Mostrando entradas con la etiqueta Arqueologia. Mostrar todas las entradas

Campaña de excavaciones en los yacimientos de la sierra de Atapuerca

Yacimientos arqueopaleontológicos de la sierra de Atapuerca, 23 de junio de 2025. La viceconsejera de Acción Cultural de la Junta de Castilla y León, Mar Sancho, ha participado hoy en la presentación oficial del inicio de la campaña de excavaciones número 47 en la sierra de Atapuerca, junto a los actuales codirectores y codirectoras del Proyecto Atapuerca: Juan Luis Arsuaga, José Miguel Carretero, María Martinón-Torres, Marina Mosquera, Ignacio Martínez, Alfonso Benito y Andreu Ollé.

Durante esta segunda quincena de junio, un grupo de cerca de 100 investigadoras e investigadores participa en la excavación de los siguientes yacimientos: Sima del Elefante, niveles TD3-TD4 de la Gran Dolina, Penal y Cueva Fantasma, todos ellos ubicados en la Trinchera del Ferrocarril, así como en la Cueva del Mirador.

A partir del 1 de julio comenzará la excavación del resto de yacimientos, que incluye los ubicados en la Cueva Mayor (Portalón, Sima de los Huesos y Galería de las Estatuas —interior y exterior—), así como el nivel TD6 de la Gran Dolina y Galería, también en la Trinchera del Ferrocarril, y el asentamiento al aire libre Castrillo Base Aymerich. Además, a partir de esa misma fecha se iniciará el lavado de sedimentos a orillas del río Arlanzón, a su paso por Ibeas de Juarros (Burgos). Está previsto que el número total de participantes en esta campaña supere los 300 investigadores, repartidos en tres quincenas.


La Fundación Atapuerca vuelve a participar este verano en la campaña de excavaciones en la sierra de Atapuerca, una labor que viene desarrollando desde hace casi 26 años. A lo largo de este tiempo, su papel ha evolucionado hasta convertirse en un actor imprescindible para el buen desarrollo de los trabajos de campo. Tal y como reconoce el propio Equipo Investigador de Atapuerca (EIA), hoy en día resulta impensable una campaña sin la participación activa de la Fundación.

Su contribución ha sido determinante tanto en términos cualitativos como cuantitativos: ha permitido al EIA centrarse plenamente en el trabajo de campo, al tiempo que ha facilitado la ampliación de la duración de las campañas, el número de participantes y los yacimientos excavados. Buena parte de las personas que actualmente dirigen o coordinan los trabajos arqueológicos han recibido ayudas de investigación concedidas por la Fundación, lo que pone de relieve su papel estratégico en la formación de nuevas generaciones de científicas y científicos.


Entre sus principales funciones se encuentran la organización y logística de las campañas, la gestión de la seguridad, la comunicación y la coordinación institucional, así como la aportación de recursos complementarios a la financiación principal, que corre a cargo de la Junta de Castilla y León.
 
Origen de los participantes de la campaña de excavación

Este año, los participantes en las excavaciones pertenecen principalmente a los centros de investigación incluidos en el Proyecto Atapuerca: Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos (CENIEH), Universidad de Burgos (UBU), Universidad Rovira i Virgili (URV), Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), Centro Mixto Universidad Complutense de Madrid – Instituto de Salud Carlos III de Evolución y Comportamiento Humano (UCM - ISCIII), Universidad Alcalá (UAH), Universidad de Zaragoza (UNIZAR), Universidad del País Vasco (UPV) y la Universidad Isabel I (UI). Cabe destacar la participación de varios estudiantes del University College de Londres y el National Museum of Georgia (República de Georgia), gracias a los convenios firmados por la Fundación Atapuerca con las dos instituciones.
 
A continuación, se detallan los objetivos específicos de cada yacimiento para la campaña de excavación de 2025:

YACIMIENTOS DE LA TRINCHERA DEL FERROCARRIL
 
Sima del Elefante

En Sima del Elefante los objetivos de la campaña de 2025 se centran en continuar excavando la zona superior del nivel TE7 (cuadros I-J-K-L-M/28-29-30-31) con el fin de, por un lado, identificar diferentes subniveles y procesos de formación de dicho paquete sedimentario y, por otro lado, aumentar el registro fósil que nos permita saber quién y cómo eran los homininos que ocuparon Europa Occidental hace alrededor de 1,2 millones de años, así como caracterizar sus estrategias de subsistencia.

El otro gran objetivo planteado es poder confirmar que el canto de cuarzo recuperado en el sondeo iniciado en 2019 corresponde realmente al relleno sedimentario de la cavidad inferior. Para ello tendremos que excavar más en el sondeo llevado a cabo en los cuadros E-F/24-25-26, ver si aparecen más cantos similares y tomar las cotas de dichos hallazgos y muestras de sedimento con el fin de relacionarlas con la localización y composición sedimentaria del piso inferior del karst.
Galería
    
Galería presenta una secuencia arqueológica con cinco unidades con una antigüedad de 200 000 a 400 000 años. Esta cueva funcionó como una trampa natural para los animales que merodeaban por la sierra de Atapuerca. Los humanos y carnívoros accedían a los animales caídos para aprovechar sus nutrientes, por lo que Galería es considerado un lugar de obtención de recursos animales. 

El objetivo principal de la campaña de 2025 es continuar la excavación de la Unidad GIIb en todo el yacimiento. Este tramo de la secuencia es uno de los más ricos desde el punto de vista arqueológico, por lo que esperamos recuperar más herramientas líticas, como bifaces y hendedores, junto con los restos de los animales que cayeron en la cavidad, sobre todo caballos y ciervos. Para ello contaremos con una decena de excavadores, tanto miembros del equipo como estudiantes procedentes de universidades y centros de investigación nacionales e internacionales.

Gran Dolina 

Gran Dolina es uno de los yacimientos principales de la Trinchera del Ferrocarril. Tiene una potencia estratigráfica de 25 metros, en la que se han localizado varias unidades con evidencias de ocupación humana. La más antigua se encuentra en la unidad TD4 y contiene herramientas líticas y restos de fauna con una antigüedad de aproximadamente un millón de años. La más moderna es TD10, que cuenta con diversos niveles excepcionalmente ricos, datados entre los 400 000 y los 250 000 años. Por tanto, hay presencia humana en Gran Dolina durante el Pleistoceno inferior final y durante una buena parte del Pleistoceno medio.

En el tramo medio de la secuencia se encuentra la unidad TD6. Es la que contiene el conocido Estrato Aurora (TD6.2), donde, en dos fases de excavación anteriores (1994-1997 y 2003-2011), se pusieron al descubierto los restos de un campamento de hace 850 000 años. En él aparecieron alrededor de 180 fósiles humanos junto a una gran cantidad de restos de ciervos, caballos, bóvidos y otros animales, así como un conjunto de herramientas de piedra que habían sido producidas, utilizadas y abandonadas en el lugar. El estudio de estos fósiles permitió documentar el evento de canibalismo más antiguo conocido hasta el momento y, por otra parte, puso de manifiesto una combinación de rasgos anatómicos que llevó a la propuesta, en 1997, de la nueva especie Homo antecessor.

En la campaña de 2024, un equipo coordinado por investigadores del IPHES-CERCA (Tarragona) inauguró el esperado reencuentro con la unidad TD6, justo 30 años después de su primera excavación. Estos trabajos pusieron al descubierto el techo de la unidad (denominado TD6.1). En él, una acumulación excepcionalmente continua de coprolitos (heces fósiles) de hiena permitió no solo documentar una letrina única para el Pleistoceno inferior de dicho carroñero, sino también determinar que la capa subyacente, el famoso nivel TD6.2, que presenta un registro arqueológico y paleoantropológico más rico, está conservado en una gran superficie.

En contacto con la capa de coprolitos, además de algunos huesos de animales y de escasos instrumentos de piedra, aparecieron los primeros fósiles de Homo antecessor. Entre estos, destacaban varios fragmentos de cráneo, un fragmento de maxilar, dos fragmentos de mandíbula, un diente incisivo, fragmentos de costilla y de vértebra, así como un huesecillo de la muñeca.

Los objetivos de la campaña de 2025 se centran, por tanto, en continuar la excavación de lo que queda del nivel TD6.1 y, si es posible, en entrar de lleno ya en el estrato Aurora. Con ello, el Equipo de Investigador de Atapuerca pretende profundizar en el conocimiento de la joya arqueológica y paleoantropológica que es TD6 y continuar revolucionando el panorama científico de Europa.
Niveles inferiores (TD3 y TD4)

Los niveles TD3 y TD4 son las últimas unidades estratigráficas del yacimiento de Gran Dolina con registro arqueo-paleontológico. Durante las últimas campañas se ha recuperado una gran cantidad de restos, principalmente paleontológicos, que nos habla de la riqueza en la biodiversidad de este periodo de hace casi 1 millón de años en la Península Ibérica. La presencia humana es escasa en el registro de estos momentos. Si bien en el nivel TD3 no se ha recuperado industria lítica, en el nivel TD4, aunque escaso, en casi todas las campañas se ha conseguido recuperar alguna pieza lítica confirmando que durante esa época habitaban humanos en la sierra de Atapuerca conviviendo con las grandes faunas.

El objetivo principal de la campaña 2025 es continuar con la diferenciación de los niveles TD3 y TD4, comprobando si TD3 tiene continuidad en toda la planta de excavación, o si, por el contrario, solo se recupera en algunas zonas en la que ese sedimento quedó encajonado tras el evento catastrófico. Para ello se pretende excavar principalmente en el sector Oeste teórico y el sector Central o zona de contacto.
 
