Las excavaciones en la ciudad neolítica de Shimao siguen ofreciendo nuevos hallazgos sobre el origen de la civilización china

Una ciudad fortificada de 4.300 años y coronada por una pirámide escalonada de más de 60 metros de altura conocida como Shimao desafía las narrativas tradicionales sobre la historia antigua de China. FOTOGRAFÍA DE BEN SHERLOCK, NATIONAL GEOGRAPHIC

Las piedras guardan celosamente sus secretos. Durante décadas, los aldeanos de las colinas polvorientas de la meseta de Loes creyeron que las murallas de roca decrépitas cerca de sus casas formaban parte de la Gran Muralla China. Tenía sentido. Los restos de esta antigua barrera zigzaguean a lo largo y ancho de esta región árida en el interior del meandro norte del río Amarillo, que marca la frontera territorial china desde hace más de 2.000 años.
Pero había un detalle curioso fuera de lugar: residentes y saqueadores empezaron a encontrar fragmentos de jade entre los escombros, algunos de ellos con forma de discos, hojas de cuchillo y cetros. El jade no es autóctono de la parte más septentrional de la provincia de Shaanxi —la fuente más cercana se halla a casi 1.600 kilómetros— y no era una característica conocida de la Gran Muralla. ¿Por qué aparecía tanto en una región yerma tan cerca del desierto de Ordos?

Cuando un equipo de arqueólogos chinos se dispuso a investigar este enigma hace años, empezaron a desenterrar algo maravilloso y desconcertante. Las piedras no formaban parte de la Gran Muralla, sino que eran las ruinas de una magnífica ciudad fortificada. La excavación actual ha revelado casi 10 kilómetros de muros de protección que rodean una pirámide de 70 metros de altura y un santuario interior con murales pintados, objetos de jade y evidencias horripilantes de sacrificios humanos.

Antes de la suspensión de las excavaciones a principios de este año -debido a la pandemia de coronavirus-, los arqueólogos habían hallado 70 relieves en piedra en forma de serpientes, monstruos y bestias medio humanas que se parecen a la iconografía china de finales de la Edad del Bronce.
Asimismo, la datación mediante la prueba del carbono 14 determinó que algunas partes de Shimao, el nombre del yacimiento (se desconoce su nombre original), se remontan a hace 4.300 años, casi 2.000 años antes que la sección más antigua de la Gran Muralla China y 500 años antes de que la civilización china arraigara en la Llanura Central, a cientos de kilómetros al sur.

Shimao floreció en esta región aparentemente remota durante casi medio milenio, entre el 2.300 a.C. y el 1.800 a.C. Entonces, de forma repentina y misteriosa, quedó abandonada.
Ninguno de los textos antiguos que han guiado la labor arqueológica mencionan una ciudad antigua tan al norte de la denominada "cuna de la civilización china", y mucho menos una de este tamaño, complejidad e interacción con las culturas extranjeras. Shimao se ha convertido en el mayor asentamiento neolítico de China con un arte y una tecnología que procedían de la estepa septentrional y que influirían en las futuras dinastías chinas.

Junto a los hallazgos recientes en otros yacimientos prehistóricos cercanos y de la costa, Shimao ha hecho que los historiadores se replanteen los comienzos de la civilización china y ha expandido lo que saben sobre las ubicaciones geográficas y las influencias externas de sus culturas más antiguas.

"Shimao es uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de este siglo", afirma Sun Zhouyong (izquierda), director del Instituto Provincial de Arqueología de Shaanxi y líder de la excavación en Shimao.
"Nos aporta una nueva perspectiva sobre el desarrollo de la antigua civilización china".

Diseñada para resistir al peligro

La primera impresión de Shimao —incluso siendo un yacimiento parcialmente excavado en las colinas yermas sobre el río Tuwei— es la de una ciudad diseñada para afrontar peligros constantes. Se construyó en una zona conflictiva, una frontera sometida durante milenios por la guerra entre los pastores de la estepa septentrional y los agricultores de las llanuras centrales.
Para protegerse de rivales violentos, las élites de Shimao diseñaron su pirámide oblonga de 20 escalones en la colina más alta. La estructura, visible desde cualquier lugar de la ciudad, mide casi la mitad que la Gran Pirámide de Guiza de Egipto, que se construyó en torno a la misma época (2.250 a.C.). En cambio, su base es cuatro veces mayor y las élites de Shimao se protegieron viviendo en el piso superior de la plataforma, que incluía un complejo palaciego de ocho hectáreas con su propio embalse de agua, talleres de artesanía y, con toda probabilidad, templos para rituales.


Las paredes fortificadas de más de dos metros de grosor rodeaban la ciudad. Las ruinas se descubrieron hace décadas, pero se creía que formaban partes de la Gran Muralla China hasta que los hallazgos recientes revelaron que eran mucho más antiguas. FOTOGRAFÍA DE LI MIN, UCLA.

