'Homo sapiens' y 'Homo neanderthalensis' coexistieron en el desierto de Neguev (Israel) hace unos 50.000 años

Cuenca de Wadi Zin en el Parque Nacional Ein Avdat. La estrella indica la ubicación de Boker Tachtit. Crédito: Instituto de Ciencias Weizmann

El sitio de excavación arqueológica de Boker Tachtit en el desierto central de Negev, en Israel, contiene pistas sobre uno de los eventos más importantes en la historia de la humanidad: la propagación de los humanos modernos, el Homo sapiens, desde África a Eurasia, y la posterior desaparición de las poblaciones neandertales en la región.

Investigadores del Instituto de Ciencia Weizmann y la Sociedad Max Planck, dirigidos por la profesora Elisabetta Boaretto, junto con el Dr. Omry Barzilai, de la Autoridad de Antigüedades de Israel, regresaron a Boker Tachtit casi 40 años después de que fuera excavado por primera vez. Mediante métodos avanzados de muestreo y datación, ofrecen ahora un nuevo marco cronológico para este importante capítulo de nuestra evolución antropológica. Publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS), el estudio sugiere que el Homo sapiens y los neandertales (Homo neanderthalensis) estuvieron lejos de ser extraños.

Elisabetta Boaretto, jefa del laboratorio de datación por radiocarbono D-REAMS en el Instituto de Ciencias Weizmann.

El prehistoriador Dr. Omry Barzilai con una herramienta de pedernal de Boker Tachtit, de 50.000 años de antigüedad. Crédito: Autoridad de Antigüedades de Israel.

Según la teoría del "origen africano reciente", el Homo sapiens se originó en África hace tan solo 270.000 años, y en diferentes momentos tomó la ruta del norte a Eurasia, pasando por el Levante, o varias posibles rutas del sur a rincones remotos de Asia y Europa. incluso Oceanía, llegando hasta Australia por tierra.

Boker Tachtit, ubicado en la cuenca de Wadi Zin, en lo que hoy es el Parque Nacional Ein Avdat, se considera un yacimiento clave para rastrear esta migración. Es un enclave importante en el Levante para documentar un período notable en la prehistoria de la humanidad: la transición del Paleolítico Medio al Superior; en otras palabras, de una cultura prehistórica predominantemente neandertal al comienzo del reinado de los humanos modernos. Esta transición estuvo marcada por innovaciones tecnológicas como la producción de cuchillas y la introducción de herramientas estandarizadas hechas de huesos y astas.

El arqueólogo estadounidense Anthony Marks (izquierda), quien excavó y publicó por primera vez su análisis de Boker Tachtit a principios de la década de 1980, definió el yacimiento como una industria de transición del Paleolítico Medio al Superior y, basándose en una única fecha de radiocarbono, concluyó que data de 47.000 años atrás. Sin embargo, el problema fue que las fechas adicionales obtenidas del sitio, algunas de hace 34.000 años, hicieron que el momento de la transición fuera muy problemático.

"Si vamos a seguir esta línea de tiempo, entonces el período de transición podría haber durado más de 10.000 años y, sin embargo, los artefactos excavados en sitios del norte en Israel, Líbano e incluso Turquía sugieren que la transición ocurrió mucho más rápido", dice la profesora Boaretto, quien dirige el Laboratorio de Espectrometría de Masas Aceleradora de Investigación de Dangoor (D-REAMS) en el Instituto Weizmann, el cual se ha especializado en métodos avanzados de datación arqueológica.

"Marks logró datar sólo algunos especímenes de Boker Tachtit, debido a las limitaciones de datación por radiocarbono de entonces, y el rango de sus fechas propuestas no es consistente con la evidencia recopilada de otros sitios de excavación, viejos y nuevos, en la región", dice la profesora Boaretto, quien precisa que "la datación por radiocarbono, el método que utilizó Marks en su estudio, ha evolucionado enormemente desde su tiempo".

Izquierda: vista del sitio de excavación de Boker Tachtit. Marcado por un círculos rojo: un grupo de artefactos de de pedernal realizados por el 'Homo sapies'. Derecha: punta de sílex representativa del Paleolítico superior (Homo sapiens) en Boker Tachtit. Crédito: Clara Amit, Autoridad de Antigüedades de Israel.

Detalle de la capa de herramientas de pedernal típicas del Paleolítico superior temprano encontradas en Boker Tachtit. Crédito: Prof. Elisabetta Boaretto, Instituto de Ciencias Weizmann.

