Enterrado a un costado de un hombre de la Edad de Piedra, un grupo de arqueólogos encontraron los restos de un perro de hace más de 8.400 años en unas excavaciones realizadas en Ljungaviken cerca de la localidad de Sölvesborg, en el sur de Suecia, de acuerdo a lo informado el jueves pasado por el Museo Blekinge.
Los arqueólogos indicaron que en la tumba de la Edad de Piedra también encontraron varios artilugios funerarios, objetos con valor material o sentimental que se colocaban con los muertos en sus sepulturas.
"Los restos del perro están bien conservados y el hecho de que esté enterrado en medio de un asentamiento de la Edad de Piedra es único. Constituye uno de los hallazgos de tumbas de perros más antiguos del país", aseguró Ola Magnell (izquierda), osteólogo del Museo Blekinge.
"Es difícil decir qué tipo de perro era. En la actualidad, no hay ninguna raza con la que realmente se le pueda comparar, pero se parecería mucho a un galgo más poderoso", agrega.
El director del proyecto del Museo de Blekinge, Carl Persson, explicó que el yacimiento, que antiguamente estuvo habitado por cazadores-recolectores, quedó cubierto bajo una capa de lodo provocada por un repentino y violento aumento del nivel del mar.
Carl Persson informando a la prensa de los hallazgos que se están realizando en el yacimiento de Ljungaviken.
Tal situación, agregó, permitió que grandes cantidades de pedernal, chimeneas y restos de 51 estructuras de casas se hayan conservado en buen estado.
"Un hallazgo como este te hace sentir aún más cerca de las personas que vivían aquí. Que un perro haya sido enterrado muestra de alguna manera lo similares que somos a través de los milenios en cuanto a los sentimientos como la pena y la pérdida", señaló.
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