Desde la pirámide central de Shimao irradiaban kilómetros de murallas perimetrales interiores y exteriores, un diseño urbano embrionario que imitaron las ciudades chinas a través de los siglos. Para construir los muros se necesitaron 125.000 metros cúbicos de piedra, un volumen equivalente al de 50 piscinas olímpicas. Supone un logro impresionante en una sociedad neolítica cuya población oscilaba entre los 10.000 y los 20.000 habitantes. Por el tamaño del proyecto, los arqueólogos creen que Shimao contaba con la lealtad —y la mano de obra— de ciudades satélite más pequeñas que se han descubierto hace poco en su órbita.

También se han desenterrado más de 70 ciudades de piedra de la misma época neolítica, conocida como cultura de Longshan, en el norte de la provincia de Shaanxi. Diez de ellas se encuentran en la cuenca del río Tuwei, donde se sitúa Shimao. "Estos pueblos o ciudades satélites son como lunas que orbitan alrededor del yacimiento de Shimao", afirma Sun. "Juntas sentaron unas bases sociales sólidas para la formación estatal de Shimao".


a) Vista aérea de la puerta oriental (fotografía cortesía de Zhouyong Sun y Jing Shao) b) Reconstrucción de la puerta oriental c) Sección de la torre norte d) Plan de bastiones cerca de la puerta este (imagen cortesía de Zhouyong Sun y Jing Shao). (Antiquity).

Las fortificaciones de Shimao son asombrosas por su tamaño, pero también por su ingenio. El sistema defensivo incluía barbacanas (unas estructuras defensivas con puertas flanqueadas por torres), puertas que solo permitían entrar en un sentido y baluartes (una parte de la pared que sobresale y que permite lanzar fuego defensivo en varias direcciones). También empleaba una estructura cuyos ángulos atraían a los atacantes hacia una zona donde los defensores podían golpearlos desde tres lados, un diseño que se convertiría en un aspecto básico de la arquitectura defensiva china.
Dentro de las murallas de piedra, el equipo de Sun halló otra innovación inesperada: vigas de madera utilizadas como refuerzos. La prueba del carbono 14 reveló que databan del 2.300 a.C. Las vigas de ciprés intactas representaban un método de construcción que los académicos pensaban que había comenzado en la dinastía Han, más de 2000 años después.

Los arqueólogos han descubierto 80 cabezas decapitadas en fosas bajo las murallas de la ciudad. FOTOGRAFÍA DE ACADEMIA DE ARQUEOLOGÍA DE SHAANXI.

Un hallazgo truculento

El descubrimiento más espeluznante se produjo bajo la muralla oriental de la ciudad: 80 cráneos humanos enterrados en seis fosas. Las dos fosas más cercanas a la puerta oriental, la entrada principal a la ciudad, contenían exactamente 24 cráneos cada una. La cantidad y la colocación de los cráneos sugieren que fue una decapitación ritual durante la disposición de los cimientos del muro; es el ejemplo más antiguo documentado de sacrificio humano en la historia china. Los científicos forenses determinaron que casi todas las víctimas eran chicas jóvenes, probablemente prisioneras que pertenecían a un grupo rival.

"La escala de la violencia ritual observada en Shimao no tiene precedentes en la antigua China", afirma Li Min (izquierda), arqueólogo de la Universidad de California, Los Ángeles, que ha visitado y escrito acerca de Shimao. Los cráneos de Shimao presagiaron el enorme sacrificio humano que se convirtió en lo que Li describe como "un atributo definitorio de la civilización Shang" muchos siglos después (del 1600 al 1046 a.C.), antes de que las dinastías posteriores pusieran fin a la práctica.

Los cráneos son solo una indicación de que la puerta oriental marcaba la entrada a un mundo diferente. Cualquiera que cruzara el umbral —pasando sobre las fosas con víctimas de sacrificios— enseguida se habría asombrado ante las señales visibles. Se habían tallado rombos en varios bloques de piedra en las murallas en terraza, lo que les otorgaba aspecto de ojos que vigilaban la puerta oriental. En las paredes de piedra, a intervalos regulares, había miles de fragmentos de jade de color verde oscuro y negro, ornamentos brillantes que servían para mantener el mal alejado y proteger el poder y la riqueza de las élites de Shimao. La abundancia de artefactos de jade sugiere que Shimao importaba grandes cantidades de este material de socios comerciales distantes.


Todas las víctimas eran chicas adolescentes que podrían haber sido sacrificadas durante la ceremonia de fundación de la ciudad. FOTOGRAFÍA DE (PANTALLAZO DE) NATIONAL GEOGRAPHIC.

A pesar de que hoy parece remota, Shimao no estaba aislada del mundo exterior. Intercambió ideas, tecnología y bienes con un amplio abanico de culturas, desde la estepa de Altái hasta las regiones costeras cercanas al mar Amarillo.

