Misterios Egipcios (Fernando Jiménez del Oso)


En el año 1914, tras un anuncio público de que ya no quedaba nada por descubrir en todo el Valle de los Reyes, Theodore Davis traspasó su autorización para excavar. Lo que sucedió después es bien conocido. Allí, donde ya no había nada, apareció el más sensacional hallazgo de la historia de la egiptología. La tumba de Tutankamón.

Hace algunos años un grupo de arqueólogos comunicó que ya no era probable que apareciera algo de importancia en Egipto. ¿Estamos acaso ante un error como el de Davis?.

Lo cierto es que no todos expertos opinan así: "Alrededor del 70 por ciento de los monumentos egipcios todavía yace enterrado" -dijo Zahi Hawass-. "Nunca se sabe qué secretos se ocultan bajo la arena..."

La lista de lo que podría descubrirse es amplia y va desde las momias de muchos faraones hasta algo realmente enigmático, la cabeza momificada de Osiris que, al parecer, se conservaba en Abidos; pasando por la tumba de Alejandro el grande, los papiros de Imhotep y el libro de Set, la biblioteca de Alejandría, las míticas ciudades de Hamunaptra y la verdadera Tanis (la ciudad del Arca), los túneles y cámaras de iniciación bajo Giza, etc.

También incluso se habla de posibles pruebas del enlace entre los cultos egipcios y el cristianismo. La misma Biblia habla de la infancia de Jesús en Egipto, y no digamos de Moisés, que era príncipe, y como tal podría haber dejado algún rastro en monumentos o inscripciones.

Algunas de estas cosas, si aparecieran, no solamente afectarían a la arqueología, sino a la religión y, en general, a todos los conocimientos del hombre como ser humano, ya que en parte contestarían algunas cuestiones fundamentales del pensamiento.

Abraham Lincoln

(Hodgenville, EE UU, 1809 - Washington, 1865) Político estadounidense. Abraham Lincoln nació en el seno de una familia de colonos cuáqueros. Durante su infancia y su juventud, marcadas por la pobreza de su familia, recorrió el Missisippi y vivió de cerca las condiciones infrahumanas que padecían los esclavos negros.

Abraham Lincoln tenía veintitrés años cuando dejó la granja donde trabajaba para combatir como soldado raso en la guerra contra los indios. Mientras tanto, emprendió su formación autodidacta y hacia 1836 logró licenciarse en derecho. Dos años antes, su actitud contraria a la esclavitud lo había conducido a intervenir en política, lo que le valió su elección como diputado de Illinois para el período 1834-1842. Merced a su defensa de mejores condiciones de vida para los negros y a su gran elocuencia, logró una gran popularidad en todo el estado.

En 1846 Lincoln alcanzó la jefatura del partido Whig, y como diputado del Congreso federal apoyó a los abolicionistas de Washington. Sin embargo, su decidida oposición a la guerra contra México, a cuya finalización obtuvo los territorios de Alta California, Nuevo México, el norte de Sonora, Coahuila y Tamaulipas y la anexión definitiva de Texas, le hizo perder muchos votos, y fracasó en las elecciones senatoriales de 1849. 

Decepcionado, Lincoln se retiró de la política y durante seis años trabajó como procurador. Su regreso a la vida pública se produjo en 1854, cuando la cuestión de la esclavitud volvió al plano político a raíz de que la Kansas-Nebraska Act propugnara extenderla a los estados del noroeste. Si bien él inicialmente no apoyaba la abolición de la esclavitud en los estados en los que ya existía, sobre todo en los del sur, se oponía a que se instaurase en aquellos otros en los que no estaba autorizada. Particularmente célebre por la vehemencia de su verbo y la solidez de sus argumentaciones fue su discurso antiesclavista Peoria, en 1854. 

Comprometido con la causa contra la esclavitud, Lincoln se afilió al Partido Republicano dos años más tarde. Derrotado de nuevo en las elecciones al Senado de 1858, la intensidad de la campaña antiesclavista y los duelos dialécticos que mantuvo con el candidato demócrata Stephen A. Douglas, elegido en la ocasión, le devolvieron la popularidad perdida. La moderación de sus posiciones fue decisiva para que en 1860 la convención republicana de Chicago lo eligiera candidato a la presidencia en detrimento de William H. Seward, representante de los abolicionistas más radicales.

