El 'Hombre Xujiayao' (China) tenía el cráneo más grande durante el Pleistoceno Medio tardío (1.700 cm³)

Una vista del lugar donde se localizó el cráneo del 'Hombre Xujiayao' (derecha)

Un estudio mostró que los antiguos parientes de los humanos modernos en el norte de China pudieron haber tenido un "cerebro Einstein" en el momento en que vivieron hace 200.000 o 160.000 años.

Un equipo internacional dirigido por arqueólogos chinos descubrió que la capacidad craneal de este homínido alcanzaba los 1.700 centímetros cúbicos (en el rango superior de neandertales y Homo sapiens moderno), una estimación realizada sobre la base de fósiles de cráneo XJY-6 excavados en la década de 1970 en el sitio de Xujiayao.

Los fósiles de Xujiayao se caracterizan por una mezcla de características de Homo erectus y Homo sapiens. En última instancia, los restos fósiles de Xujiayao son difíciles de clasificar y son de un linaje taxonómico incierto, posiblemente representando un linaje de homínido distinto.

"Es el homínido de cabeza más grande del Pleistoceno Medio", dijo Wu Xiujie (izquierda), investigadora del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados adscrito a la Academia de Ciencias de China.

El equipo de Wu reconstruyó un cráneo posterior bastante completo con tres huesos fragmentados del mismo adulto joven.

El cerebro del homínido de Xujiayao era ligeramente más pequeño que el de su pariente cercano el "Hombre de Xuchang", calculado en unos 1.800 centímetros cúbicos. Pero el primero vivió aproximadamente 60.000 años antes que el segundo, según el estudio publicado en el último volumen de Journal of Human Evolution.

Fragmentos fósiles del cráneo humano de Xujiayao y su reconstrucción (fotografía cortesía de Wu Xiujie)

Los hallazgos ofrecieron "la evidencia más temprana de un tamaño del cerebro que entra en el rango superior de los neandertales y del 'Homo sapiens' moderno", dijo Wu Xiujie, primer autor del artículo.

Este humano prehistórico, fue contemporáneo junto con los neandertales y los denisovanos, pero es especial en el sentido de que fue encontrado junto con otros fósiles denominados como 'el joven de Xujiayao', el cual muestra que tenía dientes como los de los humanos modernos.

Restos del 'Hombre de Xujiayao', Shanxi, China. Hong Ao, Chun-Ru Liu, Andrew P. Roberts, Peng Zhang y Xinwen Xu -https://doi.org/10.1016/j.jhevol.2017.01.014

Los científicos alguna vez supusieron que el tamaño del cerebro de los humanos antiguos en la Edad de Piedra, desde el australopiteco hasta el Homo habilis y el Homo erectus, creció gradualmente con el tiempo.

Pero estudios recientes han puesto fin a esta hipótesis desde que se descubrió que el Homo floresiensis, hallado en Indonesia y que vivió hace entre 100.000 o 50.000 años, tenía un cerebro de sólo unos 400 centímetros cúbicos, mientras que la cabeza del Hombre de Xuchang era cuatro veces más grande. La importancia del cráneo de Xujiayao es que nos muestra que los cerebros de los homínidos se expandieron y contrajeron a diferentes ritmos y tiempos.

Los hallazgos pueden ayudar a explicar qué condujo al gran cambio en el tamaño del cerebro de nuestros antepasados ​​y ofrecer una nueva pieza perdida en el rompecabezas de la evolución humana.

Fuentes: spanish.peopledaily.com.cn | ivpp.ac.cn | anthropology.net | 17 de enero de 2022

Descubierta en Tarquinia una nueva tumba etrusca con un gran ajuar

El pasado otoño, una campaña de excavación de urgencia llevada a cabo por la Superintendencia sacó a la luz un núcleo de diez enterramientos etruscos, fechables entre los periodos villanoviano y arcaico (siglos VIII-V a.C.), en el corazón de la necrópolis de Monterozzi, a unas decenas de metros de la Tumba de los Toros y de la Tumba de los Augures.

Ahora, tras los primeros trabajos de restauración, se revelan por fin algunos de los sorprendentes descubrimientos realizados en una de las tumbas. Las obras eran necesarias para asegurar una serie de cavidades que se habían abierto como consecuencia de un arado excesivo en un terreno privado, cuyo interés arqueológico era bien conocido.

