El primer genoma de una víctima de Pompeya abre una ventana a la vida en la antigua Roma

La pareja, un hombre y una mujer, fueron encontrados sobre el 'triclinium' que los romanos usaban para comer. La fotografía, tomada en 1933, muestra tal y como los hallaron. NOTIZIE DEGLI SCAVI DI ANTICHITÀ

Una nube de gas y ceniza cubrió la ciudad de Pompeya en el año 79 d.C. La materia expulsada por la erupción del Vesubio causó miles de víctimas y, al mismo tiempo, preservó muchos de los cuerpos, innumerables objetos de su vida cotidiana y gran parte de la arquitectura. Un sarcófago de ceniza que ofrece, casi dos milenios después, una ventana única a la vida en el Imperio romano.

En el siglo XIX el arqueólogo Giuseppe Fiorelli creó una técnica que permitía la realización de moldes detallados de las víctimas halladas en las excavaciones, gracias al vertido de yeso en las pequeñas cavidades que los cuerpos encapsulados dejaron en la ceniza. Una forma de reconstruir la apariencia de los antiguos pompeyanos con los medios de la época.

En los últimos años, las nuevas tecnologías, como los escáneres 3D o los análisis genéticos, han abierto una nueva etapa respecto a lo que las ruinas de Pompeya pueden enseñarnos. Este jueves se publica en la revista Scientific Reports la primera secuenciación del genoma de un individuo hallado entre las ruinas de Pompeya. Hasta ahora, sólo tramos cortos de ADN mitocondrial de restos humanos y animales habían podido ser analizados. En este caso, un equipo de investigadores ha examinado los restos de dos individuos que se encontraron en la llamada 'Casa del Artesano'.

La erupción del Monte Vesubio, una de las mayores catástrofes de la historia, se cobró más de 2.000 vidas. La mayoría de ellos están en exhibición en el Parque Arqueológico de Pompeya. Imagen: Darko Mlinarevic – Istockphoto.

La forma, la estructura y la longitud de los esqueletos permitieron a los científicos concluir que uno de ellos pertenecía a un hombre, de entre 35 y 40 años, mientras que el otro correspondía a una mujer de más de 50. Los autores pudieron extraer y secuenciar el ADN antiguo de ambos individuos, pero sólo han logrado secuenciar el genoma completo del hombre debido a varias lagunas en las secuencias obtenidas de los restos de la mujer.

Esta información genética ha sido comparada con la de otros 1.030 individuos que vivieron en la antigüedad y con la de 471 habitantes modernos de Europa y Asia menor. Los resultados indican que el genoma presenta muchas similitudes con las personas que hoy en día viven en el centro de la península itálica y con el de otros individuos que vivieron allí durante la época imperial. Sin embargo, los análisis del ADN mitocondrial y del cromosoma Y también han identificado grupos de genes que se encuentran hoy en la isla de Cerdeña.

"Eso no significa que esta persona proceda de una familia de Cerdeña", aclara Thomaz Pinotti (izquierda), genetista en las universidades de Minas Gerais y Copenhague. "Creemos que sus linajes materno y paterno tienen una fuente común de ascendencia neolítica compartida en Anatolia. El hecho de que ese linaje actualmente no se encuentre en la Italia continental podría explicarse por la homogeneización de la ascendencia genética en la península itálica tras el Imperio romano o por el relativo aislamiento de Cerdeña". En base al descubrimiento, los investigadores añaden que los niveles de diversidad genética en la península itálica durante esta época pueden ser más altos de lo que se pensaba.

Aunque los expertos secuenciaron el ADN de un hombre y una mujer, solo pudieron secuenciar el genoma completo de los restos del hombre. Fotografía: Serena Viva.

ENFERMO DE TUBERCULOSIS

El ADN se hereda de los antepasados, lo que significa que el número de antecesores conectados con un individuo crece exponencialmente a lo largo de las generaciones (2 padres, 4 abuelos, 8 bisabuelos, etc.). Eso implica también que, normalmente, las poblaciones que viven en un mismo lugar comparten varios antepasados, lo que permite identificar el origen de un linaje genético en una región o grupo particular. "Esencialmente, nuestros análisis se basan en medir la cantidad de ancestros que comparten diferentes pares de individuos/poblaciones", añade Pinotti.

