El ser humano ya vivía en las tierras altas andinas hace 7.000 años

Yacimiento de Machu Pichu en Perú. EFE

Cinco enfoques científicos diferentes tuvieron que ser combinados para que un equipo de la Universidad de Wyoming, junto a otras casas de estudio e instituciones peruanas, pudiera concluir que los primeros asentamientos humanos permanentes en los Andes datan de hace más de 7.000 años.
Ello fue posible gracias al análisis de restos humanos de 16 personas y de cerca de 80.000 artefactos arqueológicos hallados en la zona de Soro Mik'aya Patjxa, en el sureste peruano (Puno), a más de 3.800 metros sobre el nivel del mar.

El documento, publicado en la revista de la Royal Society Open Science, señala que la ocupación permanente de las alturas andinas se inició tentativamente con cazadores-recolectores alrededor de 9.000 años atrás, “según estimaciones arqueológicas actuales, aunque ello actualmente es debatido”, pues no había certeza de si estos asentamientos duraban el año entero o si eran desmontados en épocas frías, para migrar a zonas más cálidas y fértiles.

El reciente estudio demuestra que estos hombres y mujeres lograron sobrevivir en estos lugares antes incluso del advenimiento de la agricultura, expuestos a las bajas temperaturas y la falta de oxígeno.

"Esto nos da una base muy sólida para ayudar a entender las tasas de cambio cultural y genético en las tierras altas andinas, una región conocida por la domesticación de la alpaca, patatas y otras plantas, surgimiento de la complejidad política y económica a nivel estatal Adaptación a la vida de alta elevación", dice Randy Haas (izquierda), un asociado de investigación postdoctoral en el Departamento de Antropología de la Universidad de Wyoming y el líder del equipo.

En el caso de los restos humanos, el equipo estudio sus isótopos de oxígeno y carbono para una datación exacta; asimismo, las distancias de viaje desde el sitio hasta las zonas de baja elevación; la mezcla demográfica de los restos humanos; y los tipos de herramientas y otros materiales encontrados con ellos.

Los científicos encontraron bajos valores de isótopos de oxígeno y carbono en los huesos, evidenciando inequívocamente ocupación permanente en la altura; las distancias de viaje revelaron ser demasiado largas para la migración humana estacional; la presencia de mujeres y niños pequeños significaba que esa migración era aún más improbable; y casi todas las herramientas halladas estaban hechas con piedra natural de la zona.

La zona habitada por los primeros pobladores permanentes de los Andes, hace 7.000 años (Foto: Lauren Hayes).

"Estos resultados constituyen la evidencia más fuerte hasta la fecha de que las personas vivían todo el año en las tierras altas de los Andes por lo menos hace 7.000 años", dice Haas.
"Tales entornos de altitud elevada estaban entre las últimas fronteras de la colonización humana, y este conocimiento tiene implicaciones para comprender las tasas de adaptación genética, fisiológica y cultural en la especie humana".

Fuente: nma1.org| 28 de junio de 2017

Colección Arqueológica del Museo R.P. Gustavo Le Paige SJ, a buen resguardo

Valioso patrimonio cultural permanece en recintos transitorios de la UCN bajo estrictas medidas de conservación y seguridad.

El Museo Arqueológico R.P. Gustavo Le Paige SJ, dependiente de nuestra Universidad, custodia una  invaluable colección arqueológica que permite conocer la supervivencia continuada de la cultura que prevaleció en la zona de San Pedro de Atacama. La génesis del recinto es la obra desplegada por su fundador, el sacerdote belga Gustavo Le Peige, quien llegó a Chile en 1952.

