Descubren una espectacular residencia fortificada de Tutmosis III en el Sinaí

Imagen aérea de los restos de la residencia de Tutmosis III descubierta en la península del Sinaí. Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.

Tutmosis III, sexto faraón de la dinastía XVIII, gobernó Egipto entre los años 1479 y 1425 a.C. Conocido como el "Napoleón egipcio", este faraón guerrero subió al trono tras la muerte de su tía, la reina Hatshepstut. Durante su reinado, Egipto alcanzó la mayor expansión de toda su historia, conquistando territorios que abarcan desde la actual Siria hasta la cuarta catarata del Nilo, en lo que hoy es Sudán. En pos de esta ambiciosa expansión, el ejército egipcio al mando de Tutmosis III combatió hasta diecisiete veces en tierras asiáticas, entre la península del Sinaí y el río Éufrates.

Un equipo de arqueólogos excava en el yacimiento de Tel el-Hebua en el Sinaí. En la imagen, restos de un ánfora. Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.

Y ha sido precisamente en el norte del Sinaí, en Tel el-Hebua (Tharo), donde un equipo de arqueólogos egipcio ha descubierto los restos de una construcción, hecha con ladrillos de adobe, que ha sido datada en tiempos de Tutmosis III gracias al hallazgo de dos inscripciones con su nombre.

Sus descubridores creen que pudo haber sido una de las residencias reales situadas en la región oriental de Egipto, como parece confirmar Mohamed Ismail Khaled, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, quien ha señalado en un comunicado que el diseño arquitectónico del edificio hace pensar a los investigadores que, en efecto, podría tratarse de una residencia real, que posteriormente fue fortificada.

Tutmosis III dejó su huella en el templo de Amón en Karnak. Levantó un obelisco (hoy en Roma) y erigió el Akhmenu, el templo dedicado a la celebración del jubileo real. En la imagen, la sala hipóstila, erigida por Ramsés II.

UN EDIFICIO INTRINCADO

Hisham Hussein, director general de Antigüedades del Sinaí y supervisor de la misión arqueológica, ha manifestado que el edificio descubierto consta de dos estancias rectangulares con varias salas anexas. La entrada principal se ubica al norte y conduce a un primer espacio rectangular en el que se han conservado las tres bases de las columnas de piedra caliza que se alzaban en el centro. Este primer espacio se conecta con otro más pequeño y rectangular que tiene dos entradas: una al este y otra al oeste.

La segunda estancia rectangular conduce a dos habitaciones, la primera orientada al este y la segunda, al oeste. Ambas se conectan con este gran espacio a través de entradas opuestas. Hisham Hussein destacó que la misión también ha descubierto los umbrales de piedra de las entradas a las habitaciones, además de un conjunto de pequeños cuartos anexos.

Tablilla de fayenza con el nombre del rey Amosis II, uno de los últimos faraones de la dinastía XXVI.

Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto

YACIMIENTO RICO EN HALLAZGOS

Por su parte, Ramadan Helmy, director del área arqueológica del norte del Sinaí y jefe de la misión, ha hecho hincapié en que "el edificio ha podido datarse gracias a la estratigrafía, por la cerámica descubierta en el exterior del edificio y por el hallazgo de un escarabeo que lleva el nombre del rey Tutmosis III, lo que hace suponer que Tutmosis III pudo haberse alojado aquí durante sus campañas militares en la región".

Los arqueólogos también destacan los hallazgos realizados en el yacimiento en pasadas campañas. Hay que tener en cuenta que desde la dinastías XXI hasta la XXV, este lugar fue empleado como cementerio y en él se descubrió una gran variedad de ánforas usadas para enterramientos infantiles. Además de estos hallazgos también se documentaron algunas tumbas construidas con fragmentos de jambas de puertas y con bloques de piedra que contenían cartuchos reales del Imperio Nuevo (1550-1069 a.C.), unas sepulturas que ahora se han datado en el Tercer Periodo Intermedio (1069-664 a.C.).

Tutmosis III sujeta a sus enemigos por el cabello, a punto de ejecutarlos (Karnak).

En Tel el-Hebua también se descubrieron varios edificios erigidos durante la dinastía XXVI (664-332 a.C.) y depósitos fundacionales relacionados con uno de estos edificios (entre ellos, una tablilla de fayenza con el nombre del rey Amosis II, uno de los últimos faraones de la dinastía XXVI).

