Muestra en tan solo 2,5 minutos cómo nuestro satélite ha adquirido, tras formarse hace 4.500 millones de años, su aspecto actual
Para celebrar sus primeros 1.000 días en órbita lunar, que se cumplen el próximo 19 de marzo, el equipo de científicos del centro Espacial Goddard, de la NASA, que opera la sonda LRO (Lunar Reconnaisance Orbiter), acaba de publicar dos vídeos fascinantes sobre la historia de nuestro satélite. El primero, titulado "Evolución de la Luna", (sobre estas líneas), muestra en tan solo 2,5 minutos cómo nuestro satélite ha adquirido, tras formarse hace 4.500 millones de años, su aspecto actual. El segundo, que se puede encontrar aquí, es un recorrido comentado (en inglés) por los lugares y paisajes lunares más destacados e impactantes.
La Luna, por supuesto, no fue siempre tal y como la podemos ver ahora. Nació como una gigantesca bola de magma que se formó a partir de los restos de la titánica colisión de un objeto del tamaño de Marte contra la Tierra, hace cerca de 4.500 millones de años. Cuando el magma se enfrió, se formó la corteza lunar. Sin embargo, otro objeto de gran tamaño impactó contra el polo sur de la Luna, hace unos 4.300 millones de años, formando la cuenca Aitken, una enorme depresión de unos 12 km. de profundidad y más de 2.500 km. de diámetro y que es una de las dos mayores huellas de impacto de todo el Sistema Solar. Pero esa tremenda colisión no fue la única, sino que marcó el principio de una larga serie de violentos impactos que fueron modelando algunos de los aspectos más característicos de nuestro satélite. Con la corteza recién formada y el interior aún muy caliente, la lluvia de meteoritos resquebrajó, hasta hace unos 1.000 millones de años, la delicada superficie lunar, de modo que el magma se fue colando por las grietas y permaneció, como si de un gran mar de lava se tratara, recubriendo durante millones de años una buena parte de la superficie. Al enfriarse, formó algunos de los "mares" que hoy aparecen como enormes manchas oscuras. De este periodo son los impactos que produjeron algunos de los cráteres más emblemáticos de la Luna como Tycho, Copernico o Aristarco. Miles de impactos menores terminaron de dar a nuestro satélite su aspecto actual. La Luna que hoy podemos contemplar en el cielo es, pues, el resultado de miles de millones de años de una actividad inimaginablemente violenta.
El texto, con una sola palabra («neutrino») fue enviado a través de 240 metros de sólida roca y, cuando llegó, pudo leerse perfectamente. El experimento abre la posibilidad a nuevos sistemas de comunicaciones sin cables ni satélites
El equipo que ha conseguido enviar el mensaje en un haz de neutrinos
Un grupo de investigadores de las Universidades de Rochester y Carolina del Norte ha conseguido, por primera vez, enviar un mensaje utilizando un haz de neutrinos, diminutas partículas prácticamente sin masa y que recorren el Universo a la velocidad de la luz. El mensaje fue enviado a través de 240 metros de sólida roca. Cuando llegó al otro lado, los científicos pudieron leerlo perfectamente. El texto decía, sencillamente "Neutrino". El experimento, que se publicará en la revista Modern Physics Letters A, abre la posibilidad a nuevos sistemas de comunicaciones en el que no serían necesarios cables ni satélites. "Utilizando neutrinos - afirma Dan Stancil, de la Universidad de Carolina del Norte y autor principal del estudio - será posible la comunicación entre dos puntos cualquiera de la Tierra sin necesidad de utilizar cables ni satélites. Los sistemas de comunicación por neutrinos son mucho más complejos que los actuales, pero pueden tener importantes usos estratégicos". Son muchos los que hasta ahora habían teorizado soble la posibilidad de utilizar neutrinos en las comunicaciones. Y ello a causa de una de sus principales propiedades: su capacidad de pasar a través de prácticamente todo lo que encuentran a su paso. En efecto, su masa es tan escasa que apenas interactúan con el resto de la materia. Billones de neutrinos procedentes del Sol pasan cada segundo a través de cada centímetro de la Tierra, atravesando el planeta limpiamente, como si fuera vacío.
