Según un nuevo estudio, los humanos antiguos pudieron haber hibernado para sobrevivir a los duros inviernos glaciales

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Vivir en la oscuridad, o incluso hibernar, podría haber provocado en los humanos antiguos lesiones óseas derivadas de la ausencia de vitamina D. Gorodenkoff / Getty Images

Algunos de los humanos antiguos que vivieron en Europa hace medio millón de años podrían haber desarrollado una estrategia de supervivencia para lidiar con los duros y gélidos inviernos: hibernar. Al menos, esa es la afirmación de dos investigadores. Otros expertos cuestionan tal evidencia, pero una investigación llevada a cabo, y publicada en L'antrhopologie, sugiere que una condición similar al estado de hibernación podría haber sido posible en los humanos.

La Sima de los Huesos se encuentra en el norte de España, en Atapuerca, Burgos, y es uno de los yacimientos más importantes del mundo para estudiar la evolución humana. Las excavaciones en el área han descubierto más de 7.500 fósiles pertenecientes a los esqueletos de al menos 29 humanos antiguos, categorizados -en un principio- como pertenecientes a la especie Homo heidelbergensis. Después de estudiar sus huesos y fragmentos de ADN con gran detalle, se descubrió que estos antiguos humanos eran antepasados ​​de los neandertales (pre-neandertales).

La especie Homo heidelbergensis habitó Europa hace aproximadamente entre 800.000 a 400.000 años, y debe su nombre al hallazgo de una mandíbula inferior, inusualmente robusta, que fue descubierta en 1907 en el pueblo de Mauer, cerca de Heidelberg (Alemania).

Deficiencia de vitamina D

El paleoantropólogo Antonis Bartsiokas (izquierda), de la Universidad Demócrito de Tracia, en Grecia, cree que estudios anteriores han pasado por alto un punto importante, a saber, que los restos óseos de la Sima de los Huesos muestran evidencias de una serie de enfermedades asociadas con la deficiencia de vitamina D, entre ellas la osteodistrofia renal y el raquitismo, las cuales Bartsiokas diagnosticó basándose en los depósitos óseos anteriores, inusualmente gruesos, de las cuencas de los ojos, así como en la presencia de huesos de las piernas muy arqueados. En consecuencia, los individuos de la Sima de los Huesos ostentan unas patologías que indican que pasaban muchos meses en ambientes oscuros (cuevas), privados de la luz solar suficente como para producir la necesaria vitamina D a sus cuerpos.

“Al principio estaba confundido, pues hasta el momento se ha reportado la existencia de raquitismo y deficiencia de vitamina D en otras poblaciones históricas, especialmente en aquellas que viven en centros urbanos densamente poblados, donde el acceso a la luz solar es más difícil. Pero tales condiciones nunca se han registrado en personas tan antiguas", dice Bartsiokas.

Uno de los restos de la Sima de los Huesos utilizados en el estudio.

A medida que investigó el problema con más de detalle, se dio cuenta de que la misma serie de patolgías ocurre a menudo en animales que hibernan en cuevas, incluidos los murciélagos, según informa New Scientist.

Él y su colega Juan Luis Arsuaga (izquierda), de la Universidad Complutense de Madrid, que el análisis óseo de los homínidos de la Sima de los Huesos indica que parece que hibernaban en cuevas. Bartsiokas cree que esta es la única explicación que posibilita dar cuenta de la gran ausencia de vitamina D que se observa en dichos restos óseos.

"Esta explicación puede parecer una locura, pero también es lo suficientemente original como para ser verdad", dice Bartsiokas, y señala que algunos de nuestros primos lejanos primates, como el ratón lémur gris (Microcebus murinus), hibernan durante días.

Una de las Edades de Hielo más duras

Un estudio de 2019 sugiere que los homínidos de la Sima de los Huesos vivieron hace entre 455.000 y 440.000 años, lo que significa que padecieron una de las Edades de Hielo más severas en un millón de años. Bartsiokas sostiene que tales condiciones climáticas podrían haber actuado como una presión selectiva extrema, la cual alentó a los homínidos a adaptarse al proceso de hibernación en un período muy corto de unos 50.000 años.

Se cree que ningún otro homínido habría hibernado, dado que la mayoría de los mismos vivieron en regiones más cálidas, donde no sería necesario hacerlo. Bartsiokas afirma que los humanos antiguos que sobrevivieron a inviernos fríos, incluidos los neandertales, tenían adaptaciones anatómicas para hacer frente al clima polar, proporcionándoles una estructura facial distintiva. De igual modo, también hay que considerar que habrían tenido un buen acceso a la carne animal rica en grasas, lo que permite, por ejemplo, que las poblaciones árticas actuales no desarrollen deficiencias en vitamina D durante los sombríos meses de invierno.

Juan Luis Arsuaga y sus colegas, excavando en la Sima de los Huesos. JAVIER TRUEBA/MSF

Críticas de otros expertos

Sin embargo, la bioarqueóloga Megan Brickley (izquierda), de la Universidad McMaster, en Canadá, no está convencida de los argumentos presentados. Ella se ocupa de enfermedades metabólicas óseas y de las deficiencias de vitamina D, y la impresión que tiene es que los restos óseos de la Sima de los Huesos no muestran una clara evidencia de raquitismo.

Brickley cree que es posible que los humanos de Atapuerca hayan tenido alguna otra forma de enfermedad ósea metabólica durante su vida, pero no cree que haya evidencias que sugieran que sean causa de una hibernación.

Para Fred Spoor (derecha), del Museo de Historia Natural de Londres, la idea de que los individuos de la Sima de los Huesos pudieran invernar no la ve, en principio, impensable.

Fuentes: newscientist.com | index.hr | technologiemedia.net | 9 de diciembre de 2020

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Divulgando la Historia desde 1998. Bienvenidos a la Cultura.

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