¿Esconde un algoritmo secreto el «Hombre de Vitruvio» de Leonardo da Vinci?

La nueva revelación sobre Leonardo da Vinci se define ya como revolucionaria. Es excepcional, fruto de treinta años de reflexión y siete de investigación. La conclusión es que el «Hombre de Vitruvio» («Uomo Vitruviano»), un verdadero icono del genio del Renacimiento –la muy célebre representación de las proporciones ideales del cuerpo humano, realizado por Leonardo da Vinci a partir de los textos de arquitecto de la antigua Roma, Vitruvio–, es en realidad la imagen del algoritmo secreto. Un algoritmo anterior que los artistas han utilizado desde el siglo IV al VIII para «certificar» sus propias obras como inspiradas en la Proporción Divina (el número áureo, llamado también proporción divina y razón dorada, en el ámbito de las artes figurativas y de la matemática indica el número irracional número irracional 1,6180339887… ).

Durante cinco siglos el dibujo del «Hombre de Vitruvio» habría escondido un engaño, es decir: no solamente es mucho más de lo que parece, sino que también habría sido realizado para dar forma en modo cifrado o en clave al secreto de los secretos. La muy antigua fórmula aritmética y geométrica que los gremios de artistas utilizaban y se transmitían entre ellos, observando los parámetros impuestos por la Iglesia, para realizar cualquier tipo de obra. Este es el estudio que ha realizado un historiador de arte Roberto Concas (izquierda), de 67 años, exdirector del Museo Arqueológico Nacional de Cagliari (Cerdeña). Se trata de una investigación fascinante como si fuera una novela de intriga y suspense propia de Umberto Eco, según cuenta en exclusiva la agencia de noticias ANSA. El trabajo se explicará en dos volúmenes que se publican el primero de enero y se le dedicará una gran exposición en Cagliari en mayo 2020, con un significativo título: «El engaño del Hombre Vitruviano. El algoritmo de la proporción divina».

Dos hombres en el dibujo

El primer descubrimiento de Concas en el dibujo realizado por Leonardo en 1490 es que contiene dos hombres en dos diversas edades de la vida, quizás incluso tres. Esto según el profesor Concas se comprueba viéndolo en un espejo para que nos aparezca la imagen real del dibujo, dando un sentido a lo que hasta ahora se consideraban «errores». Él lo explica así a Ansa: «Todo ha iniciado de las preguntas que me hice sobre los Retablos de Cerdeña. ¿Por qué –me preguntaba- tienen esta forma particular a tres? No había respuestas. He investigado durante 30 años. Después, en un momento dado encuentro el algoritmo que me hace comprender cuál es la parte central y cuál la lateral. Pero eso era solo el inicio. En el 2012, mirando el dibujo del Hombre de Vitruvio advierto una proporción similar en la línea de abajo: dos partes más pequeñas, una central más grande».

El espejo

El historiador de arte Concas reconoce que es «agotador» explicarlo, pero concluye aclarando su intuición y sorprendente descubrimiento. «Fue como abrir una caja tras otra, cada solución me abría otras tres al mismo tiempo, una serie de casos. Empecé a comprender que el dibujo contiene dos caras. El ojo derecho es de un hombre maduro, el de la izquierda es de un rostro más joven. Me vino la intuición: Si Leonardo escribió con la izquierda (el artista era ambidiestro) aprendió utilizando el espejo… también aquí usa el espejo para reconstruir una figura completa. Y las medidas me han dado razón».

¿Qué representa y qué importancia tiene la teoría o, mejor dicho, el descubrimiento del profesor Concas? Lo explica a Ansa la directora de los museos de Cerdeña, Giovanna Damiani (derecha): «Yo lo definiría como revolucionario, porque es un descubrimiento capaz de imponer un nuevo paradigma en la historia del arte, un canon que ha permanecido inédito, que no cancela los que son habituales para nosotros, pero abre a nuevas interpretaciones, quizás intuidas por algunos historiadores del arte, pero nunca hasta hoy codificadas».