Finalmente, el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades ha enfatizado la importancia del descubrimiento del palacio fortificado de Tutmosis III, ya que su excavación revelará información de gran importancia sobre la historia militar del Egipto del Reino Nuevo, especialmente en el Sinaí.

Fuente: nationalgeographic.com.es | 29 de abril de 2024

Experto asiriólogo afirma haber resuelto misterio arqueológico del 700 a.C.

Dibujos de finales del siglo XIX de los símbolos del águila y el toro publicados por el excavador francés Victor Place. Biblioteca pública de Nueva York.

El Dr. Martin Worthington, asiriólogo del Trinity college de Dublín, ha ofrecido una explicación de los símbolos antiguos que aparecen en templos asirios, de 2.700 años de antigüedad, que han desconcertado a los expertos durante más de un siglo.

La secuencia de esos "símbolos misteriosos" estaba a la vista en templos de varios lugares de la antigua ciudad de Dur-Sharrukīn ("la fortaleza de Sargón"), actual Khorsabad, Irak, la cual fue gobernada por Sargón II, rey de Asiria (721–704 a. C.).

Bajorrelieve del palacio de Sargón en Dur Sharrukin (Museo del Louvre). El rey Sargón II (a la derecha) junto a su hijo, el príncipe Senaquerib (a la izquierda).

La secuencia de cinco símbolos (un león, un águila, un toro, una higuera y un arado) se dio a conocer por primera vez en el mundo moderno a través de dibujos publicados por excavadores franceses a finales del siglo XIX. Desde entonces, ha habido una avalancha de ideas sobre lo que podrían significar los mismos.

Se los ha comparado con los jeroglíficos egipcios, entendidos como reflejos del poder imperial y se sospecha que representan el nombre del rey, pero ¿cómo?

El Dr. Martin Worthington (izquierda), de la Escuela de Lenguas, Literaturas y Estudios Culturales del Trinity College, propuso una nueva solución en un artículo publicado en el Bulletin of the American Schools of Oriental Research.

En él sostiene que las palabras asirias para los cinco símbolos (león, águila, toro, higuera y arado) contienen, en la secuencia correcta, los sonidos que explican la forma asiria del nombre "Sargón" (šargīnu).

A veces, en el mismo yacimiento arqueológico se utiliza sólo tres de los símbolos (león, árbol, arado), que, según el Dr. Worthington, describen nuevamente el nombre "Sargón", siguiendo principios similares.

Dibujos de finales del siglo XIX del árbol y los símbolos del arado publicados por el excavador francés Victor Place. Biblioteca pública de Nueva York.

El Dr. Worthington comentó: "El estudio de lenguas y culturas antiguas está lleno de acertijos de todas las formas y tamaños, pero no es frecuente en el antiguo Cercano Oriente que uno se enfrente a símbolos misteriosos en la pared de un templo".

Además, según el Dr. Worthington, cada uno de los cinco símbolos también puede entenderse como una constelación. Así, el león representa a Leo y el águila a Aquila (nuestras propias constelaciones son heredadas en gran medida de Mesopotamia, a través de los griegos, por lo que muchas de ellas son iguales). La higuera sustituye a la constelación "la Mandíbula", difícil de ilustrar (que no tenemos hoy), sobre la base de que iṣu "árbol" suena similar a isu "mandíbula".

"El efecto de los cinco símbolos fue colocar el nombre de Sargón en los cielos, para toda la eternidad, una forma inteligente de hacer inmortal el nombre del rey. Y, por supuesto, la idea de individuos grandilocuentes que escriben su nombre en los edificios no es exclusiva de antigua Asiria", dice el Dr. Worthington.

Dibujos del símbolo del león de finales del siglo XIX publicados por el excavador francés Víctor Place. Biblioteca pública de Nueva York.

La antigua Mesopotamia, o el Iraq moderno y las regiones vecinas, fue el hogar de babilonios, asirios, sumerios y otros, y hoy en día se investiga a partir de escritos cuneiformes, que sobreviven en abundancia. De hecho, la escritura probablemente se inventó allí alrededor del 3400 a.C. Así pues, aunque los eruditos de Sargón no se hubieran dado cuenta de ello, al idear nuevos símbolos escritos se estaban haciendo eco de la historia mesopotámica de más de mil años antes.

El Dr. Worthington explicó: "No puedo probar mi teoría, pero el hecho de que funcione tanto para la secuencia de cinco símbolos como para la secuencia de tres símbolos, y que los símbolos también puedan entenderse como constelaciones culturalmente apropiadas, me parece muy interesante". Las probabilidades de que todo esto no sea casualidad son (perdón por el juego de palabras) astronómicas.

