¿Volveremos a entrar en una nueva Edad de Hielo?

Los científicos consideran que nuestra el Sol ralentizará su actividad «hasta la hibernación», lo que afectará al clima terrestre

La estrella que nos calienta, el Sol, se dirige hacia el comienzo de un nuevo ciclo solar que será muy prolongado y se caracterizará por una muy baja actividad, según explican científicos del Nacional Solar Observatory (NSO) en su página web, y del Air Force Research Laboratory (AFRL).
 
Los expertos comparan esta perspectiva con la situación que vivió nuestro planeta entre los años 1645 y 1715, cuando se registró un periodo de inactividad solar que duró 70 años y que es conocido como la «Pequeña edad de hielo». Una prolongada época en la que las temperaturas bajaron entre 10 y 15 grados, según las latitudes, y en la que el hielo llegó a cubrir buena parte del norte de Asia, Europa y América
Los científicos han llegado a esta conclusión, presentada en la conferencia anual de la American Astronomical Society, al estudiar nuestra estrella (su interior, su superficie visible y su corona) y detectar un descenso de las manchas de su superficie y una menor actividad electromagnética cerca de los polos.
Estos síntomas auguran una drástica disminución de la actividad del Sol, casi «hasta su hibernación», para el nuevo ciclo solar, es decir, en los próximos 11 años, que es el tiempo medio aproximado que dura uno de estos ciclos.

La «secuencia principal»

Nuestro Sol es una estrella de vida «media», y los científicos calculan que su actual fase, que denominan «secuencia principal», comenzó hace unos 4.570 millones de años, y lo que es más importante, consideran que le quedan aún otros 5.000 millones de años de vida en su estado actual. Es posible que para esas fechas la Tierra ya ni siquiera exista. En cualquier caso, ni usted ni yo conoceremos su final.
Sobre la situación que se avecina, que será más bien fresquita, el científico de la NASA Richard Fisher apunta que cada uno de los ciclos solares tiene sus periodos naturales de baja actividad, sin embargo, hace hincapié en que este mínimo solar hacia el que nos dirigimos llega «extraordinariamente lento», y durará «más de lo habitual», tal vez tres o cuatro ciclos seguidos.
Actualmente, el Sol se encuentra en su ciclo número 24 desde que los astrofísicos comenzaron a registrar los fenómenos solares (a mitad del S.XVIII). Comenzó en 2008, es una alta actividad y debe durar hasta 2019. Para entonces, con el próximo ciclo, llegarían los grandes fríos.

La carga magnética de los polos

Al parecer, el dato más preocupante para los expertos y que pone de relieve la desaceleración de la actividad solar se ha detectado en la falta de carga magnética en los polo del Sol. Richard Altrock, experto de la AFRL, cree que si los polos continúan si cargarse de actividad magnética, el próximo Sol «perderá energía hasta frenar su actividad casi completamente».
«Si nuestro modelo es correcto -explica Frank Hill, director adjunto del NSO-, esta situación afectará desde la exploración del espacio hasta al clima terrestre». Los científicos consideran que la Tierra puede encaminarse hacia un nuevo Mínimo de Maunder, como conocen a la «Pequeña edad de hielo».

Previsiones contradictorias

El estudio en cuestión no entra a valorar los posibles efectos de una bajada pronunciada y prolongada de las temperaturas medias en nuestro planeta. Pero otros estudios publicados en los últimos años apuntan al menos a cuatro consecuencias: descenso del nivel de los océanos, que contrarrestaría el efecto opuesto predicho para el calentamiento global; cambios sensibles en la producción agraria en el hemisferio norte; disminución del régimen de lluvias, con un aumento de la sequía; y aumento considerable en el consumo de energía para contrarrestar las bajas temperaturas.
Hay quien piensa, no obstante, que la posible bajada media de temperaturas no superaría los 0,3 grados centígrados. Es la opinión de Georg Feulnerdel Instituto Postdam, en Alemania, quien estima que apenas lograría minimizar el calentamiento derivado de las emisiones de CO2, que la ONU cifra de entre 3,7 y 4,5 grados.

Resuelto el misterio del fotógrafo de Hitler

La historiadora Harriet Scharnberg explica en un mensaje en el blog de fotografía de 'The New York Times' que se trata del fotoperiodista austriaco Franz Krieger

Hace hoy siete décadas, el régimen nazi se lanzaba a la invasión de la Unión Soviética. Fue un momento crucial de la Segunda Guerra Mundial. Y parte de los estragos de esa campaña, conocida como la Operación Barbarroja, fueron fotografiados en blanco y negro por el austriaco Franz Krieger. Y con ese nombre empiezan a encajar las piezas del rompecabezas histórico que ayer The New York Times presentó a sus lectores en el blog Lens.