Penal

El yacimiento de Penal consiste en un relleno sedimentario descubierto por el EIA durante un sondeo realizado en los años noventa. Esta localidad está probablemente relacionada con los niveles inferiores de la Gran Dolina, una conexión que quedó interrumpida a finales del siglo XIX con la construcción de la Trinchera del Ferrocarril. En aquellos sondeos se recuperaron varios útiles líticos y restos de fauna que, aunque carecen de una datación precisa, han sido adscritos al Pleistoceno inferior mediante correlación bioestratigráfica.

Los objetivos de la campaña de 2025 son continuar la excavación del sector Titanic (niveles TP9-TP3, iniciada en 2023) y, especialmente, abordar los niveles superiores TP1-TP2. Estos últimos presentan un acceso complicado por su proximidad al corte de la trinchera del ferrocarril, pero revisten un alto interés arqueológico y paleontológico debido a su posible correlación con el nivel TD6 de la Gran Dolina donde se halló la especie Homo antecessor.

Durante la primavera se han desarrollado soluciones logísticas y metodológicas que permitirán excavar con seguridad en las zonas inestables. Todos estos objetivos son fundamentales para comprender la formación y evolución del yacimiento, así como para mejorar la interpretación de la dinámica sedimentaria de la cavidad. Se tomarán muestras para continuar con los análisis sedimentológicos, geoquímicos y mineralógicos, así como para completar las investigaciones cronológicas en curso con dataciones por luminiscencia.
 
Cueva Fantasma

La actuación en los depósitos de Cueva Fantasma (CF) y Sala Fantasma (SF) de la campaña 2025, presentan la continuidad de las actuaciones previas. En relación al sector de entrada de Cueva Fantasta (CF), se va a continuar en el sondeo estratigráfico en CF, en las unidades UE24-25, la excavación de Covacha de CF y la continuidad del control bioestratigráfico de N-O/16-17.

Por su parte, la intervención en el sector de Sala Fantasma (SF), se va a centrar en el área contigua a la intervención de la campaña de 2024, superficie delimitada por la cuadriculas F – S / 20 – 32.

En 2025 se va a realizar una nueva actuación, relacionada con el área externa de la Boca Fantasma (BF). En campañas anteriores se realizaron trabajos de limpieza y geolocalización que permitieron situar dicha entrada. Los trabajos propuestos para esta campaña van a permitir caracterizar la morfología del sector de entrada, comprender la dimensión de la misma y su potencial arqueológico. Esta intervención plantea la limpieza del área delimitada por las cuadrículas H-Q/50-60 de Boca Fantasma.

Cueva El Mirador

La campaña de la Cueva de Mirador de 2025 se llevará a cabo con un equipo de entre 6 y 8 personas. Durante la campaña está previsto continuar interviniendo en los sectores 100 y 200. En el sector 100 y siguiendo la dinámica de campañas anteriores, se seguirá con la estrategia de profundizar de forma escalonada, pegados a techo y a la pared norte, con el objetivo de conocer la progresión de la cavidad en el plano horizontal. En el sector 200 tal y como se ha ido realizando en las campañas anteriores, se descenderá en vertical, como en un sondeo convencional. En este sector se continuará excavando el nivel MIR209 abierto en 2022 y los niveles sucesivos. Asimismo, durante la campaña se realizará la flotación y el lavado de sedimentos que se extraigan durante la campaña.
Cueva Mayor
 
Sima de los Huesos

El yacimiento de la Sima de los Huesos (SH) se encuentra situado al final de la Galería del Silo, a más de 700 metros de la actual entrada de Cueva Mayor. Se trata del mayor yacimiento de fósiles humanos del pleistoceno medio del mundo, pues allí se han recuperado hasta la fecha más de 7000 fósiles humanos correspondientes a por lo menos 29 individuos de ambos sexos y diferentes edades de muerte. El nivel con fósiles humanos está datado por diferentes técnicas radiométricas en alrededor de 430000 años de antigüedad.

La intervención en SH está condicionada por las características físicas del yacimiento: un enclave de reducidas dimensiones, situado al pie de una sima de unos 14 metros de caída. Además, la geometría del depósito es muy compleja, y los contactos entre los diferentes niveles son muy irregulares, lo que determina que los fósiles humanos no se encuentran distribuidos de una manera regular en el yacimiento, sino que aparezcan en grandes concentraciones en determinadas zonas, mientras que en otras partes solo aparecen restos de fauna o son paleontológicamente estériles. Además, los fósiles humanos y de fauna se encuentran en un estado de extrema fragilidad, lo que requiere una estrategia de excavación especialmente cuidadosa.

Durante la campaña de excavaciones de 2025 se prevé continuar con la excavación sistemática de SH para recuperar nuevos restos humanos y de fauna. También está previsto seguir con la toma de muestras para dataciones radiométricas y continuar con las labores de refinamiento de la estratigrafía. Además, se pretende continuar con las prospecciones paleontológicas en la colindante Sala de los Cíclopes para recuperar nuevos fósiles de Ursus deningeri y tomar muestras para dataciones radiométricas.

Galería de las Estatuas Interior 

La Galería de las Estatuas se localiza en el sector Noroeste del sistema kárstico de Cueva Mayor-Cueva del Silo de la sierra de Atapuerca. Al final de esta galería se encuentra un yacimiento que recibe el nombre de la Galería de las Estatuas-Interior (GEI).  Las excavaciones en este lugar dieron comienzo en la campaña de 2008 y han continuado de manera ininterrumpida hasta la fecha.  Se han recuperado alrededor de 1600 piezas de industria lítica, de tradición musteriense, restos de fauna y dos fósiles humanos: una falange de pie y un molar superior, asignados ambos a Homo neanderthalensis. También ha sido posible recuperar fragmentos de ADN antiguo de Homo neanderthalensis en el sedimento, lo que ha permitido descubrir dos momentos diferentes de ocupación de la cueva por dos poblaciones distintas de dicha especie.

Durante la campaña de excavaciones de 2025 se prevé continuar con la excavación sistemática para recuperar nuevos restos fósiles y piezas de industria lítica. También está previsto seguir con la toma de muestras para dataciones radiométricas y estudios de paleogenética, así como continuar con las labores de establecimiento de la estratigrafía. 
 
Galería de las Estatuas Exterior

El yacimiento de Galería de las Estatuas-Exterior (GEE) está localizado en una antigua boca de cueva, hoy día cegada por los sedimentos, que daba acceso a la actual Galería de las Estatuas. Los importantes hallazgos realizados desde la campaña de 2008 en el yacimiento de la Galería de las Estatuas-Interior, llevaron a considerar el gran interés de localizar la zona correspondiente a su antigua entrada para acometer allí una excavación sistemática que dio comienzo en 2020. En las campañas de excavación realizadas hasta la fecha, se han recuperado más de 1700 objetos, correspondientes a piezas de industria lítica y fósiles de fauna. Ha sido posible determinar que la industria lítica recuperada presenta una clara afinidad con el tecnocomplejo musteriense, distinguiéndose una zona (Cata Baja) con predominio de piezas de cuarcita de formato mediano a grande y otro sector (Cata Alta) en el que se recuperaron decenas de piezas de sílex de reducidas dimensiones y que se interpreta como un taller de talla de la piedra de los neandertales. 
Durante la campaña de 2025 se pretende continuar la excavación en extensión en la Cata Alta para seguir recuperando y documentando el antiguo taller neandertal. También se realizarán toma de muestras y dosimetrías con el propósito de obtener dataciones absolutas de los distintos niveles estratigráficos.

Portalón

En El Portalón de Cueva Mayor se continuará interviniendo en los dos sectores excavados en los últimos años, uno correspondiente a la Edad del Bronce, de hace unos 3000 años, y otro perteneciente al Neolítico antiguo, de unos 7300 años de antigüedad. Ambos sectores están proporcionando un amplio registro arqueo-paleontológico con el que profundizar en el conocimiento del origen y evolución de la domesticación de plantas y animales y modo de vida de los habitantes de la región a lo largo de miles de años. En los niveles neolíticos, continuaremos excavando un área de intensa actividad, con suelos de arcilla cocida acondicionados para vivir, decenas de hogares y un abundante registro arqueológico y paleontológico, tanto de animales domésticos (vaca, oveja) como salvajes, sobre todo caballos. En la Edad del Bronce, igualmente queremos continuar la excavación de un nivel con numerosos hogares, abundante cerámica e industria lítica y una importante cantidad de fauna doméstica, sobre todo de oveja, cabra y cerdo, y algunos restos de fauna salvaje, en este caso, sobre todo de ciervo y corzo.
    
Asentamiento al aire libre de Castrillo Base Aymerich
 
Durante la campaña de 2025 se continuará trabajando en el asentamiento al aire libre situado dentro de la base militar Cid Campeador denominado Castrillo Base Aymerich, que se abrió el año pasado.
 
Se abrirá otro sondeo para conocer y documentar este depósito de varios metros de profundidad con claras evidencias de la presencia de diferentes niveles arqueológicos que podrían abarcar la ocupación de este lugar durante el Pleistoceno superior.
El trabajo de campo, se realizará durante el mes de julio por un equipo de 9 personas. Los trabajos de laboratorio y análisis de este material se realizarán en el laboratorio de Prehistoria de la Universidad de Burgos situado en la Facultad de Humanidades y Comunicación en donde se vienen analizando desde hace décadas los asentamientos al aire libre de la sierra de Atapuerca.

