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Así se hizo y está en la actualidad el primer túnel 'carretera' del mundo que construyeron los romanos en el 36 a.C.

Así es el túnel de Cocceio tiene la capacidad para que dos carros circulen de manera vertical. (Fuente: Falk2 / Wikimedia Commons).

Los romanos son considerados grandes escultores y arquitectos de la antigüedad, con diferentes edificios que se alzan a lo largo y ancho de los territorios que conquistaron en la actual Europa, norte de África y Medio Oriente. Una de las pruebas irrefutables de su desarrollo es el coliseo romano, entre otros. Sin embargo, en Nápoles se encuentra otra obra maestra de la ingeniería civil. Se trata del primer túnel carretera del mundo, el cual se creó en el 36 a.C.

Entre los siglos 36 y 37 a.C, Marco Vipsanio Agripa, amigo personal del emperador Augusto, estableció la base romana naval más importante de todas en el puerto Iulius o Julio, en honor a Julio César y que construyó el arquitecto Lucio Coceyo Aucto.

El Imperio romano no solo era fuerte por tierra, sino también por mar. Y allí se hospedaban sus grandes y más poderosos navíos, por lo que era necesario protegerlos de posibles ataques. En particular, a los que estaban en proceso de elaboración. Para ello, se tuvo en cuenta el lago Averno, que ni desde la orilla ni desde alta mar era posible divisarse.

Además, ese centro de carga y descarga se convirtió en uno de los más importantes para la ingeniería antigua, con lo que se diseñaron diferentes establecimientos para depositar las mercancías, puntos de venta y demás. Su organización era ejemplar y el mismo se extendía hacia el interior de la ciudad de Cumas.

Así es el plano del túnel hecho por los romanos. Fuente: Biblioteca Comunale di Cava de’ Tirreni.

Su tamaño demandó de un muelle de 372 metros de largo sobre arcos con 15 pilotes cuadrangulares. Allí se establecieron astilleros también y, a la entrada de la vía Herculanea, que conectaba el mar con el lago, se había ubicado una muralla de defensa.

Para conectar el puerto central que estaba en el lago y la ciudad se excavó un túnel sobre piedra volcánica, capaz de proveer una salida rápida si era necesario. A este espacio se lo reconoció como la primera carretera dentro de una montaña de todo el mundo y fue hecha por los romanos.

En la actualidad el túnel permanece al resguardo de su uso civil, debido a la fragilidad frente al desgaste exterior. Alexandre Albore - (Fuente: Ruthven)

En la actualidad existe y se la conoce como la Gruta de Cocceio. Tiene un kilómetro de longitud, un desnivel de 40 metros y una altura de 12 metros. Su anchura va de entre 5 a 6 metros, por lo que es posible que dos carros en paralelo circulen sin problemas por allí.

Este mismo se erigió en el Monte Grillo. Sobre la entrada al lago Averno, se encontraba una columna con nichos que soportaban esculturas, las cuales en la actualidad ya no existen. Uno de los detalles que asombró a los ingenieros de nuestra era contemporánea es que los romanos pensaron hasta en la ventilación e iluminación interior del mismo. Para ello, perforaron pequeños agujeros de 30 metros de altura.

En paralelo al primer túnel, se alzó otro de dimensiones más pequeñas y que también contó con un acueducto, para que el agua llegase desde el lago hacia la zona urbana, bautizado como 'Aqua Augusta'. Lo cierto es que con el traslado de la base naval a Miseno en el 12 a.C, este perdió importancia y solo funcionó como vía comercial civil.

Hoy en día el gobierno italiano lleva a cabo diferentes obras para resguardar su patrimonio arqueológico, entre ellos, la Gruta de Cocceio, que en la Segunda Guerra Mundial sufrió detonaciones accidentales que lo deterioraron. Con el paso del tiempo y la invasión de murciélagos, se intentó salvarlo de la erosión externa.

La ciudad romana oculta bajo un campo de cereal en Málaga: tiene enigmáticos edificios y un acueducto

Plano de Flavia Sabora Universidad de Cádiz/Cuadernos de Arqueología.

En el siglo XVI, un labrador se encontraba trabajando en los campos de los alrededores del pueblo malagueño de Cañete la Real cuando descubrió un extraño artefacto. En su tarea se topó con una placa de bronce, enverdecida por el paso de los siglos, que narraba la respuesta de un emperador a una pequeña comunidad indígena que aspiraba a convertirse en romana. Un oppidum conocido como Sabora no podía expandirse por su complicada orografía, en lo alto del Cerro de la Horca, y envió a dos legados en el año 77 d.C. hacia la ciudad de Roma con una petición para Vespasiano.