Krieger era un fotoperiodista de Salzburgo, que murió en 1993. Su álbum, de 24 páginas, recoge en 214 instantáneas a líderes del régimen nazi, prisioneros de guerra y víctimas judías. El dictador Adolf Hitler aparece en nueve de ellas, tomadas a muy poca distancia. Y el hecho de que estén todas juntas hace del libro un documento histórico de excepción. El enigma sobre su origen quedó resulto en pocas horas, gracias a una lectora.
Esa pieza la aportó Harriet Scharnberg. La historiadora de Hamburgo explica que Krieger fue al campo de concentración en Minsk, en Bielorrusia, en calidad de miembro de una formación política del régimen nazi conocida como Reichsautozug. Allí, en 1941, "fotografió a los prisioneros de guerra rusos y pudo visitar el gueto judío, retratando a sus vecinos", señala en un mensaje colgado esta pasada madrugada en la bitácora electrónica.

Una de las preguntas que se hacían los aficionados y expertos de la Segunda Guerra Mundial era cómo Krieger pudo tener acceso tan directo a los oficiales. Y en concreto, cómo pudo hacer fotos tan de cerca a Hitler, junto a sus mandos. Scharnberg responde a esa cuestión diciendo que de vuelta a Berlín, el fotoperiodista coincidió en Marenburgo con el encuentro oficial del Führer con el regente de Hungría, su fiel aliado Miklós Horthy.

En el álbum aparece en varias ocasiones, más hacia el final, el retrato de una mujer. Se trata de su esposa, Frida Krieger, que falleció en el bombardeo estadounidense de Salzburgo, en noviembre de 1944. Eso podría hacer pensar que las fotografías podrían formar parte de un álbum personal. Scharnberg explica que ya vio esas imágenes mientras preparaba una conferencia sobre cómo la propaganda nazi retrataba a los judíos.

En su investigación, la historiadora dio con el libro titulado Fotoperiodismo en la sombra de la propaganda y la guerra nazi, una biografía de Franz Krieger publicada hace tres años por el profesor Peter Kramml. Y este aportó al diario neoyorquino nuevas piezas sobre el misterioso fotógrafo. Así explica que Krieger se afilió al partido nazi y a las SS tras haber colaborado para la oficina que el régimen tenía en Salzburgo.

En 1941 dejó las SS, explica Kramml a The Times, y se hizo miembro de la unidad de propaganda de las fuerzas armadas alemanas. De hecho, al ver las fotos, los responsables del Museo Memorial del Holocausto en EE UU tuvieron claro desde el primer momento que Krieger tenía que tener alguna conexión con la unidad dentro del ejército Nazi que se encargaba de las labores de propaganda sobre el terreno.
La historia acaba con el fotoperiodista regresando a Austria, abandonando la unidad de propaganda y convirtiéndose en un soldado raso. Pero sigue habiendo una ventana abierta. The Times sigue preservando el anonimato del actual propietario, un empresario que trabaja en el sector de la moda, de 72 años de edad, que reside en la vecina Nueva Jersey y que recibió el álbum de un empleado, que a su vez lo recibió de hombre anciano de origen alemán. El individuo quería determinar su origen, esperando incrementar su valor y así poder cubrir sus facturas médicas.

"Me preocupaba que cayera en malas manos", relata el ejecutivo al diario. Era consciente de que "tenía un pedazo de Historia" en su poder y que estuvo en secreto durante 70 años. "Ahora mi necesidad es demasiado grande", afirma el propietario del álbum, que se declaró en bancarrota incapaz de responder a sus deudas. The Times insiste que el único interés por dar a conocer el contenido de este álbum es presentar a los lectores "sorprendentes fotografías" de un momento crucial del conflicto en Europa y "resolver el puzle histórico".

http://www.elpais.com/

El satélite Corot halla diez nuevos planetas fuera del Sistema Solar

Se trata de mundos muy diferentes, algunos gaseosos y grandes como Júpiter y otro más pequeño que Saturno

El satélite Corot, de la Agencia Espacial Europea (ESA), ha descubierto diez nuevos exoplanetas que presentan gran variedad de masas, densidades y parámetros orbitales lo que, según han señalado los expertos, pone de manifiesto la gran diversidad de planetas que existen fuera del Sistema Solar.
Entre los cuerpos hallados destaca la presencia de planetas grandes y de densidad gaseosa, más conocidos como 'Júpiter calientes' porque son muy parecidos a este planeta y se encuentran muy cerca de su estrella. Además, se ha registrado un planeta más pequeño que Saturno (Corot-22b) y un sistema de dos cuerpos similares a Neptuno (Corot-24b y Corot-24c), que orbitan la misma estrella. En cuanto a su densidad, los expertos han explicado que presentan un amplio rango de valores, desde los similares a la de Saturno, el planeta menos denso del Sistema Solar, a valores más altos comparables a la densidad de Marte.
Las estrellas también presentan propiedades "variadas", que van desde la estrella Corot-17b, que tiene una edad de diez mil millones de años -dos veces mayor que la del Sol-, hasta una "muy joven" de unos 600 millones de años, como es el caso de Corot-18b. Para los astrónomos, esta variedad entre los objetos hallados es un patrón que se ha venido registrando en los últimos años.