El Dr. Worthington se ha especializado en los idiomas y civilizaciones de la antigua Mesopotamia, incluidas las de los babilonios, asirios y sumerios.

Representación de Sargón II en la puerta 'Z'. Biblioteca pública de Nueva York

"Esta región del mundo, que incluye el actual Irak y partes de Irán, Turquía y Siria, a menudo se conoce como la "cuna de la civilización". Es donde nacieron ciudades e imperios, y su historia es una gran parte de la historia humana.

Debido a la costumbre mesopotámica de contar en sesenta, hoy tenemos 60 minutos en una hora, y se dice que Abraham (una figura central en tres de las principales religiones del mundo) vino de la ciudad mesopotámica de Ur.

"Resolver acertijos, o intentar hacerlo, es una parte especialmente divertida", dice el Dr. Worthington, "pero los estudios mesopotámicos en general tienen el objetivo más amplio de comprender la complejidad y diversidad de una gran parte de las sociedades humanas y los logros culturales".

Recreación de la puerta 'Z' del templo de Sin (símbolos a ambos lados de la puerta) en Khorsabad. Biblioteca pública de Nueva York

Fuente: Trinity College de Dublín | 3 de mayo de 2024

Un excepcional hallazgo revela que Córdoba era el mayor centro productivo de plomo de la Antigüedad

Lingotes 1, 2 y 3. Fotogrametría. Vistas longitudinales, frontales y secciones. (©Proyecto MEI-Heritage UCO)

En época romana, los metales, arrancados de la tierra por fatigados mineros, eran transformados en lingotes para facilitar su almacenamiento y distribución. La gran mayoría se ha encontrado en las entrañas de olvidadas embarcaciones que naufragaron durante su transporte por el Mediterráneo antes de llegar a su destino. Muy pocos se han documentado cerca de sus mercados, como los localizados en Pompeya y Herculano.

Por ello, hallar lingotes en su mismo centro de producción es algo muy poco frecuente, pero que ha ocurrido en el yacimiento cordobés de los Escoriales, cerca de la aldea de Doña Rama. Estos tres lingotes, inéditos hasta ahora, manifiestan la importancia productora y exportadora de plomo del norte de Córdoba y demuestran que la zona fue el principal polo de fundición de este metal en el antiguo occidente mediterráneo.

Según el último estudio dirigido por Antonio Monterroso, arqueólogo e investigador de la Universidad de Córdoba, publicado en la revista Journal of Roman Archaeology, estos lingotes miden cerca de 45 centímetros de largo, su peso varía entre los 24 y 32 kilogramos y tienen una forma triangular.

Yacimiento de Los Escoriales de Doña Rama-Bélmez sobre ortofoto. (©PNOA-Actual).

El plomo

El plomo era un material muy valorado en el mundo romano, ya que con él que se fabricaron gran cantidad de objetos de uso diario como cucharas o tejas, además de ser usado en las tuberías y canalizaciones de agua. El análisis de la composición química y de los isótopos estables de estas piezas ha permitido desvelar tanto que estaban desplatados como que el mineral con el que se fabricaron era originario del distrito de Fuente Obejuna-Azuaga, un centro de gran actividad extractiva en la época y al que pertenece al yacimiento de Doña Rama, donde se han encontrado los lingotes.


(a), (b), (c) y (d) Construcciones en ladera situadas en el sector a monte del yacimiento; (e) y (f) Sector inferior del yacimiento situado en llano. (©Proyecto MEI-Heritage UCO).

Es decir, las tres piezas tenían un origen común. El hecho de que los lingotes se encontraran en la misma zona en la que se habían fabricado es "un caso excepcional y cuyo motivo se desconoce", según se recoge en una nota de prensa distribuida por la Universidad de Córdoba.

"Esta información inserta a estas comarcas del norte de Córdoba en las redes principales de producción metalúrgica, económica y comercial de la Antigüedad en el Mediterráneo", explica Antonio Monterroso.

Marcas de la 'Societas Sisaponensis' en los lingotes. Universidad de Cambridge.

Societas Sisaponensis

Estas piezas, fechadas en el siglo I d.C. fueron grabadas con dos letras "S" que las identificaban y permiten conocer una parte de su historia. Dichas iniciales hacen referencia a la Societas Sisaponensis, una empresa privada que explotaba varias minas de Hispania con el beneplácito de la Urbs y cuyo origen se sitúa en la antigua ciudad de Sisapo (Ciudad Real) alrededor del siglo I a.C.

