El puente romano de Villa del Río (Córdoba), un «mestizo» sobre el Salado

Puente romano de Villa del Río sobre el arroyo Salado (Córdoba) - VILLADELRIO.ES

El puente romano de Villa del Río que hoy se conoce es un espejismo de la infraestructura construida durante la pertenencia de Hispania al Imperio Romano. Nadie cuestiona el origen y la naturaleza de esta pasarela, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1931, que perteneció a un tramo de la vía Augusta, tal y como demuestra los restos de la calzada romana. A lo largo de la historia también fue conocido como puente de Montoro, la antigua época del Imperio Romano, y más recientemente como puente de Ronda. Independientemente de cómo se le llamase, siempre ha tenido el sobrenombre de romano a pesar de no conservar a simple vista nada de la construcción por la que recibe tal título.

El ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y autor de varias publicaciones sobre construcciones romanas, Manuel Durán Fuentes (izquierda), sostiene en su tesis doctoral que el puente pudo haber sido derribado por causas naturales, como un terremoto o crecida del arroyo, o por la acción del hombre, como es el caso de un escenario bélico o el expolio de los sillares tras su abandono y caer en declive las calzadas romanas.

La hipótesis de la avenida del arroyo Salado cobra más fuerza ya que es algo que ha ocurrido en la historia reciente. Como la riada de 2011 con el agua a punto de saltar por el pretil del puente. La última vez que se tiene constancia de que el caudal rebasó la infraestructura hidráulica fue el 3 de noviembre de 1997, cuando se llevó por delante los pretiles, tal y como apunta en su investigación Durán.

Que el puente hubiese sido borrado de la faz de la tierra durante sus más de dos mil años de existencia (se ha fechado en el siglo I aunque con dudas sobre su cronología exacta) no es algo improbable. La investigación del ingeniero gallego, considerado como el mayor experto en puentes romanos de España, apunta datos que avalan esta hipótesis. «La cimentación del puente es de construcción romana, eso no lo discuto, lo que sí cuestiono es la arquería». Así, señala que las piedras no tienen la misma talla, ni han sido labradas de la misma forma y presentan una disposición constructiva similar en arcos de ventanas y de puertas de entrada de mezquitas como la de Santa Sofía en Estambul o la Mezquita-Catedral de Córdoba.

La forma en la que están distribuidos los arcos del puente «tiene un parentesco más a construcciones de época califal, como las que se hicieron en Al-Andalus, u orientales», señala el ingeniero gallego. Otra de las singularidades que diferencian a este puente es la estrechez de uno de los apoyos de los desaguaderos de las pilas que enmarcan la bóveda principal, «que transmite a quien los observa una inhabitual sensación de inestabilidad, desconocida para las obras romanas», sostiene Durán en su tesis.


No hay que echar la vista muy atrás para comprobar que la teoría que mantiene Durán sobre el derrumbe del puente estuvo a punto de repetirse. El mal estado de conservación de la infraestructura motivó la inclusión de este monumento en la Lista Roja del Patrimonio, una iniciativa de la Asociación Hispania Nostra para dar a conocer y proteger el patrimonio cultural y natural en estado de abandono y que corren el riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. Eso fue el 22 de agosto de 2012. Desde entonces, tras la creación de la Asociación Defensores y Amigos del Puente Romano de Villa del Río se han realizado algunas intervenciones, tanto en el puente como en su entorno, con la suficiente enjundia para sacarlo de la lista negra de monumentos en vías de extinción, algo que ocurrió el 21 de junio de 2018.

Aún así, los defensores de esta arquitectura de base romana y rediseño califal advierten de que aún no se han adoptado las medidas para proteger al monumento de las fuertes crecidas del arroyo Salado, que amenazan con repetir la historia y llevarse en una riada por delante todo el puente, a excepción de los cimientos que, tal y como sostiene Durán, son de construcción romana porque los ingenieros de la época de los emperadores «hacían obras contundentes, eran gente que hacían construcciones duraderas» con el objetivo de que se perpetuasen en el tiempo dejando a un lado la estética o la ornamentación de sus construcciones. En definitiva, un puente de raíz romana y vuelo oriental. Todo un mestizo sobre el arroyo Salado.


Fuente:abc.es| 18 de noviembre de 2019

La Universidad de Sevilla participa en las excavaciones de una mina de cobre prehistórica en las Islas Baleares

La US participa en las excavaciones de una mina de cobre prehistórica en las Islas Baleares / M. G.