Para resolver estas preguntas, la profesora Boaretto, el Dr. Barzilai y su equipo multidisciplinario realizaron métodos avanzados de datación en muestras obtenidas en Boker Tachtit durante sus excavaciones realizadas enntre 2013-2015. Estos métodos incluyeron las últimas técnicas, como la datación por radiocarbono de alta resolución de piezas de carbón individuales encontradas en el sitio y la datación por luminiscencia ópticamente estimulada de los granos de arena de cuarzo, ambas llevadas a cabo en el Instituto Weizmann y en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leizpig (Alemania), respectivamente. Los investigadores también integraron estudios detallados de los sedimentos, utilizando métodos microarqueológicos para comprender cómo se formó físicamente el sitio, aportando los datos necesarios para la construcción de su marco cronológico.

"Ahora podemos concluir con mayor confianza que la transición del Paleolítico Medio al Superior fue un evento de evolución bastante rápida, el cual comenzó en Boker Tachtit hace aproximadamente 50-49.000 años y terminó hace unos 44.000 años", dice la profesora Boaretto.

Excavación en el yacimiento de Boker Tachtit de 50.000 años de antigüedad en el desierto de Negev. Crédito: Dr. Omry Barizlai, Autoridad de Antigüedades de Israel.

Cribado de material en Boker Tachtit Crédito: Ariel David

Esta datación permite una cierta superposición entre la transición material que ocurrió en Boker Tachtit y la de la región boscosa mediterránea (Líbano y Turquía) hace entre 49.000 y 46.000 años. Aún así, muestra que Boker Tachtit fue el sitio más antiguo de esta transición en el Levante y que, según los materiales encontrados, es un testimonio del último evento de dispersión de humanos modernos de África.

De acuerdo con el nuevo esquema de datación, la fase temprana en Boker Tachtit también se superpone con la cultura anterior del Paleolítico Medio en la región, la de los neandertales. "Esto demuestra que los neandertales y el 'Homo sapiens' en el Negev coexistieron y probablemente interactuaron entre sí, lo que dio como resultado no sólo un mestizaje genético, como postula la teoría del 'origen africano reciente', sino también un intercambio cultural", concluyen la profesora Boaretto y el Dr. Barzilai.

Fuentes: phys.org | fr.timesofisrael.com | haaretz.com | dailymail.co.uk | 15 de junio de 2021

Descubren a Linya, la 'Homo sapiens' que fue enterrada hace 14.000 años a los pies de los Pirineos

Arqueólogos desenterrando los restos de Lynia - CEPARQ-UAB.

Ha nacido una mujer de 14.000 años. Se llama Linya y esta mañana ha sido presentada en público en la Noguera (Lérida) por su descubridor, el catedrático de Prehistoria de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Rafael Mora Torcal.

Linya, una Homo sapiens que murió cuando debía tener unos 25 años, al parecer de de escasa estatura, ha aparecido en un enterramiento a dos metros bajo tierra en la Cova Gran, un yacimiento arqueológico que debe su nombre a la medida del hueco abierto en la montaña, pero que pronto hará referencia al periodo de historia que ofrece y, quién sabe, si a los tesoros científicos que todavía esconde.

Porque la Cova Gran, en el municipio de Les Avellanes-Santa Linya, abarca un periodo de 50.000 años de historia, con restos hasta hace unos 4.000 años, desde los neandertales y primeros Homo sapiens hasta los primeros agricultores y ganaderos, y las expectativas son enormes. Esta es la primera vez que aparece allí un resto humano del Paleolítico Superior. La excavación ha corrido a cargo del Centro de Estudios del Patrimonio Arqueológico (CEPARQ) de la UAB.

Vista de la Cova Gran - CEPARQ-UAB

"Los restos de Linya abren una nueva ventana para acercarnos a las circunstancias de su muerte, pero también a su vida y la de sus contemporáneos en la región. Y a la vez son una pieza clave para conocer la anatomía y el patrimonio genético de las poblaciones de cazadores-recolectores del final del Pleistoceno del nordeste de la península ibérica", destaca el director de la excavación, Rafael Mora.

