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Un nuevo estudio revela que el famoso fósil del Niño de Taung, hallado en Sudáfrica, tiene 2,58 millones de años

Reproducción del cráneo del niño de Taung, el cual era un Australopithecus africanus que vivió hace más de dos millones de años. (Crédito de la imagen: Peter Horree / Alamy Stock Photo).

Hace cien años, el descubrimiento de un cráneo en la provincia del Noroeste de Sudáfrica alteró nuestra comprensión de la evolución humana. El cráneo juvenil fue bautizado como el Niño de Taung por Raymond Dart, un anatomista de la Universidad de Witwatersrand (Sudáfrica), quien lo describió por primera vez. En 1924, Dart no pudo decir exactamente qué edad tenía, pero anunció que pertenecía a una nueva especie a la que llamó Australopithecus africanus. Fue la primera evidencia que confirmó la afirmación del naturalista británico Charles Darwin de que los simios y los humanos compartían un ancestro común hace mucho tiempo y que la humanidad se originó en África.

Tras el descubrimiento del Niño de Taung se realizaron nuevos descubrimientos de Australopithecus africanus, muchos de ellos en Sterkfontein , a unos 70 km al suroeste de Pretoria. Sterkfontein se encuentra en la "Cuna de la Humanidad", declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco .

En el siglo transcurrido desde que se encontró y describió al Niño de Taung, se ha desarrollado un gran debate sobre las edades geológicas de los fósiles de Australopithecus encontrados en Sterkfontein, así como los de Taung y un tercer sitio, Makapansgat.

'Australopithecus africanus', mandíbula inferior de un niño (MLD 2), Makapansgat, 1947

Gran parte de la controversia se centra en Sterkfontein. Algunos investigadores estiman que los fósiles de una zona concreta (denominada "Miembro 4") tienen entre 3,4 y 3,7 millones de años. Otros estiman que esos fósiles son mucho más recientes, de entre 2 y 2,6 millones de años de antigüedad. Las diferencias surgen de los métodos de datación utilizados por los equipos opuestos. Cada uno ha publicado artículos en los que rechaza los métodos del otro.

Ahora la controversia puede estar un paso más cerca de resolverse. Con mi colega Sue Dykes (que lamentablemente falleció en 2019), he utilizado un enfoque diferente aplicado directamente a los dientes fósiles de los homínidos (parientes lejanos de la humanidad), para estimar las edades de los fósiles de Australopithecus de Sterkfontein. Nuestros resultados para el Miembro 4 sugieren que los fósiles tienen una edad de entre 2 y 3,5 millones de años. Esto comprende un período más amplio de lo que se pensaba anteriormente, y abarca las edades estimadas por los equipos opuestos.

Nuestro método también nos permitió datar el Niño de Taung hace 2,58 millones de años.

Creemos que nuestro método es preciso, pero sin duda se realizarán otros estudios que utilicen otros métodos. Estamos tratando con una cuestión que ha desconcertado a los científicos durante décadas y la búsqueda para determinar con certeza cuándo existieron estos antiguos miembros de nuestro árbol genealógico en Sudáfrica continuará.

Réplica del Niño de Taung. Colección de la Universidad de Witwatersrand, Sudáfrica.

Lamentablemente, en Sudáfrica no se encontraron volcanes activos en el período de estudio, entre 2 y 5 millones de años atrás. Sin embargo, se pueden hacer comparaciones entre fósiles de especies de las dos áreas, incluidos bóvidos (antílopes como ñus, alcéfalos y kudús), suidos (como facóqueros) y monos, además de babuinos gelada.

Dado que los fósiles del este de África se pueden datar con precisión utilizando el método radiométrico K/Ar, se pueden estimar las edades de las mismas especies en Sudáfrica. Este enfoque se conoce como biocronología y es la forma en que un grupo de investigadores que participaron en el debate llegó a su conclusión: los fósiles de Sterkfontein procedentes de la cavidad denominada Miembro 4 tienen entre 2 y 2,6 millones de años. Se han obtenido esencialmente las mismas edades a partir de estudios paleomagnéticos y de uranio-plomo.

Mientras tanto, el grupo que establece las edades de los fósiles entre 3,4 y 3,7 millones de años utilizó un método llamado datación por nucleidos cosmogénicos. Llegaron a sus conclusiones utilizando los elementos de berilio y aluminio para estimar las edades del sílex (un tipo de roca sedimentaria) en los depósitos de la cueva de Sterkfontein asociados con los fósiles de homínidos del Miembro 4.

Cráneo original completo (sin dientes superiores ni mandíbula) de un ejemplar de 'Australopithecus africanus' de 2,1 millones de años llamado 'Señora Ples', descubierto en Sudáfrica. Colección del Museo Transvaal, Northern Flagship Institute, Pretoria, Sudáfrica. (número de catálogo STS 5, cueva de Sterkfontein, fósil de homínido número 5).

Nuestro enfoque

También utilizamos un enfoque biocronológico para la datación, pero en lugar de utilizar dientes de animales, trabajamos directamente a partir de las medidas de los dientes de los fósiles de Australopithecus.

Examinamos las proporciones de longitud y anchura de los primeros molares inferiores de los homínidos del este de África. Luego, mediante una ecuación que desarrollamos, cuantificamos una relación entre esas proporciones y la edad geológica de nuestra muestra de fósiles de Tanzania, Kenia y Etiopía, incluidos los Australopithecus afarensis y especies tempranas de Homo como el Homo habilis. Las fechas para estos fósiles están bien establecidas.

Reconstrucción de Lucy, un Australopithecus afarensis.

Partiendo del supuesto de que la edad de los fósiles sudafricanos que representan los mismos géneros podía estimarse a partir de la misma relación, aplicamos la ecuación a los primeros molares inferiores de Sterkfontein, en particular a los atribuidos a los Australopithecus y a los primeros individuos Homo, para los que se pudieron determinar las proporciones dentarias. De esta manera, hemos podido obtener fechas para molares individuales.

Nuestro enfoque se ha aplicado a los molares del Niño de Taung, con un nuevo resultado de 2,58 millones de años para este espécimen de Australopithecus africanus.

También se han datado con nuestro método dos dientes de Australopithecus de Makapansgat. Los especímenes tienen 3,07 millones y 3,00 millones de años, respectivamente, lo que concuerda con estimaciones anteriores realizadas mediante paleomagnetismo.

El cráneo del homínido Malapa 1 (MH1) de Sudáfrica, llamado "Karabo". Los restos fósiles combinados de este macho juvenil se designan como el holotipo de 'Australopithecus sediba'.

También hemos utilizado nuestro método para intentar datar fósiles atribuidos a la especie de homínido denominada Australopithecus sediba, hallada en Malapa, cerca de Sterkfontein. Nuestras fechas para dos dientes que representan a esta especie (catalogados como MH1 y MH2) son respectivamente de 2,14 millones y 1,93 millones de años. Esto se corresponde muy bien con la edad de 1,98 millones de años obtenida mediante métodos que utilizan uranio, plomo y paleomagnetismo.

Estamos especialmente agradecidos a Jacopo Moggi-Cecchi por proporcionarnos algunas de las mediciones utilizadas en nuestro estudio.