Esta empresa, citada en una de las cartas de Cicerón, era conocida en Roma por centrar gran parte de su actividad en el Valle de Alcudia, en la moderna provincia de Ciudad Real, donde extraían el minum, el cinabrio. "Este mineral es un sulfuro de mercurio de color rojizo del que se obtenía el conocido pigmento 'rojo pompeyano' y se podía extraer el mercurio", explican los investigadores en su artículo.

Coto minero Montes 'Societatis Sisaponensis' al norte de Córdoba y su vía de servidumbre en relación al recorrido de la via Corduba-Emerita/Corduba-Sisapo. (©Proyecto MEI-Heritage UCO).

Sin embargo, el Valle de Alcudia y el yacimiento de los Escoriales están separados por 70 kilómetros, motivo por el que los investigadores creen que una de sus sedes principales se situó en la antigua Corduba, capital de la Hispania Ulterior en época republicana y de la provincia de Bética ya en tiempos imperiales. Esta presencia en zonas tan alejadas daría muestras de la poderosa logística de recursos y personas que esta Societas era capaz de desplegar.

Aún quedan muchas preguntas sin responder en el yacimiento de Doña Rama, que se piensa sería un poblado minero que contaría con una fundición, una zona de procesado y, posiblemente, un recinto fortificado. No obstante, según matiza Monterroso, "todo está por investigar".

Fuente: elespanol.com | Universidad de Córdoba | 7 de mayo de 2024

Los primeros indígenas que entraron en América del Norte llegaron desde Siberia en cuatro oleadas diferentes

Foto: Los primeros humanos que llegaron a América pudieron haberlo hecho alrededor del Último Máximo Glacial, la parte más fría de la última Edad del Hielo (hace entre unos 24.000 años ). (Crédito de la imagen: Karen Carr/Servicio de Parques Nacionales).

Los pueblos indígenas entraron en América del Norte al menos cuatro veces hace entre hace 24.000 y 12.000 años, trayendo consigo sus lenguas, indica un nuevo modelo lingüístico. Dicho modelo se correlaciona con datos arqueológicos, climatológicos y genéticos, lo que respalda la idea de que las poblaciones a principios de América del Norte eran dinámicas y diversas.

Casi la mitad de las familias lingüísticas del mundo se encuentran en las Américas. Aunque ahora se cree que muchos de ellas están extintas, el análisis de la lingüística histórica puede estudiar y comparar lenguas vivas y rastrearlas en el tiempo para comprender mejor los grupos que poblaron por primera vez el continente americano.

En un estudio publicado en American Journal of Biological Anthropology, Johanna Nichols (izquierda), especialista en lenguas históricas de la Universidad de California Berkeley, ha analizado las características estructurales de 60 lenguas de todo Estados Unidos y Canadá, lo cual ha revelado que provienen de dos grupos lingüísticos principales que entraron en América del Norte en al menos cuatro oleadas distintas.

Nichols examinó 16 características de estos idiomas, incluida la estructura de las sílabas, el género de los sustantivos y la forma en que se producen las consonantes al hablar. Los idiomas se dividen en dos grupos principales: uno temprano donde el pronombre de primera persona tiene un sonido "n" mientras que el pronombre de segunda persona tiene un sonido "m", y un grupo posterior con idiomas que incorporan la información de una oración en solo una palabra.

Lucy Thompson, autora yurok que recopiló expresiones de su cultura.

Un análisis lingüístico más detallado indicó que la gente llegó a América en cuatro oleadas distintas. El primero ocurrió hace unos 24.000 años, cuando enormes glaciares cubrieron gran parte de América del Norte. Nichols no encontró características lingüísticas únicas, lo que sugiere que un conjunto diverso de personas y lenguas ingresaron en América del Norte en ese momento. Una segunda ola de personas hace unos 15.000 años trajo lenguas con pronombres nm, mientras que una tercera ola, 1.000 años después, trajo lenguas con consonantes simples. Una cuarta ola, hace unos 12.000 años, trajo consigo consonantes complejas.

Hasta hace relativamente poco tiempo, los investigadores asumían que los pueblos indígenas llegaron por primera vez a América a través de un puente terrestre desde Siberia hace unos 13.000 años. Pero el estudio previo de Nichols sobre los datos lingüísticos la convenció de que este no era tiempo suficiente para que se desarrollaran las casi 200 lenguas indígenas americanas; en cambio, propuso que las personas llegaron por primera vez hace más de 35.000 años.

