Los carros de los líderes íberos para viajar al otro mundo

Rueda seccionada encontrada en La Bastida de les Alcusses, en una imagen cedida por el equipo arqueológico.

Llevaban enterrados 2.400 años y han sido encontrados con unas semanas de diferencia. Desde el verano, dos equipos de arqueólogos han encontrado en La Bastida de Moixent, Valencia, y en Montemayor, Córdoba, yacimientos situados a 450 kilómetros de distancia, cinco ruedas ibéricas y restos de los carros a los que iban conectados. Los hallazgos son doblemente excepcionales porque apenas hay documentadas piezas similares y ninguna se encuentra en tan buen estado de conservación. Los indicios señalan que los vehículos no sirvieron para hacer la guerra ni para transportar mercancías, sino que fueron colocados junto a las tumbas de personajes de alto rango para que viajaran con ellos al más allá. Los íberos daban a los carros ese sentido simbólico y, en ocasiones, los representaban tirados por caballos alados.

Los descubrimientos han abierto investigaciones a las que se dedicarán años. Las hipótesis de trabajo son que las ruedas y el resto de elementos fueron enterrados en tumbas o en depósitos funerarios de líderes íberos, de momento no está claro si hombres o mujeres. La rueda de Moixent, de mediados del siglo V antes de Cristo, es de hierro, mide 90 centímetros de diámetro y ha aparecido apilada en tres segmentos idénticos. Al lado, explica Jaime Vives-Ferrándiz (izquierda), director del proyecto y conservador del Museo de Prehistoria de Valencia, también han sido hallados, hasta ahora, un bocado de caballo, restos de cerámica y una extraordinaria arracada de oro.

Las cuatro imponentes ruedas de Montemayor, de seis radios, fueron hechas también en hierro. Las dos más grandes de 120 centímetros, por las que casi podría decirse que no ha pasado el tiempo, fueron encontradas en lo que parece un cementerio íbero sobre el que los romanos construyeron siglos más tarde un campamento militar para el asedio de Ulia. Los textos clásicos relatan que la antigua ciudad fue escenario de feroces batallas en la guerra civil que enfrentó a Julio César con Pompeyo y sus hijos.

Yacimiento de La Bastida de les Alcusses, en Moixent. MÒNICA TORRES

Conjunto sin parangón

El equipo de Fernando Quesada, de la Universidad Autónoma de Madrid, bajo la dirección de campo de Javier Moralejo, iba tras las huellas de aquel conflicto bélico cuando se toparon con un hallazgo ibérico que no tiene parangón en la península por la complejidad del conjunto y su estado de conservación, aseguran. Todo apunta a que el carro es del siglo IV, aunque todavía debe confirmarse mediante la prueba del carbono 14.
Las ruedas de ambos yacimientos son muy distintas. La encontrada en el antiguo oppidum rodeado de viñas de Valencia, una idílica colina desde la que sus gobernantes controlaban el antiquísimo camino que los romanos llamaron más tarde Vía Augusta, que conectaba el norte de la península con el valle del Guadalquivir, y también el paso de la meseta al Mediterráneo, ha obligado a adelantar unas décadas la cronología del yacimiento de La Bastida de les Alcusses, ubicado en el término de Moixent.

Entrada al yacimiento de Moixent. M. T.

El descubrimiento ha revelado que antes de la edificación del poblado, rodeado de altas murallas, donde vivieron unas 800 personas, hubo una construcción previa que no parece residencial. Quizá fue la tumba de un héroe o un espacio de culto. En todo caso, el lugar en que se depositó la rueda fue arrasado para erigir la nueva ciudad. “El proyecto puede contribuir a dar respuestas a los procesos de urbanización en esta zona del Mediterráneo en el primer milenio antes de Cristo”, comenta Vives-Ferrándiz. “Una urbanización que responde a procesos políticos, en los que vemos que las personas instauran las ciudades encima de algo que había previamente. A veces incorporan lo anterior al nuevo lugar, como ancestros, y otras veces esa memoria es destruida con violencia”, añade.

La cultura ibérica se desvaneció ante el empuje romano hacia el siglo I después de Cristo, como resultado de la violencia de los invasores y de la asimilación cultural. Los detalles sobre la destrucción de La Bastida de Moixent, que brilló durante un siglo para caer después en un olvido que duró dos milenios, siguen siendo un enigma. “Lo que está claro es que no fueron los romanos. Fue violencia entre vecinos. Si estaban más cerca o más lejos no lo sabemos, y es posible que nunca lo sepamos”, afirma el arqueólogo.

