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Los primeros agricultores de Escandinavia masacraron a la población de cazadores-recolectores

El hombre de Porsmose del Neolítico, asesinado por dos flechas con puntas de hueso (Foto: Museo Nacional de Dinamarca)

Tras la llegada de los primeros agricultores a Escandinavia hace 5.900 años, la población de cazadores-recolectores fue exterminada en unas pocas generaciones, según un nuevo estudio de la Universidad de Lund, en Suecia, entre otras. Los resultados, contrarios a la opinión predominante, se basan en análisis de ADN de esqueletos y dientes encontrados en lo que hoy es Dinamarca.

El extenso estudio, publicado en cuatro artículos separados en la revista Nature, muestra, entre otras cosas, que en los últimos 7.300 años se han producido en Dinamarca dos cambios de población casi totales. El primer cambio se produjo hace 5.900 años, cuando una población campesina, de origen y apariencia diferente, expulsó a los recolectores, cazadores y pescadores que antes poblaban Escandinavia. En unas pocas generaciones, casi toda la población de cazadores-recolectores fue aniquilada.

"Esta transición se había presentado anteriormente como pacífica. Sin embargo, nuestro estudio indica lo contrario. Además de las muertes violentas, es probable que nuevos patógenos procedentes del ganado acabaran con muchos cazadores-recolectores", afirma Anne Birgitte Nielsen (izquierda), investigadora en Geología y directora del Centro de Radiocarbono de la Universidad de Lund.

Mil años después, hace unos 4.850 años, se produjo otro cambio de población cuando personas con raíces genéticas de la cultura Yamnaya (o Yamna, un pueblo pastor de ganado con orígenes en el sur de Rusia) llegaron a Escandinavia y aniquilaron a la anterior población de agricultores. Una vez más, esto podría haber involucrado tanto violencia como nuevos patógenos. Estos pueblos de huesos grandes llevaban una vida seminómada en las estepas, domesticaban animales, criaban ganado doméstico y se movían por grandes extensiones utilizando caballos y carros.

Los pueblos que se asentaron en nuestros climas eran una mezcla entre los Yamnaya y los pueblos del Neolítico de Europa del Este. Este perfil genético es dominante en la Dinamarca actual, mientras que el perfil de ADN de la primera población de agricultores prácticamente ha sido borrado.

"Esta vez también se produjo un rápido cambio de población, prácticamente no hubo descendientes de sus predecesores. No tenemos tanto material de ADN de Suecia, pero lo que hay indica un curso similar de los acontecimientos. En otras palabras, muchos suecos son en gran medida también descendientes de estos seminómadas", afirma Birgitte Nielsen, quien aportó datos cuantitativos sobre el polen que muestran cómo la vegetación cambió en relación con los cambios demográficos.

Los resultados no sólo derriban teorías anteriores sobre encuentros amorosos y pacíficos entre grupos de personas. El estudio también proporciona una comprensión más profunda de los flujos migratorios históricos y la interpretación de los hallazgos arqueológicos y los cambios en la vegetación y el uso de la tierra encontrados en datos paleoecológicos.

"Nuestros resultados ayudan a mejorar nuestro conocimiento sobre nuestra herencia y nuestra comprensión del desarrollo de determinadas enfermedades. Algo que a largo plazo podría resultar beneficioso, por ejemplo en la investigación médica", concluye Birgitte Nielsen.

Descripción general del conjunto de datos. a, Ubicaciones geográficas y rangos de edad relacionados con los 100 genomas secuenciados de Dinamarca. Las agrupaciones se designan mediante una combinación de cronología, cultura y ascendencia. b, PCA para 179 individuos daneses antiguos que van desde el Mesolítico hasta la Era Vikinga, incluidos los publicados anteriormente en el contexto de una diversidad genética más amplia de Eurasia occidental ( n  = 983 individuos modernos, círculos grises abiertos; n  = 1.105 individuos antiguos, círculos grises rellenos). c, Agrupación basada en modelos no supervisados ​​(ADMIXTURE) para K  = 8 componentes de ascendencia en individuos daneses, así como datos contextuales de grupos seleccionados (izquierda) que representan componentes de ascendencia relevantes. Las cruces negras indican genomas de baja cobertura representados por genotipos pseudohaploides.

Fuente: Europa Press

Descubren el uso de adhesivos complejos por parte de los neandertales, lo que revela altas capacidades cognitivas

Una herramienta de piedra analizada estaba pegada a un mango de betún líquido con un 55% de ocre añadido. La mezcla no pegajosa a la mano y se puede manipular fácilmente. Crédito: Patrick Schmidt.

Los neandertales crearon herramientas de piedra unidas por un adhesivo hecho múltiples componentes, según descubrió un equipo de científicos. Sus hallazgos, que son la evidencia más temprana de un adhesivo complejo en Europa, sugieren que estos predecesores de los humanos modernos tenían un nivel de cognición y desarrollo cultural más alto de lo que se pensaba anteriormente.

En el trabajo, publicado en la revista Science Advances, participaron investigadores de la Universidad de Nueva York, la Universidad de Tubinga y los Museos Nacionales de Berlín.

"Estas herramientas sorprendentemente bien conservadas muestran una solución técnica muy similar a los ejemplos de herramientas fabricadas por los primeros humanos modernos en África, pero la receta exacta refleja un 'giro' neandertal, que es la producción de empuñaduras para herramientas portátiles", dice Radu Iovita (izquierda), profesor asociado del Centro para el Estudio de los Orígenes Humanos de la Universidad de Nueva York.

El equipo de investigación, dirigido por Patrick Schmidt (derecha), de la sección de Prehistoria Temprana y Ecología Cuaternaria de la Universidad de Tubinga y Ewa Dutkiewicz, del Museo de Prehistoria e Historia Temprana de los Museos Nacionales de Berlín, reexaminó hallazgos anteriores de Le Moustier, un yacimiento arqueológico en Francia que fue descubierta a principios del siglo XX.

Las herramientas de piedra de Le Moustier, utilizadas por los neandertales durante el periodo Musteriense del Paleolítico Medio, hace entre 120.000 y 40.000 años, se conservan en la colección del Museo de Prehistoria e Historia Temprana de Berlín y no habían sido examinadas en detalle previamente. Las herramientas fueron redescubiertas durante una revisión interna de la colección y se reconoció su valor científico.

"Las herramientas líticas estaban envueltas individualmente e intactas desde los años 60", afirma Dutkiewicz. "De este modo, los restos de sustancias orgánicas adheridos estaban conservados muy bien".

Ewa Dutkiewicz, del Museo de Prehistoria e Historia Antigua de los Museos Estatales de Berlín, se dio cuenta inmediatamente del sensacional hallazgo. © Florián Boillot | Florian Boillot.

Los investigadores descubrieron rastros de una mezcla de ocre y betún en varias de las herramientas líticas, como raspadores, lascas y hojas. El ocre es un pigmento terrestre natural y el betún es un componente del asfalto y puede producirse a partir de petróleo crudo, pero también se encuentra naturalmente en el suelo.