El emperador, que había logrado imponerse al mando de sus legiones después de una caótica guerra civil, les escuchó atentamente y tomó una resolución que inundó de alegría a las élites de la modesta ciudad. El augusto emperador les daba permiso para trasladarse a un llano en el que podrían deslumbrar a la Bética con sus edificios monumentales. Para ello, el nuevo asentamiento debía adoptar el nombre de la dinastía imperial, Flavia.

Campos de El Carrascal desde el aire señalando el cerro del oppidum Cuadernos de Arqueología.

Los albañiles levantaron la ciudad de Flavia Sabora siguiendo las modas del Imperio hasta que, poco tiempo después, cayó en el olvido y se perdió en las brumas de la historia, al menos hasta hoy. Casi 2.000 años después de su fundación, los investigadores de la Universidad de Cádiz quedaron asombrados por los resultados de su análisis con georradar realizado en 2022 en la finca de El Carrascal. Las calles, una domus con posibles mosaicos, un almacén, enigmáticos edificios y hasta un acueducto podían verse perfectamente en sus pantallas. Bajo las fértiles tierras del valle de Guadalteba se escondía una ciudad perdida que había sido encontrada.

Todas las piezas del rompecabezas parecen encajar. Las condiciones geográficas y el resultado de los análisis apuntan a que "las ruinas que se encuentran bajo el campo de cereal son, de modo potencial, candidatas a ser identificadas como los vestigios del municipio de Flavia Sabora", explican Isabel María Rondán-Sevilla, investigadora de la Universidad de Cádiz, y Lázaro Gabriel Lagóstea Barrios, catedrático y profesor de Historia Antigua en la misma institución, en un estudio sobre el yacimiento publicado el pasado marzo en la revista Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra.

Radar en El Carrascal Universidad de Cádiz/ Cuadernos de Arqueología

La modesta Flavia Sabora

Se trata de una modesta ciudad de 1,5 hectáreas construida en una sola fase a finales del siglo I d.C. y abandonada en el siglo II d.C. tras una breve ocupación de un par de generaciones, lo cual la convierte un caso singular en la antigua provincia de Bética. Los investigadores destacan su "gran valor para el conocimiento de la evolución de la técnica y los programas edilicios del período imperial".

En 2020 una serie de fotografías aéreas desveló la posible existencia de ruinas en el lugar y un vecino dio la alarma sobre una serie de pozos practicados por expoliadores. Los últimos datos obtenidos por el georradar fueron procesados por un sofisticado software que mostró el trazado de la ciudad apuntando una serie de anomalías. Algunas de estas se encuentran a tan solo 40 centímetros de la superficie.

Conjunto Absidal

Al oeste se ha documentado una construcción a la que llaman Conjunto Absidal, interpretado como un lugar destinado a la representación social del poder que contó con un rico patio porticado repleto de columnas en el que se identifican estructuras de santuarios y estanques con un posible ninfeo.

Planta esquemática de la 'domus'.

Rodeando este edificio se encuentra un conjunto de varias insulae bastante deterioradas. Junto a estos se intuye una domus organizada sobre un atrio que contaba con una cisterna. Su análisis arrojó una serie de datos que invitan a los arqueólogos a pensar en la presencia de algunos mosaicos ya que apuntan a que probablemente tiene restos de pavimentación.

Planta esquemática de la Insula 1

A tientas, siguiendo los trazos geométricos y esquemáticos del plano de la ciudad, sus calles conducen hacia una pequeña plaza central de cuya forma rectangular dan muestra sus potentes muros. "Es tentador identificar este conjunto con un ambiente foral a pesar de sus dimensiones", valoran en el estudio.

Los habitantes de la zona hablaron durante siglos de la existencia de las ruinas de un acueducto que en algún momento de su historia de abandono quedó destrozado por las tareas agrícolas. Una serie de trazados dispersos ofrecidos por el georradar parece confirmar la veracidad de la leyenda, aunque no se ha encontrado ningún rastro de su castellum aquae.

Detalle del recorrido del acueducto y la localización de cisternas en el yacimiento.

El regalo a Carlos V

La ciudad termina hacia el noreste, donde se ha identificado un almacén dividido en diez naves que ocupa más de 1.700 metros cuadrados. Situada en un gran cruce de caminos que comunican la bahía de Málaga con los dorados campos del Guadalquivir, la élite decurial de Flavia Sabora extendía su poder al menos 276 kilómetros a la redonda repletos de campos de cereal en los que se afanaron durante siglos los humildes labradores.