Recuerdan a la Tierra

En este sentido, el coordinador del Proyecto Corot, Malcolm Fridlum, ha señalado que "desde que comenzaron a estudiarse los exoplanetas, los expertos se han visto sorprendidos por la gran variedad de planetas que existen". Así, ha recordado que entre los cuerpo hallados hay "gigantes gaseosos mayores que Júpiter y más pequeños, cuerpos rocosos e incluso masas comparables a la de la Tierra". Del mismo modo, ha apuntado que también los sistemas encontrados son "muy diversos", con una amplia gama de períodos orbitales, y cerca de 70 sistemas en los que varios planetas han sido detectados.
"El nuevo conjunto de diez planetas que se ha hallado ahora no es una excepción, sino que muestra la diversidad que existe en el universo con cuerpos con propiedades muy interesantes", ha añadido. Se trata del último descubrimiento realizado por un satélite desde que hace 15 años se iniciaran la "caza" de los planetas fuera del Sistema Solar. Actualmente el número de objetos descubiertos es de 565, 26 de los cuales han sido hallados por el satélite Corot, enviado al espacio en 2006 con esta misión. "Aunque el estudio de los exoplanetas es relativamente joven, se ha llegado a una etapa en la que se pueden caracterizar los detalles de los mundos que orbitan otras estrellas, y Corot está haciendo una contribución importante a este campo", ha comentado Fridlund.

Arqueólogos descubren el edificio bizantino más antiguo en Jerusalén

SAN JUAN DE ACRE. Detalles de la estructura que fue descubierta por arqueólogos israelíes (Foto: EFE )
El descubrimiento fue anunciado por la Autoridad de Antigüedades y data de hace mil 500 años


JERUSALÉN. —Arqueólogos israelíes hallaron en San Juan de Acre una vieja estructura que, según todos los indicios, fue el primer edificio de uso público de la época bizantina (324 a 638 d.C.) descubierto en esa ciudad tan vinculada al cristianismo.

El descubrimiento fue anunciado por la Autoridad de Antigüedades y data de hace mil 500 años, período del que han quedado numerosos restos por Tierra Santa pero del que no se conocía ninguno en esa ciudad al norte de Haifa.

“Posiblemente sea una iglesia”, indicó la arqueóloga Nurit Feig, directora del proyecto, quien advirtió que el inmueble ha sufrido daños por los trabajos de construcción de un centro comercial.

“Hasta ahora, la ciudad era conocida por las fuentes cristianas que mencionaban cómo su obispo tomó parte en la formulación de la nueva religión (el cristianismo)”, agregó Feig sobre la primera evidencia concreta en el terreno de ese relato. Del período bizantino fueron halladas hace años en San Juan de Acre unas residencias privadas junto al mar, pero hasta ahora no se había encontrado ningún edificio público que ilustrase la vida diaria.

La ciudad es más conocida por su glorioso pasado cruzado, del que quedan dos hospicios templarios, así como por su pasado islámico y turco, con imponentes mezquitas, un baño turco, posadas e incluso una fortaleza más reciente.

El impresionante edificio recién descubierto era de piedra con ornamentaciones en mármol, lo que sumado a los abundantes restos de tejas, vasijas de cerámica y monedas indican que se trataba de un lugar público y quizás de la sede del obispo de la ciudad en tiempos bizantinos.

Fundada hace unos 3.500 años, la denominada en hebreo "Ako" y en árabe "Aka", es una de las ciudades más antiguas de la región y recibió su nombre de San Juan de Acre durante la tercera cruzada, a finales del siglo XII, quedando para siempre ligada a los caballeros cristianos que lucharon por Tierra Santa.

Sin embargo, textos cristianos muy antiguos indican que desde hacía siglos, los obispos de San Juan de Acre y Cesárea, también sobre la costa mediterránea y a unos 50 kilómetros más al sur, solían participar en encuentros internacionales que sirvieron para definir las primeras doctrinas cristianas.

Según Feig, la escasez de restos bizantinos se debe a las numerosas conquistas que sufrió la ciudad en siglos posteriores y a la influencia de esas otras culturas que fueron ocupándola.

Por su ubicación estratégica y su puerto, San Juan de Acre fue durante siglos un importante centro cosmopolita, y restos de todas las culturas que pasaron por ella son fácilmente apreciables por las calles de su casco antiguo, declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 2008.

Cosmopolitismo que heredaba desde el período helenístico, del que se han encontrado también restos característicos del levante Mediterráneo como ánforas de la isla de Rodas que llevan el nombre de sus gobernadores.

Actualmente la ciudad se aferra a su diversidad con una población mixta judeo-árabe que en total asciende a 46.000 personas y que además es el lugar más sagrado de la fe Bahai.

http://www.eluniversal.com.mx/ / http://www.historiayarqueologia.com/

La primera salida humana de África, hace dos millones años


Con un aspecto entre humano y simiesco, bípedos y capaces de hacer sencillas herramientas de piedra, los primeros 'Homo' de la Tierra no tardaron en viajar fuera del continente africano que les vio nacer. Hace casi dos millones de años, o quizás más, ya hubo asentamientos humanos en lo que hoy es Georgia, un pequeño país al norte de Turquía.