"Nos sorprendió que el contenido de oche fuera superior al 50%", afirma Schmidt. "Esto se debe a que el betún secado al aire se puede utilizar inalterado como adhesivo, pero pierde sus propiedades adhesivas cuando se añaden proporciones tan grandes de ocre".

Él y su equipo examinaron estos materiales en pruebas de tracción (utilizadas para determinar la resistencia) y otras medidas.

Los neandertales eran más inteligentes de lo esperado, según el pegamento compuesto de componentes hallado en herramientas líticas del periodo Musteriense del Paleolítico Medio © Florián Boillot | Florian Boillot

"La situación fue diferente cuando utilizamos betún líquido, que no es muy adecuado para pegar. Si se añade un 55% de ocre, se forma una masa maleable", afirma Schmidt.

La mezcla era lo suficientemente pegajosa como para que una herramienta de piedra permaneciera pegada en ella, pero sin adherirse a las manos, lo que la convertía en un material adecuado para un mango. De hecho, un examen microscópico de las huellas de desgaste de estas herramientas líticas reveló que los adhesivos de las herramientas de Le Moustier se utilizaban de esta manera.

"Las herramientas mostraron dos tipos de desgaste microscópico: uno es el típico pulido en los bordes afilados que generalmente se produce al trabajar otros materiales", explica Iovita, quien realizó este análisis. "El otro es un esmalte brillante distribuido por toda la parte que se supone que se sostiene con la mano, pero no en otra parte, lo que interpretamos como el resultado de la abrasión del ocre debido al movimiento de la herramienta dentro de la empuñadura".

El uso de adhesivos con varios componentes, incluidas diversas sustancias pegajosas como resinas de árboles y ocre, se conocía anteriormente de los primeros humanos modernos, el Homo sapiens, en África, pero no de los primeros neandertales en Europa.

Restos de 'cola' neandertal, elaborada a base de betún y ocre, difíciles de ver a simple vista.© Florián Boillot | Florian Boillotrtal

En general, el desarrollo de adhesivos y su uso en la fabricación de herramientas se considera una de las mejores pruebas materiales de la evolución cultural y las capacidades cognitivas de los primeros humanos.

"Los adhesivos compuestos se consideran una de las primeras expresiones de los procesos cognitivos modernos que aún hoy están activos", afirma Schmidt.

En la región de Le Moustier, el ocre y el betún tuvieron que recogerse de lugares lejanos, lo que requirió mucho esfuerzo, planificación y un enfoque específico, señalan los autores.

"Teniendo en cuenta el contexto general de los hallazgos, suponemos que este material adhesivo fue elaborado por los neandertales", concluye Dutkiewicz.

"Lo que nuestro estudio demuestra es que los primeros 'Homo sapiens' en África y los neandertales en Europa tenían patrones de pensamiento similares", añade Schmidt. "Sus tecnologías adhesivas tienen la misma importancia para nuestra comprensión de la evolución humana", concluye.

Fuentes: phys.org | morgenpost.de | 21 de febrero de 2023

¿El eje dominante Este-Oeste de Eurasia 'cambió la suerte de la historia'?

Imagen: Adapted from https://sketchplanations.com/the-continental-axis-hypothesis.

Una nueva investigación muestra que las barreras ambientales han influido en la difusión de las innovaciones culturales, pero no favorecieron de modo sistemático a Eurasia.

Jared Diamond (izquierda) propuso que el eje de orientación geográfico único de Eurasia impulsó una rápida difusión de innovaciones críticas entre sus sociedades, lo que condujo a un dominio cultural y militar sobre otras regiones.

Un equipo de ecologistas y evolucionistas culturales de EE. UU., Alemania y Nueva Zelanda aprovecharon extensas bases de datos culturales, ambientales y lingüísticas para probar estas afirmaciones. Descubrieron que las barreras ambientales han influido en la difusión cultural, pero no favorecieron sistemáticamente a Eurasia.

Guns, germs, and steel (Armas, gérmenes y acero, 1997) es el esfuerzo de Jared Diamond -ganador del premio Pulitzer por esta obra- para explicar las historias diferenciadas de los nativos americanos, africanos y aborígenes australianos frente a los europeos y asiáticos. Una de sus intrigantes propuestas fue que el dominio político y militar de Eurasia podría explicarse en parte por su orientación continental única. El singular eje dominante Este-Oeste de Eurasia podría haber permitido una rápida difusión de las prácticas de domesticación, los sistemas de escritura, la rueda y otras innovaciones culturales clave y, por lo tanto, podría haber puesto a Eurasia en el camino de un desarrollo más rápido que África o las Américas. En palabras de Diamond, “la geografía pudo haber 'cambiado la suerte de la historia'”. La hipótesis del eje de orientación fue recibida con abundante entusiasmo y duras críticas, pero las pruebas cuantitativas de esta importante afirmación han sido escasas.

En un nuevo estudio, un equipo interdisciplinario de investigadores de la Universidad de Washington, en St Louis, y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig, han aprovechado un conjunto completo de datos sobre las diferencias globales en cultura, idiomas y ecología para probar la hipótesis de Diamond.

La primera autora de este estudio, Angela Chira (izquierda), del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, explicó: "Nuestro primer desafío fue traducir lo que Diamond imaginó en números. Hemos utilizado algoritmos de rutas de menor coste para encontrar aquellas que minimizaran las diferencias de los regímenes de temperatura y aridez entre las sociedades analizadas. La longitud y el coste de estas rutas nos dan la magnitud de las barreras ecológicas en la transmisión cultural entre dos sociedades, precisamente como las imaginó Diamond".

El equipo cuantificó el potencial de los parámetros ambientales asociados con la latitud para influir en la facilidad de transmisión de 54 rasgos que cubren diversos aspectos de la vida cultural y social (subsistencia, ecología de la vivienda, reglas de propiedad, matrimonio y parentesco, organización comunitaria, política, trabajo y rituales). De acuerdo con el pensamiento de Diamond, el equipo encontró que los factores ambientales y los costes topográficos y de viaje obstaculizan la difusión de una amplia gama de rasgos culturales, incluidos algunos que se relacionan directamente con el desarrollo social (por ejemplo, el modo dominante de subsistencia, el tipo de animal doméstico, los rasgos de complejidad política). Sin embargo, los hallazgos de la investigación muestran que, contrariamente a las expectativas manifestadas por Diamond, Eurasia es tan ecológicamente heterogénea como otras regiones de nuestro mundo.

Las barreras ambientales en la transmisión cultural no fueron más débiles en Eurasia

Posteriormente, el equipo calculó las barreras ambientales en la transmisión cultural de 16 áreas clave, es decir, los centros donde se originó la agricultura. Descubrieron que la magnitud de las barreras ambientales puede variar sustancialmente dentro de un mismo continente. Como intuyó Diamond, los mecanismos geográficos fueron significativos en algunas áreas, pero el eje dominante del continente no dictaba de manera uniforme el potencial de difusión cultural.