Un yacimiento de enorme potencial

Lo primero que surgió de Linya fue una falange, en la campaña de 2020, y hasta la de este año no se ha desenterrado el cuerpo entero; es decir, lo que quedaba de él: dos fémurs, uno de ellos conectado a la pelvis, huesos de las extremidades superiores -húmero, radio y cúbito- e inferiores –tibia y peroné- y restos de huesos de las manos. Hay partes de vértebras, costillas y cráneo. Los análisis con carbono 14 indican que murió hace entre 14.350 y 14.100 años, periodo del Paleolítico Superior Final. Hay pocos restos de esta antigüedad.

Foto: excavación de La Noguera en la que se han hallado los restos de la mujer 'Homo sapiens' de 14.000 años. UAB

Las investigaciones sobre el clima apuntan que, tras el llamado Último Máximo Glacial (hace entre 30.000 y 15.000 años aproximadamente), las condiciones se suavizaron abrutamente, en un siglo, hace unos 14.700 años, estableciéndose un clima similar al actual. Subió la temperatura y creció la pluviosidad, lo que generó importantes cambios ecológicos. De ello da cuenta la Cova Gran, y lo hará posiblemente el análisis de Linya. El análisis de los carbones hallados aquí dice que en los periodos fríos anteriores se calentaban quemando pino de montaña (Pynus sylvestris), pero con ese cambio climático se empezó a utilizar también enebro (Juniperus), cerezo (Prunus) y espino cerval (Rhamus catharticus/saxatilis), lo que sugiere unas condiciones climáticas más suaves.

"Analizamos, con toda la prudencia, si fue depositada allí de forma intencional. Ocupa el final de un bloque, una especie de tumba natural, y por los restos vegetales y rocas que tiene encima intuimos que puede ser una especie de enterramiento, de protección, una manera de evitar que fuera pasto de los depredadores", apunta Mora.

Linya estaba en posición de decúbito supino, habitual en los enterramientos intencionales. “No se nos escapa la necesidad de ser cautos a la hora de afirmar que se trata de un enterramiento intencionado”, añade Jorge Martinez-Moreno, investigador del CEPARQ. “El tratamiento mortuorio entre los cazadores-recolectores señala varias posibilidades, que oscilan entre un entierro intencional, un entierro secundario, una aportación parcial del cuerpo, canibalismo o muerte accidental. Estos escenarios los tendremos que evaluar en función de los resultados que proporcione la excavación del espacio en el que han aparecido los restos", añade Martínez-Moreno.

El cuerpo de Linya apareció en el fondo de una secuencia de siete estratos arqueológicos con abundantes restos de herramientas de piedra, fauna y carbones, lo que indica que el lugar habría sido utilizado como vivienda. El estudio de los carbones indica que los grupos humanos que se instalaron durante la Última Glaciación usaron como combustible sólo madera del pino de montaña. El equipo de arqueólogos también está buscando si alrededor del cuerpo pudo colocarse ajuar, como sucedía habitualmente en los enterramientos de Homo sapiens.

Restos del Homo sapiens femenino hallado en el Prepirineo / UAB.

Muchos indicios

El equipo de la UAB también proseguirá las excavaciones para localizar los huesos que faltan del cuerpo de Linya. "En el bloque de piedra quizás haya grabados, elementos simbólicos alrededor de la muerte", confía Mora, "debemos excavar por los laterales porque la roca forma una pequeña cueva y quizás encontremos nuevos individuos".

Linya será una mina para los paleoantropólogos. Por ahora, los restos han sido sometidos a procesos de estabilización y preservación en el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social.

Los análisis de ADN –que realizará el laboratorio alemán Max Planck- ofrecerán posiblemente montones de datos acerca de su alimentación, costumbres y, sobre todo, los orígenes y movimientos de sus antecesores y posibles mezclas con especies coetáneas como los neandertales.

La Cova Gran es, así, uno de los pocos yacimientos de la región mediterránea en que se hayan identificado restos de momentos de transición entre los últimos neandertales (hace unos 45.000 años) y los primeros humanos modernos (hace entre 37.000 y 30.000 años), con su supervivencia durante el Último Máximo Glaciar (entre 20.000 y 15.000 años) y la aparición de los primeros agricultores y ganaderos (hace entre 7.000 y 4.000).

Las investigaciones anteriores en la Cova Gran determinaron que los Homo neanderthalensis que primeramente ocuparon el sitio llegaron a convivir cronológicamente con los humanos del Paleolítico, el Homo sapiens anatómicamente moderno, pero sin que se mezclaran entre ellos. Investigaciones en otros yacimientos denotan lo contrario: el intercambio entre ambas especies fue cultural y biológico. En la Cova Gran, al menos hasta ahora, no parece haberlo habido.