El proyecto “Reposición Museo Arqueológico R.P. Gustavo Le Paige SJ, San Pedro de Atacama” (Código BIP 30092959), cuyo mandante es la Municipalidad de San Pedro de Atacama, implica la construcción de una nueva edificación con los más altos estándares para la protección del patrimonio a resguardo en el recinto. La obra es absolutamente necesaria, debido al complejo y generalizado deterioro que afectaba al edificio del Museo, infraestructura no declarada monumento o patrimonio protegido, además de que su tipología edificatoria, de rígida estructura, no respondía adecuadamente a los requerimientos constructivos que se exigen por normativa para una edificación de uso público. Asimismo, afectaba la estabilidad de las colecciones en custodia, quedando vulnerables y desprotegidas importantes fuentes de información no replicable ante la incidencia de un accidente natural.

Con el fin de resguardar el material cultural existente en condiciones adecuadas y de seguridad durante el tiempo que demorase la construcción del nuevo inmueble, en 2014 se dio inicio al traslado de las colecciones del Museo a una zona de recintos transitorios, infraestructura diseñada y construida especialmente para ello en un terreno urbano de propiedad de nuestra Universidad.
Este proceso contó con la participación, además del personal calificado institucional, de técnicos en conservación y de miembros de la propia Comunidad Atacameña como personal de apoyo en los trabajos que se requerían desplegar, abriéndose los espacios necesarios de integración con estos actores a través de un diálogo transparente y participativo.

Luego de 18 meses de una labor que implicó múltiples desafíos técnicos y la conducción de un complejo proceso logístico, fiscalizado y validado por las entidades competentes -Superintendencia de Medio Ambiente de Antofagasta, Consejo de Monumentos Nacionales, Centro de Conservación y Restauración de la DIBAM-, las piezas patrimoniales que integran la colección en resguardo por la UCN fueron trasladadas exitosamente a la zona de recintos transitorios, no reportándose pérdidas ni la incidencia de un deterioro asociado de ninguno de los materiales que la integran.
Los recintos transitorios cuentan con una infraestructura antisísmica, de alta impermeabilidad y hermeticidad, protegida de inundaciones y escurrimiento de aguas lluvias. El lugar brinda las condiciones térmicas, acústicas y de seguridad integrada, a través de un sistema de alarma contra incendios, circuito de cámara de vigilancia y cierre perimetral; además de un servicio de guardias que tiene como finalidad prevenir, detener o disuadir toda posible amenaza que pueda afectar la seguridad de las colecciones arqueológicas que se encuentran en resguardo, cumpliendo estrictamente con lo indicado en el informe consolidado N°1 de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto en curso.


Asimismo, la Dirección del Museo ha asumido el desafío de mantener la continuidad de las labores y servicios que se brindaban, contando para ello con el personal capacitado, a partir de las exigencias técnicas que en materias de conservación demanda la implementación de una metodología de manejo integral de las colecciones existentes en el nuevo recinto.
Este espacio fue concebido sobre la base de los planos, especificaciones y documentos relativos a las materias entregadas que definen su funcionalidad, estimando la utilización de materialidades con características especiales que permiten generar las condiciones adecuadas para el correcto y óptimo resguardo del patrimonio en cuestión.

En la actualidad, el desarrollo del proyecto de construcción del nuevo edificio ha quedado detenido. Las autoridades de nuestra Universidad han expresado su preocupación por esta situación ante las instancias correspondientes -Municipalidad de San Pedro de Atacama y el Gobierno Regional-, junto con manifestar su voluntad de seguir colaborando para dar continuidad a las distintas etapas que comprende la ejecución del proyecto.

La Universidad Católica del Norte reitera su compromiso y responsabilidad de continuar generando todas las acciones que fomenten la preservación, conservación, registro, documentación e investigación científica del material cultural que es depositario el Museo, garantizando y cautelando con ello su cuidado, protección y todas las iniciativas de difusión que conduzcan a la correcta puesta en valor del patrimonio cultural que resguarda la Institución.