Olvidada en el tiempo y enterrado su esqueleto, algunos mármoles han ido apareciendo con el paso de los siglos. El bronce que narró su fundación fue estudiado, traducido y enviado como regalo a la corte del entonces rey emperador Carlos V y allí quedó hasta que, al igual que su ciudad, desapareció de la historia. Quizá ocurrió en la triste nochebuena de 1734 cuando el Alcázar Real de Madrid, repleto de colecciones y piezas artísticas, fue arrasado por un incendio y las campanadas de alarma fueron confundidas con llamadas a la misa del gallo.

Fuente: elespanol.com | 12 de abril de 2024

Descubren en Pompeya un espectacular salón de banquetes con frescos de personajes y dioses de la guerra de Troya

Los frescos representan a personajes dela guerra de Troya: Paris secuestra a Helena.

Una serie de impresionantes obras de arte han sido descubiertas en una nueva excavación en Pompeya, la antigua ciudad romana que quedó sepultada tras una erupción del Monte Vesubio en el año 79 d.C.

Los arqueólogos dicen que los frescos se encuentran entre los mejores de las ruinas de esta antigua ciudad romana. Figuras míticas griegas como Helena de Troya están representadas en las altas paredes negras de un gran salón de banquetes.

El piso de mosaico casi completo de la habitación incorpora más de un millón de azulejos blancos individuales.

La excavación actual, la más grande en una generación, refuerza la posición de Pompeya como la principal ventana del mundo desde donde poder observar a la gente y la cultura del antiguo imperio romano.

El director del parque, Gabriel Zuchtriegel (izquierda), presentó el jueves, en exclusiva a la BBC, la "habitación negra".

"Es probable que el color de las paredes se haya elegido para ocultar los depósitos de humo de las lámparas que se utilizaban cuando se reunían socialmente después del atardecer. Bajo la luz brillante, las pinturas casi habrían cobrado vida", explica Zuchtriegel.

Hay dos frescos que dominan la sala. En uno, se ve al dios Apolo intentando seducir a la sacerdotisa Casandra. Su rechazo, cuenta la leyenda, dio como resultado que sus profecías fueran ignoradas.

La trágica consecuencia se cuenta en la segunda pintura, en la que el príncipe Paris conoce a la bella Helena, una unión que Casandra sabe que los condenará a todos a la Guerra de Troya.

La habitación negra apareció en las últimas semanas.

La 'habitación negra' es el último tesoro que surgió de la excavación -que comenzó hace 12 meses-, una investigación arqueológica que aparecerá en una serie documental de la BBC y Lion. Entretanto, los investigadores están limpiando un amplio bloque residencial y comercial, conocido como "Región IX", sobre el que cayeron varios metros de piedra pómez y cenizas arrojadas por el Vesubio hace casi 2.000 años.

El personal tiene que actuar rápidamente para proteger los nuevos hallazgos y llevar lo que se pueda a un depósito. En el caso de los frescos, que deben permanecer en su sitio, se inyecta en su parte trasera un pegamento de yeso para evitar que se despeguen de las paredes. La mampostería se está apuntalando con andamios y se está colocando un techo temporal por encima.

El dios Apolo aparece representado en uno de los frescos intentando seducir a la sacerdotisa troyana Casandra.

La jefa de restauración, la Dra. Roberta Prisco (derecha) pasó el martes de esta semana tratando de evitar que se derrumbara un arco. "La responsabilidad es enorme; mírame", dice, como si el estrés fuera visible en su rostro. "Tenemos una pasión y un amor profundo por lo que estamos haciendo, porque lo que estamos descubriendo y protegiendo es también para el disfrute de las generaciones que vienen después de nosotros".

La Región IX se convirtió en una historia de detectives para los arqueólogos. Las excavaciones de finales del siglo XIX descubrieron una lavandería en un rincón, pero las últimas obras han revelado ahora una panadería mayorista al lado, así como la gran residencia con su 'habitación negra'.

El equipo cree que las tres áreas pueden estar conectadas, físicamente a través de tuberías y pasillos especiales, pero también en términos de su propietario. La identidad de este individuo queda insinuada en numerosas inscripciones con las iniciales "ARV". Las letras aparecen en las paredes e incluso en las piedras del molino de la panadería.

"Sabemos quién es ARV: es Aulus Rustius Verus", explica la arqueóloga del parque, la Dra. Sophie Hay (izquierda). Lo conocemos por otra propaganda política existente en Pompeya. Era un político muy rico. Creemos que puede ser el dueño de la casa elegante detrás de la panadería y la lavandería".

Lo que está claro, sin embargo, es que todas las propiedades estaban en proceso de renovación en el momento de la erupción. Los trabajadores que escaparon dejaron las tejas cuidadosamente apiladas; sus botes de mortero de cal todavía están llenos, esperando ser usados; sus palas y picos perduran, aunque los mangos de madera se pudrieron hace mucho tiempo.

Hace falta inyectar pegamento para yeso detrás de los frescos para evitar que se desprendan de la pared.

