Hallstatt, la mina de sal guardiana de secretos prehistóricos

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Explotada durante 7.000 años, la mina de Hallstatt ha producido no solo un suministro constante de sal sino también descubrimientos arqueológicos que atestiguan la existencia de una rica civilización que data de la primera parte del I milenio a.C.

Todas las minas necesitan reforzarse regularmente contra el colapso, y Hallstatt, la mina de sal más antigua del mundo encaramada en los Alpes austríacos, no es una excepción. Pero Hallstatt no es como otras minas.

Explotada durante 7.000 años, la mina ha proporcionado no solo un suministro constante de sal, sino también descubrimientos arqueológicos que atestiguan la existencia de una rica civilización que data de la primera parte del I milenio a.C.

Hasta ahora, se cree que menos del dos por ciento de su red de túneles prehistóricos ha sido explorada, tras la nueva ronda de trabajos de refuerzo, que comenzó este mes, para proteger los logros de las excavaciones, según el arqueólogo jefe Hans Reschreiter (izquierda).
"Como en todas las minas, la montaña ejerce presión sobre los túneles y podrían derrumbarse si no se hace nada al respecto", dijo Reschreiter a la AFP.

Hallstatt fue reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997 y "los trabajos actuales están dirigidos a protegerla para las futuras generaciones", dijo Thomas Stelzer, gobernador del estado de Alta Austria donde se encuentra la mina.
Elevándose sobre un lago natural -hoy día frecuentado por masas de turistas, particularmente de Asia, que vienen a admirar un escenario alpino perfecto-, la mina de Hallstatt se encuentra a más de 800 metros sobre el nivel del mar.

El vasto depósito de sal marina en su interior fue dejado por un mar que cubrió la región hace unos 250 millones de años.


Escaleras de 3.000 años de antigüedad

Uno de los descubrimientos arqueológicos más llamativos fue el de una escalera de madera de ocho metros de longitud que data del año 1100 a.C., la escalera más antigua hallada en Europa.
"Estaba tan bien conservada que pudimos desarmarla y volver a armarla", dijo Reschreiter.
Otros artefactos datan de mucho más atrás. Excavada en 1838, un hacha realizada con un cuerno de ciervo, y que data del 5.000 a.C., demostró que, desde entonces, "los mineros se esforzaban por extraer la sal de aquí", dijo Reschreiter.

A mediados del siglo XIX, las excavaciones revelaron una necrópolis que mostraba la prominencia del sitio durante la Edad del Hierro. Tal civilización se conoce como "Cultura de Hallstatt", asegurando la fama del lugar.

"Miles de cadáveres han sido excavados, y casi todos ostentan adornos de bronce, lo que refleja que eran usados ​​por los más ricos", dijo Reschreiter. "Los restos óseos llevaban marcas del duro trabajo físico realizado desde la infancia, a la vez que muestran signos de una prosperidad inigualable".


Uno de los descubrimientos arqueológicos más llamativos fue el de una escalera de madera de ocho metros de longitud que data del 1100 a.C., la escalera más antigua de este tipo hallada en Europa.

El "oro blanco" no tiene precio

La sal, conocida desde siempre como el "oro blanco", no tenía precio en ese momento. Y la mina de Hallstatt producía hasta una tonelada todos los días, abasteciendo a "la mitad de Europa", dice el investigador, y agrega que "el difícil acceso de su ubicación la convirtió en la más rica del continente y fue una plataforma importante para el comercio en el año 800 a.C.".

Ello queda atestiguado por los mangos de espada hechos de marfil africano y los cuencos mediterráneos de vino encontrados en la misma. Una segunda serie de excavaciones, iniciada por el Museo de Historia Natural de Viena hace unos 60 años, produjo más sorpresas.
En túneles a más de 100 metros por debajo de la superficie, los arqueólogos descubrieron "evidencias únicas" de actividad minera a una escala "industrial" durante la Edad del Bronce, dijo Reschreiter.

Además de revelar estructuras de contención de madera de más de 3.000 años de antigüedad, que se conservaron perfectamente con la sal, la excavación desenterró numerosas herramientas, guantes de cuero, una cuerda del grosor de un puño, así como restos de millones de antorchas de madera.

Herramientas halladas en la mina de Hallstatt.

Continuamente activa

La mina fue explotada por los celtas y durante la época romana, cuando la sal se utilizaba para pagar a las legiones estacionadas a lo largo del río Danubio -de ahí el origen de la palabra "salario"-, y nunca ha dejado de funcionar desde tiempos prehistóricos.
Hoy, unas 40 personas aún trabajan allí, usando agua a alta presión para extraer el equivalente a 250.000 toneladas de sal por año.

"La sal ya no tiene el mismo valor que en la antigüedad, pero algunos de sus nuevos usos, tal como en las industrias farmacéutica y química, siguen siendo altamente rentables", dice Kurt Thomanek, director técnico del proveedor de sal Salinen Austria.
El turismo, vinculado a los descubrimientos arqueológicos, es también "un pilar de nuestras actividades. El año pasado, unas 200.000 personas visitaron la mina de Hallstatt", agrega Thomanek.

Fuente: phys.org | 24 de agosto de 2018

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Divulgando la Historia desde 1998. Bienvenidos a la Cultura.

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