Así lo asegura el equipo que trabaja en este prolífico yacimiento desde 1991, cuando apareció la primera mandíbula de un humano que resultó tener 1,8 millones de años y pertenecer a una especie nueva de homínido, bautizada como 'Homo georgicus' por tener unas características algo distintas del 'Homo habilis' que por aquel entonces habitaba África, el primero de nuestro género por su habilidad para hacer herramientas con una tecnología simple que se conoce como Olduvayense o Modo 1.
Los que llegaron a Dmanisi tenían un cerebro pequeño, de unos 700 centímetros cúbicos y corta estatura. Arribaron a la región hace al menos 1,85 millones de años, o antes, como prueba la existencia de 122 utensilios de piedra junto con restos de fauna, datados por magnetoestatigrafía. Según publican los investigadores esta semana, en la revista 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS), hay pruebas de que el lugar fue ocupado muchas veces diferentes, aparentemente por una población itinerante.

Un viaje complicado


"Sabíamos que había presencia humana muy antigua en Dmanisi y ahora hemos podido probar que ocurrió unos 200.000 años antes de lo que se pensaba, casi en los orígenes del género humano. Ya se sospechaba porque después, hace 1,8 millones de años, las condiciones del clima hubieran complicado mucho la salida de África. Hacía frío en el norte y una gran aridez en Oriente Próximo que habría hecho muy complicado el viaje", argumenta Jordi Agustí, miembro del Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) y coautor de este trabajo.

Los paleontólogos firmantes recuerdan que Dmanisi fue ocupado antes de la primera presencia de 'Homo erectus' ('H. ergaster') al este de África, un homínido más evolucionadoŽ, con un cerebro de 1.000 cc de media. En su opinión, la cronometría de las herramientas de Dmanisi apoya la hipótesis de que el origen de los 'erectus' fue Eurasia, dado que en África sólo se han encontrado fósiles más recientes -de hace 1,75-1,65 millones de años- de esta especie.
Apuntan también que la presencia de homínidos en China se ha confirmado también hace 1,7 millones y que el 'Hombre de Java' se dató con 1,6 millones.
"La posibilidad de que 'Homo erectus' evolucionara en Eurasia provoca dos obvias conclusiones: la primera, que un primitivo ancestro había emigrado de África hace más de 1,9 millones de años, lo que es consistente con los hallazgos de Dmanisi y con el 'Homo floresiensis'; y la segunda, que el 'H. erectus' volvió a migrar a África, lo que apoya la conclusión de que fue contemporáneo del 'Homo habilis" en aquel continente, según argumentan los científicos.
En todo caso, concluyen que aún faltan muchos datos para componer el 'puzzle' de la evolución humana, una historia en la que el hallazgo de cada nueva pieza es fruto de muy diferentes interpretaciones.

Vía: http://www.elmundo.es/


NOTICIAS RELACIONADAS:

El mono que salió de África y volvió 'hecho un hombre'

Un hallazgo en el yacimiento georgiano de Dmanisi sugiere que los humanos evolucionaron a partir de especies asiáticas y no africanas como se creía

Durante casi un siglo, los libros de texto han contado una historia épica. Tras millones de años de evolución, la vida en la Tierra habría desembocado, en una de sus ramas, en el Homo erectus, un ser humano con un cerebro suficientemente desarrollado como para armarse con un arsenal de piedras para salir, por fin, de África, la supuesta cuna de la humanidad. El erectus habría sido el José Antonio Labordeta de la evolución humana, el viajero que colonizó el mundo, que puso un continente, Eurasia, en su mochila y dio lugar a otras especies humanas. Entre ellas, por qué no, el Homo sapiens: usted.
Esta epopeya, repetida como un mantra, era mentira. Un agujero vertical en la tierra, una cata en el melón del yacimiento de Dmanisi (Georgia), ha destapado un conjunto de piedras trabajadas, inequívocamente por humanos, hace 1,85 millones de años. El descubrimiento, que se publica hoy en la revista PNAS, convierte en 80.000 años más viejos a los habitantes de Dmanisi, cuyos primeros fósiles fueron hallados en 1991 y estaban datados en 1,77 millones de años.

El salto hacia atrás en el tiempo no es baladí. Aquellos humanos, clasificados como Homo georgicus, vivían en lo que hoy es el Cáucaso antes de que los Homo erectus salieran de África. De nuevo, hay que reescribir la evolución humana. Para el paleontólogo Jordi Agustí, uno de los autores del hallazgo, se veía venir. "Hace entre 1,8 y 1,7 millones de años, las condiciones climáticas no eran muy buenas. Hacía mucho frío en el norte y había sequía en las bajas latitudes. No era el mejor momento para atravesar zonas desérticas, para salir de África", explica.

"Ahora queda claro"

La fuga hacia Asia tuvo que producirse antes, hace alrededor de dos millones de años. Y debió de tener otro protagonista: el Homo habilis, un ser mucho más torpe que el erectus. Tan zote que en los últimos años buena parte de la comunidad científica ha querido descabalgarlo del género Homo, del que sólo quedamos vivos los humanos modernos, y clasificarlo como australopiteco, casi como si fueran monos.