Desde entonces, un creciente cuerpo de investigaciones arqueológicas, geológicas, climatológicas y genéticas ha hecho retroceder las fechas de las primeras llegadas de indígenas a América del Norte, con un nuevo consenso de que, en algún momento hace entre 30.000 y 25.000 años, varias oleadas de personas llegaron a este subcontinente.

"Agregar estudios lingüísticos a este trabajo significa que los cuatro campos se confirman entre sí", dijo Nichols. "Ahora creo que la interpretación es muy sólida".

Andrew Cowell (izquierda), antropólogo lingüístico de la Universidad de Colorado Boulder, que no participó en el estudio, dijo a livescience.com, en un correo electrónico, que "el estudio de Nichols es interesante porque "os datos lingüísticos refuerzan el creciente reconocimiento en otros campos de que América del Norte estuvo poblada mucho antes de lo que se suponía durante muchas décadas".

Sin embargo, Cowell seña que "el análisis estadístico del estudio muestra que dos idiomas, el yurok y arapajó, se clasifican de manera muy diferente, si bien se sabe que los dos idiomas están relacionados genéticamente como parte de la superfamilia de lenguas álgicas". (El yurok se hablaba en el extremo norte de California, mientras que el arapajó se hablaba en Wyoming y Oklahoma).

"Además, los idiomas pueden verse fuertemente influenciados por sus vecinos, lo que puede desdibujar la forma en que estaban relacionados originalmente", añade Cowell.

Si bien este nuevo estudio presenta un modelo de cómo las lenguas entraron y evolucionaron en América del Norte, no habla sobre sus orígenes, los cuales aún se desconocen.

Campamento Arapajó, ca. 1870.

"Es probable que las personas que se mudaron a América del Norte dejaran parientes en Asia", advierte Nichols, "y es posible que algunas de esas lenguas sobrevivan y hayan permanecido en Siberia".

"Ahora bien, los límites del método comparativo lingüístico significan que es posible que nunca lo sepamos con certeza", concluye Nichols.

Fuente: livescience.com| 3 de mayo de 2024

Stonehenge puede haberse alineado tanto con la luna como con el sol

Cuando se trata de su conexión con el cielo, Stonehenge es mejor conocido por sus alineaciones solares. Cada noche de verano, decenas de miles de personas se reúnen en Stonehenge para celebrar y presenciar la salida del sol alineada con la piedra del Talón que se encuentra fuera del círculo. Seis meses después, una multitud más pequeña se congrega alrededor de la piedra del Talón para presenciar la puesta del sol en pleno invierno dentro del círculo de piedras.

Pero desde hace 60 años existe la hipótesis de que parte de Stonehenge también se alinea con la salida y la puesta de la luna en lo que se llama una parada lunar importante. Aunque desde hace varias décadas se conoce la correlación entre la disposición de ciertas piedras y la gran parada lunar, nadie ha observado ni registrado sistemáticamente este fenómeno en Stonehenge.

Esto es lo que pretendemos hacer en un proyecto que reúne a arqueólogos, astrónomos y fotógrafos de las universidades English Heritage, Oxford, Leicester y Bournemouth, así como a la Royal Astronomical Society.

Actualmente existe abundante evidencia arqueológica que indica que la alineación solar fue parte del diseño arquitectónico de Stonehenge. Alrededor del año 2500 a. C., las personas que colocaron las grandes piedras y cavaron una avenida en la tiza parecían querer añadir el eje del solsticio en la arquitectura de Stonehenge.

Stonehenge es famoso por su alineación con el sol, pero es posible que el antiguo monumento también haya sido cuidadosamente diseñado para alinearse con los movimientos de la luna.

La evidencia arqueológica de los cercanos Muros de Durrington, el lugar donde los científicos creen que se asentaban las antiguas gentes que visitaban Stonehenge, indica que, de los dos solsticios, fue el de pleno invierno el que atrajo a mayor multitud.

Pero Stonehenge incluye otros elementos, como 56 pozos dispuestos en círculo, un banco de tierra y una zanja, y otros elementos más pequeños, como las cuatro Piedras de la Estación. Se trata de cuatro piedras sarsen, una forma de arenisca silicificada común en Wiltshire, las cuales fueron cuidadosamente colocadas para formar un rectángulo casi exacto que abarca el círculo de piedras.

Sólo dos de estas piedras todavía están allí, y palidecen en comparación con sus contrapartes más grandes, ya que tienen menor altura. Entonces, ¿Cuál podría ser su propósito?