La Dra. Lia Trapani (abajo) cataloga todo lo que encuentra en la excavación. Toma una de las mil o más cajas de artefactos que hay en su depósito y saca un cono de color turquesa. "Es el peso de plomo de una plomada". Al igual que los constructores actuales, los trabajadores romanos lo utilizaban para nivelar superficies verticales. "Si miras de cerca, puedes ver que todavía hay un pedacito de cuerda romana", dice sosteniendo el cono entre sus manos.

La arqueóloga Trapani muestra la plomada descubierta.

El Dr. Alessandro Russo (izquierda) es el otro arqueólogo codirector de la excavación. Quiere mostrarnos un fresco del techo recuperado de una habitación. Destrozado durante la erupción, sus piezas halladas se han dispuesto, al estilo de un rompecabezas, sobre una gran mesa. Después de mojar los pedazos de yeso con un rocío de agua, los detalles y los colores se ven más vivos.

La imagen muestra paisajes con personajes egipcios; alimentos y flores; y unas imponentes máscaras teatrales. "Este es mi descubrimiento favorito en esta excavación porque es complejo y raro. Es de alta calidad para un individuo de alto estatus", explica Russo.

Otro fresco representa a Leda y Zeus en forma de cisne, cuya unión dio lugar al nacimiento de Helena de Troya.

Pero si el fresco del techo de la gran propiedad puede describirse como exquisito, lo que revela el descubrimiento de la panadería es un aspecto mucho más brutal de la vida romana: la esclavitud. Es obvio que las personas que trabajaban en el negocio vivían encerradas en condiciones deplorables, al lado de los burros que hacían girar las piedras del molino.

Al parecer había una ventana, y esta tenía rejas de hierro para impedir que se escaparan. Es en la panadería también donde se han descubierto los únicos esqueletos de la excavación. Dos adultos y un niño que fueron aplastados por las piedras.

Los arqueólogos tuvieron que reconstruir un fresco del techo que se hizo añicos durante la erupción volcánica.

Se piensa que pudieron haber sido esclavos que quedaron atrapados y no lograron huir de la erupción. Pero son conjeturas. "Cuando excavamos, nos preguntamos 'qué estamos mirando'", explicó el Dr. Gennaro Iovino (izquierda), arqueólogo codirector.

"Al igual que el escenario de un teatro, tienes la escenografía, el telón de fondo y el culpable, que es el Monte Vesubio. El arqueólogo tiene que ser bueno llenando los vacíos: contando la historia de los actores desaparecidos, las familias y los niños, la gente que ya no está".

También se conservaron cornisas ornamentadas bajo los escombros volcánicos.

Fuente: bbc.com | 11 de abril de 2024

Descubren la tumba de un 'hetairoi' macedonio y su esposa en Aigai (Grecia)

Otra importante tumba macedonia, la de un rico residente de Aigai (Grecia), que fue enterrado junto con su esposa, fue encontrada en la zona con motivo de las obras de construcción de una red de alcantarillado. Este descubrimiento, así como otros importantes hallazgos sacados a la luz por la pala arqueológica el año pasado en la ciudad y necrópolis de Aigai durante las excavaciones de rescate, ha sido presentado por la Superintendente Honoraria de Antigüedades, Angeliki Kottaridis, en la 36ª Reunión Arqueológica Anual celebrada en Salónica y dentro del "Proyecto Arqueológico en Macedonia y Tracia en 2023".

Se trata de una tumba que estaba ubicada en una zona con montículos, en la esquina noroeste de la necrópolis, junto al canal de drenaje. "Por supuesto, éste no causó ningún daño, pues la excavación se detuvo inmediatamente y desenterramos la tumba. Seguidamente, se hizo un operativo para darle mantenimiento a la fachada, ya que contenía morteros y luego la abrimos, no mucho, lo justo para poder entrar”, describe la señora Kottaridis (izquierda). La fachada de la tumba era sencilla, sin puerta, con un portal cerrado con piedras, si bien en el lugar se encontró una valiosa pira funeraria que aportará información muy interesante a los arqueólogos.

Inmediatamente después, la señora Kottaridis presentó fotografías del interior de la tumba, cuyas dimensiones son 3,70 x 2,70 metros. La arqueóloga quedó impresionada por la imagen de la cinta dorada con grandes lazos que está pintada alrededor del perímetro de la tumba. "Esta es una tumba importante porque el hombre aquí enterrado tenía un escudo reforzado con piezas de hierro, y las armas que se salvaron parcialmente muestran que fueron hechas en un buen taller, por lo que probablemente estamos ante un miembro de la caballería de Alejandro Magno, un 'hetairoi'", señala.

