Nuevo giro en la evolución humana: la llegada del 'Homo sapiens' a Europa no fue como se pensaba

El paisaje de la cueva de Mandrin. Ludovic Slimak.

La cueva de Mandrin, una gruta situada en el valle del Ródano, en la Francia mediterránea, se ha convertido en un yacimiento revolucionario para resolver algunos de los principales interrogantes de la evolución humana. Entre las decenas de miles de restos óseos y útiles líticos documentados, los arqueólogos han descubierto un diente de leche de un niño de la especie Homo sapiens datado hace 54.000 años, lo que adelantaría en varios milenios la presencia de los humanos modernos en Europa. Este año se ha publicado otro estudio que sugiere que estos primeros sapiens que se internaron en el Viejo Continente además tenían una ventaja competitiva frente a las poblaciones neandertales locales: dominaban el arco y las flechas.

Este diente de leche roto, hallado en la Cueva Mandrin (Francia), puede ser el fósil humano moderno más antiguo conocido en Europa. PHILIPPE PSAILA

En el otro extremo del Mediterráneo, en Líbano, al norte de Beirut, se encuentra otro de los yacimientos más importantes del Paleolítico Superior Inicial (PSI) de Eurasia: Ksar Akil. Excavado por tres jesuitas, los padres Ewing, Doherty y Murphy entre 1937-1938 y 1947-1948, y después, en la década de 1970, por un equipo francés, también ha sacado a la luz huesos de humanos modernos y el testimonio de una industria lítica de transición entre el Musteriense (Paleolítico Medio) y el Paleolítico Superior, e idéntica a otros sitios cercanos como Boker Tachtit, en el desierto del Néguev, en el sur de Israel, donde las personas que allí vivieron fueron modificando los métodos empleados para hacer herramientas de piedra, destinadas probablemente a usarse como lanzas y armas similares.

Cuando los investigadores de la cueva de Mandrin buscaron los paralelismos más cercanos a su industria neroniana —se compone de una serie de utensilios del Paleolítico Superior Inicial completamente distintos de los fabricados por los neandertales europeos—, comprobaron que los materiales más similares eran los recuperados en ciertos niveles estratigráficos de Ksar Akil. Y en esa relación material entre ambos yacimientos se encontraría una de las claves para comprender las primeras incursiones de los humanos modernos en Europa.

Un nuevo estudio publicado este miércoles en PLOS ONE por Ludovic Slimak (izquierda), arqueólogo del Centro Nacional para la Investigación Científica, ha comparado de forma minuciosa la tecnología lítica del yacimiento libanés con la del ubicado en el valle del Ródano, la principal arteria natural que conecta la zona mediterránea con las grandes estepas europeas del norte. Además de confirmar la tradición cultural compartida, el profesor de la Universidad de Toulouse III sugiere que el Homo sapiens se expandió por Europa en tres oleadas migratorias diferentes entre hace 55.000 y 42.000 años.

La principal hipótesis de Slimak es que las distintas herramientas de piedra identificadas en Ksar Akil encuentran ejemplos equivalentes desde el punto de vista técnico y cronológico en Europa occidental. El Neroniano de la cueva de Mandrin, por ejemplo, creado por poblaciones sapiens que se asentaron durante un breve periodo de tiempo en territorio neandertal, sería una industria idéntica a la que los humanos modernos desarrollaron en el Levante en el Paleolítico Superior inicial.

Puntas, micropuntas y núcleos del IUP de Ksar Akil y del Neroniano de Mandrin E. Los sistemas técnicos y los objetivos de producción son estrictamente idénticos. Dibujos de L. Metz y L. Slimak.

Esa habría sido la primera migración, ocurrida hace más de 54.000 años y de la que hasta el momento solo se han encontrado evidencias en el valle del Ródano. En la gruta de Mandrin habitó un grupo de sapiens formado por hombres, mujeres y niños. Según Slimak, no se trataría de una partida de exploradores, sino que buscaban nuevas tierras para asentarse. Por algún motivo desconocido no lograron perdurar. En este yacimiento se ha registrado un singular fenómeno, un nítido ejemplo de "interestratificación": neandertales sustituidos por humanos modernos que volvieron a ser reemplazados por los neandertales del Musteriense hasta una nueva repoblación de la zona por los sapiens, esta vez en mayor número y que fue definitiva.

La segunda oleada migratoria habría coincidido con la cultura chatelperroniense, arqueológicamente visible en restos de hace unos 45.000 años, y habría afectado tanto a la costa atlántica de Francia y la cornisa cantábrica como al área mediterránea de península ibérica, y a lugares como la Cova Foradada, en el municipio de Calafell, Tarragona. No al valle del Ródano, donde quizá los neandertales se resistieron al regreso de sus primos más avanzados.