Fuente: theconversation.com | | 15 de julio

Un estudio desvela que los 'Homo sapiens' cazaron especies de la megafauna en la actual Argentina hace 21.000 años.

Martín De Los Reyes (izquierda) y Guillermo Jofré, dos de los investigadores que han participado en el estudio, desentierran el fósil de un pariente extinto del armadillo de la Edad de Hielo conocido como 'Neosclerocalyptus' descubierto a orillas del rio Reconquista, Argentina. (Crédito: Miguel Eduardo Delgado et al.)

La teoría más extendida hasta hace poco tiempo defendía que los primeros humanos que cruzaron el estrecho de Bering y se internaron en América lo hicieron en una migración que tuvo lugar hace unos 16.000 años. Pero, como casi todas las cronologías relacionadas la evolución humana y sus hitos, los nuevos métodos de análisis están desvelando un escenario mucho más complejo.

Los arqueólogos han hallado unas huellas de niños y adolescentes fosilizadas en Nuevo México (Estados Unidos) con una antigüedad de al menos 21.000 años. Según el ADN antiguo, el primer gran viaje del Homo sapiens de Eurasia hacia el continente americano se registró entre hace 26.000 y 19.500 años, durante un episodio extremo de frío conocido como Último Máximo Glacial.

Este puzle tiene además piezas más polémicas y que parece que no encajan. En el centro-oeste de Brasil han salido a la luz tres fragmentos de hueso de un perezoso gigante que habrían sido pulidos como una suerte de ornamentos, según la interpretación de sus descubridoras. Lo sorprendente es que este animal, una de las especies de megafauna que habitaron Sudamérica durante el Pleistoceno, vivió hace entre 27.000 y 25.000. ¿La llegada de los humanos a América se registra en una fecha todavía más temprana? Eso parece confirmar el nuevo hallazgo realizado en el moderno territorio de Argentina y publicado este miércoles en la revista PLOS ONE.

Mapa que muestra la ubicación del sitio investigado. Perfil litoestratigráfico del sitio donde se encontró el ejemplar CRS-10 (en la orillas del río Reconquista, Argentina), incluyendo las fechas radiocarbónicas calibradas obtenidas. Mapa base: sombreado MDE-Ar v2.1 y capas vectoriales 1:250000 del IGN (Instituto Geográfico Nacional, República Argentina).

El paleontólogo Guillermo Jofré, en la excavación donde extrajo los restos fósiles del gliptodonte; fueron hallados de manera fortuita, por operarios que trabajaban en la barranca del Río Reconquista, Merlo, Argentina.

Mariano Del Papa (izquierda), antropólogo de la Universidad Nacional de La Plata y su equipo, han descubierto unos restos fósiles con marcas de corte de un espécimen de Neosclerocalyptus, un género extinto de grandes mamíferos acorazados -emparentado con los armadillos actuales- los cuales vivieron en Sudamérica durante el Pleistoceno. La datación de los huesos, hallados en la orilla del río Reconquista, en el norte de la región pampeana, indica que el animal fue cazado por humanos hace unos 21.000 años.

Los análisis en el laboratorio han documentado marcas de corte en zonas de la pelvis, la cola y la coraza del gliptodonte consistentes con impactos hechos con herramientas de piedra. Estas marcas antrópicas, según los investigadores, muestran que los humanos descuartizaron a su presa con artefactos líticos en busca de las áreas más abundantes de carne. La antigüedad del animal se ha podido precisar bastante —entre hace 21.090 y 20.811 años— gracias a las dataciones por radiocarbono de los huesos y de los sedimentos de la secuencia estratigráfica en la que aparecieron.

Modelo de 'Neosclerocalyptus ornatus'. Museo de La Plata.

El estudio proporciona nuevos elementos para indagar sobre los orígenes del poblamiento humano de Sudámerica y conocer las interacciones de estos individuos con la megafauna presente en esta parte del mundo en el periodo considerado. Según los autores del artículo, este descubrimiento retrasa casi en 6.000 años la presencia del Homo sapiens en esta parte del mundo teniendo en cuenta las cronologías fiables de otros yacimientos, que van de los 15.000 a los 8.000 años de antigüedad.

Para determinar si las marcas de corte eran de origen humano, los investigadores fotografiaron y crearon escaneos en 3D de los huesos del animal. Algunas de las marcas tenían una sección transversal en forma de V, lo que el equipo cree que es muy indicativo de marcas de descuartizamiento con herramientas de piedra. En total, los investigadores contaron 32 marcas de corte en los huesos del animal. Utilizando una variedad de técnicas estadísticas para clasificar y comparar las marcas cuantitativamente, concluyeron que el patrón no podía haber sido aleatorio: los cortes fueron hechos por humanos utilizando herramientas.

Un examen detallado de las marcas de corte en los fósiles reveló que fueron hechas por herramientas de piedra en una secuencia deliberada. (Crédito: Miguel Eduardo Delgado et al.).

Los expertos, analizando las partes del esqueleto del 'Neosclerocalyptus' descubierto. Foto: Conicet.

El equipo descartó otras posibles causas de las marcas, incluidos los carnívoros (cuyas marcas de dientes suelen tener forma de U) y la erosión natural del hueso después de la muerte del animal, ya que había evidencia significativa de que el cuerpo del animal fue enterrado rápidamente después de su muerte, lo que evitó la degradación causada por el clima o los carroñeros.

La ubicación de las marcas de corte en diferentes áreas del cuerpo revela una secuencia de carnicería, concluyeron los investigadores, e implica que los humanos antiguos adquirieron, y presumiblemente comieron, una gran cantidad de carne de los músculos de la pelvis y la cola del armadillo gigante.

La interpretación de un artista de cómo los humanos de la Edad del Hielo pudieron haber masacrado a un gliptodonte hace unos 20.000 años en lo que hoy es Argentina. (Crédito de la imagen: Damián Voglino, Museo de Ciencias Naturales A. Scasso (Colegio Don Bosco), San Nicolás de los Arroyos, Provincia de Buenos Aires, CC-BY 4.0 ).

"Es posible que la gente haya tenido como objetivo a los gliptodontes debido a su tamaño (unos 300 kilos) y los grandes paquetes de músculos que poseen", dijo a Live Science en un correo electrónico el coautor del estudio Miguel Delgado (izquierda), paleoantropólogo de la Universidad Nacional de La Plata en Argentina.

"Este trabajo pone en duda el marco temporal de que el primer poblamiento humano de América se registró hace 16.000 años", destaca Mariano Del Papa. El antropólogo y sus colaboradores señalan que los fósiles del armadillo son otra evidencia más proporcionada por el registro arqueológico que apoya la teoría de un poblamiento mucho más temprano de las Américas y del Cono Sur en particular. "Es decir, la fecha más probable para la primera entrada humana se habría producido hace entre 21.000 y 25.000 años o incluso antes", señala Delgado. Estamos ante un debate que está todavía lejos de resolverse.

Una ilustración de un ejemplar de 'Neosclerocalyptus' que muestra los elementos esqueléticos marcados con cortes en azul claro.(Crédito de la imagen: Del Papa et al., 2024, PLOS ONE, CC-BY 4.0)

Loren Davis (derecha), un arqueólogo de la Universidad Estatal de Oregon, que no participó en el estudio, dijo a Live Science en un correo electrónico que "el enfoque avanzado de los autores en esta investigación es encomiable, pero requiere más estudios, particularmente porque no se encontraron herramientas hechas por humanos en el sitio".

