El ADN mitocondrial de un neandertal de hace 80.000 años revela afinidades culturales y genéticas entre Polonia y el norte del Cáucaso

Modelo digital 3D del molar S5000 hallado en la cueva de Stajnia (Polonia). Crédito: Stefano Benazzi

Hace alrededor de 100.000 años, durante la glaciación Würm, el clima cambió abruptamente y el medio ambiente de Europa Central y Oriental tornó de un hábitat boscoso a un hábitat abierto de estepa/taiga, lo que provocó la dispersión del mamut lanudo, el rinoceronte lanudo y otras especies del Ártico adaptadas al frío.

Los neandertales que vivían en estos territorios sufrieron severas contracciones demográficas debido a las nuevas condiciones ecológicas y solo regresaron a aquellas áreas que estaban por encima de los 48° de latitud norte durante las mejoras climáticas. Sin embargo, a pesar del asentamiento discontinuo, las herramientas de piedra bifaciales específicas persistieron en Europa central y oriental desde el comienzo de este cambio ecológico hasta la desaparición de los neandertales. Esta tradición cultural se llama Micoquiense y se extiendía por el entorno helado entre el este de Francia, Polonia y el Cáucaso.

Los análisis genéticos anteriores muestran que dos importantes eventos de rotación demográfica en la historia neandertal están asociados con la tradición cultural Micoquiense. Hace unos 90.000 años, los neandertales de Europa occidental reemplazaron a la población local de neandertales de Altai, en Asia Central. Y, sucesivamente, hace al menos unos 45.000 años, los neandertales de Europa occidental sustituyeron a los grupos locales en el Cáucaso.


Vista aérea de la cueva de Stajnia. Crédito: Marcin Zarski.

El artículo publicado en Scientific Reports y dirigido por investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Alemania, la Universidad de Wroclaw, el Instituto de Sistemática y Evolución de los Animales de la Academia Polaca de Ciencias y la Universidad de Bolonia, informa sobre el genoma mitocondrial más antiguo de un neandertal encontrado en Europa Central y Oriental. La edad molecular, de unos 80.000 años, coloca a un diente hallado en 2007 en la cueva de Stajnia (Polonia) en este importante período de la historia de los neandertales, cuando el medio ambiente se caracterizó por una estacionalidad extrema y algunos grupos se dispersaron hacia el este, hasta Asia central.
"Polonia, ubicada en el cruce entre las llanuras de Europa occidental y los Urales, es una región clave para comprender estas migraciones y para resolver preguntas sobre la adaptabilidad y biología de los neandertales en el hábitat periglacial. El molar S5000 de Stajnia es realmente un hallazgo excepcional que arroja luz sobre el debate acerca de la amplia distribución de los artefactos micoquienses", dice Andrea Picin (izquierda), autor principal del estudio e investigador postdoctoral en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig.

Análisis genético

Los restos neandertales asociados con la tradición cultural micoquiense son muy pocos y la información genética solo se ha extraído de muestras obtenidas en Alemania, el norte del Cáucaso y Altai, en Asia central.

"Éramos conscientes de la importancia geográfica de este diente para agregar más puntos cronológicos en el mapa de distribución de la información genética de los neandertales", dice Mateja Hajdinjak (derecha), coautora del artículo e investigadora postdoctoral en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva. "Descubrimos que el genoma mitocondrial del diente S5000 de Stajnia era el más cercano al de un neandertal del Cáucaso, Mezmaiskaya 1. Luego, hemos empleado el reloj genético molecular para determinar su antigüedad aproximada. Aunque el enfoque del acortamiento de ramas moleculares viene con un amplio rango de error, cruzar la información con el registro arqueológico nos ha permitido ubicar el fósil al comienzo de la última glaciación".

El diente, como se ha dicho, fue descubierto en 2007 durante un trabajo de campo dirigido por Mikolaj Urbanowski -(izquierda) también coautor del artículo de investigación- dentro de un conjunto de huesos de animales y algunas herramientas de piedra. La abertura de la cueva de Stajnia probablemente era demasiado estrecha para un asentamiento prolongado, y las ocupaciones de los neandertales fueron de corto plazo. El enclave podría haber sido un lugar logístico de asentamiento durante las incursiones realizadas en las tierras altas de Cracovia-Czestochowa.