Lavado del río Arlanzón y bioestratigrafía

A la orilla del rio Arlanzón en Ibeas de Juarros (Burgos) se procesan, durante las campañas de excavación de la sierra de Atapuerca, los sedimentos procedentes de las excavaciones en curso. Este procedimiento se realiza para la recuperación de los restos de pequeños vertebrados (roedores, musarañas, murciélagos, anfibios, reptiles, aves, entre otros), que, por su pequeño tamaño, adaptación a medios concretos y/o rápida evolución, son de vital importancia para inferir las condiciones climáticas y ambientales del pasado. Así como, la edad relativa de los yacimientos donde se encuentran. Para la recuperación de estos restos se requieren de técnicas específicas, como son el lavado-tamizado de sedimentos.

El sedimento procedente de los yacimientos se guarda en sacos que se etiquetan con la información básica de la excavación como el nombre del yacimiento del que procede, el nivel estratigráfico, el cuadro de excavación y la cota de profundidad. Esta información nos permite la posterior interpretación del contenido en fósiles de dicho sedimento. Los sacos de sedimentos, etiquetados correctamente, se trasladan al “laboratorio del rio Arlanzón”, donde pasan por el proceso de lavado-tamizado con agua del río, que se realiza con una columna de tres tamices de malla de luz de 10, 5 y 0,5 mm respectivamente (de arriba abajo).

El objetivo principal de esta campaña de lavado en el río Arlanzón, como la de otros años, es intentar procesar la mayor cantidad de sedimento de los yacimientos excavados en curso, para obtener la mayor cantidad de restos de pequeños vertebrados que nos proporcionen información cronológica, ambiental y climática de cómo y cuándo vivían nuestros ancestros.
 
Fuente y fotografías: Fundación Atapuerca 

El Museo Arqueológico Nacional presenta una nueva exposición centrada en la cultura de la Celtiberia

Cartel de la Exposición. Museo Arqueológico Nacional
 
• ‘Alas para la guerra. Aratis y la Celtiberia’ reúne, por primera vez, todas
las tipologías de cascos celtibéricos conocidos

• La exposición mostrará piezas del MAN y préstamos del Museo de
Zaragoza, Museo de Teruel y Museo Numantino de Soria
 
23-junio-2025.- El Museo Arqueológico Nacional (MAN), museo de titularidad estatal dependiente del Ministerio de Cultura, inaugura ‘Alas para la guerra.

Aratis y la Celtiberia’, una exposición centrada en el mundo celtibérico durante
la Edad del Hierro (siglos VI – I a.C.).

La muestra, organizada junto al Gobierno de Aragón, recoge una selección de casi doscientas piezas procedentes de las colecciones del Museo Arqueológico Nacional, el Museo de Zaragoza, el Museo de Teruel y el Museo Numantino de Soria, algunas de ellas nunca antes vistas en conjunto.

Sala de Exposición. Museo Arqueológico Nacional. Foto: Irene Juanes Gil

Distribuidas en tres unidades temáticas, la exposición profundiza sobre conceptos como el ámbito social y político de la Celtiberia, el mundo de la guerra y el guerrero. Además, reflexiona sobre la importancia de las labores de recuperación y puesta en valor, estudio y divulgación de los cascos de Aratis, un caso de expolio sufrido en el yacimiento de Cerro de Castejón en Aranda de Moncayo (Zaragoza).

El casco: un elemento simbólico

La guerra en la Edad del Hierro era una expresión cultural más allá de la violencia que afectaba a todos los aspectos de la vida de las gentes de la Celtiberia. La artesanía, el comercio, los códigos estéticos o el contacto entre poblaciones se vieron condicionados e influenciados por ella.
 
Detalle de la Sala. Museo Arqueológico Nacional. Foto: Irene Juanes Gil

En la indumentaria guerrera, el casco era un componente fundamental pero también simbólico. Las ‘alas’ que los decoraban podían tener múltiples significados: alas de buitres que trasportaban al Más Allá a los guerreros caídos en la batalla; alas de las aves presentes en su entorno cotidiano que también poblaron su paisaje mítico.
 
Recuperación del patrimonio cultural expoliado

Los siete cascos de tipología hispano-calcídica que pueden verse en la exposición proceden de la ciudad celtíbera de Arátikos, en Aranda de Monacayo, en Zaragoza. Un yacimiento que fue sistemáticamente expoliado entre los años 80 y 90 por dos vecinos que llegaron a reunir una extraordinaria colección de piezas metálicas celtíberas correspondientes a la edad del Hierro.
Los bienes fueron exportados ilícitamente y vendidos en el extranjero.

Tésera de hospitalidad. Museo Arqueológico Nacional. Foto: Ariadna González Uribe
 
Finalmente, gracias a la colaboración ciudadana y la labor conjunta entre el Ministerio de Cultura, el Gobierno de Aragón y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, los siete cascos fueron finalmente recuperados en 2019.
Tras su estudio científico, desde entonces pueden verse en el Museo de Zaragoza.

Torques castreño. Museo Arqueológico Nacional. Foto: Ariadna González Uribe
 
La exposición se complementa con un intenso programa académico gracias al apoyo de Ibercaja y que incluye visitas guiadas, actividades familiares, talleres, conciertos y recreaciones históricas, entre otras.

Fuente: MAN

Comienzan los trabajos arqueológicos en Úbeda La Vieja y Martos para desentrañar el pasado colonial romano en el Alto Guadalquivir

Trabajos con equipo georradar o GPR

La Universidad de Jaén lidera el proyecto PostColonial_ID, financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, que pone el foco de atención en las dos colonias romanas del Alto Guadalquivir en relación a su pasado ibérico en el marco del proceso de conquista y dominación romana

En concreto, se está trabajando en los yacimientos de Úbeda La Vieja, oppidum ibérico de Iltiraka posteriormente transformado en la colonia romana de Salaria, y en Martos, donde se localiza la Colonia Augusta Gemella Tucci

02/04/2025.- Investigadores del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén han iniciado trabajos arqueológicos en el sitio de Úbeda la Vieja, enmarcados en el proyecto PostColonial_ID (Arqueología multiescalar del imperialismo romano en el Alto Guadalquivir a través del fenómeno colonial). Este proyecto, que también se desarrolla en Martos, donde se localiza la Colonia Augusta Gemella Tucci, está financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades a través de la convocatoria de Proyectos de Generación de Conocimiento 2023 y tiene como objetivo explorar las complejas interacciones entre el mundo romano y las comunidades locales ibéricas desde una perspectiva arqueológica y multidisciplinar.

Vista aérea del yacimiento

El foco principal de los trabajos de campo actualmente en desarrollo se centra en el antiguo oppidum ibérico de Iltiraka, un enclave de gran importancia política y económica durante la Edad del Hierro, que posteriormente fue refundado como la colonia romana de Salaria en el contexto de la reordenación territorial impulsada por Augusto en Hispania. Pese a su relevancia histórica, Salaria sigue siendo una de las colonias menos conocidas de la Hispania romana, por lo que este proyecto busca arrojar luz sobre los procesos de transformación urbana y social en este enclave clave del Alto Guadalquivir.

El equipo de investigación, liderado por el doctor Mario Gutiérrez Rodríguez y que está compuesto por 19 investigadores e investigadoras procedentes de 5 instituciones a escala internacional, está desarrollando una metodología innovadora que combina prospección geofísica, excavaciones estratigráficas y análisis arqueométricos de alta resolución estratigráfica. "Uno de los aspectos más innovadores de este proyecto es su enfoque multiescalar, que nos permite analizar desde la organización del territorio hasta las dinámicas de poder imperial en espacios concretos como el foro de la colonia o su necrópolis, abarcando además el paisaje urbano y la información contenida en los sedimentos a escalas microscópica y molecular mediante el uso de técnicas geoarqueológicas y arqueométricas avanzadas.", destaca el investigador principal, Mario Gutiérrez Rodríguez.

Yacimiento de Úbeda la Vieja

Los trabajos de campo han comenzado en el sitio arqueológico de Úbeda la Vieja, donde en este momento se están aplicando tecnologías de teledetección con drones y prospecciones geofísicas, que permitirán obtener una imagen preliminar de la disposición urbana sin necesidad de excavaciones destructivas. Posteriormente, se realizarán sondeos estratigráficos en el centro monumental de la colonia, con un protocolo de registro de alta resolución que incluirá análisis microestratigráficos, químicos y bioarqueológicos para caracterizar el uso del espacio en distintas fases de ocupación.

El investigador responsable de los trabajos indica que el proyecto PostColonial_ID apuesta por una investigación altamente interdisciplinar, en la que participan especialistas en arqueología romana, arqueometría, bioarqueología y geoarqueología, entre otras disciplinas. "Queremos ir más allá de la idea tradicional de 'Romanización' y explorar los procesos de hibridación cultural que definieron la relación entre las poblaciones ibéricas y el imperio romano", explica Mario Gutiérrez.

A través de la excavación de contextos arquitectónicos y funerarios, así como del análisis de inscripciones y objetos materiales, el proyecto busca reconstruir la compleja red de relaciones políticas, económicas y sociales que caracterizaron la transición entre el mundo ibérico y el romano en la región. La hipótesis de partida de este proyecto es que el mundo ibérico no desapareció tras la conquista romana, sino que diversos aspectos de la cultura ibérica pervivieron y dieron forma a las sociedades romanas provinciales, incluso en las colonias, tradicionalmente entendidas como espacios de imposición cultural y difusoras de la romanidad.

Además de sus objetivos científicos, el proyecto tiene un fuerte componente de arqueología pública, con iniciativas de divulgación que incluyen visitas guiadas, charlas y actividades para involucrar a la comunidad local en el conocimiento y valoración del patrimonio arqueológico de Úbeda la Vieja y Martos.

