Analizan ADN antiguo y evidencias arqueológicas para desentrañar el parentesco y las prácticas sociales del pueblo ávaro

Trabajos de excavación realizados por la Universidad Eötvös Loránd en el cementerio del período Avar (siglos VI-IX d.C.) de Rákóczifalva, Hungría, en 2006. © Instituto de Ciencias Arqueológicas, Museo Universitario Eötvös Loránd, Budapest, Hungría.

Un equipo de investigación multidisciplinario dirigido por científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva ha combinado datos de ADN antiguo con un contexto arqueológico, antropológico e histórico claro para reconstruir la dinámica social de las poblaciones descendientes de las estepas del período ávaro que se asentaron en la cuenca de los Cárpatos de Europa en el siglo VI.

El artículo, titulado "La red de grandes pedigríes revela las prácticas sociales de las comunidades ávaras", se ha publicado en Nature.

El estudio implicó analizar comunidades enteras tomando muestras de todos los restos humanos disponibles en cuatro cementerios de la era Ávar completamente excavados, analizando un total de 424 individuos y descubriendo que alrededor de 300 tenían un pariente cercano (1.º y 2.º grado) enterrado en el mismo cementerio. Esto permitió la reconstrucción de varios pedigríes extensos, el mayor de los cuales tiene nueve generaciones de profundidad y abarca unos 250 años.

Esto permitió la reconstrucción de varios genealogías extensas, las cuales revelaron que las comunidades practicaban un estricto sistema de descendencia patrilineal (individuos masculinos que permanecían en la comunidad después del matrimonio). Las mujeres desempeñaron un papel clave en la promoción de la cohesión social al vincular comunidades individuales casándose fuera de su comunidad original (exogamia).

Los cambios dentro de un enclave poblacional indicaban un reemplazo de comunidades, probablemente relacionado con cambios políticos, que permanecieron genéticamente invisibles, lo que muestra que la continuidad genética a nivel de ascendencia puede enmascarar el reemplazo de comunidades enteras, con importantes implicaciones para futuras investigaciones arqueológicas y genéticas.

La estepa póntica, c. 650, mostrando los primeros territorios de los jazares, los búlgaros y los ávaros.

Mapa de la Gran Llanura Húngara que muestra la ubicación de los cuatro sitios analizados en este estudio.

Kunpeszér y Kunszállás se encuentran en el DTI; Hajdúnánás y Rákóczifalva se encuentran en la región TT. Derecha, elementos arqueológicos típicos que caracterizan y distinguen las dos principales áreas de habitación de las poblaciones esteparias del período ávaro: espadas prestigiosas de las élites del DTI (KUP) y evidencia de entierros con pieles de caballo o animales en los sitios TT (RK). Abajo, línea de tiempo del período ávaro en la cuenca de los Cárpatos en la que se destaca las tres fases cronológicas principales (temprana, media y tardía) que muestran eventos históricos clave. Foto de la espada Kunpeszér: Museo Katona József (Kecskemét, Hungría); foto de la excavación de Rákóczifalva: Sándor Hegedűs.

Los ávaros, que procedían del Asia central y oriental, gobernaron gran parte de Europa central y oriental durante un cuarto de milenio, del siglo VI al IX d.C.

Desde finales del siglo VI d.C. hasta principios del siglo IX, los ávaros fueron la potencia dominante en el este de Europa central. Originarios del este de Asia central, probablemente del khaganato de Rouran destruido por los turcos, el grupo central de guerreros esteparios montados de los ávaros y sus familias llegaron al norte del Cáucaso en 557-558 d.C., donde otros grupos se unieron a la marcha hacia la cuenca de los Cárpatos en 567–568. Esta región se convirtió en el centro del imperio ávaro, donde se asentaron entre una población diversa derivada del periodo romano anterior seguido de los reinos gépidos y longobardos.

Después de que finalizaran las extensas incursiones en los Balcanes bizantinos en el año 626 d.C., la sociedad ávara cambió en muchos sentidos. El registro arqueológico indica que surgió un estilo de vida sedentario en nuevos asentamientos estables, con cementerios más grandes que contenían cientos de tumbas, y las expresiones culturales se volvieron más homogéneas. El reino ávaro persistió hasta que fue superado por los ejércitos francos de Carlomagno alrededor del año 800 d.C. Los títulos de rango turcos como khagan, iugurrus, tudun y tarkhan, mencionados en fuentes escritas documentan que se mantuvo el carácter centroasiático de su estructura política hasta su final.

Quizás sean menos conocidos que sus predecesores menos exitosos, los hunos. Sin embargo, en sus cementerios dejaron uno de los patrimonios arqueológicos más ricos de la historia europea, pues incluye unas 100.000 tumbas.

Entierro con un caballo en el yacimiento de Rákóczifalva, Hungría (siglo VIII d.C.). Este individuo masculino, que murió siendo joven, pertenece a la 2.ª generación del pedigrí 4, y fue uno de los hijos del fundador de esta unidad de parentesco. © Instituto de Ciencias Arqueológicas, Museo Universitario Eötvös Loránd, Budapest, Hungría

A partir de las costumbres funerarias de los ávaros y de informes escritos de sus vecinos, los arqueólogos han reconstruido algunas de sus prácticas sociales y formas de vida. Sin embargo, ahora la arqueogenética ofrece un punto de vista totalmente nuevo sobre las comunidades ávar que vivieron hace más de 1.000 años. En la actualidad, podemos analizar las formas en que los individuos se relacionaban entre sí del sexto al décimo grado.