La heterogeneidad ambiental a lo largo de los principales corredores de transmisión cultural de Eurasia no fue significativamente menor que la observada en otros continentes. Uno de los autores, Russell Gray (izquierda), del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, resume los resultados diciendo: "Nuestros hallazgos señalan que la geografía, como la genética y la ecología, importa, pero no es el destino".

El autor principal del estudio, Carlos Botero (derecha), de la Universidad de Texas, en Austin, concluye con una advertencia: "No pretendemos, de ninguna manera, tener una respuesta definitiva sobre si las ruedas de la historia giraron a diferentes velocidades en distintas partes del mundo. Lo que pretendemos, en cambio, es proporcionar una nueva perspectiva basada en datos cuantitativos y análisis exhaustivos, y un plan sobre cómo las herramientas y los datos que ya tenemos pueden aprovecharse para probar ideas convincentes que han moldeado fuertemente la comprensión del público sobre nuestro propio pasado".

Fuente: Instituto Max Planck | 14 de febrero de 2024

Encuentran indicios de un sistema de ascendencia patrilineal para las comunidades de la cultura Campaniforme de Eurasia occidental

Tumbas de adultos y niños del periodo de la cultura Campaniforme. (A) Altwies ''Op dem Boesch'', Luxemburgo (fotografía: Le Brun-Ricalens et al. 2011; Institut National de Recherches Archéologiques); (B) Dunstable Downs, Southern Bedfordshire, Reino Unido (grabado: WG Smith 1894). Crédito: Zedda et al., Scientific Reports.

Los conmovedores entierros prehistóricos que contienen los restos de un adulto y un niño depositados en una tumba, como si se abrazaran en la muerte, han fascinado a los arqueólogos durante mucho tiempo.

Utilizando ejemplos de la Edad del Bronce temprana de Luxemburgo y Gran Bretaña, un nuevo estudio dirigido por investigadores de las universidades de Mainz y Ferrara y publicado en Scientific Reports proporciona información sobre las relaciones familiares en las comunidades prehistóricas y la transición del entierro colectivo al individual en el tercer milenio a.C. en Eurasia occidental.

Los resultados proporcionan la primera evidencia genética de que las comunidades pertenecientes a la cultura Campaniforme del noroeste de Europa enterraban a sus niños con sus madres biológicas y otros parientes biológicos cercanos.

Ubicación de Altwies “Op dem Boesch” (punto rojo) y Dunstable Downs (punto azul). Crédito: Zedda et al., Scientific Reports.

Asombrosas similitudes entre un doble entierro en Luxemburgo y una tumba británica a 500 kilómetros de distancia

En el año 2000, los arqueólogos luxemburgueses que trabajaban en la construcción de una carretera en el sur del país, en Altwies "Op dem Boesch", descubrieron tumbas que datan del período de la cultura Campaniforme (2450-1800 a.C.). Una de ellas contenía los esqueletos de una mujer y un niño, enterrados uno frente al otro, mientras la mujer sostenía la cabeza del niño muerto en su mano en un gesto final de amor maternal.

Como parte de un nuevo proyecto sobre la prehistoria de Luxemburgo, esta antigua tragedia familiar ha brindado a un equipo de investigadores europeos la oportunidad de responder a preguntas más amplias sobre las prácticas funerarias de la Edad del Bronce y las relaciones familiares en Europa a través de la arqueología, la antropología y el ADN antiguo, dado que este tipo entierro no fue único.

El trabajo del Dr. Foni Le Brun-Ricalens, director del Institut National de Recherches Archéologiques (INRA) y uno de los instigadores del estudio, descubrió otra tumba, inquietantemente similar, en un túmulo redondo en Dunstable Downs, en Bedfordshire, Gran Bretaña: a más de 500 kilómetros de Altwies.

Este entierro, descubierto en 1887, llevó al arqueólogo Dr. Maxime Brami, de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz (JGU), uno de los autores principales del estudio, a investigar si las dos tumbas estaban conectadas de alguna manera. ¿Cuál fue el significado particular del doble entierro? ¿El adulto y el niño murieron juntos, tal vez violentamente? ¿Se conocían estas familias? ¿Por qué los rituales funerarios eran tan similares? Para responder a estas preguntas, se formó un equipo para analizar y comparar el ajuar funerario y los restos óseos de las tumbas de Gran Bretaña y Luxemburgo.

La tumba de Altwies, a la izquierda: los huesos de la madre y el niño resaltados; Derecha: reconstrucción hipotética de la tumba basada en rasgos fenotípicos inferidos en parte de los genomas antiguos. Crédito: Zedda et al., Scientific Reports.

Un análisis de ADN antiguo revela que los adultos y los niños estaban estrechamente relacionados

Los huesos de Dunstable Downs fueron rastreados hasta Luton Cultural Trust con la ayuda de Elise Naish, directora de Patrimonio y Colecciones de Luton Cultural Trust, y la Dra. Katie Meheux de la Biblioteca del Instituto de Arqueología del Colegio Universitario de Londres (UCL). A pesar de su temprana fecha de excavación, a finales del siglo XIX, la procedencia de los esqueletos estaba bien documentada y los huesos se encontraban en buen estado de conservación.

La antropóloga Dra. Nicoletta Zedda, de la Universidad de Ferrara, autora principal del estudio, pudo examinar los restos, y junto con genetistas de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz (JGU), analizar los genomas de los cuatro esqueletos de los dos entierros con adultos y niños.

El ADN reveló información fascinante sobre la ascendencia y la cultura compartidas en la Europa de la Edad del Bronce Temprana. Sobre los cuatro individuos, aunque separados por cientos de kilómetros, se pudo rastrear la mayor parte de su ascendencia en poblaciones esteparias que emigraron desde Europa central y oriental en el III milenio a.C. Quizás lo más significativo fueron las intrigantes relaciones familiares reveladas.

"Los esqueletos de Altwies pertenecían a una mujer y a un niño de unos tres años de edad, y el análisis de ADN reveló que en realidad eran madre e hijo", explicó la doctora Nicoletta Zedda (izquierda). "Sin embargo, el parentesco era diferente en Dunstable Downs: una mujer joven y una niña de unos 6 años eran en realidad tía y sobrina paternas".

Los datos genéticos sugieren un sistema de descendencia patrilineal

En Europa continental, la disposición de las tumbas de la cultura Campaniforme seguía reglas estrictas basadas en el sexo del individuo. En Altwies, la disposición de la tumba estaba alineada con el sexo del niño, un varón, y no con el de su madre biológica. En Dunstable Downs, la mujer y la niña tenían un parentesco de segundo grado por parte paterna, lo que sugiere que aquí una tía paterna quizás desempeñaba el papel de padre sustituto o cuidador principal de la niña, al menos en caso de muerte.

"Los datos podrían indicar un sistema de descendencia patrilineal para el pueblo de la cultura Campaniforme de Eurasia occidental", indica el arqueólogo Dr. Maxime Brami (derecha). "Y nuestros hallazgos sugieren que, al menos en algunas comunidades de la Edad del Bronce Temprano, las familias extensas vivían y enterraban a sus muertos juntas, poniendo énfasis en las relaciones biológicas y de parentesco".