"Lo importante es que Shimao, y muchas zonas más, demuestra que la civilización china tiene muchas raíces y no surge únicamente del desarrollo en la Llanura Central en el medio del río Amarillo", afirma Jessica Rawson (derecha), profesora de Arte y Arqueología Chinas en la Universidad de Oxford. "Varias características se basaban en el mundo más allá del actual norte de China; por ejemplo, las estructuras de piedra, que están más relacionadas con la estepa que con la Llanura Central. Otros rasgos eran animales pastoreados para la subsistencia, bueyes y ovejas, y la metalurgia. Son tecnologías muy importantes que China adoptó e incorporó en su cultura a la perfección".

Muchos de los artefactos hallados en Shimao podrían haber procedido solo de tierras distantes. Además del jade, los arqueólogos encontraron restos de piel de caimán, que debieron de llegar desde una región pantanosa mucho más al sur. Es probable que se utilizaran tambores de piel de caimán en ceremonias rituales, una señal del papel fundamental que desempeñaba la música en la vida palaciega de Shimao.

Hubo otro descubrimiento que desconcertó a Sun y su equipo: 20 fragmentos de hueso delgados, lisos y curvados, todos idénticos. Los arqueólogos suponían que se trataban de peines u horquillas, hasta que un experto musical dedujo que los huesos eran los ejemplos más antiguos de un instrumento de lengüeta conocido como arpa de boca o birimbao.

"Shimao es el lugar de nacimiento del arpa de boca", afirma Sun, que apunta que el instrumento se extendió a más de 100 grupos étnicos del mundo. "Es un hallazgo importante que aporta pistas valiosas para explorar los antiguos flujos de la población y la cultura".


Shimao es el mayor asentamiento de la Edad de Piedra que se ha documentado en China y solo se ha excavado una pequeña parte del yacimiento. Es muy probable que los arqueólogos sigan descubriendo cosas. FOTOGRAFÍA DE RACHEL VAKNIN, NATIONAL GEOGRAPHIC.


Los grabados en piedra desenterrados recientemente "podrían haber dotado la pirámide escalonada de un poder religioso especial", señalaron los arqueólogos. FOTOGRAFÍA DE BEN SHERLOCK, NATIONAL GEOGRAPHIC.

Misterios y pistas

Por ahora solo se ha excavado una pequeña fracción de Shimao, así que seguirán descubriéndose cosas nuevas. Junto a los grabados de piedra hallados el año pasado, los arqueólogos encontraron evidencias de bustos y estatuas humanas que en su día estaban colocadas en las murallas en torno a la puerta oriental. Ahora se ha empezado a comprender el posible significado de los grabados, pero las representaciones antropomórficas son "un intento muy innovador y raro", señala Li Min.

Hay muchos aspectos de Shimao que son un misterio, como su nombre. Los arqueólogos aún intentan entender cómo funcionaba su economía, cómo interactuaban con otras culturas prehistóricas y si sus élites poseían un sistema de escritura. "Eso resolvería un misterio prolongado", afirma Sun.

Sin embargo, sí hay pistas sobre por qué Shimao quedó abandonada tras 500 años. No fue un terremoto, una inundación ni una plaga. Es posible que en parte los ahuyentara una guerra, pero los científicos creen que el cambio climático desempeñó un papel fundamental.


Vista aérea del enclave de Shimao.

En el tercer milenio a.C., cuando se fundó Shimao, un clima relativamente cálido y húmedo atrajo a una población en expansión a la meseta de Loes. Los registros históricos demuestran un cambio rápido del 2.000 al 1.700 a.C. hacia un clima más seco y frío. Los lagos se secaron, los bosques desaparecieron, los desiertos se agrandaron y los habitantes de Shimao migraron a lugares desconocidos.

La lengua del desierto de Ordos, antaño distante, se encuentra ahora a orillas del río Tuwei, justo bajo la entrada a Shimao. El antiguo yacimiento está envuelto en polvo, rocas y silencio. Con todo, tras 4.300 años, una de las ciudades más antiguas del mundo ya no se ha perdido ni abandonado en la historia. Sus piedras han revelado sus preciados secretos y han hecho que los expertos se replanteen lo que saben sobre el periodo más antiguo de la civilización china. Y quedan muchas revelaciones por delante.

Fuente: nationalgeographic.es | 11 de agosto de 2020

Hallan en Ojén, Málaga, herramientas líticas de hace entre 300.000 o 200.000 años

El Ayuntamiento del municipio malagueño de Ojén ha informado de un "importante" hallazgo arqueológico, en concreto restos de unas herramientas correspondientes, presumiblemente, al Paleolítico Inferior, aunque habrá que esperar la verificación de los expertos de la Universidad de Málaga (UMA).

Fernando Bernal y Vicenta Alguacil han sido los descubridores de los restos en el término municipal de Ojén que, según los primeros estudios, "datarían de la época más antigua de la humanidad".
Según han explicado los descubridores, "se trata de los objetos más antiguos elaborados por los seres humanos en Europa, son herramientas muy toscas, elaboradas hace entre 300.000 o 200.000 años".