"Nos hemos emocionado cuando el análisis genético reveló que el diente tenía al menos unos 80.000 años. Los fósiles de esta antigüedad son muy difíciles de encontrar y, en general, el ADN no está bien conservado", dicen Wioletta Nowaczewska (izquierda), de la Universidad de Wroclaw, y Adam Nadachowski (derecha), del Instituto de Sistemática y Evolución de los Animales de la Academia Polaca de Ciencias, ambos coautores del artículo. "Al principio pensamos que el diente era más joven ya que se encontraba en una capa superior. Sabíamos que la cueva de Stajnia es un sitio complejo y que la posdeposición perturbada por heladas podía mezclar artefactos entre capas. Estamos gratamente sorprendidos por el resultado".
Respecto a las características paleoantropológicas, Stefano Benazzi (izquierda), de la Universidad de Bolonia, e igualmente coautor del artículo, agrega: "La morfología del diente es típica de un neandertal, lo que también ha sido confirmado por el análisis genético. Y la condición desgastada de la corona dental sugiere que pertenecía a un adulto".

Neandertales en ambientes periglaciales

Los arqueólogos han estado desconcertados durante mucho tiempo por la resistencia de los neandertales en estas regiones, así como por la persistencia de las herramientas de piedra micoquienses durante más de 50.000 años en una zona espacial tan enorme. Más allá de las cuestiones tafonómicas, el conjunto lítico de Stajnia muestra un elenco de características que son comunes a varios yacimientos clave en Alemania, Crimea, el norte del Cáucaso y Altai (Asia Central).


Herramientas de piedra del Paleolítico Medio halladas en la cueva de Stajnia: 1-3 Herramientas bifaciales; 4 Preforma de una herramienta bifacial; 5-8 Lascas Levallois. Crédito: Andrea Picin.

Estas similitudes son probablemente el resultado de la creciente movilidad de los grupos neandertales que se desplazaban con frecuencia por las llanuras del norte y este de Europa en busca de animales migratorios adaptados al frío. Los ríos Prut y Dniéster muy posiblemente se utilizaron como los principales corredores de dispersión desde Europa Central hasta el Cáucaso. Pasillos similares también podrían haber sido utilizados hace unos 45.000 años, cuando otros neandertales occidentales que portaban herramientas de piedra micoquienses reemplazaron a poblaciones locales de la cueva Mezmaiskaya, en el Cáucaso.


Al resumir las implicaciones más amplias de este estudio, Sahra Talamo, de la Universidad de Bolonia, dice: "El enfoque multidisciplinario es siempre la mejor manera de contextualizar un enclave arqueológico desafiante, como ha sido evidente en esta investigación. El resultado del neandertal de Stajnia es un gran ejemplo que muestra cómo el reloj molecular es increíblemente eficaz para proporcionar dataciones superiores a 55.000 años antes del presente".

Fuente: Instituto Max Planck | 8 de septiembre de 2020

Identifican los valores matemáticos de los signos fraccionarios en la antigua escritura Lineal A de la isla de Creta

A la izquierda, signos de fracciones en Lineal A y su transcripción estándar; a la derecha, una de las tablillas analizadas: la tablilla de arcilla lineal A HT 104 (Cortesía del Museo Arqueológico de Heraklion y del Ministerio de Cultura y Deporte de Grecia, Fondo de Recursos Arqueológicos).

Un estudio reciente de un equipo de la Universidad de Bolonia publicado en Journal of Archaeological Science, ha arrojado nueva luz sobre el sistema minoico de fracciones, uno de los enigmas más destacados de la antigua escritura de números.
Hace unos 3.500 años, la civilización minoica de la isla de Creta desarrolló un sistema de escritura compuesto de signos silábicos, llamado Lineal A (o Linear A, en inglés), que a veces utilizaban para inscribir ofrendas en los santuarios y adornar sus joyas, pero principalmente ayudaba a la administración de sus centros palaciegos.