"Es necesario establecer el grado en que las acciones humanas de carnicería son similares y diferentes a la amplitud de los procesos naturales que modifican los huesos para respaldar su afirmación de presencia humana en este sitio hace unos 21.000 años", afirma Davis.

Para la paleoantropóloga Briana Pobiner (izquierda), científica investigadora del Programa de Orígenes Humanos del Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural de Washington, "los autores han aportado pruebas convincentes de que hubo seres humanos que descuartizaron un armadillo extinto hace 21.000 años".

"Los autores han hecho un trabajo sólido al demostrar mediante análisis cualitativos y cuantitativos que las marcas de corte en los fósiles de armadillo son muy probablemente hechas por humanos", dice Pobiner, la cual no participó en el estudio.

El antropólogo colombiano Miguel Delgado sostiene un hueso fosilizado de un Gliptodonte con evidencias que sugieren que el animal fue cazado. Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires, Argentina, el 1 de julio de 2024. FOTO: REUTERS.

Los investigadores, en la sala de vertebrados del Museo de Ciencias Naturales de La Plata: Miguel Delgado, arqueólogo (izq); Mariano Del Papa, arqueólogo y antropólogo (centro), y Martín de los Reyes, paleontólogo (der)Pilar Camacho.

Para Delgado, con la aparición de estos resultados, más la aparición de otros sitios con evidencia en América, incluidas huellas humanas “muy bien datadas cronológicamente” y herramientas encontradas en Brasil, se puede empezar a documentar que hubo un poblamiento más temprano. “Con nuestro trabajo, a medida que fuimos haciendo los estudios, ese rompecabezas cada vez va teniendo más sentido”, indicó.

“Este es un debate candente en la actualidad y, con estos datos bien comprobados con las mejores técnicas disponibles, aportamos nuestro granito de arena a un cambio de paradigma sobre el poblamiento de América”, subraya Delgado.

Los investigadores señalaron, no obstante, que son conscientes de "la necesidad de establecer un vínculo más fuerte entre los huesos fósiles hallados con marcas de corte y el registro arqueológico", pero esperan hacerlo pronto.

"Si bien aún no hemos encontrado todavía ninguna herramienta, vale la pena señalar que sólo hemos excavado una pequeña porción del lugar donde se hizo el hallazgo y puede haber más evidencias, tal como herramientas líticas", concluye el paleoantropólogo Delgado.

Fuentes: elespanol.com | livescience, com | lanacion.com.ar | cnnespanol.cnn.com | 17 de julio de 2024

Nuevas dataciones geológicas sitúan a los primeros homínidos europeos en el sur de la península ibérica hace 1,3 millones de años

Los yacimientos de Orce, en Granada, ofrecen cada año hallazgos importantes para entender el proceso de la evolución humana. En la foto, arqueólogos trabajando en el yacimiento de Fuente Nueva 3.

Una de las controversias más importantes sobre la evolución y la expansión humana es cuándo y por qué camino llegaron los primeros homínidos a Europa desde el continente africano. Ahora, unas dataciones con técnicas geológicas de los yacimientos de Orce (cuenca de Baza, Granada) sitúan los restos humanos hallados en esta zona como los más antiguos de Europa, con aproximadamente 1,3 millones de años.
Estos resultados refuerzan la hipótesis de la llegada de los seres humanos a Europa por el sur de la península ibérica, a través del estrecho de Gibraltar, en lugar de dando la vuelta al Mediterráneo por la vía asiática. El trabajo, liderado por Lluís Gibert (izquierda), investigador y profesor de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona, ha contado con la participación de investigadores del Centro de Geocronología de Berkeley y de la Universidad Estatal de Murray (Estados Unidos).

Análisis de una nueva área de muestreo

La nueva datación se ha basado en analizar el paleomagnetismo de un área de la región de Orce, donde nunca se había muestreado antes, y que ha estado protegida de la erosión a lo largo de los años. Esta técnica es un método de datación relativo basado en estudiar la inversión de los polos magnéticos del planeta debido a la dinámica interna de la Tierra. Estos cambios no tienen una periodicidad concreta, pero quedan registrados en los minerales y permiten establecer períodos de tiempo a partir de los diferentes eventos magnéticos.

Los nuevos datos obtenidos son muy precisos gracias a la larga secuencia sedimentaria que aflora en Orce. «La singularidad de estos yacimientos es que están estratificados y dentro de una secuencia de sedimentaria muy larga, de más de ochenta metros. Normalmente, los yacimientos se encuentran en cuevas o dentro de secuencias estratigráficas muy cortas, que no te permiten desarrollar secuencias paleomagnéticas largas en las que puedas encontrar diferentes inversiones magnéticas», apunta Lluís Gibert.

«Los investigadores han podido identificar una secuencia de polaridad magnética con cinco eventos magnéticos que permiten situar a los tres yacimientos de Orce con presencia humana entre el subcrono Olduvai y Jaramillo, es decir, entre 1,77 y 1,07 millones de años (Ma)», explica Gibert.

Posteriormente, han aplicado un modelo estadístico de edad para refinar con precisión la cronología de los distintos niveles estratigráficos con un margen de error de solo 70.000 años. El resultado de esta innovadora metodología es que el yacimiento más antiguo con presencia humana de Europa sería Venta Micena con una edad de 1,32 Ma, seguido de Barranco León, con una edad de 1,28 y finalmente Fuente Nueva 3, con una edad de 1,23 Ma.

«Con estos datos, el otro gran yacimiento de la Península, el de Sima del Elefante en Atapuerca, quedaría relegado a un segundo puesto, muy detrás de Orce, entre 0,2 y 0,4 Ma más moderno», añade el investigador.

Yacimiento de Fuente Nueva 3: Lluís Gilbert / Universidad de Barcelona

La fauna apuntala la antigüedad del yacimiento

Para completar la datación, el estudio también ha analizado la fauna que se encuentra en los diferentes yacimientos de Orce, ya que esta es diferente según el período, y la ha comparado con la que se ha encontrado en otros yacimientos del Pleistoceno temprano situados en otros lugares de Europa.

En este sentido, en el trabajo se presenta un análisis detallado de los micromamíferos y grandes mamíferos de todos los yacimientos de Orce, realizado por el experto Robert Martin, a partir de las colecciones paleontológicas almacenadas en el Museo del Instituto Catalán de Paleontología Miguel Crusafont (IPS) de Sabadell. «Los resultados muestran que la fauna pequeña y grande de Orce es más primitiva que, por ejemplo, la de la Sima del Elefante, donde las evidencias muestran que el roedor 'Allophaiomys lavocati' es más evolucionado que el 'Allophaiomys' recuperado de los yacimientos de Orce», detalla Gibert.

Otro indicador relevante de la antigüedad de los yacimientos de Orce es la ausencia de los antepasados ​​de los cerdos. «Son animales que se consideran inmigrantes asiáticos y que no se han encontrado en ningún yacimiento europeo con una antigüedad de entre 1 y 1,5 Ma, mientras que sí se han encontrado en la Sima del Elefante, apoyando que la fauna de Orce es más antigua», explica el investigador.

