Recuperan el santuario de la barca del faraón Tutmosis III en Luxor

La reconstrucción de la capilla. MINISTERIO DE ANTIGÜEDADES EGIPCIAS

Durante más de dos milenios todo faraón que se jactara de serlo dejó su impronta en los confines del inmenso e imponente templo de Karnak, el gran santuario del dios Amón. Fueron aportaciones dominadas por el caos y el ego: los monarcas añadían muros, patios y estatuas a menudo desmantelando las creaciones erigidas por sus antecesores.

Un universo mágico de retoques y borrones en el que desde esta semana luce en todo su esplendor un nuevo inquilino: el santuario de la barca del rey guerrero Tutmosis III.El Centro Franco-Egipcio de Estudio de los Templos de Karnak ha completado los trabajos de restauración de esta capilla de piedra caliza edificada por Tutmosis III frente al cuarto pilón de un complejo que cuenta con hasta diez pilonos, seis en el eje principal y otros cuatro colocados en dirección al templo de Mut, la consorte de Amón. Según ha anunciado el ministerio de Antigüedades egipcio en un comunicado, el santuario fue reconstruido en 2010 pero aún quedaba la operación más delicada: "sustituir los fragmentos de la losa del techo y un dintel, que se habían rotos en muchos pedazos".

El director de la misión, el egiptólogo galo Christophe Thiers, ha relatado que la tarea se ha efectuado manualmente "con ayuda de gatos hidráulicos y muros temporales, que han permitido la elevación progresiva de la losa del techo, que pesa 76 toneladas, hasta la parte superior de las paredes". "El bloque fue más tarde trasladado lateralmente hasta alcanzar su ubicación original", ha agregado el científico, profesor de la universidad francesa Paul Valéry de Montpellier y estudioso de la construcciones erigidas en Karnak durante las épocas ptolemaica y romana.

El resucitado santuario sucumbió tras la construcción de una capilla similar ordenada por Tutmosis IV. Los restos de su presencia fueron hallados entre 1914 y 1954 como relleno del tercer pilón y junto al noveno muro. Una vez completados los trabajos de limpieza y conservación, el santuario de Tutmosis III -el rey guerrero que protagonizó la mayor expansión territorial del imperio faraónico- se halla preparado para recibir en el museo al aire libre del templo a la menguada procesión de turistas que peregrina hasta el recinto de Karnak, un cuadrilátero encajado en una muralla de adobe y rodeado por el callejero de la actual Luxor, a unos 700 kilómetros al sur de El Cairo. Karnak -orientado en el eje este-oeste hacia el lugar donde sale el sol en el solsticio de invierno- suma así una nueva estructura al complejo mapa que inauguró hace más de cuatro mil años Intef II, monarca de la dinastía XI, y que con el paso de los siglos se convirtió en uno de los centros de culto más formidables de la Antigüedad, ejemplo de una grandiosidad monumental que cultivaron decenas de faraones.

Fuente: El Mundo

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