Una práctica funeraria altamente codificada con un significado perdido

Aún se desconocen la causa de la muerte y los motivos de los entierros conjuntos. No se encontraron marcas de violencia en los esqueletos. Investigaciones adicionales del proyecto de investigación descubrieron más de cien entierros conjuntos de adultos y niños similares a los descritos aquí en toda Eurasia, los cuales datan del III y II milenio a.C.

Los investigadores podrían proponer muchas explicaciones para el entierro conjunto y la muerte simultánea, tal vez producidas por violencia, infecciones o pandemias, pero las sorprendentes similitudes entre los entierros de Luxemburgo y Gran Bretaña sugieren que las comunidades, e incluso quizás las familias, en la Europa de la cultura Campaniforme lloraron a sus muertos de acuerdo con creencias y rituales ampliamente extendidos y seguidos de modo muy similar.

"El cuerpo de una mujer, acostada como si durmiera y sosteniendo a un niño en sus brazos es conmovedor y emotivo. Aunque esa imagen pacífica puede tener un significado que se diría perdido, dado que refleja una costumbre o ritual que se ha conservado a lo largo de miles de kilómetros y entre muchas culturas diversas", concluye el Dr. Maxime Brami.

Fuente: Universidad de Mainz | 29 de enero de 2024

La agricultura comenzó en el norte de África hace unos 7.500 años gracias a la inmigración, revela el ADN de entierros neolíticos

En Marruecos crecen campos de trigo dorado. (Crédito de la imagen: foto de Akdi/Shutterstock).

La era Neolítica, cuando se adoptaron la agricultura y la ganadería, se ha convertido en uno de los períodos de transición social y económica más estudiados en los últimos años. Fue un período que impulsó grandes cambios en la evolución de la sociedad humana.

Investigaciones recientes, fruto de proyectos que combinan excavaciones arqueológicas y análisis de ADN antiguo, apuntan a un rápido desarrollo en Oriente Medio, en la región conocida como el Creciente Fértil. Las innovaciones que surgieron allí se difundieron posteriormente y fueron adoptadas por las comunidades de cazadores-recolectores de la península de Anatolia (actual Turquía).

Hace unos 8.500 años, miembros de comunidades agrícolas cruzaron el mar Egeo, llevando a Grecia y los Balcanes técnicas similares a las utilizadas en Anatolia. Cinco siglos después, algunos cruzaron a Italia.

El Neolítico llega a la península ibérica

La agricultura apareció por primera vez en la península ibérica hace unos 7.600 años. Esto se produjo paralelamente a su aparición en las islas de Córcega y Cerdeña, así como a su paulatina expansión por los valles fluviales de la Europa continental.

Ello condujo a un marcado aumento del tamaño de la población y se produjo un enorme cambio demográfico cuando los cazadores-recolectores locales fueron asimilados, lo que provocó una amplia variación genética y cultural. Estas comunidades fueron las últimas de la era Mesolítica.

En la península ibérica, las prácticas que trajeron las poblaciones neolíticas fueron similares a las que habían aparecido unos siglos antes en Italia. La decoración de la cerámica es particularmente significativa, ya que es un fuerte indicador de afinidades culturales. Generalmente consistía en motivos impresos, conocidos como cerámica Cardial, en la que a menudo se utilizaban conchas marinas de berberechos para crear impresiones de borde dentado.

Este tipo de cerámica se ha encontrado en las zonas costeras de todo el Mediterráneo, por lo que se cree que los pueblos del Neolítico viajaban en sencillas embarcaciones que navegaban cerca de la orilla. En un tiempo relativamente corto, estas poblaciones llegaron a ocupar toda la península ibérica, donde experimentaron una rápida evolución cultural.

Cuenco con decoración cardial. Cueva de la Sarsa. V-IV milenio a.C., Museo de Prehistoria de Valencia. Jerome Roure Pérez/Wikimedia Commons

Cruzando el estrecho de Gibraltar

Mientras el Mesolítico se desarrollaba en Europa, las comunidades norteafricanas también subsistían gracias a la caza y la recolección. Genéticamente eran muy similares a grupos de varios miles de años antes, del final del Paleolítico superior, de los que se han descubierto restos en la cueva de Taforalt en Oujda, Marruecos. Estos grupos no parecían disponer de alfarería, al menos no los del norte del Magreb.

Más al sur, el Sahara tenía un aspecto muy diferente al de hoy. Era más húmedo e incluso contaba con zonas de sabana, bosques, ríos y lagos. Allí, la población cazadora-recolectora sí parecía disponer de cerámica, concretamente en zonas como los actuales Mali, Níger y Sudán.

Hace unos 7.500 años, comenzaron a aparecer signos de agricultura y ganadería en el norte de Marruecos, junto con cerámica impresa Cardial, la cual tenía muchas similitudes con piezas encontradas en la península ibérica mediterránea. Estas se han encontrado principalmente en la península de Tingitana, cerca de la actual Tánger.

Las innovaciones agrícolas incluyeron cultivos de cereales (trigo y cebada) y leguminosas (frijoles, guisantes y lentejas), así como la cría de ovejas y cabras. Junto con la aparición de la cerámica, hay evidencia de cuentas que decoraban pequeños gasterópodos marinos, así como cuentas hechas de cáscaras de huevos de avestruz que estaban muy extendidas en sitios anteriores y en toda la antigua África en general.

Cómo se difundió la innovación

Estos acontecimientos plantean la cuestión de si estas innovaciones podrían haberse extendido desde la península ibérica. Si es así, ¿Cómo fueron adoptados?

El estudio de los restos humanos de esta época, descubiertos en Kaf Taht el-Ghar, cerca de Tetuán, en Marruecos, ha aportado respuestas. El análisis del ADN antiguo de cuatro individuos, que datan de hace entre 7.400 y 7.100 años, cuenta una historia de mestizaje y cruces transcontinentales.

A diferencia de hallazgos anteriores, los habitantes neolíticos de esta cueva eran genéticamente similares a los pueblos neolíticos europeos, en su mayoría de herencia anatolia (del área que corresponde aproximadamente a la actual Turquía), con contribuciones de los antiguos cazadores-recolectores mesolíticos europeos. La población local sólo constituía entre el 15 y el 20% del acervo genético.

Esto indica una población neolítica en la zona que podríamos definir como "criolla". Era genéticamente similar a la que se hallaba presente en la misma época en la península ibérica, y muy diferente a la que había habitado la región unos siglos antes.

Por el contrario, en una necrópolis de 7.100 años de antigüedad, situada apenas a 200 kilómetros al sur (la cueva Ifri N'Amr Ou Moussa), se descubrió una comunidad entera de agricultores. Aunque tenían cerámica impresa, su perfil genético era enteramente autóctono de la región. Esto parece ser evidencia de que la población local simplemente adoptó las prácticas neolíticas sin asimilarse a una nueva sociedad.

Youssef Bokbot, del Instituto Nacional de Arqueología de Marruecos, y Cristina Valdiosera, de la Universidad de Burgos, sostienen dos cráneos del yacimiento marroquí de Ifri Ouberrid. C. V.