Con las piezas que hay ahora sobre la mesa, el puzle de la evolución humana ofrecería esta imagen: el Homo habilis (o Australopithecus habilis) habría salido hace unos dos millones de años de África y ya en Asia habría dado lugar al Homo georgicus, que habría desembocado en el Homo erectus, que a su vez habría vuelto a África rebautizado como Homo ergaster, hace 1,6 millones de años, según detalla Agustí. Los primeros fósiles desenterrados en Dmanisi ya apuntaban a este recorrido por el planeta. "Ahora queda claro", asegura Agustí, del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social.
La otra posibilidad, argumenta el investigador catalán, es mucho más difícil de sostener. La comunidad científica acepta que Homo erectus, en Asia, y Homo ergaster, en África, eran la misma especie. Si la hipótesis del Homo georgicus se desmorona, el Homo habilis tendría que haber dado lugar, de manera independiente, al ergaster en África y al erectus en Asia. En la evolución, este salto vendría a ser como un triple mortal con tirabuzón.

Bajo las bombas

La paleoantropóloga María Martinón-Torres (foto a la izquierda), que no ha participado en este estudio, ve en el nuevo hallazgo un empujón a una hipótesis que se resiste a calar en la comunidad científica: que el ser humano, el género Homo, no surgió en África, sino en Eurasia. "Los Homo georgicus tienen todas las características cronológicas, morfológicas y geográficas para dar lugar a todas las demás especies del género Homo que se conocen", afirma con rotundidad. Según este relato, el Homo habilis habría salido de África como un mono y habría vuelto hecho un hombre.
Martinón-Torres, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, en Burgos, lleva desde 2002 participando en las excavaciones de Dmanisi. En 2008 tuvo que abandonar el país a la carrera cuando Rusia comenzó a bombardearlo. A su juicio, los restos hallados en aquella encrucijada entre Europa, Asia y África representan al principal candidato a primer representante del género Homo, al primer humano. David Lordkipanidze, el jefe de las excavaciones y coordinador del nuevo estudio, es más escéptico. "No es descartable, pero hacen falta más pruebas", señala.
Según Martinón-Torres, no obstante, las piezas encajarían ahora perfectamente. Los Australopithecus habilis, hace dos millones de años, ya comían carne. El abandono de una dieta basada en frutos habría sido trascendental. El enrevesado estómago, adaptado a digestiones complicadas como puede ocurrir hoy con las vacas, se reduce y se optimiza. El cerebro empieza a desarrollarse con la energía sobrante. Y aún más importante: "Al hacernos carnívoros nos hacemos libres. Nuestro alimento se mueve, no está quieto. Y nosotros también nos podemos mover", añade la paleoantropóloga, miembro del equipo que rastrea los yacimientos burgaleses de Atapuerca. El australopiteco, libre, habría echado a andar fuera de África. Y, por el camino, dio lugar al Homo georgicus y este a todas las demás especies conocidas. "Es lo mismo que defendemos con el Homo antecessor de Atapuerca, que no se originó en África, sino en Eurasia", remacha Martinón-Torres.

Una fábrica de especies

Jordi Agustí asiente. "El Homo georgicus es, por lo menos, el primer representante del género Homo reconocible", aclara. Aquellos seres que apenas levantaban metro y medio del suelo, con sólo 600 centímetros cúbicos de capacidad craneal frente a los 1.400 de los humanos actuales, serían los tatarabuelos de todos los demás. "Conocemos muy mal el esqueleto del Homo habilis, pero con lo que sabemos podemos decir que era más parecido a los australopitecinos", destaca Agustí. Aquellos brazos eran desproporcionadamente largos como para ser humanos, según muchos investigadores.
Este verano, la cata en la que han aparecido los útiles de piedra se convertirá en una excavación en toda regla. Allí pueden aparecer algunas de las pruebas que reclama Lord-kipanidze. "Si hemos encontrado la industria lítica, deberían de aparecer también los fósiles", barrunta Agustí. Bajo el suelo de Dmanisi están las evidencias de que Eurasia fue, quizá antes que África, una fábrica de especies humanas.

"Los georgicus eran como hienas"

El principal candidato a primer representante del género Homo era un animal carroñero. "Los ‘Homo georgicus' se alimentaban de presas abatidas por otros. Eran como hienas", subraya Jordi Agustí, del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social. Pese a su reducida capacidad craneal, 600 centímetros cúbicos frente a los aproximadamente 1.400 de los humanos modernos, los investigadores han descrito comportamientos muy humanos en esta especie, que habría vivido en la actual Georgia hace 1,8 millones de años. En el yacimiento de Dmanisi se encontró una mandíbula de un individuo desdentado. De alguna manera, aquel ‘Homo georgicus' sobrevivió durante meses sin una de sus principales armas en el mundo: sus dientes.
Paleoantropólogos como Agustí y Martinón-Torres ven aquí un más que posible "comportamiento solidario". Para Agustí, aquel desafortunado desdentado "tuvo que ser alimentado por el grupo" para salir adelante.