Fuente: elpais.com | 24 de diciembre de 2018

El cerebro de 'Little Foot" era mitad simio y mitad humano

Representación virtual del endocasto del cerebro de 'Little Foot'. Crédito: M. Lotter y RJ Clarke / Wits University

El cerebro de uno de los individuos más antiguos de Australopithecus que se haya encontrado era un poco parecido a un simio y otro poco a un humano.

En un nuevo estudio, los investigadores escanearon el interior de un cráneo muy raro, casi completo, de este antiguo ancestro homínido. Los homínidos incluyen a los humanos modernos ya extintos y a todos sus ancestros directos, incluido los Australopithecus, los cuales vivieron hace entre unos 4 y 2 millones de años en África, y los humanos primitivos del género Homo, quienes evolucionaron, eventualmente, a partir de estos antepasados Australopithecus.

El cerebro humano moderno le debe mucho a tales antepasados pequeños y peludos, pero sabemos muy poco acerca de sus cerebros, dijo Amélie Beaudet (izquierda), paleontóloga de la Universidad de Witwatersrand en Sudáfrica.

Entre simio y humano

Beaudet y sus colegas utilizaron la tomografía microcomputerizada (micro-CT), una versión muy sensible del mismo tipo de tecnología que un cirujano podría usar para escanear una rodilla lesionada. Con esta herramienta, los investigadores reconstruyeron el interior del cráneo del Australopithecus denominado Little Foot.

El cráneo de Little Foot, que se encontró casi intacto hace dos décadas en las cuevas de Sterkfontein, cerca de Johannesburgo, y tiene una antigüedad de 3,67 millones de años, se halla entre los más antiguos de todos los Australopithecus jamás encontrados. Los descubridores del mismo creen que puede pertenecer a una especie completamente nueva de Australopithecus (Australopithecus prometeus), informa Live Science.

Con la micro-CT, el equipo de investigación pudo ver huellas muy finas donde una vez estuvo el cerebro dentro del cráneo de Little Foot, incluido un registro de las vías venosas y las arterias, dijo Beaudet a Live Science. Usar el cráneo para inferir la forma del cerebro de esta manera se denomina hacer un endocasto.

"Esperaba algo muy similar a los endocastos que conocíamos de otros Australopithecus, pero 'Little Foot' resultó ser un poco diferente, de acuerdo con su gran antigüedad", dijo Beaudet.
Los chimpancés y los humanos de hoy en día comparten un ancestro más antiguo que Little Foot: un simio extinto de hace mucho tiempo que dio origen a ambos linajes. El cerebro de Little Foot se parece mucho al que tendría este ancestro, dijo Beaudet, es decir, es más parecido al de un simio que al de un humano. La corteza visual de Little Foot, en particular, absorbió una mayor proporción en su cerebro que en un cerebro humano.
En los seres humanos, dijo Beaudet, la corteza visual ha sido apartada para acomodar la expansión de la corteza parietal, un área que está involucrada en actividades complejas como la fabricación de herramientas.

Cambiando cerebros

Los investigadores encontraron que el cerebro de Little Foot era asimétrico, con protuberancias ligeramente diferentes en cada lado. Esta es una característica compartida tanto por los humanos como por los simios, y probablemente indica que los Australopithecus tuvieron una lateralización cerebral, lo que significa que las dos partes de su cerebro desempeñaban funciones diferentes El hallazgo implica que la lateralización del cerebro evolucionó muy tempranamente en el linaje de los primates.

El cerebro de Little Foot es diferente de los especímenes posteriores de Australopithecus, afirma Beaudet. La corteza visual, en particular, era más grande en comparación con los cerebros de Australopithecus posteriores. Estas diferencias sugieren que la evolución del cerebro fue un proceso gradual, el cual se va ajustado en su totalidad.
Los hallazgos aparecerán publicados en un número especial sobre Little Foot que se publicará en el Journal of Human Evolution.

Fuente: livescience.com | 20 de diciembre de 2018

Un estudio determina que el posible colapso del imperio acadio pudo ser debido a un cambio climático

El Imperio acadio en la época de Sargón I, el Grande. Wikipedia.

Alrededor de hace 4.200 años, el primer imperio de Mesopotamia, el Acadio, cayó, coincidiendo con grandes transformaciones en Egipto y el Valle del Indo, las otras dos grandes civilizaciones de la época. Un estudio sobre determinadas estalagmitas en Irán sugiere que un evento climático generalizado pudo haber sido responsable de ello.