Investigadores de la Universidad de Sevilla (US) y la Universidad de las Islas Baleares (UIB) han reanudado los trabajos en el yacimiento balear de Sa Mitja Lluna ( al este de Menorca), la única mina de cobre prehistórica documentada en las Islas Baleares. Estos trabajos contribuirán a ampliar los conocimientos de minería y arqueometalurgia relativos a la prehistoria.

La mina de cobre prehistórica de Sa Mitja Lluna es un yacimiento de especial interés, no solo por su excepcional conservación, sino también por ser actualmente la única mina prehistórica conocida en las Islas Baleares y una de las pocas excavadas en el sur de Europa. La mina está situada en la Illa d’en Colom (Isla de Colom) una pequeña isla de 59 hectáreas de superficie, de propiedad privada y actualmente deshabitada, situada al este de Menorca, en una zona de acantilado denominada Sa Mitja Lluna (la Media Luna), por la forma de la orografía costera. La isla se encuentra dentro del Parque Natural de S’Albufera des Grau, con grado máximo de protección ambiental como reserva natural; incluso el acceso al interior de la isla requiere autorización previa.

Después de su descubrimiento, en el año 2010 en una colaboración entre investigadores de la Universidad de Sevilla y del grupo Arqueo UIB de la Universidad de las Islas Baleares, el mismo equipo de arqueólogos dirigió dos campañas de excavación en los años 2012 y 2014. El registro arqueológico de los sondeos realizados durante estas campañas, así como las dataciones radiocarbónicas obtenidas, confirmaron el inicio de la explotación minera en la primera mitad del II milenio a.C., en la Edad del Bronce balear.

El equipo de arqueólogos realizando catas en la escombrera número 1, situada en la zona más próxima al mar - arqueobalear.


Después de un paréntesis en el que se han llevado a cabo análisis de laboratorio y estudios especializados, en agosto de 2019 se ha podido llevar a cabo una nueva campaña de excavación en este yacimiento excepcional, gracias a la financiación del Consell Insular de Menorca, al permiso del ente gestor del Parque Natural de S’Albufera des Grau y a la autorización de los nuevos propietarios de la isla.

Considerando los interesantes resultados obtenidos hasta ahora, que han permitido dar un considerable impulso en los estudios de minería prehistórica en las Islas Baleares, el equipo investigador está dispuesto a dar continuidad al proyecto con nuevos trabajos de campo. Desde entonces, a través de estudios parciales, se han podido establecer varias líneas de investigación, profundizando en aspectos básicos de tecnología y organización de las sociedades de la Edad del Bronce.

"Las campañas de excavación realizadas hasta ahora no han revelado la existencia de fases de explotación minera en épocas posteriores a la Edad del Bronce; es, así, un ejemplo extraordinario de la tecnología minera prehistórica empleada, sin prácticamente alteraciones antrópicas posteriores, algo que es muy poco común en este tipo de yacimientos mineros, caracterizados por la existencia de fases de explotación sucesivas en las que las posteriores van alterando o destruyendo las fases previas", explican los investigadores de la US.

Ortofoto con la localitzación del yacimiento

Esta conservación extraordinaria y la ausencia de trabajos mineros posteriores relevantes se debe en parte a tratarse de un depósito mineral pequeño (para parámetros de geología económica actuales), así como por su aislamiento, en una pequeña isla de propiedad privada de Menorca que, además, está protegida desde que pasó a formar parte del Parque de S’Albufera des Grau en el año 1995 gracias a las movilizaciones sociales que reclamaban la protección de la zona.

El proyecto de investigación arqueológica de Sa Mitja Lluna ha aportado importantes novedades en esta campaña de 2019, constatándose que el frente de trabajo que se intuyó en campañas anteriores corresponde a una labor en trinchera realizada para la explotación de un filón de mineral de cobre (calcopirita primaria y minerales de formación secundaria, óxidos y carbonatos). Esta labor quedó posteriormente colmatada por escombros generados por labores en áreas inmediatas.

El material arqueológico encontrado entre estos estériles son herramientas líticas utilizadas como mazas mineras y morteros para romper la roca y triturar el mineral, además de fragmentos de cerámica coherentes con las dataciones de C14 y restos de madera carbonizados. Algunos de los elementos recuperados ya se pueden ver expuestos en las salas del Museo de Menorca, en Mahón.