Al año siguiente, favorecido por las divisiones internas de los demócratas, ganó las elecciones a la presidencia de la Unión, lo que desencadenó la reacción de los estados sudistas. Antes de que asumiera oficialmente la presidencia, éstos, encabezados por Carolina del Sur, se declararon independientes.
Aunque el estallido de la guerra civil parecía inevitable, Lincoln intentó detenerla y restaurar la unidad formando un gobierno de coalición con los sudistas. Iniciada la guerra de Secesión pese a todo, el presidente promulgó en 1862 la Homestead Act, para la colonización del Oeste, y propuso una abolición progresiva de la esclavitud, con el íntimo propósito de promover un acercamiento a la Confederación sudista que acelerara el fin de la contienda. 

Tras comprobar una vez más la intransigencia del otro bando, el 1 de enero de 1863 decretó la emancipación de los esclavos en todo el territorio de la Unión. Al año siguiente, cuando las fuerzas del Norte ya dominaban casi por completo la situación y el fin del enfrentamiento bélico se veía próximo, Lincoln fue reelegido para un nuevo mandato con un programa de reconstrucción nacional que no pudo realizar: a los cinco días de finalizar la guerra de Secesión, Abraham Lincoln fue asesinado mientras asistía a una función teatral en Washington por un actor sudista llamado John Wilkes Booth.

Vía: www.biografiasyvidas.com

Arqueólogos descubren enterramientos prehispánicos cerca de Chichén Itzá (México)

Antiguas inhumaciones mayas
Como parte de un salvamento arqueológico, con motivo de una ampliación carretera, expertos del INAH recuperaron una decena de entierros de más de mil años de antigüedad. La mayoría de los esqueletos se halló dentro de cistas, junto con casi 30 piezas de cerámica, dos de las cuales tienen jeroglíficos, algo poco reportado en el área.

A 20 kilómetros de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, en Yucatán, en el sitio maya de Xtojil, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) recuperaron una decena de entierros, la mayoría de los cuales fueron colocados dentro de cistas hace más de mil años, probablemente entre 600 y 800 d.C., cuando la urbe prehispánica aún no se convertía en el centro rector del norte de la península.

Estos vestigios, junto con otros que a lo largo de varias décadas se han hallado en la región, han permitido a los especialistas establecer que hace más de 1.200 años había una densidad poblacional importante, dispersa en asentamientos cercanos, en torno a cenotes, y después por diversas razones, se desarrolló Chichén Itzá como la capital que dominó el área.

Bajo la coordinación de los investigadores José Osorio León y Francisco Pérez Ruiz, del Centro INAH Yucatán, y la colaboración de los arqueólogos Mariza Carrillo y Cristian Hernández, estas excavaciones en Xtojil son parte de un salvamento arqueológico emprendido a partir de la ampliación de la carretera que conecta a las poblaciones yucatecas de Libre Unión y Yaxcabá.

Previo a la supervisión de estas labores de infraestructura, se realizó una prospección arqueológica, a fin de detectar vestigios prehispánicos y evitar afectaciones al patrimonio arqueológico que pudiera hallarse en el trazo carretero. En dicho tramo, que comprende alrededor de 18 kilómetros, se detectaron 28 estructuras arqueológicas de distintas dimensiones —casi todas ellas colapsadas—, que van desde cimientos simples sobre nivelaciones naturales del terreno y basamentos habitacionales más elaborados, hasta estructuras piramidales de entre 6 y 12 m de altura.

Más de la mitad de las 28 estructuras se concentran en Xtojil, próximo a la comunidad de Libre Unión, sitio que está registrado y catalogado en el Atlas Arqueológico del Estado de Yucatán. El asentamiento prehispánico alcanzó un importante desarrollo gracias a las fuentes de agua cercanas como el cenote que le da nombre y una gran laguna llamada Sayausil.

El arqueólogo José Osorio León informó que la denominada Estructura 22, donde se descubrieron los diez entierros, fue afectada parcialmente en los años 50, cuando se construyó la carretera. Sin embargo aún se encontraron definidos sus muros norte y sur, de 16 y 13 m, respectivamente, así como el cimiento de una edificación de planta absidal, en su lado poniente de 9 m por 5 m.