Manuel Arturo Torres Fernández de la Vega
Director Museo Arqueológico R.P. Gustavo Le Paige SJ
San Pedro de Atacama
Universidad Católica del Norte

Göbekli Tepe el templo más antiguo de la humanidad rendía culto al cráneo

Recreación de la modificación de un cráneo en Göbekli Tepe - German Archaeological Institute

El hallazgo de tres cráneos humanos con marcas rituales acaba de arrojar algo de luz en las prácticas religiosas en Göbekli Tepe, una enigmática construcción megalítica considerada el primer templo religioso que se conoce.

Erigido hace 11.500 años en el sureste de Turquía, la edificación tiene varias estancias circulares con dos grandes pilares en el centro que representan figuras humanas rodeadas por otras de menor tamaño, todas mirando hacia el interior del círculo. Los pilares están decorados con animales amenazadores como leones, zorros y escorpiones. Sus constructores fueron cazadores y recolectores nómadas que, por razones totalmente desconocidas, decidieron establecerse en este lugar y levantar los templos, con pilares que alcanzan los cinco metros y pesan unas seis toneladas. No se sabe cómo lo hicieron, pero hasta ahora no se han encontrado rastros de viviendas ni tumbas en los alrededores, ni ningún rastro de animales domésticos o cultivos.


(A) Localización de Gobekli Tepe, en el sureste de Turquía (Alta Mesopotamia). (B) Vista aérea de las áreas excavadas, en las que se muestra las ubicaciones de los cráneos encontrados: cráneo 1 (a), cráneo 2 (b), y el cráneo 3 (c). Crédito: Erhan Küçük, Gobekli Tepe Archivo, Instituto Arqueológico Alemán (DAI). (C) Vista de los edificios monumentales con sus característicos pilares monolíticos en forma de T. Crédito: Nico Becker, Gobekli Tepe Archivo, la DAI.

“Estos cazadores estaban en una época de transición, se asentaron aquí cuando aún no se había inventado la agricultura”, explica Lee Clare (izquierda), coordinador de las excavaciones en Göbekli Tepe. “Este yacimiento es tan importante porque nos muestra los símbolos, las imágenes y la arquitectura del primer edificio monumental construido por el hombre y nos permite intentar comprender su visión del mundo”, resalta.
El equipo de Clare ha encontrado fragmentos de tres cráneos con hendiduras profundas y un agujero abiertos en el hueso con herramientas de piedra. Las marcas fueron hechas poco después de la muerte y posiblemente servían para pasar cuerdas para sostener las mandíbulas. El agujero permitía colgar el cráneo como “decoración ritual”, explica Clare.
En un estudio publicado hoy en Science Advances, Clare mantiene, junto a dos de sus colegas en el Instituto de Arqueología de Alemania, que este tipo de uso ritual de los cadáveres es similar al de otros yacimientos Neolíticos donde se exhibían los restos de personas prominentes o de enemigos poderosos y que los antropólogos conocen como “culto de la calavera”, aunque el de Göbekli Tepe presenta características únicas.

Gráfico de los cráneos. En rojo las modificaciones. En gris, los elementos preservados- Julia Gresky, Juliane Haelm, DAI

Klaus Schmidt (derecha), el arqueólogo que descubrió el yacimiento en 1995 y que dirigió las excavaciones hasta poco antes de su muerte en 2014, mantenía que Göbekli Tepe era una catedral primitiva a la que las tribus nómadas peregrinaban desde decenas o cientos de kilómetros a la redonda para realizar rituales. Su opinión era que este templo era la prueba de que la religión surgió antes de las primeras sociedades organizadas en torno al poder militar y religioso.

Para Clare, el culto en Göbekli Tepe “no era una religión propiamente dicha, porque esto requiere una estructura y una sociedad con clases que aún no existía en aquel momento”, aunque sí pudo ser el germen de una sociedad compleja. “Construir este lugar requirió un importante trabajo comunal y después sirvió como un punto de encuentro donde posiblemente la gente intercambiaba información, conocimiento o incluso resolvía sus conflictos de forma pacífica”, aventura. “Probablemente no estamos solo ante el primer templo del mundo, sino también ante el primer lugar social”, añade.