Concentración de fragmentos de mazas de minero / M. G.

Las herramientas de minero son muy numerosas, tanto en superficie como entre el material de las escombreras. Muchas de ellas cuentan, en mayor o menor medida, con muescas y modificaciones puntuales y poco definidas para su enmangue. La mayoría de estas herramientas están fabricadas a partir de cantos rodados seleccionados por su peso, su forma ligeramente ovalada y su textura granulométrica, de arenisca fina de cierta dureza. Los investigadores proponen que estos cantos rodados se habrían traído de una de las calas de la misma Illa den Colom, en concreto la conocida precisamente como Punta des Macs (Punta de los Cantos Rodados), a unos 750 m de Sa Mitja Lluna, en la que abundan este tipo de piedras, a las que ha "seleccionado" y dado forma la erosión marina. El utillaje lítico se complementa con percutores y con morteros de cazoleta, que habrían servido para triturar y seleccionar el mineral.

Mediante otra línea de investigación, la arqueométrica, los análisis de procedencia y distribución mediante Isótopos de plomo han permitido proponer posibles relaciones entre este depósito mineral y el metal depositado en los ajuares funerarios de cronología coincidente. En este sentido, aunque se trataría de una explotación local relativamente modesta, en la Edad del Bronce existe un gran movimiento de objetos y de personas, y hay indicios para proponer que el mineral extraído de Sa Mitja Lluna fué utilizado para elaborar instrumentos y objetos que se han encontrado no solo en Menorca, sino también en las otras islas del archipiélago Balear.

Los expertos aseguran que las investigaciones en este yacimiento podrán contribuir a responder muchas preguntas que se hacen actualmente los prehistoriadores especializados en temas de minería y arqueometalurgia, entre ellas si se ejercía un control directo de los recursos minerales, si la explotación era permanente o estacional y ponderar el nivel de importancia que el cobre tenía dentro de la comunidad y hasta qué punto determinaba aspectos de la vida cotidiana y de relaciones sociales o de organización.

Después del éxito de esta última intervención, todo parece indicar que las futuras intervenciones programadas por el equipo de arqueólogos arrojarán nuevos e interesantes datos que nos ayudarán a comprender el complejo mundo de la producción y movilidad de objetos metálicos en la prehistoria. La singularidad del yacimiento, que es sin duda un testimonio único, podrá además aportar un valor añadido a la candidatura de Menorca Talayótica como Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Referencia bibliográfica

HUNT ORTIZ, M.A., LLULL ESTARELLAS, B., PERELLÓ MATEO, L., y SALVÀ SIMONET, B. (2014) Aprovechamiento de recursos cupríferos en la Edad del Bronce de Men.... CPAG, 24: 85-109.

Fuente: diariodesevilla.es | 14 de noviembre de 2019

Hallan restos romanos de casi 2.000 años de antigüedad en Cortijo de Acebedo, Mijas (Málaga)

Hallan restos romanos de casi 2.000 años de antigüedad en Málaga (Josele González, alcalde de Mijas)

Restos arqueológicos de procedencia romana de casi 2.000 años de antigüedad han sido hallados en Mijas (Málaga) en las nuevas excavaciones que se realizan en el yacimiento Cortijo de Acebedo, que se suman a los restos ya hallados en este enclave desde 2017.

El alcalde de Mijas, Josele González, ha informado este martes de los nuevos restos hallados y ha explicado a los periodistas que en las últimas excavaciones "se han descubierto varias habitaciones que formaban parte de un gran edificio”.

González ha afirmado que se va a actuar sobre dos cuadrículas más y los trabajos que se realicen permitirán “obtener más información” sobre las distintas estancias que componían el edificio termal, donde se conoció la existencia de una piscina de agua fría y unas letrinas.


Foto: Cuchara de bronce aparecida en restos arqueológicos en Cortijo de Acebedo de MijasAYTO MIJAS

Entre los utensilios que han aparecido como resultado de las últimas excavaciones destacan una cuchara de bronce -de entre los siglos I y III-, una ánfora localizada en el interior de la zona termal -siglo IV-, monedas, y elementos cosméticos y decorativos para la mujer de época romana.

La directora de la excavación, Desireé Piñero, ha declarado que es posible que se descubra la continuidad del edificio termal con otras estancias, como pueden ser otras piscinas, un posible vestíbulo y un patio que distribuía las distintas habitaciones, algo que espera “obtener en los próximos meses”.


