Un basurero lleno de cerámica Ming en el centro de Acapulco

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Nada les gusta más a los arqueólogos que los vertederos. No los basureros actuales, por supuesto, llenos de los contaminantes desechos de la sociedad industrial, sino los lugares en los que nuestros ancestros abandonaban objetos inservibles a su suerte. Antes de la edad del consumo en la que nosotros mismos nos consumimos, hubo siglos en los que los bienes ser reparaban, se reutilizaban, se vivía, se transportaban en azarosos viajes, tan inciertos como la vida misma. Y aunque hoy en día todos tenemos la falsa sensación de seguridad y de control sobre nuestro destino en el fondo sabemos que nada de eso soporta revisión.

Pero volvamos al basurero, lugar de tesoros para quienes buscan y rebuscan en nuestro pasado. Los arqueólogos mexicanos del INAH tuvieron muchísima suerte cuando se programaron unas obras de cableado y de instalación de tuberías en una calle contigua a la catedral de Acapulco. Nada más comenzar la obra aparecieron unos pequeños pedazos de vajillas preciosas, de porcelanas de gusto oriental. Como Acapulco era puerto de destino del Galeón de Manila, ese hallazgo podía significar muchísimo. Decidieron realizar un sondeo de un metro cuadrado y entonces… ¡bingo! Era un antiguo basurero y bajo los estratos de tierra fueron apareciendo decenas, cientos de objetos que nos hablan de la vida y la actividad en el Fuerte y el puerto de Acapulco.
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Reconstrucción de la cubierta del Galeón de Manila, estos días en el Museo Naval de Madrid

Allí llegó durante 250 años, atravesando el Pacífico, la Nao de China, el Galeón de Manila del que estos días el Museo Naval de Madrid muestra una espectacular exposición.
A solo un metro y medio bajo tierra han ido apareciendo los testimonios de la actividad de uno de los puertos mercantiles más importantes de la época moderna, el mismo que sentó la base para la primera ruta comercial global. Acapulco era una ciudad importante y cosmopolita, la más destacada del imperio español. Así lo revelan miles de fragmentos de porcelana china recién recuperados por el equipo del arqueólogoRoberto Junco, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
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La excavación junto a unas tuberías

Muchas de estas piezas podrían ser fragmentos de vajillas que no superaron el largo tornaviaje desde Manila y fueron desechadas en ese lugar cercano al puerto, junto al Fuerte san Diego, en lugar de nutrir los aparadores de las familias pudientes novohispanas o incluso, tal vez, seguir viaje hacia Sevillla o Cádiz. Pero Roberto Junco, de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del INAH, ya tiene tiene certezas, según se informa en el boletín del INAH: los fragmentos de porcelana china hallados dentro de la excavación pertenecieron a los cargamentos que llegaron hacia fines del siglo XVI y las primeras décadas del XVII, cuando en Acapulco atracaron losprimeros galeones de Manila, en algunas ocasiones amenazados por piratas holandeses.
En los tiempos del galeón, desde finales del siglo XVI, la Feria de Acapulco se celebraba entre enero y febrero. A este evento festivo acudían mercaderes de México y otras zonas de Nueva España, con el fin de abastecerse de las especias, alimentos y mercancías que habían sido embarcados en Filipinas y llegado a México tras varios meses de peligroso viaje.
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Roberto Junco junto algunas de las piezas encontradas

Como refiere el citado boletín, Junco tiene mucha experiencia con este tipo de materiales (en Espejo de Navegantes pronto contaremos la nueva aventura de este arqueólogo enBaja California, también relacionada con el Galeón de Manila). El investigador detalla que todos esos tazones de arroz, tazas, platos y platones que terminaron en añicos fueron elaborados en tiempos de Wanli, decimotercer emperador de la dinastía Ming, quien mantuvo el dominio de China durante casi 50 años, de 1572 a 1620. Así que bajo el suelo de Acapulco ha sido hallado un verdadero rompecabezas de belleza y valor sin par. Un rompecabezas Ming, no hay otra ciudad del mundo, ni en China, que tenga algo igual.
La emoción del arqueólogo, cuando libera una pieza, ya documentada, del yacimiento para su estudio