Migraciones humanas desde el continente africano. Lluís Gilbert et al. / Universidad de Barcelona

Evidencias que apuntan al paso por Gibraltar

Esta nueva datación se añadiría, según Gibert, a otras evidencias que decantarían la balanza de la colonización de Europa por el estrecho de Gibraltar, en lugar de la vía alternativa: la vuelta al Mediterráneo por Asia, como por ejemplo «la existencia de una industria lítica con similitudes a la que se ha encontrado en el norte del continente africano y también por la presencia de restos de fauna africana en el sur de la Península, como los de 'Hippopotamus', hallado en los yacimientos de Orce, y las de 'Theropithecus oswaldi', un primate africano similar a un papión, hallados en la cueva Victoria, un yacimiento cerca de Cartagena (Murcia), inexistentes en ningún otro lugar de Europa».

«También defendemos la hipótesis de que llegaron desde Gibraltar, porque no se han encontrado evidencias más antiguas en ningún otro yacimiento del recorrido alternativo», añade Gibert.

Diente leche de un homínido datado en 1,4 millones de años.

Similitud con los homínidos de la isla de Flores

Con estos resultados, los investigadores señalan un «diacronismo» entre la ocupación más antigua de Asia, de 1,8 Ma, y la más antigua de Europa, que sería de hace 1,3 Ma, de modo que los homínidos africanos habrían llegado al suroeste de Europa más de 0,5 Ma después de salir por primera vez de África hace aproximadamente 2 Ma.

«Estas diferencias en la expansión humana se explicarían porque Europa está aislada de Asia y de África por barreras biogeográficas difíciles de superar, tanto por el este (estrecho del Bósforo, Dardanelos, mar de Mármara) como por el oeste (estrecho de Gibraltar). La humanidad llegó a Europa en el momento en que tuvo la tecnología necesaria para cruzar barreras marítimas, tal y como ocurrió antes del millón de años en la isla de Flores (Indonesia)», apunta Gibert.

En este sentido, el investigador añade que «la ruta de Gibraltar requiere actualmente atravesar hasta catorce kilómetros de vía marítima, pero quizás en el pasado esta distancia era menor en algunos momentos debido a la alta actividad tectónica en esta región y a las fluctuaciones del nivel del mar favoreciendo las migraciones».

«Tal y como se cita en el trabajo —añade—, hemos identificado otras migraciones de fauna africanas a través de Gibraltar en momentos anteriores, hace 6.2 y 5.5 Ma cuando el estrecho de Gibraltar era muy reducido».

Foto de las últimas excavaciones realizadas en el yacimiento de Venta Micena 3 en Orce en 1992, donde se descubrieron los primeros restos humanos. Crédito: Lluis Gilbert / Universidad de Barcelona.

Los vestigios humanos en Orce

Los restos humanos encontrados en los yacimientos de Orce son un total de cinco desde que se iniciaron las excavaciones en 1982 por el paleoantropólogo Josep Gibert. En primer lugar, se encontraron en Venta Micena dos fragmentos de húmero mordidos por las hienas y también partes de un fragmento craneal que consiste en dos parietales y un occipital, asociados a una abundante fauna del Pleistoceno temprano. La procedencia humana de estos restos generó una gran controversia durante años, aunque según estudios paleoproteómicos independientes realizados por las universidades de Granada y San Francisco identificaron que había proteínas humanas en dichos restos.

«El descubrimiento, posteriormente, en los yacimientos cercanos de Barranco León y Fuente Nueva 3 de dos dientes molares humanos y miles de herramientas líticas olduvayenses —una de las primeras industrias líticas humanas—, así como marcas de corte en huesos, sirvieron para consolidar la evidencia de la presencia de homínidos en el Pleistoceno temprano de Orce», concluye Lluís Gibert.

Fuente: web.ub.edu| 12 de julio de 2024

Las antiguas erupciones volcánicas no fueron un catalizador para las innovaciones culturales del 'Homo sapiens'

Zanja de excavación de las capas del Paleolítico superior en la Grotta di Castelcivita, Italia. Crédito: Universidad de Tubinga.

Un equipo internacional de investigadores de las Universidades de Tubinga (dirigido pot el Dr. Armando Falcucci), Siena y Bolonia ha analizado los restos culturales dejados por grupos de Homo sapiens tempranos en la Grotta di Castelcivita, en el sur de Italia, los cuales datan de antes de la gran erupción conocida como Ignimbrita Campaniense.

Este evento explosivo, que se originó en los Campos Flégreos, todavía activos, hace unos 40.000 años, se considera la erupción volcánica más potente jamás registrada en el Mediterráneo. Fundamentalmente, la Grotta di Castelcivita es uno de los pocos sitios arqueológicos donde la ceniza volcánica ha sellado una secuencia arqueológica de alta resolución.

Al emplear un conjunto de metodologías de vanguardia para reconstruir meticulosamente los métodos utilizados en la elaboración de herramientas de piedra (los artefactos más perdurables desenterrados en excavaciones prehistóricas), los investigadores demostraron que el desarrollo cultural en Castelcivita es anterior tanto a la deposición de las capas volcánicas como a la fase de clima frío subcontemporáneo conocida como Heinrich Stadial 4, que duró aproximadamente dos milenios.

La ubicación de la cueva (indicada por una flecha blanca) en la base del macizo de Alburni en la región de Campania, Italia.

La innovación cultural más notable registrada en el yacimiento es la producción de puntas de piedra miniaturizadas a partir de rocas recogidas cerca de la cueva con las propiedades de fractura más adecuadas. Estas microherramientas probablemente estaban destinadas a ser enmangadas para fabricar armas de proyectil de varios componentes.

Este descubrimiento desafía las especulaciones sostenidas durante mucho tiempo de que los desastres naturales, como las erupciones volcánica y los eventos de enfriamiento, fueron impulsores cruciales de cambios importantes en las formas de vida de los cazadores-recolectores a lo largo de la prehistoria humana.

Entrada a la Grotta di Castelcivita, Italia.

El estudio, publicado en Scientific Reports, plantea, en cambio, la hipótesis de que las innovaciones culturales entre los primeros Homo sapiens se originaron a partir de mecanismos de transmisión cultural y el establecimiento de redes sociales a gran escala que se extendieron más allá de los Alpes.

En general, esta investigación representa un paso significativo hacia la comprensión de cómo las sociedades de cazadores-recolectores del Paleolítico Superior desarrollaron estrategias sofisticadas para prosperar en entornos cambiantes.

Ejemplos de restos de cultura material descubiertos en las capas superiores de la Grotta di Castelcivita, antes del cierre definitivo de la secuencia arqueológica por la erupción volcánica. Las micropuntas (a) se extrajeron de núcleos (b) que presentan los negativos de estas extracciones. Además de herramientas de piedra, se recogieron más de cien conchas marinas de diferentes especies en las costas del Mediterráneo y se perforaron con fines decorativos (c). A la derecha, se muestra una de las micropuntas sobre la punta de un dedo. Crédito: Universidad de Tubinga

La Grotta di Castelcivita es uno de los depósitos prehistóricos más importantes de Europa y contiene una secuencia estratigráfica de alta resolución con evidencia del reemplazo de los neandertales por grupos tempranos de Homo sapiens hace unos 43.000 años.