Un ejemplo, uno de los muy pocos, de la escritura minoica lineal A, que se encuentra en Creta, Grecia (Zde / CC BY-SA 4.0 )

Hoy en día, esta escritura permanece en gran parte sin descifrar e incluye un complejo sistema de notación numérica con signos que indicaban no sólo números enteros, sino también fracciones (como 1/2, 1/4, 1/8, etc.). Mientras que los números enteros fueron descifrados hace décadas, los estudiosos han estado debatiendo sobre los valores matemáticos exactos de los signos fraccionarios.

Según la investigadora principal Silvia Ferrara (izquierda), profesora del Departamento de Filología Clásica y Estudios Italianos de la Universidad de Bolonia, "nos propusimos resolver el problema a través de un método que combinaba diferentes líneas de investigación, muy pocas veces unidas entre sí, y un análisis paleográfico detallado de los signos y métodos de cálculo. De esta manera nos dimos cuenta de que podíamos acceder a la información desde una nueva perspectiva".

Los miembros del proyecto del Consejo Europeo de Investigación INSCRIBE (Invención de los signos y sus comienzos), Michele Corazza, Barbara Montecchi, Miguel Valério y Fabio Tamburini, dirigidos por la Dra. Ferrara, aplicaron un método que combina el análisis de las formas de los signos y su uso en las inscripciones junto con estrategias estadísticas, computacionales y tipológicas para asignar valores matemáticos a los signos del Lineal A para las fracciones.

El equipo estudió primero las reglas que los signos seguían en las tablillas de arcilla y otros documentos contables. Dos problemas habían complicado hasta ahora el desciframiento de las fracciones del Lineal A. Primero, todos los documentos que contenían sumas de valores fraccionarios con un total registrado estaban dañados o eran difíciles de interpretar, y segundo, contradecían los usos de ciertos signos, que sugieren que el sistema cambió con el tiempo. Así pues, la premisa inicial tenía que basarse en documentos concentrados en un período específico (ca. 1600-1450 a.C.), cuando el sistema numérico se utilizaba de manera coherente en toda Creta.

Detalle de la tablilla analizada lineal A HT 104 / foto Elsevier

Para investigar los posibles valores de cada signo fraccionario, el equipo excluyó los resultados imposibles con la ayuda de métodos computacionales. Luego todas las soluciones posibles –casi cuatro millones– se redujeron también comparando fracciones que son comunes en la historia del mundo (por ejemplo, datos tipológicos) y utilizando pruebas estadísticas. Finalmente, el equipo aplicó otras estrategias que consideraban la integridad y coherencia de las fracciones como un sistema y de esta manera se identificaron los mejores valores, con las menores redundancias. El resultado, en este caso, fue un sistema cuya fracción más baja es 1/60 y que muestra la capacidad de representar la mayoría de los valores del tipo n/60.

Este sistema de valores sugerido por el equipo de Bolonia ha tenido otras implicaciones importantes.
“Los resultados a los que hemos llegado muestran cómo la escritura Lineal B de los micénicos reutilizaba algunas fracciones de Lineal A para expresar unidades de medida particulares”, confirma Silvia Ferrara. “Por ejemplo, el signo que en Lineal A indica 1/10 fue adaptado en Lineal B como unidad de medida para productos secos que correspondía a 1/10 de una medida mayor. Esto muestra una continuidad histórica entre las dos culturas en el uso de los sistemas de escritura, desde las fracciones hasta las unidades de medida”.


Primer plano recortado de una tablilla Lineal A hallada en el palacio minoico de Zakros. (Olaf Tauch / CC BY 3.0 )

Esta investigación tiene como objetivo mostrar que los métodos tradicionales y los modelos computacionales, cuando se utilizan en sinergia, pueden ayudarnos a hacer progresos notables en la explicación de algunas cuestiones no resueltas vinculadas a las escrituras antiguas que aún no han sido descifradas.