Sólo quedan dos de las 'Piedras de la Estación'. Explorador de drones/Shutterstock.

Parada lunar

El rectángulo que forman no es un rectángulo cualquiera. Los lados más cortos son paralelos al eje principal del círculo de piedras y esto puede ser una pista sobre su propósito. Los lados más largos del rectángulo bordean el exterior del círculo de piedras.

Son estos lados más largos los que se cree que se alinean con la principal parada lunar. Si marcaras la posición de salida (o puesta) de la luna a lo largo de un mes, verías que se mueve entre dos puntos en el horizonte. Estos límites sur y norte de salida (o puesta) de la luna cambian en un ciclo de 18,6 años entre un rango mínimo y máximo: las llamadas paradas lunares menores y mayores, respectivamente.

La principal parada lunar es un período de aproximadamente un año y medio a dos años en el que las salidas (o puestas) de la luna más al norte y más al sur están más alejadas. Cuando esto sucede, la luna sale (y se pone) fuera del rango de salidas y puestas, lo que puede haber imbuido de significado y trascendencia a este fenómeno celestial.

El rango de posiciones de salida de la luna en el horizonte durante paradas lunares menores y mayores. Fabio Silva, CC BY-NC

La evidencia más sólida que tenemos de personas que marcaron la mayor parada lunar proviene del suroeste de EE. UU. El Monumento Nacional de Chimney Rock, un complejo de varios niveles construido por los ancestros del denominado Pueblo II (900-1150 d.C.), en el Bosque Nacional de San Juan, Colorado, hace más de 1.000 años.

Se encuentra sobre una cresta que termina en una formación natural de pilares rocosos gemelos, un área que tiene importancia cultural para más de 26 naciones tribales nativas americanas. Desde el punto de vista de la Gran Casa de Chimney Rock, el sol nunca saldrá por el espacio entre los dos pilares.

Sin embargo, durante una parada importante, la Luna se eleva entre ellos de una manera impresionante. Las excavaciones desenterraron madera preservada, lo que permitió a los investigadores fechar los episodios del año de construcción del Monumento Nacional de Chimney Rock (derecha).

De seis fechas de corte, cuatro corresponden a años de parada lunar importante, entre los años 1018 y 1093 d. C., lo que indica que el sitio fue renovado, mantenido o ampliado en paradas importantes consecutivas.

Volviendo al sur de Inglaterra, los arqueólogos creen que existe una conexión entre la principal parada lunar y la primera fase de construcción de Stonehenge (3000-2500 a. C.), antes de que se trajeran las piedras sarsen.

Varios conjuntos de restos humanos cremados de esta fase de construcción fueron encontrados en la parte sureste del monumento en la dirección general de la salida de la luna principal más al sur, donde también se colocaron tres postes de madera en el banco. Es posible que existiera una conexión temprana entre el sitio de Stonehenge y la luna, que luego se enfatizó cuando se construyó el rectángulo de Piedra de la Estación.

Sin embargo, la hipótesis de la gran parada lunar plantea más preguntas de las que puede responder. No sabemos si las alineaciones lunares de las Piedras de la Estación eran simbólicas o si la gente debía observar la luna a través de ellas. Tampoco sabemos qué fases de la luna serían más espectaculares de presenciar.

Las Piedras de la Estación son elementos del monumento prehistórico de Stonehenge. Originalmente había cuatro piedras, parecidas a las cuatro esquinas de un rectángulo. En la foto, Station Stone 'S93' en la esquina suroeste del Station Stone Rectángulo

Una búsqueda de respuestas

En nuestro próximo trabajo, intentaremos responder las preguntas que plantea la hipótesis de la gran parada lunar. No está claro si la luna habría sido lo suficientemente fuerte como para proyectar sombras y cómo habrían interactuado con las otras piedras. También tendremos que comprobar si las alineaciones todavía se pueden ver hoy en día o si están bloqueadas por bosques, tráfico y otras características.

La luna se alineará con el rectángulo de la Piedra de la Estación dos veces al mes desde aproximadamente febrero de 2024 hasta noviembre de 2025, lo que nos brindará muchas oportunidades para observar este fenómeno en diferentes estaciones y fases de la luna.

La parada lunar importante, que ocurre solo una vez cada 18,6 años, se produce cuando la salida y la puesta de la Luna están más alejadas a lo largo del horizonte, vistas desde la Tierra.