Siguiendo la huella de la cerámica

Mil años después, hace unos 6.500 años, aparecieron nuevos tipos de cerámica en yacimientos neolíticos de la costa atlántica de Marruecos. Tenían decoraciones moteadas y, a menudo, impresiones de cuerdas similares a las que se ven en el Sahara.

El análisis genético de tres individuos vinculados a este tipo de cerámica, hallados en la necrópolis de Skhirat-Rouazi, cerca de Rabat, revela una vez más un proceso de cambio. Parecen descender de poblaciones neolíticas, no de Anatolia sino del Levante mediterráneo (Oriente Medio). Se cree que viajaron desde el Sinaí, atravesando un Sahara mucho más húmedo y hospitalario que el actual, y acompañando a manadas de animales. Conocidos como grupos de pastores, su genética también incluye un pequeño porcentaje de cazadores-recolectores locales.

Finalmente, hace 5.700 años, hacia el final del Neolítico, el ADN humano descubierto en el yacimiento de Kelif el Baroud, también cerca de Rabat, parece cerrar el círculo, con evidencias de mestizaje entre todos los grupos anteriores. El genoma encontrado allí es una mezcla derivada de cazadores-recolectores indígenas del norte de África, agricultores de Anatolia mezclados con cazadores-recolectores europeos y grupos de pastores del Levante.

En el contexto general del Magreb Occidental, esto constituye la base de un crisol ancestral de culturas que ahora comparten la mayoría de sus habitantes. El acervo genético de la población actual de la región es una unión, formada durante millones de años, de tres continentes.

Fuente: theconversation.com | 30 de enero de 2024

Halladas huellas humanas de hace 90.000 años en una playa marroquí

La zona arenosa donde se encontraron por casualidad las huellas está situada en medio de un punto rocoso. Scientific Reports.

Un equipo internacional de arqueólogos ha encontrado e identificado huellas hechas por varios humanos de hace aproximadamente 90.000 años en lo que hoy es Marruecos. En su artículo publicado en la revista Scientific Reports, el grupo de investigación describe cómo probaron el origen de las huellas.

Encontrar huellas dejadas por personas hace miles de años es extremadamente raro debido a su naturaleza generalmente efímera. Aún así, ocasionalmente, ocurren eventos que preservan las huellas, como su cubrimiento con sedimentos que posteriormente se endurecen. Con el tiempo, estas huellas pueden revelarse a medida que el material, que alguna vez las ocultó, se erosiona. En este caso, las huellas se encontraron en una zona arenosa en una parte rocosa de la costa marroquí.

Como suele ocurrir con los hallazgos arqueológicos, las huellas se encontraron por accidente. El equipo de investigación estaba en el área estudiando rocas cerca del océano cuando observaron una hendidura en un tramo de arena cercano. Una mirada más cercana reveló más hendiduras, que resultaron ser huellas humanas.

Imágenes de algunas de las huellas de homínidos en Larache (Marruecos). (a) Dos huellas una al lado de la otra en la parte inferior de la foto, que también muestra un punto de control terrestre (cartón a cuadros) para su levantamiento GPS diferencial. (b) Dos vías transversales y fotografía para modelado de huellas en 3D. (c) a (g) Vista detallada de algunas huellas. Barras de escala blancas = 20 cm.

Intrigado por su hallazgo, el equipo estudió las huellas mediante luminiscencia estimulada ópticamente y descubrió que habían sido hechas hace aproximadamente 90.000 años, durante el Pleistoceno tardío.

Un estudio más detallado de las huellas mostró que habían sido hechas por al menos cinco personas. También comprobaron que las huellas habían sido realizadas por personas de diferentes edades, entre niños, adolescentes y adultos. Y como representaban a personas caminando, en lugar de una simple huella, fueron designados como un sendero. Las huellas humanas halladas son la únicas conocidas de esa época de la historia en esa parte del mundo.

Huellas de homínidos de Larache (Marruecos). (a) Vistas naturales y alzado 3D sombreado de (a) C01-01, (b) C03-01, (c) C02-01 y (d) C03-21). Barra de escala, 2 cm. Los modelos 3D se generaron con el software Agisoft Metashape utilizando entre 18 y 20 imágenes tomadas con una cámara Nikon D7500 (20,9 MP, Nikon AF-S DX35mm f/1,8 G) desde una altura de aproximadamente 0,5 a 1,5 m.

El equipo de investigación sugiere que la preservación del camino se debió a una serie de factores, como la ubicación, la composición del sedimento, la posición de la playa en relación con el mar, las mareas y probablemente otros eventos desconocidos. También se desconocía qué hacía el grupo de personas en la playa o por qué estaban allí. Las posibilidades incluyen buscar comida o tal vez refrescarse. O simplemente podrían haber estado viajando por la zona y haber encontrado la ruta de playa más fácil de navegar.

Fuente: phys.org | 31 de enero de 2024

Europa era hace 30.000 años un mosaico de culturas: lo que revelan los adornos del 'Homo Sapiens'

Ilustración que representa a la población del Gravetiense del oeste y del centro/sur de Europa. La primera logró sobrevivir al Último Máximo Glacial. Michelle O‘Reilly y Laurent Klaric.

Hace unos 34.000 años, en el Paleolítico Superior, una nueva cultura que fabricaba puntas de muesca comenzó a expandirse por toda Europa, desde la actual Rusia hasta la península ibérica. Si bien la industria lítica presentaba ligeras variaciones en función de la región geográfica, se llevaron a cabo otras importantes innovaciones, como la elaboración de figuras antropomorfas femeninas, las famosas Venus paleolíticas, o la aparición de los primeros enterramientos con ajuares. El Gravetiense fue la primera cultura paneuropea del Homo sapiens desarrollada, de modo aproximado, hasta hace unos 24.000 años, hasta la época de frío extremo del Último Máximo Glacial.

En este periodo, enmarcado entre el Auriñaciense (hace 41.500 y 30.000 años) y el Solutrense (24.000-19.000), se registró también una producción sistemática de adornos personales, recuperados por los arqueólogos tanto en contextos funerarios como en yacimientos relacionados con la vida diaria de estas comunidades de cazadores-recolectores. Estos individuos hicieron collares con cuentas de materiales muy diferentes: marfil, conchas, huesos y dientes de animales (osos, caballos o conejos), piedras, ámbar, azabache...

Un estudio publicado el año pasado desveló que los individuos del Gravetiense del centro y sur de Europa eran genéticamente diferentes a los del oeste: es decir, había dos grupos principales que usaban la misma tecnología, compartían cultura arqueológica y producían arte similar que, sin embargo, tenían una ancestralidad diferente. Pero una nueva investigación científica, centrada en el análisis de los adornos personales elaborados en este periodo, ha desvelado ahora un paisaje todavía más complejo, con nueve grupos culturales distintos —de tres de ellos apenas se tienen datos de ADN antiguo—.

