El colapso de las poblaciones humanas se puede predecir

Los investigadores analizaron restos arqueológicos de 2.378 lugares de nueve regiones del Neolítico europeo, un periodo ocurrido hace 9.000 años. / Fotolia

Las guerras, la falta de recursos, la introducción de nuevas herramientas o las enfermedades son algunos de los factores que pueden provocar el declive de una población. Mediante una serie de indicadores un equipo de antropólogos ha concluido que hace 9.000 años las sociedades neolíticas mostraron señales de alerta antes de su colapso. El estudio de estos indicios podría predecir futuras alteraciones del ecosistema producidos por el cambio climático.

Predecir el colapso de poblaciones humanas es posible si se evalúa una serie de indicadores llamados señales de alerta temprana (EWS, por sus siglas en inglés). Así lo evidencian antropólogos de la Universidad de Maryland (EE UU) y del University College London (Reino Unido) en un estudio publicado en PNAS.

“Las enfermedades, las guerras, la deforestación y la migración son los conductores más comunes que llevan al colapso social”, detalla Downey.

“Nuestras investigaciones anteriores ya demostraban que el aumento y el declive de una población podía ser detectado mediante el estudio de restos arqueológicos. Pero este estudio es el primero en predecir el colapso de poblaciones antes de que suceda”, declara a Sinc Sean S. Downey (izquierda), antropólogo en la Universidad de Maryland y uno de los autores del estudio.

Cuando un ecosistema colapsa a menudo se produce por un debilitamiento de la resiliencia de las poblaciones, es decir, una disminución de su capacidad para tolerar perturbaciones del ecosistema o pérdidas drásticas de población. “Las enfermedades, las guerras, la deforestación y la migración son los conductores más comunes que llevan al colapso social”, detalla Downey.

Los estudios teóricos y empíricos de ecosistemas no humanos revelan que la disminución de la resiliencia es detectable a través de las señales de alerta temprana que evalúan indicadores como la ralentización del crecimiento poblacional o el tiempo que tarda el ecosistema en recomponerse tras un cambio.

“Las señales de alerta temprana son indicios de que un sistema, como las sociedades humanas en el caso de este estudio, está a punto de someterse a un cambio drástico en sus tasas de crecimiento”, explica el antropólogo. El trabajo confirma la efectividad de estos indicadores para pronosticar futuros cambios en ecosistemas humanos.

El colapso del Neolítico fue predecible

Mediante la datación por radiocarbono de restos arqueológicos de 2.378 lugares de nueve regiones del Neolítico europeo –un periodo ocurrido hace 9.000 años–, los investigadores estimaron que las poblaciones avisaron del colapso mucho antes de que ocurriera.

El desarrollo y la expansión de la agricultura y de las herramientas de piedra pulimentada provocó un crecimiento generalizado de la población que después acabó en una época de inestabilidad y colapso.

Las poblaciones mostraron una desaceleración del crecimiento y más dificultad para recomponerse
Las poblaciones estudiadas mostraron una desaceleración del crecimiento y un mayor tiempo de recomposición tras sufrir pérdidas de población. “Las nueve regiones que incluimos en este trabajo parecen haber tenido dramáticas disminuciones de la población durante el Neolítico”, expone Downey. Se estima que la población de estas regiones descendió en un rango de 20% al 60% en tan solo un siglo.

La alerta se mantiene en la actualidad

Los hallazgos demuestran que las señales de alerta temprana pueden ser aplicadas a estudios arqueológicos, y ayudar a prevenir y monitorizar las consecuencias que puedan tener futuros cambios sociales.

“Los gobiernos, políticos y ciudadanos deben estar dispuestos a tomar medidas cuando se les presentan pruebas que demuestran que las sociedades están en riesgo, como actualmente ocurre con los datos sobre el cambio climático”, defiende el autor.

La deforestación y el paso del nomadismo al sedentarismo son unos de los muchos factores que los autores atribuyen al colapso de las sociedades. Sin embargo, según Downey, el declive de una población no es producto de una sola causa ambiental sino de un conjunto de factores.

“Los seres humanos son increíblemente adaptables y han llegado a vivir en ambientes extremos. Aunque un solo cambio ambiental no pueda provocar el colapso, hay algunos que harían inhabitables ciertas áreas, por ejemplo, un aumento del nivel del mar podría inundar comunidades costeras en todo el mundo”, concluye el investigador.