Los fragmentos de cráneos con cortes y agujeros. (A) Cráneo 1: Fragmento de hueso frontal con tallas. (B) Fragmento de hueso parietal izquierda con perforación. C) Cráneo 2: Fragmento de hueso parietal derecho con tallas. (D) Cráneo 3: Fragmento de hueso frontal con tallas. Crédito: Julia Gresky, la DAI.


Hace 8.000 años, Göbekli Tepe fue abandonado y posiblemente enterrado hasta formar una colina. En 1995 Schmidt descubrió el templo y comenzó la excavación, que lleva ya en marcha más de dos décadas. En 2008 el arqueólogo dijo que probablemente solo se ha descubierto el 5% de todas las construcciones existentes. Hay trabajo para 50 años más, contó a la revista Smithsonian.

Fuente: elpais.com| 28 de junio de 2017

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Representaciones antropomórficas de Göbekli Tepe. (A) estatua humana intencionalmente decapitado (altura, 60 cm). Crédito: Nico Becker, Gobekli Tepe Archivo, la DAI. (B) Portador que tiene una cabeza humana en sus manos (altura, 26 cm). Crédito: Dieter Johannes, Gobekli Tepe Archivo, la DAI. (C) Pilar 43 (edificio D) con bajo relieve de un individuo sin cabeza itifálico, con un brazo elevado (parte inferior derecha). Crédito: Klaus Schmidt, Gobekli Tepe Archivo, la DAI.

Göbekli Tepe, en Turquía, es uno de los yacimientos arqueológicos más asombrosos que se conocen. Reconocido como el lugar de culto más antiguo construido por la humanidad -tiene 11.600 años de antigüedad, 7.000 más que la pirámide de Keops-, incluso ha hecho pensar a los investigadores que la civilización pudo partir del templo y no de la agricultura. Sus enormes pilares de varios metros de altura con enigmáticas figuras grabadas, los bajorrelieves con buitres, escorpiones y otras criaturas o su puerta de entrada rodeada de fieras esculpidas despiertan la imaginación y hacen pensar en referencias al mundo de los muertos o de lo espiritual.

Cada cierto tiempo, surgen teorías que intentan explicar algunos de los misterios de este conjunto arquitectónico. Hace tan solo un par de meses, científicos de la Universidad de Edimburgo (Escocia) decían haber descifrado unos símbolos esculpidos en un pilar conocido como la piedra del buitre. Según la asombrosa teoría de los investigadores, los relieves pueden documentar el impacto de un enjambre de fragmen...que provocó el Dryas Reciente, una miniedad de hielo durante la cual desaparecieron muchas especies de grandes animales, entre ellas el mamut lanudo, y es posible que se produjeran también importantes pérdidas humanas.

Pero hay más. La arqueóloga Julia Gresky (izquierda), y sus colegas del Instituto Arqueológico Alemán, han descubierto en Göbekli Tepe tres fragmentos de cráneos perforados con modificaciones nunca antes vistas entre los restos humanos de la época. Los investigadores creen que se trata de la primera evidencia en el Neolítico del llamado culto a la calavera.
Los ejemplos más antiguos de estas prácticas se sitúan hace casi 15.000 años. Se trata de los cráneos usados como vasos de la cueva de Gough (Somerset, Inglaterra). Los huesos pertenecían a tres humanos, dos adultos y un niño, de la familia cromañón. Desde entonces, a lo largo de la historia, distintas culturas han honrado las calaveras por diferentes razones, desde el culto a los antepasados a la creencia de que los cráneos humanos transmiten propiedades protectoras. Los antropólogos han descrito varios tipos de cultos de este tipo, cada uno con sus propias modificaciones en los huesos.