Desgraciadamente, como suele ser inevitable en el caso de enterramientos tan cercanos a la superficie y accesibles desde la carretera, todos los contextos ya habían sido accedidos en el pasado para retirar el ajuar funerario, en algunos casos con efectos devastadores debido al derrumbe de las bóvedas y los muros.

Sin embargo, los arqueólogos de la empresa EOS ARC, encargada de los trabajos, tuvieron suerte: uno de los complejos funerarios, de hecho (el más cercano a la carretera, desde el que se iniciaron las investigaciones), sí había sido «visitado», pero en la antigüedad, por profanadores interesados en obtener metales preciosos en lugar de cerámicas y otros objetos funerarios.

Esta circunstancia permitió recuperar decenas de piezas cerámicas y otros objetos y reunir información sobre el contexto original.

Foto: Soprintendenza Archeologia Belle Arti Paesaggio, Etruria Meridionale.

"La tumba se remonta a la primera mitad del siglo VII a.C.", – explica Daniele Federico Maras (izquierda), funcionario de la Superintendencia para el territorio de Tarquinia – "Es de tipo 'gemelo', es decir, formado por dos cámaras independientes una al lado de la otra, casi idénticas entre sí y abiertas al suroeste en otros tantos vestíbulos abiertos, a los que se accede por una empinada escalera".

"El techo de ambas cámaras es del tipo de hendidura, con una bóveda ojival tallada en la roca, cerrada en la parte superior por una serie de losas de nenfro (un tipo de roca volcánica), mientras que a lo largo de la pared izquierda hay un lecho que, en el caso de la cámara más septentrional, está decorado con patas en relieve".

Las puertas estaban selladas con losas de nenfro, que eran perforadas por los clandestinos de antaño para acceder a las tumbas, y volvían a cerrarse cuidadosamente tras el saqueo, en una inusual demostración de respeto por los difuntos. Pero, por desgracia, en el caso de la cámara norte, la resistencia de la losa llevó a los profanadores a eliminar dos bloques del techo, lo que provocó su derrumbe con el tiempo.

Foto: Tomba Gemina.

Debajo de los escombros de la que ya se conoce como Tomba Gemina y rebuscando entre la tierra suelta, los arqueólogos recogieron fragmentos de vasijas de pasta pulida, a veces con decoraciones incisas o formas configuradas; una estatuilla de arcilla que representaba a una mujer llorando; varios vasos buccheros etruscos con motivos geométricos grabados y pintados, entre ellos algunas piezas decoradas por el llamado 'Pintor de las Palmas'; antiguas copas eubeas; diversos elementos de madera y hierro; los fragmentos de una fina lámina de oro, evidentemente el residuo de un precioso revestimiento, que los antiguos profanadores habían robado.

"Todo el material se encontró destrozado, comenta Maras, probablemente roto intencionadamente por los excavadores clandestinos para buscar tesoros imaginarios escondidos en las vasijas. Sin embargo, por suerte, los fragmentos quedaron en el suelo y ahora se están restaurando finalmente, para devolverlos al uso público".

La Superintendencia, de hecho, ha ordenado que la Tomba Gemina se deje a la vista al final de la excavación y está planeando asegurarla con una cubierta adecuada, para que pueda ser abierta a los visitantes. Mientras tanto, continúan los largos trabajos de conservación de los hallazgos, al final de los cuales será posible devolverlos al pueblo de Tarquinia y al público, con la exposición de todo el contexto funerario.

Fuentes: labrujulaverde.com | Guillermo Carvajal | Soprintendenza Archeologia, Belle Arti e Paesaggio per la Provincia... | 19 de enero de 2022

Hallan pruebas de cultivo de mijo en Mesopotamia que alteran el conocimiento sobre la génesis agrícola

Imagen tomada con un dron en 2018 de la llanura de Khani Masi, en la provincia de Garmian, región del Kurdistán, en Irak.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Rutgers (New Jersey, USA) ha desenterrado la evidencia definitiva más antigua de mijo (Panicum miliaceum) en el antiguo Irak, desafiando nuestra comprensión de las prácticas agrícolas más antiguas de la humanidad. Los resultados de su trabajo aparecen en la revista Scientific Reports.