La industria protoauriñaciense se relacionaría con la tercera fase migratoria, hace 42.000 años. "Sigue siendo la primera capa real de poblaciones sapiens que se documenta en toda Europa y abarca hasta el Levante mediterráneo, marcando la unificación cultural y territorial de estos grupos en todo el continente", escribe el arqueólogo, interesado también en descifrar esas interacciones entre neandertales y humanos modernos.

Mapa con las tres tradiciones técnicas de cada una de las migraciones: Neroniano, Chatelprerroniense y Preauriñaciense. Con base en el análisis de las estructuras técnicas de la secuencia de Ksar Akil, Slimak propone que las tres fases del primer Paleolítico Superior levantino (Oriente Próximo) encuentran estrictos corolarios en toda Europa. Ludovic Slimak

La conclusión de Ludovic Slimak es que el proceso de sustitución del Homo neanderthalensis por los humanos modernos en Europa fue un proceso que no se registró en unas pocas generaciones, sino que duró hasta doce milenios en algunos lugares como el valle del Ródano.

"Hasta 2022 se creía que el 'Homo sapiens' había llegado a Europa entre hace entre 45 y 42 milenios. Este estudio muestra que la primera migración de 'sapiens' sería en realidad la última de tres grandes oleadas migratorias hacia el continente, reescribiendo en gran medida lo que creíamos saber sobre su origen en Europa", destaca el arqueólogo.

Y cierra: "La cultura chatelperroniense, una de las primeras tradiciones modernas en Europa occidental y atribuida a los neandertales, de hecho debería señalar la segunda ola de migración del 'Homo sapiens' en Europa, modificando profundamente nuestra comprensión de la organización cultural de los últimos neandertales".

Otra llamativa hipótesis que lanza en este sentido es que los últimos neandertales, paradójicamente, serían "los únicos herederos de tradiciones técnicas abandonadas tiempo atrás por el 'Homo sapiens' y relacionadas con las primeras fases de su establecimiento en Europa".

Fuente: elespanol.com | 3 de mayo de 2023

Arqueólogos de la Universidad de Oxford identifican restos de tres campamentos romanos en el norte de Arabia con Google Earth

Vista del paisaje del campamento central, desde el este (APAAME_20221123_FB-0166, tomada por F. Bqa'in).

Se han identificado tres nuevos campamentos fortificados romanos en el norte de Arabia mediante un estudio de detección remota realizado por la Escuela de Arqueología de la Universidad de Oxford. Su artículo, publicado en la revista Antiquity, informa que el descubrimiento puede ser evidencia de una probable campaña militar indocumentada en el sureste de Jordania desde Arabia Saudita.

Los campamentos fueron identificados mediante imágenes satelitales. Según el equipo de investigación, pueden haber sido parte de una campaña militar romana no descubierta anteriormente vinculada a la toma de posesión romana, bajo Trajano, del reino nabateo en el año 106 d. C., una civilización centrada en la mundialmente famosa ciudad de Petra, ubicada en Jordania.

Vista aérea oblicua del campamento central, desde el este. Posibles divisiones internas rectilíneas son visibles en el lado izquierdo del recinto (APAAME_20221123_FAB-0154, tomada por F. Bewley).

El Dr. Michael Fradley (izquierda), quien dirigió la investigación y fue el primero en identificar los campamentos con Google Earth, sugiere que hay pocas dudas sobre la fecha de los mismos.

"Estamos casi seguros de que fueron construidos por el ejército romano, dada la forma típica rectangular de los recintos con entradas opuestas a cada lado". La única diferencia notable entre ellos es que el campamento más al oeste es significativamente más grande que los dos campamentos situados al este.

Mapa de distribución que muestra la ubicación de los campamentos romanos temporales.

El campamento occidental está aproximadamente a 43,5 km al este-sureste de Bayir (Jordania) y mide aproximadamente 125 × 105 m, con un área interna de alrededor de 1291 ha. Las fotografías aéreas oblicuas muestran posibles divisiones internas rectilíneas. Este sitio occidental había sido registrado en la plataforma MEGA-Jordan (NN/SITE 3501.004), pero no estaba identificado como un campamento romano.

El campamento central se encuentra a unos 44,2 km al este-sureste del campamento occidental y mide aproximadamente 95 × 65 m, con un área interna más pequeña de unas 0,691 ha. Las fotografías aéreas oblicuas nuevamente sugieren divisiones internas rectilíneas.