La perforación en la parte superior del cráneo se utiliza para suspender el cráneo con un cable (rojo). Las tallas fueron utilizadas con fines de estabilización, para evitar que el cable se deslice.Crédito: Juliane Haelm, la DAI.

Venerar a los muertos

Pero lo que el equipo de Gresky observó fue uno hasta ahora desconocido. Cada cráneo tenía incisiones profundas hechas de forma intencionada a lo largo del plano sagital. Uno de ellos también muestra un agujero perforado en el hueso parietal izquierdo, así como restos de ocre rojo. Mediante el uso de diferentes técnicas microscópicas para analizar los fragmentos, los investigadores verificaron que las tallas fueron ejecutadas con herramientas líticas, lo que excluye causas naturales, como que ratones u otros animales hayan roído el hueso. Al parecer, primero les arrancaban el cuerpo cabelludo y luego realizaban las marcas en el hueso. Debido a su profundidad, queda descartada que fueran provocadas por el descarnamiento.


Este fragmento de cráneo muestra una profunda incisión hecha con una herramienta de sílex hace unos 10.000 años. FOTOGRAFÍA POR EL INSTITUTO ARQUEOLÓGICO ALEMÁN

«Creemos que los cráneos fueron marcados para diferenciarlos, como veneración a sus familiares después de su muerte o como un trofeo de sus enemigos caídos», explica Gresky a ABC. Aunque, «no podemos hablar de religión, porque no tenemos evidencias», los resultados suponen la primera demostración del tratamiento de los muertos en el enigmático Göbekli Tepe.
«Nuestros hallazgos de los cráneos tallados encajan perfectamente en los símbolos del culto del cráneo en este lugar. Una imagen de una persona sin cabeza, una estatua decapitada y múltiples cabezas humanas hechas de piedra caliza indican un fuerte enfoque en el cráneo que ahora tiene también evidencia antropológica directa», señala la investigadora. El equipo pretende seguir analizando los huesos y espera encontrar más cráneos humanos en otras excavaciones.


Fuente: ABC.es| 28 de junio de 2017

El improvisado dentista neandertal

Tres vistas de los cuatro dientes hallados hace un siglo que han vuelto a ser examinados. DAVID FRAYER

El dolor de muelas ha debido ser un incordio durante toda la historia de la Humanidad. Nuestros ancestros también lo sufrían e intentaban paliarlo como podían, como muestran hallazgos paleontológicos como el que esta semana recoge la revista Bulletin of the International Association for Paleodontology. Un equipo de investigadores ha encontrado indicios de prácticas dentales en los restos de un individuo que vivió hace 130.000 años en el territorio que hoy es Croacia.
Según explica el equipo liderado por David Frayer (izquierda), investigador de la Universidad de Kansas, los dientes pertenecen a un neandertal que presumiblemente sufría dolor de dientes e intentó aliviarlo él mismo utilizando algún tipo de herramienta.

Los dientes fueron encontrados hace más de un siglo en el yacimiento neandertal de Krapina (Croacia). Aunque fue excavado entre 1899 y 1905, ahora han vuelto a examinarse algunos de los fósiles, obteniendo nuevas conclusiones. En el caso de los dientes, los han pasado por el microcospio. "Aunque no tenemos la mandíbula, los dientes están en un estado formidable. Se ha perdido parte de las raíz, pero la mayor parte está intacta", asegura Frayer a este diario.
Las marcas encontradas en el premolar y en el tercer molar están asociadas con distintos tipos de manipulaciones dentales. Aunque no han identificado en el yacimiento el instrumento con el que, a modo de palillo, se hicieron los surcos en los dientes, creen que posiblemente se usó parte de un hueso o de alguna planta.

