Humanos modernos y Neandertales convivieron en Asturias hace 40.000 años

Las últimas dataciones realizadas en La Güelga –una cavidad situada en los Picos de Europa– revelan que los neandertales y los humanos modernos coexistieron en la zona hace alrededor de 40.000 años. Así lo demuestra un estudio dirigido por investigadores de la UNED, que ha analizado los depósitos arqueológicos de la zona más alta del abrigo rocoso.

Tal y como preveía la comunidad científica, la región cantábrica es uno de los escasos puntos peninsulares en los que neandertales –Homo neanderthalensis– y humanos modernos –Homo sapiens–  llegaron a coexistir hace unos 40.000 años.
Investigadores de la UNED, en colaboración con la Universidad de Oxford (Reino Unido), han analizado sedimentos del yacimiento de La Güelga, una cavidad situada en el macizo de los Picos de Europa (Asturias) que alberga una importante colección de restos fósiles del Paleolítico medio y superior, hace entre unos 150.000 y 10.000 años.

El equipo ha analizado la zona D, situada en la parte más alta del gran abrigo rocoso y que constituye la entrada a la cueva. “Hemos interpretado los procesos que han generado los depósitos arqueológicos y hemos definido la secuencia arqueológica del sector, revisando, a su vez, la cronología radiocarbónica”, indica Jesús F. Jordá investigador del departamento de Prehistoria y Arqueología de la UNED y uno de los autores del estudio.
Lo singular de los depósitos analizados es su distribución, puesto que los científicos han detectado niveles con materiales atribuidos al hombre anatómicamente moderno –con restos tecnológicos del Auriñaciense– entre estratos con materiales producidos por neandertales –con instrumentos del Musteriense y del Chatelperronense–.

Los depósitos musterienses han sido datados entre 55.000 y 45.000 años antes del presente, mientras que los niveles superiores –relativos a las culturas Auriñaciense y Chatelperronense– permanecen aún sin datar.

Un ‘sándwich’ paleolítico
“Los humanos modernos ocuparon durante un tiempo la misma cavidad que, antes y después, fue habitada por grupos de neandertales”
“Sería una especie de sándwich en el que las rebanadas del pan se corresponderían con los estratos de materiales usados por los neandertales y el relleno lo formarían las capas con restos tecnológicos realizados por los humanos modernos”, explica Jordá.

Un ‘sándwich’ que sería la prueba que confirma la coexistencia de ambas especies en la zona cantábrica. “Los humanos modernos ocuparon durante un tiempo la misma cavidad que, antes y después, fue habitada por grupos de neandertales”, resume el investigador.

Los científicos de la Universidad de Oxford han empleado el procedimiento de ultrafiltración para eliminar la contaminación de los restos antes de proceder a su datación por radiocarbono. Este novedoso método –empleado en otras investigaciones por el mismo equipo– suele envejecer los fósiles, puesto que las fechas que se obtienen aplicando esta técnica ofrecen una mayor precisión, al eliminar al máximo la contaminación.
Las dataciones obtenidas proceden de huesos introducidos en la cueva por los grupos de humanos que habitaron la cavidad en el Musteriense. “Se trata de animales que tienen marcas inequívocas de haber sido manipulados y consumidos por el hombre, como fracturas y marcas de corte”, comenta Jordá.

Nuevas verificaciones “prometedoras”
El estudio se publica en un libro editado por el Museo Neandertal de Mettmann (Alemania) en homenaje a su director, el prestigioso arqueólogo alemán Gerd Christian Weniger.
A falta de verificar estos datos con nuevas investigaciones, los científicos –entre los que se encuentra Mario Menéndez, del departamento de Prehistoria y Arqueología de la UNED y director de las excavaciones en el yacimiento– recalcan que faltan por datar los niveles superiores de la cavidad.
Además, en los próximos meses se conocerán los resultados de la campaña que realizaron el año pasado, con investigadores del Museo Neandertal de Mettmann, en la que tomaron, tanto muestras de toda la secuencia para análisis micromorfológicos, como muestras de los niveles superiores para usar radiocarbono. “El futuro es prometedor pues esperamos verificar todo lo que planteamos en este trabajo”, adelanta el investigador de la UNED.

Referencia bibliográfica: Jesús F. Jordá Pardo, Mario Menéndez Fernández, Pilar Carral Conzález, José Manuel Quesada López y Rachel Wood. “Geoarchaelogy and chronostratigraphy of the middle-upper palaeolithic transition at the cave of La Güelga (Cangas de Onís, Asturias, Spain)”. Andras Pastoors y Barbel Auffermann (eds.). “Pleistocene foragers on the Iberian Peninsula: their culture and environment”, Wissenschaftliche Schriften des Neanderthal Museums, 7, Mettmann 2013.

Vía: www.agenciasinc.es

¿Existían armas de fuego en la prehistoria?

¿Es la historia de la humanidad una farsa? ¿Son muchas de las premisas en las que se basa la arqueología una flagrante estafa a todos los niveles? ¿Existen descubrimientos arqueológicos que obligarían a reescribir la historia del hombre tal y como la conocemos? ¿Qué se oculta sobre nuestro verdadero origen?.

Partiendo de la base imprescindible de la defensa de la heterodoxia y del pensamiento crítico, diré que si sólo existiera (mejor dicho, pudiera existir), un hombre sabio en posesión de la verdad absoluta, yo sería el primero en someterme al juicio de las opiniones y de los hechos. Todas estas cuestiones planteadas en la cabecera del presente informe entrarían a formar parte de una doctrina hereje para la arqueología oficialista que intenta dar respuesta a las incongruencias del pasado histórico así como aquellos hechos ante los que la ciencia se ve incapaz de explicar: la astroarqueología.