Las excavaciones e investigaciones este yacimiento se llevaron a cabo con la autorización del Ministerio de Cultura italiano por la Unidad de Investigación de Prehistoria y Antropología del Departamento de Ciencias Físicas, de la Tierra y del Medio Ambiente de la Universidad de Siena, bajo la dirección de Adriana Moroni.

Fuente: Universidad de Tubinga | 10 de junio de 2024

Análisis de ADN antiguo muestran que plagas de peste pudieron haber causado la caída poblacional de los agricultores del Neolítico tardío

Un equipo de arqueólogos excavan una tumba de corredor en Frälsegården, Suecia, en 2001. El ADN extraído de algunos de los huesos reveló la presencia de la bacteria que causa la peste. Karl-Göran Sjögren.

Una nueva investigación, publicada en Nature, sobre ADN antiguo de huesos y dientes sugiere la intervención de la peste en el colapso demográfico del periodo Neolítico tardío comprendido entre los años 5.300 y 4.900 B,P. Contrariamente a las creencias anteriores, la peste pudo haber reducido las poblaciones agrícolas de Europa mucho antes de producirse los principales brotes de peste durante la Edad Media. En la Europa del siglo XIV la peste asoló a la población durante la llamada Muerte Negra, cobrándose la vida de casi un tercio de la misma.

Esto significa que la peste de la época pudo haber sido un factor que contribuyó al colapso demográfico que se produjo al final del Neolítico, conocido como el declive neolítico. Esta caída demográfica provocó la desaparición de gran parte de la población agrícola de Escandinavia y el noroeste de Europa en tan solo unos pocos siglos, hace 5.000 años. El material arqueológico analizado procede principalmente de tumbas de corredor en Suecia, pero uno de los individuos procede de una cista de piedra en Stevns, Dinamarca.

De hecho la plaga de la peste llegó a Escandinavia varios miles de años antes y, a pesar de que varias teorías sugieren lo contrario (se aduce que la causa fue una crisis agrícola), dicha plaga pudo haber causado una epidemia que diezmó la población, según la nueva investigación llevada a cabo por la Universidad de Copenhague.

Los restos humanos desenterrados en esta tumba neolítica de Karleby en Falbygden, Suecia, arrojaron algunas de las antiguas muestras de ADN utilizadas en el estudio. Federico Seersholm

Uno de los esqueletos completos encontrados en la fosa común de Frälsegården (individuo B/FRA043). El esqueleto es el de una mujer de entre 30 y 40 años, emparentada solo en segundo grado con individuos del árbol genealógico. Según los isótopos de estroncio en sus dientes, nació fuera de la geología sedimentaria de Falbygden, probablemente en una región vecina del oeste de Suecia. El cráneo fue extraído previamente durante la excavación. Crédito: Karl-Göran Sjögren.

Este grupo poblacional, conocido como agricultores neolíticos, emigró hacia el continente europeo desde el Mediterráneo oriental, sustituyendo a los pequeños grupos de cazadores-recolectores y trayendo consigo la agricultura y un estilo de vida sedentario hace unos 6.000 a 7.000 años. Su legado sigue vivo en las numerosas tumbas y monumentos megalíticos del continente, el más famoso de los cuales es Stonehenge.

En colaboración con investigadores de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, expertos del Instituto Globe han analizado el ADN de dientes y huesos antiguos de 108 individuos que murieron hace unos 5.000 años. La pangenómica basada en gráficos de variantes muestra que los genomas de la peste neolítica conservaron la variación ancestral presente en Yersinia pestis, incluidos los factores de virulencia asociados con la enfermedad.

"Esto es bastante consistente en todo el norte de Europa, Francia y Suecia, aunque hay algunas diferencias bastante grandes en la arqueología, todavía vemos el mismo patrón, simplemente los primeros agricultores de Europa desaparecen", dice Frederik Seersholm (izquierda), investigador postdoctoral en el Centro de Geogenética de la Fundación Lundbeck, Instituto Globe, Universidad de Copenhague en Dinamarca y autor principal del estudio. “De repente, ya no hay más personas enterradas en monumentos megalíticos. Las personas que fueron responsables de construirlos habían desaparecido”.

Seersholm dijo que es poco probable que la violencia haya jugado un papel en ello, ya que la siguiente ola de recién llegados, conocidos como Yamnaya, llegaron desde la estepa euroasiática después de una brecha en el registro arqueológico.

"Los análisis muestran que 18 de estos individuos analizados, es decir, el 17%, estaban infectados con la peste cuando murieron. Además, nuestros resultados sugieren que la cepa de peste más reciente que hemos identificado podría haber tenido potencial epidémico", afirma Frederik Seersholm. “Estos casos de peste se remontan exactamente al período en el que sabemos que se produjo el declive del Neolítico, por lo que se trata de una prueba circunstancial muy sólida de que la peste podría haber estado implicada en este colapso de la población”

"Ahora bien, todavía no podemos demostrar que esto haya sucedido exactamente de esta manera (el surgimiento de una epidemia de peste rápida y mortal), pero el hecho de que podamos mostrar evidencias de que pudo haber sucedido como comentamos es significativo. La causa real de esta disminución de la población, que conocemos desde hace mucho tiempo, siempre ha sido tema de debate", dice Seersholm.

Los cráneos de los dos individuos de la segunda generación (FRA022 y FRA023), colocados junto a una placa de piedra caliza que cubre al individuo ancestral (FRA021). Crédito: Karl-Göran Sjögren.

“Esperábamos encontrar que la plaga solo estaba presente en la última generación, lo que sería evidencia de que la misma los había matando a todos, y eso fue todo”, explica Seersholm. “También esperábamos que la plaga fuera exactamente la misma, que cada par de bases de ADN fuera exactamente igual, porque eso es lo que esperarías si vieras un brote rápido de la enfermedad, pero eso no fue lo que encontramos”.

En cambio, el equipo encontró evidencias de tres eventos de infección distintos, además de diferentes variantes de la bacteria que causa la peste.

“La gran pregunta es, entonces, ¿por qué la peste no mató a todos desde el principio? Y eso también nos desconcertó, así que empezamos a estudiar los genes para ver si podíamos encontrar algún tipo de explicación”, continúa Seersholm.

El equipo encontró casos en los que los genes de la peste se habían reorganizado (perdido, agregado o movido en las secuencias de ADN), lo que tal vez podría haber afectado a la virulencia del patógeno en el lapso de una generación.

“Se encuentra en una zona del genoma donde sabemos que está codificada la virulencia, y esa es la razón por la que nuestra hipótesis es que fue más virulenta (a lo largo de varias generaciones)”, añade Seersholm. “Pero, por supuesto, esto es muy, muy difícil de probar, porque no se puede simplemente cultivar una bacteria antigua”.

La peste se propagó en la Escandinavia neolítica. Cada individuo del estudio está representado por formas de colores. Solo se muestran individuos neolíticos. Los cuadrados representan hombres y los círculos, mujeres; los triángulos representan a una persona de sexo desconocido. Los colores indican la ascendencia genética y las cruces negras designan a los individuos con la peste. Crédito: Seersholm et al., Nature (2024)

Transmisión de pestes prehistóricas

Dado que los restos humanos habían sido enterrados cuidadosamente en una tumba, Seersholm dijo que es posible que los datos genéticos examinados en el estudio capturaran el comienzo mismo de una epidemia de peste. También es probable que la enfermedad fuera menos grave que la peste bubónica que causó la Peste Negra durante la Edad Media.