El por qué de las medidas de los brazos

En definitiva, dos hombres en el mismo dibujo, y con el espejo se ve claramente, de edad diversa, pero diseñados para representar lo que el matemático Luca Pacioli, fraile franciscano, definía como ciencia secretísima de la Divina proporción. En el libro de Pacioli, titulado precisamente «Sobre la proporción divina» –o proporción áurea-, con ilustraciones de Leonardo da Vinci, publicado en 1509, trata sobre las proporciones matemáticas y sus aplicaciones a la geometría, al arte visual y a la arquitectura. A este respecto, profesor Concas pone un ejemplo: «Las medidas de los brazos, que son diversas, proceden del concepto de un número generador, 225,5 y 180,5. Haciendo restas o divisiones se obtienen todas las medidas exactas de los dos brazos».
Representación de Luca Pacioli en su estudio.

Una regla que no se tenía que perder

Leonardo temía que con el tiempo se perdiera la proporción áurea o número de oro –llamada por primera vez «Divina Proporción», a comienzos del siglo XVI–, «la regla que había sido usada por arquitectos, escritores y poetas», según precisa el profesor Concas. «Se utilizó por primera vez –añade– en el Arco de Constantino, en el 315-325 d.C., los años del primer concilio de Nicea, el primer concilio ecuménico cristiano. Pero también en la Piedad de Miguel Ángel y obviamente en la Gioconda. Después de todo, eran reglas sencillas, como las del fútbol, 17 reglas simples. Después, en su puesta en práctica, hay quien es capaz de marcar como Ronaldo. Así también Rafael hacía obras maestras ateniéndose a las reglas».

El algoritmo («el conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema», según definición de la RAE) desde el siglo IV, cuando la religión cristiana se convierte en religión de estado, servía para difundir y defender los gremios o corporaciones. No era suficiente con dibujar la Virgen, había que hacerlo según las reglas secretas, que de forma simplificada se podrían definir como una «espiral doble», que tiene un significado filosófico muy antiguo. «Si Leonardo hubiera desvelado que el "Hombre de Vitruvio" contenía este secreto, lo habrían llevado a la hoguera», afirma el profesor Concas. Un misterio perdido «cuando con el Iluminismo terminó el poder de la Iglesia y llegó el laicismo. Pero si miramos a nuestro alrededor, encontramos rastros de ello en todas partes, hasta ahora incomprensibles para nosotros», concluye el profesor Roberto Concas.

El «Hombre de Vitruvio», conservado en la Galería de la Academia de Venecia desde 1822, una de las obras que más atraen en la gran exposición dedicada a Leonardo, con motivo del 500 aniversario de la muerte del llamado «Divino Pintor», será vista desde hoy con mayor curiosidad si cabe. Además de ser una obra maestra absoluta de la cultura, el Hombre de Vitruvio, conserva aún secretos y misterios. Palabra del profesor Concas: «Por ahora no quiero añadir nada más; el misterio no termina aquí».

Fuente: abc.es | 3 de diciembre de 2019

Hallan cientos de tablillas cuneiformes y sus “sobres” en la antigua ciudad mesopotámica de Marad

Tablillas, y fragmentos de las mismas, junto con 'sobres' con inscripciones cuneiformes.

Hace miles de años en Mesopotamia, para intercambiar información de todo tipo, las cartas se escribían en tablillas que luego se enviaban y guardaban en recipientes, cual sobres, de arcilla. Docenas de fragmentos de estos antiguos sobres han sido encontradas por arqueólogos italianos en Irak.
Forman parte de un conjunto de hallazgos excepcionales, en cantidad y estado de conservación, sacados a la luz durante la campaña de excavaciones en Irak llevada a cabo por la Universidad de Pisa en colaboración con la Universidad de Siena y la organización iraquí al-Qādisiyyah.

'Cretula' de arcilla con improntas de sello

Los arqueólogos han encontrado un centenar de fragmentos de tablillas con textos cuneiformes que datan de principios del II milenio a.C. (incluyendo ocho tablillas enteras o casi enteras), así como un rico repertorio de cerámicas y más de noventa cretulae, es decir, bloques de arcilla con huellas de sellos o cuerdas usados para garantizar que no se ha manipulado el cierre de un contenedor de tablillas o de otros artículos cualesquiera.