Material utilizado para los adornos personales gravetienses. a, Tipos de dientes utilizados como ornamentos identificados en lugares de ocupación y enterramientos atribuidos al gravetiense. 1, canino de oso; 2, incisivo de oso; 3, incisivo de bóvido; 4, canino de alce europeo (Colección PACEA); 5, Canino de felino; 6, canino de zorro; 7, incisivo de zorro; 8, diente de liebre (incisivo) (Colección PACEA); 9, incisivo de herbívoro; 10, incisivo de caballo; 11, diente humano (canino); 12, canino de hiena; 13, canino de lince; 14, canino vestigial de ciervo; 15, incisivo de ciervo; 16, diente de Sparus aurata; 17, canino de bisonte estepario (Colección PACEA); 18, incisivo de bisonte estepario (Colección PACEA); 19, canino de lobo; 20, incisivo de lobo. Barra de escala, 2 cm. b, Adornos moldeados y huesos modificados identificados en lugares de ocupación y enterramientos atribuidos al Gravetiense. Barra de escala, 1 cm.

El nuevo trabajo, publicado este lunes en la revista Nature Human Behaviour y liderado por Jack Baker, investigador de la Universidad de Burdeos (Francia), partía con la premisa de establecer si los adornos personales sirven para identificar la extensión geográfica y la evolución de grupos culturales pretéritos. Dicho de otro modo, para comprobar si las diferencias en la cultura material prehistórica se explica exclusivamente por una cuestión de distancia entre los yacimientos y sus habitantes o por la combinación de más factores.

En total, se han analizado 134 tipos de adornos identificados en 112 yacimientos, la mayoría sitios donde vivieron estos grupos de cazadores-recolectores, pero también más de una decena de lugares de entierro localizados en Europa occidental, central y oriental, Iberia y la zona mediterránea. Los investigadores han hallado diferencias sólidas en los ornamentos documentados en la zona de estudio y han diferenciado nueve grupos. Según sus conclusiones, serían la representación de nueve entidades distintas con fronteras culturalmente determinadas entre ellas.

"Nuestros resultados son consistentes con la idea de que al elegir sus adornos personales, los cazadores-recolectores del Gravetiense seguían, al menos hasta cierto punto, convenciones dictadas por su sentido de pertenencia a un grupo cultural y que existían fronteras culturales ligeramente permeables entre grupos", escriben los autores del artículo científico.

Mapa con los grupos culturales del Gravetiense. Los números indican la localización de restos humanos datados en este periodo. Baker, J. et al.

Mapa más preciso

Otro de los objetivos del estudio ha sido precisar los efectos que esas barreras espaciales y culturales habrían tenido en la diversidad de las cuentas de adorno. El modelo estadístico desarrollado ha confirmado que aunque la distancia física pudo haber tenido su peso, no fue el único factor. En este sentido, proponen que el estatus de cada individuo habría sido relevante: los adornos con los que se habría inhumado a un individuo normal serían más austeros que el ajuar de un miembro destacado de la comunidad.

Asimismo, los investigadores aseguran que sus resultados concuerdan con los hallazgos de los estudios paleogenéticos recientes, aunque les permiten reconstruir la geografía de las culturas del Gravetiense a una escala más precisa. Dos metodologías complementarias ante la escasez de restos humanos en algunas zonas de Europa para este periodo: por ejemplo, el cráneo de una mujer adulta de entre 40-45 años hallado en la cueva catalana de Mollet-III (Serinyà) constituye el único individuo de la península ibérica con información genética disponible para este intervalo de 10.000 años.

Los investigadores encontraron lo que describen como diferencias consistentes entre grupos que viven en diferentes áreas. Descubrieron, por ejemplo, que las personas que vivían en lo que hoy es Europa del Este tendían a preferir objetos blancos, como marfil y dientes, mientras que las personas que vivían al otro lado de los Alpes tendían a gravitar hacia objetos de colores más vibrantes, como piedras y conchas. Las diferencias, afirma el equipo, eran sorprendentes y lo suficientemente fuertes como para permitir la identificación de nueve grupos culturales distintos.

"Los adornos personales asociados a los enterramientos descubren dos comunidades en la península itálica donde sus datos genéticos y culturales se visualizan en una sola entidad. Por otro lado, los adornos encontrados en hábitats muestran dos culturas en la península ibérica, un área para la cual solo se dispone de un individuo con datos genómicos, e identifican una región que cubre las actuales Francia y Bélgica como una única entidad cultural en la que se localizan restos humanos atribuidos genéticamente a diferentes ancestralidades", detallan los científicos. "Nuestro conjunto de datos también distingue una entidad cultural en la zona más oriental de Europa, una vasta región para la cual los datos de ADN antiguo aún no están disponibles".

Fuentes: elespanol.comphys.org | 29 de enero de 2024

Hallan múltiples restos óseos de hace unos 10.000 años en el noreste de Brasil de un grupo desconocido de cazadores recolectores

Uno de los 43 esqueletos encontrados en el sitio arqueológico de São Luís, Brasil. (Crédito de la imagen: W. Lage. Arqueología).

Un equipo de arqueólogos han descubierto en Brasil un gran cementerio indígena que alberga más de 40 esqueletos y miles de ajuares funerarios de hace 10.000 años.

Los restos humanos más antiguos parecen pertenecer a una comunidad ancestral previamente desconocida, anterior a los sambaquis, cazadores-recolectores costeros que históricamente vivieron en la zona. El hallazgo es el registro más antiguo de seres humanos en el estado nororiental de Maranhão.

El cementerio, que alberga restos humanos de diferentes épocas, fue desenterrado en São Luís, la capital y ciudad más grande de Maranhão, antes de los trabajos de construcción de un programa de viviendas del gobierno. Los enterramientos fueron encontrados en la Granja Rosane, que posteriormente se convirtió en un sitio arqueológico urbano entre dos avenidas muy transitadas.

Arqueólogos desenterraron 43 esqueletos humanos y más de 100.000 artefactos en un sitio de construcción en Sao Luis, Brasil.

Los arqueólogos ya sabían que la zona de São Luís, también llamada Upaon-Açu, que significa "isla grande" en lengua indígena tupí-guaraní, albergaba huellas de actividad humana prehistórica. Por ejemplo, se descubrió una mandíbula prehistórica en Granja Rosane en la década de 1970 y otros artefactos encontrados en São Luís datan de hace 6.000 años, dijo a Live Science Wellington Lage (izquierda), el arqueólogo prinicpal de las recientes excavaciones. Estos restos fueron atribuidos a los pueblos sambaquianos, que dependían de los recursos marinos y construyeron montículos de conchas con restos de comida que alcanzaban hasta los 30 metros de altura.

La última excavación, que comenzó en junio de 2019, reveló inicialmente una variedad de cerámicas y herramientas de piedra fragmentadas. Luego, durante el pico de la pandemia COVID-19 en 2020, los arqueólogos encontraron el primer esqueleto a unos 60 centímetros debajo de la superficie.

Desde entonces, el equipo ha encontrado un total de 43 esqueletos y alrededor de 100.000 fragmentos de artefactos de al menos cuatro capas de sedimentos diferentes, lo que sugiere que el sitio fue ocupado por personas en al menos cuatro períodos distintos que abarcan hasta 8.500 años.