Foto: Ánfora localizada en el interior de la zona termal, siglo IV d.C.

La edil de Patrimonio Histórico, Laura Moreno, ha informado de que “estas excavaciones han sacado a la luz numerosas piezas de distintos materiales y tipos” y que sobre estos materiales de cerámica y metal “se han efectuado labores de restauración y consolidación para su óptima conservación”.

Desde 2017, el Departamento de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Mijas desarrolla los trabajos de sondeo arqueológicos en la localidad, que pusieron al descubierto dos de los hornos del alfar de dicho yacimiento, en magníficas condiciones de conservación.


Fuente: lavanguardia.com | 19 de noviembre de 2019

Las huellas ‘fantasma’ de los humanos de hace 12.000 años

Las huellas fantasma de hace 12.000 años han reaparecido en el desierto del White Sands National Monument, Nuevo México. EE.UU. (Scientific Reports).

Es bien sabido que el Homo Sapiens interactuó en el pasado con la megafauna. Pero las huellas de esa vida en común entre humanos y mamuts o perezosos gigantes no son tan fáciles de detectar como parece. Encontrar esas evidencias era extremadamente raro porque quizás no se estaba buscando en los sitios adecuados.

Investigadores de la Cornell University han revelado que los entornos de playa antiguos son espacios propicios para hallar esos registros arqueológicos, aunque las impresiones pueden no ser visibles , según explican en un un estudio publicado en la revista Scientific Reports. Son “huellas fantasma” que en su mayoría permanecen inexploradas.

Mapa que muestra el Monumento Nacional de White Sands, Alkali Flat y el sitio de estudio

Algunas de esas marcas invisibles han permanecido ocultas desde el final de la última Edad de Hielo, hace unos 12.000 años. Una vez descubiertas, utilizando un nuevo tipo especial de radar que logra “penetrar en el suelo”, a los científicos les ha sorprendido no solo las pisadas si no, sobretodo, lo que había debajo.

”Nunca pensamos mirar debajo de las huellas”, explicó el autor principal del artículo, Thomas Urban. “Pero resulta que el sedimento en sí mismo tiene una memoria que registra los efectos del peso y el impulso del animal de una manera asombrosa. Nos da una manera de entender la biomecánica de la fauna extinta que nunca antes habíamos tenido”, añade.

El radar GPR ideado por los investigadores de la Cornell University (Scientific Reports)

Su análisis se llevó a cabo en el White Sands National Monument en Nuevo México (Estados Unidos). Utilizando un radar de penetración en el suelo (GPR), pudieron resolver el 96% de las huellas humanas en el área que estaban investigando, así como todas las marcas pertenecientes a vertebrados más grandes.

“La técnica podría aplicarse a muchos otros sitios de huellas fosilizadas en todo el mundo, incluidos los sitios donde se sabe que hay registros fósiles de dinosaurios. Ya hemos probado con éxito el método de manera más amplia en múltiples ubicaciones dentro de White Sands“, señala en un comunicado Urban.

(A) Las principales pistas y rastros observados en el sitio de estudio que se divide en Ubicación-1 y Location-2 (mostrado en la verdadera relación espacial). (B) Trozo de amplitud GPR (2,0 a 4,0 ns). Huellas humanas que fueron excavadas y que se utilizaron para el análisis se indican con (+), mientras que una línea de huellas de perezoso sin excavar (identificada en un trabajo de campo posterior) se indica con (x).

Más información

Estas huellas “fantasma” se pueden hacer visibles por un corto tiempo después de que caiga la lluvia sobre el lugar concreta y cuando las condiciones atmosféricas son las correctas. Pero ahora, utilizando métodos de geofísica, "se pueden registrar, rastrear e investigar en 3D para revelar interacciones, historia y mecánica animal y humana del Pleistoceno”, señala.

El GPR es un método no destructivo que permite a los investigadores acceder a información oculta sin necesidad de hacer una excavación sobre el terreno. El sensor, que es una especie de antena, se arrastra sobre la superficie y envía una onda de radio al suelo. La señal que se recupera da una imagen de lo que hay debajo de la superficie.