Desde un submarino
Si la tecnología probada por Stancil y sus colegas pudiera instalarse, por ejemplo, en un submarino, éste podría comunicarse sin problema a grandes distancias enviando mensajes a través del agua. Algo que resulta difícil, a menudo imposible, con la tecnología actual. La técnica también sería de extremada utilidad para comunicarse con alguien que estuviera en las antípodas, enviándole el mensaje directamente a través de la Tierra y sin necesidad de rebotar la señal en un sistema de satélites o de enviarla por cable. Incluso si nuestro interlocutor estuviera en la cara oculta de la Luna, o de otro planeta lejano, la comunicación sería posible sin problemas ni impedimentos. "Por supuesto -afirma Kevin McFarland, otro de los investigadores del experimento - con nuestra actual tecnología se necesita una enorme cantidad de equipos de última generación para transmitir un mensaje usando neutrinos, por lo que hoy por hoy no resulta práctico. Pero el primer paso hacia lo que un día podría ser el uso de neutrinos para las comunicaciones en un sistema práctico es precisamente demostrar que eso es posible con la tecnología actual". El equipo realizó su histórica prueba en el Fermilab ( Fermi National Accelerator Lab), en las afueras de Chicago. Y utilizó para ello dos elementos de crucial importancia. El primero fue uno de los aceleradores de partículas más potentes del mundo, capaz de crear haces de neutrinos de alta densidad a base de acelerar protones alrededor de un anillo de más de tres km. de circunferencia y hacerlos chocar después contra un bloque de carbono. El segundo fue un enorme detector, de cinco toneladas de peso, llamado MINERvA e instalado en una cueva a más de cien metros de profundidad. Un despliegue de medios que da una ligera idea de lo lejos que está esta tecnología de ser utilizable a gran escala.
Cruzan planetas
La prueba de comunicación se realizó durante un período de dos horas, durante las que el acelerador fue llevado hasta la mitad de su potencia mientras que el detector recogía datos al mismo tiempo en que se enviaba el mensaje. En la actualidad, la mayor parte de las comunicaciones se basan en el envío y la recepción de ondas electromagnéticas. Es así como las radios, los móviles o los televisores pueden funcionar. Pero las ondas electromagnéticas no atraviesan con facilidad los obstáculos. Montañas y currsos de agua los bloquean, igual que muchos otros elementos sólidos o líquidos. Los neutrinos, sin embargo, pasan sin problema a través de planetas enteros sin ser interferidos ni siquiera por uno de sus átomos. Y dado que, además de no tener prácticamente masa alguna, tampoco tienen carga eléctrica, los neutrinos no están sujetos a alteraciones magnéticas de ninguna clase y no son alterados por la fuerza de la gravedad. Es decir, que se mueven libremente en cualquier clase de ambiente y condición.
En código binario
El mensaje que los científicos enviaron usando el haz de neutrinos fue traducido, primero, a código binario. O, dicho de otro modo, la palabra "neutrino" (que fue el mensaje enviado) se representó con una serie de "1" y "0" en los que "1" correspondía al envío de grupos de neutrinos y "0" a la ausencia de envío de grupos de neutrinos. Los neutrinos, además, fueron "disparados" en grandes grupos ya que debido a su naturaleza evasiva, incluso el enorme detector MINERvA sólo lograba detectar una sola de estas partículas por cada diez billones de neutrinos "disparados". Cada vez que se producía una detección, un ordenador instalado en el lado receptor del mensaje traducía de nuevo el código binario al inglés. El resultado fue la correcta recepción de la palabra "neutrino".
La NASA presenta el atlas preparado con los datos de su telescopio en órbita ‘Wise’
Más de 500 millones de estrellas, galaxias y otros objetos celestes, captados por el telescopio espacial Wise, se recogen en un nuevo mapa completo del cielo, visto en infrarrojo, que ha presentado hoy la NASA. El telescopio, que dejó de funcionar hace un año, tomó más de 2,7 millones de imágenes en las que aparecen diferentes tipos de objetos celestes, desde asteroides cercanos hasta lejanas galaxias. Los científicos han estado procesando los datos (más de 15 billones de bytes enviados por el observatorio en órbita) hasta lograr el atlas completo, del que se había presentado un avance que cubría aproximadamente la mitad del cielo. El mapa del Wide-field Infrared Survey Explorer (Wise) aporta también un catálogo de las propiedades infrarrojas de los 560 millones de objetos individuales recogidos. La mayoría son galaxias y estrellas (en igual proporción unas y otras) y muchas de ellas no se habían visto antes, explican el Jet Propulsión Laboratory (en California), responsable de esta misión.