Esta es un corriente teórico que es definido como el  conjunto de hipótesis, excavaciones y restos arqueológicos que no se ajustan a la metodología arqueológica habitual. Si bien es cierto que los bastiones de la ciencia han regido por largos años los contenidos ilustrados en los libros de historia en la enseñanza secular, a menudo a esta no se le puede otorgar el papel de juez imparcial, ya que en muchas ocasiones esta se ve impotente ante la negativa de ser capaz de emitir un fallo imparcial, un veredicto definitivo e irrevocable. Errar no es pecado, siempre que uno entienda la provechosa lección de modestia: hay que guardarse de pronunciar juicios y condenas. Hay errores grandiosos y bravuconadas manifiestas y palpables.

No sería difícil formar una lista interminable de ejemplos de la ceguera de los pontífices que han sentado las erróneas bases del pensamiento moderno conocido por el hombre. Si antaño, el retoño favorito y predilecto del Estado, la Iglesia, defendía los bastiones de su doctrina, hoy en día, tanto la ciencia, la filosofía, la política, como aquellos poderes fácticos que nos gobiernan, podrían franquear las puertas del conocimiento con nuevas teorías e hipótesis. En una palabra, desbloquear el camino de las ideas revolucionarias. No me refiero a los visionarios que, todos los años, inventan una vez más el perpetum mobile.

Me refiero a los que podrían y pueden apoyar una revolución para romper los grilletes de la neo esclavitud que nos oprime. Mas, no interesa llevar a cabo lo mencionado, puesto que los libros habría que volver a reescribirlos, y, en consecuencia, se desencadenaría un efecto dominó de preguntas y respuestas a las que esos “iluminados” no podrían hacer frente. Aunque a menudo muchos de estos sujetos no se traguen entre sí, frente a los intrusos son… <<todos para uno y uno para todos>>. Así rodean con una muralla de obstinación ese territorio que irracionalmente se empeñan, a lo que parece, en considerar <<sagrado>>.

Los métodos que utilizan van desde lo sutil hasta lo agresivo; la medicina se dosifica según la gravedad del caso. A eso se le llama <<proporcionar los medios a los fines>>. El cliente molesto puede ser aplastado con killer-phrases (como denominan los americanos a un sarcasmo particularmente rudo), como un moscardón al que se mata con un papirotazo. Todo esto, y hasta la vanidad pinturera de los grandes ases de todas y cada una de las especialidades engañabobos, me parecería disculpable, si no fuera porque esa vanidad es el mayor obstáculo al progreso.
Pongámonos en su lugar. Tratemos de ser empáticos, aunque solamente sea por un momento, y admitamos que cuando uno se ve obligado a rendir fortaleza edificada durante mucho tiempo de quemarse las pestañas, el trago ha de saberle muy amargo Existe una arqueología prohibida para la ciencia que nos muestra inquietantes descubrimientos que, de revelarse ciertos, obligarían replantear todo lo se nos ha sido inculcado hasta la fecha de hoy.

Aunque muchos se resisten a aceptarlo, esos descubrimientos, esos vestigios, y esas <<pruebas>> circunstanciales existen, pese a que el mayor y más ferviente defensor de los escépticos trate de negarlo. No deja de ser sorprendente comprobar cómo algunas anomalías históricas son totalmente pasadas por alto por arqueólogos e historiadores, cuando no deliberadamente silenciadas.
Se trata, casi siempre, de hechos que no encajan dentro de las teorías elaboradas por los expertos y que su reconocimiento oficial podría resquebrajar el edificio académico con tanto esfuerzo construido. ¿Existieron y se usaron armas de fuego en la prehistoria? ¿Fueron nuestros tiempos pretéritos el escenario mudo de auténticos tiroteos al igual que en las viejas películas del oeste? ¿Por qué se acallan los descubrimientos que así parecen confirmar parte de estas fantásticas hipótesis?
 
Expediente abierto número 1: El bisonte de Moscú
En el Museo de Paleontología de Moscú está expuesto el cráneo de un bisonte, cuyo hueso frontal fue limpiamente atravesado por un proyectil. A día de hoy, este museo adscrito al “Paleontological Institute of Russian Academy of Sciences” sigue exponiendo en sus vitrinas el cráneo de un viejo bisonte que muestra en su frente un agujero perfectamente redondo que tuvo que ser consecuencia de un proyectil de una arma de fuego disparado a gran velocidad.

Figura 1. Este esqueleto de bisonte perteneciente al período neolítico está expuesto en el Museo de Paleontología de Moscú. Se puede observar con claridad un orificio limpio y sin grietas presente en la frente del animal. ¿Armas de fuego en el neolítico?
 
Como sabemos, este animal es originario de Siberia (Rusia). Este vivió en aquellas latitudes extremas cuando el hombre de la época no era más que un Neanderthal –según la cátedra oficialista de la arqueología-. Según los cálculos, se estima que el bisonte vivió durante el período neolítico (8.000 a 2700 A.C), una época durante la cual es sabido por los arqueólogos que se fabricaban rudimentarias armas elaboradas en piedra.

El modelo más perfeccionado que consiguieron elaborar los hombres del neolítico fue el hacha de piedra. Un golpe de hacha elaborada con ese material simplemente habría destrozado ese cráneo, y en ningún caso hubiera conseguido formar un agujero tan perfecto o, en todo caso, no hubiera podido producirse un agujero perfectamente regular y sin grietas a su alrededor. No es así, y lo cierto es que estamos ante un orificio efectuado limpiamente. ¿Disparos con armas de fuego en el neolítico? Parece un disparate a simple vista, una circunstancia imposible en aquel tiempo.
Y, sin embargo, ahí está expuesto en Moscú. Ante semejante fenómeno, expertos en balística y arqueólogos no salieron de su asombro. No obstante, ¿qué opinan sobre este cráneo de bisonte los “eruditos” de las cátedras academicistas ortodoxas? En primera instancia, la ciencia supuso que la causa fue, ¡un impacto de jabalina u de otro tipo de arma arrojadiza! ¡Parece mentira la desfachatez de los científicos en ciertas ocasiones! ¿Acaso no tuvieron en cuenta que ese poder de penetración no lo tiene en ningún caso una arma como una jabalina sino, en todo caso, la fuerza de un proyectil de tamaño mayor? ¿A quién pretenden engañar? En fin…