Arqueólogos trabajando en la Cova Gran. Foto: UAB.

Pocos restos de Homo sapiens en la península ibérica

En la península ibérica se han hallado muy pocos restos humanos del Paleolítico Superior Final (entre 20.000-12.000 años). "Puede haber varios factores, como que el clima influyera en la conservación de los huesos o que el terreno de las excavaciones no sea lo suficientemente amplio", apunta Mora. Es por ello que "el descubrimiento de Linya es un hecho relevante que puede aportar muchas claves sobre cómo vivían nuestros antepasados cazadores-recolectores al final del Pleistoceno".

De hecho, a los investigadores les llamó la atención que fuera una mujer la enterrada en la Cova Gran, igual que los restos recuperados en la Cueva del Mirón (Santander), la llamada Dama Roja, que datan de hace 20.000 años. "¿Por qué una mujer? Esto es interesante", señala Mora. Además, los restos pueden dar claves de la conexión de estos moradores con otras poblaciones europeas y Linya puede contener en sus genes más pistas para descifrar el enigma.

Foto: análisis de los restos óseos hallados.

De momento, los trabajos continuarán para poder arrojar luz sobre la vida de los Homo sapiens en la península ibérica en general y de Linya en concreto: "Saber el porqué de las causas que llevaron a que apareciera en un espacio configurado por grandes bloques profundizará en el conocimiento sobre los comportamientos y decisiones tomadas por aquella gente ante un hecho trascendente y cotidiano como es el de la muerte: qué tratamiento siguieron aquellos que forman parte de nuestro colectivo, pero que ya no están presentes. Los restos de Linya generan múltiples desafíos, que esperamos poder revelar los próximos años", concluyen los investigadores.

Ver vídeo en este enlace.

Fuentes: lavanguardia.com | abc.es | uab.cat | 16 de junio de 2021

Hallan en una cueva de Grado (Asturias) el mayor tesoro de piezas romanas de España

Por la izquierda, María Antonia Pedregal, Pablo León, Alfonso Fanjul, Antonio Juaneda y Roberto García,. Ante ellos, las monedas encontradas. D. O.

En la jerga arqueologica se llama "tesorillo" pero lo que se ha encontrado en la cueva de La Cuesta, en Berció (Grado, Asturias) es un auténtico tesoro. Son un total de 209 monedas romanas de entre los siglos III y V d. C. Las piezas han sido depositadas en el Museo Arqueológico de Asturias, donde se han presentado este miércoles.

Alfonso Fanjul Peraza (izquierda), uno de los arqueólogos responsables del hallazgo junto a Antonio Juaneda y Roberto García, lo ha calificado de "excepcional", ya que al margen de la calidad y cantidad de piezas, estas monedas permiten afirmar que a mediados del siglo V, entre el fin del imperio romano y la instauración del reino de Asturias, había movimiento internacional de monedas romanas que llegaba hasta Asturias. Las monedas proceden de Antioquia, Constantinopla, Tesalónica, el Sur de Francia y hasta Londres, esta última, una sola moneda, la de mayor tamaño, de mediados del siglo IV.

Fanjul explicó que el hallazgo se produjo casi por casualidad. Antonio Juaneda, en un recorrido fotográfico por las orillas del río Nalón descubrió una cueva abrigo de grandes dimensiones y que podría ser interesante desde el punto de vista arqueológico. Avisó a sus colegas y organizaron una visita pese a que el lugar es de muy difícil acceso. Al llegar, los arqueólogos encontraron en el suelo un sumidero natural que culmina en una madriguera, posiblemente de un tejón, apuntó Fanjul. El animal “pinchó” un depósito de monedas y algunas de ellas salieron a la superficie. Allí, en el suelo, encontraron los investigadores un total de 115 monedas. Inmediatamente se lo comunicaron a la consejería de Cultura que les concedió los permisos y la financiación para hacer una excavación de urgencia. En esta primera campaña se encontraron el resto de las piezas.

Los investigadores, durante la excavación de la cueva de Berció (Grado, Asturias) donde aparecieron 209 monedas romanas el pasado mes de abril. ALFONSO FANJUL.

Todo fue muy rápido, como explicó el director general de Cultura y Patrimonio del Principado, Pablo León Gasalla. El pasado 5 de abril la consejería recibió la comunicación del hallazgo, entre los días 13 y 25 del mismo mes se hizo la excavación arqueológica de la zona y el 27 de abril se entregaron las monedas al Museo Arqueológico.

