Segovia atesora el mercado pecuario romano mejor conservado de España

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Rampa hallada en la ciudad de Confloenta en 2001 y 2002. S. M.

Los arqueólogos continuarán este año el trabajo en el yacimiento de Los Mercados, que ha sacado a la luz restos de canalizaciones, una red de abastecimiento y un edificio

Descubrir cómo vivieron los segovianos de hace dos mil años es una ardua tarea. Los pequeños hallazgos que se producen en yacimientos arqueológicos suponen grandes avances y permiten conocer un poco más acerca de quién vivió en aquellos lugares hace siglos y cómo era su modo de vida. El yacimiento de Los Mercados, en la localidad de Duratón, hoy una pedanía de Sepúlveda, alberga la antigua ciudad romana de Confloenta. Allí, los arqueólogos buscan (y encuentran) las pistas para responder a muchos interrogantes.

La última campaña de excavaciones, realizada durante julio y noviembre del 2016 y de la que ya se tienen los primeros informes, ha corroborado que el edificio conocido como Las Paredes es el foro pecuario mejor conservado de España. El edificio de planta cuadrada, de 150 metros de lado y una superficie total de 22.500 metros cuadrados, es uno de los pocos foros pecuarios o mercado de ganados que se conocen de la antigua Hipania. Este tipo de complejos se encontraba en ciudades de economía ganadera y montana. Y es lo que debía de ocurrir en este espacio de Duratón, ya que este foro agropecuario estaba situado extramuros de la ciudad de Confloenta.

La campaña que duró un mes consistió en realizar cinco sondeos. Los resultados han sido «muy satisfactorios», destaca el arqueólog director de las excavaciones, Santiago Martínez, a la sazón director también del Museo Provincial de Segovia. Entre los hallazgos que han podido hacer resalta la datación del muro de cierre: «Es de la segunda mitad del siglo I d.C, pero no podemos concretar más», destaca.

El sondeo también ha permitido corroborar que ese muro se asentó sobre «el firme geológico, como único elemento de cimentación». Pero no es lo único que han podido averiguar los especialistas en torno a esta estructura. Las catas también les han permitido atestiguar que junto a este muro existían «grandes estructuras soportadas por vigas de madera» que estarían relacionadas de forma directa con estos complejos. Podían ser desde encerraderos para exhibición de ganado, cubiertas para protección de animales o personas o, sencillamente, soportales para que tratantes y comerciantes entablaran allí sus negociaciones. De momento, lo que dejó a la luz la excavación fueron «los hoyos de poste de 50 centímetros para sostener estas estructuras», puntualiza el arqueólogo.

El cuarto sondeo realizado en este espacio, en concreto en la zona central, sacó a la luz otro gran descubrimiento: suelo natural perteneciente a un edificio, que apareció a apenas 40 centímetros de la superficie. A pesar de que la estructura original se ha perdido por el expolio secular y por los trabajos agrícolas desarrollados en la zona, Martínez y su equipo están convencidos que ese suelo corresponde a una estructura de un edificio. Apuntan que pudo ser de servicios o para la compra y venta de ganado, pero «aún no podemos valorar lo que pudo ser, dice con cautela. Lo que sí han encontrado junto a esta estructura es «una gran fosa circular para colocar algún elemento hidráulico».

Los grandes avances tecnológicos han permitido que los especialistas realicen sondeos donde creen que puede haber algún resto. De hecho, gracias a una imagen de topografía aérea de gran resolución, se puede observar como la parcela tiene una gran aspa de lado a lado del espacio, y eso hizo pensar a los arqueólogos que la imagen correspondería a una gran canalización, relacionada con el abastecimiento y saneamiento del complejo.

Por eso, los siguientes sondeos se realizaron con el objeto de encontrar alguna prueba que confirmara esta posibilidad. Y aparecieron. Los arqueólogos han conseguido detectar la presencia de un amplio sistema de abastecimiento y saneamiento interior del complejo y un canal, que convergen en la zona central de la explanada, es decir, una infraestructura necesaria en un «espacio donde era habitual la presencia de ganado en exhibición». El director de este proyecto de excavaciones indica que una obra de estas dimensiones «tuvo que tener un alto coste para el municipio y, por tanto, su justificación se basaría en que albergaría algo muy importante para la ciudad». De hecho, la importancia de este espacio se centra en que la arquitectura tiene relación directa con la estrategia económica de la ciudad de Confloenta, «volcada en época romana a la actividad ganadera y comercial por estar situada en una confluencia de caminos humanos y pecuarios».