Casco de un guerrero hallado en Aigai. Crédito: Angeliki Kottaridi

Los morteros de colores de la fachada, según comprobaron los arqueólogos, son de dos fases y esto se explica porque posteriormente allí también fue enterrada su esposa. Angeliki Kottaridis, de hecho, mostró al público fotografías de las joyas encontradas en la tumba que prueban esta afirmación, mientras que lo que destaca de las mismas es una corona de mirto dorado. "Muy cerca de esta tumba, a sólo 100 metros de distancia, está la tumba que Dimitris Pantermanlis cavó en el año 1969, donde hay otros dos montículos. Probablemente se trate de un conjunto de notables y ricas tumbas", estima la arqueóloga.

Angeliki Kottaridis también se refirió a la parte del muro que fue encontrada como parte de las excavaciones con motivo del proyecto de drenaje, en el camino que sube al palacio de Aigai. "Este elemento es particularmente interesante, ya que muestra exactamente los límites de la ciudad. El muro tiene poco más de dos metros de ancho, lo que significa seis pies macedonios. La antigua muralla del siglo V a.C., que data de los años de Pérdicas II tiene una anchura de aproximadamente un metro, es decir tres pies", dijo, haciendo la comparación con el hallazgo más antiguo.

Algunas de las piezas escultóricas de arcilla halladas en Aigai. Crédito: Angeliki Kottaridi.

La mayor parte de las excavaciones, sin embargo, tuvieron lugar en el "corazón" de la necrópolis, muy cerca del Real Túmulo de los Teménidas, donde se encontró el enterramiento de un guerrero tenía un casco a los pies y empuñaba una espada en la mano derecha encima de su pecho. "Tenemos a un hombre que no ostenta el casco, pero que tiene una bonita espada que sostiene en su mano derecha; se le han caído los anillos y hemos recuperado el alfiler que sostenía la clámide", describe Kottaridis.

También mencionó el hallazgo de una tumba arcaica del año 530 a.C. y en la que se encuentra un esqueleto así como grandes alfileres de hierro con cabezas de plomo.

Fuente: amna.gr | 29 de marzo de 2024

Pompeya desvela un fascinante hallazgo sobre las técnicas constructivas de los romanos

Fila de tejas y, al fondo, un pared con un fresco mitológico. Parque Arqueológico de Pompeya

La vida en Pompeya se apagó en el año 79 d.C. con una terrible catástrofe. Los cuerpos de las víctimas de la erupción del Vesubio arrojan una trágica estampa, pero las excavaciones en la antigua ciudad han permitido rescatar muchísima información sobre todos los aspectos imaginables del mundo romano.

Los actuales trabajos de investigación en una zona central del yacimiento acaban de sacar a la luz los restos de una obra en curso cuando el volcán desató toda su furia: un conjunto de herramientas de trabajo, tejas y ladrillos apilados y montones de cal que ofrecen otra instantánea valiosa sobre la actividad diaria y las técnicas de construcción de la Antigua Roma.

Lo más destacado del hallazgo de esta casa en reconstrucción, probablemente dañada por algún terremoto como el que se registró en el año 62 d.C., es que ha permitido documentar un atajo constructivo empleado por los romanos para terminar más rápido las obras: mezclar directamente la cal viva, y no 'apagarla' antes en agua, con la arena puzolánica para elaborar su famoso hormigón (opus caementicium). Una argamasa que tan solo se habría humedecido en el momento de aplicarse sobre los muros. Esto significa que el mejunje estaba aún caliente debido a la reacción térmica en curso y, por lo tanto, se secó más rápidamente, acortando el tiempo de construcción de toda la edificación.

Ver vídeo en el siguiente enlace.

"La hipótesis propuesta por el equipo es la de la mezcla en caliente, es decir, la mezcla a altas temperaturas, donde la cal viva (y no la cal apagada) se premezcla con puzolana seca y posteriormente se hidrata y se aplica en la construcción del 'opus caementicium'", explican los autores de un estudio realizado por investigadores del Parque Arqueológico de Pompeya y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (Estados Unidos) y cuyos resultados se han presentado este lunes en el E-Journal de las excavaciones en el yacimiento.

"Los datos que surgen parecen indicar el uso de cal viva en la fase de construcción de los muros, un práctica ya hipotetizada en el pasado y capaz de acelerar significativamente el tiempo necesario para una nueva construcción, pero también para la renovación de edificios dañados, por ejemplo, por un terremoto", ha valorado Gabriel Zuchtriegel (izquierda), el director del Parque Arqueológico. "Esta parece haber sido una situación muy extendida en Pompeya, donde se estaban realizando trabajos en casi todas partes, por lo que es probable que después del gran terremoto del año 62 d.C., diecisiete años antes de la erupción, se hubieran producido otras sacudidas sísmicas que azotaron la ciudad antes del cataclismo del año 79 d.C.".