Finalmente, el campamento oriental está ubicado a unos 37,7 km al este-sureste del campamento central, y nuevamente mide aproximadamente 95 × 65 m. Tanto el campamento romano central como el situado al este tampoco estaban identificados como tales.

Vista aérea oblicua del paisaje del campamento occidental desde el noreste (APAAME_20221123_FB-0087, tomada por F. Bqa'in).

Según el Dr. Mike Bishop (derecha), un experto en las fuerzas armadas romanas, “Estos campamentos son un hallazgo nuevo y espectacular y una nueva visión importante de las campañas romanas en Arabia. Los fuertes y fortalezas romanas muestran cómo Roma mantenía una provincia, pero los campamentos temporales revelan cómo la adquirían en primer lugar"

Los campamentos eran construidos por el ejército romano como estaciones de defensa temporales cuando marchaban en campaña. El Dr. Fradley agrega: “El nivel de conservación de los campamentos es realmente notable, en particular porque es posible que solo hayan sido utilizados durante unos días o semanas… Iban a lo largo de una ruta periférica de caravanas que unía Bayir y Dûmat al-Jandal. Esto sugiere una estrategia tendente a eludir la ruta más utilizada por el Wadi Sirhan, agregando un elemento sorpresa al ataque. Es sorprendente que podamos ver este momento en el tiempo a una escala de paisaje”.

Vista oblicua del campamento occidental desde el suroeste. Posibles divisiones internas rectilíneas son visibles en la parte inferior e izquierda del recinto (APAAME_20221123_RHB-0055, tomada por R. Bewley).

El profesor Andrew Wilson (izquierda), coautor del artículo, dice: "Estos campamentos de marcha, si estamos en lo cierto al datarlos a principios del siglo II, sugieren la anexión romana del reino nabateo tras la muerte del último rey, Rabbel II Sóter en el año 106 d.C., lo que no fue un asunto del todo sencillo, dado que Roma tuvo que moverse rápidamente para asegurar el reino".

Puesto que la distancia entre cada campamento es de 37 km a 44 km, el equipo de investigación especula que estaban demasiado lejos como para que unidades de infantería pudieran recorrer esa distancia en un día, lo que implica que muy seguramente fueron construidos para unidades de caballería, las cuales sí podían viajar por un terreno tan árido en una sola jornada, posiblemente en camellos. Basándose en modelos sobre la capacidad de los campamentos romanos, el equipo de investigación conjetura que el campamento occidental podría haber tenido dos cohortes montadas, mientras que los campamentos central y occidental más pequeños tendrían una sola cohorte montada.

Imagen satelital del campamento oriental. Fuente: Google Earth; Maxar.

Sobre la base de la distancia entre los campamentos, también se sugiere que otro campamento pudo haber estado ubicado más al oeste, en el posterior fuerte y pozo omeya de Bayir.

Los campamentos recién descubiertos corren en línea recta hacia Dûmat al-Jandal, en lo que ahora es Arabia Saudita, pero que entonces era un asentamiento en el este del reino nabateo. El posible contexto de construcción de estos campamentos sugiere que quizá Roma tuvo que forzar la toma de control del poder nabateo, si bien la historia romana sobreviviente argumenta que la transferencia de dicho poder fue un evento pacífico al final del reinado del último rey nabateo. Ahora bien, los arqueólogos aún necesitan confirmar la fecha de construcción de los campamentos a través de una investigación sobre el terreno.

Por otra parte, hay además hay otras preguntas que deben responderse. El profesor Wilson pregunta: "¿Por qué el campamento oriental tenía el doble de capacidad que los otros dos? ¿Tal vez se dividieron las fuerzas, pero, de ser así, adónde fueron las otras mitades? ¿Fueron medio aniquiladas en una batalla? ¿Es posible que la función del campamento occidental solo consistiera en reabastecer de agua, desde los pozos de Bayir, a los otros dos campamentos?"

Los campamentos fueron identificados por el proyecto de Arqueología en Peligro de Extinción en Oriente Medio y el Norte de África (EAMENA), y luego fueron fotografiados por el proyecto de Arqueología Aérea en Jordania (APAAME).