Fuente: http://www.publico.es/
Publicado: http://www.historiayarqueologia.com/

Hallan en Murcia el esqueleto más completo de una joven neandertal

Se trata de una adolescente de entre 16 y 20 años, de 1,5 metros de estatura y la pelvis intacta

Vista general de un cráneo aplastado encontrado en el yacimiento
El esqueleto de una joven neandertal, de entre 45.000 y 55.000 años de antigüedad, hallado en el yacimiento de la Sima de las Palomas, en el municipio murciano de Torre Pacheco, es el más completo encontrado hasta el momento en cuanto a conexión anatómica.

Dicho esqueleto tiene la pelvis prácticamente intacta, por lo que puede ofrecer datos sobre hábitos reproductivos en la época.
Así lo ha explicado hoy, tras publicarse este hallazgo en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), el catedrático de Antropología de la Universidad de Murcia (UMU) Michael J. Walker, responsable de este descubrimiento en la Sima de las Palomas, en el Cabezo Gordo, donde trabaja desde 1991 junto a un equipo de arqueólogos y biólogos.
Hasta ahora se han encontrado nueve esqueletos de neandertales en este yacimiento, tres de los cuales, el de un hombre, un niño y el de esta joven, descubiertos debajo de un talud a 20 metros de la superficie de la sima, cuentan con esqueletos bastante completos y con conexión anatómica, ha señalado Walker.

Desde 1975 en que se encontró al oeste de Francia un esqueleto de varón adulto neandertal en condiciones similares a los hallados en la Sima de las Palomas, no se había producido un descubrimiento igual, ha dicho el catedrático, quien ha destacado la importancia del hallazgo del esqueleto de la joven por ser el único femenino encontrado en "tan buen estado" en el mundo.

Se trata de una adolescente de entre 16 y 20 años, de 1,5 metros de estatura (más baja de lo habitual) y con un esqueleto robusto, que "todavía no se sabe si había dado a luz, pero, por si fuera así, se está estudiando la posibilidad de que el esqueleto del niño encontrado a su lado sea el de su hijo, con lo que se podría hablar de algún tipo de enterramiento".

Pese a que algunos expertos mantienen que los neandertales no practicaban este tipo de rituales mortuorios, a juicio de Walker, el que estos esqueletos apareciesen en la posición en que estaban, tan intactos y cubiertos de piedras, podría hacer pensar en un enterramiento, ya que "no eran estúpidos como se dice, ni robots, porque si no, no habrían sobrevivido durante tantos años".

Los 'puntos calientes' de la evolución humana

La evolución de la especie humana es continuamente objeto de discusión y debate científico, encaminados a revelar los orígenes de un exitoso animal que pronto alcazará los 7.000 millones de especímenes en el planeta y que está transformando el entorno ecológico que propició su aparición.
Hoy, no hay lugar en la Tierra que no haya sido 'hoyado' por un pie de 'Homo sapiens', pero hasta hace menos de dos millones de años, las poblaciones de ancestros humanos pudieron evolucionar porque habitaban en puntos calientes de biodiversidad, o 'hotspots', que propicieron la 'ingeniería evolutiva' necesaria para llegar a ser como somos.
Este es el modelo evolutivo que, en un volumen especial de la revista 'Quaternary Science Reviews', defiende su coordinador principal, el paleontólogo José Carrión, de la Universidad de Murcia, junto con Chris Stringer (del Museo de Historia Natural de Londres) y James Rose (del Royal Holloway, también en Londres). En este nuevo modelo, los autores incorporan información sobre los cambios ambientales que tuvieron lugar en los entornos donde habitaron especies como el 'Homo habilis', 'Homo ergaster' y 'Homo heildebergensis' y los primeros neandertales.
"Hemos definido los territorios en los cuales por razones geológicas y biológicas ha habido un mosaico de paisajes y climas muy variables en el tiempo, unos sistemas geográficos que han evolucionado más a menudo y más deprisa que otros. Estos lugares tienen una gran biodiversidad y es ahí donde los homínidos fueron cambiando", afirma Carrión.