Por otro lado, el análisis del esqueleto les permitió identificar lesiones en una de las vértebras del hombre. En paralelo, hallaron secuencias de ADN que suelen encontrarse en bacterias del grupo Mycobacterium, al que pertenece la causante de la tuberculosis. Ambos descubrimientos indican que es muy probable que el individuo habría estado infectado por un tipo de tuberculosis espinal antes de su muerte.

Fotografía y radiografía digital de la cuarta vértebra lumbar (L4) afectada por espondilodiscitis tuberculosa del individuo A.

ANÁLISIS DESTRUCTIVO

Los autores explican que ha sido posible recuperar con éxito el ADN antiguo porque los materiales piroclásticos liberados durante la erupción han proporcionado una protección particular contra los factores ambientales que degradan el material genético, como el oxígeno atmosférico. Al mismo tiempo, el hallazgo demuestra la posibilidad de recuperar información genética de otros restos humanos de Pompeya a través de nuevas técnicas.

"Aunque el ADN es una molécula relativamente estable, se degrada con el tiempo en presencia de agua y oxígeno", explica Gabriele Scorrano (izquierda), investigador en el departamento de Biología de la Universidad de Roma. "Es difícil responder cuánto tiempo debe pasar antes de que el ADN sea demasiado escaso para que podamos secuenciarlo, pero sabemos que las altas temperaturas (como es el caso en los trópicos) acortan considerablemente el tiempo que dura el ADN. Y, dado que los cuerpos de Pompeya estaban envueltos en cenizas a alta temperatura, esperábamos hallar poco material para los análisis".

Sin embargo, los investigadores emplearon un método de extracción que permitió conseguir una cantidad suficiente en la parte densa del hueso temporal. Aunque los autores aclaran que este procedimiento no se puede utilizar en todos los restos. "Una cosa que debe quedar clara es que la extracción de ADN es un tipo de análisis destructivo", matiza Scorrano, "así que, aunque es difícil saber cuántos individuos serían susceptibles de un análisis de ADN en Pompeya, tampoco se pueden realizar intervenciones a tan gran escala, y menos en un yacimiento con una conservación y una importancia tan singulares".

Fuentes: elmundo.es | olhardigital.com | 26 de mayo de 2022

Restauran magnificas pinturas y grabados en el templo egipcio de Jnum, en Esna

Dos de las 46 figuras de buitres en la sección central del techo del templo de Jnum, en Esna. En la parte superior, la diosa del Alto Egipto Nejbet con cabeza de buitre, abajo, la diosa del Bajo Egipto Uadjet con cabeza de cobra.

Un equipo de arqueólogos ha descubierto 46 impresionantes representaciones de diosas del antiguo Egipto que previamente estaban enterradas bajo capas de hollín y excrementos de pájaros. Los artistas crearon los frescos detallados y coloridos en el techo de un templo hace casi 2200 años.

El templo está ubicado en Esna, una ciudad en el sur de Egipto situada a unos 60 kilómetros al sur de Luxor (antigua Tebas). Está dedicado a Jnum, un antiguo dios egipcio asociado con la fertilidad y el agua con cabeza de carnero y portando la corona atef.

Los buitres voladores en la sección central del techo, con el travesaño norte (arquitrabe) detrás.

"Los jeroglíficos del templo muestran que se usó durante casi 400 años, entre la época del faraón Ptolomeo VI (reinado del 180 a. C. al 145 a. C.) y el emperador romano Decio (reinado del 249 al 251 d. C.)", dijo a Live Science Christian Leitz (izquierda), profesor y director de el Departamento de Egiptología de la Universidad de Tübingen, en Alemania, en un correo electrónico. Leitz es miembro del equipo egipcio-alemán que está conservando y documentando el templo.