Al combinar datos de ADN antiguo recientemente generados con información arqueológica, antropológica e histórica complementaria, un equipo del proyecto de investigación multidisciplinario Synergy Grant HistoGenes ha abierto nuevas formas de descubrir más sobre patrones de parentesco, prácticas sociales y desarrollo poblacional en el pasado distante.

El equipo incluye investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, junto con grupos de investigación de Hungría, Auistria y EE.UU. En su colaboración, establecieron nuevos estándares al utilikzar todos los métodos disponibles, incluidas las herramientas genéticas y bioinformáticas más avanzadas.

Figurilla de oro procedente de las excavaciones de Rákóczifalva, Hungría. Hallazgo mediante detector de metales en el territorio del cementerio de ávaro (siglo VII d.C.). © Instituto de Ciencias Arqueológicas, Museo Universitario Eötvös Loránd, Budapest, Hungría.

Estudiar comunidades enteras

El conocimiento histórico sobre las poblaciones del período ávaro nos fue transmitido por sus enemigos, principalmente los bizantinos y los francos, por lo que carecemos de información sobre la organización interna de sus clanes. Las mujeres están especialmente infrarrepresentadas en las fuentes históricas, con sólo tres menciones incidentales, por lo que el conocimiento de sus vidas es prácticamente inexistente.

Sabemos que algunos grupos llegaron a Europa desde las estepas del Este de Asia y del Póntico, pero ¿hasta qué punto, si es que se mantuvieron, las tradiciones esteparias se mantuvieron en la sociedad ávar, si es que se mantuvieron? ¿Cómo interactuaron los grupos recién llegados de la zona oriental entre sí y con la población de su nueva patria en Europa? En esencia, ¿cómo cambió su forma de vida con el tiempo en un entorno completamente nuevo después de abandonar las estepas y su forma de vida nómada?

Pendiente de oro hallado en la tumba de un hombre de Rákóczifalva, siglo VII d.C. (Museo János Damjanich, Szolnok)

Dinámica comunitaria

Zuzana Hofmanová (izquierda), perteneciente al Instituto Max Planck y autora principal del estudio, dice: "En cierto modo, el sistema patrilineal y la exogamia existentes muestran que ambos aspectos eran la norma social, si bien era común tener múltiples parejas reproductivas. Varios casos independientes muestran que estas comunidades practicaban las llamadas uniones de levirato. Esta práctica implicaba que individuos varones emparentados (hermanos o padre e hijo) tuvieran descendencia con la misma mujer".

Guido Alberto Gnecchi-Ruscone (derecha), perteneciente, asimismo, al Instituto Max Planck y autor también del estudio, añade: "Estas prácticas, junto con la ausencia de consanguinidad genética, indican que la sociedad mantuvo una memoria detallada de su ascendencia y sabía quiénes eran sus parientes biológicos durante generaciones".

Estas prácticas sociales son consistentes con la evidencia de fuentes históricas y la investigación antropológica sobre las sociedades de la estepa euroasiática. Gracias a la alta resolución proporcionada por los extensos pedigríes y los datos de todo el cementerio, los investigadores también pudieron identificar una clara transición temporal dentro de uno de los sitios analizados. Esto fue revelado por el cambio de una línea paterna a otra y por cambios en los patrones de parentesco distante (la red de parentesco genético, es decir, la red IBD).

Zsófia Rácz (izquierda), arqueóloga de la Universidad Eötvös Loránd (Hungría) y coprimera autora del estudio, dice: "Este reemplazo de la comunidad refleja tanto un cambio arqueológico y dietético que descubrimos dentro del sitio mismo, pero también una transición arqueológica a gran escala que ocurrió en toda la cuenca de los Cárpatos".

Este cambio, probablemente relacionado con cambios políticos en la región, no estuvo acompañado de un cambio de ascendencia y, por lo tanto, habría sido invisible sin el estudio de comunidades enteras.

Dicho hallazgo resalta cómo la continuidad genética a nivel de ascendencia aún puede ocultar reemplazos de comunidades enteras y tiene implicaciones importantes para futuros estudios que comparen la ascendencia genética y los cambios arqueológicos.

Fuentes: Instituto Max Plank | elte.hu | 24 de abril de 2024

La gran ciudad perdida de Cartago en Hispania está en Alicante: los hallazgos que lo demuestran

Construcción de la ciudad de Tossal de Manises. I. Cano MARQ.

A finales del siglo III a.C. un poderoso ejército púnico desembarcó en la península ibérica, conocida siglos atrás por sus preciadas minas. Cartago había sido derrotada en Sicilia por las legiones romanas y necesitaba con urgencia las riquezas de la tierra que se conocía como Ispanya. El avezado general Amílcar Barca dirigió las operaciones. "Habiendo sometido en Iberia muchas ciudades, fundó una gran ciudad llamándola, por el lugar donde estaba situada, Akra Leuké", relató el historiador Diodoro de Sicilia.

Al mando de sus huestes de guerreros, jinetes y elefantes marchó hacia la rebelde ciudad íbera de Heliké. En un confuso combate, Amílcar, herido por una jabalina, fue engullido por las turbulentas aguas de "un gran río" al caer de su caballo. Nunca apareció su cuerpo. Sus hijos Aníbal y Asdrúbal, aún adolescentes, buscaron refugio con los supervivientes tras las murallas de Akra Leuké, que puede traducirse como Ciudadela/Fortaleza Blanca o cabo Blanco. Esta última traducción esconde una de las claves que relacionan el enigmático asentamiento con el yacimiento alicantino de Tossal de Manises.