No debemos sorprendernos que ante la falta de argumentos y recursos, muchos de estos estudiosos realicen invenciones fuera de toda lógica con tal de desprestigiar las hipótesis que, por muy irracionales y descabelladas que puedan parecer, esconden en sus cimientos grandes verdades ocultas. Uno de los recursos empleados por parte del oficialismo arqueológico con tal de desmentir la teoría del orificio causado por un impacto de proyectil por parte de un arma de fuego fue el atribuir al origen de este agujero causas naturales. En este caso, ¡el impacto de un meteorito! ¡Es una sandez, y sin embargo, es el principal argumento de los arqueólogos ortodoxos!

Por muy prestigiosos que sean estos “expertos”, por muy inteligentes que alardeen ser, y por muchos reconocimientos que estos tengan en su haber –otorgados en el 100%  de los casos por parte de la cátedra fraudulenta del oficialismo científico- , esta no deja de ser una teoría muchísimo más descabellada que la que yo expongo –entiéndase, obviamente, que no he sido yo el primero en plantearla, puesto que Erich Von Däniken hizo alusión a esta posibilidad en su libro El Mensaje de los Dioses-.
Figura 2. El Mensaje de los Dioses, obra ilustre del escritor suizo Erich Von Däniken.
¿De veras se imaginan un meteorito atravesando la atmósfera, y, una vez este se desintegrado, impactando justo en el centro del cráneo del bisonte expuesto anteriormente? ¡Es una teoría totalmente absurda e improbable pese a que muchos expertos hayan hecho mención a esta como a la causa del agujero en el cráneo del bisonte! Sin lugar a dudas se trata de una pregunta difícil de contestar… ¿Quién tenía y disparaba armas de fuego 8.000 años A.C?
 
Expediente Abierto número 2: El Cráneo Prehistórico de Moya
En Moya, una pequeña localidad de Cataluña, se descubrió un cráneo prehistórico de singular interés, pues este mostraba en el centro de su frente una herida sufrida por el impacto de una bala. Más extraordinario es aún que, tras ser analizada la herida, quedó demostrado que el individuo en cuestión siguió viviendo después de haber recibido el impacto.

¿Cómo era el espécimen de Moya?
Se estimó que era un hombre moderno, de la raza “Cro-Magnon”, el cual vivió aproximadamente hace unos 6000 o 7000 años. Presentaba una altura de 170 centímetros -muy superior a la media del tiempo en el que vivió, y se estimó que murió a los 50 años de edad, superando, en consecuencia, la media de la esperanza de vida de aquel entonces.

¿Dónde se encontró?
En la Cova de Toll. Dicho emplazamiento es una de las tantas y tantas cavidades abiertas en los terrenos de naturaleza predominantemente calcárea correspondientes al Eoceno,  la segunda época geológica del período Paleógeno en la Era Cenozoica.

De hecho, tanto esta cueva como la de las Toixoneres, sirvieron de refugio y de cámaras sepulcrales a los humanos de aquellas épocas. Las excavaciones, iniciadas en los años cincuenta (la entrada principal fue descubierta el 29-10-1954) evidencia la presencia de una riquísima fauna en este lugar, que es considerado por los expertos como una de las zonas con mayor riqueza de especies animales del cuaternario, y que se corresponde con la última glaciación de esa era o Período Wurm.
La cueva tiene 1148 metros de profundidad si bien solamente pueden ser visitados 158 de los que algo más de cien corresponden a la Galería Sud que es la que fue ocupada por los primitivos neanderthales y por posteriores asentamientos.

Figura 3. Cráneo de Moya. ¡Véase el perfecto orificio en la frente del cráneo!
HIPÓTESIS ARQUEOLÓGICAS OFICIALISTAS:
 
1ª Hipótesis: Impacto de una piedra
Como en otras ocasiones, se ha especulado con la posibilidad de que la perforación hubiera sido producida por el impacto de una piedra en la frente o la punta afilada de alguno de los utensilios utilizados por el hombre primitivo. Sin embargo, un traumatismo de este tipo hubiera dejado astillado el hueso y, desde luego, hubiera producido un orificio mucho más irregular. Como he mencionado con anterioridad en el caso del cráneo del bisonte de Moscú, un golpe efectuado con una de las rudimentarias herramientas de las que se disponía en esa primitiva época, habría dejado una protuberancia craneal astillada, y, muchísimo más irregular de la que podemos observar.
 
2ª Hipótesis: Una trepanación
La trepanación es una práctica médica que consiste en agujerear el cráneo. Antiguamente se realizaba con el objetivo de eliminar enfermedades consideradas de origen cerebral, mientras que en la actualidad se emplea como acceso quirúrgico en algunas operaciones de neurocirugía, como es el caso de tumores cerebrales. No obstante, debido a la localización del agujero así como por el tamaño que presenta el mismo, dicha hipótesis queda prácticamente obsoleta.
 
3ª Hipótesis: Una infección dental
Expertos llegaron a la conclusión de que el espécimen debió sufrir una fuerte infección dental localizada en la mandíbula superior,y, en consecuencia, este desarrolló sinusitis, enfermedad que le perforó el hueso frontal. No obstante, dicha patología no fue la causa de la defunción, y es sabido que el ejemplar sobrevivió a la mencionada enfermedad. A priori, está explicación es la que satisface a todas las partes implicadas en la investigación, ya que, descarta -en opinión de los estudiosos ortodoxos del caso- la <<improbable>> e irracional hipótesis del moderno proyectil de arma de fuego disparado en la antigüedad contra aquél ser prehistórico.
 