"A lo largo de los siglos posteriores al abandono del templo sus coloridas pinturas se cubrieron de hollín y suciedad. El equipo egipcio-alemán limpió las pinturas con alcohol, revelando sus vivos colores una vez más", dijo Leitz.

El equipo descubrió que las pinturas del templo están dedicadas también a Nejbet, una diosa representada como un buitre, y a Uadjet, una diosa con cabeza de cobra que tiene alas. Nejbet se muestra con la corona blanca del Alto Egipto y Uadjet con la corona del Bajo Egipto. Los antiguos egipcios a veces se referían a Nejbet y Uadjet como "las dos damas".

Vista exterior del templo de Jnum en Esna.

Antes y después: trabajos de restauración en el travesaño (arquitrabe).

"La gloria del color utilizado en las representaciones de las 'dos damas', Nejbet y Uadjet, que ahora se ha revelado, era previamente desconocida para los expertos", según un comunicado. publicado por la Universidad de Tübingen, que señaló que el hollín y la suciedad en las pinturas impedían que se estudiaran adecuadamente.

Nejbet y Uadjet fueron representadas con frecuencia en el antiguo Egipto como "deidades protectoras", dijo Leitz. "Lo extraordinario aquí son los colores de las pinturas", agregó.

Los restauradores eliminan las capas de hollín de una columna del templo.

Antes y después de la restauración.

Solo el vestíbulo (también conocido como pronaos) del templo sobrevive hoy, según el comunicado, que describió que el mismo medía 37 metros de largo, 20 metros de ancho y 15 metros) de alto. Los antiguos egipcios podrían haber construido el vestíbulo en algún momento después de que se construyeran otras partes del templo, señala el comunicado.

El trabajo está en curso y el equipo publicará detalles sobre sus hallazgos en el futuro. Mientras tanto, continúa la limpieza y conservación de las pinturas. "Más de la mitad de los techos y ocho de las 18 columnas se han limpiado, conservado y documentado", afirma el comunicado.

El equipo egipcio-alemán está dirigido por Hisham el-Leithy, del Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto, y Ahmed Emam, que también forma parte del ministerio, supervisa la limpieza.

Friso de grabados restaurados

Vista de los capiteles de los pilares de Esna recién restaurados. Arriba se pueden ver los travesaños (arquitrabes) con las inscripciones pintadas.

Fuentes: livescience.com | une-tuebingen.de | 24 de mayo de 2022

Descubren un misterioso 'anfiteatro' prehistórico enterrado en Inglaterra de hace unos 5.000 años

Vista aérea del círculo o 'henge' © Historic England/CAU.

En las cercanías de Cornualles, al occidente del Reino Unido, un equipo de voluntarios se llevó una sorpresa extraña. Debajo de la tierra, encontraron una estructura circular. Al investigar el sitio, los científicos se percataron de que llevaba milenios ahí enterrada, como si una densa mata de pasto la hubiera escondido de la superficie.

Después de realizar una datación aproximada del espacio, los investigadores de Cornwall Archaeology Unit (CAU) se dieron cuenta de que esta estructura circular prehistórica fue construida hace casi 5.000 años. Esto la convertiría, junto al puñado de espacios similares encontrados en la región, en contemporánea del mítico yacimiento de Stonehenge.

Con el tiempo, se recubrió de tierra y pasto. Sin embargo, podría arrojar luz sobre las actividades que las poblaciones antiguas llevaban acabo en el espacio. Esto es lo que sabemos.

Voluntarios marcan la posición del círculo de piedra recién descubierto dentro de Castilly Henge © Historic England/CAU.

Una circunferencia de piedra de 5.000 años

No es la primera vez que se encuentran yacimientos arqueológicos con esta disposición en el Reino Unido. Por el contrario, ésta parece ser una antigua práctica prehistórica en la zona. Las estructuras circulares en la campiña inglesa, aseguran los arqueólogos a cargo del proyecto, son bastante comunes en toda la isla británica. Particularmente, en la región más austral.

El hallazgo se dio como parte de un proyecto de investigación de Historic England, en el que se encontró una extraña estructura circular prehistórica. Otros medios, como The Guardian, la describieron como ‘en forma de herradura de caballo’. El punto, sin embargo, es el mismo: es redonda, y está hecha de piedra.