Los primeros resultados de la investigación serán presentados en congresos internacionales como el European Association of Archaeologists y publicaciones especializadas, y formarán parte de una base de datos en línea que facilitará el acceso abierto a los datos arqueológicos obtenidos. "Esperamos que este trabajo no solo contribuya al conocimiento de la historia antigua del Alto Guadalquivir, sino que también sirva como modelo metodológico para futuras investigaciones sobre el imperialismo romano en Hispania", concluye el Dr. Gutiérrez Rodríguez.

El proyecto PostColonial_ID representa un paso adelante en la investigación arqueológica del sur de Hispania, combinando tecnologías avanzadas y teorías críticas para replantear nuestra comprensión de los procesos coloniales en la Antigüedad.

Fuente: Universidad de Jaén

Entrevista al arqueólogo Christopher Witmore


Entrevista con Christopher Witmore, por ANDRÉS LOMEÑA CANTOS

Preguntas intempestivas

Una aproximación a la arqueología orientada a objetos

La arqueología no deja de anunciar hallazgos: desde Luxor a Kent, pasando por Tesalónica. Los restos arqueológicos dialogan con el presente y nos formulan preguntas intempestivas. Para entender el modo en que estas reliquias nos interrogan, la ontología orientada a objetos (OOO) propone una resignificación de los objetos. Previamente, esta filosofía ha tenido relaciones fértiles con diferentes disciplinas, como la arquitectura o la literatura. En esta entrevista, Christopher Witmore, profesor de Arqueología de la Universidad Tecnológica de Texas y autor de Objetos intempestivos (Materia Oscura, 2024), lleva a cabo una aproximación a la arqueología orientada a objetos, un movimiento telúrico para la filosofía en la medida en que ayuda a repensar los objetos del pasado e incluso nuestra noción de tiempo.

ANDRÉS LOMEÑA: No conservamos la Comedia de Aristóteles a pesar de su éxito e importancia, así que quizás no siempre se preservan los objetos culturales más importantes. En una guerra, pienso que un puente bien conservado podría ser casi un síntoma de irrelevancia porque una infraestructura estratégica debería ser destruida. Tengo este tipo de ideas en mente al leer sus reflexiones en torno a una arqueología orientada a objetos. Ciertos arqueólogos creen que la cultura humana lo es todo mientras que el objeto no es nada; usted se plantea repensar esa idea preconcebida, y quisiera saber si se siente solo en esta indagación acerca de la agencia y la política de los objetos.

CHRISTOPHER WITMORE: “No son los tiempos los que marcan la diferencia”, sino más bien, como sostuvo Bruno Latour en Nunca hemos sido modernos, “es la diferencia la que marca los tiempos”. Pensar en el desconcertante naufragio de las cosas antiguas que existen en el presente (los escritos de Aristóteles, los puentes antiguos que escaparon a la destrucción, ya sea por guerras o por terremotos, cuencos antiguos, ruinas de la Segunda Guerra Mundial, etcétera) y sus relaciones como generadoras de tiempo es una inversión de los procedimientos habituales de los arqueólogos, quienes tienden a considerar el tiempo mismo como un agente de cambio.

Los arqueólogos, cual relojeros, se benefician enormemente cuando se le concede al tiempo una posición privilegiada y generativa, como una secuencia lineal de contenedores que avanzan con regularidad con independencia de lo que ocurra dentro de ellos. No se trata de que la cultura lo sea todo y los objetos nada, aunque agradezco el poder retórico de tu formulación; los objetos no culturales deberían contar algo para los arqueólogos, ya que la autoridad del campo todavía se basa en hablar desde la experiencia, describir lo que se encuentra y fundamentar historias sobre el pasado en restos arqueológicos. La cuestión es cómo tenemos en cuenta esas cosas en relación con el pasado. No creo que los objetos arqueológicos deban ser tratados solamente como intermediarios de situaciones culturales en las que pueden haber afectado y a las que, a su vez, se les da preponderancia como agentes detrás de los restos que encontramos. Eso supone considerar los objetos como derivados de algo distinto de ellos mismos, lo que a menudo coloca a los humanos en el centro de la realidad, como si fuera su principal modeladora. Desde la perspectiva de la OOO, los objetos que encontramos en el presente son lo que hace posible el pasado.

El hecho de que un cuenco antiguo haya resistido y esté entre nosotros significa que no puede reducirse a sus pasados, tanto si fue un momento particular de sus usos o de su inactividad (lo que llegó a ser el objeto en situaciones distintas). Como arqueólogo, puedo darme cuenta de que un cuenco de cerámica resistió a muchas situaciones diferentes: usos domésticos, como ajuar funerario, una larga estancia bajo tierra, una barrera para las raíces, un objeto encontrado, una pieza de museo, una evidencia para una tesis, etcétera. Sin embargo, como parte de un conjunto de tumbas, habrá perdido muchas de estas relaciones extrínsecas pasadas. El recipiente, intrínsecamente, extiende sus propios pasados, aunque solo puede ofrecer sugerencias de lo que existió más allá de sí mismo. Esas sugerencias quizás digan muy poco sobre situaciones culturales pasadas, y mucho sobre cómo el hundimiento de la tumba dañó el cuenco en algún momento durante su estancia ctónica. Desde luego, uno también tiene que reconocer que el recipiente es parte de un conjunto (una tumba) y como tal puede constituir un componente de un objeto mayor. Si bien esto podría entenderse como un conjunto que contiene su propio pasado, desde la perspectiva de la OOO, una parte de algo no puede reducirse a un objeto más grande.

Reconocer el cuenco o la habilidad de la tumba para sugerir y ofrecer indicaciones es respetar su agencia y autonomía, ya que esos pasados pertenecen al objeto. Puede que un artefacto de museo no parezca tener mucho peso político, pero si uno descubriera que una crátera [vasija grande y ancha donde se mezclaba el vino con agua] fue saqueada y vendida ilegalmente de una tumba, entonces ciertamente podría verse involucrada en un disputa entre el Museo Metropolitano de Arte, la Fiscalía del distrito de Manhattan y el gobierno italiano. El cuenco y la tumba sostienen y defienden, contienen y comprenden, apoyan y cobijan. Sí que pueden ser actores políticos en las situaciones adecuadas. Decir lo contrario desde el principio es decretar de antemano lo que son las cosas, haciendo suposiciones sobre la naturaleza de lo real. 

Los arqueólogos necesitan reconsiderar cómo trabajamos con las cosas. La diferencia entre la autoimagen de la arqueología y su práctica es una limitación, por mucho que el reduccionismo sea una característica de cualquier ciencia. En el libro, Graham Harman y yo establecemos un contraste entre una noción modernista del tiempo como un marco medido y predestinado donde nosotros insertamos los fenómenos, y una comprensión del tiempo orientada a los objetos como algo emergente, heterogéneo y sobre la superficie de las cosas. Esto abre todo tipo de posibilidades creativas en torno a cómo concebimos esos tiempos que surgen de los objetos arqueológicos y también en torno a su articulación (qué historias contamos). Creo que apenas estamos empezando a reconocer el potencial de esta forma de arqueología, pero para nada estoy solo en esto, pues hay ciertos arqueólogos que usan un enfoque orientado a objetos: Peter Campbell, Stein Farstadvoll, Bjørnar Olsen, Þóra Péturdóttir, Sara Rich, por nombrar a algunos.

A.L.: Usted empieza con el objeto y trata de entender el pasado, pero nos advierte de que muchos arqueólogos encuentran lo que justamente estaban intentando encontrar. El pasado, en resumidas cuentas, no es una causa simple y sin más del presente. Supongo que si los arqueólogos encuentran salazones, tratarán de explicar la importancia de la sal en esa ciudad romana, pero quizás este descubrimiento arqueológico entierra otras posibilidades abiertas, en vista de que hay numerosas ciudades que también fueron habitadas por fenicios o musulmanes. La arqueología puede ser como una matrioska que contiene múltiples pasados.

C.W.: Los arqueólogos, tal y como defendemos en el libro, están condicionados para ver las cosas como los efectos o las consecuencias de aquellas causas que pretenden encontrar. El deseo de recuperar rastros vívidos en un dominio borrado del presente y tratarlos como el agente causal detrás de lo que queda conduce a menudo a imponer el pasado favorecido por la historia sobre objetos que no pueden hablar. Si tomamos como ejemplo un lugar de la Segunda Guerra Mundial, se puede decir que nosotros llegamos con expectativas históricas a esos lugares (por ejemplo, a un bastión del muro Atlántico en Finnmark). Es fácil suponer que dicho lugar es una ilustración o un ejemplo de algo ya prefijado y conocido (este sitio lo destruyó la Wehrmacht en retirada en el año 1944). Sin embargo, nunca encontramos el pasado que fue, solo lo que llega a ser de él, y aunque podemos encontrarnos con un pasado legendario, el compromiso es siempre con algo presente y específico del objeto que encontramos.

Si se juzga a partir de una imagen completa del pasado, como res gestae (logros, cosas realizadas), lo que encontramos es siempre incompleto, como sombras de su antiguo ser. Hay todo tipo de fenómenos históricos que tratan sobre algo más que las andanzas humanas: la transformación de las economías del pasado, los procesos de producción e interacción a través de redes comerciales cambiantes, etcétera. No obstante, la idea del pasado como algo consumado, definido por su finitud, sigue prevaleciendo a la hora de abordar las cosas antiguas. Los hallazgos arqueológicos van más allá de esos mundos y a menudo encuentran nuevas aventuras; como las cosas suelen olvidar sus pasados, su idiosincrasia retiene lo que recuerdan.