Cambios en el paisaje

Así, el Valle del Rift africano, donde se han encontrado los fósiles de 'Australopithecus', 'Paranthorpus', los primeros 'Homo habilis' y sus sucesores, los 'Homo ergaster' y los 'Homo sapiens', es una zona de gran actividad tectónica, en la que los cambios en los paisajes han sido continuos, tranformando valles en lagos o sabanas en barrancos.
Estos cambios, argumentan los autores, fueron creando nichos ecológicos a los que se tuvieron que adaptar aquellos primates: "Para que una especie de lugar a dos o tres distintas es necesario que estén aisladas. No se trata de que se adaptaran a la sabana, a un pantano o a la selva, es que al quedarse aislados algunas poblaciones no había intercambio genético y las mutaciones se acumulaban", explica el paleontólogo.
De hecho, la gran brecha africana, que va de Etiopía a Mozambique, continúa siendo hoy un punto de gran biodiversidad (ahí está el Masai Mara, Serengueti y los grandes lagos). Millones de animales de infinidad de especies habitan esa brecha que un día acabará diviendo el continente. Allí es donde se encontaronlas primeras herramientas fabricadas por un humano.
Otro 'hotspot' está en el Caúcaso, donde se han encontrado restos de un homínido (el 'Homo georgicus') de hace 1,8 millones de años. Lo es también el área del Mediterráneo, que incluye los fósiles de 'Homo antecessor' de Atapuerca o los de Ubeidiya (en Israel); y Java, el 'punto caliente' donde habitó el 'Homo erectus', un lugar donde los movimientos sísmicos han generado grandes cambios de paisaje.
"Los puntos calientes de biodiversidad se asocian a paisajes dinámicos y gran diversidad de hábitats, lo que en el caso de los mamíferos se ha demostrado que incrementa las posibilidades de que aparezcan nuevas configuraciones evolutivas", apuntan los autores.

Interacciones entre especies

Por otro lado, se trata de zonas con mucha historia evolutiva acumulada, una diversidad que estimula la especiación entre los primates, aunque no se sabe muy bien por qué; y, ademas, son áreas con muchas interacciones entre especies.
Así, aún reconociendo que el cambio climático ha sido un factor importante para la evolución humana, en este trabajo se mantiene la hipótesis de que la mayoría de los homínidos, tanto en África como en Eurasia, evolucionaron de poblaciones muy pequeñas que permanecieron aisladas por condicionantes geológicos.
Carrión defiende también que esos cambios afectaron a módulos del genoma (paquetes de genes) que producçian grandes cambios morfológicos respecto a la especie originaria. "En otras palabras", concluye, "en sus primeras etapas de evolución la mayor parte de las especies serían 'sorpresas evolutivas' en un territorio muy cambiante. La estabilidad ambiental habría ido en detrimento de la velocidad del cambio evolutivo".
En total, casi un centenar de prestigiosos paleontólogos y biólogos de todo el mundo han participado en este proyecto, financiado por la Fundación Séneca, bautizado como ECOCHANCE.

http://www.elmundo.es/

Unas raras criaturas aparecen varios kilómetros bajo la superficie de la Tierra

Las especies, entre ellas una jamás vista, soportan temperaturas de hasta 48 grados en profundidades donde no se creía posible que existiera la vida compleja

Desde su descubrimiento hace más de dos décadas, la biosfera del subsuelo profundo ha sido considerada como el reino de los organismos unicelulares, un reino que se extiende más de tres kilómetros bajo la corteza de la Tierra. Las limitaciones de temperatura, energía, oxígeno y el espacio parecían excluir la posibilidad de una vida más compleja. Los científicos no creían que organismos multicelulares podrían vivir en esas profundidades, pero se equivocaban. Investigadores de las universidades de Ghent (Bélgica) y Princeton han descubierto unos gusanos -uno de ellos es una nueva especie, a la que han llamado, con razón, «del diablo» (Halicephalobus mesphisto, por Mefistófeles, uno de los nombres del demonio)-, que viven en un auténtico infierno. Estas increíbles criaturas tienen su hogar de 0,9 a 3,6 kilómetros por debajo de la superficie terrestre, en unas minas de Sudáfrica, donde las temperaturas pueden alcanzar los 48 grados centígrados. El estudio aparece publicado en Nature.
El Halicephalobus mesphisto, un nematodo que mide 0,5 milímetros, se alimenta de bacterias y se reproduce asexualmente, fue encontrado en la mina de oro de Beatrix, a 240 kilómetros de Johanesburgo. El yacimiento tiene 1,3 kilómetros de profundidad y temperaturas de 37 grados centígrados. Los investigadores también descubrieron en las minas de Driefontein dos especies nuevas de nematodos, pero el hallazgo más sorprendente se realizó en la mina de Tau Tona. Allí, apareció el ADN de otra especie desconocida, a 3,6 kilómetros bajo la superficie y con temperaturas de 48 grados.

Vida en otros planetas

Con el fin de descartar la contaminación y la posibilidad de estos nematodos estuvieran más cerca de la superficie, Borgonie examinó la composición del agua y los niveles de oxígeno, azufre y otras sustancias químicas. Con la técnica del carbono 14, determinó que el agua de la zona había permanecido aislada de la superficie terrestre de 3.000 a 12.000 años.
Los investigadores creen que sus resultados les permiten ampliar la biosfera de metazoos conocida y demostrar que los ecosistemas de las profundidades son más complejos de lo que se había aceptado previamente. El descubrimiento de la vida multicelular en el subsuelo profundo de la Tierra también tiene importantes implicaciones en la búsqueda de vida en otros planetas en nuestro Sistema Solar.