Detalló que de la decena de entierros —asociados directamente al mencionado cimiento absidal y su basamento—, siete corresponden a individuos depositados extendidos dentro de cistas (excavaciones realizadas bajo el piso estucado del basamento y recubiertas con piedras lajas), cuyas medidas son de 1.80 m de largo por 60 cm de ancho, en promedio.

Osorio León abundó que dos de los individuos inhumados fueron dispuestos directamente en posición sedente, dentro del relleno constructivo de la Estructura 22; y uno más se halló al interior de una vasija, por lo que corresponde a un entierro secundario.

Como parte de los materiales ofrendados a los individuos que fueron colocados en las cistas, se registraron casi 30 piezas de cerámica: platos, cajetes, cuencos, ollas y vasos. En promedio, a cada entierro se le acompañó con tres de estos objetos; además se detectaron navajillas de obsidiana, cuentas de jade y pendientes de concha, indicadores de que existía comercio con otras regiones de Mesoamérica.

De las antiguas piezas de alfarería sobresalen un vaso y una olla pequeña que poseen inscripciones jeroglíficas, algo poco reportado en el área. Los estudios epigráficos de estos objetos serán fundamentales para comprender a mayor profundidad la historia de Xtojil y su relación con otros asentamientos de la región.

El arqueólogo José Osorio puntualizó que una de las vasijas con jeroglíficos se encontró frágil debido a su mala cocción, de ahí que especialistas debieron consolidarla parcialmente, a la par de su levantamiento; posteriormente se le dará un tratamiento especial para su conservación, en el Laboratorio de Restauración del Centro INAH-Yucatán.

A excepción de los entierros sedentes —aún en proceso de estudio—, el resto de los esqueletos mostraron mala preservación y hasta el momento no se ha podido determinar el sexo de los individuos depositados en las cistas, no obstante, se ha observado que la mayoría corresponden a adultos y aparentemente no presentan algún tipo de deformación.

El investigador del INAH subrayó que el contexto funerario de Xtojil no puede ser comparado con un cementerio, al menos en la acepción occidental del término, "sino que en sí, este basamento fue de carácter habitacional, el cual tuvo una ocupación muy prolongada, al menos del 600 al 800 d.C., de manera que la familia y sus descendientes fueron enterrándose en el mismo espacio".
"Este descubrimiento —continuó— resalta porque han sido pocos los contextos residenciales encontrados completos en esta parte del norte de la Península de Yucatán y que han podido ser excavados por especialistas".

Asentamientos cercanos a Chichén Itzá
Los antiguos sitios como Xtojil, aunque estuvieron habitados en el auge de Chichén Itzá, entre 900 y 1200 d.C., fueron ocupados desde siglos antes, en el periodo Clásico Tardío (600-800 d.C.), ya que muestran algunas características, tanto cerámicas como arquitectónicas, de esa época. Por ejemplo, se observa arquitectura correspondiente al estilo Puuc: recubrimientos con piedras bien trabajadas en muros y cortadas "tipo bota" para los techos abovedados, tamborcillos y columnas.

El investigador José Osorio indicó que de los basamentos localizados a lo largo de lo que es la ampliación de la carretera Libre Unión-Yaxcabá, solo han sido intervenidos las secciones que dan hacia la autovía, de modo que algunos podrán ser observados por automovilistas y transeúntes, entre ellos la gente de las comunidades cercanas, quienes ahora se percatarán de la riqueza arqueológica de la zona.

"Las estructuras mejor conservadas quedarán intactas; las más afectadas se excavan y existe la propuesta de conservarlas al lado de la vía carretera, con la finalidad de que las poblaciones cercanas vean que esos montículos son en realidad vestigios arqueológicos, y crear conciencia de que no todos tienen la monumentalidad de la pirámide El Castillo, en Chichén Itzá".

El salvamento en Xtojil, que concluirá este mes, ha permitido tener un panorama más completo sobre las características de los asentamientos cercanos a Chichén Itzá, una línea de investigación que han seguido los arqueólogos José Osorio León y Francisco Pérez Ruiz en los últimos años.

"Definimos que Chichén Itzá tuvo sus orígenes hacia 600-800 d.C., como nos lo indicaron los elementos arquitectónicos y cerámicos localizados hace unos años en las investigaciones realizadas en el Grupo de la Serie Inicial, un sector de dicha zona arqueológica. Hablamos de un lapso, el periodo Clásico Tardío, que no se conocía en Chichén Itzá", concluyó José Osorio.