HIPÓTESIS ASTROARQUEOLÓGICAS

1ª Hipótesis: Un rayo láser disparado por un ser extraterrestre
Les propongo un pequeño ejercicio de imaginación en esta primera hipótesis. No les pido que crean nada de lo que leerán. Simplemente, tómenselo de manera deportiva y analicen el trasfondo de los hechos. ¿Es una especulación? Sí, pero tanto esta como la imaginación son las únicas herramientas que nos pueden permitir alcanzar un mayor progreso.
Empecemos. Remontémonos al pasado en el que el hombre era aún un homínido primitivo carente de lógica, inteligencia, y raciocinio propios. Imaginemos que una nave extraterrestre de pilotada por antiguos cosmonautas aterriza en un paraje desolado del planeta Tierra con el fin de realizar una misión de reconocimiento, por ejemplo.

Una vez la nave nodriza aterriza, se encuentra un grupo de homínidos que, en actitud de sorpresa y asombro ante el encuentro con esos extraterrestres, toma del suelo piedras y toma una actitud defensiva para hacer frente a esa amenaza. Al ver que los homínidos están dispuestos a apedrearles, uno de los extraterrestres, pongamos como ejemplo, el comandante de la expedición, toma una vara similar a la que se describe en el Libro de Moisés, la extiende, y fulmina a uno de los homínidos disparándole un rayo láser que atraviesa al simiesco ser de derecha a izquierda. Al caer fulminado el homínido, los demás miembros del clan simiesco huyeron despavoridos, y, el comandante de la nave, el brazo ejecutor y verdugo, pensó: “este hecho será motivo de debate en el futuro de este planeta”

2ª Hipótesis: Un disparo de rifle automático 
 Imaginemos, de nuevo, a la expedición de antiguos astronautas. Pero, en esta ocasión, en un paraje y en un contexto distintos al anterior. Pongamos que el escenario es ahora un país muy boscoso. Los miembros extraterrestres de la escuadrilla expedicionaria bajan de su nave y se ponen a seguir el curso de un río, explorando los alrededores, en busca de vida. De pronto, se topan frente a un árbol, el cual uno de los extraterrestres ve cómo este agita sus ramas. Supone que es 1 ser primitivo de ese planeta desconocido y decide sacar su rifle automático.
Apunta y dispara. Este falla puesto que el primitivo ser, -como se de una premonición se tratara- salta exaltado hacia una rama próxima y esquiva así el proyectil. La bala, describe una parábola curvada y, acaba cayendo, sin ya apenas fuerza, hacia la tierra, impactando en la frente del animal cazador. En la cueva, hogar de los simiescos cazadores, se encuentras las mujeres y los niños, quienes aguardan impacientes a los cazadores, ya que tienen hambre. Estos hacen acto de presencia, lanzan al suelo las piezas de carne obtenido, supongamos que alguna ave, por ejemplo.
De pronto, el jefe de los cazadores cae desplomado al suelo, puesto que de su frente empieza a brotar sangre… Los miembros del clan acuden socorrerle, llaman al brujo del grupo, y este, extrae con mucho cuidado el proyectil de su frente. El brujo dice que pese a que el Dios del trueno le ha atacado, el líder cazador sobrevivirá.
 
CONSIDERACIONES IMPRESCINDIBLES
1) El orificio del cráneo es completamente circular, por lo que podemos descartar que este hubiera sido causado por una lanza con punta de sílex, ya que esta arma habría producido en el cráneo una fractura del tipo irregular, y no tan perfecta como la que vemos.
2) El angulo del supuesto proyectil del arma de fuego causante de la herida era de arriba a abajo y ligeramente de derecha a izquierda
3) El orificio del cráneo se abría en el hueso frontal y daba directamente al seno frontal derecho.
4) En consecuencia, la bala debió quedar alojada en el seno frontal derecho.
 
Expediente Abierto número 3: El cráneo de Broken Hill
En el año 1921, el prestigioso British Museum recibió un cráneo humano que fue encontrado en unas circunstancias cuanto menos, curiosas. Pues, este fue hallado en Zambia, en la antigua Rodhesia del Norte por dos trabajadores de una mina de Zinc. Estas personas se dedicaban a terraplenar una colina de no más de 20 metros de altura llamada Broken Hill. 
 
Los dos trabajadores hallaron en la colina una pequeña galería de difícil acceso, pues estaba obstruida por una gran acumulación de rocas que taponaban la entrada. Una vez limpiaron la entrada de la misma se dieron cuenta de que esta desembocaba en una cueva de tamaño considerable, la cual estaba infestada de restos humanos, por lo que creyeron que se trataba de una antigua zona de enterramientos de la prehistoria.
Se realizó un trabajo de recuperación rudo, pues no se tuvo especial delicadeza a la hora de sacar los restos humanos de la galería. Pocos fueron los huesos que acabaron en manos de los paleontólogos profesionales. Uno de los restos que llegó a sus manos presentó las características siguientes:
  * Grandes arcos supracilares
* Fisionomía del tipo neanderthaloide
* Frente huidiza  
 
En todo trabajo de prospección arqueológica, sea el emplazamiento que sea, es necesario llevar a cabo un análisis estratigráfico en condiciones, analizar las unidades estratigráficas del mismo y separar los diferentes restos hallados según el estrato en el que se hayan encontrado  para establecer un marco cronológico de referencia, etc. En esta caso, no se hizo ese trabajo en óptimas condiciones. En consecuencia, la datación de los restos fue menos precisa de lo que debiera ser.
Los restos de este espécimen fueron clasificados en la estirpe filogenética  humana y fue bautizado por los paleontólogos como el “Hombre de Broken Hill” y como el “Hombre de Rodhesia“. Ambos nombres son válidos para referirse a esta espécimen. Finalmente, fue bautizado como “Neandertal Africano”
 
¿Qué se hizo con esos restos?
Tras analizarlos en primera instancia, se llegó a la conclusión de que este ser había vivido aproximadamente hace 1 millón de años y  que había sufrido, como en casos anteriores, una enfermedad dental que le causó una infección. No obstante, tras estudiarlos con más detenimiento se dieron cuenta de un detalle inusual y sorprendente, ¡el Neandertal presentaba dos orificios de igual diámetro en ambos lados del cráneo! El profesor berlinés Mair emitió un veredicto revolucionario, ¡parecían orificios de entrada y salida provocados por el impacto de una bala moderna!