Originalmente, el estudio empezó en 2021. Resultó ser que esta estructura circular prehistórica se construyó alrededor del Neolítico tardío, reporta Smithsonian Magazine, y se pudo analizar a profundidad con la ayuda de un radar de penetración en el suelo. Con estas tecnologías, los investigadores confirmaron lo que sospechaban: el círculo estaba hecho de piedra, por lo que era poco probable que fuera una formación natural.

Para analizar el espacio con más detalle, se cavaron pozos en ciertas áreas. En el norte del sitio fue más difícil por las condiciones en las que se encuentra la tierra. Los investigadores de Cornwall Archaeology Unit (CAU) describieron el espacio como sigue en un comunicado:

«Definido por un banco externo y una zanja interna, habría formado un escenario similar a un anfiteatro para reuniones y actividades rituales. Investigadores anteriores han sugerido que el lugar fue utilizado como teatro al aire libre o lugar de juegos en la Edad Media, y luego como emplazamiento defensivo durante la guerra civil inglesa».

Por todo lo cual, los autores sugieren que esta especie de anfiteatro prehistórico ha tenido varias funciones a lo largo de milenios. A veces, como centro de reuniones; otras, en aquel pasado remoto, como posible espacio ritual. Sin embargo, no existe evidencia concluyente sobre su función original todavía.

Foto: 'Historic England' se ha comprometido a reparar y conservar los miles de lugares que figuran en su registro histórico de riesgo

Según el portal oficial de English Heritage, en toda la isla británica se conservan alrededor de 100 estructuras circulares similares: «aunque es muy probable que originalmente hubiera más». Todas tienen dos puntos en común: generalmente estaban dispuestas en óvalos o círculos, y se desconoce la razón real por la que se erigieron hace miles de años.

«La investigación en Castilly Henge nos ha dado una comprensión más profunda de la complejidad de este sitio y su importancia para la historia de Cornualles durante miles de años», dice Ann Preston-Jones, oficial de proyecto para sitios patrimoniales en riesgo con Historic England, en una declaración a los medios. «Nos ayudará a tomar decisiones sobre la forma en que se gestiona y presenta el monumento, para que las generaciones venideras puedan disfrutarlo».

Fuente: ngespanol.com | 24 de mayo de 2022

Hallan en Pompeya un líquido que podría ser el vino más antiguo del mundo

La tumba de 'Marcus Venerius Secundio' y la urna de vidrio con el líquido oscuro que podría ser vino - Efe/Llorenç Alapont.

La noticia del hallazgo de la sensacional tumba de Marcus Venerius Secundio dio la vuelta al mundo. Por primera vez se descubría en Pompeya, en una cámara funeraria, un esqueleto parcialmente momificado, algo muy raro en esta antigua ciudad romana destruida por el Vesubio en el 79 d.C., puesto que los cuerpos de los adultos solían incinerarse en aquella época.

Se descubrió además una inscripción en una losa de mármol que confirma que en los teatros de Pompeya también se recitaba en griego, al menos en las últimas décadas antes de la erupción. Pero las sorpresas no han quedado ahí. Las investigaciones dirigidas por el arqueólogo y antropólogo valenciano Llorenç Alapont (izquierda) en la necrópolis de Porta Sarno, en Pompeya, ha encontrado una urna con más de seis litros de un líquido rojizo oscuro, el cual podría ser el vino más antiguo hasta ahora conocido, según explicó el propio Alapont, en una conferencia reciente organizada por el Instituto Alavés de Arqueología (IAA) y recoge Sergio Carracedo en El Correo.

El recipiente con el líquido rojizo se encontró en otra tumba del panteón familiar que albergaba las cenizas de Novia Amabilis, la esposa de Marcus Venerius Secundio, junto a las de tres niños de 6, 8 y 10 años. Probablemente, sus hijos. Allí, bajo tierra y cubierta por dos tejas a doble vertiente, los arqueólogos hallaron una caja de metal y dentro, una excepcional urna de vidrio que, según este arqueólogo, denota un elevado lujo.