Fuentes: University of Oxford | Antiquity | 27 de abril de 2023

Arqueólogos checos hallan en Omán hachas de piedra de la primera migración humana fuera de África

Hacha de piedra vista en distintas posiciones encontrada en el desierto de ar-Rub' al-Chali. Fuente: A. Beshkani, proyecto ARU Praga/ARDUQ

Hachas de mano del período de la primera migración humana fuera de África, cámaras funerarias circulares, una colección de grabados rupestres y un Stonehenge árabe. Un equipo internacional dirigido por el Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Chequia (CAS), en Praga, que acaba de completar con éxito su tercera temporada de excavaciones en Omán, informa sobre hallazgos únicos. Las muestras recolectadas ahora están siendo analizadas por expertos y contribuirán a la reconstrucción de la historia más antigua del desierto de arena más grande del mundo.

Los arqueólogos checos se han centrado durante mucho tiempo en las áreas desérticas aún inexploradas del Sultanato de Omán. La expedición del año pasado fue la tercera consecutiva y hay varias más en camino. Más de veinte arqueólogos y geólogos de diez países han participado en las excavaciones de dos sitios diferentes en Omán.

El primer equipo de expedición estaba situado en la gobernación de Dhofar, en el sur del país, mientras que el segundo grupo operaba en la provincia de Duqm, en el centro de Omán. Los investigadores han compartido sus observaciones directamente desde el campo de trabajo en la red social Twitter a través de la dirección @Arduq_Arabia.

Campamento en las dunas del desierto Rub' al Khali, en el sur de Omán. Foto: Roman Garba y Alžběta Danielisová, Instituto de Arqueología de el CAS en Praga.

La península arábiga como corredor de migración

En las dunas del desierto de Rub' al Khali en la provincia de Dhofar, los investigadores desenterraron hachas de mano de piedra que se remontan a la primera migración humana fuera de África hace entre 1,3 millones y 300.000 años. Debido a su ubicación geográfica, Arabia sirvió como una ruta de migración natural desde la cuna africana de la humanidad hacia Eurasia.

Entre dunas de hasta 300 metros de altura, lograron encontrar cáscaras de huevo de avestruces extintas, una duna fósil y un antiguo cauce de un período en el que el clima en Arabia era de modo significativo más húmedo. “Nuestros hallazgos, respaldados por cuatro métodos de datación diferentes, proporcionarán datos valiosos para reconstruir el clima y la historia del desierto de arena más grande del mundo. Las condiciones naturales también dieron forma a los asentamientos prehistóricos, y lo que estamos tratando de hacer es estudiar la adaptabilidad humana al cambio climático”, dijo el líder y coordinador de la expedición, Roman Garba (izquierda).

Foto: Conjunto de herramientas de piedra halladas.

Foto: Otra de las herramientas de piedra halladas. Institut archéologique de l’Académie des sciences/project ARDUQ

La física nuclear está ayudando a la investigación histórica

Los arqueólogos utilizan métodos especiales de datación para determinar la antigüedad de los hallazgos. “Llevamos a cabo dataciones por radiocarbono y por radionúclidos cosmogénicos en cooperación con el Instituto de Física Nuclear de la CAS, que acaba de poner en servicio el primer espectrómetro de masas con acelerador en la República Checa”, explica Garba.

Variaciones de la plataforma Trilith y otras peculiaridades. Fuente: Garba 2019

La datación por radiocarbono y el análisis espacio-temporal también pueden ayudar a los investigadores a obtener más información sobre los monumentos rituales de piedra de aproximadamente dos mil años de antigüedad, conocidos como trilitos. En términos sencillos, pueden compararse con el monumento de Stonehenge de Inglaterra. Aparecen en lo que ahora es el sur de Arabia, y no está claro exactamente para qué se usaron o quién los construyó.

Excavación de una tumba neolítica en Nafun, Omán central. Fuente: A. Danielisová, proyecto ARU Praga/ARDUQ.

La arqueóloga Danielisová estuadiando la tumba neolítica. Fuente: A. Danielisová, proyecto ARU Praga/ARDUQ.

¿Qué se esconde debajo de las cámaras funerarias circulares?

El segundo equipo de la expedición ha trabajado en la provincia de Duqm, en el centro de Omán, centrándose en particular en una tumba neolítica que data del 5000 al 4600 a. C. en el sitio de Nafūn.

“Lo que encontramos aquí es único en el contexto de todo el sur de Arabia. Una estructura megalítica que ocultaba dos cámaras funerarias circulares reveló los restos óseos de al menos varias docenas de personas. Los análisis isotópicos de huesos, dientes y caparazones nos ayudarán a saber más sobre la dieta, el entorno natural y las migraciones de la población enterrada”, explica Alžběta Danielisová (derecha), del Instituto de Arqueología de Praga especializada en arqueometría.