Las investigaciones arqueológicas, que finalizaron en noviembre, se llevaron a cabo en el Tell as-Sadoum, en el centro-sur de Irak. El yacimiento de 50 hectáreas, al este de Najaf en un brazo del río Éufrates, fue identificado como Marad, una antigua ciudad del sur de Mesopotamia, cuya historia puede ser rastreada desde el período protodinástico de Mesopotamia (III milenio a.C.) hasta el Imperio Neo-Babilónico (I milenio a.C.).

Vista aérea del yacimiento Tell as-Sadoum.

En particular, las excavaciones se centraron en torno a un gran templo en la cima de la colina principal y otras dos zonas, una residencial y otra de producción, donde se encontraron la mayor parte de las cretulae y tablillas.

Ortofotos con la ubicación de las tres áreas de excavación.


Sección de una vivienda de ladrillo en el Área B.

"En general, las tablillas atestiguan la riqueza y la animada vida económica y administrativa de la antigua ciudad de Marad y a menudo hablan de transacciones comerciales, así como de cuestiones administrativas y judiciales", explica Anacleto D’Agostino (izquierda), profesor de Arqueología del Cercano Oriente en la Universidad de Pisa, que coordinó el proyecto.

"Las tablillas que encontramos, pertenecientes al período del Imperio paleobabilonio (la época de Hammurabi), actualmente en examen, contienen acuerdos de compra, cartas y fórmulas de fechas y también mencionan los nombres de los soberanos, así como referencias a algunas ciudades".
"Estas tablillas pudieron estar encerradas en 'sobres' ('cretulae'), de los cuales encontramos docenas de fragmentos. Los 'sobres' son contenedores modelados en finas capas de arcilla con el asunto del mensaje impreso en la superficie junto con nombres o imágenes, utilizados para autentificar y garantizar el contenido".



"De hecho, la complejidad de la civilización de la época también puede verse en los sellos, frecuentemente repujados con piedras semipreciosas. Éstas eran a menudo, en efecto, la marca distintiva y la firma de personas y funcionarios prominentes. Las escenas grabadas en ellos reproducen diversos temas y a menudo son ejecutadas con gran cuidado y pericia por hábiles artesanos".


'Cretula' de arcilla con improntas de sello.


'Cretula' de arcilla con improntas de sello.

En las impresiones fragmentarias que salieron a la luz durante las excavaciones y que datan del III milenio a.C., hay, por ejemplo, escenas en miniatura que representan héroes luchando con animales salvajes y criaturas imaginarias, divinidades entronizadas, un león atacando a una gacela y un elefante.
"Dados los excelentes resultados de esta campaña y la importancia de los hallazgos la perspectiva es continuar el proyecto con una nueva misión en el campo también en 2020", concluye D'Agostino.
Procesamiento de ina tablilla mediante fotogrametría 3D

Fuentes: la brujulaverde.com | Universidad de Pisa | 2 de diciembre de 2019

La migración humana fuera de África pudo haber seguido el desarrollo de los monzones en el Próximo Oriente

Ian Orland en la cueva Soreq, Israel, donde algunas formaciones de cuevas de calcita tienen 185.000 años. Crédito: Ian Orland


El año pasado, un equipo de científicos anunció que una mandíbula humana y herramientas prehistóricas encontradas en 2002 en la Cueva Misliya, en el extremo occidental de Israel, tenían entre 194.000 y 177.000. Tal hallazgo sugiere que los humanos modernos, que se originaron en África, comenzaron a emigrar de este continente al menos 40.000 años antes de lo que los científicos pensaban anteriormente.

Pero la historia de cómo y cuándo los humanos modernos se originaron y se extendieron por todo el mundo todavía está en forma de borrador. Esto se debe a que la ciencia no ha determinado cuántas veces los humanos modernos abandonaron África, o cuántas rutas pudieron haber tomado.
Un nuevo estudio publicado esta semana en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) por geocientíficos y climatólogos estadounidenses e israelíes proporciona evidencias de que los monzones de verano de Asia y África pudieron haber llegado al Próximo Oriente durante períodos de tiempo que se remontan a hace por los menos 125.000 años, proporcionando corredores adecuados para la migración humana.