Algunas de las monedas encontradas en la cueva de Berció (Grado, Asturias) de la época romana. En primer plano, una efigie del emperador Constantino.

Pese a que lo encontrado, subrayó Fanjul, supone, por el número de monedas, “el mayor tesoro de piezas romanas hallado en una cueva en España”, los investigadores creen que este “tesorillo” formaba parte “de un depósito mucho mayor del que hemos encontrado las sobras”.

Una segunda excavación del abrigo de La Cuesta podrá decir en el futuro, gracias a las dataciones de carbono 14 y otros métodos, si se trataba de un asentamiento humano o solo de un escondite y su antigüedad. De momento estiman posible que las monedas lleven circulando mucho tiempo después de haber sido acuñadas pues «sabemos que se siguen usando hasta el siglo VII», explica Fanjul. También puede que fueran escondidas en un contexto conflictivo, de luchas entre tribus, posteriores a la romanización de Asturias. Es una «época oscura», de transición hacia el reino Astur, señala.

Una de las monedas encontradas en la cueva de Berció (Grado, Asturias) de la época romana.

La directora del Museo Arqueológico de Asturias, María Antonia Pedregal, celebró el hallazgo y su depósito en el Museo. Además, recordó que el pasado 8 de mayo se había presentado también en el Arqueológico la espada de Sobrefoz, de 3.000 años de antigüedad y que fue donada por Victoria Blanco del Dago

Fuentes: lne.es | lavozdeasturias.es | 16 de junio de 2021

El hallazgo de un esqueleto encadenado demuestra por primera vez la trágica historia de los esclavos en la Gran Bretaña romana

Grilletes de entierro romano encontrados en el esqueleto en Great Casterton. Crédito: MOLA

Un cuerpo encontrado enterrado en una zanja en 2015 por trabajadores de la construcción en el pueblo de Great Casterton, al este de las Midlands, en Inglaterra, ha arrojado nueva luz sobre la esclavitud romana en Gran Bretaña. Un nuevo análisis del esqueleto y el entierro ha revelado que el cuerpo masculino probablemente era el de un esclavo que dataría entre los años 226 y 427 d. C., según el análisis de radiocarbonado realizado, informa el Museo de Arqueología de Londres (MOLA).

Aunque no hay una causa obvia de la muerte, el esqueleto mostraba evidencias de lesiones traumáticas de las que se había recuperado el hombre al que pertenecía. No había ataúd ni ajuar funerario (objetos enterrados junto al cuerpo). La tumba era poco profunda y cavada en una zanja. El cadáver no se colocó con cuidado, tal como era la norma en los entierros romanos, y tenía unas esposas o grilletes en los tobillos (quien lo dejó en el lugar de entierro no se molestó en quitárselos). Toda esta evidencia sugiere que el hombre era un esclavo.

Las narrativas comunes tienden a enfatizar los beneficios derivados del Imperio Romano para la civilización: las carreteras, las ciudades y las villas. Si bien es cierto que el dominio romano transformó el paisaje de Gran Bretaña, también trajo consigo una nueva economía y, con ello, la imposición de los sistemas romanos de explotación, incluido el trabajo esclavo.

Radiografía de los grilletes de hierro y candado que muestra el detalle del mecanismo de bloqueo.

Trabajo esclavo en Gran Bretaña

Parece probable que los primeros esclavos romanos en Gran Bretaña vinieran con la invasión que Roma llevó a cabo en el 43 d.C. Los soldados más ricos tenían esclavos para atenderlos y los oficiales traían esclavos domésticos que trabajaban no solo como sirvientes, sino también como personal administrativo. A medida que la provincia crecía, los comerciantes llegaron y trajeron esclavos para administrar sus hogares y negocios.

Es poco probable que el esclavo de Great Casterton provenga de esta clasificación doméstica de la población esclavizada. Los grilletes que se le encontraron y el castigo que había sufrido su cuerpo sugieren que el esqueleto pertenecía a un trabajador manual. Los romanos encadenaron al menos a algunos de sus esclavos agrícolas, por lo que este hombre probablemente fuera un trabajador destinado a los campos de una de las grandes propiedades que se estaban desarrollando en el sur de Gran Bretaña durante el siglo III d. C.

"Para los esclavos los grilletes eran tanto una forma de encarcelamiento como un método de castigo, una fuente de malestar, dolor y estigma que pueden haber dejado cicatrices incluso después de haber sido retirados", dijo Michael Marshall (izquierda), especialista en hallazgos del MOLA.