Fuentes: Instituto Nacional de Antropología e Historia
http://www.inah.gob.mx/index.php
México D.F., a 16 de Enero de 2013

La Guerra fue un aspecto central de la civilización minoica

Una investigación de la Universidad de Sheffield ha descubierto que la antigua civilización de Creta, conocida como minoica, tenía fuertes tradiciones marciales, lo que contradice la opinión generalizada sobre los minoicos como un pueblo amante de la paz.

La investigación, llevada a cabo por el Dr. Barry Molloy (izquierda), del Departamento de Arqueología de la Universidad de Sheffield, ha indagado sobre las gentes de la Edad de Bronce de Creta, conocidos por muchos como los minoicos, los cuales crearon la primera civilización compleja urbana en Europa.
"Su mundo fue descubierto hace poco más de un siglo, y su sociedad ha sido considerada en gran parte pacífica", explica Molloy.

"Con el tiempo, muchos tomaron esto como el paradigma de una sociedad que careció del fenómeno de la guerra, donde los guerreros y la violencia fueron rechazados y no jugaron ningún papel importante.
Esta visión utópica no ha sobrevivido en los académicos actuales, pero permanece en el fondo sin impugnarse y todavía se cosecha en textos modernos y en la cultura popular con una frecuencia sorprendente.

Después de haber trabajado en excavaciones y otros proyectos en Creta durante muchos años, provocó mi curiosidad el hecho de cómo una sociedad tan compleja, que controlaba los recursos y el comercio junto con potencias vecinas poderosas como Egipto, podría evolucionar en un contexto igualitario o cooperativo. ¿Podemos realmente ser tan positivos acerca de la naturaleza humana? Cuando buscaba evidencias sobre la violencia, los guerreros o la guerra, rápidamente se hizo evidente que se podían encontrar en una gama sorprendentemente amplia de lugares".


Foto: Sello micénico (de influencia minoica) con escena bélica.
Sobre la base de acontecimientos recientes en el estudio de la guerra en las sociedades prehistóricas, la investigación de Molloy revela que la guerra era, en realidad, una característica definitoria de la sociedad minoica, y que la identidad del guerrero fue una de las expresiones dominantes de la identidad masculina.


Foto: Escena de boxeo. Fresco de la casa de Acrotiri (Santorini).

Foto: Sello micénico (de influencia minoica) con escena de caza.
                                                                                               
Molloy continúa: "El estudio muestra que las actividades de los guerreros incluían cosas tan diversas como las demostraciones públicas de saltar sobre un toro, exhibiciones de boxeo, lucha libre, caza, combate y duelos. La ideología de la guerra demuestra que había impregnado la religión, el arte, la industria, la política, el comercio y las prácticas sociales, en torno a las tradiciones marciales, las cuales fueron manifiestamente una parte estructural de cómo esta sociedad evolucionó y cómo se veían a sí mismos".

Incluso los micénicos famosos, los héroes griegos de la guerra de Troya, tomaron el camino minoico de la guerra con la adopción de sus armas, las prácticas y las ideologías. "De hecho", dijo Molloy, "es en Creta donde debemos buscar el origen de las armas que iban a dominar Europa hasta la Edad Media, es decir, espadas, hachas, lanzas, escudos, y, probablemente también, armaduras".

Foto: Fragmento de un fresco del palacio de Tirinto representando a dos hombres sobre un carro de caballos.

Molloy encontró una "impresionante" cantidad de aspectos violentos en la gramática simbólica y restos materiales prehistóricos de Creta. Las armas y la cultura guerrera fueron materializadas de diversas formas en santuarios, tumbas, unidades domésticas y tesoros. También se puede encontrar en los medios portátiles destinados a ser utilizados durante las interacciones sociales, por ejemplo, en la administración, en las fiestas o en los adornos personales. "Hay pocas esferas de interacción en Creta que no tengan un componente marcial, los hay hasta debajo de los símbolos utilizados en sus escritos".


Foto: Imagen de sellos de Knossos y Agia Triada (respectivamente) representando a un guerrero que lleva una espada y un perro mientras persigue a un adversario. 


Foto: Foto: Imagen de un sello de Knossos que representa a guerreros marchando con escudos en forma de ocho y lanzas en posición vertical con el brazo extendido horizontalmente.