El momento probable de esta expansión de los monzones hacia el norte correspondió a cambios cíclicos en la órbita de la Tierra que habrían acercado el hemisferio norte al Sol y provocado un aumento de las precipitaciones de verano, lo cual, a su vez, pudo haber un aumentado la vegetación y favorecer la migración de animales y humanos.

"Podría ser un contexto importante para los expertos que estudian cómo, por qué y cuándo los primeros humanos modernos estaban migrando fuera de África", dice el autor principal Ian Orland (izquierda), un geocientífico de la Universidad de Wisconsin-Madison, y ahora en Estudios de Historia Natural y Geológica de Wisconsin. "El Mediterráneo oriental fue un cuello de botella crítico en esa ruta fuera de África, y, si nuestra sugerencia es correcta, hace 125.000 años y potencialmente en otros períodos, pudo haber habido lluvias más consistentes durante todo el año que habrían mejorado la capacidad de los humanos para migrar".

Mientras los humanos han realizado registros climáticos, los inviernos han sido húmedos y los veranos calurosos y secos en el Levante, una región que incluye a Israel, Siria, Líbano, Jordania y Palestina. Antes de los tiempos modernos esos veranos calurosos y secos habrían representado una barrera significativa para los individuos que intentaban moverse por aquellos paisajes.

Sin embargo, a los científicos les ha resultado difícil determinar qué tipos de patrones de precipitación podrían haber existido en el Levante prehistórico. Algunos estudios que han examinado una variedad de evidencias, entre las que se incluyen registros del polen, lechos de lagos antiguos y sedimentos del Mar Muerto, junto con algunos estudios de modelación climática, indican que los veranos en la región pudieron, en ocasiones, haber sido húmedos.

Foto: Estalactitas en la Cueva de Shorek

Para tratar de comprender mejor esta estacionalidad, Orland y sus colegas observaron formaciones de cavidades llamadas espeleotemas en la cueva de Shoreq, en Israel. Los espeleotemas, como las estalactitas y las estalagmitas, se forman cuando el agua gotea en una cueva y deposita un mineral llamado calcita. El agua contiene huellas dactilares químicas llamadas isótopos que mantienen un registro -como un archivo- del tiempo y de las condiciones ambiantales en las que han crecido los espeleotemas.
Entre estos isótopos hay diferentes formas de moléculas de oxígeno: una forma ligera llamada O16 y una forma pesada llamada O18. Hoy en día, el agua que contribuye al crecimiento de los espeleotemas durante gran parte del año tiene tanto oxígeno pesado como ligero, y el oxígeno ligero es proporcionado, predominantemente, por las tormentas de lluvia durante la estación húmeda de invierno.

Orland y sus colegas plantearon la hipótesis de que podrían ser capaces de discernir, a partir de los espeleotemas, si dos estaciones de lluvias habían contribuido a su crecimiento en el pasado, dado que podrían mostrar una firma similar de oxígeno ligero tanto en su crecimiento en invierno como en verano.
Imagen escaneada de una muestra de espeleotemas (sección transversal y vertical) analizada en el trabajo de investigación. Las muestras se cortaron en bloques de 1,5 cm de largo. Los cuadros rojos describen las áreas analizadas.


Para hacer esta comparación los científicos tuvieron que hacer mediciones de isótopos a través de bandas de crecimiento individuales, las cuales son más estrechas que un cabello humano. Mediante el uso de un instrumento de precisión del Departamento de Geociencia de la UW–Madison, llamado microprobeta iónica, el equipo midió las cantidades relativas de oxígeno ligero y pesado en los desarrollos estacionales a través de las bandas de crecimiento de dos espeleotemas de hace 125.000 años en la cueva de Shoreq.
Esta ha sido la primera vez que cambios estacionales pudieron ser directamente medidos en un espeleotema tan antiguo.

Al mismo tiempo que Orland estaba en busca de respuestas geológicas, su colega de la UW–Madison en el Instituto Nelson del Centro de Estudios Ambientales para la Investigación Climática, Feng He (izquierda), estaba usando independientemente modelos climáticos para examinar cómo la vegetación del planeta había cambiado a través de las fluctuaciones estacionales en los últimos 800.000 años. Colegas desde la escuela de posgrado, él y Orland se unieron para combinar sus respectivos enfoques después de apreciar que sus estudios eran complementarios.