"En general, la presencia de mijo en el antiguo Irak durante este período de tiempo anterior desafía la narrativa aceptada del desarrollo agrícola en la región, así como nuestros modelos sobre cómo las sociedades antiguas se aprovisionaban de alimentos", dice Elise Laugier (izquierda), arqueóloga medio-ambiental y postdoctoral de la Fundación Nacional de Ciencias. miembro de la Escuela de Artes y ciencias de la Universidad de Rutgers-New Brunswick.

"El mijo común (Panicum miliaceum) es un cultivo de verano increíblemente robusto, de crecimiento rápido y versátil que se domesticó por primera vez en el este de Asia", agrega Laugier. Los investigadores analizaron restos de plantas microscópicas (fitolitos) de Khani Masi, un sitio de mediados y finales del segundo milenio a.C. (c. 1500-1100 a. C.) en la región del Kurdistán, en Irak.

“La presencia de este cultivo procedente de Asia oriental en el antiguo Irak destaca la naturaleza interconectada de Eurasia durante este tiempo, lo que contribuye a nuestro conocimiento de la globalización alimentaria temprana”, señala Laugier. "Nuestro descubrimiento del mijo y, por lo tanto, la evidencia de las prácticas de cultivo de verano también nos obliga a reconsiderar la capacidad y la resiliencia de los sistemas agrícolas que sustentaron y aprovisionaron a las primeras ciudades, estados e imperios de Mesopotamia".

Mapa de enclaves arqueológicos con evidencia arqueobotánica de mijo (Panicum miliaceum ) del III al I milenio a. C. Las precipitaciones de verano (mayo-octubre) se muestran en escala de grises . Las líneas y flechas rojas indican áreas de domesticación y rutas de translocación; y las líneas negras indican corredores posteriores a la Ruta de la Seda.

El descubrimiento del mijo común en la antigua Mesopotamia es sorprendente por razones ambientales e históricas. Hasta ahora, los investigadores pensaban que el mijo no se había cultivado en Irak hasta la construcción de los sistemas de irrigación imperiales posteriores al primer milenio a. C. El mijo común generalmente requiere precipitaciones de verano para crecer, pero el suroeste de Asia tiene un clima de invierno húmedo y verano seco, y la producción agrícola se basa casi por completo en cultivos que crecen durante el invierno, como el trigo y la cebada.

Se cree que la producción agrícola fue la base que sustentó y aprovisionó a las ciudades, Estados e Imperios mesopotámicos. La nueva evidencia de los investigadores de que los cultivos de mijo común se se llevaron a efecto en los meses de verano significa que los estudios anteriores probablemente subestimaron enormemente la capacidad y la resiliencia, en su régimen alimentario, de las antiguas sociedades agrícolas en ecosistemas semiáridos.

El nuevo estudio también forma parte de una creciente investigación arqueológica que muestra que, en el pasado, la innovación agrícola era una iniciativa local, adoptada como parte de las estrategias de diversificación in situ, mucho antes de que se usara en los regímenes imperiales de intensificación agrícola: constituye una nueva información que podría tener un impacto en cómo las innovaciones agrícolas avanzan hoy en día.

Fotomicrografías de fitolitos de mijo común. Elise Laugier et al. 2022

“Aunque el mijo no es un alimento común o preferido en el suroeste asiático semiárido o en los Estados Unidos actualmente, todavía es muy consumido en otras partes de Asia y África”, advierte Laugier. “El mijo es un grano abundante, de crecimiento rápido, que requiere poca agua y es nutritivo y sin gluten, el cual podría tener un gran potencial para aumentar la capacidad de resiliencia de nuestros sistemas alimentarios semiáridos. Los innovadores agrícolas del presente deberían considerar invertir en sistemas alimentarios más diversos y resistentes, tal como lo hicieron las gentes de la antigua Mesopotamia”.

Laugier, científica visitante en la Universidad de Rutgers, donde recibió su Ph.D. y comenzó su investigación sobre este tema en Dartmouth College, dijo que el equipo de investigación espera que el análisis de fitolitos sea más generalizado en el estudio del antiguo Irak, dado que podría desafiar las suposiciones sobre la historia y la práctica de la agricultura en la región.