"Estamos pendientes de que se verifique y certifique por parte de arqueólogos de la Universidad de Málaga el hallazgo, pero todo indica que se trata de útiles del Paleolítico Inferior", ha señalado Fernando Bernal.

Para el alcalde de Ojén, José Antonio Gómez, este descubrimiento "pone de manifiesto la importancia de esta zona, un lugar que ha sido elegido por su fertilidad y su idoneidad para la vida, para crear asentamientos desde que el hombre es hombre. Ahora solo esperamos la verificación pertinente que supondrá el inicio de más estudios".

Los restos han sido encontrados a la intemperie en una zona de Sierra Blanca, cuya ubicación concreta no se hará pública para evitar el expolio. De constatarse dicho hallazgo, arrojaría información relevante y valiosa sobre el poblamiento de Europa por parte de humanos procedentes de África, han apuntado desde el Ayuntamiento.

Fuente: catalunyapress.es | 10 de agosto de 2020

Hallan evidencias de que hace unos 100.000 años los humanos modernos que salieron de África cruzaron el Négev (Israel)

Un tesoro de herramientas de sílex del Paleolítico Medio recientemente descubierto en las afueras de Dimona, en el desierto del Néguev, revela el camino que el hombre moderno tomó desde África a Israel hace unos 100.000 años.

La excavación que las encontró explora el primer sitio israelí conocido en el que se utilizó una tecnología única de tallado de pedernal, llamada “Nubia-Levallois”, para forjar las herramientas. Esta técnica de fabricación de puntas líticas es una tarjeta de visita que permite a los arqueólogos datar con firmeza dónde y cuándo el hombre moderno estuvo en áreas específicas, explicó la codirectora de la excavación, de la Autoridad de Antigüedades de Israel, Maya Oron, a The Times of Israel.

La arqueóloga Maya Oron en el yacimiento hallado a las afuera de Dimona, en el desierto de Negev, Israel. (Emil Aladjem / Autoridad de Antigüedades de Israel).

Por lo tanto, el descubrimiento permite a los arqueólogos conectar los lugares donde se han encontrado estas herramientas y tener una imagen más clara de la ruta que los primeros humanos tomaron en su salida desde el este de África, a través de la Península Arábiga, hasta Israel.
"Es la primera vez que los arqueólogos israelíes han identificado con seguridad el uso de esta técnica en la producción lítica local", dice Oron. "Encontramos algunos rastros en el Néguev, pero era una piedra aquí y otra allá, en la superficie, no excavadas en un lugar concreto. Por primera vez, podemos constatarlas in situ y datarlas”, agrega.
En un comunicado de prensa de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI), las codirectoras Oron y Talia Abulafia dijeron que el yacimiento de Dimona representa probablemente la penetración más septentrional de la industria de herramientas de sílex desde África oriental y marca la ruta de migración del Homo sapiens desde África a Arabia Saudita, y desde la península arábiga al Néguev.

Vista aérea del yacimiento hallado (Emil Aladjem / Autoridad de Antigüedades de Israel)

Este yacimiento intacto del Paleolítico Medio (un período que abarca desde hace unos 200.000 a 45.000 años) permite a las arqueólogas Oron y Abulafia echar un vistazo a un taller de sílex congelado en el tiempo. Fue descubierto durante las excavaciones de salvamento realizadas por la AAI antes de la construcción de un nuevo campo de energía solar por la Corporación Eléctrica de Israel en las afueras de Dimona.

Las herramientas de sílex descubiertas fueron realizadas utilizando una técnica llamada método de tallado Nubia-Levallois, llamado así por dos yacimientos arqueológicos en los que se descubrieron herramientas similares: Nubia, en África Oriental, y Levallois, un suburbio de París. Oron explicó que las diferentes oleadas migratorias de los primeros humanos se caracterizan por los métodos particulares que usaban para producir herramientas, los cuales cambiaban de una cultura a otra. Este método creó piezas muy puntiagudas que podían ser usadas como puntas de lanza (derecha).

“Nuestra suerte es que la gente no sólo talló el pedernal y usaba las herramientas, sino que dejó restos de esta producción en el lugar", comenta Oron. "Otro golpe de suerte fue que después de dicha elaboración, el sitio fue rápidamente cubierto por el viento con sedimento de loess y arena de las dunas del Néguev, dejando el yacimiento perfectamente preservado para su estudio".

Oron, que está escribiendo su tesis doctoral sobre los yacimientos del Paleolítico Medio en el Néguev, dijo que el Homo sapiens habría habitado muchos sitios en la zona, pero la mayoría han sido arrasados o destruidos, y se han perdidos para los especialistas.