Un arqueólogo dibuja líneas para marcar capas de sedimentos de cuatro períodos diferentes.(Crédito de la imagen: W. Lage. Arqueología).

Según Lage, los esqueletos son de baja estatura, siendo el más alto de 1,6 m. La mayoría pertenecen a hombres adultos y hay restos de dos niños. "El análisis inicial sugiere que se trataba de personas involucradas en actividades físicas extenuantes, como lo demuestran las marcas óseas que indican carga y movilidad extensa", dice Lage a Live Science.

El esqueleto enterrado a mayor profundidad fue descubierto a casi 2 metros bajo tierra. Los arqueólogos lo dataron utilizando una técnica llamada datación por luminiscencia ópticamente estimulada (OSL). Esta técnica determina cuándo ciertos minerales cercanos a los huesos estuvieron expuestos por última vez al calor o la luz solar. Los resultados apuntaron a un período de tiempo de hace entre 7.000 y 10.000 años, revelando una posible y misteriosa población pre-sambaquiana en la región.

"Los hallazgos son la fecha más antigua que tenemos en el estado de Maranhão, de mediados y principios del Holoceno [hace 11.700 años hasta el presente], siendo representativos de la historia mundial en aquella época en la que América estaba poblada", dijo Sara Batista, arqueóloga. del Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional de Brasil (IPHAN), que no participó en la excavación, dijo a Live Science.

Una arqueóloga desentierra un cráneo encontrado en el sitio arqueológico de Granja Rosane. (Image credit: W. Lage. Arqueologia).

Para validar la datación de las diferentes capas del suelo, Lage enviará muestras al laboratorio estadounidense Beta Analytic para datación por radiocarbono en febrero para que el equipo pueda establecer cuándo ocuparon el sitio los siguientes grupos: pre-sambaquis, sambaquis, tupíes (culturas amazónicas) y tupinambás. — un subgrupo tupi que ocupó la costa atlántica y tuvo contacto con los europeos después de 1500.

Se espera que el trabajo de campo en Granja Rosane finalice dentro de seis meses. La constructora, en colaboración con el IPHAN y la Universidad Federal de Maranhão, proyecta construir un centro de conservación y almacenamiento para albergar los hallazgos arqueológicos, incluyendo un laboratorio de investigación y un museo.

Fuente: livescience.com | 19 de enero de 2024

Herramientas y huesos de 45.000 años de antigüedad revelan evidencia temprana del 'Homo sapiens' en el este de Asia

Reconstrucción de la vida cotidiana en el sitio de Shiyu (China) hace 45.000 años, por Xiaocong Guo. © IVPP

La aparición de fragmentos de rocas y huesos antiguos en el este de Asia están cambiando nuestra comprensión de la historia de la migración humana. Son artefactos encontrados en el yacimiento de Shiyu, situado en la provincia de Shanxi, en el extremo oeste de la famosa cuenca de Nihewan (China del norte), y que se descubrió y excavó en 1963. Un nuevo análisis ha revelado que fueron elaborados por el Homo sapiens hace unos 45.000 años.

Ello supone la primera evidencia de humanos modernos en el este de Asia, lo que sugiere que los Homo sapiens ya estaban establecidos en Shiyu, lo que provoca una nueva interpretación de los artefactos culturales encontrados anteriormente en este yacimiento.

«El sitio refleja un proceso de criollización cultural –contacto entre sociedades y pueblos reubicados– que mezcla características heredadas con innovaciones innovadoras, complicando así la comprensión tradicional de Homo sapiens' expansión global», explica en Scimex el arqueólogo Francesco D'Errico (izquierda), de la Universidad de Burdeos.

Shiyu ha sido conocido durante décadas como un sitio de importancia arqueológica. Estuvo habitada durante mucho tiempo: la secuencia sedimentaria tiene una profundidad de 30 metros y las capas que contiene se depositaron durante decenas de miles de años. Enterrados en el sedimento, los arqueólogos encontraron una rica variedad de herramientas y artefactos hechos y utilizados por las personas que vivieron allí.

Establecer quiénes eran estas personas y cuánto tiempo vivieron en la zona está dentro del proyecto de excavación en curso. Las primeras realizadas en 1963 arrojaron miles de objetos: 15 mil artefactos de piedra, miles de trozos de huesos y dientes… y un único fósil de homínido, un trozo de hueso de un cráneo identificado como perteneciente a Homo sapiens.

Artefactos iniciales del Paleolítico Superior de Shiyu, China. Una variedad de herramientas de piedra que incluyen puntas de Levallois (arriba), denticulados utilizados en el movimiento de aserrado y un raspador (abajo a la izquierda) y herramientas con espigas para empuñar mangos (abajo a la derecha).

Sin embargo, la mayor parte de la colección se perdió posteriormente, incluido el fragmento craneal. Sin inmutarse, los científicos llevaron a cabo otra excavación en 2013 dirigida por la paleoantropóloga Shi-Xia Yang (derecha) de la Academia de Ciencias de China, junto un equipo multidisciplinario internacional que ha trabajado ahora para caracterizar en detalle el yacimiento.

Se seleccionaron una gran cantidad de artefactos disponibles y se analizaron minuciosamente junto cono huesos de animales encontrados en el lugar. También se realizaron nuevos análisis de datación, mediante radiocarbono y luminiscencia ópticamente estimulada, técnicas que sirveb para fechar con precisión muestras tomadas de diferentes secciones de la secuencia de sedimentos.

Las dataciones revelaron que la capa más antigua de la secuencia se depositó hace unos 45.000 años. Por su parte, el análisis de los artefactos reveló una serie de habilidades tecnológicas, como el empleo de la Técnica Levallois para tallar piedras, desarrollado en Europa hace unos 250.000 años.

El conjunto también incluye puntas con espiga y puntas de proyectil con evidencias de fracturas por impacto, lo que sugiere capacidad de caza con las mismas. Por otro lado, también había obsidiana que sólo pudo haberse obtenido a gran distancia, al menos entre 800 y 1.000 kilómetros, lo que indica posible viajes de intercambio de materiales.

Otros elementos interesantes incluyen una herramienta de hueso trabajado y un disco de grafito con un agujero en el centro, cuyo propósito aún no está claro (aunque este último, especulan los investigadores, puede haber sido algún tipo de botón grande).

Herramientas de hueso arriba y fragmento de un disco perforado de grafito abajo. Hallados en el yacimiento de Shiyu en capas arqueológicas que datan de hace 45.000 años. El disco de grafito es la joya más antigua descubierta en China. Es posible que se haya utilizado como botón. © F. d'Errico

Los huesos de animales del lugar también resultan fascinantes. La mayoría de ellos eran équidos o huesos de caballo, en su mayoría adultos. Muchos de ellos tenían marcas de cortes que indicaban una matanza, lo que sugiere que los habitantes del sitio de Shiyu eran hábiles cazadores que se alimentaban de équidos.