Debido a que la parte alterada del diente esté en el lado de la lengua y las marcas presentan diferentes ángulos, los investigadores descartan que se hubieran producido por otra causa tras su muerte.
Cuatro de los dientes encontrados, asegura Frayer, pertenecen al mismo individuo aunque, a partir de la dentadura, no es posible establecer si se trataba de un hombre o una mujer.
El análisis de las piezas dentales no ha permitido determinar tampoco si este homínido sufría alguna enfermedad, aunque "el tercer molar muy probablemente le causaba dolor en la boca", dice Frayer.


Detalle de las marcas y surcos en los dientes de hace 130.000 años UNIVERSIDAD DE KANSAS


No es la primera vez que se encuentran este tipo de marcas de manipulaciones en dientes prehistóricos. De hecho, las hay más antiguas, de hasta dos millones de años de antigüedad. "La mayoría de los surcos o marcas halladas en dientes neandertales o en otros homínidos están aisladas y generalmente no asociadas a problemas dentales. Hay algunas asociadas a la mandíbula con enfermedad periodontal. Pero estos dientes, combinan una serie de aspectos que indican que él o ella presumiblemente se estaba tratando a sí mismo por un problema dental", explica Frayer.

Esta conclusión la vinculan al hallazgo en el mismo yacimiento de diversos objetos que mostrarían que la sociedad neandertal era más avanzada de lo que inicialmente se pensaba. Por ejemplo, encontraron garras de águila convertidas en piezas de joyería. Que utilizaran los materiales de su entorno a modo de palillos para cuidar su dentadura y tratar la irritación, dice Frayer, concuerda con la teoría de que los neandertales eran capaces de modificar su entorno y su cuerpo utilizando herramientas.

El pasado mes de marzo, otra investigación mostró que los neandertales de la cueva asturiana de El Sidrón usaban hace ya 49.000 años el hongo Penicillium, un antibiótico natural, para calmar el dolor. Un equipo español detectó en la placa dental calcificada de fósiles dentales ADN de esa especie de hongo y de álamo, un árbol cuya corteza contiene ácido salicílico.


En los dientes hallados en Croacia, dice Frayer, hay también algo de sarro dental "aunque todavía no ha sido analizado" por lo que no han podido determinar si hay restos de alguna sustancia que pudieran usar para aliviar sus molestias. "Es algo que nos gustaría hacer en el futuro", señala.
Krapina es el más antiguo y el mayor de los principales yacimientos neandertales que hay en Croacia. Según relata el científico, allí se han encontrado unos 900 huesos humanos y 200 dientes. El otro sitio paleontológico se llama Vindija, está en las proximidades de Krapina y tiene unos 32.000 años de antigüedad. Aunque se han encontrado muchos menos fósiles que en Krapina, en Vindija sí se ha podido extraer ADN de algunos de ellos.

Fuente: elmundo.es| 28 de junio de 2017

Arqueólogos identifican a Caius Iulius como el carpintero de ribera del pecio romano de Porto Cristo

Los arqueólogos que investigan el barco romano del siglo I conocido como el pecio de las «llumetes» de Porto Cristo han identificado a Caius Iulius como el carpintero de ribera responsable de construir la nave, según una de las conclusiones de la excavación subacuática que se ha desarrollado en el yacimiento.

«Lo que se conoce como el pecio de las 'llumetes' de Porto Cristo podría ser un barco de la época del emperador Nerón, de unos treinta metros de largo y, posiblemente, hecho por el fabricante de barcos Caius Iulius, según indican las tres inscripciones que este año se han localizado en las maderas que aún se conservan en el fondo submarino», ha explicado el arqueólogo subacuático Javier Rodríguez, ha informado el Ayuntamiento de Manacor en un comunicado.

Por su parte, Sebastià Munar, codirector del equipo científico que dirige las excavaciones del yacimiento ha explicado que se trata de una embarcación romana del siglo I d.C. que iba cargada de ánforas, «llumetes» (lamparillas), vino, aceite y materiales de obra que procedía del sur de la Península Ibérica. Ha destacado que «es la única excavación arqueológica que estudia un barco de época romana en las Islas Baleares».