La nueva información sobre las técnicas de construcción romanas se ha obtenido gracias a las excavaciones en curso en la Regio IX, concretamente en la Insula 10, donde se han hallado una panadería-cárcel donde los esclavos -con ayuda de burros atados y con los ojos vendados caminaban durante horas haciendo girar las ruedas de moler- fueron confinados para trabajar el grano y fabricar pan, o un bodegón con una especie de pizza antigua. Los trabajos en esta área, que hasta ahora apenas había sido investigada científicamente, están enfocados consolidar la estructura hidrogeológica a lo largo del límite entre las partes excavadas y las no excavadas de la ciudad romana.

El atrio de la casa, actualmente en reparación según ha anunciado el Parque Arqueológico de Pompeya en una nota de prensa, estaba parcialmente descubierto y con los materiales para la renovación amontonados en el suelo y apoyados en una puerta del tablinum (área de recepción). El espacio estaba decorado en el cuarto estilo pompeyano y se ha documentado una pintura mitológica de Aquiles en Esciros (izquierda).

Además, llama la atención la presencia en una de las columnas de "las cuentas de la obra", números romanos escritos con carboncillo, fácilmente borrables a diferencia de los grafitis grabados en el yeso, probablemente anotados por los propios obreros como hoja de cálculo (derecha).

Los arqueólogos también han identificado restos de la actividad en curso en el entorno que albergaba un lararium (pequeño altar doméstico), donde se encontraron ánforas reutilizadas para "apagar" la cal viva. Asimismo, se han descubierto herramientas de construcción en varias estancias de la casa, desde el peso de una plomada para levantar una pared perfectamente vertical hasta las azadas de hierro utilizadas para preparar el mortero y trabajar la cal.

En la domus cercana, a la que se puede acceder desde una puerta interior, y en una gran residencia detrás de las dos casas, que hasta ahora solo ha sido investigada parcialmente, han aparecido más testimonios de una gran obra en construcción, como lo atestiguan también los enormes montones de piedras para ser utilizados en la reconstrucción de las paredes y ánforas, cerámicas y azulejos recolectados para ser transformados en mortero de cal (opus signinum). Todas estas evidencias sugieren que el conjunto de la manzana se encontraba sometido a trabajos de renovación en el momento de la erupción que sumió a Pompeya en la oscuridad.

Herramientas de los albañiles en el pavimento de la domus. Crédito: Parco Archeologico di Pompei.

Fuentes: elespanol.com | pompoiisites.com | 25 de marzo de 2024

Un estudio sobre unas canoas de hace 7.000 años revela el momento clave en los orígenes de la navegación

Excavaciones de la canoa 5 en el yacimiento de La Marmotta, Italia. Gibaja et al.

El yacimiento neolítico de La Marmotta (Anguillara Sabazia, Italia) se encuentra en la actualidad sumergido a ocho metros de profundidad bajo las aguas del lago Bracciano, a unos 300 metros de la línea de la orilla moderna. Pero hace unos 7.000 años, allí vivió una comunidad con una economía doméstica muy consolidada y casas rectangulares con compartimentos internos y un hogar central. Una organización espacial que podría corresponderse con un modelo inicial de protourbanismo.

Los habitantes del sitio consumieron cabras, bueyes y cerdos y distintas especies de trigo y leguminosas, cazaron y recolectaron, y fabricaron miles de artefactos de piedra, madera y hueso, ornamentos y recipientes cerámicos de cestería. Una intensa actividad que ha sobrevivido gracias a un excepcional contexto, bajo tres metros de sedimentos, para su conservación. Entre los hallazgos singulares se contabilizan decenas de hoces, cuencos, palos cavadores, arcos y cestos, restos de material textil y de alimentos y, por encima de todo, cinco canoas prehistóricas que aparecieron asociadas a algunas viviendas.

Ubicación del yacimiento La Marmotta en la península italiana.

Un nuevo estudio de estas excepcionales embarcaciones fechadas entre 5700 y 5100 a.C. ha desvelado que son las únicas canoas del Neolítico conocidas hasta el momento en los yacimientos de la cuenca mediterránea. Según los autores de la investigación, publicada en la revista PLOS ONE y liderada por Juan Francisco Gibaja, de la Institución Milá y Fontanals de Investigación en Humanidades, dependiente del CSIC, este descubrimiento ofrece información incalculable sobre el tipo de navegación que se desarrolló en ese momento de la Prehistoria.