"Encontrarla no solo repercute en la historiografía española, sino en la historiografía global, y nos integra en el mundo antiguo. Identificarla con el yacimiento de Tossal de Manises no se hace de forma alocada o por intuición, sino a través de datos contundentes. En principio, pensábamos que era una ciudad íbera. Luego algunas evidencias hablaban de alguna participación púnica. Ahora está claro que es una fundación cartaginesa. Puedo decir que me encontré con Akra Leuké sin buscarla", explica a este periódico Manuel Olcina (izquierda), director del Museo de Arqueología de Alicante (MARQ).

En la Antigüedad solían dar nombre a algunas ciudades en función de sus características. En la costa alicantina, las rocas del cabo de la Huerta destacan por su color blanquecino, lo que también explicaría la denominación que dieron los romanos a la zona: Lucentum, que significa lo mismo que Leuke, que además de blanco se puede traducir por "luminosa". Algunos marineros del siglo XVIII mencionan la misma característica sobre el cabo de la Huerta. "Y nunca leyeron a Diodoro", asegura Olcina, que ha dedicado su tesis doctoral a descifrar este interrogante.

Vista aérea de Tossal de Manises. MARQ MARQ.

Arqueología

En la década de 1930, el arqueólogo Figueras Pacheco y su equipo apuntaron que el yacimiento de Tossal de Manises podía ser la buscada Akra Leuké, pero su idea se desestimó y durante décadas se pensó que era una ciudad íbera. Ese asentamiento prerromano se ha ido desvaneciendo desde que Olcina llegó al lugar en los años 90. Sus potentes defensas no podían ser nativas. El yacimiento está rodeado en la actualidad por los edificios del barrio alicantino de la Albufereta, pero hace más de 2.000 años sobre el cerro de Tossal de Manises no había nada.

Al otro lado de la Albufereta existía una ciudad íbera conocida en la actualidad como Tossal de les Basses. En ella se documentó una terracota que representa una embarcación birreme cartaginesa. El lugar, antes de la fundación de Akra Leuké, pudo servir como punto de abastecimiento o de cabotaje. Muestra de ello son las decenas de ánforas cuyo origen se rastrea hasta la Ibiza púnica.

Terracota de la birreme púnica de Tossal de les Basses. Rafael Balbás. MARQ.

Pero a finales del siglo III a.C. los Barca preparaban la siguiente guerra contra el Senado y Pueblo de Roma y necesitaban controlar el lugar de forma mucho más firme construyendo una ciudad. El vacío cerro de Tossal de Manisses, de 2,5 hectáreas, cobró vida. En su interior habitaron menos de 1.000 personas, pero sus casas estuvieron protegidas por grandes antemurallas y murallas orientales construidas con restos de una necrópolis íbera.

"Cuando empecé a investigar teníamos la idea de que era un poblado ibérico del siglo IV a.C. pero las murallas, las cisternas y los materiales de construcción eran púnicos. Además, la cronología no coincidía y se adelantó a finales del siglo III a.C., cuando Amílcar funda Akra Leuké", detalla el director.

Grabado del siglo XIX que muestra a Amílcar obligando a su hijo Aníbal jurar odio eterno a Roma. Rafael Balbás. Wikimedia Commons.

Desde sus grandes torres, sus ballistae estaban abastecidas con proyectiles de roca volcánica enviados desde los arsenales de Cartago Nova. A finales de la segunda guerra púnica, sus disparos devastaron las filas de las legiones que se abalanzaron sobre sus defensas. Al final, las águilas de Roma lograron superar sus murallas y la ciudad fue incendiada y destrizada a finales de la contienda.

"Hay varios estratos con evidencias de incendio y casas derrumbadas producto de un ataque romano sobre el año 209 a.C. en el marco de la conquista. Probablemente un poco después de la toma de Cartago Nova, que era la capital cartaginesa de Iberia", explica Olcina.

Adosada a una de las torres, una de sus viviendas de patio triangular arrasadas contaba con una serie de tuberías de cerámica -desconocidas por los íberos- que canalizaba el agua de la torre hacia una gran cisterna de 4 metros de profundidad. "Este es un tipo de casa que si la trasladas a la propia Cartago no desentonaría en absoluto".

Siglos después, sobre las ruinas púnicas se levantó una pujante ciudad romana. Varias casas cartaginesas destruidas e incendiadas se ocultan bajo las ruinas de su foro. Las últimas investigaciones se centran sobre su complejo de termas, levantadas en época imperial por un liberto llamado Marco Popilio Onyx. En el siglo III d.C. el municipium romano se abandonó por causas desconocidas. Con el cerro convertido en un esqueleto de calles en silencio y ruinas de otro tiempo, Tossal de Manises se transformó en un cementerio islámico entre los siglos VIII y X.

Ortofotografía de la casa de patio triangular. MARQ.

"Un gran río"

La extrema confusión de las fuentes clásicas, enredadas en una densa maraña de contradicciones al narrar las campañas cartaginesas y romanas en Iberia, invitaron a pensar que los yacimientos de Carmona, en Sevilla, y Contrebia Leucade, en La Rioja, podían ser la Akra Leuké de la que escribió Diodoro de Sicilia. Hoy el asunto sigue en debate.

El historiador antiguo solo menciona que Amílcar murió en "un gran río" cerca de la ciudad rebelde de Helike. El romano Tito Livio apunta que su muerte ocurrió en el Ebro, cerca de una ciudad llamada Castrum Altum. Esta contradicción obligó al investigador a volcarse en las fuentes originales escritas en latín y griego.