Fuentes: labrujulaverde.com| bologna2000.com | eurekaalert.org | 9 de septiembre de 2020

Dos expertos arqueólogos cuestionan la antigüedad del famoso disco celeste de Nebra

Estado del disco celeste de Nebra antes de su traslado al 'Landesmuseum Halle an der Saale'. Crédito: Hildegard Burri-Bayer. Dos arqueólogos proponen que su antigüedad corresponde con la Edad del Hierro y no con la Edad del Bronce.

Hasta ahora, se consideraba que el disco celeste de Nebra pertenecía a la Edad del Bronce (hace 3.600 años) y, por lo tanto, era la representación más antigua de la bóveda celeste. Pero los arqueólogos de la Universidad Goethe de Frankfurt y la Universidad Ludwig-Maximilian de Munich han vuelto a analizar diversos datos sobre la reconstrucción del sitio de su descubrimiento y las circunstancias del mismo. Sus hallazgos han dado como resultado que dicho disco celeste debe considerarse como perteneciente a la Edad del Hierro, por lo que es unos 1.000 años más reciente de lo que se suponía anteriormente. Esto hace que todas las interpretaciones astronómicas previas que se han hecho sobre él sean obsoletas.

El disco de Nebra es uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de Alemania y fue incluido en el Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO en 2013. Fue descubierto en el monte Mittelberg, cerca de Nebra (estado federado de Sajonia-Anhalt, Alemania), en una excavación ilegal realizada en 1999, junto con espadas, hachas y brazaletes de la Edad del Bronce, según sus extractores. Este contexto de su descubrimiento fue importante para poder datarlo con cierta solvencia, ya que el disco en sí no se podía ser datar científica ni arqueológicamente en comparación con otros objetos. Por lo tanto, tras muchos años de investigaciones varios grupos de expertos intentaron verificar tanto la atribución del supuesto sitio de su descubrimiento como a los orígenes comunes de los objetos asociados al disco, e independientemente de la vaga información proporcionada por los saqueadores.

Rupert Gebhard (izquierda), director de la Colección Arqueológica Estatal (Archäologischen Staatssammlung) de Múnich, y el profesor de Prehistoria e Historia temprana de Europa, en la Universidad Goethe de Frankfurt, Rüdiger Krause (derecha), han analizado ahora en profundidad las circunstancias del hallazgo y los resultados de la investigación previa sobre el disco celeste de Nebra.
Su conclusión es que el lugar que se ha considerado hasta hoy como de su descubrimiento, y que fue investigado en excavaciones posteriores, es muy probable que no sea el que dijeron los saqueadores. Además, no hay pruebas convincentes de que las espadas, hachas y brazaletes de la Edad del Bronce formen un conjunto con un orígen común. Por esta razón, se debe asumir que tales objetos no constituyen un depósito típico de la Edad del Bronce, y, en consecuencia, el disco no haya sido encontrado junto con dichos objetos en su estado original en el lugar de excavación referido.


Foto: Estado de las espadas, hachas y brazaletes atribuidas a la Edad del Bronce y supuestamente encontradas junto con el disco celeste de Nebra, tal cual fueron entregadas al Landesmuseum Halle. La correspondencia de la foto con los objetos originales fue realizada ante notario el 25/01/2002. Foto: Hildegard Burri-Bayer.

Según los arqueólogos, esto significa que el disco debe investigarse y evaluarse como un hallazgo individual. Cultural y estilísticamente, el disco celeste no puede encajar en el mundo de motivos de la Edad del Bronce de principios del segundo milenio a. C. Por el contrario, se pueden encontrar referencias más claras al mundo de motivos de la Edad de Hierro del primer milenio a. C.


El disco celeste de Nebra viajará a Londres en 2021 para ser exhibido en una exposición en el British Museum.

Para Gebhard y Krause, dada la situación de datos divergentes y dada la nueva evaluación, todas las conclusiones histórico-culturales anteriores, a veces de gran alcance, deben discutirse de nuevo y con una mente abierta, y, por tanto, el disco debe interpretarse y evaluarse en un contexto diferente al anterior. La base para ello debe ser la presentación de todos los datos y hechos inéditos.

