Compartir la carne sobrante pudo haber contribuido a la domesticación temprana del perro

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Credit: Pixabay/CC0 Public Domain.

Los seres humanos que alimentaron a los lobos con carne magra sobrante durante los duros inviernos pueden haber tenido un papel en la domesticación temprana de los perros, hacia el final de la última Edad de Hielo (hace 14.000 a 29.000 años), según un estudio publicado en Scientific Reports.

Maria Lahtinen (izquierda) y sus colegas utilizaron cálculos de simples contenidos energéticos para estimar cuánta energía habrían dejado los humanos derivada de la carne de especies animales que pudieron haber cazado hace entre 29.000 y 14.000 años, y que también eran típicas presas del lobo, como caballos, alces y ciervos.

Los autores plantearon la hipótesis de que si los lobos y los humanos hubieran cazado a los mismos animales durante los duros inviernos, los humanos habrían matado a los lobos para reducir la competencia en lugar de domesticarlos. Con la excepción de los mustélidos, como las comadrejas, los autores encontraron que todas las especies de presas habrían suministrado más proteínas de las que los humanos podrían haber consumido, lo que dio como resultado un exceso de carne magra que pudo haber servido para alimentar a los lobos, reduciendo así la competencia de los mismos por las presas.

Aunque los seres humanos pueden haber dependido de una dieta basada en carne animal durante los inviernos, esto es, cuando los alimentos de origen vegetal eran limitados, probablemente no estaban adaptados a una dieta totalmente basada en proteínas y habrían preferido también el consumo de carne rica en grasas sobre la carne magra y rica en proteínas.

Mapa de las zonas de vegetación durante el Último Máximo Glacial y enclaves donde se han hallado restos de perros paleolíticos.

Como los lobos pueden sobrevivir con una dieta basada exclusivamente en proteínas durante meses, los humanos pueden haberlos alimentado con el exceso de carne magra, lo que permitió su compañía doméstica durante los duros meses de invierno.

El exceso de carne magra, pues, pudo haber facilitado la convivencia con lobos capturados y el uso de los mismos como mascotas y como ayudantes de caza y guardianes, facilitando aún más el proceso de domesticación, y, eventualmente, su evolución en perros.

Fuente: phys.org | 7 de enero de 2020

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Divulgando la Historia desde 1998. Bienvenidos a la Cultura.

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