Además, como las variantes detectadas en las muestras analizadas carecían de un gen que los genetistas saben que es crucial para la supervivencia de la bacteria en el tracto digestivo de una pulga, era poco probable que la enfermedad resultante fuera idéntica a la peste bubónica, la cual se propagaba por las pulgas que transportaban los roedores, según el estudio. La peste bubónica todavía existe hoy en día, y los síntomas incluyen ganglios linfáticos dolorosos e inflamados, llamados bubones, en las zonas de la ingle, las axilas o el cuello, así como fiebre, escalofríos y tos.

El estudio sugiere que en Escandinavia, en esa época, la peste probablemente se propagaba de humano a humano en lugar de por transmisión esporádica de animales, aunque no es posible saber cuán letal o crónica era la enfermedad, agrega Mark Thomas (izquierda), profesor de genética evolutiva en el University College de Londres.

Sin embargo, Thomas, quien no participó en la última investigación, pero fue parte del equipo que identificó por primera vez el declive demográfico del Neolítico tardío, dijo que está poco convencido de que la peste fuera la principal razón detrás de la caída más amplia de la población, la cual -sostiene- ocurrió en diferentes momentos y probablemente fue el resultado de una combinación de factores, incluidas las malas prácticas agrícolas que agotaron el suelo y la mala salud generalizada.

“La salud general de los habitantes del Neolítico era muy precaria. Sus huesos tenían mal aspecto”, afirmó Thomas. “Podría haber habido un aumento más general de una carga patógena, pero, desde el punto de vista del ADN, resulta que las secuelas que provoca la bacteria 'Yersinia pestis' es una de las enfermedades más visibles para los científicos arqueológicos y, por lo tanto, más fácil de identificar y estudiar".

Uno de los esqueletos completos encontrados en la fosa común de Frälsegården (individuo B/FRA043). El esqueleto es el de una mujer de entre 30 y 40 años, emparentada solo en segundo grado con individuos del árbol genealógico. Según los isótopos de estroncio en sus dientes, nació fuera de la geología sedimentaria de Falbygden, probablemente en una región vecina del oeste de Suecia. El cráneo fue extraído previamente durante la excavación. Crédito: Karl-Göran Sjögren.

El ADN antiguo proporciona respuestas

Los análisis se llevaron a cabo utilizando un método llamado "secuenciación profunda por escopeta", que permite a los investigadores extraer información muy detallada del material genético aunque el ADN antiguo suela estar muy dañado o degradado. Los investigadores examinaron el ADN de materia dental y ósea de individuos del Neolítico, estudiando tanto las relaciones familiares que mantenían como las enfermedades que sufrieron.

"Hemos logrado realizar un mapeo exhaustivo de los linajes de la peste y una descripción detallada de otros microbios en los datos del ADN antiguo. Al mismo tiempo, a través de estos análisis, hemos podido observar el ADN humano desde una perspectiva amplia y local, y hasta el nivel individual, obteniendo una imagen de la organización social que existía en ese entonces", dice el profesor asociado Martin Sikora (derecha), del Globe Institute, quien también está detrás del estudio.

El hallazgo de que el 17% de los individuos cuyo ADN fue analizado tenían peste, indica que la misma era común en Escandinavia durante el periodo Neolítico tardío. En uno de los linajes familiares analizados (38 individuos) se observó que habían sufrido al menos tres brotes de peste a lo largo de seis generaciones (alrededor de 120 años). Las dos primeras muy posiblemente fueron pequeñas y limitadas, pero la tercera fue quizá más generalizada entre la población.

"La cuestión de las posibles relaciones de parentesco entre individuos cuyos huesos y dientes se han encontrado en tumbas megalíticas se viene debatiendo desde hace al menos 200 años. Ha habido muchas teorías y especulaciones, pero ahora, gracias al ADN, disponemos de datos", afirma Karl-Göran Sjögren (izquierda), profesor asociado de Arqueología en la Universidad de Gotemburgo, el cual también ha participado en el nuevo estudio.

La nueva investigación también permite comprender cómo se organizaba la sociedad neolítica de Falbygden (Suecia). El análisis de ADN ha podido mostrar que cuatro hombres tuvieron varios hijos con diferentes mujeres, pero no han encontrado ninguna prueba de que las mujeres hayan tenido hijos con más de un hombre. El parentesco en las tumbas sigue la línea masculina, si bien con mujeres de otros grupos incluidos. Un ejemplo de ello es el caso de una mujer que fue enterrada en una tumba diferente a la de sus dos hermanos.

“También podemos demostrar que el grupo de parentesco en la tumba de corredor de Frälsegården estaba dividido en dos subgrupos, que fueron enterrados en partes separadas de la cámara funeraria”, concluye Karl-Göran.

El profesor Seersholm cree, pues, que los nuevos resultados descartan las teorías anteriores que sugerían que la disminución de la población no pudo haber sido causada por la peste.

"En relación con el descenso de la población a finales del Neolítico, se han sugerido guerras y brotes de enfermedades infecciosas, incluida la peste. En este sentido, ha habido varias teorías relacionadas con la peste, y una de ellas sugería que la misma no podría haber causado una epidemia, pero esa suposición ya no se sostiene", concluye Seersholm.

Fuentes: phys.org | Universidad de Copenhague | Universidad de Gotemburgo | edicion.cnn.com | 10 de julio de 2024

Un túmulo de hace 6.000 años hallado en la República Checa podría ser uno de los monumentos funerarios más antiguos de Europa

El túmulo neolítico y otros artefactos fueron encontrados durante excavaciones llevadas a cabo a lo largo de una autopista cerca de la ciudad de Hradec Králové, al este de Praga. Crédito de la imagen: Departamento de Arqueología de la UHK.

Un equipo de arqueólogos ha desenterrado lo que puede ser el túmulo prehistórico más grande de Europa antes de llevar a cabo los trabajos de adecuación junto al tramo en construcción de la autopista D35 Plotiště-Sadová en la República Checa.

El túmulo tiene aproximadamente 190 metros de largo, casi el doble que la longitud de un campo de fútbol americano, y alrededor de 15 metros en su punto más ancho, y está orientado a lo largo de un eje de noreste a suroeste, en el límite de los catastros de los pueblos de Dlouhé Dvory y Lípa, cerca de la ciudad de Hradec Králové, a 88 kiñómetros de Praga, según una declaración de la Universidad de Hradec Králové (UHK).

Otra vista aérea del gran túmulo hallado.

Los arqueólogos creen que dicho túmulo data del IV milenio a. C., lo que lo convertiría en uno de los monumentos funerarios más antiguos jamás encontrados en Europa. Tambien es excepcional por el hecho de ser el primer túmulo de este tipo encontrado en Bohemia Oriental, pues hasta el momento, tales monumentos estaban vinculados al noroeste de Bohemia.

Vaso en forma de embudo hallado en un enterramiento colectivo de Escania, Suecia.