Las huellas de los humanos del Pleistoceno son casi imperceptibles a simple vista (Scientific Reports)

”La respuesta del radar sugiere que el sustrato que envuelve las impresiones contiene más humedad que el sedimento circundante, incluso en condiciones secas, algo que es evidente cuando se excavan las pistas”, escriben los autores. Estos efectos dan información sobre la presión y el impulso del pie y el cuerpo en las pistas, lo que da detalles sobre el tamaño y el movimiento del animal.

Además de datos biomecánicos, el GPR brinda a los investigadores una forma de aprender sobre lo que los humanos primitivos hicieron cuando no estaban en un espacio para acampar o cazar, los dos tipos de sitios arqueológicos más conocidos para este período de tiempo. ”Podemos ver cómo las personas rastrean animales o se mueven para otras tareas de la vida diaria”, concluyen.

Fuente: lavanguardia.com | 13 de noviembre de 2019

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Así cazaban los humanos a las grandes bestias del pleistoceno

Así cazaban los humanos a la megafauna del Pleistoceno (Science Advances / Wikipedia)

Los megaterios eran bestias fabulosas. Perezosos terrestres de gran tamaño que habitaron Sudamérica desde inicios del Pleistoceno (hace nos dos millones de años) hasta hace unos 8.000 años. Apoyándose sobre sus patas traseras, su altura -unos cinco metros- y volumen -podían alcanzar las cuatro toneladas- les convertían en una presa formidable, todo un desafío para los cazadores humanos y su rudimentario armamento.

Enfadado, moviendo sus enormes y peligrosas garras a un lado y a otro, no eran fáciles de atrapar. Hasta que alguien encontró una solución para obtener la ventaja definitiva en esa batalla entre el hombre y la bestia. El hambre agudiza el ingenio y la arqueología permite desentrañar secretos ocultos durante más de 10.000 años.

Porque fue por ese entonces cuando un grupo de cazadores se encontraban en lo que actualmente es el White Sands National Monument,en Nuevo México (Estados Unidos). Ese hermoso paraje, utilizado por los militares para desarrollar el programa espacial estadounidense o realizar innumerables pruebas con misiles, hay una gran playa de sal (lego seco) conocida como Alkali Flat y el campo de dunas de yeso más grande del mundo (en este sitio se han grabado películas como Transformerso, El Libro de Eli, por ejemplo).

En el apogeo de la Edad de Hielo, ese espacio estuvo ocupado por un gran Laho Otero. A medida que el clima se calentó, el lago se redujo. El lecho erosionado dio paso a las dunas y las salinas. La megafauna de esa época -entre la que s encontraba el perezoso gigante, dejó huellas en los sedimentos, igual que también hicieron los humanos que los cazaron.
Las marcas son notables y, aunque están situadas a escasos centímetros de la superficie, se han conservado de forma notable. Su estudio ha permitido a los investigadores narrar esta historia. Así fue como los seres humanos consiguieron cazar a los megaterios.

La zona estaba plagada de perezosos gigantes, mastodontes, mamuts, camellos o lobos horrendos (Canis dirus), muchos de los cuales se extinguieron al final de la Edad de Hielo. Los expertos no saben si la caza de estos presas fue exhaustiva, pero las huellas encontradas si indican algunos ejemplos de las técnicas que usaron para perseguir a estos animales gigantes.

El esqueleto de un megaterio (Wikipedia)

Un grupo específico de huellas humanas han aparecido junto a las impresiones de los megaterios. Los arqueólogos creen que esta era le técnica usada para acecharlos y finalmente matarles para comer. “También hemos identificado grandes ‘círculos agitados’ que indican que el perezoso se levantó sobre sus patas traseras y balanceando las delanteras, presumiblemente en un movimiento defensivo y de barrido para mantener a raya a los cazadores. A medida que se balanceaba, puso sus nudillos y garras hacia abajo para estabilizarse”, escriben.

Fuente: lavanguardia.com | 24 de abril de 2018

Descubren los fragmentos de cuerda trenzada de hace unos 13.000 años en Alicante

a – c Fragmentos de cordaje de Cuevas de Santa María (Alicante)

Un equipo de la Universidad de Valencia (UV) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha demostrado el uso de fibras vegetales durante el final del Paleolítico en las cuevas de Santa María (Alicante), con la datación más antigua de Europa para un objeto fabricado sobre fibras trenzadas: 12.700 años antes del presente.

Se trata de fragmentos de cuerda trenzada y de improntas de cestería sobre arcilla. Los investigadores también han dado a conocer las primeras evidencias sobre el uso de contenedores fabricados a partir de cestos recubiertos de arcilla.