Referencia bibliográfica:

Sean S. Downeya et al.: “European Neolithic societies showed early warning signals of population collapse”. PNAS http://www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1602504113

Descubren en Arrasate (Guipúzcoa) un yacimiento paleontológico de hace 100.000 años

Excavando el yacimiento Artazu VII que se localiza en la cantera de Kobate en Arrasate (Gipuzkoa). / (UPV/EHU)

En 2012, después de realizar una voladura en una cantera de Arrasate en Guipúzcoa, los operarios se percataron de la presencia de abundantes restos óseos y decidieron paralizar la explotación. Al año siguiente, junto con investigadores de la Universidad del País Vasco, se recuperaron en el nuevo yacimiento, bautizado como Artazu VII, fósiles de al menos 40 especies, como el león de las cavernas o el bisonte estepario, del Pleistoceno Superior, un momento crítico en la historia humana.

Un equipo multidisciplinar de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) formado por investigadores del departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología y del departamento de Estratigrafía y Paleontología presenta el hallazgo del nuevo yacimiento de Artazu VII que se localiza en la cantera de Kobate en Arrasate (Guipúzcoa).

El yacimiento fue descubierto en el año 2012 por los operarios de la cantera tras realizar una voladura. Al percatarse de la presencia de abundantes restos fósiles entre la arcilla que rellenaba la cavidad, paralizaron la explotación y se pusieron en contacto con el profesor Álvaro Arrizabalaga. Tras constatar la importancia del enclave, en el año 2013, Arrizabalaga y María José Iriarte en colaboración con la empresa que explota la cantera, decidieron realizar una excavación de emergencia para recuperar en su contexto los restos óseos del yacimiento bautizado como Artazu VII.

Yacimientos del Pleistoceno Superior sin indicios de actividad humana como Artazu VII son muy escasos tanto en la región cantábrica, como en la península ibérica, sobre todo los que poseen una gran abundancia y riqueza de especies con un estado de preservación excepcional y en los que se haya realizado un estudio multidisciplinar como el que se está realizando en este proyecto.

Artazu VII es una sima que en su época funcionó como una trampa natural en la que diversos animales cayeron casualmente

El hallazgo de este yacimiento ha sido publicado en la prestigiosa revista Comptes Rendus Palevol liderado por la investigadora predoctoral Aitziber Suárez Bilbao, que actualmente desarrolla su tesis doctoral en la UPV/EHU.

Una época llena de cambios climáticos

El Pleistoceno representa una fase crítica de la historia humana. En concreto, esta época se caracteriza por sufrir diversos cambios climáticos, tanto de escala global, como regional. El interés de Artazu VII reside en que se trata de una sima que en su época funcionó como una trampa natural en la que diversos animales cayeron casualmente.

Al tratarse de una acumulación no generada por el ser humano ni por ningún otro agente biológico, la asociación faunística recuperada no se encuentra sesgada por las apetencias tróficas de ningún organismo. Es decir, la causa de la acumulación de los restos óseos fue la caída accidental de organismos en una sima, y no la acumulación de restos de organismos cazados por un depredador. Por tanto, la asociación recuperada refleja, de una manera más precisa, la fauna del entorno en el momento del relleno de la sima. Así, el empleo de bioindicadores precisos de este yacimiento está permitiendo efectuar trabajos paleoecológicos y paleoambientales de alta resolución.

En el estudio preliminar se ha numerado la lista taxonómica de al menos 40 especies presentes en Artazu VII, entre micro y macrovertebrados. Además, la mayoría de los restos se han recuperado enteros o con fracturas postdeposicionales y muchos de los huesos se han preservado en conexión anatómica. Así, para hace 100.000 años en el entorno de Arrasate, se ha constatado la presencia de especies que actualmente se encuentran extintas, o que en la actualidad están ausentes por haberse desplazado geográficamente.

Destaca la aparición del león de las cavernas (Panthera spelaea) y del leopardo (Panthera pardus) entre los carnívoros, y del bisonte estepario (Bison priscus) y el ciervo común (Cervus elaphus) entre los ungulados. La investigación llevada a cabo hasta ahora en los microvertebrados (mamíferos, anfibios y reptiles) ha constatado una serie de eventos cálidos para el momento del relleno de la sima de Artazu VII.