«Todo ello pinta un cuadro complejo e inspirador. «La fusión de diversos rasgos culturales significa una adaptación compleja e innovadora de nuestros antepasados ​​durante su expansión territorial», dice Yang.

Vista general de la sección Shiyu. La autora principal, Shixia Yang, está preparando muestras para la datación por luminiscencia.

Combinado con el fragmento de cráneo (todavía perdido), el descubrimiento representa una pieza importante de la historia humana, dicen los investigadores. Quizás trabajos futuros descubran más pistas sobre las misteriosas personas que alguna vez habitaron en Shiyu, dejando rastros de su astucia e ingenio que serán descubiertos por sus descendientes decenas de miles de años después.

«Comprender las complejidades de nuestro pasado antiguo puede ofrecer conocimientos invaluables sobre los diversos caminos seguidos por nuestros antepasados ​​y la riqueza de la adaptación humana». dice el arqueólogo Michael Petraglia (izquierda), de la Universidad Griffith, en Australia.

«Este descubrimiento en Shiyu revela una historia cautivadora de la migración humana temprana y la fusión cultural, ampliando el conocimiento de nuestros orígenes antiguos y la notable adaptabilidad del Homo sapiens».

La investigación fue publicada en Nature, Ecology, Evolution.

Fuentes: f1mundial.com | news.griffith.edu.au | 19 de enero de 2024

La razón que explica el origen de los primeros asentamientos humanos en Alaska

Recreación artística de un encuentro de un grupo de humanos y tres mamuts en Alaska hace 14.000 años. Julius Csostonyi

El yacimiento de Swan Point, ubicado en una colina que se asoma al valle del río Tanana, en el este de Alaska, esconde los vestigios de la ocupación humana más antigua de América del Norte, hace unos 14.000 años: artefactos líticos, hogares y restos de fauna.

Entre estos elementos se encuentra el gigantesco colmillo de un mamut lanudo (Mammuthus primigenius), uno de los animales más icónicos de la Edad de Hielo. Un nuevo estudio acaba de desvelar que esos primeros grupos de individuos que habitaron la región estructuraron parcialmente sus asentamientos en torno a la presencia de esta especie, fuente de alimento y materias primas como el marfil y las pieles para fabricar herramientas y ropas.

Aerqueólogos trabajando en el sitio de Swan Point en junio de 2016. Swan Point está ubicado en Shaw Creek Basin, sobre un lecho de roca que domina las llanuras y los humedales. El lugar contiene artefactos, restos de fauna y hogares que datan de hace 14.000 años, siendo actualmente la ocupación humana más antigua del norte de América del Norte, desde la década de 1930. Fotos cortesía del Dr. Charles Holmes.

Un equipo de investigadores de universidades de Estados Unidos y Canadá ha llegado a estas conclusiones tras realizar análisis de isótopos y de ADN antiguo en el colmillo y estudiar la vida del mamut, una hembra sana de unos 20 años en el momento de su muerte, probablemente cazada por una partida de humanos. Los resultados, publicados este miércoles en la revista Science Advances, sugieren que el animal, bautizado como Elma, completó un viaje migratorio de unos mil kilómetros desde el actual territorio de Yukón, en el noroeste de Canadá, hasta Alaska, que habría tardado en completar alrededor de dos años y medio.

"Deambuló por la región más densa de yacimientos de Alaska", explica Audrey Rowe (izquierda), investigadora de la Universidad de Alaska Fairbanks y autora principal del trabajo. "Parece que los primeros grupos humanos establecieron campamentos de caza en áreas frecuentadas por mamuts".

Se cree que los humanos cruzaron el puente de Beringia, una lengua de tierra que conectaba las modernas Rusia y Alaska, hace entre 20.000 y 12.000 años —o incluso antes, como sugieren unas huellas de niños halladas en Nuevo México— y empezaron a expandirse por América. Durante al menos un milenio convivieron con los mamuts. Las condiciones más cálidas y húmedas que siguieron al Último Máximo Glacial facilitaron los asentamientos humanos en el remoto estado americano y provocaron cambios en la vegetación que afectaron a los grandes herbívoros. Los investigadores esgrimen ambas razones para explicar el descenso en la población de mamuts hasta su extinción.

El colmillo de Elma fue descubierto en 2009 por los arqueólogos Charles Holmes y François Lanoë, pero no el único testimonio de mamut lanudo que salió a la luz Swan Point: también se recuperaron restos de dos ejemplares juveniles relacionados con evidencias de fuegos, de uso de herramientas de piedra y de otros huesos animales cazados que fueron descuartizados para su consumo. Este contexto, según Ben Potter, otro de los autores principales del estudio, "indica un patrón consistente con la caza humana de mamuts".

Los análisis de isótopos del colmillo han permitido a los investigadores estudiar marcadores químicos sobre la dieta y las zonas en las que se alimentó el animal; es decir, el diente gigante se revela en una suerte de biografía cronológica de la vida de Elma. Gran parte de su viaje transcurrió por las mismas zonas de otro mamut que vivió 3.000 años antes y que había sido analizado en un estudio previo.

Resumen de la historia de vida del mamut lanudo de este estudio dentro de la arqueología geográfica, climática, de altitud y temprana en Alaska. Las áreas centrales de movimiento corresponden a las visitadas con mayor frecuencia (polígonos morados). Las líneas discontinuas negras entre las áreas utilizadas con más frecuencia representan la ruta producida por el modelado espacial (que representa la media de las 10 caminatas principales). El polígono gris claro representa 1 SD alrededor de la media de las 10 mejores caminatas. Los polígonos naranjas representan dos áreas de uso frecuente de un mamut lanudo macho de ~17 ka que se superponen con el mamut en este estudio. El símbolo del mamut blanco indica el área donde se encontró el espécimen hembra (es decir, el lugar de la muerte). También se muestran las ubicaciones de los primeros sitios arqueológicos en Alaska y Yukon, incluidos Swan Point, Holzman, Mead, Broken Mammoth, Little John y Britannia Creek. El pequeño mapa insertado de Beringia muestra la región de estudio (redibujado del mapa del Servicio de Parques Nacionales de EE. UU.).

"Elma era una adulta joven en la flor de la vida. Sus isótopos han mostrado que no estaba desnutrida y que murió en la misma época que el campamento de caza estacional en Swan Point donde se encontró su colmillo", detalla Matthew Wooller, investigador de la Universidad de Alaska Fairbanks. El ADN conservado en el diente también ha desvelado una relación de parentesco lejano con otros mamuts identificados en el yacimiento.

El investigador Matthew Wooller con colmillos de mamuts de la colección del Museo del Norte de la Universidad de Alaska. JR Ancheta

Fue una época en la que el paisaje estepario dominado por pastos y arbustos, la tundra, que había sido característico de la región de Alaska durante milenios comenzó a convertirse en un territorio más boscoso. "El cambio climático al final de la Edad del Hielo alteró el hábitat abierto preferido de los mamuts, lo que potencialmente disminuyó su movimiento y los hizo más vulnerables a la depredación humana", concluye Ben Potter.

Fuentes: elespanol.com | eurekalert.com | 17 de enero de 2023