"La datación directa de las canoas neolíticas de La Marmotta revela que son las más antiguas del Mediterráneo, lo que ofrece información invaluable sobre la navegación neolítica. Su estudio revela la asombrosa sofisticación tecnológica de las primeras comunidades agrícolas y pastoriles, destacando sus habilidades para trabajar la madera y la construcción de embarcaciones complejas", subraya Gibaja (izquierda) en sus conclusiones.

El análisis de las canoas ha confirmado que fueron construidas con cuatro tipos diferentes de árboles perforados (roble, aliso, álamo y haya), una variedad inusual en los yacimientos del mismo periodo. La canoa número uno, la mejor conservada, expuesta en la actualidad en el Museo de las Civilizaciones de Roma, mide más de diez metros de largo y contaba con refuerzos transversales para proteger el casco y mejorar su manejo.

Canoa Marmotta 1. En exhibición en el Museo delle Civiltà de Roma.

Elemento en forma de T con cuatro orificios asociados a la canoa Marmotta 1.

Además, se han identificado unos elementos con forma de T y con agujeros insertados en la zona de estribor. Su posición y características sugieren que pudieron haber sido utilizados para sujetar cuerdas atadas a una posible vela o para unir otros elementos náuticos como un estabilizador o incluso una segunda canoa formando una suerte de catamarán. Unas soluciones que habrían proporcionado mayor seguridad y estabilidad, y mayor capacidad de transporte de personas, animales y mercancías.

Canoa Marmotta 2. En exhibición en el Museo delle Civiltà de Roma.

Las canoas de La Marmotta, un lago conectado con el Mediterráneo mediante el río Arrone, de 38 kilómetros, constituyen un extraordinario ejemplo de embarcaciones prehistóricas, cuya construcción requirió una comprensión detallada del diseño estructural y las propiedades de la madera, así como una mano de obra especializada en el uso de hachas y azuelas.

Canoa Marmotta 3. En exhibición en el Museo delle Civiltà de Roma.

Canoa Marmotta 4. En exhibición en el Museo delle Civiltà de Roma.

Canoa Marmotta 5. En exhibición en el Museo delle Civiltà de Roma.

"Su tamaño, los otros elementos asociados a ellas y la variedad de especies de árboles convierten a este yacimiento en un punto de referencia obligatoria en cualquier tipo de debate sobre el proceso de neolitización alrededor del Mediterráneo y los orígenes de la navegación", destacan los investigadores en las conclusiones.

Azuelas y hachas de piedra que muestran evidencia de uso y desgaste de carpintería. A) herramienta 32454; A1-2) 200x; B) herramienta 40781; B1-2) 200x; C) herramienta 28881; C1-2) 200x (Foto: Alba Masclans)

Además de las características señaladas, en el sitio se han recuperado herramientas de piedra de obsidiana vinculadas a las islas cercanas de Lipari y Palmarola. Todas estas evidencias indican que se trataba de embarcaciones en condiciones de navegar. Según el equipo multidisciplinar de investigadores, las similitudes entre estas canoas y las tecnologías náuticas modernas respaldan la idea de que muchos de los avances clave en el mundo de la navegación se registraron durante el Neolítico temprano. Futuras prospecciones en La Marmotta, un yacimiento del que se excavó el 25% entre 1992 y 2006, pueden tal vez arrojar nuevos hallazgos sobre las canoas, a fin de seguir desentrañando los orígenes de un comportamiento fundamental en la evolución humana.

Fuentes: elespanol.com | phys.org | 20 de marzo de 2024

Hallan el pan fermentado más antiguo del mundo en Çatalhöyük (Turquía)

Pan fermentado más antiguo del mundo hallado en Turquía a la derecha. Crédito: AA.

Arqueólogos turcos han hecho un descubrimiento asombroso en el sitio arqueológico de Çatalhöyük en la provincia de Konya, al sur de Turquía. Según sus cálculos, han encontrado el pan fermentado más antiguo del mundo, con una datación de aproximadamente 8.600 años (pan sin fermentar ya ha sido hallado en Jordania en el yacimiento natufiense de Shubayqa 1, con una antigüedad de 14.400 años).

El hallazgo se produjo en una estructura similar a un horno en un área del enclave arqueológico llamada Mekan 66, donde se encuentran casas de adobe. Junto al horno, los investigadores también encontraron semillas de guisantes, trigo y cebada. Sin embargo, lo más sorprendente fue un residuo esponjoso, redondo y del tamaño de la palma de una mano, que determinaron que era un pan elaborado.

Un pan crudo y fermentado

Los análisis, realizados en el Centro de Investigación y Aplicación de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Necmettin Erbakan, se determinó que el residuo esponjoso es un pan con levadura, pero al parecer no había sido horneado. Estaba fermentado y crudo. Los científicos explicaron que la presencia de burbujas de aire y granos de almidón, detectados con una vista microscópica de la muestra, confirmaron que se trataba de pan. También encontraron sustancias químicas que indicaban fermentación.