No muy lejos de la tumba, hay una colección única de grabados rupestres distribuidos en un total de 49 bloques rocosos, cuyos diferentes estilos y diversos grados de meteorización brindan un registro pictórico de asentamientos desde el 5000 a. C. hasta el 1000 d. C. Los investigadores también estudiaron los yacimientos de producción de utillaje o herramientas líticas de la Edad de Piedra tardía.

Estudio del trazado de petroglifos en el enclave de Nafun, en el centro de Omán. Crédito de la imagen: Román Garba. Proyecto ARU Praga/ARDUQ.

Petroglifos en el sitio de Nafun, en el centro de Omán. Crédito de la imagen: Román Garba. Proyecto ARU Praga/ARDUQ

Siguiendo las huellas de los antiguos asentamientos en el sur de Arabia

La investigación en Omán es parte de un proyecto más amplio del antropólogo evolutivo Viktor Černý (izquierda),del Instituto de Arqueología de Praga. Su investigación se centra en las interacciones bioculturales de las poblaciones y su adaptación al cambio climático.

“Las interacciones detectadas de las culturas arqueológicas africanas y árabes caracterizan la movilidad de las poblaciones de humanos anatómicamente modernos. Será también interesante confrontar estos hallazgos con la diversidad genética de las dos regiones y crear una visión más completa de la formación de la sociedad contemporánea en el sur de Arabia”, explica Černý, quien recibió el prestigioso Premio Académico de la Academia Checa de Ciencias por el proyecto el año pasado.

La expedición ARDUQ (Paisaje arqueológico y dinámicaambiental de Duqm y Nejd) se ha llevado a cabo bajo los auspicios del Ministerio de Patrimonio y Turismo de Omán. Participaron en el proyecto investigadores de la República Checa, EE. UU., Gran Bretaña, Ucrania, Irán, Italia, Eslovaquia, Austria, Francia y Omán.

Fuente: avcr.cz | 14 de abril de 2023

Hallan similitudes genéticas entre mayas prehispánicos y actuales en México

Pirámide de Chichen Itzá

El proyecto de investigación “El descenso, los descendientes de Kukulcán, análisis arqueo-genético de un entierro masivo-ritual en Chichén Itzá” encontró que los pobladores mayas mexicanos actuales todavía comparten la misma línea genética que sus antecesores prehispánicos.

“El estudio sobre la genética de los mayas comenzó en 2017 en Alemania”, explicó a EFE el investigador mexicano Rodrigo Barquera (izquierda), del Departamento de Arqueo genética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Sajonia.

“Hay cierta continuidad genética entre los habitantes de Chichén Itzá y la población maya actual”, enfatizó al término de la ponencia “Aproximaciones interdisciplinarias en el estudio de Mesoamérica”, que ofreció en la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Yucatán.

Barquera explicó que "uno de los principales diferenciadores es la resistencia a la Salmonella, no solo en la población maya, sino en México en general, pero tiene que ver con cambios de respuesta inmune”.

“Somos más resistentes que los mayas del pasado”, aseguró sobre su investigación de un entierro masivo con carácter ritual encontrado en un “chultún” (cisterna prehispánica) cercano al Cenote Sagrado de Chichén Itzá, al sur de México, donde se construyó un aeropuerto en 1967.

"En ese “chultún” encontraron huesos de más de 100 individuos, en su mayoría niños, al parecer se trataba de un ritual relacionado con la cosmogonía maya”.

“Lo interesante de ese entierro masivo es que encontramos restos óseos de gemelos idénticos, como ‘Hunahpú’ e ‘Ixbalanqué’”, los hermanos mellizos que fueron retados por los dioses del ‘Xibalbá’ (inframundo maya) a un juego de pelota, como se relata en uno de los pasajes del “Popol Vuh”, el libro sagrado de esa civilización mesoamericana.

“No podemos probar que se trata de los dioses gemelos ‘Hunahpú’ e ‘Ixbalanqué’ porque no tenemos los medios, pero podemos esbozar una teoría si es consistente en elementos históricos y etnográficos”, aseveró el químico que ha recibido varios premios en México y el extranjero.

Dijo que aún falta mucho por investigar en Chichén Itzá y en varias zonas arqueológicas de Yucatán.

“Cada vez que alguien da un paso estamos obligados a replantear, a seguir las pistas, porque eso ayuda a divisar cosas que quizá estaban cubiertas”, agregó.

El trabajo del mexicano que estudia restos óseos de mayas prehispánicos y la genética de los actuales habitantes de Yucatán en Alemania continúa y adelantó que “en los próximos meses daremos a conocer resultados más concretos y científicos”.