BIC DESDE 1994

El yacimiento de Los Mercados fue declarado Bien de Interés Cultural en 1994 por la Junta de Castilla y León con categoría de zona arqueológica, lo que ponía de manifiesto la importancia de este enclave del que se tenía constancia desde hacía muchos años. De hecho, ya en el siglo XVIII y XIX comenzaron las exploraciones y estudios del lugar, pero no fue hasta 1795 cuando se procedió a la primera excavación, que contó con el patrocinio del rey Carlos IV, promovida por Manuel Godoy. Aquella excavación fue dirigida por el arquitecto real Juan de Villanueva, donde descubrió diferentes mosaicos que fueron a parar «a la decoración de la Casa del Ermitaño, pabellón del Palacio de Aranjuez», explica el director de las excavaciones de este yacimiento arqueológico, Santiago Martínez.

Durante el siglo XX se perdió «el conocimiento de que Los Mercados acogiera una ciudad romana», hasta que en los años 2001 y 2002 se realizaron exploraciones más amplias del lugar que «permitieron confirmar el carácter urbano del yacimiento», lo que a estos expertos les ha permitido trabajar en una valoración general de la ciudad romana que se extiende entre las 40 y las 50 hectáreas de superficie. Un terreno que está oculto hoy en su mayor par

Estos descubrimientos se realizaron fundamentalmente en las excavaciones del mes de julio y del pasado mes de noviembre. Durante la primera, el equipo dirigido por los arqueólogos Santiago Martínez, Manuel Retuerce y Almudena Orejas, contó con la colaboración de alumnos procedentes de la Universidad Complutense, y de las de Salamanca, Castilla-La Mancha y Antonio de Nebrija.

La campaña fue financiada con fondos de la Diputación Provincial de Segovia, que destinó 8.000 euros a estas excavaciones, 4.770 euros de la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León y 1.000 euros del Ayuntamiento de Sepúlveda.

Esta última campaña del 2016 recoge el testigo de la anterior, realizada en 2002. Entonces, los expertos realizaron catas en tres lugares del extenso yacimiento, en la ciudad romana de Confloenta, que había sido citada en varios documentos elaborados en el siglo II d.C., por el geógrafo romano Ptolomeo.

En aquella campaña de excavaciones se descubrió una vía de acceso a la ciudad, o rampa, de la que se había tenido constancia también en 2001, y una habitación romana con los mismos ejes que otra construcción situada a 50 metros, excavada un año antes. Además, en 2001 los especialistas consiguieron trabajar en la zona donde se ubicaban las termas de la ciudad, en concreto, el vestíbulo.

Perspectivas

El director de las excavaciones trabaja para poder excavar este año y realizar más prospecciones en el terreno que permitan dar a conocer un poco más el valor de este yacimiento arqueológico. Su idea es «seguir indagando y conseguir toda la información que se pueda sacar», matiza Martínez.

Hasta ahora, el trabajo en el yacimiento arqueológico de Los Mercados ha permitido descubrir una «mínima parte» de lo que pudo ser en su día este asentamiento, donde se enclavaba la ciudad de Confloenta, de la que los expertos saben que tuvo un foro, termas, edificios públicos y hasta un acueducto: «Hemos encontrado canafles de plomo, lo que lo vincula a un acueducto», detalla el arqueólogo. Además, en el Museo Provincial de Segovia se pueden contemplar bases de columnas, un capitel y algún objeto de cerámica que decoraban las casas de este enclave.

La importancia de este yacimiento arqueológico es evidente. El objetivo último sería que se pudiera poner en valor a largo plazo, para darlo a conocer entre el público. «Sería otra de las patas del turismo de Sepúlveda», explica el alcalde del municipio, Ramón López.

Sin embargo, hasta que eso se consiga puede pasar bastante tiempo. De momento, el pasado verano el Ayuntamiento de Sepúlveda invitó a «personas del pueblo y de Duratón» a conocer este espacio. El propósito es que, al conocerlo, contribuyan a que sea respetado.

Vía: El Norte de Castilla

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