Un estudio previo realizado en 2014 por el climatólogo y profesor emérito de la UW-Madison, John Kutzbach, mostraba que el Próximo Oriente pudo haber sido más cálido y húmedo de lo normal durante dos períodos de tiempo que corresponden aproximadamente a 125.000 años atrás y a hace 105.000 años. Por contra, en un punto intermedio, hace 115.000 años, las condiciones fueron más similares a las actuales.

Los períodos de tiempo más húmedos correspondieron a un pico de insolación durante el verano en el hemisferio norte, cuando la Tierra pasa más cerca del Sol debido a cambios sutiles en su órbita. El período de tiempo más seco correspondió a una de sus órbitas más lejanas del Sol. Las estaciones del monzón tienden a ser más fuertes durante la insolación máxima.

Esto le brindó a Feng He la oportunidad de estudiar las precipitaciones durante las altas y bajas insolaciones en las temporadas de verano del Próximo Oriente y observar sus firmas isotópicas. El modelo climático empleado "alimentó la hipótesis del monzón de verano”, pues sugirió que "bajo estas condiciones, los monzones podrían haber llegado al Próximo Oriente y tendrían una firma baja de O18", dice He, coautor del estudio. "Es un período muy intrigante en términos climáticos y de evolución humana".

Su modelo mostró que la expansión hacia el norte de los monzones de verano de África y Asia fue posible durante este período de tiempo, y habrían traído precipitaciones significativas al Levante en los meses de verano, y por tanto duplicado casi la precipitación anual en la región, al tiempo que habrían dejado una firma isotópica del oxígeno similar a las lluvias de invierno.

Por su parte, el análisis isotópico de los espeleotemas llevado a cabo por Orland también sugería que los veranos habían sido más lluviosos durante la insolación máxima hace 125.000 y 105.000 años.
Por razones similares, el Próximo Oriente también pudo haber sido cálido y húmedo hace unos 176.000 años, es decir, cuando la mandíbula de la Cueva de Misliya llegó a la misma, dicen los investigadores. Y anteriormente a esta mandíbula, fósiles humanos más antiguos y modernos fuera de África fueron hallados en la cueva de Skhūl, en Israel, los cuales datan entre 120.000 y 80.000 años atrás.

En general, el estudio sugiere que durante un período de tiempo en que los humanos y sus antepasados exploraron más allá del continente africano, las condiciones climáticas pudieron haberles sido favorables para atravesar el Levante.

"La migración humana fuera de África ocurrió a impulsos, lo que definitivamente es consistente con nuestra idea de que, cada vez que la Tierra estaba más cerca del Sol, el monzón de verano era más fuerte y esa fue una ventana climática que se abrió y brindó oportunidades para la migración humana fuera del continente africano”, concluye Feng He.

Fuente: Universidad de Wisconsin-Madison | 25 de noviembre de 2019

El campo de menhires del Guadiana es el más importante de Europa

Amontonamientos de piedras donde se detectan algunos menhires. / M. G.

En el término municipal de Ayamonte se encuentra el campo de menhires más importante de Europa, es a la conclusión a la que llegan expertos de distintas universidades españolas. Se trata de cientos de menhires decorados, de tamaño entre los 20 centímetros y los tres metros, en muy distintas posiciones. En la zona donde se realizaron destoconamientos de eucaliptos quedan majanos con grandes amontonamiento de menhires.

En la Finca la Torre y La Janera, que se extiende además desde Ayamonte (Huelva) por una pequeña parte del término municipal de Villablanca, se encuentra un yacimiento megalítico que corresponde con la importancia que tiene esta zona de la desembocadura del río Guadiana en la frontera con Portugal. En el país vecino también se han encontrado evidencias arqueológicas relevantes.

En esta zona fronteriza hay dos yacimientos catalogados, correspondientes a una cata arqueológica de la Mancomunidad Beturia y otro que aparece en la prospección de una línea eléctrica, para la evacuación de la corriente de un parque eólico.
Igualmente, en el termino municipal de Paymogo (Huelva) existen registros de interés prehistóricos. Donde ahora se fija la atención arqueológica es en esta finca, que supera todas las expectativas encontradas hasta el momento.