Figura 4. Cráneo de Broken Hill. ¿Armas de fuego en la prehistoria? ¿Fraude o intervención extraterrestre?
 
HIPÓTESIS ASTROARQUEOLÓGICAS
1ª Hipótesis: Disparo de un cazador “moderno” en la prehistoria
La audaz hipótesis de que un rayo láser, una arma de fuego u otro artilugio similar hubieran sido el brazo ejecutor de semejante orificio podría satisfacer las incongruencias que presentan ciertos argumentos y teorías oficialistas. No obstante, el suponer que este fuera el cráneo de un “superviviente” -entiéndase esta palabra como que los restos del ser no se perdieron en el olvido- que acabó pereciendo como consecuencia de un disparo no resuelve la siguiente pregunta: ¿ por qué entonces, los restos de este “Hombre de Rodhesia” fueron hallados en el interior de una cueva? Una vez más, la ciencia se encogió de hombros y se echó las manos a la cabeza. ¡Sandeces de un idealista temerario! Dirían…
 
HIPÓTESIS ARQUEOLÓGICAS OFICIALISTAS
 
1ª Hipótesis: Acromegalia
 Esta hipótesis fue la que sostenía la teoría del Doctor Jack Cuozzo. La podemos encontrar en su obra Buried Alive: The starling about Neandethal man.
Como era de esperar, el clamor científico no se hizo esperar, pues la teoría fue objeto de discordia entre evolucionistas darwinianos y creacionistas ortodoxos. Desgraciadamente, entre los restos no se halló la mandíbula inferior que, al parecer, hubiera ayudado en un diagnóstico más certero.
 
2ª Hipótesis: Una Trepanación
El Dr. Jack Cuozzo sometió el cráneo de Broken Hill a diversos análisis y pruebas, llegando a la conclusión de que los agujeros no podían deberse a una trepanación.

Figura 5. El Doctor Jack Cuozzo dando una conferencia
En primer lugar, la trepanación, una de las prácticas más antiguas practicada por el hombre tanto por cuestiones médicas como religiosas, no explicaría la presencia de un segundo agujero, mucho más grande que el primero, justo debajo del primero, en el hueso occipital.
Dada la antigüedad de los restos -entorno al millón de años, como he mencionado con anterioridad- como, sobre todo, por la forma y aspecto de los agujeros, se estimó que dicha hipótesis no era sostenible, pues simplemente se concluyó que los agujeros en cuestión no tenían explicación lógica alguna.
CONCLUSIONES FINALES:
Los misterios año tras año se amontonan en los estantes de los casos sin resolver los investigadores. Estos acumulan polvo a la espera de que un audaz paladín pueda arrojar luz sobre la oscuridad en la que se ven envueltos estos enigmas…
 
Mis ojos pueden ver una realidad, los tuyos otra… mas, ¿no es más lógico creer que si reunimos todas estas opiniones nos acercaremos todos juntos más hacia la verdad?
Parece que esos cráneos se ríen ante el desconcierto que suscitan los mismos ante nuestros ojos. ¿Cuál es su historia? ¿Qué nos contarían si pudieran volver a la vida? Todas las teorías merecen ser escuchadas, por muy irracionales y descabelladas que parezcan, pues todas esconden algo de verdad en sus cimientos, algo que merece la pena escuchar.
 
Ya que, tal y como decía el ilustre Albert Einstein: “Lo que sabemos es una gota de agua. Lo que ignoramos, es un océano”
 
Fuente: granmisterio.org

La cultura Maya no estuvo aislada

Las profecías mayas sobre el fin de los tiempos no sólo despertaron la curiosidad y la superstición popular, sino el interés científico por esta civilización asentada durante casi tres milenios en las tierras que hoy corresponden a México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador.
 
Si hace unos meses se difundió la teoría de que el cambio climático pudo suponer el colapso del esplendor maya, alrededor del siglo XI, un estudio de la Universidad de Arizona que hoy publica “Science” sugiere que este pueblo pudo haber desarrollado su cultura y arquitectura por contacto con otros grupos. Hasta ahora se daba por buena la teoría de que los mayas eran la continuación de los olmecas, la “cultura madre” de las civilizaciones mesoamericanas, o que habían surgido “espontáneamente” sin vínculos ni influencias de otros pueblos.

Takeshi Inomata, Daniela Triadan y su equipo de investigadores sostienen que ninguna de estas teorías puede contar la historia completa de los mayas. “En términos de los orígenes de la civilización maya del bajío, su relación [con los olmecas] es siempre el foco de debate. Ahora decimos que probablemente no fueron sólo los olmecas, sino varios otros grupos –por ejemplo, los asentados en Chiapas central y en la costa sureña del Pacífico– quienes mantuvieron importantes interacciones con los mayas”, explica Inomata.
Cuando las comunidades sedentarias comenzaron a aparecer en las tierras bajas mayas del sur de México, Guatemala y Belice, durante el conocido como Periodo Preclásico Medio –entre los años 1.000 y 700 A.C.–, los olmecas de la Costa del Golfo ya estaban bien establecidos en regiones cercanas, sostienen los estudios tradicionales. Ellos habrían aportado el arte y las estructuras políticas a otras poblaciones. Así, el centro costero olmeca de La Venta presenta estilos arquitectónicos reconocibles en el enclave maya de Ceibal. Pero Inomata y su equipo, a través de mediciones de datación mediante radiocarbono, hacen retroceder algunas estructuras ceremoniales en Ceibal, como plazas y plataformas, dos siglos antes del desarrollo de La Venta. Eso supondría que las pirámides en Ceibal probablemente se originaron tras amplios intercambios culturales que se dieron a lo largo del sur de Mesoamérica desde 1.150 a 800 A.C.