La urna con el líquido metida en la caja de metal - Llorenç Alapont.

«Lo que resulta más interesante» para Alapont «es que la urna apareció completamente llena con más de 6 litros de un líquido de color oscuro, rojizo, que ya se está analizando en los laboratorios de la Universidad de Valencia y que esperamos que se confirme próximamente que se trata de vino».

«Si se llega a constatar sería la primera vez que se confirma que se conserva vino en este estado, y constituiría el más antiguo encontrado en la Historia, un vino de más de 2.000 años», asegura el especialista.

Hasta la fecha se cree (aunque no se ha confirmado) que el vino más antiguo del mundo se encuentra en una botella de vidrio localizada en la tumba de un noble romano datada hacia el año 325 d.C., cerca de la ciudad alemana de Speyer (Renania-Palatinado).

Foto: Botella de vino hallada en la ciudad alemana de Speyer.

De momento las primeras pruebas de laboratorio realizadas en Valencia, bajo la dirección de Gianni Gallello, revelan que el líquido rojizo de Pompeya contiene taninos, componente del vino. Los expertos están comparando ahora la muestra con caldos actuales, a fin de comprobar en cuánto se asemeja y en cuánto difiere de un vino actual. «Se han encontrado sedimentos provenientes del vino en distintos recipientes y épocas, pero nunca el propio vino en estado líquido. Estamos ante algo nuevo que se debe confirmar al 100%», afirmó Llorenc Alapont.

«Nadie se atreverá a probarlo», comentó durante la charla en el IAA en tono distendido, «porque casi 2.000 años después el líquido huele muy mal y no tiene buena pinta».

La presencia del vino en los rituales fúnebres romanos es «muy conocida», según recordó Alapont. El arqueólogo piensa que «tras depositar los huesos se llenó la urna con este líquido, como una especie de libación, una parte de la ceremonia del entierro».

Inscripción de la tumba de Marcus Venerius Secundio - Parque Arqueológico de Pompeya.

Nerón y el liberto

Marcus Venerius Secundio había sido un liberto que tomó el apellido de la ciudad de Pompeya, que era denominada colonia Veneria, y guardián del templo de la diosa Venus, la deidad más importante de la urbe. En una inscripción constan estos datos, así como que gozó de cierto estatus social y económico, dado que fue un augustal, es decir, miembro del colegio de sacerdotes dedicado al culto imperial, y que «patrocinó cuatro días de espectáculos griegos y latinos».

Los arqueólogos conocen más datos sobre este personaje porque su nombre aparece en unas tablillas de cera halladas en la casa del banquero Cecilio Iucundo, una de las personas más ricas de Pompeya. Consta como testigo de unas transacciones con dos nombres parecidos, lo que hace pensar a los expertos que era un esclavo con la reputación suficiente como para figurar como testigo y que cambió su nombre una vez liberado. Como custodio del templo de Venus, ayudaba a realizar las ofrendas y seguramente recibiría cuantiosas propinas que contribuirían a su libertad.

Por otra inscripción, incluso contemplan la posibilidad de que tal vez fuera el propio Nerón quien le concediera la libertad. En ella se puede leer que Nerón visitó el templo de Venus de Pompeya después del terremoto del 62 y donó muchísimas monedas de oro. «Nerón tenía predilección por Pompeya y probablemente conoció a Marco Venerio. La hipótesis de que Nerón fue quien le otorgó la libertad la tenemos que considerar», señaló Alapont en la conferencia.

Inscripción de la tumba de Marcus Venerius Secundio - Parque Arqueológico de Pompeya.

Tal vez Marco Venerius quiso imitar a Nerón con el patrocinio de los juegos (en la tumba han encontrado una moneda del 65 d.C. que celebra los juegos neronianos, los Neronia) e incluso su inusual embalsamiento podría haberse inspirado en el emperador romano. «Nerón decidió inhumar y embalsamar el cuerpo de su esposa Popea al modo de los reyes griegos y egipcios (...) Marcus Venerius pretendió hacer lo mismo», señaló Alapont antes de resaltar que la práctica de la inhumación y del embalsamamiento es muy escasa en el Imperio Romano. «Pocas personas se lo podían permitir y era un signo de distinción».