Algunas expectativas son parte del proyecto de la arqueología, pues no habríamos investigado ciertos programas o conseguido fondos sin ellas. La distorsión aparece cuando imponemos sobre los objetos arqueológicos las expectativas asociadas con un pasado definitivo (“así es como ocurrió”). Y no es que no podamos hablar de situaciones definitivas. Por volver al ejemplo de la crátera, el cuenco fue enterrado junto a una mujer que murió en la treintena y se rompió cuando el techo de la tumba se hundió, pero la mayoría de las veces tratamos con proposiciones sobre lo que podría haber sido. Algunas proposiciones son mucho más fuertes que otras, pero las proposiciones están siempre abiertas al futuro, es decir, están abiertas a la reevaluación, especialmente a la luz de nuevos objetos encontrados que puedan revelar otros ángulos del pasado. Aun así, a las cosas antiguas no les falta nada, se trate de pequeñas fortificaciones quemadas en el norte de Noruega o de cráteras enterradas. Están completas tal como están, abiertas en todo momento a las posibilidades futuras, ya que los elementos enterrados pueden contener pasados imprevistos aún por salir.

A.L.: Distingue la datación relativa de la absoluta y sugiere que incluso el carbono-14 es una cronología relativa, no absoluta, al igual que el resto de métodos: dendrocronología, termoluminiscencia, etcétera. Lo plantea como formas inconmensurables, esto es, como un intento de unificar lo que no puede unificarse, pero en última instancia usamos un calendario universal. Me imagino que esto puede plantear todo tipo de problemas, como el posible anacronismo de esa estatuilla romana que supuestamente revela a alguien con el síndrome de Crouzon.

C.W.: Has puesto el dedo en la llaga del papel del arqueólogo como relojero. Los arqueólogos separan de forma rutinaria lo que consideran métodos de datación absolutos, como el carbono-14, de aquellos métodos relativos, como la seriación de la cerámica. Dado que el carbono-14 se desintegra a un ritmo constante del cincuenta por ciento cada 5,730 años, tendemos a considerar trozos de carbono como pequeños relojes, cuando en realidad, lo que hacemos es entregar nuestra traducción a los físicos de los laboratorios, quienes proporcionan un análisis y una fecha dentro de un rango definido. Graham Harman señala esta cuestión (cómo traducimos los cuantos, los fragmentos irreductibles de la realidad, en continuos) como una gran paradoja que se remonta a Aristóteles. De hecho, todos los modos de datación implican la traducción de lo discreto en lo continuo, lo que exige que tratemos lo local (relativo) como medible en términos de lo universal (absoluto).

No te falta razón. El ejemplo de la estatuilla que mencionas implica un acto de traducción similar, donde las idiosincrasias locales se traducen en términos científicos universales. En este caso, las peculiaridades de la figura (sus rasgos faciales, sus ojos o sus asimetrías) se leen “iconodiagnósticamente” como una posible evidencia del síndrome de Crouzon. Por supuesto, esta interpretación se basa en una supuesta fidelidad. Se supone que la estatuilla actúa como una referencia muy específica de algo más allá de sí misma: es decir, apunta extrínsecamente a un modelo humano con estas características inexplicables. Tal vez sea así. Pero también podría relacionarse con una desviación estética que se asemeja a las malformaciones congénitas asociadas al síndrome de Crouzon. A diferencia del carbono-14, el análisis de la cerámica o la hidratación de la obsidiana, aquí nos encontramos con un ejemplo completamente singular (que no puede reafirmarse). Para que esta interpretación gane peso, habría que emprender un cuidadoso estudio comparativo con otras estatuillas del periodo (¿qué estilos y convenciones están presentes en otras estatuillas? Se deberían recurrir a asociaciones contextuales); los investigadores intentan vincular la figurilla con cultos a la salud y la protección en Bracara Augusta. 

Para mí, la incertidumbre última de no poder saber algo con certeza no es un problema, sino parte del atractivo y el asombro de trabajar con el pasado arqueológico.

A.L.: Parece haber grandes descubrimientos arqueológicos cada semana. Hace muy poco dieron con una espada del siglo VI en Kent, por ejemplo. Me gustó asomarme al pasado leyendo la noticia, aun sabiendo que conozco muy superficialmente ese periodo histórico.

C.W.: Estos nuevos descubrimientos nos acercan al pasado a través de su entrada en nuestro presente y nos recuerdan la naturaleza caótica del tiempo. A través del descubrimiento de la espada en Kent, un pasado previamente desconocido es ahora coextensivo con quienes vivimos en la actualidad, y de esta manera, nuestro presente está más cerca de ese pasado que cualquier presente del siglo XIX, independientemente de las distancias que haya en una línea de tiempo. Si de repente nos tropezáramos con los fragmentos perdidos de Aristóteles en un monasterio de Tesalónica, entonces la filosofía del siglo XXI se encontraría con aspectos del III antes de Cristo a un nivel más cercano que cualquier cosa que los filósofos modernos experimentaran antes de ese momento. Tales son los efectos de un tiempo no lineal, “percolativo”, y eso nos recuerda el poder del pensamiento topológico, que el libro analiza en profundidad.

Sobre Christopher Witmore:

Christopher Witmore es académico y profesor de Arqueología y Clásicos en la Universidad Tecnológica de Texas. Su investigación se centra en los paisajes de Grecia a largo plazo, la teoría arqueológica, los estudios de cosas; arqueología contemporánea y Antropoceno; y las relaciones entre los seres humanos, la tecnología y el medio ambiente.

Hallan una gran ciudad maya oculta por la vegetación


No se han difundido aún imágenes del hallazgo. En la imagen, el parque nacional Tikal de Guatemala. Dreamstime

Podría tratarse del principal sitio arqueológico maya por número de estructuras del mundo

Por Sofía Campos

Un equipo de arqueólogos ha descubierto, gracias a unos datos que estaban publicados en internet, más de 6.000 estructuras mayas antiguas ocultas por la vegetación en el estado de Campeche (sureste de México), incluida una ciudad con pirámides a la que han llamado "Valeriana". Según un estudio publicado en la revista "Antiquity", muchas de las más de 6.600 estructuras hasta ahora desconocidas para las autoridades mexicanas y la comunidad científica se encuentran cerca de asentamientos modernos.

A partir del análisis de unos datos obtenidos en 2013 con la técnica de detección por láser llamada LIDAR ("Laser Imaging Detection and Ranging") en el área objeto del estudio, situada en el centro-este de Campeche y con una superficie de unos 130 kilómetros cuadrados (aproximadamente 50 millas cuadradas) se descubrió "por accidente" la existencia de un "paisaje maya antiguo poblado y urbano", señalan los autores de la investigación.

"Nuestro análisis no solo reveló una imagen de una región que estaba densa de asentamientos, sino que también reveló mucha variabilidad", dijo el autor principal del estudio, Luke Auld-Thomas, de la Northern Arizona University, en un comunicado de prensa. "Valeriana" puede ser el principal sitio arqueológico maya por número de estructuras después de Calakmul, que es considerado el más grande, subraya la de América Latina.

Centro neurálgico maya

El área de Campeche donde se realizó el estudio se caracteriza por bosques tropicales, llanuras de piedra caliza y humedales estacionales y fue un centro neurálgico de la antigua civilización maya, en particular durante el Período Clásico (250 a 900 d.C.). "No solo encontramos áreas rurales y asentamientos más pequeños, también encontramos una gran ciudad con pirámides justo al lado de la única carretera de la zona, cerca de un pueblo donde la gente ha estado cultivando activamente entre las ruinas durante años", señaló Auld-Thomas. El investigador indicó que "hay mucho más por descubrir" en las llamadas Tierras Bajas Mayas centrales, una región en la parte sur de la península de Yucatán, que abarca partes de la actual Guatemala, Belice y los estados mexicanos de Campeche y Quintana Roo.

El equipo analizó los datos de LIDAR recopilados en 2013 por un grupo de científicos medioambientales mexicanos con un propósito diferente: medir y monitorear el carbono en los bosques de México. "Los científicos en ecología, silvicultura e ingeniería civil han estado utilizando estudios LIDAR para estudiar algunas de estas áreas con propósitos totalmente diferentes", dijo Auld-Thomas en el comunicado de prensa.

LIDAR es una técnica de teledetección que dispara miles de pulsos láser desde un avión y cartografía los objetos que se encuentran debajo utilizando el tiempo que tarda la señal en regresar. Pero cuando Auld-Thomas procesó los datos con métodos utilizados por los arqueólogos, vio lo que otros habían pasado por alto: una enorme ciudad antigua que puede haber albergado entre 30.000 y 50.000 personas en su apogeo, entre los años 750 y 850 d. C.

Fuente: La Razón

Mesa Redonda 'EN VOZ ALTA': MUJERES EN ATAPUERCA - Videopodcast en directo


Burgos, 24 de octubre de 2024. En el marco del 25º aniversario de la Fundación Atapuerca y la exposición “Mujeres en Atapuerca”, que permanecerá abierta hasta el 3 de noviembre, la Fundación Caja Rural y la Fundación Atapuerca han organizado una mesa redonda protagonizada por cinco mujeres clave del Proyecto Atapuerca, quienes también forman parte de dicha exposición. Este evento será parte de la primera edición del videopodcast "En voz alta", que se celebrará el martes 29 de octubre a las 19:00 horas en el salón de actos del Espacio Cajaviva (Avda. de la Paz, nº 2, Burgos), moderado por la periodista Rosalía Santaolalla. La charla coloquio contará con destacadas figuras vinculadas a los yacimientos de la sierra de Atapuerca y la asistencia será gratuita hasta completar aforo.