Referencia bibliográfica:

Suárez-Bilbao, A., Garcia-Ibaibarriaga, N., Castaños, J., Castaños, P., Iriarte-Chiapusso, M.J., Arrizabalaga, A., Torres, T., Ortiz, J.E., Murelaga, 2016. "A new Late Pleistocene non-anthropogenic vertebrate assemblage from the northern Iberian Peninsula: Artazu VII (Arrasate, Basque Country)". Comptes Rendus Palevol.

Vía: SINC

Descubren en un pasadizo secreto en Turquía el primer esqueleto de época hitita de hace 3.300 años

Arqueólogos descubren el primer esqueleto de época hitita en Turquía en un pasadizo secreto. Con una antigüedad de unos 3.300 años, el hallazgo se ha producido en el sitio arqueológico de Alacahöyük en el centro de Anatolia, en la provincia de Çorum. Las conclusiones fueron recogidas en un documental titulado "Siguiendo las huellas de la historia".

Las excavaciones están siendo realizadas por la Universidad de Ankara.


El yacimiento alberga asentamientos de época neolítica e hitita, y se han encontrado los primeros ejemplos de herramientas de cobre y piedra. También contiene tumbas reales que datan del siglo III a.C. con artefactos preciosos, como joyas, armas, vasos de metal y objetos varios.



Fuente: Daily Sabath (Traducción de Aníbal Clemente para Historia y Arqueología)

ALFONSO FANJUL EL ORO DE LOS ASTURES Y ROMA


Arqueólogos identifican una pieza de ajedrez de la Valencia islámica


La Sección de Arqueología Municipal (SIAM) del ayuntamiento ha identificado una pieza de ajedrez, concretamente la de un caballo, que data de la época de la Valencia islámica. Se trata de una pieza única proveniente de las excavaciones realizadas por el Ayuntamiento de Valencia en la plaza de l´Almoina, y que los técnicos han identificado dentro del proceso de revisión y catalogación de los fondos con los que cuenta la Sección de Arqueología.

Según ha podido saber este diario, la pieza de barro tiene la forma de la cabeza de un caballo y tiene un tamaño de unos siete centímetros. Esta escultura cuenta con una base plana para poder apoyarla y jugar sobre un tablero.

La pieza fue encontrada en las excavaciones de la plaza de l´Almoina, en la zona del antiguo alcázar musulmán, lo que desde el ayuntamiento, señalan, «confiere a este objeto un contexto palaciego anterior a la Conquista de Jaume I en 1238».

Cabe destacar, como indican las mismas fuentes, que las piezas con las que jugaban los ajedrecistas de la época islámica solían estar realizadas con materiales más ricos, como podían ser el marfil o el vidrio de roca, pero que «tampoco faltan piezas más modestas labradas en barro», como una ficha que se conserva en el Museo Arqueológico de Dénia.
El arqueólogo municipal, Vicente Lerma, destaca que el interés de este hallazgo reside en que esta pieza «es la primera evidencia arqueológica del juego del ajedrez en Valencia antes de la conquista feudal de la ciudad, la cual posteriormente, en el siglo XV jugará un papel fundamental en la introducción del ajedrez moderno».

Y es que fue en Valencia, en su Siglo de Oro, cuando nació el ajedrez moderno tal y como defienden estudiosos y primeros espadas del ajedrez mundial.

Los poetas valencianos Francí de Castellví, Bernat Fenollar y Narcís Vinyoles publicaron en 1475 el poema alegórico Scachs d´amor, en el cual describían por primera vez el desplazamiento moderno de la pieza de la dama, pasando de moverse de una sola casilla a poder hacerlo por todo el tablero.

Importancia de la catalogación

La concejal de Cultura, Glòria Tello, destacó al respecto de este hallazgo que «es importantísima la catalogación y conservación del patrimonio arqueológico que se conservan en el SIAM después de encontrarlo en las excavaciones».En este sentid, Tello quiso destacar que «este año, después de años de abandono se ha retomado la digitalización de los fondos fotográficos que están en diapositivas o rollos de película que hacía cerca de cuatros años que no se tocaban. Se ha retomado la catalogación numismática tras 10 años».

Del mismo modo, desde la concejalía que dirige Tello indicaron que han comenzado los trámites para la ordenación y catalogación también de los fondos de la época romana y la restauración de piezas cerámicas de la colección del SIAM.

«Es un trabajo menos visible pero imprescindible desde el punto de vista patrimonial, ya que pretende recuperar piezas de gran valor, restos de nuestra historia que conforman nuestra identidad y nos ayudan a comprender nuestro pasado», sentención Tello.

Fuente: levante-emv.com | 5 de septiembre de 2016