"Sin embargo, el descubrimiento de grilletes en un entierro sugiere que pueden haber sido utilizados para ejercer poder sobre los cadáveres así como sobre los vivos, dando a entender que algunas de las consecuencias simbólicas del encarcelamiento y la esclavitud podrían extenderse incluso más allá de la muerte", afirmó.

Los historiadores han asociado la esclavitud masiva llevada a cabo por Roma con el período de su expansión imperial, desde aproximadamente 200 a. C. hasta 100 d. C. Las personas eran un elemento significativo de la riqueza que los romanos extraían de los territorios conquistados. La abundancia de mano de obra esclava y su bajo costo permitió el desarrollo de grandes haciendas y los esclavos se volvieron omnipresentes en la Italia romana.

El esclavo de Great Casterton, sin embargo, cae fuera de ese período de tiempo y se sitúa en los márgenes fronterizos del Imperio Romano. Evidentemente, su presencia no fue el resultado de una campaña de conquista, sino de un sistema económico que dependía del trabajo esclavo y, en consecuencia, mantenía una trata de los mismos.

Esqueleto y grilletes de hierro 'in situ', mirando hacia el oeste.

Plano del entierro

Comparaciones con la trata de esclavos en el Atlántico

Al igual que con la esclavitud atlántica, la trata de esclavos en Roma surgió de un nexo de oportunidades comerciales, una demanda de trabajo y la voluntad de emplear la violencia de la esclavitud. Las ganancias se generaron a partir de la explotación comercial de este tipo de mano de obra sometida. Si bien los romanos podían utilizar mano de obra asalariada en propiedades comerciales, el trabajo de los esclavos pudo haber proporcionado tales beneficios económicos a su ddueños que ello acabó por socavar el trabajo de mano de obra libre asalariada.

El uso de esclavos encadenados parece haberse limitado a ciertas regiones, pero se conocen esclavos de este tipo en Italia y Galia, y ahora podemos decir que muy probablemente en Gran Bretaña. Las grandes haciendas esclavistas fueron características de la economía del Imperio Romano hasta el siglo V d. C.

Podemos asumir que el sistema dependía de una abundancia de esclavos baratos cuya misma disposición permitía una explotación extrema (este fue ciertamente el caso de la esclavitud atlántica). En los siglos XVII y XVIII, miles de personas pudieron ser capturadas y esclavizadas en el África subsahariana en grandes cantidades y a un costo mínimo. En los siglos de la expansión imperial romana, poblaciones enteras fueron sometidas a esclavitud y vendidas en los mercados esclavistas del Mediterráneo, como, por ejemplo, en la isla griega de Delos.

Formación perióstica de hueso nuevo y corrosión por acción del hierro en las tibias distales derecha e izquierda (escala 2cm).

Muchos fueron transportados a Italia y proporcionaron mano de obra para las grandes haciendas agrícolas que se desarrollaron a partir de finales del siglo II en adelante y que fueron una fuente de gran riqueza para la élite política de Roma. Las fuentes de esclavos en el período romano posterior son menos obvias. Sin embargo, los esclavos eran omnipresentes: los resultados del censo de Egipto sugieren que más del 10% de la población eran esclavos. Cabría esperar proporciones más altas en el occidente del Imperio Romano.

Satisfacer la demanda de esclavos durante el siglo III d.C. requirió de capturadores de los mismos y comerciantes operando dentro y más allá de las fronteras de Roma. El bandidaje y la piratería fueron apoyados en la venta de cautivos en los mercados de esclavos romanos. La esclavitud masiva y la esclavitud fueron fundamentales para el sistema económico romano y su muy admirada civilización.

El esclavo de Great Casterton da fe no solo de la naturaleza económica de Roma, sino también de sus culturas de interacción humana. Al igual que con la esclavitud atlántica, la "fabricación" del esclavo requería de una brutalidad sistémica y de una ausencia de empatía. Sepultado a pocos metros de un cementerio romano, al esclavo de Great Casterton se le negó la dignidad en la muerte, y ahora sirve como ejemplo mártir de una civilización que lo golpeó, lo encadenó y finalmente lo arrojó a una zanja.