Durante el evento, las invitadas compartirán sus experiencias y debatirán sobre su papel en el proyecto, sus especialidades y los retos y desafíos que han enfrentado a lo largo de sus carreras. Tras el evento, el videopodcast estará disponible en el canal de YouTube de la Fundación Caja Rural de Burgos. Esta será la primera vez que Fundación Caja Rural realiza un evento en formato videopodcast, marcando un hito en su apuesta por la divulgación digital. El videopodcast "En voz alta" se presenta como una excelente oportunidad para conocer de cerca el trabajo de estas profesionales, así como los avances y retos en el ámbito de la arqueología y la investigación científica. Esta primera edición se ha querido dedicar a las mujeres del Proyecto Atapuerca por su destacada contribución al ámbito científico y arqueológico.

En esta ocasión, la mesa contará con la participación de: Eva Manrique, directora general de la Fundación Atapuerca; Clara Piñel, monitora arqueológica de la Fundación Atapuerca; Cristina Valdiosera y Rebeca García, del Equipo Investigador de Atapuerca (EIA) en la Universidad de Burgos (UBU); y Nohemi Sala, del EIA en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH). 

Participantes:

Eva Manrique es licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Valladolid (UVA) y experta en Gestión de Fundaciones por la UNED. Está vinculada al Proyecto Atapuerca, a través de la Fundación Atapuerca desde el año 2000, y es directora general de la Fundación Atapuerca.

Clara Piñel es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca (USAL) y monitora arqueológica de los yacimientos de la sierra de Atapuerca desde 2008 hasta la actualidad, los trece últimos años como miembro del equipo de la Fundación Atapuerca.

Cristina Valdiosera es doctora en Arqueogenómica por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y miembro del Equipo Investigador de Atapuerca (EIA) desde 2003. Actualmente lidera un Proyecto ERC Advanced (AdMEXture) en el Laboratorio de Evolución Humana (LEH) de la Universidad de Burgos (UBU).

Rebeca García es doctora en Paleontología por la Universidad de Burgos (UBU) y miembro del EIA desde 2002. Es investigadora del Laboratorio de Evolución Humana (LEH) de Burgos y docente de la Universidad de Burgos (UBU). Fue beneficiaria de una ayuda de investigación de la Fundación Atapuerca entre 2007 – 2009.

Nohemi Sala es doctora en Paleontología en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y miembro del EIA desde 2004. Además, es investigadora del programa Ramón y Cajal en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) de Burgos e investigadora principal del proyecto europeo DEATHREVOL.

Exposición:

“Mujeres en Atapuerca” es una muestra que pone en valor la labor de mujeres, en su mayoría científicas, reconocidas a nivel nacional e internacional por su contribución en diferentes disciplinas relacionadas con la evolución humana. Estas mujeres no solo representan un referente en el ámbito científico, sino que también inspiran a las nuevas generaciones de investigadoras.

A lo largo de los años, la presencia femenina en el Proyecto Atapuerca ha crecido notablemente, con mujeres ocupando roles de liderazgo tanto en la dirección de instituciones como en la coordinación de yacimientos y proyectos de investigación. La Fundación Atapuerca y el EIA han sido pioneros en la promoción de la igualdad de género, alineándose con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 5 de las Naciones Unidas, que aboga por la equidad de género. Hace dos décadas, la Fundación Atapuerca ya inauguró una exposición similar sobre este tema, y hoy, el propósito sigue siendo el mismo: dar visibilidad al trabajo y la importancia de las mujeres en el Proyecto Atapuerca.

Esta iniciativa cuenta con la colaboración principal de la Fundación Caja Rural, benefactor de la Fundación Atapuerca, que ha ampliado su apoyo para la realización de esta exposición en el marco del 25º aniversario de la Fundación Atapuerca. La relación entre ambas entidades, que comenzó en 2008, sigue siendo fundamental para el desarrollo de proyectos que impulsan el avance científico y cultural en el entorno rural.

Detalles de la exposición

Exposición: "Mujeres en Atapuerca"

Organiza: Fundación Atapuerca

Colaborador principal: Fundación Caja Rural

Comisaria: María Cristina Fernández Laso

Fechas: Hasta el 3 de noviembre de 2024

Lugar: Sala de Exposiciones de Cajaviva Caja Rural, Avenida de la Paz, 2. (Burgos).

Horario: de martes a viernes: 19:00 h – 21:00 h. Sábados: 12:00 h – 14:00 h y 19:00 h – 21:00 h. Domingos: 12:00 h – 14:00 h. Lunes: Cerrado


CONSTRUYENDO UNA RED EUROPEA DE ARQUEOLOGÍA: CLAVE PARA SUPERAR LA CRISIS DEL SECTOR


Presentación general del proyecto “Creando redes europeas en la arqueología profesional” con énfasis en la problemática del Plan Nacional de Arqueología y el Estatuto del Artista y del Trabajador Cultural.

● Ante la crisis actual a la que se enfrentan los profesionales de la arqueología, el proyecto “Creando redes europeas en la arqueología profesional” tiene como objetivo la realización de encuentros profesionales de formación y debate entre empresas y profesionales de Arqueología de España con varios países de la Unión Europea, buscando, como fin último, la creación de una red común de cooperación.

● Entre los temas que se tratarán, destacan el Estatuto de Artista y del Trabajador Cultural, que no se termina de materializar dejando en el aire la necesaria creación de un epígrafe específico para los profesionales de la arqueología; y el Plan Nacional de Arqueología, para cuya redacción en proceso no se ha tenido en cuenta a ninguna asociación profesional y que será vital para regular la cualificación necesaria que deben tener los profesionales que realizan los trabajos arqueológicos.

● La presentación del proyecto se celebrará la jornada del próximo viernes 18 de octubre a partir de las 10:00h en el Salón de Grados del Aulario de Las Nieves en el Campus de UPV/EHU de Vitoria-Gasteiz. Acceso libre.

● El evento contará, entre otros, con la participación de Txema Urkijo, asesor coordinador para el desarrollo del Estatuto del Artista en el Gabinete del Ministerio de Cultura, y Marta Arcos García, Coordinadora del Plan Nacional de Arqueología.

[10.10.2024] El proyecto “Creando redes europeas en la arqueología profesional” tiene como objetivo trabajar en la consolidación profesional de la arqueología, el reconocimiento de su regulación y la cohesión territorial a nivel europeo. Surge a raíz de las inquietudes manifestadas por la Plataforma de Profesionales de la Arqueología (PEPA), plataforma que representa a profesionales de todas las comunidades autónomas que desarrollan su actividad profesional en territorio nacional.

La PEPA se constituyó en 2021 con el objetivo de llevar a cabo planes estratégicos y acciones para la consolidación y reconocimiento de la profesión de la arqueología, desde los puntos de vista administrativo, legal y social, la unión del colectivo y el apoyo mutuo entre profesionales y entre los diferentes colegios profesionales, asociaciones y colectivos de diferentes zonas geográficas del estado español.

Gracias al proyecto “Creando redes europeas en la arqueología profesional” se lleva a la acción las preocupaciones de la PEPA mediante la realización de encuentros profesionales de formación y debate entre empresas y profesionales de arqueología de España con varios países de la Unión Europea, buscando, como fin último, la creación de una red común de cooperación entre los profesionales de la arqueología y, de esta manera, facilitar la consecución de un marco único, de opinión, social y legislativo, en el que la arqueología consigan sinergias.

El diagnóstico general de los profesionales de la arqueología en España es el de crisis del sector (económica, de reconocimiento institucional, de valor social) y su propuesta es afrontar esa crisis desde un marco europeo compartido. El convencimiento de que la consecución de ese objetivo facilitará la generación de empleo y la comprensión del trabajo arqueológico por parte de la sociedad, y, por tanto, contribuirá a facilitar el estudio, la conservación y la difusión del patrimonio arqueológico europeo es el motor del proyecto.

La materialización del mismo se traducirá en diversas acciones formativas, talleres y jornadas que se sucederán hasta octubre de 2025 en ciudades como Oporto, Santander, Madrid y Alcalá de Henares. El proyecto está financiado por el Ministerio de Cultura a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con fondos NexGenerationEU de la Unión Europea, el Gobierno de Cantabria, el Gobierno Vasco y la Universidad del País Vasco (UPV).

La presentación del proyecto tendrá lugar el próximo 18 de octubre en el Aulario de Las Nieves (Campus de UPV/EHU de Vitoria-Gasteiz). El formato consistirá en una Mesa de Diálogo Abierta al Público que contará con la presencia de representantes de instituciones culturales a nivel nacional y arqueólogos profesionales pertenecientes a la Plataforma Estatal de Profesionales de la Arqueología (PEPA). Por parte del Ministerio de Cultura asistirán: Txema Urkijo, asesor coordinador para el desarrollo del Estatuto del Artista, y Marta Arcos García, Coordinadora del Plan Nacional de Arqueología.

En representación del Gobierno Vasco está pendiente la persona participante y, en nombre de la Universidad del País Vasco, participará Belén Bengoetxea, decana de la Facultad de Letras y profesora del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la UPV/EHU.


Los puntos a tratar son los siguientes:

● La Arqueología profesional en Euskadi como caso de estudio. Análisis y retos de la praxis arqueológica en esta comunidad autónoma y su paralelismo con el resto de comunidades.