La fecha se corresponde con la cultura neolítica del pueblo Funnel-Beaker (cultura de los vasos de embudo) que se desarrolló en el área entre 3800 y 3350 a. C. Su nombre se debe a los distintivos recipientes de cerámica que se entregaban como ajuar funerario en muchos de sus entierros.

"El hallazgo representa el túmulo prehistórico más largo no sólo de nuestra región, sino probablemente de toda Europa", afirmó en el comunicado Petr Krištuf (izquierda), arqueólogo de la UHK.

Además de dos entierros centrales dentro del túmulo, que probablemente eran de miembros de alto estatus de la comunidad prehistórica que lo construyó, se han localizado cerca unas 30 tumbas que se cree datan aproximadamente de la misma época, según una publicación realizada en Facebook por el departamento de Arqueología de la Universidad de Hradec Králové (UHK).

Cada uno de los dos entierros centrales dentro del túmulo incluía esqueletos de adultos acostados sobre su lado izquierdo con sus cabezas apuntando hacia el norte, así como ajuares funerarios. Crédito de la imagen: Departamento de Arqueología de la UHK.

Segundo enterramiento central dentro del gran túmulo.

Descubrimiento cerca de la autopista

El túmulo hallado ya no era visible en la superficie, dado que estaba ubicado en un área densamente cultivada que había sido nivelada en algún momento de la historia, según la publicación de Facebook.

Como resultado de ello, los arqueólogos encontraron, primero, evidencia enterrada de la zanja que rodeaba el túmulo funerario. Trincheras similares alrededor de otros túmulos hallados en el área contenían pozos para postes de una empalizada de madera, pero esta característica no se ha encontrado en este lugar, según relata la publicación de Facebook.

Los dos entierros centrales del túmulo presentan esqueletos de individuos solitarios que yacen sobre su lado izquierdo y con la cabeza orientada hacia el norte.

Según la publicación de Facebook, una de las personas fue enterrada en un hoyo con canalones a cada lado y agujeros para postes en las esquinas, lo que implica que originalmente pudieron haber sido colocadas dentro de una estructura de madera dentro del túmulo, pero que desde entonces se ha podrido. Esa persona fue enterrada con una vasija de cerámica que presumiblemente había sido ofrecida como ajuar funerario, y el segundo entierro central también contenía cinco piezas de pedernal trabajadas, incluida una punta de flecha y una cuchilla afilada.

Tumba en las proximidades del gran túmulo en el que se constata una posible construcción interna.

Enterramientos prehistóricos

El equipo de arqueólogos siguen todavía analizando el yacimiento. En el interior del túmulo se han descubierto restos de cuatro tumbas posteriores y esperan averiguar si las personas allí enterradas estaban emparentadas con las personas de alto rango que ocupan las tumbas centrales.

"Los túmulos funerarios que son similares en Europa Central suelen estar compuestos por una o dos tumbas como máximo", explica Krištuf. "Desde este punto de vista, será interesante comprobar cómo se relacionan entre sí las tumbas descubiertas y si representan enterramientos de familiares. No obstante, en las cercanías del túmulo hay muchas otras tumbas prehistóricas".

“Registramos unas 30 tumbas que tuvieron lugar muy cerca del gran túmulo. O sea, que el el mismo se convirtió en la base de una extensa necrópolis que se usó, quizás, durante siglos”.

Otras de la tumbas halladas en las cercanías del gran túmulo.

Los arqueólogos creen, en consecuencia, que el túmulo grande fue construido inicialmente en este lugar y que los demás enterramientos se realizaron allí a lo largo de generaciones posteriores.

"Los primeros resultados muestran que el túmulo monumental estuvo aquí durante muchos siglos y que en sus inmediaciones se celebraban ceremonias funerarias y rituales de la población local", afirma Krištuf. De hecho, a unos cientos de metros del gran túmulo fue descubierto, asimismo, un asentamiento prehistórico de la cultura de La Tène de la época de los celtas, o bien tumbas de un grupo de guerreros del período de las grandes migraciones de los siglos V y VI de nuestra era, lo que permite estudiar el hallazgo por primera vez en un contexto más amplio de la zona geográfica implicada."En aquella época en este lugar se llevaban a cabo rituales funerarios importantes, y era, por tanto, un punto de referencia en el paisaje".

Fuentes: livescience.com | espanol.radio-cz | Facebook | 3 de junio de 2024

Un estudio desafía el modelo de poblamiento del centro peninsular como un lugar inhabitado por sus condiciones climáticas durante el Paleolítico superior

Excavación en el abrigo de la Malia, Tamajón (Guadalajara). / Javier Trueba-Madrid Scientific Films.

Un equipo internacional en el que participa el Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Junta de Extremadura, además del Laboratorio de Arqueobotánica del Instituto de Ciencias del Patrimonio (INCIPIT-CSIC) revela nuevos datos sobre las condiciones de asentamiento de los humanos modernos de la historia, conocidos como cromañones, en el interior de la península ibérica.

Los resultados de este estudio, que han sido publicados en la revista Science Advances, confirman la capacidad de los primeros pobladores de nuestra especie para colonizar regiones hasta ahora consideradas inhabitables, reabriendo así el debate sobre la dinámica poblacional del Paleolítico superior inicial en el suroeste de Europa. Un claro ejemplo es la península ibérica. Los hallazgos del yacimiento del Abrigo de la Malia (Guadalajara) muestran evidencias de presencia humana que sugieren repetidos asentamientos en el centro peninsular a lo largo del Paleolítico superior.

Localización de yacimientos del Paleolítico Superior temprano. Mapa de la península ibérica que muestra la ubicación del yacimiento Abrigo de la Malia (estrella azul) y un análisis de densidad de núcleos de yacimientos del Paleolítico Superior temprano en el rango temporal de entre 40.000 a 30.000 años BP. Nótese la ausencia total de yacimientos en la mayor parte de el interior ibérico, además de los datos del Abrigo de la Malia.

Uno de los periodos de la prehistoria más relevantes para la ciencia es el momento de transición entre la desaparición de los neandertales y la colonización del territorio por parte de los primeros cromañones. En algunas regiones de Eurasia se ha podido documentar la coexistencia en el tiempo y espacio de estas dos especies de seres humanos. En cambio, en otros lugares, parece que hubo un hiato, es decir, un periodo en el que ningún ser humano ocupó el territorio. Los factores que determinaron ambos escenarios los marcaron la disponibilidad de recursos, condicionada por factores climáticos, o la presencia de barreras geográficas o ecológicas.

“La península ibérica es una región clave en la evolución humana, al encontrarse en el extremo suroccidental del territorio europeo, que funcionó como refugio para las poblaciones paleolíticas. No obstante, su diversidad orográfica y ecológica fue la que probablemente determinó que el poblamiento fuese desigual” señala Antonio Rodríguez-Hidalgo (izquierda), investigador del IAM.

Iberia contiene un rico registro arqueológico en este periodo crucial de la prehistoria y cuenta con numerosos yacimientos correspondientes con los primeros milenios de ocupación de humanos modernos, especialmente en la cornisa cantábrica, pero también con algunos registros en las costas atlántica y mediterránea. Empleaban un tipo de tecnología lítica, encuadrada en el Paleolítico superior, denominado Auriñaciense, que se desarrolló en Europa aproximadamente entre los 40.000 y los 30.000 años de antigüedad.

