El nuevo georradar de la UCA destapa la trama urbana completa de Doña Blanca

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Imagen del yacimiento arqueológico de Doña Blanca en El Puerto de Santa María / Tripkay

La renovada técnica aporta información nunca conocida del yacimiento portuense

El nuevo georradar con el que cuenta la Universidad de Cádiz (UCA) para investigaciones del patrimonio histórico ha permitido explorar la superficie completa del yacimiento arqueológico de Doña Blanca, en El Puerto de Santa María. Es una información nunca conocida hasta ahora, que va a aportar datos fundamentales sobre la trama urbana de esta antigua ciudad fenicia. Hasta ahora en este yacimiento sólo se ha excavado un cinco por ciento de todas las construcciones que se creen siguen bajo tierra.

Este importante paso ha sido posible gracias a la incorporación de nuevos equipos con los que cuenta el Departamento de Historia, Geografía y Filosofía de la UCA, del que es profesor titular Lázaro Lagóstena. "Antes los georradares ofrecían información en dos dimensiones y generaban unos gráficos muy difíciles de interpretar, pero estos nuevos equipos exploran en tres dimensiones y generan nubes de puntos que un ordenador procesa y facilita mucho la interpretación", detalla a la SER Lagóstena.

Los nuevos equipos, adquiridos con fondos del Gobierno central, son dos: uno para espacios cerrados y pequeños que funciona de manera manual, y otro para grandes superficies al aire libre, que se impulsa con un vehículo y que es capaz de escanear tres hectáreas por una hora. "Era algo que antes estaba fuera de nuestro alcance", subraya el profesor.

Es este último el que se ha probado en 15 pagos agrícolas de Jerez y de Doña Blanca, en virtud de un convenio entre la Universidad de Cádiz y la Junta de Andalucía, responsable del yacimiento arqueológico de El Puerto. "La exploración con el georradar ha cubierto toda la superficie sin excavar aún del yacimiento, lo que nos da una información muy interesante sobre la ciudad y sobre las estructuras que conectan con las excavaciones que se hicieron en su día con el proyecto de Diego Ruiz Mata", explica Lagóstena.

Imagen del yacimiento arqueológico de Doña Blanca

"Es una primera fase de exploración que permite tener una visión global y obtener muchos indicios de la trama urbanística de la ciudad", incide el profesor. "Queda una segunda en la que debemos procesar todos esos datos", aclara. Es esta segunda la que permitirá formar una teoría sólida sobre estas exploraciones, ver si las edificaciones detectadas por el georradar coinciden con las esperadas, si hay novedades imprevistas o alguna teoría sobre la ciudad fenicia de Doña Blanca tiene que ser revisada o se consolida.

Los resultados de esta segunda fase se darán a conocer "en unos meses", según Lagóstena. Serán muy valiosos para estudiar una posible ampliación de la exvacación arqueológica.  "El georradar permite abordar futuros trabajos ahorrando mucho dinero porque determina qué zonas son las más interesantes para excavar, sin tener que depender sólo de la intuición de un arqueólogo".

La Universidad de Cádiz también trabaja en la investigación arqueológica y patrimonial con drones, aviones de reducido tamaño con cámaras de alta calidad y sensores que permites vistas cenitales y análisis no disponibles hasta este momento. Junto al georradar, son pasos cualitativos para mejorar la investigación universitaria con la "virtualización de la realidad", ya que se generan modelos en tres dimensiones sobre el campo de trabajo que después pueden ser analizados en el laboratorio.

Estas técnicas no sólo tienen un uso arqueológico. También pueden tener su utilidad para la industria agroalimentaria, en el estudio de terrenos para el cultivo.

Fuente: Cadena SER

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