Otras herramientas de sílex fabricadas con esta técnica fueron descubiertas durante un estudio de campo en dos enclaves cerca de Nahal Paran y Nahal Tsihor, que están situados en las llanuras del Paran en el Aravá, según un artículo de investigación del 2017 de Mae Goder-Goldberger (izquierda) publicado en el Journal of Lithic Studies.

Un completo análisis tecnológico del conjunto de herramientas no pudo ser completado. Sin embargo, Goder-Goldberger escribe: “Los hallazgos de estas dos localidades salvan una brecha en la extensión geográfica entre las tierras altas del Néguev y la Arabia central, añadiendo datos a las recientes discusiones sobre los marcadores arqueológicos de las modernas dispersiones humanas fuera de África y las rutas factibles hacia Eurasia y Arabia”.

Oron dijo que hace 100.000 años, estos humanos habrían visto un Néguev diferente de la tierra rocosa y estéril que vemos hoy en día. Siempre habría sido árida -precisa-, pero probablemente habría habido más agua de manantial disponible, vegetación y animales para la caza.

La capacidad de volver sobre los pasos de los primeros humanos modernos a través de estas “migas de pan”, similares a las de Hansel y Gretel, que dejaron con sus herramientas de sílex, es aún más emocionante para Oron cuando explora la posibilidad de las posibles interacciones entre los primeros humanos –esto es, el Homo sapiens y nuestros parientes los neandertales– los cuales pudieron haber caminado por el Levante al mismo tiempo.

Lascas nubia-levallois halladas en el yacimiento (Emil Aladjem / Autoridad de Antigüedades de Israel)

Hubo varias olas de migración humana desde África hacia el norte, dice Oron, así como varias olas de neandertales que se desplazaron hacia el sur desde Europa.
“Para mí lo más interesante es que durante el período Meso-paleolítico, sabemos realmente que había más de un tipo de humanos caminando sobre la Tierra. Podemos ver que los neandertales y los humanos modernos estuvieron al mismo tiempo en los mismos lugares, y estamos tratando de encontrar sentido a lo que pasó cuando se encontraron. ¿Cómo interactuaron?”, explica Oron.
"Con el nuevo hallazgo tenemos todas las piezas del rompecabezas. Creo que empezamos a ver estas 'migas de pan', y ahora tenemos un mejor conocimiento de cómo y por dónde migraron los humanos modernos”, cocluye.

Fuentes: timesofisrael.com | j.post.com | 4 de agosto de 2020

Aparece una villa romana bien conservada en Coea, Castro de Rei (Lugo)

Foto: Restos de la villa romana en Coea, Castro de Rei. Alberto Lopez

La reciente aparición de los restos de una villa romana en Coea, Castro de Rei (Lugo), al excavar para ubicar una torre eléctrica de la empresa Naturgy no fue una sorpresa para muchas personas. Los lugareños sabían de la aparición de tres columnas hace unos 50 años en una finca de Coea a pocos metros de donde se encontró el yacimiento.
Foto: Restos de losetas de cerámicas en la villa romana de Coea, Castro de Rei. Alberto Lopez

Vecinos del lugar habían encontrado hace unos sesenta años, al hacer un rebaje de terreno cerca de la casa familiar de los Rey-Stolle, una base de losetas de cerámica que tenía toda la pinta de ser la base de un horno. Las escorias de hierro fundido aparecían por todas partes en las fincas de aquella zona de Coea, como restos de una explotación de una veta de hierro y fundición para separarlo de los demás restos. En algún caso, los arados levantaron piezas de escoria muy voluminosas, de cientos de kilos, que hubo que dejar abandonadas en el terreno por su excesivo peso para una época con poca maquinaria.

Foto: Restos de escoria hallados en la villa romana en Coea. Alberto López
Y casi todo esto estaba ya recogido en el libro Castro de Rei. Historia, arte y Patrimonio, del divulgador e investigador lucense Luis López Pombo. En él, recogió y fotografió un capitel romano que estaba enterrado en fincas cercanas de una perfección y con una conservación similares a las de los buenos yacimientos de la misma Roma. Además de este capitel, apareció un pilón redondo hecho en granito con todas las características de ser una pieza romana, aunque a lo largo de los siglos se utilizó para muchos fines, incluso para comedero de pequeños animales.