“El plan inicial era colaborar con Julio Lara (coordinador del Cuerpo Académico en Ciencias Farmacéuticas y Bioquímica clínica de la UADY) y Geovana del Castillo para analizar el ADN y nos llevamos a Leipzig (Alemania) huesos y dientes de habitantes de Chichén Itzá del Periodo Clásico (250 al 950 d.C.) al Post Clásico (900 al 1.200 d.C.)”, detalló.

"Con un equipo de trabajo extraemos el ADN y hacemos genética utilizando nuevas tecnologías”.

Barquera aseguró que su trabajo no tiene nada que ver con el Códice de Dresde (izquierda), que desde 1739 está en la Biblioteca del Estado de Sajonia, Alemania, y que ha sido importante para el desciframiento de glifos mayas.

“Lo mío es una cuestión etnohistórica, genética, y Alemania es la que patrocina las investigaciones, cuyos resultados son invaluables para conocer más del pueblo maya, famoso en el mundo por su cosmogonía, arquitectura, escritura, arte, cultura y dominación de las matemáticas".

"Los resultados de la investigación servirán para incrementar el número de individuos y sitios arqueológicos, así como reportar y confirmar lo descubierto y sacar a la luz nuevos hallazgos que proporcionen avances en el campo de la arqueo-genética”, afirmó.

Originario de Ciudad de México, el especialista subrayó que aún falta mucho por investigar en Chichén Itzá, “uno de los sitios más impresionantes que hay en el mundo, no solo por la cuestión arquitectónica invaluable, sino por la mística del lugar”.

Los entierros en la zona son importantes desde el punto de vista académico y por la conexión mágica, “desde la primera vez que estuve ahí por mi doctorado sentí una vibra especial”, concluyó. EFE

Fuente: lavanguardia.com | 28 de abril de 2023

Tras las huellas del fuego en Atapuerca

Los investigadores analizarán los restos de varias hogueras. - Foto: Christian Castrillo.

Tiene dos años de trabajo de investigación por delante para demostrar si en el interior de las cuevas de Atapuerca, en concreto en el nivel 19 de la Sima del Elefante, prendían hogueras o no sus habitantes.

A este reto se enfrenta el arqueólogo prehistórico Aitor Burguet-Coca en el desarrollo de su proyecto postdoctoral Herramientas para la identificación del fuego antrópico en contextos de baja visibilidad durante el Pleistoceno medio, lo que le ha llevado a Paleolítico Vivo, en Salgüero de Juarros, en dos ocasiones este año. La última este fin de semana, donde ha encendido cuatro fogatas, lo que él llama modelos de referencia, para después analizar diferentes parámetros, compararlos con restos arqueológicos y tras interpretarlos poder responder a la hipótesis que dio origen a su proyecto: ¿Hubo fuego en la sima del Elefante?

Cuatro hogueras

Pero el proceso no es tan sencillo, requiere de paciencia, minuciosidad y mucho control. Durante estos días en Paleolítico Vivo, que mantiene un convenio con el Instituto Catalán de Paleoecologia Humana y Evolución Social, del que Aitor es investigador asociado, el prehistoriador ha organizado cuatro hogueras, tratando de recrear las que pudieron prender los habitantes de ese entorno entre hace 400.000 y 300.000 años. Son hogares planos, encendidos con hierbas secas y cuyo combustible es a base de madera de pinus sylvestris, «de cuyo uso existen evidencias en el interior de las cuevas», aclara. De esta visita les interesa ver cómo el fuego se preserva a lo largo del tiempo.

Un fuego que han cuidado con mimo durante este fin de semana, noche y día, fotografiándolo y controlando todas las variables que le envuelven, como la temperatura, viento, calor que genera e incluso la coloración que va mostrando. «Vamos anotando todo lo que va pasando en él, su evolución», explica Aitor Burguet-Coca, que el lunes recogió una muestra de restos de la combustión y hará lo mismo dentro de 3, 6 y 12 meses.

Foto: Hoguera de experimentación.

Estos sedimentos del fuego los someterá a un estudio de química analítica, una técnica propia, «no muy habitual» cuyo resultados podrá comparar con los que arrojen con la misma técnica los de los sedimentos arqueológicos del interior del yacimiento de la Sima del Elefante y del de La Cansaladeta (Tarragona). «En ambas ya hay cierta evidencia de fuego en su interior. En el burgalés aparecieron en el techo microcarbones, y en el catalán se descubrieron piezas líticas quemadas», comenta el investigador, que decidió comenzar con ambos enclaves por esta circunstancia. Por delante aún tiene la labor de mostrar si los datos de los yacimientos son coincidentes o parecidos y puede concluir con la existencia de esos fuegos. «Hay que tener en cuenta muchas variables, los años de diferencia entre unos y otros o si el fuego es natural o se propició en el interior de la cueva», enumera el experto en relación a la diversidad de constantes a las que tiene que ir dando respuesta y a las que se enfrente siempre desde el «rigor científico».