Cuevas de Santa María (Alicante)

El trabajo, publicado en la revista académica Vegetation History and Archaeobotany, analiza tanto la especie utilizada para obtener cuerdas trenzadas, su tratamiento y preparación, como su uso para fabricar artefactos más complejos como cestas y contenedores, detalla la universidad en un comunicado.

Estos materiales, datados de hace unos 13.000 años, se han utilizado ampliamente entre las sociedades históricas, pero se desconocía su uso en la Prehistoria. Por tanto, es una aportación importante al conocimiento del uso de materiales perecederos entre las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras del Paleolítico europeo, destaca J. Emili Aura, catedrático del departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la UV.

J. Emili Aura (izquierda) en las cuevas de Santa María (Alicante).

La conservación de fibras vegetales de esta antigüedad requiere de unas condiciones de preservación particulares, como la de los fragmentos de arcilla con improntas de cestos cuya exposición al fuego ha posibilitado su conservación. Son contenedores con una antigüedad que supera en 5.000 años la de las primeras cerámicas neolíticas del Mediterráneo occidental.

El análisis de las fibras vegetales ha permitido identificar los restos como pertenecientes a una monocotiledónea, probablemente del grupo de las gramíneas y muy similar al esparto. Sus hojas fueron trenzadas para fabricar cuerdas con las que se pudieron elaborar un gran número de artefactos de varios usos.
Impresiones de fibra trenzada sobre arcilla de Santa Maira a la izquierda y una ilustración a la derecha. Debajo se muestra la estructura de torsión.

CORREGIR UN SESGO HISTÓRICO

"Los datos de Santa María permiten empezar a corregir un gran sesgo: Pensar que sólo los materiales que se conservan mejor, como la piedra, el hueso o la concha, fueron los más usados es un error. Estas evidencias demuestran que otros materiales y técnicas debieron tener un uso amplio y aplicaciones diversas: cestas, mochilas o calzado”, explica el también director del proyecto de excavaciones.

Este sesgo también afecta a la importancia atribuida a estas técnicas durante el Paleolítico. También incide en el carácter de la actividad de trenzar cuerda y sus posibles autores, ya que “en sociedades históricas fue una tarea estacional desarrollada en gran medida por mujeres”.
Fragmentos de arcilla cocida con improntas de fibras trenzadas

En concreto, los materiales analizados indican la fabricación de objetos de cestería mediante cuerdas, sin descartar la posible elaboración de tejidos. Los fragmentos de barro con improntas permiten plantear la hipótesis de que se trata de cestos que fueron recubiertos con barro, que pudieron ser utilizados para la conservación de líquidos o para la cocción.
Su descubrimiento abre así preguntas como la relación de las cuerdas y contenedores con el resto de técnicas y materiales encontradas en el yacimiento o con la paleoeconomía de estos grupos y sus sistemas de asentamientos.

El equipo está formado por Aura, Yolanda Carrión (investigadora del Ramón y Cajal), Guillem Pérez (CSIC y UV), Carles Miret y C. Carlos Verdasco, investigadores formados en la Universidad. Además de Jesús F. Jordá, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), y Joan R. Seguí (Museo Valenciano de Etnología).

La investigación se ha realizado dentro de un proyecto financiado por la Consejería de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital de Valencia, en el proyecto ‘AICO 2018-125’.

Fuentes: elperiodic.com | larazon.es | 13 de noviembre de 2019

Reconstruyen por primera vez la cara de una joven guerrera vikinga que murió hace 1.000 años en Solør, Noruega

La sangrante herida de la frente de esta guerrera vikinga fue causado por el golpe de una espada (National Geographic)

Cuando la espada cayó sobre su cabeza, la cuchilla la cortó hasta los huesos. Los científicos que estudian el cráneo fracturado de la mujer vikinga 1000 años después todavía no están seguros de si el golpe realmente la mató; sin embargo, el tesoro de armas enterradas con ella deja en claro que, no obstante, murió como una guerrera.

Esa vikinga, que vivió y murió alrededor del año 900, fue excavada por primera vez en una granja en Solør, Noruega, en 1900. Su cabeza descansaba sobre un escudo, un esqueleto de caballo con bridas yacía acurrucado a sus pies, y su cuerpo fue encajonado por una espada, lanza, hacha de batalla y flechas. Cuando un análisis rápido reveló que el esqueleto era femenino, se interpretó de inmediato como el primer ejemplo físico de una doncella-escudo: una guerrera mítica de las que solo se hacían referencias en textos medievales.