Cambio social

“El principal complejo de Ceibal está compuesto por un área de plaza, una plataforma occidental o pirámide y un montículo. Esto es generalmente conocido como un ‘Conjunto Grupo-E’, y pueden ser encontrados a lo largo de Mesoamérica”, dice Inomata. Varios investigadores se han resistido a usar el término para referirse a las estructuras de La Venta, dado que éste fue originalmente acuñado para describir la arquitectura maya, pero Inomata y su equipo argumentan que las construcciones ceremoniales de La Venta también deberían ser clasificadas como Conjuntos Grupo-E: “Posiblemente, sus usos fueron muy similares”.
Considerados en su conjunto, los hallazgos no sugieren que la civilización maya fuera anterior a la olmeca, ni que los mayas se hayan desarrollado independientemente, sino que los mayas participaron activamente en un importante cambio social que se dio en una amplia área. “Estamos viendo esta nueva forma de arquitectura, la cual probablemente refleja una nueva forma de sociedad y orden social que no emergió desde un centro como el olmeca de la Costa del Golfo, sino a través de amplias interacciones entre diversos grupos, incluyendo a los mayas del bajío”.

Vía: www.abc.es

La Bastida: El misterio de la tumba 18

La Bastida está a la espera de la financiación que permita seguir desvelando los secretos que atesora este asentamiento de hace 4.000 años, al que comparan con la ciudad de Troya

Corre el año 2200 antes de Cristo. El ocaso se cierne sobre el Imperio Antiguo de Egipto y sus pirámides; no muy lejos, Mesopotamia también entra en declive tras vivir una época dorada con el poderoso Sargón de Akkad, fundador del imperio acadio. Pero a miles de kilómetros, en el sureste de la península ibérica, otra sociedad florece encaramada en una colina, entre la rambla de Lébor y el barranco Salado. La Bastida, en Totana, conocida popularmente como la Troya de Murcia, todavía sorprende hoy a los arqueólogos porque supuso una ruptura con el mundo que se conocía entonces, al inicio de la Edad del Bronce, en la Europa Occidental. Claro que hubo en épocas anteriores otros asentamientos complejos (como Los Millares en Almería o, más próximo, el de Cabezo Cueva del Plomo, cerca de Bolnuevo), pero no tan monumentales y desarrollados en sus trazados, y menos aún con esa especialización en arquitectura militar. Así, La Bastida surge, aún en la prehistoria, como una poderosa ciudad, habitada por mil almas y protegida por una imponente muralla, capital de unos dominios que se extendían por el Valle del Guadalentín, probablemente desde Mazarrón a Barqueros. Para buscar algo parecido hay que mirar hacia Oriente, de ahí la comparación con la legendaria ciudad citada en La Iliada. «Solo le falta la escritura para entrar en el club de las grandes civilizaciones», remarca Rafael Micó, uno de los cuatro codirectores del proyecto La Bastida. Puede que ésta sea la próxima sorpresa que arroje el yacimiento, aún con secretos por desvelar.

¿Quién ideó esa urbe tan bien amurallada? ¿Por qué se eligió ese emplazamiento en un cerro perdido? ¿Tenían enemigos? ¿De dónde procedía su alta cualificación militar? ¿Cómo vivían y de qué morían los habitantes de esa ciudad? ¿Por qué desapareció? La campaña de trabajos llevada a cabo durante los últimos cuatro años (2009-2012) ha permitido dar respuesta a algunas de esas cuestiones. Pero sobre La Bastida aún sobrevuelan muchos interrogantes, que los expertos esperan resolver si llegan los fondos para seguir adelante con las investigaciones. Porque, de momento, las labores se mantienen al ralentí con las únicas aportaciones de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), mientras se espera que cristalicen las promesas de la Administración para seguir financiando los trabajos. A la vez, se busca ayuda privada procedente de empresas de la zona, para abrir más el abanico de posibilidades. Micó considera que «las perspectivas son buenas» y confía en que en breve se disponga de un presupuesto cerrado con el que seguir adelante y evitar que el abandono se repita en La Bastida. Porque este yacimiento, conocido desde 1869, «ha sido maltratado debido al expolio y a que no ha habido una continuidad en la excavación y en la conservación».

La Bastida, perteneciente a la cultura argárica, una sociedad urbana, guerrera y con conocimientos avanzados en metalurgia y cerámica, ha recuperado protagonismo gracias al trabajo emprendido por el equipo de la UAB que codirigen, además de Micó, Vicente Lull, Roberto Risch y Cristina Rihuete. En la campaña que acaban de terminar han aflorado vestigios que permiten arrojar luz sobre esta comunidad, una de las más grandes de la época. Queda claro que un grupo dominante, del que no se descarta vínculos con Oriente, decidió levantar la ciudad en ese cerro de la sierra de Tercia porque su ubicación estratégica les aseguraba una buena protección, pese a encontrarse alejada de las zonas de cultivo y pastoreo. En esta «guarida», como la define Rafael Micó, podrían mantener a salvo su estatus a costa de someter a otras aldeas de menor rango de los alrededores, que debían pagarles tributos en forma de materias primas y a cambio de no ser atacadas. Porque el Argar es otro mundo, del que desaparece el modelo de convivencia anterior basado en que todos los individuos colaboran en las mismas condiciones por el bien y la prosperidad de la comunidad. Esa filosofía cooperativa se rompe ahora, y se impone un sistema desigual en el que es la clase dominante la que ostenta sus privilegios apoyándose en la fuerza, la violencia y la explotación.