Luis López Pombo describió en su libro, publicado hace más de veinte años, en 1999, buena parte de los hallazgos de esta villa romana de Coea, que vuelve a estar ahora en el ojo del huracán. Las fuentes documentales que maneja el divulgador van desde intelectuales de la era clásica hasta cronistas actuales o descendientes de la familia Rey-Stolle. Precisamente Ignacio Rey-Stolle, uno de los herederos de la finca en la que aparecieron algunos de los restos hace casi medio siglo, le habría enseñado a este autor en 1998 algunas de las piezas desenterradas, como el capitel de estilo corintio o un sarcófago antropomorfo, cuya existencia reflejaría posteriormente en su obra. Pero no solo apareció este sepulcro, sino que una segunda tumba probablemente de la misma época fue desenterrada también por aquel entonces en un alpendre cercano.
Foto: Restos de la villa roma en Coea, Castro de Rei. Alberto Lopez

Cuna de Teodosio el Grande

En el libro se hacen varias referencias a la Gran Enciclopedia Galega y en su sexto tomo, el escritor y catedrático de Cospeito, Xesús Rábade Paredes, tomando como soporte los textos de algunos autores clásicos, especula con la posibilidad de que el yacimiento de Coea fuera el lugar de nacimiento del emperador romano Teodosio el Grande. Parece ser que el historiador hispanorromano Hidacio sitúa a esta figura como natural de Cauca (Coca), en la provincia de Galicia, algo que corrobora Zósimo, historiador griego de principios del siglo V.

Aunque el libro de López Pombo da credibilidad a estos testimonios, no puede garantizar al 100% que esta «Cauca» gallega de la que hablaban los griegos haga referencia a la parroquia de San Salvador de Coea, ya que existieron otras poblaciones con el mismo nombre en todo el enclave gallego, ahora desaparecidas. Aún así, hay escritos que aseguran que el emperador efectivamente nació en esta aldea de Castro de Rei. Uno de ellos es el profesor José María Coira Sanjurjo, del que se hacen eco en Castro de Rei. Historia, arte y patrimonio, y quien rebate a los más desconfiados con tesis de otros historiadores de renombre.

Foto: Restos de la villa romana en Coea, Castro de Rei. Alberto Lopez

Testigo del imperio romano

El caso es que, sea cierto o no que Teodosio el Grande nació en Coea, el yacimiento se presenta como una villa coetánea al gran imperio romano de Lucus Augusti, y se ve que también conocida ya por alguno de los vecinos de la zona.

El asentamiento, en el que se supone que hubo más de un edificio de importante magnitud, sale ahora a la luz y parece haber sido un secreto a voces, aunque bien sigilosas, durante todos estos años.

Fuente: lavozdegalicia.es | 18 de julio de 2020

El ADN de un antepasado antiguo no identificado se transmitió a los seres humanos modernos

Un nuevo análisis de genomas antiguos sugiere que diferentes ramas del árbol genealógico humano se cruzaron varias veces, y que algunos humanos llevan ADN de un ancestro arcaico y desconocido.

Melissa Hubisz (izquierda) y Amy Williams (derecha) de la Universidad de Cornell y Adam Siepel del Laboratorio Cold Spring Harbor, informan sobre estos hallazgos en un estudio publicado en PLOS Genetics.

Hace aproximadamente 50.000 años, un grupo de humanos emigró de África y se cruzó con los neandertales en Eurasia. Pero esa no es la única vez que nuestros ancestros humanos y sus parientes intercambiaron ADN. La secuenciación de los genomas de los neandertales y de un grupo antiguo menos conocido, los denisovanos, ha aportado muchos conocimientos nuevos sobre estos sucesos de hibridación y sobre el movimiento de poblaciones humanas antiguas.

En el nuevo artículo, los investigadores desarrollaron un algoritmo para analizar genomas y que puede identificar segmentos de ADN que provienen de otras especies, incluso si el flujo de genes ocurrió hace miles de años y provino de una fuente desconocida. Mediante este algoritmo observaron los genomas de dos neandertales, un denisovano y dos humanos africanos, y encontraron evidencias de que el 3 por ciento del genoma neandertal provenía de humanos antiguos, y estiman que tal cruzamiento debió ocurrir hace entre 300.000 y 200.000 años. Además, el 1 por ciento del genoma denisovano probablemente provino de un pariente desconocido y aún más lejano, posiblemente del Homo erectus; y alrededor del 15% de estas regiones genómicas "superarcaicas" pueden haber sido transmitidas a los humanos modernos de hoy en día.
Modelo de población asumido para la inferencia usando el algoritmo ARGweaver-D. Los tamaños de población (constantes por rama) se muestran entre paréntesis. El modelo es invariante a los tamaños de población de las ramas de chimpancé de linaje único y homínidos súper arcaicos. Los eventos migratorios se muestran mediante flechas entre poblaciones; Las flechas sólidas se utilizan para eventos propuestos anteriormente y las flechas discontinuas para eventos nuevos. Todos los parámetros excepto t mig y t div se mantienen constantes en los valores especificados.

Estos nuevos hallazgos confirman casos previamente anunciados de flujo de genes entre humanos antiguos y sus parientes, y también apuntan a nuevos casos de hibridación. Dado el número de estos eventos de cruzamiento, los investigadores dicen que el intercambio genético fue probable siempre que dos grupos se solaparan en el tiempo y el espacio. Su nuevo algoritmo resuelve el desafiante problema de identificar pequeños remanentes del flujo de genes que aconteció hace cientos de miles de años, cuando solo se dispone de un puñado de genomas antiguos. Este algoritmo también puede ser útil para estudiar el flujo de genes en otras especies en las que se produjo hibridación, tal como ha sucedido con lobos y perros.