Fuente: eurealert.org | 11 de enero de 2022

Descubren en Arabia Saudí una vasta red 'avenidas funerarias' y tumbas de 4.500 años de antigüedad

Las avenidas funerarias halladas en Arabia Saudí (parte de una que se muestra aquí) datan de alrededor de 4.500 años. Crédito de la imagen: Comisión Real para AlUla.

Un equipo de arqueólogos ha descubierto en el noroeste de Arabia Saudí un conjunto de "avenidas funerarias" de 4.500 años de antigüedad, la más larga con 170 kilómetros, junto con miles de tumbas de piedra en forma de colgante.

Se llaman avenidas funerarias porque junto a ellas se ubican tumbas. Si bien las procesiones fúnebres podrían haber tenido lugar en ellas, esto es incierto. Habrían unido los oasis y formado una especie de antigua red de carreteras, dijeron los investigadores.

Algunas de las avenidas están delineadas con roca roja, pero "la mayoría simplemente se formaron cuando el suelo se alisó con las pisadas de los pueblos antiguos, y especialmente por las pezuñas de sus animales domésticos", dijo Mat Dalton (izquierda), investigador asociado de la Universidad de Australia Occidental y autor principal de un artículo reciente sobre estas avenidas funerarias publicado en la revista The Holocene, dijo a WordsSideKick.com en un correo electrónico.

La red de avenidas habría facilitado los viajes de larga distancia. "Al seguir estas redes, las personas podrían haber recorrido una distancia de al menos 530 km [330 millas] de norte a sur. También hay indicios de tales avenidas en el sur de Arabia Saudí y en Yemen. Estas requieren más investigación, pero podrían sugerir incluso movimientos a mayor distancia de poblaciones antiguas", escribe Dalton en el correo electrónico.

Parte de una avenida funeraria flanqueada por tumbas de piedra en forma de colgante. (Crédito de la imagen: Comisión Real para AlUla)

"Los arqueólogos no sabemos mucho sobre los rituales que se llevaron a cabo en tales avenidas funerarias o incluso en las tumbas que bordeaban los caminos. Los restos humanos dentro de las tumbas están en mal estado, y algunas de las tumbas han sido saqueadas, dejándolas desprovistas de artefactos. A pesar de la falta de información, no es difícil imaginar que las tumbas se usaron para recordar o conmemorar a los muertos, especialmente porque los descendientes o parientes de los enterrados en ellas probablemente habrían pasado por allí con frecuencia en el transcurso de su vida cotidiana".

"Incluso podríamos imaginar procesiones funerarias a lo largo de las avenidas desde oasis establecidos hacia las tumbas, pero esto es puramente hipotético hasta que encontremos más evidencias", agrega Dalton.

Un primer plano de una de las tumbas en forma de colgante que se encuentran al lado de una avenida funeraria. Crédito de la imagen: Comisión Real para AlUla.

Época de crecimiento

Aproximadamente, al mismo tiempo que se construyeron las tumbas y las avenidas, los egipcios construyeron las pirámides, incluida la Gran Pirámide de Guiza. Mientras tanto, en Mesopotamia, al norte de Arabia, florecieron varias civilizaciones y se construyeron ciudades y grandes templos en forma de pirámide conocidos como zigurats. A pesar de las culturas florecientes en los vecinos Egipto y Mesopotamia, Dalton no cree que la gente de Arabia Saudí se haya inspirado en ellos para construir las avenidas y tumbas funerarias.

"Creemos que este fenómeno fue ciertamente un desarrollo autóctono", dice Dalton, y señala que "la gente en Arabia Saudí estuvo construyendo grandes estructuras de piedra durante miles de años antes de que se construyeran las pirámides en Egipto. Por ejemplo, las estructuras en forma de puerta llamadas mustatils se construyeron hace 7.000 años en Arabia y pueden haber sido utilizadas para un culto prehistórico a los animales".

Más de 1.000 de estas estructuras (denominadas 'mustatils') se han documentado en Arabia Saudita y se remontan a unos 7.000 años. Fotografía © AAKSA y Comisión Real de AlUla, cortesía de 'Antiquity'.