Pebetero funerario ibérico de la necrópolis de Lucentum.

Después de años de investigación, Olcina sostiene la teoría de que Amílcar nunca llegó a cruzar el Ebro y que este nombre, en algún momento, también sirvió para designar al río Júcar. Por lo tanto, Helike y Castrum Altum serían dos referencias a la misma ciudad, la cual identifica con el yacimiento valenciano de Castellar de Meca, en Ayora, a 100 kilómetros de Tossal de Manises/Akra Leuké.

"Los nombres dobles eran algo relativamente común en la Antigüedad. Reestudié todas las fuentes y ahora se concilian. Si unes las pruebas toponímicas, arqueológicas y esta reinterpretación de las fuentes las piezas encajan", cierra Olcina.

Fuente:elespanol.com | 25 de abril de 2024

Un equipo de arqueología de la Universidad de Kiel descubre un asentamiento de 7.000 años de antigüedad en Serbia

En el yacimiento de Vokány (Hungría), la combinación de métodos estándar, como el muestreo de superficie y las últimas tecnologías geofísicas, proporcionó a los investigadores de la Universidad de Kiel nuevos e importantes conocimientos sobre el Neolítico tardío en el sudeste de Europa.

Junto con socios de cooperación del Museo de Vojvodina en Novi Sad (Serbia), el Museo Nacional Zrenjanin y el Museo Nacional Pančevo, un equipo del Grupo de Excelencia ROOTS ha descubierto un asentamiento del Neolítico tardío, previamente desconocido, cerca del río Tamiš en el noreste de Serbia.

"Este descubrimiento es de extraordinaria importancia, ya que apenas se conocen asentamientos más grandes del Neolítico tardío en la región del Banat serbio", afirma el líder del equipo, el profesor Dr. Martin Furholt,(izquierda), del Instituto de Arqueología Prehistórica y Protohistórica de la Universidad de Kiel.

Elaboración de un estudio geofísico durante la campaña de campo en marzo de 2024.

La geofísica revela una estructura de asentamiento de 13 hectáreas

El asentamiento recién descubierto se encuentra cerca del moderno pueblo de Jarkovac en la provincia de Vojvodina. Con la ayuda de métodos geofísicos, el equipo pudo mapear completamente su extensión en marzo de este año. Cubre una superficie de 11 a 13 hectáreas y está rodeado por seis acequias.

"Un asentamiento de este tamaño es espectacular. Los datos geofísicos también nos dan una idea clara de la estructura del sitio hace 7.000 años", dice el estudiante de doctorado de ROOTS y codirector del equipo Fynn Wilkes (derecha).

Paralelamente a las investigaciones geofísicas, el equipo de investigación germano-serbio también inspeccionó sistemáticamente las superficies de los alrededores en busca de artefactos. Este material de la superficie indica que el asentamiento representa un sitio residencial de la cultura Vinča, que data del 5400 al 4400 a.C.

Sin embargo, también hay fuertes influencias de la cultura regional de Banat. "Esto también es notable, ya que en la actual Serbia sólo se conocen unos pocos asentamientos con material de la cultura Banat", explica Wilkes.

Resultados del estudio geofísico del sitio hasta ahora desconocido de Jarkovac (Serbia). El asentamiento, cuyo material superficial sugiere tanto la cultura Vinča como la cultura Banat (5400-4400 a. C.), tiene una superficie de hasta 13 ha y está rodeado por cuatro a seis fosos. Las anomalías angulares de color negro intenso indican una gran cantidad de casas quemadas.

Investigación de recintos circulares en Hungría

Durante la misma campaña de investigación de dos semanas, el equipo del Clúster de Excelencia también investigó varios elementos circulares del Neolítico tardío en Hungría junto con socios del Museo Janus Pannonius de Pécs. Estos llamados "anillos o redondeles" se atribuyen a la cultura Lengyel (5000/4900–4500/4400 a. C.). Los investigadores también utilizaron tecnologías geofísicas y estudios sistemáticos a pie de los alrededores.

Gracias a la combinación de ambos métodos, los investigadores pudieron diferenciar las eras representadas en cada sitio con mayor claridad que antes. "Esto nos permitió reevaluar algunos de los yacimientos ya conocidos en Hungría. Por ejemplo, los yacimientos que antes se clasificaban como fosos circulares del Neolítico tardío resultaron ser estructuras mucho más recientes", explica la codirectora del equipo Kata Furholt (izquierda), del Instituto de Arqueología prehistórica y protohistórica en la Universidad de Kiel.

Modelo de rueda procedente del yacimiento de Szilvás (Hungría), que puede asignarse a la cultura Vučedol (3000/2900-2500/2400 a. C.).

Nuevos conocimientos sobre la distribución de la riqueza y el conocimiento en el Neolítico

Los aspectos más destacados del breve, pero intensivo, trabajo de campo en Hungría incluyeron la reevaluación de un asentamiento que databa anteriormente del Neolítico tardío, que muy probablemente pertenezca a la cultura Vučedol de la Edad del Cobre tardía y la Edad del Bronce temprana (3000/2900-2500/ 2400 a. C.), así como la documentación completa de una zanja circular del Neolítico tardío en el pueblo de Vokány.

Mapa de los sitios que fueron encuestados como parte de la campaña de primavera de 2024. © Fynn Wilkes, mapa base MDE: © Unión Europea, 1995–2024

"El Sudeste de Europa es una región muy importante para responder a la pregunta de cómo se difundieron los conocimientos y las tecnologías en los primeros periodos de la historia de la humanidad y cómo esto se relacionaba con las desigualdades sociales. Aquí es donde aparecieron por primera vez en Europa nuevas tecnologías y conocimientos, como la metalurgia. Con los sitios recién descubiertos y reclasificados hemos recopilado datos importantes para comprender mejor la desigualdad social y la transferencia de conocimientos", concluye el profesor Martin Furholt.