Para dar vida a nuestra investigación, English Heritage transmitirá en vivo la salida de la luna más al sur en junio de 2024 y organizará una serie de eventos durante todo el año que incluyen charlas, un planetario emergente, observación de estrellas y sesiones de narración de cuentos.

Al otro lado del Atlántico, nuestros socios del Servicio Forestal de EE. UU. están desarrollando materiales educativos sobre la principal parada lunar en el Monumento Nacional Chimney Rock. Esta colaboración dará como resultado eventos que mostrarán y debatirán las alineaciones lunares tanto en Stonehenge como en Chimney Rock.

Fuente: theconversation.com | dailymail.co.uk | 19 de abril de 2024

Los cazadores-recolectores del norte de África, de hace 15.000 años, consumían también una gran cantidad de vegetales

Diente humano de la cueva de Taforalt en Marruecos, que muestra desgaste severo y caries. © Heiko Temming.

Durante mucho tiempo se pensó que la carne desempeñaba un papel importante en la dieta de los cazadores-recolectores antes de la transición neolítica. Sin embargo, debido a la escasez de restos humanos bien conservados de yacimientos paleolíticos, existe poca información sobre los hábitos alimentarios de los grupos humanos preagrícolas.

Un nuevo estudio, publicado en Nature Ecology & Evolution, desafía esta noción al presentar pruebas isotópicas convincentes de una fuerte preferencia por los vegetales entre los cazadores-recolectores de Marruecos de hace 15.000 años de antigüedad. Esta es la primera vez que se mide una cantidad significativa del consumo de plantas en una población preagrícola, lo que arroja nueva luz sobre las prácticas dietéticas de las sociedades humanas antiguas.

Realizado por un equipo internacional de científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Leipzig, Alemania), Géoscience et Environnement Toulouse (Toulouse, Francia) y el Institut National des Sciences de l'Archéologie et du Patrimoine (Rabat, Marruecos), el estudio examina la dieta de individuos asociados a la cultura iberomauritana descubierta en la cueva de Taforalt, Marruecos.

Ubicación del yacimiento de Taforalt en Marruecos y del resto de yacimientos mencionados en el trabajo de investigación. Los círculos indican yacimientos iberomaurusianos, los cuadrados indican yacimientos del Paleolítico superior europeo, el triángulo indica el yacimiento natufiense y la estrella indica el yacimiento neolítico en Levante.

Mediante el planteamiento de un enfoque multiisotópico integral, que incluye análisis de isótopos de zinc y estroncio en el esmalte dental, análisis de carbono, nitrógeno y azufre en el colágeno, así como análisis de aminoácidos de restos humanos y de fauna, los investigadores descubrieron conocimientos sorprendentes sobre las prácticas dietéticas antiguas.

Las principales conclusiones del estudio muestran claramente que la dieta de estos cazadores-recolectores incluía una proporción significativa vegetales pertenecientes a especies mediterráneas, anteriores a la llegada de la agricultura en la región en varios milenios. Los restos arqueobotánicos encontrados en el sitio, como bellotas, piñones y legumbres silvestres, respaldan aún más esta idea. Además, el estudio sugiere que los alimentos vegetales también se introdujeron en las dietas infantiles y pueden haber servido como productos de destete para esta población humana. Este hallazgo tiene implicaciones significativas, ya que sugiere el potencial de prácticas de destete más tempranas en comunidades preagrícolas en comparación con las normas previamente pensadas para las sociedades de cazadores-recolectores.

Vista interior de la Cueva de Taforalt en Marruecos. © Abdeljalil Bouzouggar.

Prácticas dietéticas complejas de las sociedades preagrícolas

Esto desafía la noción predominante de una dieta basada en gran medida en proteínas animales entre los grupos humanos preagrícolas y plantea interrogantes sobre la falta de desarrollo agrícola en el norte de África a principios del Holoceno.

Zineb Moubtahij (izquierda), primer autor del estudio, explica: “Nuestros hallazgos no sólo proporcionan información sobre las prácticas dietéticas de los grupos humanos preagrícolas, sino que también resaltan la complejidad de las estrategias de su subsistencia en diferentes regiones. Comprender estos patrones es crucial para desentrañar la historia más amplia de la evolución humana".

Además, este estudio es el primero en utilizar isótopos de zinc conservados en esmalte para determinar la dieta de poblaciones antiguas de África. El norte de África es una región clave para el estudio de la evolución humana y su dispersión moderna. Tener una herramienta que nos permita explorar más a fondo la dieta humana en esta región proporcionará información valiosa sobre sus patrones dietéticos humanos y adaptabilidad en diferentes entornos.