Plan Nacional de Arqueología. Se encuentra en la actualidad en proceso de redacción por parte del Ministerio de Cultura junto con las comunidades autónomas.

Su redacción debería finalizar a finales de este año. Entre otros, busca dar solución a algunos de los temas que más han preocupado a la profesión: la regulación de la cualificación necesaria que deben tener los profesionales que realizan los trabajos arqueológicos. A día de hoy, la Administración General del Estado no lo contempla, algunas autonomías exigen únicamente titulación (como la Comunidad Valenciana, que exige en su reglamento poseer “licenciatura en Geografía, Historia o Humanidades o grado en estas materias más máster”) mientras otras, además, hablan de la necesidad de “experiencia demostrada en la actividad para la que se solicita la autorización” (reglamento Xunta de Galicia). Esta disparidad provoca diferencias a la hora de ejercer la profesión en el país.

La existencia de este Plan supone el primer reconocimiento institucional a la profesión por parte del Ministerio de Cultura. Sin embargo, para su redacción, no se ha tenido en cuenta a la profesión, ni asociaciones profesionales ni asesores externos.

Estatuto del Artista y del Trabajador Cultural. Este conjunto de medidas a nivel nacional no se termina de materializar, dejando en el aire la necesaria creación de un epígrafe específico para los profesionales de la arqueología así como la aplicación de un IVA cultural acorde a la situación del colectivo.

Al día siguiente de la jornada de presentación del proyecto, el sábado 19 de octubre también en Vitoria, se celebrará la II Asamblea de la PEPA a puerta cerrada y únicamente para asociados donde se dará cuenta de lo realizado en el último año en la Plataforma y los siguientes pasos a seguir.

El ADN antiguo arroja luz sobre la diversidad genética de las élites post-romanas

Collegno, tumba n° 150. Elemento final de un cinturón para la guarda y suspensión de un armas de hierro con incrustaciones de plata y latón.

Un nuevo estudio de ADN antiguo realizado por un equipo de investigadores internacionales y codirigido por Krishna R. Veeramah, Dr. de la Universidad Stony Brook del Estado de New York, proporciona información sobre el desarrollo y las estructuras sociales de las comunidades rurales europeas después de la caída del Imperio Romano.

Los hallazgos, publcados en un artículo en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS), sugieren que las élites medievales tempranas, o aquellas de estatus social más alto, estaban formadas inicialmente por múltiples familias con ascendencias genéticas distintas. Sin embargo, con el tiempo, estas familias se casaron entre sí, y también las comunidades locales integraron a otros recién llegados, genéticamente diversos, con una variedad de orígenes sociales y culturales diferentes.

El equipo de investigación combinó datos paleogenómicos, arqueológicos e isotópicos para arrojar luz sobre la comunidad que utilizó un cementerio en Collegno, Italia, como lugar de enterramiento durante los siglos VI al VIII d.C. Los investigadores secuenciaron y analizaron los genomas de 28 individuos de dicho cementerio e incorporaron datos de 24 genomas publicados previamente. También estudiaron los patrones de movilidad social, así como de enterramiento y dieta de los individuos.

"Cuando el Imperio Romano colapsó, no sabíamos mucho sobre cómo se formaron las nuevas comunidades, pero muchas de las mismas serían la base demográfica de los países europeos modernos", explica Veeramah (izquierda), profesor asociado en el Departamento de Ecología y Evolución de la Facultad de Artes y Ciencias, y directora del Laboratorio Veeramah, que se dedica al estudio de la genómica evolutiva.

"Nuestro estudio revela que estas élites eran en términos genéticos sorprendentemente diversas y, en el proceso de creación de nuevas comunidades europeas en la era medieval, familias con ascendencia genética diversa se unieron para formar grupos gobernantes".

"En 2018, nuestro equipo publicó un artículo que establecía similitudes genómicas y culturales entre Collegno/Szólád, un pueblo en la Hungría moderna que mostraba una correspondencia significativa entre individuos con ascendencia del norte de Europa en ambos lugares de enterramiento", agrega Patrick Geary (derecha), Dr. del Instituto de Estudios Avanzados.

"Nuestro nuevo estudio sigue la transformación de esta comunidad italiana a lo largo de un siglo y muestra cómo nuevos grupos se trasladaron y se fusionaron con los habitantes existentes", agrega el Dr. Geary.

Los investigadores descubrieron que la comunidad de Collegno se creó inicialmente y se organizó en torno a una red de individuos estrechamente relacionados, probablemente procedentes de varias familias de la élite, pero con el tiempo evolucionaron hasta convertirse en un único linaje extendido que abarcó al menos cinco generaciones.

Collegno, tumba 143. Elementos de cinturón 'múltiples' de hierro con incrustaciones de plata y latón.

Veeramah y sus colegas creen que los individuos de este linaje tenían un rango más alto en la sociedad debido a sus dietas más ricas y a los objetos con los que fueron enterrados, muy detallados y probablemente más costosos, tales como armas y cinturones muyb elaborados.

Los hallazgos también muestran que, si bien la comunidad de Collegno fue establecida inicialmente por estas familias de élite, la mayoría de las cuales provenían del norte de Europa, la comunidad luego incorporó a individuos de otros orígenes y antecedentes genéticos, incluidos lugareños de los alrededores.

Fuente: stony Brook New York | 22 de agosto de 2024

Nuevas evidencias de Papúa Occidental ofrecen nuevas pistas sobre cómo y cuándo los humanos se trasladaron por primera vez al Pacífico

Proyecto arqueológico Tristan Russell/Raja Ampat.

En el pasado remoto de la humanidad, navegantes muy hábiles emprendieron audaces travesías desde Asia hasta las islas del Pacífico. Fue una migración de importancia mundial que dio forma a la distribución de nuestra especie, el Homo sapiens, en todo el planeta.

Estos marineros se convirtieron en los antepasados ​​de las personas que hoy viven en la región, desde Papúa Occidental hasta Aotearoa Nueva Zelanda. Sin embargo, para los arqueólogos, el momento preciso, la ubicación y la naturaleza de estas dispersiones marítimas no están claros.

Por primera vez, nuestra nueva investigación proporciona evidencia directa de que los marineros viajaron a lo largo del ecuador para llegar a las islas cercanas a la costa de Papúa Occidental hace más de 50 milenios.

Excavaciones en la puerta de entrada al Pacífico

Nuestro trabajo de campo arqueológico en la isla Waigeo, en el archipiélago Raja Ampat de Papúa Occidental, representa la primera colaboración internacional importante de este tipo, en la que participan académicos de Nueva Zelanda, Papúa Occidental, Indonesia y otros lugares.

Centramos nuestras excavaciones en la cueva Mololo, una colosal cámara de piedra caliza rodeada de selva tropical. Se extiende a lo largo de cien metros de profundidad y es el hogar de colonias de murciélagos, lagartos varanos y alguna que otra serpiente. En el idioma local Ambel, Mololo significa el lugar donde se juntan las corrientes, un nombre apropiado para las aguas agitadas y los grandes remolinos en los estrechos cercanos.

Los arqueólogos Daud Tanudirjo y Moses Dailom excavando en la cueva de Mololo. Tristan Russell , CC BY-SA

La excavación descubrió varias capas de ocupación humana asociadas con artefactos de piedra, huesos de animales, conchas y carbón, todos restos físicos descartados por los antiguos humanos que vivían en la cueva.

Estos hallazgos arqueológicos fueron raros en las capas más profundas, pero la datación por radiocarbono en la Universidad de Oxford y la Universidad de Waikato demostró que los humanos vivían en Mololo al menos 55.000 años antes de la actualidad.

Búsqueda de alimentos en la selva tropical

Un hallazgo clave de la excavación fue un artefacto de resina de árbol fabricado en esa época. Se trata del ejemplo más antiguo de resina utilizada por personas fuera de África y pone de manifiesto las complejas habilidades que los humanos desarrollaron para vivir en las selvas tropicales.

El artefacto de resina de árbol encontrado en la cueva de Mololo data de hace entre 55.000 y 50.000 años. El gráfico muestra cómo pudo haberse fabricado y utilizado. Dylan Gaffney , CC BY-SA.

El análisis con microscopio electrónico de barrido indicó que el artefacto se produjo en varias etapas. Primero se cortó la corteza de un árbol productor de resina y se dejó que ésta goteara por el tronco y se endureciera. Luego, la resina endurecida se moldeó.

Se desconoce la función del artefacto, pero es posible que se haya utilizado como fuente de combustible para las hogueras dentro de la cueva. Durante el siglo XX se recogió resina similar en Papúa Occidental y se utilizó para hacer fuego antes de que se introdujeran el gas y la iluminación eléctrica.

Nuestro estudio de los huesos de animales de Mololo indica que la gente cazaba aves terrestres, marsupiales y posiblemente murciélagos gigantes. A pesar de que la isla Waigeo es el hogar de animales pequeños que son difíciles de capturar, la gente se estaba adaptando a utilizar los recursos de la selva tropical junto con los alimentos costeros que las islas ofrecen con facilidad. Este es un ejemplo importante de la adaptación y flexibilidad humanas en condiciones difíciles.

Ejemplo moderno de resina de árbol de las islas Raja Ampat utilizada para encender un fuego. Dylan Gaffney , CC BY-SA

Rutas marítimas hacia el Pacífico

La excavación de Mololo nos ayuda a aclarar el momento preciso en que los humanos se trasladaron al Pacífico. Este momento es objeto de un intenso debate porque tiene importantes implicaciones para la rapidez con la que nuestra especie se dispersó desde África hacia Asia y Oceanía.