Los arqueólogos que han estudiado La Bastida se decantan por la hipótesis de que ese grupo trajo consigo unos conocimientos militares que le permitieron levantar el sistema defensivo que ha salido a la luz en esta campaña. Micó comenta que los casos más parecidos de construcciones militares se han hallado en Palestina, Israel y Jordania, además de la ciudad de Troya. Esa posición de dominio hace pensar a los investigadores que, en sus buenos tiempos, el yacimiento de Totana ejerció como una auténtica capital, que custodiaba un amplio territorio formado por pequeños núcleos que abastecían de alimentos y herramientas a la urbe. No muy lejos también se ha localizado y excavado La Tira del Lienzo, un poblado secundario que ejerció labores de apoyo a La Bastida para el control administrativo de los bienes.

Una muralla maciza
La muralla protege, de arriba a abajo de la montaña, el lado norte del asentamiento, el menos resguardado, ya que los otros flancos están cubiertos por los cauces de la rambla de Lébor y el barranco Salado. Pero no es un recinto fortificado como los que se conocían hasta entonces en esta parte del continente. «En el Cabezo del Plomo, por ejemplo, sus habitantes forman una sociedad doméstica que se parapeta detrás de unos muros. Pero La Bastida es otra cosa. Se trata de una fortificación espectacular con una muralla dotada de torres cuadradas y macizas», indica Micó. Sus constructores demuestran tener conocimientos en poliorcética, el arte de atacar y defender las plazas fuertes. Los arqueólogos han encontrado una puerta en recodo, lo que en caso de invasión dificulta la entrada del enemigo. Y no solo eso, también se ha descubierto una poterna, una puerta secundaria camuflada en la muralla que permite atacar a traición a los adversarios.

De la sociedad violenta que habitó esta capital argárica dan cuenta también los ajuares hallados en las tumbas. «Antes había muchos objetos que podían hacer daño, como un cuchillo o un punzón. Pero ahora se diseñan las primeras armas de la prehistoria, fabricadas expresamente para matar, como alabardas y espadas», indica el codirector de las excavaciones y catedrático de la UAB. Estos objetos forman parte de los ornatos que acompañan al más allá, siempre en tumbas de hombres. En el Argar, los muertos reciben sepultura bajo las casas, generalmente en cistas y vasijas de barro. Pero no todos. Los investigadores tratan de averiguar por qué solo una minoría era enterrada dentro del poblado, debajo de las viviendas. «Desde luego no era una cuestión de clases, porque hemos encontrado tumbas con ajuares más o menos ricos. Puede que solo fueran sepultados miembros de determinados linajes», avanza el catedrático de Prehistoria.
El equipo de La Bastida ha excavado 83 sepulturas que han mostrado una enriquecedora información. Por ejemplo, que la mortalidad infantil era muy elevada, ya que el 40% no llegaba a cumplir el año de vida, y que el destete de los infantes se producía entre el tercer y el duocécimo mes. Eso hace pensar que la natalidad también registraba niveles altos, debido a que cuando la mujer deja de amamantar, su cuerpo vuelve a generar la hormona que permite la ovulación. Los investigadores también han encontrado huesos con marcas de traumatismo por golpes o armas blancas, y señales de enfermedades infecciosas, como la meningitis, lo que puede vislumbrar cuáles eran las condiciones de salubridad del poblado. La mayoría de los enterramientos eran individuales; si aparecen dobles son, por lo general, de adultos de distinto sexo, de adulto y niño o de dos niños. La tumba que más intriga es la marcada con el número 18. Es un caso único porque han aparecido los cuerpos de dos guerreros. Las pruebas de ADN no han permitido aclarar si eran hermanos o guardaban otro parentesco. Los expertos no descartan que pueda tratarse de una pareja homosexual, y sustentan esta hipótesis en el hecho de que a los pies de la vasija que contenía los huesos de ambos hombres apareció un cenotafio, esto es, una tumba pero sin restos humanos, lo que ha hecho suponer que este elemento simboliza una «unión estéril».

La tumba 18 es un misterio, pero La Bastida atesora más incógnitas. Así no está aún del todo claro cómo desapareció esa gran ciudad. En sus cuatro hectáreas y media vivían unas mil personas. El cerro se aterrazó para levantar las casas, separadas por estrechísimos callejones. Para hacerse una idea, desde lejos el asentamiento ofrecería una estampa parecida a la que muestra Mojácar, colgada en una ladera. Las viviendas estudiadas son de planta alargada, «sólidas y bien construidas», de entre 20 y 90 metros cuadrados con paredes enlucidas con barro y cal. Dentro se han localizado zonas de talleres para la elaboración de vestidos, cerámica, objetos de hueso... También ha salido a la luz una balsa monumental con capacidad para 300.000 litros de agua, la más grande de Europa. La zona excavada y documentada corresponde a un barrio de «la clase intermedia». Por encima (un 10% de la población) se situaría la casta privilegiada, y en el último escalón, la servidumbre y los esclavos (un 40% del censo). Micó explica que en el asentamiento no se han hallado, de momento, zonas públicas, como plazas, templos o lugares de decisión política. Eso sí, los investigadores pretenden ampliar los trabajos (si llega el dinero) a la zona alta del cerro, donde residiría la élite. Esa área podría arrojar nuevos detalles acerca de aquel grupo dominante con conocimientos militares que 'fundó' el poblado. Hay algunos indicios que apuntan por ese camino. Por ejemplo, los restos de un edificio de grandes dimensiones y una cámara de piedra (de dos metros de largo por uno de ancho) que contenía los restos de una mujer con un rico ajuar. Esta es la tumba más importante localizada hasta el momento.