En el futuro, el equipo de investigación espera explorar enclaves paleolíticos adicionales en el norte de África y utilizar técnicas innovadoras para obtener una comprensión más profunda de las prácticas dietéticas antiguas y sus implicaciones para la evolución humana.

Fuente: Instituto Max Planck | 29 de abril de 2024

El rostro de una mujer neandertal cobra vida en una impresionante reconstrucción

La cabeza recreada de "Shanidar Z'' muestra a una mujer neandertal que vivió hace unos 75.000 años. (Crédito de la imagen: Universidad de Cambridge; BBC Studios/Jamie Simonds).

Un cráneo de neandertal que fue aplastado en pedazos hace 75.000 años ha sido reconstruido y utilizado para recrear el rostro de una mujer arcaica de aspecto sabio con cabello oscuro y suelto.

Los arqueólogos reconstruyeron minuciosamente el cráneo de esta mujer neandertal, a quien los investigadores llamaron Shanidar Z, a partir de cientos de fragmentos de hueso aplanados descubiertos dentro de la cueva Shanidar en el Kurdistán iraquí en 2018. Se cree que su cráneo fue aplastado poco después de su muerte, posiblemente por un desprendimiento de rocas, y luego compactado por decenas de miles de años de sedimentos.

Pero ahora, con la ayuda de escaneos de superficies y técnicas de impresión 3D, los arqueólogos han dado vida a su rostro sintético: músculos, piel y todo. Han detallado sus esfuerzos en un nuevo documental titulado "Secretos de los neandertales", que ha sido emitido en Netflix el 2 de mayo.

Foto: La doctora Emma Pomeroy está a cargo del preciado cráneo, que fue prestado por las autoridades kurdas.

"Los cráneos de los neandertales y los humanos se ven muy diferentes", dijo en un comunicado Emma Pomeroy, paleoantropóloga de la Universidad de Cambridge que aparece en el documental .

"Los cráneos de los neandertales tienen enormes arcos superciliares y carecen de mentón, con una parte media de la cara saliente que resulta en narices más prominentes", dijo. "Pero el rostro recreado sugiere que esas diferencias no eran tan marcadas en la vida".

Los neandertales eran los parientes más cercanos de los humanos modernos. Vivieron en Eurasia desde hace unos 400.000 años hasta que se extinguieron hace aproximadamente 40.000 años. Sin embargo, durante ese tiempo, posiblemente hace 250.000 años, los neandertales se cruzaron con el Homo sapiens que se había aventurado fuera de África y entrado en Eurasia. El legado genético de estos eventos de mestizaje aún perdura hoy.

El cráneo aplanado de "Shanidar Z" que fue encontrado dentro de la cueva Shanidar en el Kurdistán iraquí. (Crédito de la imagen: Graeme Barker).

"Quizás sea más fácil ver cómo se produjo el mestizaje entre nuestra especie, hasta el punto de que casi todos los vivos hoy todavía tienen ADN neandertal", dijo Pomeroy.

La cueva Shanidar se hizo famosa originalmente por descubrimientos arqueológicos en la década de 1950, al hallarse a varios neandertales que parecían haber sido enterrados allí uno tras otro. Estos hallazgos sugirieron que esta cueva era un lugar de enterramiento utilizado por estos humanos arcaicos.

El cráneo de Shanidar Z, reconstruido en el laboratorio de la Universidad de Cambridge. Crédito: Jamie Simonds / BBC Studios

Hasta ahora se han excavado en la cueva los restos de al menos 10 neandertales. Sin embargo, los arqueólogos creen que Shanidar Z es potencialmente el mejor conservado de todos. Sus restos, que incluyen parte de un esqueleto casi hasta la cintura, fueron cuidadosamente expuestos bajo 7,5 metros de tierra y roca y retirados para su análisis en docenas de pequeños bloques envueltos en papel de aluminio.

Los arqueólogos no pudieron encontrar sus huesos pélvicos, por lo que determinaron su sexo estudiando una proteína en el esmalte de sus dientes. Estos análisis también arrojan luz sobre su edad, como lo revelan los progresivos signos de desgaste de los mismos. El equipo cree que Shanidar Z podría haber tenido unos 40 años y alrededor de 1,5 metros de altura.

"Creo que puede ayudar a vincularnos con quiénes eran", dice Emma Pomeroy.

Fuentes: livescience.com | bbc.com | 2 de mayo de 2024