Fuentes: phys.org | elmundo.es | 11 de junio de 2021

Descubren una curiosa basílica paleocristiana en Cataluña

Foto: MAC-Ampurias

En el sector de Santa Margarita, al oeste de la colina de Ampurias, en la localidad gerundense de La Escala, las ultimas excavaciones arqueológicas que aquí han tenido lugar han sacado a la luz los restos de la basílica-catedral del antiguo obispado de Ampurias, una de las edificaciones más importantes del conjunto episcopal emporitano de época tardoantigua, una imponente construcción de tres naves situada inmediatamente al norte del yacimiento.

El objetivo de estas excavaciones ha sido determinar la naturaleza y la función de las edificaciones situadas al norte de la actual iglesia de Santa Margarita, un lugar en el que los anteriores trabajos ya habían confirmado que se emplazaba el conjunto episcopal tardoantiguo de Ampurias y que sus estructuras constituían el epicentro del nuevo núcleo de hábitat surgido tras el abandono de la ciudad romana.

Las excavaciones arqueológicas, que han sido llevadas a cabo entre el 6 de abril y el 12 de mayo por un equipo de arqueólogos del Museo de Arqueología de Cataluña-Ampurias, se incluyen dentro del actual proyecto de investigación arqueológica, que empezó en 2018 y se alargará durante este año 2021. Los trabajos, que se han centrado sobre todo en el estudio de las antiguas áreas portuarias de Ampurias, se han impulsado desde el Museo de Arqueología de Cataluña y el Servicio de Arqueología y Paleontología del Departamento de Cultura de la Generalidad de Cataluña, y han contado, también, con la financiación del Ayuntamiento de La Escala. Así mismo, ha sido fundamental para ello la colaboración de los propietarios de los terrenos donde se han descubierto los restos.

El puerto griego en Ampurias, en la La Escala (Gerona). Foto: iStock.

Un edificio momumental

A pesar de la superposición de restos medievales posteriores, los arqueólogos están convencidos de que el avance de las excavaciones permitirá reconstruir la planta completa del edificio. De este conjunto episcopal de Santa Margarita conocemos ahora varios edificios, entre los que se encuentran el baptisterio, de planta cuadrada y con la piscina bautismal en el centro y, ahora también, la basílica. La excavación del sector del ábside y de una parte de la nave central y lateral sur ha permitido, por primera vez, conocer con bastante detalle el aspecto de esta construcción.

El ábside de la basílica estaba orientado a Levante y constaba de una zona donde se disponía el altar, que se sustentaba con un antiguo pedestal de escultura con una inscripción, proveniente del foro de la ciudad romana, posiblemente dedicada a un tal Manio Cornelio Saturnino, que fue magistrado de Emporiae durante siglo II d.C. A ambos lados del altar, y debajo del pavimento, yacían dos sarcófagos de piedra, uno de ellos con un agujero superior para ver y tocar las reliquias de un personaje que, según la inscripción conservada en uno de los lados, se llamaba Secundus.

Monedas de bronce halladas en durante las excavaciones. MAC.

Delante del altar había también un espacio o presbiterio, y a un nivel inferior, la zona del coro reservada a los miembros del clero. En torno a esta zona privilegiada, con el tiempo se dispusieron también otros enterramientos con sarcófagos de piedra y cubierta a doble vertiente. En relación con una de las reformas de la basílica, se ha recuperado un tesorillo compuesto por 184 monedas de bronce, que fueron acuñadas entre los siglos IV y V d.C.

La intervención llevada a cabo por los arqueólogos sólo ha podido descubrir de momento una parte de la planta de la basílica, pero los elementos conservados, como los pilares de la nave sur, permiten estimar que la anchura del edificio fue aproximadamente de entre 13 y 14 metros y que su longitud sería superior a los 20 metros. La basílica y el baptisterio se emplazaban en la parte este de una plaza, en la cual se supone había también las otras edificaciones que completarían el complejo episcopal, como el palacio del obispo, y que todavía no se han descubierto.

Detalle de la excavación de la basílica de Santa Margarita. Se aprecia la presencia de varios sarcófagos.
Foto: MAC-Ampurias.

Varios siglos de uso

El origen de este complejo se remonta a finales del siglo IV y, con las sucesivas reformas, parece que perduró hasta finales del siglo VII o inicios del siglo VIII. La pérdida de la sede episcopal emporitana, que ya en el siglo IX había quedado incorporada en la de Gerona, explica las transformaciones posteriores. A partir de entonces, sobre de los restos de la nave central y el ábside de la antigua basílica se erigió una pequeña iglesia que presenta varias fases y reformas que han permitido a los investigadores seguir la evolución de este sector hasta el siglo XIV.