Reacciones del arqueólogo estatal de Sajonia-Anhalt, Harald Meller

El arqueólogo estatal de Sajonia-Anhalt, Harald Meller (izquierda), dijo a MDR AKTUELL: "Estoy tratando científicamente con el Sr. Gebhard. Como arqueólogo, todo lo que puedo decirles es que es fácilmente refutable".
Los expertos ya habían analizado las adherencias encontradas en los objetos y confirmado "que el disco, las espadas y la ubicación van de la mano después del examen de estas adherencias. Y no entiendo cómo se le ocurre al Sr. Gebhard hacer estas declaraciones y otras cosas", dijo Meller.

El científico de Munich, Rupert Gebhard, no solo duda de la antigüedad y ubicación del disco celeste, sino que acusa a Harald Meller de no haber presentado ninguna publicación científica hasta el momento.

Meller respondió a MDR AKTUELL en una entrevista: "Hemos presentado extensos informes en congresos con cientos de páginas, hemos publicado artículos enormes. El disco celeste está ampliamente publicado en numerosos catálogos y científicamente analizado. Esto es simplemente una acusación absurda. Lo que vamos a hacer es realizar una publicación final global, pero dado que los datos relevantes están todos presentes, es simplemente una declaración que es difícil de entender".

Fuentes: phys.org | Universidad Goethe de Frankfurt | medr.de | 3 de septiembre de 2020

Descubren en Egipto decenas de sarcófagos intactos de hace 2.500 años

Varios de los sarcófagos hallados en la necrópolis de Saqqara. Ministerio de Antigüedades de Egipto.


Egipto se frota las manos ante un nuevo descubrimiento, que puede ser uno de los más importantes de las últimas fechas. El Ministerio de Turismo y Antigüedades ha revelado a través de un comunicado el hallazgo de un pozo funerario situado a once metros de profundidad en el complejo arqueológico de Saqqara, a una hora al sur de El Cairo y donde recientemente se ha documentado la primera funeraria completamente intacta y el primer enterramiento de una momia con seis vasos canopos.

Según la breve nota emitida por las autoridades egipcias, hasta el momento se han identificado -de modo oficial- un total de trece sarcófagos de madera situados unos encima de los otros y que conservan parte de su policromía original. Las primeras investigaciones aseguran que tienen unos 2.500 años de antigüedad y que están completamente intactos. Por el momento se desconoce la identidad y el rango de las personas allí enterradas.

El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mostafa Waziri, ha publicado también un vídeo en Facebook en el que se le ve que baja a través de un pozo de aproximadamente 11 metros de largo.

No obstante, estos resultados son solo el principio de lo que puede ser un descubrimiento mucho mayor. Los trece ataúdes espectaculares han salido de uno de los nichos del pozo funerario y el Ministerio de Antigüedades ya ha deslizado que hay más cámaras y que próximamente se anunciarán nuevos hallazgos. "Es un descubrimiento muy emocionante. Creo que es solo el principio", ha señalado el ministro Khaled El-Enany. Además, como acostumbra últimamente, se emitirá una película documental sobre la misión arqueológica.

El examen inicial indicó que los ataúdes están completamente sellados y no se han abierto en más de 2.500 años. Se encontraron huecos poco profundos a ambos lados del pozo, uno de los cuales se ha abierto. En su interior se encontraba una cantidad significativa de artefactos y ataúdes de madera.

Algunos medios locales, citando fuentes oficiales, señalan que el cómputo de sarcófagos de madera y de oro identificados asciende hasta el medio centenar, una cifra que podría doblarse a medida que avanzan las excavaciones.

Una de las pequeña figuras, 'shabti', halladas.

Además de los enterramientos humanos se han documentado otros de animales, un grupo de shabti —pequeñas figuras que se depositaban en las tumbas y que servían a los muertos en el viaje al más allá— y estatuas de los dioses Isis, Horus y Neftis, además de máscaras y vasos canopos correspondientes al Imperio Antiguo.


La pintura de color en los ataúdes aún es visible. Ministerio de Turismo y Antigüedades.