Los resultados se están incorporando al proyecto interdisciplinario Desigualdad de la riqueza y el conocimiento del Clúster de Excelencia ROOTS, que se centra en estos temas. Los análisis aún están en curso.

Fuente: Universidad de Kiel | 26 de abril de 2024

La UCA inaugura una exposición con nuevos datos de las poblaciones neandertales y humanas anatómicamente modernas en el sur de Iberia

La Universidad de Cádiz, en el marco de la programación de la Semana Universitaria del Libro 2024, ha inaugurado – en el patio derecho de la Biblioteca de Humanidades de la Facultad de Filosofía y Letras – la exposición Cueva de Ardales y Sima de las Palomas de Teba. Nuevos datos para el conocimiento de las poblaciones neandertales y humanas anatómicamente modernas en el sur de Iberia’, impulsada por el Vicerrectorado de Investigación y Transferencia y comisariada por los profesores e investigadores de la Universidad de Cádiz, José Ramos Muñoz, Pedro Cantalejo Duarte y Serafín Becerra Martín y Gerd-Christian Weniger, por parte del Neanderthal Museum-Universidad de Colonia.

El rector de la Universidad de Cádiz, Casimiro Mantell, en compañía de los alcaldes de Ardales, Juan Alberto Naranjo, y de Teba, Cristóbal Corral, de la vicerrectora de Investigación y Transferencia, M.ª Jesús Ortega, el decano de la Facultad, Arturo Morgado, el catedrático de Prehistoria, José Ramos, y la directora de Editorial UCA, Elena Cuasante, ha presidido el acto inaugural. Ha contado con la presencia del doctor Honoris Causa de la UCA, el arqueólogo Francisco Giles, de investigadores, profesorado y alumnado de diferentes departamentos y facultades, personal de Biblioteca y del Servicio de Publicaciones de la UCA.

Esta exposición presenta los resultados de un Proyecto General de Investigación hispano-alemán en el yacimiento arqueológico de Cueva de Ardales y Sima de las Palomas de Teba en Málaga que demuestra que hay numerosas ocupaciones de poblaciones neandertales y humanas anatómicamente modernas, con evidencias estratigráficas de más de 50.000 años. Las excavaciones arqueológicas y los estudios de materiales se han desarrollado con los debidos permisos y autorizaciones de la Junta de Andalucía, entre 2012 y el presente. Tras una etapa inicial (2012-2014) de sondeos en el marco de una actividad arqueológica puntual, se han realizado excavaciones sistemáticas dentro de un Proyecto General de Investigación (PGI) entre 2015-2024.

Los resultados científicos se han publicado en revistas de alto impacto internacional como Science, Nature Ecology and Evolution, PLOSONE, PNAS, Journal of Human Evolution, Quaternary Research, Archaeological Prospection, Archaeological and Anthropological Sciences, Journal of Raman Spectroscopy, Archäologie in Deutschland, Environmetal Archaeology.

Editorial UCA ha publicado por primera vez, en formato abierto, una monografía de casi 1.000 páginas con la participación de 58 investigadores internacionales (España, Alemania, Reino Unido, Dinamarca, Portugal, Francia y Filipinas) sobre los resultados finales de este proyecto. Se titula Las sociedades prehistóricas del Paleolítico medio al Neolítico final en la Cueva de Ardales y Sima de las Palomas de Teba (Málaga, España). Estudio geoarqueológico, cronológico y medioambiental y puede descargarse gratuitamente en su web.

La exposición recoge en ocho paneles una síntesis de la investigación desarrollada en las dos cavidades. “Se indican datos de la localización geográfica y geológica, de la gran variedad de recursos disponibles por las sociedades prehistóricas en el territorio inmediato y de la historia de las investigaciones. Se da un balance paleoecológico de las secuencias estratigráfícas del Pleistoceno y Holoceno. Se presenta el registro arqueológico y de las analíticas científicas desarrolladas: Arqueología prehistórica: tecnología lítica, estudios cerámicos, Geoarqueología y Arqueometría, Arqueobotánica, Paleontología y fauna, Antropología humana, Antropología dental, Sistemas de dataciones -más de 100 dataciones obtenidas por: C14, OSL, TL, U/Th- para la obtención de unos resultados históricos que explican los modos de vida de las sociedades cazadoras-recolectoras del Paleolítico y de las sociedades tribales del Neolítico, en el territorio inmediato a dichas cuevas, en el entorno de la región geohistórica atlántica-mediterránea del Estrecho de Gibraltar”, en palabras del profesor Ramos.

Asimismo, los visitantes pueden descubrir en sus vitrinas una selección de instrumentos y objetos utilizados en las excavaciones prehistóricas, con material de laboratorio empleado en los estudios interdisciplinares, así como réplicas de cráneo de Homo sapiens neanderthalensis y de Homo sapiens sapiens, y de productos arqueológicos prehistóricos (material docente de prácticas de la Universidad de Cádiz).

Se completa la muestra con reproducciones en papel de las primeras páginas de los artículos publicados en revistas internacionales de prestigio y con libros y monografías científicas y divulgativas generadas en la investigación de ambas cuevas.