Por su parte, la concejal de Educación y Patrimonio, Catalina Riera, ha destacado la necesidad de cuidar los yacimientos: «Tenemos que ser conscientes de que los tesoros que tenemos en las costas de nuestro municipio son de todos y es importante que los conservemos porque, como en este caso, pueden contener información única en el mundo».

Este año, los arqueólogos han podido localizar la proa de la nave y han encontrado una cuerda del barco, de cuatro metros, de la que sólo se conoce una similar en todo el Mediterráneo.
Además, han podido recuperar una hoja de cuchillo y localizar tres inscripciones con el nombre del fabricante de la embarcación. «Hasta ahora nunca se habían encontrado tres inscripciones en el mismo barco romano», ha explicado Rodríguez. En ellas se puede leer Caius Iulius y las letras T, E y S, «que pueden indicar el lugar donde se ubicaba el taller de donde salió el barco», ha indicado.
Durante un mes, un equipo formado por arqueólogos, restauradores, especialistas en estudios de materiales, en arqueología naval y algunos voluntarios han trabajado en el fondo marino de Porto Cristo.


El objetivo es seguir con la investigación de este barco antiguo que realiza el Instituto Balear de Estudios en Arqueología Marítima (IBEAM) y que el Museo de Manacor pueda dar continuidad a las labores para desalar las piezas, restaurarlas y registrarlas para exhibir «los importantes hallazgos que surgen de este yacimiento submarino de Porto Cristo», ha explicado la concejala de Cultura y Turismo, Antonia Llodrà.

Los arqueólogos han destacado que la arquitectura naval de la embarcación se encuentra en muy buen estado de conservación y esto posibilita que se haga un estudio cuidadoso de cómo era el barco romano.

«El objetivo de las excavaciones no es sacar el barco a la superficie ni extraer muchas piezas porque los objetos han permanecido unos dos mil años en el mar y sacar las piezas puede ponerlas en peligro», ha explicado el codirector del excavación Sebastià Munar.
Aún así, las piezas con posibilidades de conservación se depositan en el Museo de Historia de Manacor, «donde se desalinizan, estabilizan y se restauran para que puedan durar muchos años en las vitrinas y los almacenes del Museo», ha añadido su directora, Magdalena Salas.
El proyecto cuenta con financiación del Consell de Mallorca y del Ayuntamiento de Manacor.

Fuente: ultimahora.es | 28 de junio de 2017

Descubren los restos de 16 caballos sacrificados en el santuario tartésico del Turuñuelo

El santuario tartésico del Turuñuelo de Guareña, en Badajoz, del siglo V a.C., una joya arqueológica por sus novedosas técnicas arquitectónicas y por su estado de conservación, sigue revelando secretos que muestran su pasado esplendor. Un equipo de investigadores del Instituto de Arqueología-Mérida, del CSIC, ha hallado junto a la escalinata del templo los restos de 16 caballos, dos toros y un cerdo, que fueron sacrificados en un costoso ritual de clausura antes de la destrucción final del santuario. El Turuñuelo se ha convertido en un modelo para estudiar la cultura tartésica del interior, y aporta información muy valiosa sobre su organización social, sus mecanismos comerciales y sus rituales.

“El sacrificio consistió en una gran ofrenda a los dioses antes de abandonar definitivamente el lugar”, explica Sebastián Celestino, director de la excavación junto a la investigadora Esther Rodríguez, y director del Instituto de Arqueología-Mérida.

“Da idea de la enorme riqueza del sitio, pues el caballo era un elemento de prestigio. Además de los numerosos animales sacrificados (19 hasta el momento, pues no se ha terminado de excavar este espacio) han aparecido ánforas y cestos con cereales y otros elementos de gran valor, lo que da una idea de la importancia de ese sacrificio final, previo a la destrucción del monumento y su posterior amortización”.

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Medio Departamento de Comunicación. 28/06/2017