Las civilizaciones crecen y caen por muchas razones, y las causas de la desaparición del Imperio Acadio siguen siendo controvertidas. La coincidencia sincrónica de eventos lejanos ha llevado a algunos historiadores a proponer una causa climática. Sin embargo, la naturaleza, e incluso la propia existencia, de esta causa climática, no ha sido clara, tal como ocurrió en medio de la era del Holoceno, caracterizada por temperaturas en gran parte estables, sin un aumento conocido de la actividad volcánica o de cambios en la producción solar.

Ahora bien, cuando un equipo dirigido por la Dra. Stacy Carolin (izquierda), de la Universidad de Oxford, estudió estalagmitas de la cueva Gol-e-Zard, en las montañas de Alborz, en Irán, formadas entre 5.200 y 3.700 años atrás, observaron que algo había sucedido en torno a este tiempo.

El informe del equipo, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), muestra que hubo fuertes incrementos en la cantidad de magnesio existente en relación con el calcio hace 4.510 y 4.260 años atrás, coincidiendo con un crecimiento más lento y con cambios en los isótopos de oxígeno de las estalagmitas. Estos cambios duraron entre 110 y 290 años, respectivamente, antes de que la composición de las estalagmitas volviera a los niveles anteriores.
La industria y la minería de civilizaciones antiguas a veces han dejado su huella en el planeta, pero no conocemos ningún mecanismo por el cual los acadios pudieran haber sufrido un impacto observado en cuevas tan distantes. Por lo tanto, parece probable que cualquier cosa pudo haber sido la causante del cambio químico observado en las estalagmitas y que coincide con el declive de los acadios, en lugar de que su caída fuera la causa de la alteración química en estas alejadas cuevas.

Estalagmitas en la cueva de Gol-e-Zard, Irán.

El cambio en la composición de las estalagmitas parece ser el resultado de un aumento del polvo que cae en las montañas de Mesopotamia, lo que a su vez parece ser consecuencia de condiciones más secas existentes en el oeste. Hoy en día, los años secos en los desiertos de Siria e Irak están asociados con una mayor deposición del polvo en Irán. El lento crecimiento de las estalagmitas podría ser también un indicador de la existencia de condiciones locales más secas.
Los sedimentos del Mar Rojo y el Golfo de Omán, entre otros paleoclimas próximos, se utilizaron previamente para inferir que el oeste de Asia experimentó al menos un período seco muy importante en ese tiempo considerado, pero la datación de los mismos es demasiado imprecisa como para vincularlos con confianza al colapso acadio. En cambio, el análisis de las estalagmitas proporcionan un error de tan solo 31 años.

Hay un gran debate entre los historiadores sobre cuánto contribuyó el cambio climático al colapso de la civilización acadia. No sabemos por qué Mesopotamia se secó durante ese período, pero parece que derribó a dicha civilización y afectó gravemente a Egipto y al Valle del Indo.

Fuente: iflscience.com | 24 de diciembre de 2018

Hallan en Pompeya el vaciado de un caballo ricamente enjaezado

Un grupo de arqueólogos ha encontrado en Pompeya el vaciado de un caballo de pura raza. El equino, que está completamente enjaezado con ricas ornamentaciones de bronce, debió de pertenecer a un militar de alta graduación, informó hoy el Parque arqueológico de la histórica ciudad del sur de Italia.

El hallazgo se produjo en una de las zonas donde ya se hallaron otros restos de dos caballos, que fueron los primeros encontrados en Pompeya. Se trata de una villa ubicada en la zona de Civita Giuliana, en la periferia norte de la ciudad romana sepultada por la erupción del vesubio del 79 d.C.
Los restos de la montura encontrada indican que se trataba de un tipo de silla que utilizaban los militares. El tipo de ornamento era empleado normalmente para los desfiles militares, de ahí que los arqueólogos hayan pensado que el caballo estaba ya listo para salir y fue sorprendido por la erupción.


Tanto por la alzada como por el porte se supone que el caballo debía de ser un ejemplar de pura raza. Por otra parte, las diferentes estancias de la casa, que contaba con una zona residencial y otra dedicada a la producción agrícola, vinícola y ganadera, han hecho suponer que su jinete debía de ser una alta personalidad militar.

Los tres caballos encontrados hasta el momento en esta finca se encontraban atados en la cuadra y fue allí donde debió de sorprenderles la mortífera erupción.