La investigación de Molloy centra su atención en la guerra como un proceso social, observando los mecanismos de apoyo infraestructurales y psicológicos que facilitaban la realización de la misma y los medios por los cuales se incrustaba en la lógica social.

Este enfoque, argumenta Molloy, conduce a una comprensión más profunda de la guerra en la civilización minoica: "Cuando consideramos la guerra como un proceso normativo que tenía referencias cruzadas y correlatos en otras prácticas sociales, podemos comenzar a ver que los guerreros y la milicia impregnaban el tejido social de la civilización cretense de una forma sistemática.
"Los componentes sociales e institucionales de la guerra incidieron en los patrones de asentamiento, en la explotación del paisaje, en las redes tecnológicas y comerciales, en las prácticas religiosas, en el arte, en la administración, y mucho más, por lo que la guerra era indirectamente un factor constante en la conformación de la vida cotidiana de las personas en la Creta prehistórica...; comprender los aspectos sociales de la guerra, 'más allá de la batalla', es esencial si queremos entender mejor cómo las élites manipulaban la economía, la religión y la violencia, en el control de sus mundos. Al identificar los resultados materiales de los modos de vida del guerrero en toda su disparidad y desorden, ganamos ideas sobre lo que significaba la guerra en la antigua Creta".


Foto: Detalle del Vaso de Harvester hallado en Agia Triada (Museo de Heraklion).


Foto: Vaso de Harvester. La zona inferior se perdió y es una mera reconstrucción de la forma.


Fuente: Universidad de Sheffield| 15 de enero de 2013 |

Nuevos descubrimientos sobre el 'Homo Floresiensis' confirman de que es una especie única

Recreación de una mujer 'Homo floresiensis' en el Museo de Historia Natural Smithsonian.
Nuevos huesos atribuidos al Homo floresiensis -también conocido como el Hobbit-, junto con otros hallazgos recientes, están ayudando a revelar lo que los miembros de esta especie parecían, cómo se comportaban y cuáles son sus orígenes.
                                                                                                                                       
Los últimos hallazgos, descritos en un artículo publicado en la Journal of Human Evolution, se corresponden con huesos de la muñeca descubiertos en la isla indonesia de Flores. Y, puesto que son casi idénticos a otros huesos semejantes del Hobbit hallados en el mismo lugar, posibilitan refutar las afirmaciones de que el Homo floresiensis nunca existió.

"La población enana de Flores no era simplemente seres humanos modernos enfermos", dice Caley Orr (izquierda), autor principal del artículo, a Discovery News.
"La nueva especie tenía aproximadamente un metro de altura, de ahí su apodo de El Hobbit", añade Caley Orr, quien es profesor asistente en el Departamento de Anatomía de la Universidad del Medio Oeste.

Él dijo que eran "similares a los humanos modernos en muchos aspectos". Por ejemplo, explicó que caminaban con dos piernas, tenían pequeños dientes caninos, y vivieron lo que parece haber sido un icónico estilo de vida de "hombre de las cavernas".

"Herramientas de piedra y evidencias del uso del fuego fueron encontradas en la cueva junto con restos de animales descuartizados, tal como el 'Stegodon' (un pariente del elefante extinto), lo que indica que la carne era una parte de su dieta", dijo Orr.

Sin embargo, él y sus colegas también señalan las diferencias entre los Hobbit y los humanos modernos.
Los Hobbits tenían los brazos más largos que sus piernas, proporcionándoles una estructura ligeramente más parecida a un simio. Sus cráneos no disponían de barbilla, por lo que sus rostros tenían más una forma oval. Su frente estaba inclinada y el tamaño del cerebro inferido era pequeño, por lo que su rango de cociente intelectual era parecido al de los chimpancés.
"Singularmente, los pies eran también grandes respecto a las piernas, tal como los admiradores de la fantasía pueden esperar de un Hobbit", agregó.


Una comparación de los huesos de la muñeca, como los que se encuentran en el "Hobbit" (izquierda) y las de un humano moderno sugiere que el pequeño homínido es una especie única. 


Imagen, desde distintas perspectivas, del hueso de la mano "capitate" de los especímenes Hobbit LB1-45 y LB-20, en los cuales se resaltan los caracteres plesiomórficos (primitivos, ancestrales) que ostentan respecto a los neandertales y los modernos Homo sapiens.