"Lo que creo que es emocionante de este trabajo es que demuestra lo que se puede aprender mucho sobre la profunda historia humana al reconstruir conjuntamente la historia evolutiva completa de una colección de secuencias genéticas de humanos modernos y homínidos arcaicos", dijo el coautor Adam Siepel (izquierda).

"Este nuevo algoritmo que Melissa ha desarrollado, denominado ARGweaver-D, puede llegar más atrás en el tiempo que cualquier otro método computacional que yo haya visto. Parece ser especialmente poderoso para detectar introgresiones antiguas", añade.

Fuente: phys.org | 6 de agosto de 2020

Arqueólogo israelí dice que una figura hallada en Khirbet Qeiyafa puede ser una antigua representación del rostro de Yahvé

Figura de una cabeza hallada en el yacimiento de Khirbet Qeiyafa que se interpreta como una representación del dios Yahvé, según el arqueológo Josef Garfinkel.

Una pequeña cabeza de arcilla que se remonta a hace casi 3.000 años puede ser una rara representación de Yahvé -Dios-, cuya imagen les fue prohíbida crear a los israelitas de acuerdo con los Diez Mandamientos, según informa un arqueólogo. Sin embargo, por otro lado, dos expertos en la materia han rechazado la idea de que dicha figura represente a Dios.

Jehová es el Dios de Israel; ahora bien, según la Biblia hebrea, a los antiguos israelíes se les prohibió crear representaciones de Yahvé, ya que uno de los 10 Mandamientos declara que " No harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra." (Éxodo 20: 4).

Los arqueólogos descubrieron la cabeza mencionada, de 5 centímetros de alto, entre las ruinas de un gran edificio que pudo haber sido un palacio en el yacimiento arqueológico de Khirbet Qeiyafa, en Israel, escribe Yosef Garfinkel (izquierda), director del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea y que co-dirige las excavaciones en Khirbet Qeiyafa, en un artículo recientemente publicado en la Biblical Archaeology Review.
"Debido a que la base del cuello de la figura está bien trabajada, la cabeza probablemente estaba unida a otro objeto, ya fuera un cuerpo o una vasija de cerámica", escribe Garfinkel.

"Con una parte superior plana, la cabeza tiene ojos, orejas y nariz que sobresalen, y, debido a que las orejas están perforadas, la figura pudo haber usado aretes. Alrededor de la parte superior de la cabeza hay un círculo de agujeros, lo cual puede ser parte de un tocado", aduce Garfinkel.

Ciudad fortificada de Khirbet Qeiyafa, que indica una sociedad urbana en Judá en la época del rey David, según el profesor Yosef Garfinkel, director del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea. (cortesía)

¿Por qué podría ser esta cabeza una representación de Yahvé?
Garfinkel sospecha que la cabeza de arcilla fue una vez parte de una estatuilla que representaba a Yahvé montado a caballo.

Sus argumentos para apoyar esta idea son complejos: por un lado, esgrime que esta es la única figurilla encontrada en Khirbet Qeiyafa que data de hace alrededor 3.000 años, y fue localizada en un edificio que puede ser un palacio, lo que sugiere que la misma era importante para las personas que vivían allí. El período de hace alrededor 3.000 años es importante, ya que es un período de tiempo en el que pudieron haber ocurrido muchos eventos descritos en la Biblia hebrea. Por ejemplo, el rey Salomón, si es que existió, pudo haber vivido en esa época. Garfinkel cree que la gente que vivía en Khirbet Qeifaya en esa época adoraba a Yahvé.

Además, los relatos bíblicos hablan que Yahvé cabalgaba por los cielos: "Por ejemplo, el Salmo 68: 4 dice: 'Cantad a Dios, cantad alabanzas a su nombre; alzad una canción al que cabalga sobre las nubes'", relata Garfinkel. Él señala que también hay un ejemplo importante en el Libro de Habacuc, en el que se describe a Dios montando a caballo: "¿Te enojaste con los ríos, oh Señor? ¿Fue tu ira contra los arroyos o tu cólera contra el mar cuando cabalgabaste en tus caballos, en tus carros de salvación?" (Habacuc 3: 8).
¿El caballo de Yahvé? Estatuilla de barro de un caballo, que data del siglo IX a. C., hallada en Tell Motza. Se encontraron dos de estas estatuillas junto con dos cabezas (Clara Amit, Autoridad de Antigüedades de Israel)

Aunque no se han encontrado otras estatuillas de este tipo en Khirbet Qeiyafa, sí se han hallado otras similares -hay una figura que posiblemente sea Yahvé montando a caballo-, que datan de hace casi 3.000 años, en un templo y tumbas funerarias en Israel. Por ejemplo, en el enclave de Tell Moza, excavaciones recientes descubrieron dos estatuillas de cabezas y dos figurillas de caballos dentro de un templo. Las mismas se remontan a casi 3.000 años atrás, y Garfinkel cree que originalmente mostraban dos representaciones de Yahvé montando a caballo. Dos de las cabezas están diseñadas de manera similar a la cabeza hallada en Khirbet Qeiyafa.