El director general del área arqueológica de Pompeya, Massimo Osanna, explicó que se concederán dos millones de euros para seguir excavando en este área, que fue abandonada en el pasado, pero que volvió a resurgir hace solo algunos meses, tras emprender las autoridades una serie de actuaciones contra los saqueadores que hacían excavaciones clandestinas.

Fuentes: abc.es | actualidad.rt.com | 25 de diciembre de 2018

Los primeros pobladores llegaron a La Gomera en el siglo I después de Cristo

Investigaciones realizadas en varios yacimientos arqueológicos de La Gomera indican que los primeros pobladores de la isla podrían datarse en el siglo I después de Cristo, un dato que supone un avance sin precedentes en la concepción histórica de los poblamientos insulares.
De esta manera califica en un comunicado el consejero de Patrimonio del Cabildo de La Gomera, Adasat Reyes, los primeros resultados obtenidos de las dataciones realizadas a raíz de los materiales excavados en yacimientos de Alajeró, San Sebastián, Hermigua y Vallehermoso.

Según explica el consejero, los datos parten de las dataciones realizadas en la Universidad de California, hasta donde se trasladaron los restos animales tomados en las excavaciones llevadas a cabo entre 2009 y 2010, incluidos en la primera fase de un plan para realizar excavaciones en extensión, es decir, de gran parte de cada uno de los yacimientos arqueológicos.
Reyes señala que se han datado los restos procedentes de los yacimientos de “Las Cuevas de Herrera González”, “El Sobrado de Los Gomeros”, “La Cañada de La Gurona” y el “El Lomito del Medio-1”.

Esta última arrojó las fechas más antiguas en el nivel de mayor profundidad: primera mitad del siglo I d.C., mientras que los hallazgos realizados en la datación de “Las Cuevas de Herrera González” (Tazo) conducen a un periodo anterior a la primera mitad del siglo XV, cuando ya había un claro contacto con los primeros europeos que penetraron esta zona con fines evangelizadores.
La corporación insular explica que ha financiado la investigación de 20 dataciones de carbono 14 en zonas de habitación de los antiguos gomeros y las obtenidas en estos lugares habitacionales recogen datos de la prehistoria de La Gomera: desde la llegada a la isla de los primeros grupos humanos, hasta el contacto con los europeos.

Estas dataciones se combinan con otras 33 que ha financiado la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Canarias realizadas sobre restos humanos procedentes de 19 yacimientos y conjuntos funerarios de toda la isla.

Se han datado cuerpos de una misma necrópolis, cuevas de un mismo conjunto y espacios funerarios relacionados territorialmente con lugares de habitación y se han obtenido fechas de 8 de las grandes necrópolis que se encuentran en la isla.

En la selección de yacimientos y extracción de materiales ha colaborado un equipo de investigadores formado por Juan Francisco Navarro Mederos y Matilde Arnay de La Rosa, los investigadores de doctorado Elías Sánchez y Jared Carballo, la empresa Prored Soc. Coop. y el Museo Arqueológico de La Gomera. EFE.

Fuente: lavanguardia.com | 24 de diciembre de 2018

Un estudio sugiere que los chamanes actuaron como la primera clase profesional en las sociedades humanas

Cortesía de Manvir Singh

Los nombres pueden variar -curandero, médico brujo, hombre santo, profeta-, pero la noción de chamán, alguien que usa el trance para comunicarse con lo sobrenatural y cambiar efectos del mundo real, es un concepto que cruza virtualmente todas las fronteras culturales. La cuestión es saber por qué dicho concepto está entre los rompecabezas centrales de la antropología.

Manvir Singh, un estudiante graduado en el Departamento de Biología de la Evolución Humana en la Escuela Superior de Artes y Ciencias de la Universidad de Harvard, afirma, en un artículo publicado en Behavioral an Brain Sciences, que al menos parte de la respuesta se encuentra en la forma en que los seres humanos -desde las tribus de cazadores recolectores de la selva hasta las personas que viven en una ciudad moderna- se conectan para pensar acerca del mundo y otros humanos.

El artículo de Singh, junto con más de dos docenas de comentarios de investigadores en varios campos, sostiene que el chamanismo se desarrolla en la medida que los especialistas compiten en proporcionar servicios mágicos a su comunidad. El resultado es un conjunto de tradiciones que modelan los sesgos psicológicos de las personas convenciéndolas de que ellos (los chamanes) pueden controlar aquello que no se puede determinar.