Un descubrimiento de más de 60.000 años

Cueva de Ardales y Sima de las Palomas de Teba tienen numerosas ocupaciones de poblaciones neandertales y humanas anatómicamente modernas, con evidencias estratigráficas de más de 50.000 años, así se confirma según los resultados obtenidos en este trabajo científico referente, liderado por la UCA y el Neanderthal Museum en la arqueología del mundo contemporáneo. Están localizados campamentos de sociedades cazadoras-recolectoras neandertales en dichas cavidades, donde se realizaba actividades gráficas-artísticas y enterramientos. Sus comisarios han detallado que “las cronologías actuales y el registro arqueológico indican que las manifestaciones gráficas de más de 60.000 años en Cueva de Ardales serían realizadas por neandertales. Los datos estratigráficos muestran que no hubo convivencia en ambas cuevas de poblaciones neandertales y modernas. Hay un significativo hiato de ocupación entre sociedades con tecnología de modo 3 (Musteriense) y de modo 4 (Gravetiense)”.

Los investigadores han avanzado en sus estudios en la reconstrucción paleoecológica, que señalaría “condiciones de aridez importantes entre el fin del Paleolítico medio y el inicio del Paleolítico superior”. Posteriormente, han ratificado que existía la explotación de recursos marinos por poblaciones cazadoras-recolectoras del Paleolítico superior -Gravetiense- en Cueva de Ardales y Solutrense- en Sima de las Palomas de Teba. "Esto conduce a procesos de movilidad estacional de estas poblaciones entre la costa y el interior. Existirían fenómenos de distribución de conchas desde los yacimientos del litoral hacia el interior y, por otro lado, del sílex hacia los sitios costeros”, como ha detallado el profesor Ramos.

Finalmente, desde este proyecto y sus numerosas investigaciones se afirma que “tanto neandertales como poblaciones anatómicamente modernas eran verdaderas sociedades, con modos de vida y de trabajo bien definidos por la caza, pesca y recolección” en la región geohistórica atlántica-mediterránea del Estrecho de Gibraltar.

Fuente: Universidad de Cádiz | 24 de abril de 2024

El islote de Murcia que fue enclave comercial en el ocaso del Imperio romano: los sensacionales hallazgos

Vista de isla del Fraile y la Punta del Cigarro Isla del Fraile.

En un entramado de cabos y bahías al sur de la provincia de Murcia, rozando la frontera con Almería, un pequeño islote de 6,2 hectáreas esconde 2.000 años de historia. Su último habitante llegó en 1912: era un noble escocés llamado Hugh Pakenham Borthwick, más conocido como don Hugo. Vivía casi aislado en aquel farallón con la única compañía de tres sirvientas a las que quiso enseñar a leer. Quemaba su correspondencia después de abrirla y dormía con una pistola bajo la almohada.

El espía nunca se relacionó demasiado con el resto de la colonia británica de la cercana ciudad de Águilas, llegada a finales del siglo XIX y dedicada a la explotación de las minas de hierro de la sierra de Filabres. En plena I Guerra Mundial don Hugo anotaba cuidadosamente los buques alemanes y neutrales que abandonaban la bahía cargados del mineral que alimentó la industria de guerra. Nunca prestó demasiada atención a las antiguas ruinas de su alrededor. Solo tenía ojos para el embarcadero de la ciudad, a pesar de que el agua que bebía se recogía de un aljibe de época romana.

A menos de 100 metros de la costa litoral existió un asentamiento habitado al menos desde el siglo II a.C. Una centuria después, un buque romano de 10 metros de eslora naufragó en la bahía. En los siglos IV y V d.C., en el ocaso del Imperio romano, era un importante centro de redistribución comercial que recibió y envió productos a la Galia y a la provincia de África proconsular a través de la inmensa autopista del Mare Nostrum.

Fotografía de 1902 de un barco pesquero junto a la Isla del Fraile Archivo General de Murcia

Investigación arqueológica

"La Isla del Fraile es un 'laboratorio' único para estudiar un fenómeno histórico tan complejo como es la ocupación de pequeños islotes", explica Alejandro Quevedo, arqueólogo de la Universidad Complutense de Madrid y codirector de los trabajos de investigación en el yacimiento, así como autor principal del último estudio de este enclave publicado en la revista Antiquity.

En el siglo XVIII, bajo la autoridad de Carlos III, se decidió impulsar la repoblación de la actual ciudad de Águilas, fundada entre los siglos I y II a.C. y abandonada cerca del siglo V d.C. En 1773 el ingeniero ilustrado Juan de Escofet, enviado para elaborar un informe topográfico, documentó por primera vez la existencia de un importante muro defensivo en ruinas del farallón. Las investigaciones arqueológicas que comenzaron en 2020, dirigidas por Quevedo y Juan de Dios Hernández García, director del Museo Arqueológico de Águilas, demostraron que en realidad el muro servía para aterrazar el terreno y poder levantar las construcciones del asentamiento.

Arqueólogos excavando un ánfora con restos de garum en su interior. Proyecto Investigación Isla del Fraile.

La fachada suroeste del islote es un acantilado de más de 90 metros de altura. Al noroeste hay una pequeña ladera donde se ubica el yacimiento y en la costa de enfrente, la Punta del Cigarro, se documentó una cantera de arenisca y la necrópolis de El Cambrón. En aquel cementerio paleocristiano varias madres lloraron desgarradas por el dolor mientras enterraban a sus niños.

Siempre se pensó que aquel islote cuyo motor económico era la producción y distribución de salazones fue habitado de forma intermitente por temporeros, pero la triste presencia de enterramientos infantiles demuestra, a juicio de los investigadores, que el lugar estuvo poblado por varias familias de forma permanente en época tardorromana.