Cabezas de arcilla halladas en el sitio arqueológico de Tell Motza.

Además, la colección del difunto Moshe Dayan, un líder militar israelí, incluye una vasija que muestra a un jinete a caballo, que, según las notas de Dayan, pudo haber saqueado de una cueva funeraria en las colinas de Hebrón y también puede remontarse a casi 3.000 años, aduce Garfinkel en su artículo (Moshe Dayan fue acusado a menudo de participar activamente en el saqueo de yacimientos arqueológicos).

¿Yahvé a caballo? Vasija de cerámica con forma de jinete de la colección de Moshe Dayan. Se compró en el área de Hebrón y data de los siglos X-IX a. C. (Museo de Israel, Jerusalén)

Garfinkel sostiene que estas figurillas se encontraron en lugares de veneración -tales como un palacio, un templo o una cueva funeraria- porque son representaciones de Yahvé. Para los israelitas que vivieron en esa época, ver una representación de Dios era importante, dijo.
"Cuando un creyente ve el rostro de un ídolo, en ese mismo momento el ídolo también mira al creyente. Ese es un momento metafísico, un contacto entre la tierra y el cielo, es el núcleo de la experiencia religiosa", escribe Garfinkel. En todo el antiguo Oriente Próximo, "era una práctica común que la gente pudiera ver la imagen de una deidad dentro de un templo u otro lugar importante", asegura Garfinkel.

Él cree que la prohibición a los israelíes de representan a Yahvé no ocurrió hasta tiempos posteriores, quizás alrededor del siglo VIII a.C., si bien no se conoce el momento exacto.
Live Science se puso en contacto con varios académicos no afiliados al trabajo de Garfinkel para conocer sus opiniones sobre la cabeza de arcilla hallada en Khirbet Qeiyafa y la interpretación ofrecida por Garfinkel.

La mayoría no pudo responder al cierre de esta edición. Sin embargo, Oded Lipschits (izquierda), arqueólogo de la Universidad de Tel Aviv que codirige las excavaciones en Tell Moza, y Shua Kisilevitz (derecha), arqueóloga de la Autoridad de Antigüedades de Israel y de la Universidad de Tel Aviv que excava en Tell Moza, rechazaron la idea propuesta por Garfinkel en un escrito conjunto.
"Aunque no podemos descartar la posibilidad de que las cabezas humanas halladas en Tell Moẓa y Khirbet Qeiyafa representaran dioses, no tienen marcas, símbolos o atributos -como cuernos, medias lunas o toros- que se encuentran en figuras y representaciones visuales en todo el antiguo Oriente Próximo, las cuales podrían identificarlas como figuras divinas. Además, cuando los dioses eran representados con animales, no se sentaban en ellos -no necesitaban un transporte-, sino que estaban de pie a su lado", manifestaron Lipschits y Kisilevitz a Live Science en su respuesta.

También dijeron que la investigación arqueológica e histórica indica que hace unos 3.000 años Yahvé ni siquiera era adorado en la región, y mucho menos era el único dios de Israel.
"Incluso si tuviéramos que identificar las figuras como representaciones de dioses, no podrían haber sido representaciones de Yahvé, ya que éste no aparece en la región hasta antes del siglo IX a. C. A lo largo del período, al menos hasta finales del siglo VII a. C., se adoraba un panteón de dioses cananeos en toda la tierra de Israel. Ese panteón estaba inicialmente encabezado por el dios 'El', y desde el siglo IX a. C., Yahvé se convertiría en el dios principal", agregaron.

Foto aérea del templo de Tell Motza al final de la excavación de 2013. (P. Partouche, SkyView).

Los nombres bíblicos anteriores, como Samuel, Ezequiel, Betel, Jezreel, Penuel, Israel, etc., hacían referencia al dios 'El', y no fue hasta mediados del siglo IX a. C., que los nombres que hacen referencia a Yahvé, como Josafat, Ahazía y Ezequías, comenzaron a aparecer en la región.
"En general, el artículo de Garfinkel está plagado de inexactitudes fácticas y de un enfoque metodológico defectuoso, que ignora todas las publicaciones actuales y más relevantes, tanto en el estudio del culto en el antiguo Oriente Próximo como en el templo de Tell Moẓa y sus consiguientes artefactos de culto rescatados por los excavadores", escriben Lipschits, y Kisilevitz y agregaron que se publicará una respuesta más detallada en un número futuro de la Biblical Archaeology Review y en el sitio web de la publicación.

Fuentes: livescience.com | timesofisrael.com | enlacejudio.com | 1 de agosto de 2020