Así logró Marcus Venerius preservar en parte su cuerpo, que fue hallado parcialmente momificado, con la cabeza cubierta de cabello canoso. Aún conservaba una oreja, cartílago y parte de los intestinos que están siendo analizados y que aportarán más información sobre la vida en Pompeya.

Fuentes: abc.es | eldiario.es | 23 de mayo de 2022

Las huellas romanas que llevan a Granada

"A pesar de que siempre se ha destacado en su historia la fase islámica, Granada existe mucho antes de esa época medieval", advierte Elena Sánchez, profesora titular de Arqueología en la Universidad (UGR), mientras empuja uno de los portones de la verja que rodea una amplia parcela frente a la Facultad de Teología. Lo que ha abierto, en realidad, es un portal en el tiempo: a un lado, el Campus de la Cartuja; al cruzar la abertura, Florentia Iliberritana, el núcleo urbano de la antigua Hispania que se asentó en el Albaicín en torno a los siglos I y II. Allí se halla parte del legado romano que escribe en torno a la ciudad una leyenda. Del alfar que yace hoy entre estudiantes, a la villa de Los Vergeles, pasando por el yacimiento de Mondragones. Huellas del imperio que marcan un sendero que desemboca en la capital universitaria por la que ahora transita el Metro.

La que hoy se conoce como ciudad de la Alhambra ya adquiría relevancia antes de que ‘la roja’ se construyera. "La Granada romana es la antigua Florentia Iliberritana, un antiguo municipio de origen ibérico que adquirió su mayor importancia a partir del siglo I. Entró en la historia de la Península Ibérica por ser la sede del primer concilio católico celebrado en ella en torno al año 304, a principios del siglo IV. A partir de ahí, pasa a ser una de las ciudades importantes de la Bética", precisa Ángel Rodríguez, arqueólogo y director de las excavaciones arqueológicas en Los Mondragones. Tanto él como Carmen Jódar, arqueóloga y restauradora, y Macarena Bustamante, arqueóloga y también profesora de la UGR, se mueven por esos restos como por el salón de casa -se puede ver en el vídeo que acompaña a esta noticia-. Se trata de un complejo, ubicado a la orilla diestra del río Beiro, que "realmente ha sido una sorpresa arqueológica", subraya.

Lo fue desde su hallazgo, hacia finales del año 2012, en una parcela municipal. "Esto era un cuartel militar, el de Los Mondragones. Luego, pasa a manos del Ayuntamiento y de la Junta de Andalucía para desarrollarlo", relata. El consistorio decidió construir un aparcamiento subterráneo y, sobre este, un supermercado y un gimnasio, pero una llamada a Cultura puso sobre aviso a la empresa constructora. Francisco Javier Matas, uno de los militares del cuartel, intuyó lo que se encontraría bajo aquel suelo. "Él fue el que dio la voz de alarma, diciendo que aquí, cuando se empezaran las obras, aparecerían restos arqueológicos, y, efectivamente, así fue", recuerda Rodríguez.

La primera intervención arqueológica, cuando fueron hallados los primeros vestigios del imperio en la zona, desenterró "lo que en principio parecía ser una villa suburbana, una gran propiedad aristocrática situada en la periferia de la ciudad". Empero, además de los mosaicos, que hoy se pueden ver en el Museo Arqueológico, y del propio domus de la vivienda, emergió "un molino de aceite monumental, el más importante de la Bética, que tenía una capacidad productiva tremenda". Aquello fue el inicio. Asomó la planta de una iglesia, que resultó ser "el primer edificio arquitectónico de época paleocristiana que se encontraba en Granada", y una calle, en la que se aprecian las huellas de los carros que la desgastaron a su paso. A un costado de la calzada, una serie de "edificios de carácter protocolario". Al otro, unas termas de las que se conserva toda la estructura, incluidas canalizaciones y letrinas.