Estos menhires aparecieron en la prospección arqueológica que marca Cultura ante la petición de la propiedad de la finca para convertir 400 hectáreas en regadío, para lo que cuenta con la aprobación de Medioambiente. Esta cautela, que se pone en 2005, es la que va a aconsejar una posterior intervención para conocer con más detalle las características del yacimiento.
En este primer informe solicitado por Cultura consta que aparecen cientos de amontonamientos de piedras de menhires prehistóricos, más un número indeterminado distribuidos en la finca, unos movidos y otros clavados in situ.

Se encuentran estructuras de menhires de tipo crómlech, monumentos megalíticos circulares de gran interés, y cientos de estos con decoraciones. Existen varias hileras de menhires de más de 100 metros de largo y 50 de ancho, que se alinean con el sol.
El estudio de especialistas geólogos confirma la existencia de grabaciones en las piedras. Mientras que hay arqueólogos que destacan la importancia del yacimiento prehistórico, señalando que en Europa no hay nada que se pueda comparar con esto, dada su relevancia.


Lo cierto es que en este campo de menhires no se sabe cuántos cientos puede haber en toda la finca. El proyecto agrícola se reactiva en 2018 y con ello se tiene que volver a las indicaciones de Cultura, que marca la necesidad de una intervención arqueológica de mayor estudio, ante los interesantes resultados hallados en la primera prospección.

La Delegación de Cultura mandó a primeros de 2019 que se realizara una investigación en profundidad que hasta el momento no se ha realizado. En este sentido cabe destacar el compromiso manifestado en su momento por las universidades de Huelva, Sevilla y Alcalá de Henares para realizar la investigación, ante los conocimientos que pueden aportar en esta materia.
Por otra parte, señalar que hay una segunda resolución por parte de Cultura destinada a una zona de 100 hectáreas, donde se indica que hay menos evidencias arqueológicas. Aquí se realiza un vuelo topográfico de precisión en el que al parecer solo se detectan varias anomalías de interés arqueológico, que quedarán balizadas y, con ello, liberado el resto del espacio. Mientras, expertos entienden que no se cumple con lo mandado por Cultura, que incide en la necesidad de un estudio en profundidad y no en una prospección visual.

Fuente: huelvainformacion.es | 26 de noviembre de 2019

“Los menhires del Guadiana pondrán a la provincia en el primer plano internacional”


La Delegación de Cultura ha confirmado la importancia del conjunto megalítico de menhires del Guadiana, que ayer adelantó Huelva Información, y que se encuentra en una finca de Ayamonte (Huelva), para cuyo estudio hay una dotación económica por parte de la Junta de Andalucía que asciende a 75.000 euros. José Correa, delegado de Fomento y Cultura, señala que “este campo de menhires es muy importante para nuestra provincia, la va a poner en el primer plano internacional en megalitismo”.

Se trata de una concentración de menhires que superan los cien, algunos de ellos se ven alineados con el sol y en estructuras circulares tipo crómlech; y algunos con grabados en la piedra. Como adelantó este periódico, en 2015 se llevó a cabo una prospección arqueológica para la instalación de unos molinos eólicos en la Finca la Torre y la Janera, “entonces se realizó una prospección arqueológica y no había prácticamente nada”, confirma el delegado.Ahora es la empresa Valle del Guadiana la que solicita en 2018 la transformación de la finca de forestal a agrícola, según información de Cultura que destaca que “desde una visualización de la zona se comprueba la existencia de elementos que pueden tener relevancia”.

Es por lo que, como señala el delegado José Correa, “se le exige al Valle del Guadiana un estudio arqueológico que realiza la empresa Ánfora”. En el informe elaborado, que llegó a la Delegación de Cultura el pasado mes de agosto, se resalta el interés por este entorno. “Al leer la memoria se da cuenta que tiene importancia relevante para proceder a una cautela de la finca”, por lo que Cultura quiere conocer ahora “qué parte está afectada o cuál es menor o muy poco significativa”.
En este sentido, Cultura recuerda que en el interés por conocer más a fondo la importancia del yacimiento prehistórico “se solicitó el criterio de especialistas, se contó con la valoración de técnicos de las universidades de Alcalá de Henares y de Huelva, y se encontraron evidencias de su importancia y relevancia”.