La emoción del arqueólogo, cuando libera una pieza, ya documentada, del yacimiento para su estudio
Roberto Junco comenta que esos preciosos dibujos de pequeños pájaros silvestres, coleópteros, cisnes sobre espejos de agua, aves fénix y venados, hablan a las claras de una procedencia: Zhangzhou, la capital de la provincia de Fujian, en el centro-sur de China, y también de Jingdezhen, provincia de Jiangxi, conocida como la “Capital de la porcelana” por tener una tradición de más de mil setecientos años en la elaboración de las más finas cerámicas.
Por supuesto, no solo hay trozos Ming en un antiguo basurero. Eso lo hace más interesante para los historiadores. También se han hallado trozos de una cerámica más burda, que pertenecían a contenedores fabricados en el sureste asiático para transportar provisiones, como especias y líquidos, en los viajes marítimos; comúnmente llamados martabanes y que son, a la época, como las antiguas ánforas del mediterráneo o las tinajas de los galeones.
Piezas halladas junto al yacimiento

Piezas halladas junto al yacimiento

A los primeros sondeos junto a la catedral se han sumado este año nuevos puntos, y destacadamente los parapetos del Fuerte de San Diego, donde la excavación ha empezado apenas hace un par de semanas. Son Roberto Junco y Víctor Hugo Jasso, director del Museo Histórico de Acapulco “Fuerte de San Diego”, los que esperan que este recinto del INAH se convierta en sede de un proyecto de investigación cuyo objetivo principal es recuperar el pasado del puerto, un lugar que fue sumamente importante en elintercambio tanto de ideas como de mercancías, en los movimientos migratorios de personas y en la evolución y mestizaje de los modos de vida, venidos de los cuatro continentes hasta esta ciudad del Pacífico novohispano.
Pero hay mucho más. En los parapetos exteriores de dicha fortaleza se localizaron restos prehispánicos y sobre todo restos de ollas, platos, jarras, escudillas, cuencos, etcétera, que datan de la Colonia, principalmente de los siglos XVIII y XIX, que debieron ser utilizados por los soldados acuartelados en este bastión. Toda una colección de objetos para reconstruir la vida del acuartelamiento a lo largo de los siglos. El hallazgo es importante y las piezas recuperadas anuncian una larga catalogación, porque  también se recuperaron fragmentos de porcelana china de las dinastías Ming y Qing, su menor presencia hace suponer a los arqueólogos del INAH que esta cerámica debió ser de uso exclusivo de los mandos y administrativos de la fortaleza.
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El equipo de esta excavación, coordinado por el doctor Roberto Junco y el antropólogo físico Salvador Estrada Apátiga, ambos de la SAS, así como el doctor Rubén Manzanilla, de la Dirección de Salvamento Arqueológico, seguirá excavando el citado basurero colonial (están trabajando en una área de 7.30 por 6 metros) hasta conocer lo que esconde en la totalidad de su subsuelo.
Roberto Junco comenta que seguramente habrá eventuales inmersiones en la bahía para localizar contextos sumergidos, pero que hay otros objetivos como la redacción de un catálogo sobre la porcelana china en tierras americanas. Pero Junco no se olvida de ladivulgación y de hecho tiene proyectada la distribución de un cómic para que la comunidad acapulqueña se asome a su propio pasado de la mano de las aventuras de un niño llamado “Caleto”.
Roberto Junco, arqueólogo investigador del INAH acargo del proyecto

Roberto Junco, arqueólogo investigador del INAH acargo del proyecto
“Lo que el Proyecto de Arqueología Marítima del Puerto de Acapulco (PAMPA) quiere es reforzar ese carácter del puerto como un lugar que tuvo una importancia y un interés en el comercio mundial sin precedentes, además de una riqueza cultural única que es evidente en su población actual”, finalizó.

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