El equipo de investigación ha utilizado imágenes satelitales, fotografías aéreas, estudios del terreno y excavaciones para para llevar a cabo su trabajo. Los arqueólogos involucrados en los hallazgos han estado patrocinados por la Comisión Real de AlUla, una organización que lleva a cabo el estudio arqueológico y la conservación en la región de AlUla, en el noroeste de Arabia Saudí. AlUla es una vasta área que abarca 22,561 kilómetros cuadrados que contiene numerosos restos arqueológicos que datan de hace miles de años.

Fuente: livescience.com | 18 de enero de 2022

Un híbrido de burro fue el 'caballo de guerra' en la Antigüedad

El 'Panel de guerra' del 'Estandarte de Ur', expuesto en el Museo Británico de Londres

Desde hace miles de años, los caballos han sido importantes para los desplazamientos y para la guerra. ¿Pero cómo se las apañaban las culturas que florecieron antes de la llegada de los caballos domésticos a sus tierras?

Ilustraciones de 4.500 años de antigüedad y textos de la antigua Mesopotamia muestran que la élite ya usaba équidos para viajar y combatir varios siglos antes de la llegada de los primeros caballos. Pero si no eran caballos, ¿qué animales montaban aquellos nobles? Su naturaleza ha sido siempre un misterio.

Ahora, un equipo del Instituto Jacques Monod (CNRS/Universidad de París), dirigido por E. Andrew Bennett, ha utilizado ADN antiguo para demostrar que estos animales eran el resultado de cruzar burros domésticos con asnos salvajes. Lo que los convierte en el ejemplo más antiguo conocido de animales híbridos, producidos por sociedades siro-mesopotámicas 500 años antes de la llegada de los caballos domésticos. El estudio se acaba de publicar en Science Advances.

Relieve de Nínive. 645-635 a.C. Museo Británico de Londres. Muestra la captura de un burro salvaje. Foto: Internet Archive Book Images / "The origin and influence of the thoroughbred horse. 1905.

Los équidos han jugado un papel muy destacado en la evolución de la guerra a lo largo de la historia. Aunque los caballos domésticos no aparecieron en el Creciente Fértil (la región en la que se produjo la revolución neolítica y que comprende los actuales Israel, Jordania, Líbano, Palestina, Siria, Irak, Kuwait, el sudeste de Turquía y noreste de Egipto) hasta hace unos 4.000 años, los sumerios llevaban ya siglos usando carros de guerra de cuatro ruedas tirados por équidos en el campo de batalla, como demuestra el famoso Estandarte de Ur, un mosaico sumerio de 4.500 años de antigüedad.

Las tablillas cuneiformes de arcilla de este período también mencionan équidos de prestigio con un alto valor de mercado llamados 'kunga' (podía llegar a valer hasta 6 veces el precio de un burro normal durante la Antigua Edad del Bronce). Sin embargo, la naturaleza precisa de este animal ha sido objeto de controversia durante décadas.

Cuatro esqueletos 'kunga' yacen in situ en Umm el-Marra, Siria. Foto: Glenn Schwartz/Universidad John Hopkins.

En busca del origen del 'kunga'

Los investigadores del Instituto Jaques Monod decidieron abordar la cuestión mediante el estudio de los genomas de équidos del complejo funerario de Umm el-Marra, en el norte de Siria, que tiene 4.500 años de antigüedad. Según algunos expertos, estos animales serían, precisamente, ejemplares de los misteriosos 'kungas'.

Aunque degradado, el genoma de estos animales resulta comparable al de otros équidos, como caballos, burros domésticos y burros salvajes de la familia de los hemiones, secuenciados especialmente para este estudio, que también incluye los restos de un équido de 11.000 años del templo más antiguo conocido, Göbekli Tepe, en el sureste de la actual Turquía, así como los últimos representantes de burros salvajes sirios, que desaparecieron a principios del siglo XX, pero de los cuales hay dos muestras en el Museo de Historia Natural de Viena.

Según los análisis, los équidos 'kunga' de Umm el-Marra son híbridos de primera generación resultantes del cruce de un burro doméstico hembra y un hemión macho. Como los burros domésticos y los hemiones salvajes eran estériles, era necesario cruzar cada vez una hembra doméstica con un hemión previamente capturado.

Burro sirio salvaje o hemipo - Equus hemionus hemippu 1915. Zoológico de Viena. Foto: Conrad Keller.