Un yacimiento que, como precisa Ángel Rodríguez, "se funda en el siglo I y perdura hasta el VI o el VII, hasta época visigoda". "Estos restos nos cuentan cosas realmente interesantes. Para empezar, que la rivera del río Beiro, que es uno de los tres que conforman la historia de Granada, es más importante de lo que pensábamos", detalla. "Tenemos muy pocos restos arqueológicos que nos hablen de esos siglos tan oscuros, entre el V y el VI o el VI. Sin embargo, aquí, en Mondragones, encontramos un yacimiento con una gran actividad y una gran vitalidad. Nos permitirá conocer mucho mejor ese tránsito de la Antigüedad a la Edad Media", sintetiza, antes de sugerir que, probablemente, existieran "uno o dos puentes" que permitieran conectar el complejo con el núcleo de Florentia Iliberritana. Ahora, un proyecto impulsado por la Alhambra busca su puesta en valor.

El alfar de Cartuja

En la colina sobre la que se levanta el Campus de Cartuja, los alumnos del grado de Arqueología y del máster en la misma disciplina tienen todo un parque de prácticas. "Además de campus universitario, esto es lo que nosotros denominamos un yacimiento multifásico, porque sabemos que esta zona tiene evidencias de ocupación desde el Neolítico", puntualiza Elena Sánchez. El rastro romano lleva hasta el alfar que entre el siglo I y el II se construyó en la ladera. "Es un monumento en el que estaríamos ante lo que podríamos denominar un suburbium artesanal: una zona fuera de la ciudad, del Albaicín, dedicada a la artesanía. En concreto, es una actividad dedicada principalmente al trabajo alfarero, a la producción de cerámica", argumenta.

"En este sector, se han contabilizado un total de diez hornos excavados -casi de todos tipos-, más, al menos, tres o cuatro que sabemos que existen pero que, por el momento, no hemos trabajado, y toda una zona de salas y habitaciones de trabajo, así como zonas de vertedero", muestra, mientras escribe la historia con sus palabras. Precisamente, son estos espacios en los que se acumulaban los desechos donde los arqueólogos encuentran una nutrida fuente de información. "Los testares son vertederos específicamente de cerámica, en los que, además de tener todas las producciones que no pueden vender, tenemos herramientas que los alfareros utilizaban en su trabajo diario, moldes que empleaban para hacer las cerámicas, desechos de la comida como huesos de cerdo o gallina, que nos hablan de qué animales consumían, e, incluso, restos de burro, que nos cuentan de qué animales se ayudaban".

Fuente: granadadigital.es| 27 de mayo de 2022

Descubren los rastros más antiguos de la presencia humana en el Ártico

Fragmento de asta de reno con huellas de impacto antropológico. ARCHAEOLOGY, ETHNOLOGY & ANTHROPOLOGY OF EURASIA.

Científicos rusos han descubierto los rastros más antiguos de la presencia de humanos modernos en el Ártico, los cuales se remontan a hace 40.000 años (comienzos del Paleolítico Superior).

El descubrimiento se realizó gracias al estudio de huesos de animales encontrados en el complejo Paleolítico de Kushevat, situado en el tramo inferior del rio Obi, en el distrito autónomo ruso de Yamalo-Nenets, en las llanuras de Siberia Occidental.

Las fechas de esos huesos se determinaron con una precisión de hasta 50 años en el "Accelerator Mass Spectrometry of NSU-NSC" (TsKP UMS). El trabajo reunió a un amplio círculo de arqueólogos, geólogos, físicos, entre otros especialistas, según informa el Instituto GI Budker de Física Nuclear SB RA, uno de los principales centros de estudios avanzados de física nuclear en Rusia.

Interés científico

La cuestión del asentamiento inicial del Ártico y Subártico por parte de un humano antiguo de tipo moderno (Homo sapiens sapiens) ha sido de interés para los científicos durante mucho tiempo.

El valle del río Obi, el séptimo río más largo del mundo con 5.410 kilómetros de recorrido, se considera a menudo como una posible ruta de migración para los pueblos del Paleolítico.