”La teoría implica que hay cosas fundamentales sobre las que realmente queremos tener el control: invocar la lluvia, convocar a los animales, curar enfermedades, etc. En todo el mundo, la gente cree que estos resultados importantes e inciertos están influenciados por fuerzas invisibles: dioses, brujas, sus antepasados, hadas y demás. De hecho, un chamán dice: 'Puedo controlar todo eso. Puedo hablar con las hadas, puedo ver los signos de las brujas, puedo ser poseído por un dios o hablar con los mismos“, dice Singh

Manvir Singh (derecha) entrevistó a miembros de la tribu Mentawai durante su investigación sobre el chamanismo. Cortesía de Manvir Singh.

Para comprender cómo surge el chamanismo, Singh primero tuvo que abordar una cuestión polémica en la antropología: ¿qué es exactamente un chamán?

"Es una idea muy debatida y discutida", dice. "Pero, en los términos generales, un chamán es una persona que puede entrar en cierto tipo de trance -un estado psicológico y de conducta muy extraña- con el fin de brindar servicios a su comunidad".

Esos servicios, afirma Singh, podrían ir desde curar enfermedades hasta exorcizar espíritus malignos o aventurar la suerte, o incluso cambiar el clima.

La clave para exista la confianza de la comunidad en que un chamán tiene esas habilidades proviene de la creencia de que el mismo se transforma en algo más que lo propiamente humano, y es capaz de interactuar con fuerzas sobrenaturales. Esa transformación puede ser permanente, como la supuesta adquisición de nuevos órganos, o temporal, como cuando los chamanes bailan durante horas y entran en exhaustos estados de trance, informa Singh

"Hay varias líneas de investigación que muestran que las gentes creen que determinados individuos tienen diferentes poderes cuando éstos se separan de la humanidad. Un gran ejemplo de ello es la narrativa de los superhéroes. En esas historias, el lector tiende a creer que esa persona tiene poderes que los humanos normales no tienen, por lo que los escritores a menudo incluyen un mito de origen: tal individuo fue mordido por una araña radiactiva, o tiene alguna mutación genética, o es un alienígena", afirma Singh.

Un chamán se convierte en un especialista en la jerarquía de la comunidad. Cortesía de Manvir Singh.

En diferentes sociedades, los chamanes llegan a afirmar que ellos se han creado un nuevo esqueleto, o que han sido devorados y resucitados, o que pueden alterar mágicamente sus ojos para poder ver los espíritus.

“La cuestión es que estos individuos son biológica o fisiológicamente un tipo de ser diferente. Y eso nos da una idea de lo que sucede con las prácticas chamánicas. Se convierten en individuos que pueden relacionarse con lo sobrenatural. Se convierten en un humano diferente", dice Singh.
Singh sostiene que el proceso de transformación ayuda a explicar cómo los chamanes se convirtieron en la primera clase profesional de las sociedades humanas.

"Para convertirse en una de esas personas que pueden sobrentender ciertos eventos inciertos debe experimentar una transformación. Eso crea dos clases de individuos: los que se transforman y los que no", dice Singh. "Por tanto, se crea una clase separada de individuos en la que existe un requisito de ingreso, y donde tienen una jurisdicción casi exclusiva sobre los servicios que ofrecen".

Tal profesionalización, informa Singh, es diferente de la especialización general que a menudo aparece en las sociedades humanas a pequeña escala. Aunque haya algunos miembros de la comunidad que pueden tener talento para hacer canoas o arcos, por ejemplo, no existe una barrera social que impida que cualquier otra persona haga su propia canoa o arco.
"En cambio, en el chamanismo se desarrolla rápidamente un sistema donde, para convertirse propiamente en un chamán, es necesario someterse a un ritual transformador, es decir, existen requisitos de entrada", señala Sing.

Cortesía de Manvir Singh.

Singh dijo que espera explorar la variedad de poderes que afirman tener los chamanes, y cómo esas supuestas habilidades sobrenaturales se traducen en poder en sus comunidades. También está trabajando para comprender cómo se desarrollan otras prácticas culturales casi universales, incluida la música y la creencia en la brujería.

"El chamanismo es solo una de las innumerables prácticas culturales que surgen en casi todas partes, pero muestran características muy particulares y extrañas. Estos universales sociales y culturales —la justicia punitiva, la música para danzar, la brujería, las ceremonias de iniciación, etc.— se encuentran entre los rompecabezas más fundamentales de la antropología. Dado lo que hemos llegado a conocer sobre la socialidad y la psicología humana, ahora es un momento muy interesante para investigar por qué las sociedades humanas se ven tan sorprendentemente similares en todas partes", concluye Singh.

Fuente: Harvard University | 10 de diciembre de 2018