Por lo tanto, y en lugar de domesticar los caballos salvajes que poblaban la región, los sumerios preferían producir y usar híbridos, combinando las cualidades de los dos padres para conseguir crías que eran más fuertes y rápidas que los burros (y mucho más rápidas que los caballos), pero más controlables que los hemiones. Al final, estos 'kungas' terminaron por ser suplantados por los caballos domésticos, más fáciles de reproducir y que llegaron tras ser importados desde la estepa póntica, una región que se extiende desde el mar Negro y el Cáucaso hasta los montes Urales.

Fiona Marshall, arqueóloga de la Universidad de Washington en St. Louis, que ha investigado la prehistoria de los burros y su domesticación, dijo: "El estudio es enormemente significativo, dado que muestra que los criadores tenían intenciones claras. El proceso inicial de domesticación siempre fue turbio, probablemente en parte por accidente, y en parte por la intervención humana, pero esta investigación demuestra lo que buscaban los antiguos sirios: querían las cualidades de un animal salvaje”.

Fuentes: abc.es | nationalgeographic.com.es | nytimes.com | 15 de enero de 2022

Marcas de corte en huesos de animales muestran que nuestros antepasados ​​sí comenzaron a cazar hace dos millones de años

Ejemplos de muescas o marcas de percusión en un húmero de un bovino.

Nuestros ancestros lejanos habrían comenzado a cazar hace dos millones de años, en lugar de hurgar en las sobras de carroña que dejaban los carnívoros como los grandes felinos, según un estudio.

Investigadores de la Universidad de San Diego han estudiado huesos de animales recuperados en Kanjera Sur, un sitio arqueológico cerca del lago Victoria, en el oeste de Kenia, y han encontrado rastros de marcas de corte en huesos de gacelas y ñus en lugares donde solo se producirían si los humanos hubieran sido los primeros en llegar a los cadáveres.

Los restos analizados, dijo el equipo de investigadores, representan algunas de las evidencias sólidas más antiguas de la práctica de la caza por parte de los humanos antiguos. En este sentido, hay que recordar que ya se habían encontrado huesos con dichas marcas de corte con una datación de hace unos 3,4 millones de años, pero no estaba claro si estas marcas fueron realizadas por homínidos u otros animales.

Industria Olduvayense

La industria o utillaje denominado Olduvayense (también conocido como Modo I) es el nombre dado a la cultura lítica que los homínidos usaron durante el Paleolítico Inferior arcaico desde hace alrededor de 2,6 a 1,7 millones de años en gran parte de África, Europa, Oriente Medio y el sur de Asia. Estas herramientas generalmente se elaboraban golpeando lascas de una piedra contra otra, y su nombre deriva del sitio donde se descubrieron en la década de 1930: el desfiladero de Olduvai, en Tanzania.

El estudio fue realizado por la zooarqueóloga y paleoantropóloga, Jennifer Parkinson (izquierda), de la Universidad de San Diego, California, y sus colegas. «El cambio hacia un mayor consumo de carne es uno de los principales cambios adaptativos en la evolución de la dieta de los homínidos», escribió el equipo en su artículo.

"El consumo de carne por parte de los homínidos de Olduvai está bien evidenciado en los sitios arqueológicos del Pleistoceno en el este de África por las marcas de carnicería halladas en los restos óseos de animales. Sin embargo, los métodos a través de los cuales se adquirieron los cadáveres (es decir, la caza frente al carroñeo) y el grado de su integridad (con carne o descarnados) es menos seguro".

Los huesos de animales hallados en el área de Kanjera Sur, que, hace dos milenios era de pastizales abiertos, permitieron a los investigadores abrir una ventana para indagar sobre estas distinciones.

Los huesos de gacela y ñu, que eran comunes en la zona, se sabe, desde hace mucho tiempo, que tienen marcas de carnicería. Ahora bien, hasta ahora no ha estado claro si los homínidos se hicieron con las presas o si las mismas fueron muertas por otros depredadores que acabaron abandonando los restos o fueron ahuyentados por nuestros antepasados.

Al volver a examinar las marcas de corte, el equipo comparó los restos óseos antiguos con huesos modernos usados experimentalmente por otros investigadores o que habían sido consumidos por carnívoros modernos como las hienas.

Rastros de marcas de matanza en varios huesos de gacelas y ñus (en la foto) en lugares donde solo se dejarían si los humanos hubieran sido los primeros en llegar a los cadáveres.