Se cree que el humano moderno llegó a Europa y Asia hace entre 50.000 y 60.000 años. Pero se desconoce dónde vivía antes y cómo cruzó los montes Urales, que forman la frontera natural entre Europa y Asia.

Durante mucho tiempo prevaleció la hipótesis de que, hace entre 12.000 y 30.000 años, el norte de Siberia Occidental estaba cubierto por un gran glaciar (al igual que el norte de América y Europa). Al sur de este glaciar había una cuenca represada que alcanzaba alturas de 130 metros.

Por esta razón, se creía que no tenía sentido buscar sitios arqueológicos que datasen del período de hace 40.000-30.000 años en el norte de Siberia Occidental. Esto fue confirmado por la ausencia casi total de hallazgos (herramientas, sitios, rastros orgánicos).

Mucho antes

Sin embargo, gracias al programa de investigación internacional que utiliza la datación por AMS y a la luminiscencia de estimulación óptica, los científicos lograron demostrar que en el norte de Siberia Occidental no hubo una capa de hielo hace 30.000-12.000 años, sino que fue mucho antes: hace entre 90.000 y 60.000 años.

Eso significa que el nivel de la cuenca represada por el hielo en el valle de Obi no excedía los 60 metros, lo que arroja una imagen paleogeográfica completamente diferente.

Esta perspectiva permitió trabajos de exploración en los tramos inferiores del Obi y en 2020, en los sedimentos de un antiguo arroyo cerca de Kushevat, se descubrió un horizonte cultural con huesos que se extendían por decenas de metros.

Se descubrieron dos cuernos de venado con rastros de procesamiento propio de actividades humanas (impacto antropológico). En total se obtuvieron 20 fechas de este horizonte óseo (con una edad de 40.000 a 20.0000 mil años atrás); al mismo tiempo, los restos óseos (cuernos) procesados ​​por humanos datan de 40 mil años.

Presencia humana

Los investigadores consideran que se trata del primer descubrimiento de presencia humana en los tramos inferiores del Obi hace 40.000 años, lo que perfila al Obi como uno de los últimos grandes ríos siberianos donde se han encontrado vestigios de la cultura del Paleolítico Superior Temprano.

Para determinar la antigüedad de los hallazgos, los científicos utilizaron el método de espectrometría de masas con acelerador (AMS), un método supersensible de análisis isotópico, en el que se lleva a cabo una cuidadosa selección de los átomos de una sustancia con recuento de isótopos.

El método consiste en contar directamente el número de átomos de carbono-14 en una muestra, por lo que es mucho más sensible que otros métodos. Este método permite fechar hallazgos arqueológicos y rocas geológicas con gran precisión, para estudiar la composición de la atmósfera y los tejidos de los organismos vivos de diferentes períodos históricos.

Antecedentes

Antes de este descubrimiento, ya se sabía que los humanos del tipo anatómico moderno (Homo sapiens) acabaron en Siberia Occidental hace al menos 45.000 años, destaca la revista N+1.

Así lo indicó un fémur encontrado en 2008 en la región de Omsk. Los análisis de radiocarbono y paleogenéticos mostraron que pertenecía a un hombre que murió hace entre 46.880 y 43.210 años.

Incluso en el Paleolítico Superior, los pueblos antiguos también estaban presentes más allá del Círculo Polar Ártico. Esto se supo después del descubrimiento en 2001 del grupo de sitios Yanskaya, ubicado en Yakutia, donde las personas, a juzgar por la datación por radiocarbono, convivieron hace aproximadamente entre 28.500 y 27.000 años, es decir, incluso antes del máximo nivel de la última glaciación.

Referencia

New Evidence of the Late Neopleistocene Peopling of the Lower Ob Va.... ID Zolnikov et al. Archaeology, Ethnology & Anthropology of Eurasia, Vol 49, No 1 (2021). DOI:https://doi.org/10.17746/1563-0110.2021.49.1.009-020

Fuente: levante-emv.com | 26 de mayo de 2022