Una casa de Çatalhöyük con un horno y una escalera para acceder desde el tejado. Wikipedia.

Un valioso hallazgo para la arqueología

Este descubrimiento es de gran importancia para la arqueología, ya que proporciona información valiosa sobre la antigua civilización de Çatalhöyük. Este yacimiento arqueológico, declarado Patrimonio de la Humanidad, fue uno de los primeros lugares de urbanización en la historia de la Tierra. Los científicos consideran que este hallazgo es un elemento clave para comprender mejor la vida en ese período de la historia.

La antigüedad de este pan fermentado es un testimonio fascinante de la antigua forma de vida y las técnicas de cocina utilizadas hace miles de años. Su descubrimiento nos permite imaginar cómo era la vida en esa época y cómo ha evolucionado la alimentación a lo largo de los siglos.

Presentación del hallazgo a los medios de comunicación.

Un hito para Turquía y el mundo

El jefe del equipo de excavación y profesor asociado de la Universidad de Anadolu, Ali Umut Türkcan, explicó que las primeras muestras de pan con levadura se encontraron en Egipto y dijo: “Podemos decir que este hallazgo en Çatalhöyük es el pan fermentado más antiguo del mundo, teniendo en cuenta las observaciones, los análisis y la datación del mismo".

"Su descubrimiento en Çatalhöyük es un hito tanto para Turquía como para el mundo. Los arqueólogos y expertos involucrados en su hallazgo están emocionados por la importancia histórica y cultural que representa, pues demuestra, una vez más, la riqueza y diversidad del patrimonio arqueológico de Turquía y su contribución al conocimiento humano. Tal hallazgo nos permite viajar en el tiempo y comprender mejor nuestro pasado, y, sin duda, es un testimonio de la importancia de la arqueología y su capacidad para revelar los misterios de la historia".

Fuentes: reportediario.cl | trt.net.tr | 8 de marzo de 2024

La cruz visigoda escondida en una casa de un pueblo que conecta los reinos de Toledo y Asturias

Cruz visigoda de Casarrubios del Montes (Toledo), la de Narbona (Francia) y la astur de Santa María del Naranco (Asturias).

En una de las paredes de una casa particular del pueblo toledano de Casarrubios del Monte sobrevivía, sin llamar la atención, un vestigio inédito de la escultura decorativa monumental que los visigodos desarrollaron en la península ibérica. Se trata de un relieve de piedra caliza con la imagen de una cruz griega anicónica que los investigadores han fechado entre finales del siglo VII y principios del VIII. Un hallazgo iconográfico importante porque representaría un precedente directo de la denominada cruz de Oviedo o de la Victoria, símbolo del reino de Asturias.

"Sabíamos que los visigodos utilizaban la cruz como estandarte, pero este relieve demuestra que en Toledo en el siglo VII había elementos iconográficos que se van a utilizar en la monarquía astur, no fue una creación ex novo", explica a este periódico Jorge Morín (izquierda), arqueólogo y miembro de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, uno de los directores del proyecto de investigación, junto a Jesús Carrobles y Rubén Pérez, que ha identificado la pieza. "Es el primer relieve visigodo de este tipo que aparece en el territorio de la sede regia".

Morín y otros investigadores llevan casi dos décadas a la caza de spolia distribuidos por la provincia de Toledo —han identificado ya varios miles, normalmente, de mármol—. Es decir, elementos de antiguos edificios de la capital y de las villas aristocráticas de la zona, como la de Los Hitos (derecha), un monumental conjunto fortificado con pabellón residencial reconvertido a panteón funerario —tal vez de un rey—, la de Carranque o la de Las Tamujas, que se integraron en estructuras modernas. El arqueólogo detalla que este tipo de obras se extrajeron principalmente de los yacimientos en los siglos XV y XVI con la autorización de los arzobispos y se colocaron en iglesias, o se saquearon en los siglos XIX y XX para la construcción de casas particulares.

La pieza identificada en Casarrubios del Monte (izquierda) mide 62 cm de largo por 17 cm de ancho y representa una cruz griega de brazos trapezoidales, ensanchados hacia fuera y rematados en media luna. De los horizontales cuelgan las letras alfa y omega y el inferior se prolonga en un astil o empuñadura. Según los investigadores, se trataría de un emblema que podía ser empuñado, puesto sobre un soporte en un altar o sobre un palo más alargado para procesionar. En este sentido, muestra las características iconográficas de la cruz de Oviedo, que también fue reproducida en bajorrelieve como escultura decorativa en los edificios de prestigio del reino astur.

Fuente: elespanol.com | 29 de febrero de 2024