El mamut lanudo se cruzó con el columbino, según análisis genéticos


Dibujo y distribución geográfica de dos especies de mamut: el lanudo (derecha) y el columbino (izquierda).- BIOMED CENTRAL

Las dos especies eran diferentes y vivían en regiones distintas

El mamut lanudo vivía en las regiones más septentrionales de América y Eurasia, mientras que el columbino, notablemente más grande estaba distribuido por zonas de savana de clima menos riguroso. Esto no impidió que se cruzasen, según un estudio comparado de ADN de ambas especies realizado por un equipo internacional de científicos. Ellos han secuenciado el ADN de la mitocondria (orgánulo de la célula exterior al núcleo) de dos ejemplares de mamut de Columbia (uno descubierto en Utah y otro en Wyoming, EE UU) y han comparado sus resultados con el genoma del mamut lanudo ya conocido. "La historia de los mamuts es fascinante y este análisis ayuda a contextualizar su evolución, patrones migratorios y ecología", comenta Hendrik Poinar (Universidad McMaster, en Canadá).

Los dos animales cuyo ADN se ha analizado en este trabajo son de hace unos 12.000 años, y los mamuts desaparecieron hace unos 10.000, exceptuando unas poblaciones aisladas en algunas islas próximas a las costas de Siberia y de Alaska, explican los investigadores en un comunicado de la universidad canadiense. El estudio completo se ha dado a conocer en la revista Genome Biology.

"Estamos hablando de dos especies físicamente muy diferentes", añade Poinar. "Cuando el clima glacial se endureció, probablemente los mamuts lanudos se desplazarían hacia entornos menos rigurosos hacia el Sur, donde entrarían en contacto con los columbinos en algún momento de su historia evolutiva".

Las dos especies (Mammuthus primigenius, el lanudo, y M.columbi, el columbino) se han considerado adaptaciones de la especie a sus respectivas condiciones ambientales. Sin embargo el ADN mitocondrial de una y ortra resulta prácticamente indistinguible, apuntan los científicos, hasta el punto de que estos ejemplares podían ser considerados híbridos de lanudo y columbino. Esto podría explicar por qué algunos fósiles de mamut muestran unas características físicas intermedias de ambas especies y a veces se han asignado a una tercera, la M.jeffersonii.

Vía: http://www.elpais.com/

Arqueólogos descubren el busto de otro coloso de alabastro de Amenhotep III


Foto: La cabeza, que mide 1,20 metros de altura y está muy bien conservada, es pese a sus dimensiones un universo de proporciones ajustadas y equilibradas. Tiene ojos con forma de almendra realzada por franjas de cosmética, una nariz corta y una boca grande con amplios labios. Minister of State for Antiquities (MSA).


Los habitantes del actual Luxor siguen aún fascinados por los majestuosos colosos de Memnón. Y relatan que los gigantes solían cantar al alba hasta que un emperador romano restauró las figuras, heridas por un terremoto en el año 27 a.C. Entonces el silbido, producido por el cambio de temperatura, se volvió mudo y nació la leyenda.

Las dos estatuas sedentes de Amenhotep III (1390-1352 a.C.), situadas en la ribera occidental del Nilo, son unos de los últimos vestigios del que fuera el más espectacular complejo funerario del antiguo Egipto. El sino de estos guardianes, apostados en la entrada de un templo desaparecido, puede cambiar. Una excavación arqueológica ha anunciado el hallazgo de un coloso de alabastro del gran rey junto a una estela y las cabezas de una deidad y del monarca.


La figura fue descubierta en lo que debió ser el pasillo que conducía al tercer pilono del complejo, a unos 200 metros de los colosos de Memnón. Según Zahi Hawass, ministro de estado de Antigüedades egipcio, el rostro de la estatua es una obra maestra del retrato real. Muestra a un Amenhotep III con barba real sentado y ataviado con una falda plisada (llamada 'shendyt') y nemes, la tela que cubría la cabeza de los reyes egipcios.

El coloso desenterrado es una de las dos estatuas que debieron derrumbarse tras el terremoto pero algunas de sus partes aún son visibles en la capa aluvial del Nilo. La pieza trasera del trono de una de las figuras había sido encontrada en anteriores excavaciones. Los responsables de la misión aseguran que el resto de partes serán restauradas gradualmente y la estatua será colocada en su ubicación original en un futuro próximo.

A juicio del director de la misión, Hourig Suruzian, el hallazgo es importante para la historia del arte egipcio y de la escultura porque la pieza está excepcionalmente tallada en alabastro, una piedra extraída de las canteras de Hatnub en el medio Egipto y empleada rara vez en colosos que miden aproximadamente unos 18 metros.

En los trabajos de limpieza y cartografía efectuados en la parte central del gran atrio del templo, donde hay partes del pavimento original, se han encontrado otros restos como la cabeza de una deidad, de 28,5 centímetros, que representa a un dios masculino, y una estela de cuarcita roja que ha sido reconstruida a partir de 27 grandes piezas hasta alcanzar 7,40 metros sobre los nueve de la obra original. Su restauración se completará la próxima temporada, según los responsables de la misión.

Vía: http://www.elmundo.es/
Publicado en: http://www.historiayarqueologia.com/