en los paisajes han sido continuos, tranformando valles en lagos o sabanas en barrancos.
Estos cambios, argumentan los autores, fueron creando nichos ecológicos a los que se tuvieron que adaptar aquellos primates: "Para que una especie de lugar a dos o tres distintas es necesario que estén aisladas. No se trata de que se adaptaran a la sabana, a un pantano o a la selva, es que al quedarse aislados algunas poblaciones no había intercambio genético y las mutaciones se acumulaban", explica el paleontólogo.
De hecho, la gran brecha africana, que va de Etiopía a Mozambique, continúa siendo hoy un punto de gran biodiversidad (ahí está el Masai Mara, Serengueti y los grandes lagos). Millones de animales de infinidad de especies habitan esa brecha que un día acabará diviendo el continente. Allí es donde se encontaronlas primeras herramientas fabricadas por un humano.
Otro 'hotspot' está en el Caúcaso, donde se han encontrado restos de un homínido (el 'Homo georgicus') de hace 1,8 millones de años. Lo es también el área del Mediterráneo, que incluye los fósiles de 'Homo antecessor' de Atapuerca o los de Ubeidiya (en Israel); y Java, el 'punto caliente' donde habitó el 'Homo erectus', un lugar donde los movimientos sísmicos han generado grandes cambios de paisaje.
"Los puntos calientes de biodiversidad se asocian a paisajes dinámicos y gran diversidad de hábitats, lo que en el caso de los mamíferos se ha demostrado que incrementa las posibilidades de que aparezcan nuevas configuraciones evolutivas", apuntan los autores.

Interacciones entre especies

Por otro lado, se trata de zonas con mucha historia evolutiva acumulada, una diversidad que estimula la especiación entre los primates, aunque no se sabe muy bien por qué; y, ademas, son áreas con muchas interacciones entre especies.
Así, aún reconociendo que el cambio climático ha sido un factor importante para la evolución humana, en este trabajo se mantiene la hipótesis de que la mayoría de los homínidos, tanto en África como en Eurasia, evolucionaron de poblaciones muy pequeñas que permanecieron aisladas por condicionantes geológicos.
Carrión defiende también que esos cambios afectaron a módulos del genoma (paquetes de genes) que producçian grandes cambios morfológicos respecto a la especie originaria. "En otras palabras", concluye, "en sus primeras etapas de evolución la mayor parte de las especies serían 'sorpresas evolutivas' en un territorio muy cambiante. La estabilidad ambiental habría ido en detrimento de la velocidad del cambio evolutivo".
En total, casi un centenar de prestigiosos paleontólogos y biólogos de todo el mundo han participado en este proyecto, financiado por la Fundación Séneca, bautizado como ECOCHANCE.

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Unas raras criaturas aparecen varios kilómetros bajo la superficie de la Tierra

Las especies, entre ellas una jamás vista, soportan temperaturas de hasta 48 grados en profundidades donde no se creía posible que existiera la vida compleja

Desde su descubrimiento hace más de dos décadas, la biosfera del subsuelo profundo ha sido considerada como el reino de los organismos unicelulares, un reino que se extiende más de tres kilómetros bajo la corteza de la Tierra. Las limitaciones de temperatura, energía, oxígeno y el espacio parecían excluir la posibilidad de una vida más compleja. Los científicos no creían que organismos multicelulares podrían vivir en esas profundidades, pero se equivocaban. Investigadores de las universidades de Ghent (Bélgica) y Princeton han descubierto unos gusanos -uno de ellos es una nueva especie, a la que han llamado, con razón, «del diablo» (Halicephalobus mesphisto, por Mefistófeles, uno de los nombres del demonio)-, que viven en un auténtico infierno. Estas increíbles criaturas tienen su hogar de 0,9 a 3,6 kilómetros por debajo de la superficie terrestre, en unas minas de Sudáfrica, donde las temperaturas pueden alcanzar los 48 grados centígrados. El estudio aparece publicado en Nature.
El Halicephalobus mesphisto, un nematodo que mide 0,5 milímetros, se alimenta de bacterias y se reproduce asexualmente, fue encontrado en la mina de oro de Beatrix, a 240 kilómetros de Johanesburgo. El yacimiento tiene 1,3 kilómetros de profundidad y temperaturas de 37 grados centígrados. Los investigadores también descubrieron en las minas de Driefontein dos especies nuevas de nematodos, pero el hallazgo más sorprendente se realizó en la mina de Tau Tona. Allí, apareció el ADN de otra especie desconocida, a 3,6 kilómetros bajo la superficie y con temperaturas de 48 grados.

Vida en otros planetas

Con el fin de descartar la contaminación y la posibilidad de estos nematodos estuvieran más cerca de la superficie, Borgonie examinó la composición del agua y los niveles de oxígeno, azufre y otras sustancias químicas. Con la técnica del carbono 14, determinó que el agua de la zona había permanecido aislada de la superficie terrestre de 3.000 a 12.000 años.
Los investigadores creen que sus resultados les permiten ampliar la biosfera de metazoos conocida y demostrar que los ecosistemas de las profundidades son más complejos de lo que se había aceptado previamente. El descubrimiento de la vida multicelular en el subsuelo profundo de la Tierra también tiene importantes implicaciones en la búsqueda de vida en otros planetas en nuestro Sistema Solar.