Cabecera de menhir decorado. / M. G.

Este campo de menhires del Guadiana será estudiado en más profundidad como adelanta José Correa, con lo que deja fuera todo tipo de especulación que se pueda crear sobre el conjunto megalítico. “Se promueve el estudio integral que se realizará en 2020; con esta investigación sabremos hasta qué punto de relevancia estamos hablando”, dice.Un estudio que no está asignado aún y José Correa espera “que intervengan la Universidad de Huelva y otras universidades, que “aporten sus conocimientos los mayores expertos en megalitismo; serán los técnicos los que nos digan la importancia del yacimiento”.

La dotación económica por parte de la Junta de Andalucía es de 75.000 euros que, según el delegado, “se podrá disponer a primeros de 2020, ya que se trata de una partida que está incluida ya en los presupuesto, a la que se podrá unir otras anualmente dependiendo de la importancia de lo que se encuentre”.

Hay más de cien menhires, algunos de pie, pero lo importante está ahora en lo que señala el delegado, el hecho de conocer en verdad la dimensión del yacimiento. “Es un lugar de matorral de más de un metro -destaca-, en el que ahora mismo lo más que se puede hacer es intuir lo que hay, por lo que se está a la espera de lo se encuentre”.

Insiste en la importancia de este yacimiento prehistórico para la provincia, a la vez que tranquiliza de su futuro. “Es una finca de 600 hectáreas y no toda está afectada; donde se ha encontrado restos de interés arqueológicos se ha realizado la cautela y no se puede tocar; ahora se verá a lo que afecta el resto”, dice José Correa.

La alcaldesa de Ayamonte espera su puesta en valor

La alcaldesa de Ayamonte, Natalia Santos, dijo ayer sobre el yacimiento prehistórico que espera que “no sean ciertas algunas informaciones que me están llegando en el día de hoy y que, presuntamente, podrían afectar a estos hallazgos arqueológicos”, a la vez que espera que el actual delegado de Cultura, “sea lo suficientemente sensible” y “que no esté permitiendo actividad alguna que pueda atentar contra tan extraordinario patrimonio”.

Natalia Santos manifiesta que “desde el Ayuntamiento de Ayamonte apostaremos por el desarrollo de este yacimiento arqueológico del gran valor”. Al igual, recuerda que en su etapa de delegada de Cultura es cuando se pone la cautela y la petición del informe de 2018.

Fuente: huelvainformación.es | 27 de noviembre de 2019

Madrid ha preservado una de las mayores concentraciones de yacimientos paleolíticos de Europa

Los investigadores Susana Rubio-Jara y Joaquín Panera, del Programa de Arqueología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), y el geoarqueólogo Alfredo Pérez-González, son los editores de un volumen especial de la revista Quaternary International sobre el Pleistoceno de los valles de los ríos Manzanares y Jarama (Madrid). Situados estratégicamente en el centro de la península ibérica, han preservado una de las mayores concentraciones de yacimientos paleolíticos de Europa que abarcan un período de unos 800.000 años.
Un equipo multidisciplinar coordinado por los editores de este volumen monográfico ha desarrollado durante los últimos años un proyecto de investigación, cuyos resultados se recogen en parte en los diez artículos científicos de este número especial, sobre evolución climática, paisaje, restos paleontológicos y comportamiento de diferentes especies humanas. Parte de estos trabajos han sido financiados por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, y por el Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid.

Las características geológicas de los valles de los ríos Manzanares y Jarama, en combinación con la explotación de áridos y la proximidad de la ciudad de Madrid han favorecido el hallazgo de numerosos descubrimientos de herramientas del Paleolítico y restos paleontológicos desde que en 1862 se identificaran útiles líticos en el Cerro de San Isidro.
Dicho yacimiento es uno de los primeros de Europa que permitieron plantear una antigüedad para el origen del ser humano muy alejada de lo que se suponía en ese momento. Desde entonces, esta zona ha sido objeto de especial atención en la prehistoria europea.