Fotografía de las piletas de salazones. Proyecto Arqueológico Isla del Fraile.

La riqueza del garum

La mayoría de piletas de salazones donde fermentaron miles de sardinas se pueden ver a simple vista. Para sorpresa de los arqueólogos, cerca del 30% de la cerámica que transportaba aquella salsa de pescado es originaria de África, desvelando sus contactos con comerciantes de las actuales Túnez y Libia.

Algunas de estas cerámicas quedaron abandonadas en los almacenes de la isla destruidos a finales del siglo V d.C. Otras se perdieron para desesperación de mercaderes y clientes. No obstante, para suerte de arqueólogos, algunas han logrado recuperarse del fondo del mar gracias la colaboración del Instituto Balear de Estudios de Arqueología Marítima (IBEAM).

Asa de ánfora de bronce encontrada bajo el agua. IBEAM.

Bajo las aguas del lugar apareció el asa de bronce de una jarra decorada con la imagen de una máscara dionisiaca y un Pegaso que aún está en estudio, pero que indica que el lugar fue mucho más que una simple factoría de salazones.

Cuando las piletas de garum llevaban siglos secas, se decidió enterrar al menos 8 personas entre los siglos XII y XIII. Encontrados sin ningún ajuar entre estructuras romanas, debieron estar cubiertos con un sudario. Estos difuntos pudieron ser adscritos al periodo emiral "porque afortunadamente estaban de canto y mirando a La Meca pero, por la propia pendiente de la isla, estaban repletos de cerámica romana", explicó Alejandro Quevedo en una conferencia sobre la última campa de investigación en la Isla del Fraile celebrada en el Museo Arqueológico Nacional.

Restos de un almacén destruido en el siglo V d.C. Antiquity.

El futuro del yacimiento

En la actualidad, estos restos esperan a un futuro análisis de isótopos que pueda aportar nueva información relativa a su dieta y su parentesco. No son los únicos, ya que se suman a toda una batería de estudios arqueométricos, geoarqueológicos y de paleocontenidos de los restos cerámicos en los que participan las universidades de Génova, Jaén, Marsella y Complutense.

Abandonado durante siglos, sobre el fondeadero del asentamiento se construyó otro del siglo XIX cuando la isla volvió a ser ocupada brevemente para explotar una cantera de láguena, arcilla magnésica usada para impermeabilizar tejados. Junto a esta se levantó la casa en la que vivió el enigmático don Hugo quien, terminada la Gran Guerra, abandonó la isla en 1920.

Desde entonces, la isla, declarada BIC en 2013 y que también es una Zona de Especial Protección Ambiental (ZEPA), está habitada únicamente por gaviotas que, con sus graznidos, protegen con celo a sus crías hasta finales de verano, único momento en el que permiten la entrada de los arqueólogos que esperan encontrar las respuestas a sus decenas de preguntas sobre el enigmático pasado de Isla del Fraile.

Fuente: elespanol.com | 5 de abril de 2024

Primera evidencia de ocupación humana encontrada en una cueva gigante de tubo de lava en Arabia Saudita

El paso occidental del tubo de lava de Umm Jirsan. Crédito: Proyecto Arabia Verde

Si miras desde arriba, podrás ver miles de estructuras de piedra que salpican el paisaje de la península arábiga. En el suelo, puedes encontrar una gran cantidad de herramientas de piedra y antiguas chimeneas esparcidas a lo largo de los bordes de antiguos lagos, así como arte rupestre que representa escenas de caza y pastoreo en las montañas circundantes.

A pesar de la visibilidad de estos sitios, sólo en la última década los arqueólogos se han interesado por ellos. Algunas de las estructuras ahora tienen una antigüedad de hasta 10.000 años .

Sin embargo, el clima árido, los días calurosos y las noches heladas, y la intensa erosión eólica no son amables con algunas de las otras reliquias que los arqueólogos valoran. Hasta la fecha, se han encontrado pocos fósiles o el tipo de depósitos en capas profundamente enterrados que puedan abrir una ventana a la historia de un lugar.

Hasta hace poco, ningún arqueólogo había estudiado ninguno de los cientos de cuevas y tubos de lava registrados en el norte de Arabia. En 2019, nuestro equipo comenzó a buscar en estos lugares subterráneos y, en un nuevo estudiopublicado hoy en PLoS ONE, informamos sobre la primera ocupación documentada en un tubo de lava en la península arábiga.

Mapa del norte de Arabia y sitios clave.

(A) Mapa que muestra la ubicación de Umm Jirsan y los sitios clave mencionados en el estudio, así como la variedad de 'mustatils' y cometas del desierto [ 16 , 17 , 20 , 24 , 27 , 39 ] y (B) tumbas colgantes (líneas negras y puntos) en el Harrat Khaybar. (C) En el recuadro se muestra la ubicación de los sitios arqueológicos recientemente identificados: (A) estructuras de piedra; (B) estructura en forma de 'pajarita'; (C) colapso del tubo de lava con arte rupestre; y (D) zona D de Umm Jirsan. Elaborado con Copernicus COP-DEM 30 m y “Sentinel-2 cloudless— https://s2maps.edu por EOX IT Services GmBH (contiene datos modificados de Copernicus Sentinel 2020)”, bajo CC BY 4.0.