También, según ha informado el Ministerio de Turismo y Antigüedades, se trataría del descubrimiento que arroja un mayor número de ataúdes desde el hallazgo de la necrópolis de Al-Asasif, en Luxor, con enterramientos de altos funcionarios de las dinastías XVIII, XXV y XVI. El yacimiento de Saqqara ha brindado en las últimas fechas otros sobresalientes vestigios del Antiguo Egipto, como la necrópolis de animales, con el mayor escarabajo del mundo, o la tumba bien preservada del sacerdote Wahtye, de la Dinastía V. Puede que lo mejor esté todavía por llegar.


Fuente: elespañol.es | 8 de septiembre de 2020

A diez años del hallazgo de la Dama Roja del Mirón, la mujer que vivió hace 19.000 años

Foto: Lawrence de Guy Straus (en primer término) y Manuel González Morales en el lugar de enterramiento de la Dama Roja.

En el verano de 2010, en la cornisa Cantábrica, un grupo de investigadores hallaron unos huesos humanos tras un gran bloque de piedra con grabados en el fondo de una cavidad. Dos años más tarde supieron que eran los de una mujer de entre 35 y 40 años que vivió en Cantabria hace 19.000 años y cuyo cuerpo fue cubierto de una pintura ocre en lo que parece un ritual funerario excepcional.
Se trata de un enterramiento único del periodo Magdaleniense (una de las últimas culturas del Paleolítico superior en Europa occidental) de la península ibérica, que da cuenta de un ritual funerario del que en toda Europa hay apenas media docena de testimonios.

Dos de ellos están en Francia y son muy similares al de la cueva cántabra del Mirón (en el municipio Ramales de la Victoria): "mujeres, en postura flexionada y tumbadas en el suelo, con elementos añadidos de ajuar o piedras cubriendo parte de los restos", detalla el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria Manuel González-Morales.
Los arqueólogos liderados por González-Morales han podido aprender cómo eran estas poblaciones prehistóricas y qué comían gracias a pistas en los huesos, cuyos isótopos delatan la dieta (en este caso de proteína terrestre y una pequeña parte también acuática, seguramente salmones) y hasta en el sarro dental, que aloja restos conservados de plantas y de hongos.


A lo largo de estos diez años algunas cosas han cambiado respecto a las técnicas arqueológicas. “Las técnicas entonces pioneras de fotogrametría digital (una tecnología basada en la medición sobre imágenes digitales) para el registro, que empleamos de manera experimental desde 1997 y en pleno funcionamiento al año siguiente, se sustituyeron a partir de 2005 por una recogida de esos miles de restos coordenados individualmente a través de un nuevo sistema automatizado”, explica González-Morales, lo que les permitió manejar una base de datos desde el ordenador, y que supuso ganar mucha precisión, ahorrar mucho tiempo y minimizar el error humano.
El arqueólogo ha asegurado también que está pendiente de procesar más información relativa al genoma de la Dama.

“Las técnicas de análisis de los genomas antiguos están avanzando continuamente, de manera que cada vez se recupera más información a partir de hallazgos nuevos y de revisión de otros antiguos que permiten conocer mucho mejor la estructura de las poblaciones humanas del Paleolítico, las relaciones entre ellas y su movilidad”, ha precisado.
Para poder mostrar este yacimiento, convertirlo en museo es un reto pendiente que serviría para poner en valor un espacio único de la Prehistoria de Cantabria para que “el público pueda conocer de primera mano y tomar contacto con la realidad de un yacimiento arqueológico en proceso de investigación”, asegura González-Morales.

Fuente: innovaspain.com| 31 de agosto de 2020

Hallan un mosaico en las termas romanas de Arce (Navarra)

Esta semana pasada ha finalizado la campaña de excavación arqueológica que los miembros de la Sociedad de Ciencias Aranzadi están llevando a cabo en el término de Artzi, contiguo al Palacio de Arce y a la Ermita de Santa María de Arce (Navarra) donde antiguamente se situaba la calzada romana que atraviesa los Pirineos Occidentales.