Los huesos de la muñeca del Hobbit se parecen más a los de los primeros homínidos, como el Australopithecus, pero el candidato ancestral clave, ahora, es el Homo erectus.

Es posible que una población de Homo erectus quedara atrapada en esta isla de indonesia y se empequeñeciera con el tiempo. Caley Orr dijo que "a veces sucede que animales grandes se adaptan a ambientes insulares haciéndose más pequeños".
Un problema, sin embargo, es que el Homo erectus es algo más moderno de aspecto que el Hobbit, así que los investigadores siguen buscando más pistas.
Otra pregunta se refiere a si los Hobbits se aparearon alguna vez con los humanos modernos. Hay evidencia de que pasó con los neandertales, los cuales han dejado huellas de su genoma en el ADN de los humanos modernos. Sin embargo, hasta ahora, no se han dado las condiciones correctas para extraer ADN de los huesos del Homo floresiensis.

No obstante, el Hobbit -que se extinguió hace relativamente poco durante el Pleistoceno- es ahora más conocido debido a los nuevos descubrimientos.
"Estos fósiles proporcionan, además, pruebas claras de que el 'Homo floresiensis' no es de ninguna manera un humano moderno patológico, o que su morfología primitiva está relacionada simplemente con su pequeño tamaño corporal", dijo Tracy Kivell (izquierda), paleoantropóloga del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva. "En cambio, es evidente que es una especie propia, única y muy intrigante".

Kivell agregó: "Lo que es particularmente interesante es que el 'Homo floresiensis' está asociado con una larga y bien documentada historia de herramientas de piedra. Aunque su mano y muñeca eran primitivas, aún eran capaces, por lo visto, de hacer y usar herramientas de piedra, lo que sugiere que resolvió las exigencias morfológicas y manipuladoras de la fabricación y uso de herramientas de una manera diferente a los neandertales y a nosotros mismos".

Foto: dctim1
Fuente: Discovery news | Jenniefer Vegas |

El Dinosaurio Cíclope de Marruecos

Reconstrucción del Sauroniops pachytholus, al fondo alimentándose de un Spinosaurus juvenil. En primer plano, dos espinosaurios en pleno combate.

El depredador, que vivió hace 95 millones de años, se distinguía por una enorme protuberancia sobre la cabeza

Un nuevo dinosaurio depredador gigante, bautizado con el inquietante nombre de «Ojo de Sauron», Sauroniops pachytholus, vivió hace unos 95 millones de años en el sur de Marruecos, según un estudio publicado en la revista Cretaceous Research por un equipo de paleontólogos entre los que se encuentra Fabio M. Dalla Vecchia, del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont.
Sauroniops fue un miembro de la familia Carcharodontosauridae, un grupo de dinosaurios bípedos, gigantes y carnívoros que vivieron durante el período Cretácico en Eurasia, África y las Américas.
La descripción de esta nueva especie de dinosaurio se basa en un único y «peculiar» hueso grande del techo del cráneo (el hueso frontal) de aproximadamente 20 cm de largo, que muestra que el dinosaurio se distinguía por poseer una prominencia en forma de cúpula por encima de sus ojos. Por esta razón, los investigadores le bautizaron en recuerdo de Sauron -el personaje de ficción del Señor de los Anillos creado por JRR Tolkien que tiene el aspecto de un ojo grande- seguido de «ops», del griego «ojo».

A cabezazo limpio

El Sauroniops vivió en el ambiente tropical deltaico que se extendía a lo largo del norte de África hace unos 95 millones de años, junto con otros depredadores gigantes como el Carcharodontosaurus y el Spinosaurus, así como con grandes cocodrilos y peces de aletas lobuladas gigantes.

El tamaño del hueso del cráneo de Sauroniops sugiere que el animal tendría entre 10 y 12 metros de longitud. Como se puede apreciar en la imagen junto a estas líneas, un enorme «monstruo» en comparación con una persona. Una cabeza humana apenas le serviría como un ligero apertivo. La función que podrían tener unos huesos tan gruesos en el cráneo y la prominencia en forma de cúpula sobre el ojo de este dinosaurio no está clara. Es posible que los machos de esta especie se enfrentaran con golpes de cabeza durante la época reproductiva, como lo hacen los bóvidos modernos que tienen un cráneo con un grosor equivalente.

Vía: www.abc.es