Paralelamente, en el espacio del antiguo baptisterio se construyó una segunda iglesia, dedicada a Santa Margarita, que perduró como espacio de culto hasta el siglo XVIII. Al abrigo de estas edificaciones religiosas se desarrolló un importante cementerio, con varias fases de enterramientos.

El proyecto arqueológico se ha centrado sobre todo en tres grandes etapas históricas del conjunto emporitano, fundamentales para entender y explicar su evolución histórica, tomando como hilo conductor los espacios portuarios. La primera etapa corresponde a la fundación del establecimiento griego focense, en el siglo VI a.C.; la segunda, al momento de llegada de los romanos hacia el siglo II a.C. y, finalmente, la tercera, datada en el siglo VI d.C., momento en el que los núcleos de población tradicionales de la ciudad griega y la ciudad romana se habían ya abandonado y en el que el poblamiento se concentró en San Martín de Ampurias y el sector de Santa Margarita.

Entrada al pueblo de San Martín de Ampurias. Foto: iStock.

Asimismo, los estudios de paleopaisaje del territorio demuestran que en la última etapa, el hábitat de Santa Margarita estaba situado al lado del estuario del río Ter, que entonces desembocaba justo al norte del promontorio de San Martín de Ampurias. Las prospecciones geofísicas realizadas en esta zona, previas a la intervención arqueológica, han confirmado así que este hábitat tenía una extensión mínima de dos hectáreas y que estaba conectado directamente con San Martín a través de un camino que pasaba por la parte baja de la colina de Ampurias.

Este singular descubrimiento se añade al de otros conjuntos episcopales de este período en Cataluña, como los de Egara (Tarrasa), Barcino (Barcelona) o Tarraco (Tarragona).

Fuentes: nationalgeographic.com.es | elmundo.es | 14 de junio de 2021

Santander acoge en el MUPAC la exposición 'Vida y muerte en Cantabria. Nuestra historia a través de los restos humanos'

De izquierda a derecha: Marián Cueto, comisaria de la muestra, Gema Agudo, directora general de Acción Cultural y Roberto Ontañón, director del MUPAC, inspeccionan las vitrinas de la exposición.

El Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC) acoge hasta final de año una exposición que muestra cómo los restos humanos sirven para conocer la historia de la región a través de la información que aportan sobre cómo vivieron y murieron las personas.

La muestra, titulada 'Vida y muerte en Cantabria. Nuestra historia a través de los restos humanos', ha sido presentada este viernes por la directora general de Acción Cultural, Gema Agudo; el director del MUPAC y de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria, Roberto Ontañón; y Marián Cueto, comisaria de la muestra junto a Edgar Camarós.

La exposición recoge restos arqueológicos y antropológicos hallados en la región en la Prehistoria y la Edad Media para explicar toda la información que se puede obtener a través de ellos. Los originales se entremezclan con algunas réplicas construidas mediante impresión 3D para dar a conocer la utilidad de este método, que permite mostrar algunos materiales que son muy delicados y no se pueden exponer.

Además, se utilizará para mejorar la accesibilidad del museo y dar a conocer las piezas a personas con discapacidad visual, ya que al ser réplicas las podrán tocar al tiempo que se les explican. Además de estas piezas, la exposición incluye varias ilustraciones de Yolanda González que muestran cómo habrían podido celebrarse algunos rituales funerarios y enterramientos y cómo podrían haber muerto personas cuyos restos óseos se encuentran en la exposición, recreando las escenas en base a la información que aportan los huesos.

Otra parte se centra en la violencia y el conflicto y las evidencias que han dejado en los restos óseos, mostrando cráneos con marcas producidas por impactos de lanza o espada. Al margen de la muerte, la muestra también se centra en la forma de vida del pasado, que se conoce a partir de la investigación de esos huesos, de los que se extraen conclusiones acerca de la dieta o enfermedades y patologías, como ha explicado la comisaria.

Por su parte, Ontañón ha resumido que esta iniciativa contempla a los museos como "lugares de memoria", en los que descansan restos y utensilios que sirven para conocer el modo de vida de las poblaciones del pasado. Esta muestra temporal que complementa a la exposición permanente se puede visitar hasta diciembre, y a lo largo de este periodo se irán anunciando actividades como visitas guiadas o conferencias en torno a ella.

Fuente: eldiariomontanes.es | 11 de junio de 2021