Estudio referente

También analizará con esa técnica los restos de las primeras cuatro hogueras de su proyecto, que las realizó durante una semana en marzo. En este caso intentaba descubrir que tipos de elementos químicos genera la combustión y sus cantidades, cogiendo muestras antes y después de la misma.

Una vez concluido este postdoctorado, financiado a través de las prestigiosas becas de investigación Marie Curie y que realiza desde la universidad holandesa de Leiden, no solo conseguirá responder a la pregunta que se planteó como punto de partida, sino que sentará las bases, generará unos referenciales para otras personas que estén trabajando en este ámbito de investigación relacionado con el fuego. «Vamos a aportar un corpus de datos para toda la comunidad, por el camino vamos a desarrollar aproximaciones o metodologías que servirán a otros científicos», añade.

Foto

¿Y qué le ha llevado a Aitor Burguet-Coca a realizar esta investigación en este entorno? Fue becario de la Fundación Atapuerca y ha participado en varias campañas. «Ethel Allué, que está detrás del estudio del uso del fuego en la Trinchera del Ferrocarril y en toda la Sierra de Atapuerca, fue mi directora de tesis», comenta Aitor, que en ese trabajo hizo un estudio del fuego a lo largo de la Prehistoria, entre el Paleolítico Medio y la Edad de Bronce.

Cuando decidió hacer un trabajo postdoctoral pensó en dar otro paso, en este caso para atrás en el tiempo, un gran reto dada la antigüedad a la que se enfrenta. «Es un registro invisible a los ojos humanos, no aparece en yacimientos de estas cronologías. No hay certezas, por eso hay que llevar a cabo análisis más profundos con esas herramientas y que nos van a permitir visibilizar ese registro, en este caso, el de la existencia del fuego o no», afirma el investigador.

Y no había mejor sitio para recrear esos hogares de hace miles de años que Salgüero de Juarros, un entorno muy similar al de Atapuerca. Por eso, además de Aitor, hace un mes también realizaron un programa experimental para entender el papel que jugó el fuego durante la Prehistoria otros investigadores.

Fuente:diariodeburgos.es | 27 de abril de 2023

A la venta una valiosa diadema ibérica que podría formar parte de la exposición permanente del Museo Íbero de Jaén

La diadema ibérica en venta / EFE

Una diadema ibérica, conocida como Diadema de Montizón (Jaén), que los expertos califican como pieza excepcional, se encuentra puesta a la venta por parte de un coleccionista privado de Madrid después de un largo periplo sin conocerse su destino.

Tras su localización, un grupo de arqueólogos de Jaén se está movilizando para instar a la Junta de Andalucía a pujar por la adquisición de la misma, que pasaría a formar parte de la colección del Museo Ibero de Jaén.

El valor de esta pieza estriba en que se trata de una de las dos únicas diademas ibéricas (o iberas) conocidas hasta ahora. La otra es la Diadema de Jávea (Alicante), está expuesta en el Museo Arqueológico Nacional.

Diadema de Jávea (Alicante).

La que sale ahora a la venta es una diadema realizada en oro y articulada en tres subunidades, con algo más de treinta centímetros de longitud.

El catedrático Arturo Ruiz Rodríguez (izquierda), durante muchos años director del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén, informa que la diadema fue fabricada con bandas de procesiones de simbólicas y esquemáticas palomas o paisajes de palmeras.


"Está realizada con la técnica de granulado y filigrana vinculada a la influencia de la orfebrería griega sobre un sustrato ibero con un fuerte pervivencia cultural fenicia u oriental y con una fecha de finales del s. IV o inicios del s. III a.n.e.", señala Ruiz.

Pero la Diadema de Montizón no solamente ha aflorado desde el fondo de una colección privada, desconocida para los investigadores, sino que además ha permitido documentar el lugar de su origen y la historia de su deambular silencioso por el siglo XX y lo que va del XXI.

Detalle de la Diadema de Montizón (Jaén).

Según explica Arturo Ruiz, su hallazgo se debió de producir en un momento de las primeras décadas del siglo XX y pasó a formar parte de la colección de Félix García de Olaya, de origen riojano, que residió en Jaén desde los 13 años.