Varios expertos junto con una decena de voluntarios y voluntarias de Aranzadi han permanecido durante 10 días en este yacimiento donde llevan excavando ocho años, el cual podría tener en torno a una hectárea de extensión y en el que se ha encontrado un complejo de edificios de diferentes elementos constructivos.

Vista aérea de la zona delimitada para la excavación.

Hasta ahora, las investigaciones se han centrado especialmente en el edificio que albergaría unas termas romanas. A través de la geofísica, los resultados muestran que las instalaciones tendrían una planta rectangular de 20 metros de largo por 8 metros de ancho y que estuvo formada por al menos cinco habitaciones.
Durante los años anteriores, las excavaciones se llevaron a cabo en una estancia en el centro del edificio y en el año 2018 se documentó la estructura del hipocausto, un sistema de calefacción que confirmaba que el edificio habría sido usado como termas públicas. Los hallazgos de agosto de 2019 confirmaron que en una habitación contigua había suelo de ladrillo de la época en la que funcionaban las termas.

Este año, la excavación se ha centrado en la zona de entrada del edificio, más concretamente, en el extremo sur, y se han excavado en torno a 37 metros cuadrados. "Nuestro objetivo este año era delimitar lo que serían las termas y por eso hemos abierto dos estancias. Este año hemos podido determinar cómo es el cierre del edificio y por donde sería la entrada principal", afirma Oihane Mendizábal, una de las directoras del proyecto.
Allí se han encontrado restos de otro suelo alisado y la superficie original de mortero que revestiría las paredes de piedra. Como novedad, también se ha podido recuperar un pequeño borde de un mosaico, una superficie de suelo formado por 22 teselas o pequeñas piezas de piedra. "No podemos determinar el tamaño del mosaico ni si tenía algún dibujo o no, pero es la primera vez que encontramos un mosaico exactamente colocado en donde estaba", asevera la arqueóloga.

Pequeño borde del mosaico con 22 teselas.

Así, los hallazgos de este año han ofrecido información valiosa para entender mejor las características y el uso que podía haber tenido el edificio de las termas. "Ya vamos sabiendo qué medidas tienen las habitaciones, qué tipos de suelo, cuáles podrían tener calefacción, por dónde se podía entrar", añade.

Resto de cerámica encontrado que se usaría como vasija.

Además de las estructuras, también se han documentado huesos de animales, cerámicas, material constructivo, escorias, clavos y decenas de materiales arqueológicos en el interior del edificio, incluso un botón de bronce o una fíbula (broche). Todas ellas, están relacionadas con las actividades registradas en campañas anteriores, ya que tras el cese del uso termal, el horno del edificio cumplió también la función de horno reductor de metal. Por lo tanto, los restos han confirmado que fue un espacio utilizado durante varios siglos a lo largo de la era romana.

Fuente: noticiasdenavarra.com | 30 de agosto de 2020

Grandes estructuras de piedra construidas en Arabia hace unos 7.000 años

Una nueva investigación arqueológica en Arabia Saudita documenta cientos de estructuras de piedra interpretadas como sitios monumentales donde los primeros pastores llevaban a cabo rituales. La imagen muestra el carácter de estas estructuras como dos plataformas conectadas por muros bajos. Observe a los investigadores en el extremo lejano para tener una idea de la escala. (Foto: Huw Groucutt)

En el último decenio se ha producido un rápido desarrollo de la arqueología en Arabia Saudita. Los descubrimientos más recientes van desde los primeros yacimientos de homínidos de cientos de miles de años de antigüedad hasta sitios de solo unos pocos cientos de años. Un aspecto enigmático del registro arqueológico de Arabia occidental es la presencia de millones de estructuras de piedra, donde las personas han apilado rocas para hacer diferentes tipos de estructuras, que van desde tumbas de enterramiento hasta trampas de caza. Una forma enigmática consiste en vastas formas rectangulares. Los arqueólogos les dieron el nombre de "mustatils", que es el término árabe para rectángulo.

Vista lateral del 'mustatil' de Jebel Dhaya, cerca de Jubbah.