El tubo de lava de Umm Jirsan

El tubo de lava de Umm Jirsan se encuentra a unos 125 kilómetros al norte de la ciudad de Medina, en el campo de lava de Harrat Khaybar. El tubo se formó hace mucho tiempo al enfriarse la lava. Recorre unos impresionantes 1,5 kilómetros y alcanza en algunos tramos 12 metros de altura y 45 metros de anchura.

Lo primero que notas al aventurarte en los oscuros y serpenteantes túneles del tubo es la gran cantidad de restos de animales. El suelo está cubierto de montones de huesos que contienen miles (si no cientos de miles) de fósiles excepcionalmente conservados.

Estas pilas de huesos son obra de hienas rayadas, que arrastran huesos bajo tierra para comerlos, los esconden para épocas de escasez de alimentos o los procesan y alimentan con ellos a sus cachorros. Este proceso, repetido durante milenios, ha producido algunas de las acumulaciones de fósiles más increíbles vistas en cualquier parte del mundo.

En la desembocadura del paso oriental de Umm Jirsan. Proyecto Arabia Verde.

Pero no todo son sólo huesos. Cuando inspeccionamos las entradas de Umm Jirsan (esencialmente áreas donde el techo se derrumbó, proporcionando acceso al tubo de lava), descubrimos cientos de artefactos de piedra hechos de obsidiana, pedernal y basalto. Aunque interesantes, todos estos artefactos fueron hallazgos superficiales, lo que los hace extremadamente difíciles de fechar. Necesitábamos mirar más profundamente.

Artefactos líticos de Umm Jirsan.
Profundizar
Excavamos en la boca del pasaje oriental, cerca de una serie de estructuras de piedra semicirculares de antigüedad o función desconocida. La excavación descubrió más artefactos de piedra, todos hechos de obsidiana verde de grano fino, así como huesos de animales y carbón.

La mayoría de los artefactos de piedra procedían de una discreta capa de sedimento a unos 75 centímetros debajo de la superficie. La datación por radiocarbono del carbón vegetal y la datación de los sedimentos mediante un método conocido como luminiscencia estimulada ópticamente revelaron que esta fase de ocupación principal probablemente ocurrió hace entre 10.000 y 7.000 años.

También encontramos algunos objetos interesantes en el paisaje circundante. Estos incluían más artefactos de piedra y estructuras circulares, así como la llamada estructura "tipo I". Se cree que estas construcciones datan de hace unos 7.000 años, debido a su asociación con grandes estructuras rectangulares conocidas como mustatils, que creemos se utilizaban para sacrificios rituales de animales.

Fotografías de la cueva Umm Jirsan y secciones interiores del tubo de lava.

Arriba a la izquierda, mirando por la entrada de Umm Jirsan (la trinchera 1 justo fuera de la vista a la derecha). Arriba a la derecha, dentro del tubo de lava más allá de la Trinchera 1. En el centro a la izquierda, otro ejemplo de un tubo de lava cerca de Umm Jirsan. En el centro a la derecha, área de Jebel Abyad con clastos y líticos de obsidiana, debajo de afloramientos de obsidiana. Abajo, plano simple del sistema de tubos de lava de Umm Jirsan con una estrella roja que indica la ubicación de la excavación de la Trinchera 1.

También encontramos el primer arte rupestre descubierto en la zona. Esto incluye representaciones de escenas de pastoreo de ganado vacuno, ovino y caprino, e incluso escenas de caza con perros. Este arte tiene similitudes con otro arte rupestre en Arabia del Neolítico y la Edad del Bronce posterior. Incluye grabados superpuestos, lo que sugiere que la gente visitó el área repetidamente durante miles de años.

Así mismo, hallamos restos humanos en Umm Jirsan, que datamos del Neolítico y la Edad del Bronce. Al analizar el carbono y el nitrógeno en estos restos, descubrimos que las dietas de estas personas eran consistentemente altas en proteínas, aunque con el tiempo comían más frutas y cereales.

Curiosamente, este cambio en la dieta parece coincidir con la llegada de la agricultura de oasis a la región. Esto vio el surgimiento de sofisticadas técnicas agrícolas y de gestión del agua que permitieron a la gente establecerse en los desiertos de forma más permanente y cultivar plantas como dátiles e higos.

Especies identificables en el arte rupestre de Umm Jirsan.

(A) ovejas (Panel 8); (B) una cabra y dos muñecos de palitos con herramientas en sus cinturones (Panel 8); (C) ganado de cuernos largos (Panel 6), fotografía mejorada con la configuración ybk en DStretch; (D) cabra montés con cuernos acanalados y marcas de pelaje (Panel 4). Abajo: calcos de ejemplos AD.

Hicimos otro descubrimiento interesante después de regresar a casa de la excavación. Al estudiar los mapas de estructuras arqueológicas en el área más amplia, notamos que Umm Jirsan se encuentra a lo largo de una "avenida funeraria" que conecta dos oasis principales.

Se cree que estas avenidas funerarias, que consisten en cadenas de tumbas que se extienden a lo largo de cientos de kilómetros, fueron rutas utilizadas por los pastores de la Edad del Bronce cuando transportaban sus rebaños entre distintas fuentes de agua. Creemos que Umm Jirsan pudo haber sido un punto de parada para los pastores, un lugar que ofrecía refugio y agua en un ambiente que de otro modo sería seco y hostil.

Los arqueólogos han realizado hallazgos notables en Arabia en los últimos años, en entornos como antiguos lechos de lagos. Nuestros resultados arqueológicos en Umm Jirsan añaden otro elemento importante a la historia de las sociedades árabes a lo largo del tiempo y a cómo interactuaron con este espectacular paisaje.

Fuente: theconversation.com | 17 de abril de 2024