Ahora, por primera vez, los investigadores de la Universidad de Dundee, en Escocia, han utilizado la tecnología de reconstrucción facial para recrear la apariencia de esa doncella, incluida la herida que pudo haber terminado con su vida.

Ella Al-Shamahi se encuentra cara a cara con el cráneo de la mujer vikinga. Fotografía: Eloisa Noble / National Geographic

Los resultados, que puedes ver arriba y en el nuevo documental de National Geographic, "Viking Warrior Women", muestran a una mujer de unos 18 o 19 años con una mandíbula fuerte, ojos hinchados y una frente que ha visto mejores días. Según el análisis del equipo, el cráneo de la mujer guerrera sufrió una grave lesión en la cabeza realizada con un golpe de espada. Sin embargo, la herida mostró signos de curación y puede no haber sido su causa principal de su muerte.

Ya sea que la herida fuera fatal o no, la reconstrucción facial sugiere que "Este esqueleto puede ser la primera evidencia que se ha encontrado de una mujer vikinga con una lesión sufrida en una batalla", dijo a The Guardian la arqueóloga Ella Al-Shamahi, anfitriona del nuevo documental.

Foto: Ella Al-Shamahi examinando huesos vikingos en el Museo de Historia de Suecia en Estocolmo. (National Geographic / Eloisa Noble).

"Estoy muy emocionada, porque esta es una cara que no se ha visto en 1.000 años ... De repente se ha vuelto muy real", dijo la experta en restos humanos antiguos. "El esqueleto siempre fue identificado como femenino, pero nunca como una guerrera, a pesar de que su tumba estaba completamente llena de armas", agregó Al-Shamahi. "Podría haber sido una comandante militar", aunque algunos expertos aún se resisten a la idea de que las mujeres podrían haber sido tales guerreras.

Si bien reconoce Al-Shamahi que las mujeres corrían el riesgo de ser dominadas en el combate cuerpo a cuerpo, argumenta que podrían haber sido buenas combatientes a larga distancia, disparando flechas mortales a caballo, convirtiéndolas en "igual de eficaces que los hombres".
Es este un aspecto interesante, especialmente para los investigadores que intentan anular la suposición centenaria de que los guerreros vikingos eran exclusivamente hombres. Este estereotipo recibió su propio golpe en 2017, cuando se demostró que un esqueleto vikingo, hallado en Birka (Suecia), y del que se presumió durante los últimos 70 años como perteneciente a un hombre (porque había sido enterrado con un tesoro de armas), era de una mujer después de haberse realizado un análisis de su ADN.

Dibujo de la tumba arqueológica encontrada y etiquetada Bj 581 por Hjalmar Stolpe en Birka, Suecia, publicado en 1889.

Al igual que la doncella-escudo de Solør, esta mujer fue enterrada con una gran variedad de armas y caballos, además de un conjunto de piezas de juego que sugerían una aptitud táctica acorde con un oficial militar de alto rango, según manifestaron en un estudio los investigadores que hicieron su descubrimiento. No solo es probable que ella fuera una guerrera, sino que también podría haber sido una general militar.
"Nuestros resultados advierten contra interpretaciones radicales basadas en ... ideas preconcebidas", escribieron los investigadores en su artículo de 2017. "Nuestros resultados ... sugieren que las mujeres vikingas, de hecho, pudieron ser miembros plenos de las esferas dominadas por los hombres".

El profesor Neil Price (izquierda), experto en vikingos y consultor arqueológico en el proyecto, cree que los hallazgos desafían los supuestos anteriores: "Hay tantos otros entierros en el mundo vikingo ... que no me sorprendería en absoluto si encontráramos más mujeres guerreras”.

Si desea rendir homenaje a la doncella-escudo de Solør, puede encontrar su cráneo lesionado y sus gastadas armas en una exposición del Museo de Historia Cultural de Oslo, Noruega, hasta el próximo 22 de noviembre del actual año.

En la exposición VÍKINGR, se exhibe el cráneo Nordre Kjølen con sus armas. Foto: Ellen C. Holte / KHM

Fuentes: livescience.com | theguardian.com/uk | khm.uio.no | 9 de noviembre de 2019