Prácticamente todos los depósitos fluviales preservados en estos valles madrileños, desde finales del Pleistoceno Inferior al final del Pleistoceno Superior, conservan vestigios de ocupaciones humanas, que se corresponden con el Paleolítico Inferior ("conjuntos de núcleos y lascas" y achelenses), Paleolítico Medio, y Paleolítico Superior, "lo que posibilita el estudio de la variabilidad del comportamiento de grupos humanos a lo largo de este período en un mismo marco geográfico, el estudio de la coexistencia entre grupos con diferentes tradiciones tecnológicas, y sus dinámicas de población", explica Joaquín Panera.

Fuente: burgosnoticias.com | 27 de noviembre de 2019

El caballo era el rey de los animales... miles de años antes de ser domesticado

Los caballos prehistóricos representados en la gruta Chauvet, en Francia (PNAS)

En el arte rupestre, el caballo tenía una papel especial. Acostumbra a ser la imagen principal dentro de la “jerarquía” de los animales representados hace miles de años por humanos en las paredes de distintas cuevas repartidas por toda Europa. “A menudo se destacan por su notable ubicación, tamaño y la calidad estética de sus representaciones”, señala el investigador Georges Sauvet.
Este arqueólogo (izquierda), del Centre de Recherche et d’étude préhistorique (CREAP) de la Universidad de Toulouse ha reunido una base de datos con más de 4.700 representaciones de animales y ha constatado que "Los caballos son marcadamente diferentes de las de otras especies que comienzan en el Auriñaciense y continúan en todo el Paleolítico Superior, y en toda el área franco-cantábrica”.
El equino era visto como un rey por los humanos miles de años antes de que estos decidieran (o consiguieran) su domesticación. Las pinturas analizadas son de un periodo situado hace entre 12.000 y 30.000 años, mientras que la evidencia más clara y temprana del uso de este animal como medio de transporte se halla en los enterramientos con carros alrededor del 2.000 antes de Cristo.
“La representación de los equinos en las imágenes paleolíticas puede entenderse como un dominio conceptual y una posición clave en los principios de organización. El caballo comprende más de una cuarta parte del bestiario y está presente en más de tres cuartas partes de las regiones de Europa en el Paleolítico superior”, señala el investigador en un estudio publicado en la revista Journal of Archaeological Science: Reports .

Cueva de Lascaux. Friso de los cinco pequeños caballos.

Según escribe Georges Sauvet, “Hubo una cohesión significativa y expansiva en las creencias subyacentes y la expresión artística de estos cazadores-recolectores paleolíticos” que pueden entenderse como “un indicador de la existencia de redes de intercambio”. Las variaciones regionales observadas en los corceles son “principalmente estilísticas y temáticas”.


Foto: cabeza de caballo grabada en la Cueva de Comarque (Francia)

“Incluso el mayor número de representaciones posteriores en la región cantábrica o la ‘preferencia’ por las representaciones de mamut en el Périgord (suroeste de Francia) no socavan la primacía del caballo como el sujeto preferido”, concluye el investigador. De hecho, por cada cuatro animales (leones, rinocerontes, mamuts, bisontes y osos, entre otros), seguramente uno será un caballo.

El hecho de que los humanos del Paleolítico le dieran tanta preeminencia a los equinos sorprenden no solo por el hecho de que ocurrió miles de años antes de domesticar esta especie. También es destacable que, en aquella época, eran los renos los que proporcionaban la mayor parte de la carne que se consumía.

Mientras que la mayoría de los animales se dibujan orientados hacia la izquierda, los caballos son la única especie predominantemente orientada hacia la derecha. Además, eligieron lugares notables, altos y visibles, para dibujar grandes equinos que estaban “en la cima”, sobre el resto de las especies.

Foto: Caballo de la cueva Rouffignac (Francia)

Un caballo de 2,70 metros de largo dibujado en el gran techo de la cueva Rouffignac, en Dordoña, en el suroeste de Francia, es probablemente el equino más grande del arte rupestre paleolítico descubierto hasta este momento. Debajo hay un anillo formado por bisontes, ibex, mamuts y rinocerontes.

Fuente: lavanguardia.com | 25 de noviembre de 2019