Félix García de Olaya fue también desde 1890 correspondiente de la Real Academia de la Historia por el padrinazgo del académico Joaquín Costa, y murió en 1922, fecha que actúa como tope final para fijar cuándo se produjo el hallazgo de la diadema de oro, pues perteneció a su colección.

En todo caso se sabe que la colección ya existía en 1878 pues en esta fecha, según recoge la revista Lope de Sosa en 1928, el coleccionista donó media arroba de monedas imperiales romanas para la fundición de dos campanas de la catedral de Jaén, lo que se justifica en que poseía monedas antiguas "en extraordinaria cantidad".

Detalle de la Diadema de Montizón (Jaén).

Después de un largo silencio, un descendiente de Félix García de Olaya, un sobrino nieto llamado Ángel de la Riva Resines, que al parecer residió después en Benalmádena (Málaga), decidió vender la colección de antigüedades o parte de ella y seleccionó una diadema, de su absoluta propiedad, que cita como "un collar o pectoral greco-fenicio".

De la pieza se indica en la factura que se vendió por 700.000 pesetas y se dice de ella que "es de oro, cuya antigüedad aproximada es de 600 años antes de Jesucristo" y se añade en el contrato de venta que dicho collar fue encontrado en Montizón, cerca de Aldeahermosa y de Castellar, en la provincia de Jaén.

Arturo Ruiz cree que existen suficientes datos que avalan la procedencia de esta joya, que él no duda en definir como la Diadema de Montizón.

Diadema ibérica de Montizón (Jaén).

"La joya, propia de una reina ibera, que en el área de Montizón no debería ser otra que la reina de Cástulo, llegó a una nueva colección de Madrid donde perdió su referencia hasta 2022 en el que los propietarios de la misma han decidido venderla", sostiene Ruiz, que es también presidente de la Asociación de Amigos de los Iberos de Jaén.

"Es muy importante no permitir que esta diadema, hallada en estas tierras y reconocida como una joya única por su gran calidad estética y técnica por la carga simbólica de sus imágenes, se vuelva a diluir en las nieblas y el olvido de otras colecciones privadas", subraya el profesor Ruiz.

La orfebrería del oro en la cultura de los iberos es muy excepcional, y piezas como las extraordinarias arracadas de Santiago de la Espada (Jaén), con la representación de la diosa y la paloma, se perdieron en los años cincuenta en el Instituto Valencia de Don Juan, sin que se conozca su paradero actual.

De igual modo las arracadas de Granada acabaron en el British Museum.

Fuente: diariodesevilla.es | 28 de abril de 2023

Encuentran una estatuilla de Buda en Egipto que data de época romana

Un grupo de arqueólogos norteamericanos y polacos encontró en las costas del mar Rojo una estatuilla de un Buda que, según revelaron, data de la época romana, según informó el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.

Según afirmaron los especialistas, este valioso hallazgo arqueológico no hace más que confirmar la existencia de los importantes vínculos comerciales que existían por entonces entre el Imperio Romano y la India.

El sorprendente hallazgo tuvo lugar mientras los especialistas se encontraban realizando tareas de excavación en un templo arqueológico de la antigua ciudad portuaria de Berenice, ubicada al sureste de Egipto.

Foto: Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.

“Esta estatua, que estaba hecha de piedra, pudo haber sido extraída de una región al sur de Estambul o puede haber sido tallada localmente en Briniki y dedicada al templo por uno o comerciantes más ricos de la India, señaló Marius Goyazda, jefe de la misión polaca.

“La estatua tiene 71 centímetros de altura y representa a un Buda de pie y sosteniendo parte de su ropa en la mano izquierda, y alrededor de su cabeza hay una hala con la luz del sol representada en ella, lo que indica a su mente irradiante, y a su lado hay una flor de loto”, agregó el arqueólogo.

También hallaron una inscripción en hindi y dos monedas del siglo II del reino indio central de Satavahana.

Además de la estatuilla de Buda, durante su trabajo en el templo los investigadores también encontraron una inscripción en hindi (sánscrito) que data del romano Felipe el Árabe (Marco Julio Filipo) (244 – 249 d.C.), que, según creen, puede ser más antigua que la estatuilla encontrada ya que las otras inscripciones estaban en el mismo templo en griego, que data de principios del siglo I a.C.

Por último, el equipo norteamericano-polaco de arqueólogos también halló dos monedas del siglo II del reino indio central de Satavahana.

Fuente: weekend.perfil.com | 29 de abril de 2023