Descubrieron que los huesos de los animales de presa de Kanjera Sur habían sido cazados en la zona y que probablemente ya habrían sido despojados de carne si hubieran sido capturados por los depredadores, tal como los grandes felinos.

"Esto sugiere que los antiguos seres humanos fueron los primeros en cortar la carne, dado que, muy probablemente, fueron ellos mismos quienes cazaban las presas. Los homínidos no se alimentaban de los restos de animales capturados por los grandes felinos, porque eran lugares de matanza donde no habrían encontrado apenas carne", dijo la profesora Parkinson a New Scientist.

El zooarqueólogo Geoffey Smith (izquierda), del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, y que no participó en el estudio, dijo a New Scientist que el mismo "proporciona más evidencias del consumo humano de carne en ese momento".

No obstante, algunas cosas siguen sin estar claras sobre las actividades de caza en Kanjera Sur, la más obvia de las cuales es que no se sabe todavía qué tipo de homínidos vivían allí, ya que no se han encontrado fósiles humanos en el lugar. "Tenemos miles de herramientas de piedra, y por ello sabemos que los homínidos estaban allí, pero no disponemos de restos de homínidos en Kanjera Sur", explica la profesora Parkinson. "Sin embargo, un posible candidato es el 'Homo habilis', cuyos restos se han encontrado en otros sitios cercanos".

El Paranthropus es otro homínido conocido que vivió en el este de África en esa época, pero sus grandes dientes posteriores indican que probablemente comía, de modo principal, vegetales duros, si bien es posible que también tuviera cierta capacidad de caza.

Tampoco se sabe exactamente cómo cazaban los homínidos, quienesquiera que fueran. Según el profesor Smith, se pueden concebir que existirían varias estrategias, desde emboscadas hasta lanzar lanzas de madera rudimentarias.

El equipo comparó las marcas en los huesos antiguos (a la izquierda) con huesos modernos que fueron consumidos por carnívoros actuales como las hienas (arriba a la derecha), o marcados experimentalmente por investigadores o una combinación de ambos (abajo a la derecha).

Los resultados completos del estudio se publicaron en la revista Quaternary Science Reviews.

Fuente: dailymail.co.uk | 13 de enero de 2022

Los Millares fue un centro innovador del megalitismo desde donde se expandieron las sepulturas tipo tholos al resto de la península ibérica

Reconstrucción del interior de la cámara funeraria de un tholos en Los Millares (Almería). Ilustración de Iñaki Diéguez Uribeondo.

Un estudio realizado por un equipo de investigación de la Universidad de Granada (UGR) ha demostrado que Los Millares, uno de los sitios arqueológicos más importantes de Europa Occidental, ubicado en Santa Fe de Modújar (Almería), a escasos kilómetros de la costa mediterránea, fue un gran centro innovador del megalitismo, donde por primera vez aparecieron las sepulturas tipo tholos y desde donde se expandieron al resto de la península ibérica. El motivo de esta expansión pudo estar en que este tipo de enterramientos se ajustaba a las necesidades planteadas por las sociedades de aquel momento, hace unos 50 siglos.

El yacimiento de Los Millares es considerado como la primera ciudad de la Prehistoria en la península ibérica, y se estableció hace más de 5.000 años junto a los monumentos funerarios del mismo nombre.

Reconstrucción de la necrópolis y poblado de Los Millares. Ilustración de Iñaki Diéguez Uribeondo.

Los investigadores de la UGR han llevado a cabo un análisis estadístico y espacial de 193 dataciones radio-carbónicas de toda la península ibérica, que ha permitido demostrar que uno de los principales monumentos megalíticos de la península ibérica y de Europa apareció por primera vez en el yacimiento de Los Millares. Estas dataciones proceden, casi en su totalidad, de individuos, explica el investigador del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, y autor principal del estudio, Gonzalo Aranda Jiménez (izquierda), quien señala que "aunque lo deseable es que haya más elementos para estudiar, esta cifra de 193 dataciones es muy significativa, pues hace unos años apenas había 20 dataciones y ahora la base documental con la que se trabaja se ha multiplicado por diez".