Los mustatils solo se encuentran en el noroeste de Arabia Saudita. Habían sido reconocidos previamente por imágenes satelitales y, como a menudo estaban cubiertos por estructuras más jóvenes, se especuló que podrían ser antiguos, quizás extendiéndose hasta el Neolítico.
En un nuevo artículo dirigido por el Dr. Huw Groucutt (izquierda, de los Institutos Max Planck de Ecología Química, Ciencia de la Historia Humana y Biogeoquímica), un equipo internacional de investigadores bajo los auspicios del Proyecto Arabia Verde (un gran proyecto encabezado por el profesor Michael Petraglia (derecha, del Departamento de Arqueología del Instituto Max Planck de Ciencias de la Historia Humana y del Ministerio de Turismo de Arabia Saudita, así como colaboradores de múltiples instituciones sauditas e internacionales) realizó la primera investigación detallada de los mustatils. Mediante una mezcla de estudios de campo y análisis de imágenes por satélite, el equipo ha ampliado considerablemente los conocimientos sobre estas enigmáticas estructuras de piedra.

Se han identificado más de un centenar de nuevos mustatils alrededor de los márgenes meridionales del desierto de Nefud, entre las ciudades de Ha'il y Tayma, que se suman a los centenares previamente identificados a partir de los estudios de imágenes de Google Earth, en particular en la zona de Khaybar.


Dos ejemplos de muros largos de 'mustatil', ambos con técnicas de construcción similares, con losas tabulares exteriores montadas verticalmente y un núcleo de muro de escombros.

El equipo encontró que estas típicas estructuras consisten en dos grandes plataformas, conectadas por paredes largas paralelas, que a veces se extienden durante más de 600 metros de longitud. Estas largas paredes son muy bajas, no tienen aberturas obvias y están ubicadas en diversos entornos paisajísticos. También es interesante reseñar lo poco que se encontró de otro tipo de elementos arqueológicos -tales como herramientas de piedra- alrededor de los mustatils. Ambos factores sugieren que dichas estructuras no eran simplemente entidades utilitarias para algo como almacenar agua o animales.

En un lugar determinado el equipo pudo datar la construcción de un 'mustatil' en unos 7.000 años atrás -mediante técnicas de datación por radiocarbono-, desde el interior de una de las plataformas. También se recuperó un conjunto de huesos de animales, que incluía tanto animales salvajes como posiblemente ganado doméstico, aunque es posible que estos últimos sean urogallos salvajes. En otro mustatil el equipo encontró una roca con un patrón geométrico pintado en ella.


Patrón geométrico pintado encontrado en un bloque que formaba parte de la plataforma de un 'mustatil'.

"Nuestra interpretación de los 'mustatils' es que eran sitios rituales, donde grupos de personas se reunían para realizar algún tipo de actividades sociales actualmente desconocidas", dice Groucutt. "Tal vez eran sitios para realizar sacrificios de animales o celebrar fiestas".

El hecho de que a veces varias de las estructuras se construyeran una al lado de la otra puede sugerir que el acto mismo de su construcción era una especie de ejercicio de vinculación social. El norte de Arabia hace 7.000 años era muy diferente a la actualidad. Las lluvias eran mayores, por lo que gran parte del área estaba cubierta por praderas y había lagos dispersos. En este entorno prosperaron grupos de pastores, si bien habría sido un lugar complicado para vivir, dado el riesgo constante de sequías.

Vista entre paredes del 'mustatil' más grande descubierto. Observe a dos miembros del equipo a la derecha para apreciar la escala. Un 'mustatil' pequeño y separado es visible a la izquierda.

La hipótesis del equipo es que los mustatils se construyeron como un mecanismo social para vivir en este paisaje desafiante. Puede que no sean los edificios más antiguos del mundo, pero son de una escala singularmente grande para este período temprano, más de dos mil años antes de que se empezaran a construir pirámides en Egipto. Los mustatils ofrecen fascinantes perspectivas de cómo los humanos han vivido en ambientes desafiantes y los estudios futuros prometen ser extremadamente útiles para entender estas sociedades antiguas.

Fuente: noticiasdelaciencia.com | 27 de agosto de 2020