Evidencias de ocupación humana. Huesos seleccionados con marcas antropogénicas (marcas de corte y fracturas intencionadas) en restos óseos datados directamente de la unidad Auriñaciense LU-V. Izquierda: Falange proximal de bóvido pequeño con marcas de corte. Derecha: Metatarsiano de ciervo con marcas de corte y marcas de percusión. Barras de escala en milímetros.

El centro peninsular

El panorama en el centro peninsular contrasta radicalmente con las regiones costeras ya que, hasta ahora, no se habían recuperado evidencias de presencia humana desde que los neandertales migraran a la costa hace 42.000 años. Los primeros registros del Paleolítico superior que se tenían son de hace 27.000 años, encuadrados en un periodo cronocultural más moderno llamado Gravetiense. Por tanto, se consideraba que durante aproximadamente 15.000 años el centro peninsular fue un lugar inhóspito e inhabitable para las primeras poblaciones de Homo sapiens que utilizaban la cultura Auriñaciense. Este periodo coincide con un momento de una fuerte inestabilidad climática, definida por un enfriamiento paulatino cada vez más acusado. El centro peninsular se caracteriza por poseer dos mesetas, es decir, terrenos planos con una elevada altitud, divididas por las montañas del Sistema Central.

Hasta ahora, se había considerado que las condiciones climáticas de este periodo crítico, unido a la orografía del territorio del interior peninsular, habían supuesto una especie de barrera ecológica para las poblaciones auriñacienses. Durante los últimos años, sin embargo, nuevas prospecciones del terreno y excavaciones en diferentes enclaves del interior peninsular han desafiado esta hipótesis, proponiendo modelos alternativos de colonización del territorio del interior peninsular. Esta búsqueda ha dado sus frutos en el yacimiento de la Malia, un abrigo rocoso localizado en una pequeña localidad de la provincia de Guadalajara llamada Tamajón.

Excavaciones en el Abrigo de la Malia en Tamajón. Ayuntamiento de Tamajón.

El yacimiento del Abrigo de la Malia

El Abrigo de la Malia fue descubierto en 2017 durante una prospección y, desde que comenzaron las excavaciones en 2018, se han recuperado año tras año numerosas evidencias de presencia humana, tales como herramientas líticas o restos de animales con marcas de corte producidos por cuchillos de piedra en dos niveles estratigráficos diferentes. El análisis de los conjuntos líticos del nivel inferior, el más antiguo, y la datación directa de restos óseos con marcas de corte, han proporcionado una edad comprendida entre los 36.000 y los 31.000 años, correspondiente al Auriñaciense. El nivel superior ha arrojado una edad más moderna, comprendida principalmente entre los 27.000 y 25.000 años de antigüedad. Esto sugiere repetidos asentamientos en este territorio a lo largo del Paleolítico superior.

El hallazgo de este yacimiento no sólo ha llenado un vacío en el registro arqueológico de la región, sino que además ha permitido rastrear cómo fueron las condiciones climáticas en ese momento y lugar. Los resultados obtenidos a partir del estudio de los sedimentos, la asociación de microvertebrados, el análisis paleobotánico a través los granos de polen y los carbones y el estudio de los isótopos estables en fósiles de ungulados, coinciden en detectar un cambio en el clima entre las dos unidades.

Artefactos líticos seleccionados del LU-V del Abrigo de la Malia. 1: Núcleo de hojita de lados estrechos (buril carenado) sobre un cristal de cuarzo hialino. 2: Fragmento de hojita de sílex. 3: Fragmento de hoja de sílex. 4: Hojita puntiaguda con dorso de sílex. 5: Fragmento de hoja/hojita de cuarzo hialino. 6: Fragmento de hoja de sílex que muestra alteraciones térmicas. 7: Raspador de punta pequeña sobre un fragmento de lasca de sílex. 8: Hoja de sílex con retoque discontinuo. 9: Núcleo de buril carenado sobre lasca de sílex. 10: Raspador lateral sobre lasca de sílex. 11: Núcleo de hoja semicircular (prismático) bidireccional sobre cuarcita. Dibujo diacrítico del núcleo 1: Fase 1: Se realizan las primeras remociones para preparar la superficie de lasca en un cristal de cuarzo hialino prismático. Fase 2: Preparación de la plataforma notable perpendicular a una cara estrecha. Fase 3: Explotación de la superficie de lasca para producir hojitas. Dibujo diacrítico del núcleo 2: Fase 1: Preparación de la superficie de lasca. Fase 2: Preparación de la plataforma notable. Fase 3: Mantenimiento de la cornisa. Fase 4: Aprovechamiento de la superficie de descascarillado de dos plataformas opuestas utilizadas para producir piezas alargadas, incluidas cuchillas y lascas laminares (sin embargo, las extracciones inferiores probablemente se produjeron para limpiar las bisagras producidas a partir de la plataforma opuesta). Las flechas indican la dirección de las extracciones.

Industria ósea recuperada del abrigo rocoso de Malia. (A) Azagaya de LU-IV realizada sobre asta de ciervo. (B) Azagaya de LU-V realizada sobre hueso . (C) Imagen de microscopía electrónica de barrido (SEM) de la azagaya hecha en la asta. (D) Imagen SEM de la azagaya hecha sobre hueso.

Este cambio viene marcado por una tendencia hacia condiciones más frías y áridas, que produjo que los ambientes fuesen cada vez más abiertos, es decir, con menos bosques, y con menor disponibilidad de agua. Sin embargo, este cambio no parece haber afectado las estrategias de subsistencia de los humanos que ocuparon este abrigo rocoso, ya que se observa el mismo tipo de consumo de presas en ambos niveles.

“Esto se observa también en las estrategias de recolección de leña, que no varían mucho a nivel taxonómico a lo largo del tiempo, aunque sí varían sus porcentajes. Los taxones leñosos identificados de forma recurrente coinciden con los identificados en el análisis palinológico, sugiriendo que la leña se recogía en los alrededores del abrigo rocoso, aportando una información especialmente valiosa para la reconstrucción de las estrategias de subsistencia de estas comunidades”, apunta María Martín Seijo (izquierda), investigadora del INCIPIT.

“Los nuevos datos del Abrigo de la Malia refutan la vieja hipótesis del desierto interior. Pese a las duras condiciones ecológicas, los humanos modernos transitaron y ocuparon el corazón de la península ibérica durante el Paleolítico superior antiguo. La cantidad y calidad de los datos arqueológicos extraídos del Abrigo de la Malia indican que, durante la peor glaciación en milenios, la supuesta 'tierra de nadie' del interior peninsular fue en realidad el territorio de caza de grupos de cultura auriñaciense. Este descubrimiento nos invita a revisar los modelos de dispersión peninsular del Paleolítico superior y la dinámica poblacional de 'Homo sapiens'”, indica Rodríguez-Hidalgo.

En el estudio ha participado un nutrido grupo de científicos de instituciones nacionales e internacionales, liderados por Nohemi Sala y Adrián Pablos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana y la Universidad Complutense de Madrid, respectivamente.

Fuente: csic.es | 27 de junio de 2024