Hace aproximadamente 5.200 años se produjo una innovación de enorme relevancia en el desarrollo de las sociedades prehistóricas. Se trataba de un nuevo tipo de sepultura megalítica completamente diferente a los por aquellos entonces característicos dólmenes. Ahora, las sepulturas presentaban cámaras funerarias de planta circular de entre 2 y 5 metros de diámetro que en ocasiones presenta pequeños nichos laterales cuyo uso fue también funerario.

Mapas con la distribución temporal de las dataciones radio-carbónicas peninsulares. / R. G.

“Al interior de estas cámaras se accedía por un pasillo que aparecía compartimentado por losas de piedra perforadas para facilitar el paso. El rasgo arquitectónico más característico de estos nuevos monumentos fue la forma en que se cubrían las cámaras funerarias mediante falsas cúpulas que se conseguían mediante anillos de piedras sucesivamente más pequeños. Este tipo de monumentos, conocidos como 'tholoi', supusieron una nueva concepción ritual y funeraria que claramente se alejaba de los tradicionales dólmenes”, explica Gonzalo Aranda.

Los thóloi más antiguos surgen por primera vez en torno al 3200 a.C. en el sureste peninsular, en concreto en Los Millares. Desde aquí, los nuevos monumentos megalíticos se extendieron de forma progresiva en primer lugar por el valle del Guadalquivir, luego por el valle del Guadiana hasta alcanzar por último la península de Lisboa. Varios siglos después de las primeras construcciones, en torno al 2900 a.C., los thóloi alcanzaron su máxima expansión territorial desde el sureste de la península ibérica hasta la actual Lisboa, esto es, desde la costa mediterránea hasta la fachada atlántica.

Se extendieron, añade Aranda, gracias a que se ajustaban posiblemente a las necesidades sociales de los grupos humanos. Éstos mantenían entre sí contactos, como demuestran los elementos culturales similares. "El contacto cultural era estrecho y recurrente".

Planta y sección del tholos de El Romeral (Antequera, Málaga). Fotografías de Javier Coca.

Un nuevo tipo de monumento funerario

De esta forma, las sociedades prehistóricas del sur España y el centro y sur de Portugal introdujeron en sus formas de vida este nuevo tipo de monumento funerario que tuvo un intenso desarrollo durante varios siglos. Solo a partir del 2.200 a.C. se produjo un claro abandono de las prácticas funerarias que venían desarrollándose en estos monumentos, excepto en el sureste peninsular.

“De nuevo las necrópolis de estas comarcas como Los Millares, y muy especialmente El Barranquete, mantuvieron una importante actividad ritual y funeraria hasta finales del II milenio a.C. La reutilización de viejos monumentos megalíticos durante generaciones puede considerarse como una característica particular de los 'thóloi' del sureste”, apunta Margarita Sánchez Romero (izquierda), otra de las autoras del trabajo.

Durante más de un milenio, los thóloi se convirtieron en los monumentos funerarios colectivos de tipo familiar donde, junto a restos humanos, se depositaron objetos finamente elaborados en materiales valiosos como oro, marfil, ámbar, piedras verdes, cristal de roca y huevos de avestruz, algunos de ellos procedentes de diferentes regiones del mediterráneo y África. Los thóloi pueden considerarse como el tipo de monumento funerario característico de sociedades de agricultores y ganaderos que, por primera vez, se establecieron en poblados permanentes, desarrollaron la metalurgia del cobre y se integraron en redes de intercambio a larga distancia.

Yacimiento arqueológico de el Barranquete (Níjar, Almería)

En este contexto, “Los Millares destaca por su excepcionalidad, dado que alcanzó unas dimensiones, concentración poblacional y monumentalidad completamente desconocidas, lo que ha llevado a considerarlo como la primera ciudad de la península ibérica. Pero la importancia de Los Millares trascendió la escala regional para convertirse en el lugar de referencia donde se desarrolló una original innovación en la arquitectura monumental megalítica y cuya influencia se extendió por otras regiones peninsulares”, apuntan los autores.

Referencia bibliográfica:

Aranda Jiménez, G., Milesi García, L., Díaz-Zorita Bonilla, M., Sánchez Romero, M. 2021. The radiocarbon chronology of the tholos-type megalithic tombs in Iberia: exploring diverse social trajectories. Trabajos de Prehistoria 78(2)

Fuente: canal.ugr.es | 14 de enero de 2022