También tiene implicaciones sobre si las personas llevaron a la extinción a la megafauna oceánica, como los canguros gigantes (Protemnodon) y los wombats gigantes (Diprotodontids), y cómo interactuaron con otras especies de homínidos como el "hobbit" (Homo floresiensis) que vivió en las islas de Indonesia hasta hace unos 50.000 años.

Los arqueólogos han propuesto dos corredores marítimos hipotéticos que conducen al Pacífico: una ruta hacia el sur hasta Australia, y otra ruta hacia el norte, hasta Papúa Occidental.

En lo que hoy es el norte de Australia, las excavaciones indican que los humanos pueden haberse asentado en el antiguo continente de Sahul, que conectaba Papúa Occidental con Australia, hace 65.000 años.

Sin embargo, los hallazgos de Timor sugieren que la gente se desplazaba por la ruta del sur hace solo 44.000 años. Nuestro trabajo respalda la idea de que los primeros navegantes cruzaron por la ruta del norte hacia Papúa Occidental y luego se trasladaron a Australia.

Dos posibles rutas marítimas desde Asia hasta la región del Pacífico: una ruta septentrional a lo largo del ecuador hasta Raja Ampat y una ruta meridional vía Timor hasta Australia. Dylan Gaffney , CC BY-SA.

Papúa Occidental: un enigma arqueológico

A pesar de nuestras investigaciones, todavía sabemos muy poco sobre el pasado humano profundo en Papúa Occidental. La investigación ha sido limitada debido principalmente a la crisis política y social de la región.

Es importante destacar que nuestra investigación muestra que los primeros habitantes de Papúa Occidental eran sofisticados, muy móviles y capaces de idear soluciones creativas para vivir en pequeñas islas tropicales. Las excavaciones en curso de nuestro proyecto tienen como objetivo proporcionar más información sobre cómo la gente se adaptó a los cambios climáticos y ambientales en la región.

Sabemos por otros sitios arqueológicos en el país independiente de Papúa Nueva Guinea que una vez que los humanos llegaron a la región del Pacífico, siguieron aventurándose hasta las Tierras Altas de Nueva Guinea, el Archipiélago de Bismarck y las Islas Salomón hace 30.000 años.

No fue hasta hace unos 3.000 años que los navegantes se trasladaron más allá de las Islas Salomón para colonizar las islas más pequeñas de Vanuatu, Fiji, Samoa y Tonga. Sus descendientes viajaron más tarde hasta Hawái, Rapa Nui y Aotearoa.

Trazar un mapa de la arqueología de Papúa Occidental es vital porque nos ayuda a entender de dónde vinieron los antepasados ​​del Pacífico en general y cómo se adaptaron a vivir en este nuevo y desconocido mar de islas.

Plantillas de manos de edad desconocida de las islas Raja Ampat. Tristan Russell , CC BY-SA

Fuentes: theconversation | ox.ac.uk| 13 de agosto de 2024

Los autores agradecen la contribución de Abdul Razak Macap, antropólogo social del Centro Regional de Patrimonio Cultural en Manokwari.

Un estudio sobre la primera iglesia del mundo, en Dura Europos (Siria), cuestiona los orígenes de su estructura edificativa

Una de las ruinas del yacimiento de Dura Europos. Wikimedia Commons

A mediados del siglo III d.C. el Imperio Romano tembló. Florecientes ciudades se abandonaron, la moneda perdió valor y los bárbaros asediaron el limes. En medio del caos de usurpadores y legiones sublevadas los emperadores se decidían a golpe de espada. En oriente, bañada por el sol de Siria y acariciada por las aguas del Éufrates, la ciudad romana de Dura Europos quedó sitiada por un furioso ejército persa sasánida. En la desesperada defensa se intentó reforzar su muralla occidental con un terraplén que enterró numerosos edificios.

Al final, los persas conquistaron la ciudad al asalto y quedó abandonada sobre el año 256, pero los hogares enterrados bajo el terraplén se conservaron. Entre ellos estaba una casa en la que los primeros cristianos se reunían de forma clandestina para celebrar sus ritos y liturgias. Se trata de la primera iglesia cristiana de la que se tiene constancia cuando su fe estaba perseguida, oculta en el interior de un hogar, una domus ecclesiae.

Un nuevo estudio publicado en el Journal of Roman Archaeology desafía las ideas tradicionales sobre este espacio de culto y el cristianismo primitivo. "El edificio cristiano tenía poco que ver con un espacio doméstico en Dura Europos y, por lo tanto, pone en tela de juicio la narrativa de los orígenes materiales del cristianismo primitivo", afirma en una nota de prensa Camile Leon Angelo (izquierda), investigadora del Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de Yale y principal autora del artículo que además desafía la validez del término domus ecclesiae.

Hasta hoy estaba aceptado que esta domus ecclesiae, reformada en el año 234, era una de tantas residencias privadas adecuadas al culto por las primeras comunidades cristianas, tal como se hace referencia en el Nuevo Testamento. "Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando", reza 'Hechos de los Apóstoles' en su capítulo 12, versículo 12.

Plano de la ciudad de Dura realizado por AH Detweiler (Colección Dura-Europos, YUAG, neg. Y-733 ), anotado con nombres de estructuras y bloques por JA Baird. (Cortesía de JA Baird.).

Su descubrimiento se realizó entre 1920 y 1930 en unas campañas de excavación realizada por arqueólogos de la Universidad de Yale y la Academia Francesa de Inscripciones y Letras. En su investigación también desenterraron una sinagoga y un mitreo, es decir, un templo dedicado a un críptico y oscuro dios (Mitra) adorado por las legiones. Los tres templos estaban en el mismo barrio y permanecieron en uso hasta mediados del siglo V d. C., cuando los sasánidas sitiaron la ciudad, la población fue desplazada y el lugar fue enterrado.

"Ahora bien, no decimos 'casa sinagoga' o 'casa Mitreo', sino que permitimos que se sostengan conceptualmente por sí mismas", sostiene Leon Angelo. "Entonces, si tenemos un edificio que sigue la misma trayectoria arquitectónica en la ciudad, ¿por qué enfatizamos los orígenes domésticos de la estructura? Queríamos saber qué tan doméstico era y cómo lo habría visto la comunidad".

Planta-perspectiva del edificio cristiano (M8-A): (a) antes de su renovación para uso de la comunidad cristiana; (b) después de su renovación para uso de la comunidad cristiana. (C. Leon Angelo y J. Silver.)

Para responder a estas preguntas, los investigadores analizaron todos los informes de excavación archivados en la Universidad de Yale sobre el yacimiento sirio para comprender cómo eran las casas de Dura Europos, qué contenían y qué funciones cumplían. Después de comprender a fondo lo que constituía el espacio doméstico para esa comunidad, lo compararon con las características de los edificios cristianos y encontraron diferencias significativas.

De ese período han persistido dos suposiciones engañosas: primero, que las casas renovadas para uso de la comunidad cristiana eran omnipresentes en todo el Imperio Romano en el siglo III; y segundo, que esas casas en ese momento habrían sido designadas domus ecclesiae o οἶκος τῆς ἐκκλησίας. Sin embargo, ni la evidencia arqueológica ni la literaria apoyan estas afirmaciones.

Ruinas de la casa-iglesia. Wikimedia Commons.

No había cocina ni agua

En el edifico cristiano objeto de estudio se conservaron pinturas murales. Hay una escalera en el patio, pero no se documentó ninguna cisterna para almacenar agua potable. Ninguno de los demás hogares comparados tenía características similares. Además, la eliminación de la cisterna y de la zona dónde preparaban los alimentos sugiere que no interactuaban con el espacio de reunión como si fuera una vivienda.

Sus habitaciones de la planta baja también fueron modificadas para crear una única sala bastante grande, y otra, utilizada como baptisterio, excepcionalmente pequeña en comparación con otras casas de la ciudad.

Además, los investigadores estudiaron los cambios en la forma en que la gente circulaba por las habitaciones, así como el uso de diferentes superficies y formaciones de asientos, lo que sugiere todo ello un alejamiento del entorno doméstico. Además se utilizaron simulaciones de cambios en la luz solar para determinar hasta qué punto ciertas renovaciones del edificio significaban una mayor superficie de las habitaciones que daban al patio y podían utilizarse en más momentos del día sin necesidad de lámparas o velas.

Simulación de la iluminancia anual acumulada del edificio cristiano (M8-A) después de la adaptación; vista desde la sala 2, mirando hacia el suroeste. La entrada a la sala 4 está a la izquierda y la entrada a la sala 5 está a la derecha (parámetros de render: 253 d. C., ventanas y puertas abiertas; escala: 0-1500 lx). (C. Leon Angelo y J. Silver.).

"Los diálogos en el ámbito académico y en la cultura popular dan la impresión de que, antes del emperador Constantino (306-307 d.C.), los cristianos se reunían y celebraban sus cultos en espacios pseudodomésticos", continúa Leon Angelo. "Pero si este espacio cristiano de Dura Europos es el único ejemplo con una fecha segura que tenemos, y que, de hecho, no era particularmente o ni siquiera algo doméstico, ¿por qué se sigue manteniendo esta percepción?"

"Estos datos tienen mucho peso y poder", afirmó Leon Angelo, consciente de las reacciones que puede desatar en el mundo académico su cambio de paradigma. "También nos interesa profundamente el cristianismo primitivo, pero queremos hacer justicia a la comunidad cristiana de Dura Europos y a su historia e intentar comprenderlos en sus propios términos, en lugar de a través de suposiciones que los académicos han proyectado sobre su espacio".

Fuentes: elespanol.com | cambridge.org | 16 de agosto de 2024