Restos de una explosión estelar, una supernova, captada en infrarroja por el telescopio Wise. / NASA / JPL-CALTECH / WISE TEAM
La astronomía de infrarrojo explora objetos y procesos fríos del universo. También el Sol emite en esta longitud de onda, pero sobre todo lo hace en luz visible. Pero también es la astronomía de lo oculto, dicen los científicos, porque hay muchos lugares del universo velados por nubes densas de polvo y gas que interceptan la luz visible pero que dejan pasar la infrarroja, por lo que esas nubes se convierten en transparentes para los telescopios de este rango. El Wise no fue el primero ni mucho menos, y ni siquiera el único en el espacio y no hay que olvidar, en los últimos años el Spitzer (también de la NASA), y el Herschel (de la Agencia Europea del Espacio), pero se diseñó precisamente para hacer un barrido completo del cielo, más que para centrarse en objetos concretos. Entre la lista de hallazgos del Wise, los científicos de la misión destacan, por ejemplo una clase de estrellas especialmente frías, denominadas enanas Y, que los astrónomos han estado buscando durante años. Estos astros no brillan en luz visible y no se vieron hasta que este telescopio abrió sus ojos infrarrojos. Un descubrimiento inesperado, señalan los expertos de JPL , fue un asteroide que comparte la misma órbita que la Tierra alrededor del Sol. A partir de ahora, con el acceso libre a todos los datos, se esperan muchos más estudios y avances. El Wise, con una masa de 750 kilos, fue lanzado al espacio el 14 de diciembre de 2009 y se colocó en órbita a 525 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre. Su telescopio de 40 centímetros de diámetro estaba enfriado con hidrógeno, que duró hasta octubre de 2010. Cuando este refrigerante se agotó, la NASA aprobó una prórroga de la misión en caliente, es decir, utilizando el telescopio pero ya sin sistema criogénico. Finalmente se apagó el 17 de febrero de 2011. El coste del Wise fue de 300 millones de dólares.
El anfibio pertenece a la especia de las ranas leopardo, 'Lithobates pipiens'.Brian Curry (Rutgers)
En la ciudad de los rascacielos aún hay vida silvestre por descubrir. En Staten Island, uno de los cinco distritos de Nueva York, un grupo de biólogos ha descubierto una nueva especie de rana leopardo. El anfibio había sido confundido durante décadas con otro especimen. "Que una nueva especie haya pasado desapercibida durante todo este tiempo en esta zona es increíble", dice el profesor de UCLA, Brad Shaffer. Este biólogo es uno de los autores del paper publicado en la revista Molecular Phylogenetics and Evolution que recoge el hallazgo. Aunque los biólogos descubren con regularidad nuevas especies en las selvas remotas, encontrar esta en los pantanos de Staten Island ha sido toda una sorpresa. La historia de su hallazgo ya merece ser noticia de por sí. La principal autora del estudio, la bióloga evolutiva Cathy Newman estaba terminando su master en la Universidad de Alabama sobre un estudio en especies de ranas leopardo del sur de EEUU cuando contactó con el ahora co autor del trabajo, el doctorando de la Universidad Rutgers, Jeremy Feinberg, en Nueva Jersey, zona cercana a Staten Island. Newman le pidió ayuda a Feinberg y éste a su vez le pidió si podía ayudarle a investigar unas extrañas ranas cuyo croar le había extrañado, al ser muy diferente al propio de las ranas leopardo. "Había ranas leopardo del sur y del norte en esa zona, asi que esperábamos encontrarnos con algunas que por alguna razón tenían una conductas extrañas o que eran un híbrido de ambas", explica Newman. "Me sorprendí y emocioné apenas empecé a recibir datos que sugerían que se trataba de una nueva especie. Es algo fascinante en una zona tan urbanizada", añade. Los científicos usaron datos de ADN para comparar la nueva rana con las otras variedades de ranas leopardo (Lithobates pipiens) y determinaron que se trata de una especie totalmente nueva, tan nueva que aún no tiene nombre. En el pasado es probable que el anfibio viviera en Manhattan y la presión urbana la fue desplazando hacia el sur. "Esto demuestra que incluso en la ciudad más grande en los EEUU todavía hay importantes y nuevas especies que esperan a ser descubiertas que podrían perderse si no se hace un esfuerzo de conservación", comenta Shaffer.
Groenlandia podría derretirse por completo y de manera irreversible si el calentamiento global alcanza los 1,6 grados centígrados, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y del Instituto Potsdam (Alemania). La investigación, realizada por el departamento de física de la Tierra II de la UCM y científicos del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK), confirma que el casquete polar es más vulnerable al calentamiento global de lo que se pensaba. En esta investigación se han utilizado simulaciones por ordenador de la capa de hielo de esta región y su clima, calculando la evolución de la isla durante los anteriores ciclos glaciares y el futuro de su capa de hielo. Por ello, esta nueva estimación del umbral crítico de temperatura para la supervivencia de la isla es más fiable que las anteriores. De acuerdo con el estudio, actualmente el calentamiento global es 0,8 grados centígrados superior a la temperatura existente en los niveles preindustriales. Hasta ahora, estudios anteriores situaban el deshielo de Groenlandia en un aumento de la temperatura en el entorno de los 3,1 grados, un cálculo que, según esta investigación, es "optimista". El estudio advierte que, aunque el clima volviese a su estado preindustrial, el deshielo anterior impediría un nuevo crecimiento del casquete polar en esta isla. Según estimaciones del estudio la fusión del hielo groenlandés podría contribuir a un aumento del nivel del mar de varios metros, lo que afectaría a millones de personas que viven en la costa.
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