En esa sociedad clasista, la mujer ocupaba «un papel importante en la transferencia de los derechos y en la gestión del poblado». El catedrático de Prehistoria señala que era una comunidad «matrilocal». Esto es, las mujeres «nacían y se criaban con sus familiares femeninos en la ciudad, y los que se marchaban cuando se casaban solían ser los hombres». El modelo apenas tuvo que cambiar en los seis siglos que perduró La Bastida. Las investigaciones apuntan a que fue una sociedad rígida, centralista y estandarizada hasta en los últimos detalles, como demuestra la cerámica hallada en la excavación. En esos seiscientos años, los modelos de vasijas no variaron. El control de sus dirigentes llegó hasta ese extremo.

Lo que no pudo evitar esa poderosa casta privilegiada fue que a La Bastida también le llegara su fin. Hacia el año 1600 antes de Cristo se abandonó el asentamiento. Desde luego, no fue por un hecho violento, por ejemplo, una invasión, porque no se han hallado indicios de casas arrasadas por el fuego. Sus habitantes se mancharon casi con lo puesto: los utensilios, pertenencias y objetos menos pesados que pudieron llevar con ellos. El despoblamiento se produjo en poco tiempo. Hay quien apunta a que La Bastida creció tanto que terminó por agotar los recursos naturales del entorno. Esa crisis ambiental, unida a una revuelta social, pudo provocar el colapso definitivo. «Fue una bomba, porque se desplomó todo el sistema y organización territorial», remarca Micó. Los habitantes se desperdigaron, en un regreso al modelo anterior de subsistencia, y La Bastida no volvió a florecer nunca más. Hasta ahora, que sale a la luz su legado.

Por: MIGUEL RUBIO
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Arqueólogos descubren una antigua presa de vino en Israel

La instalación pudo servir para la exportación de la bebida hacia Europa hace más de mil años

JERUSALÉN.- Los trabajos preparatorios para la construcción de un jardín de eventos en el sur de Israel hicieron posible el hallazgo de un tesoro arqueológico del período bizantino: la mayor presa de vino del país encontrada hasta ahora, que data de hace aproximadamente 1400 años y que podría haber servido como instalación clave en una industria de exportación de vino a Egipto y Europa en la época bizantina (324-638).

Como parte de sus tradicionales “excavaciones de salvamento”-destinadas a garantizar que no sean arruinados sitios de valor arqueológico cuando se realizan trabajos de desarrollo e infraestructura- la Autoridad de Antigüedades de Israel llevó a cabo trabajos en la zona de Hamei Yoav y encontró en el lugar restos de una localidad que data del período bizantino. La presa de vino es su elemento más destacado, que los arqueólogos calificaron de “impresionante”, tanto por su tamaño como por su forma octogonal, poco común en aquellos tiempos.

La presa, de una superficie superior a los 100 m2, tiene un área central rodeada por seis compartimientos utilizados para la fermentación de las uvas; además posee dos cavidades usadas para la recolección del vino y todo conectado por un sistema de cañerías, según explicó Rina Avner, directora de la excavación.
Se estima que el dueño de la presa era cristiano, dado que en el lugar fue hallada una lámpara (o linterna) de cerámica en excelente estado decorada con formas de cinco cruces religiosas, cuyas figuras se proyectan sobre el techo, paredes del lugar y otras superficies al encenderla con fuego.

Sa’ar Ganor, arqueólogo del distrito de Ashkelon en la Autoridad de Antigüedades de Israel, comentó que en los alrededores de Hamei Yoav fueron halladas otras tres presas similares, aunque de menor tamaño e imponencia y que todas se encuentran en la carretera que conectaba la zona de Beit Guvrin con la antigua Ashkelon y su puerto. “Seguramente esto era parte de un esfuerzo de exportación del vino”, señaló.

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Demostrado, los Hombres jamás podrán entender a las Mujeres

Aviso a navegantes: este post está lleno de lugares comunes, pero no es (sólo) culpa del redactor.
Hasta ahora, sin base científica que lo sustentara, hombres y mujeres estábamos de acuerdo en una cosa, principalmente: los hombres no entienden a las mujeres. Puede que a vosotras os desesperara y sonara a excusa esta expresión, pero el investigador alemán Boris Schiffer acaba de demostrar (¿?) que los varones estamos genéticamente incapacitados para entender a las féminas. ¡Ahí queda eso!

Según el estudio de Schiffer, que trabaja en el Hospital Universitario de Duisburgo-Essen, nosotros no somos “capaces de entender la mente de ellas, ni deducir lo que piensan o sienten”. Para demostrarlo, el investigador y su equipo tomaron como cobayas a 22 hombres con edades comprendidas entre 21 y 52 años. Los individuos fueron sometidos a una resonancia magnética a la vez que veían 36 imágenes con los ojos de 18 hombres y otras tantas mujeres. Tenían que explicar si la mirada de cada fotografía era de desconfianza o de temor.

La resonancia magnética concluyó que las partes del cerebro masculino que están ligadas a la emoción no se activaban con tanta determinación ante los ojos de las mujeres, de forma que los caballeros dudaban en el momento de tomar una decisión ante ellas y erraban en su diagnóstico con mayor frecuencia que ante los ojos de otro hombre.

Lo que no aclara el estudio del equipo de Schiffer es el motivo por el que ocurre esto. Se limita a decir que puede estar relacionado con el pasado evolutivo de la especie humana, un argumento bastante poco sólido. Quizá podrían haber completado su labor investigadora echando mano del Manifiesto masculino (2001), según el cual hay una verdad absoluta que aplica a todos los hábitos de comportamiento del varón: LOS HOMBRES SOMOS SIMPLES.

Fuente: http://blogs.20minutos.es