Arqueólogos descubren restos humanos del naufragio de Antiquitera


Los arqueólogos han descubierto un peso de plomo para medir las profundidades y restos humanos de una persona que quedó atrapada durante el naufragio del siglo I a.C.

La avaricia rompe el saco, dice el refrán. Quizá eso es lo que ocasionó el naufragio de Antiquitera: una imponente nave romana se fue a pique en el siglo I a.C. cerca de la isla griega de Antiquitera, puede que debido a una tormenta o al sobrepeso del cargamento de lujo que transportaba, o puede que influyeran ambas cosas.

Restos óseos hallados en el sitio arqueológico del naufragio de Antiquitera. Foto: Ministry of Culture, Greece.



Seguramente nunca lo sabremos. Sí que sabemos lo que transportaba: conjuntos escultóricos enormes, que incluían varios caballos de mármol y lanzas de bronce de dos metros de longitud, además de mobiliario, cristalería de lujo, joyas y el célebre Mecanismo de Antiquitera, la computadora mecánica más antigua que se conoce, que sigue rodeada de misterio más de cien años después de su hallazgo. La nave romana transportaba antigüedades griegas excepcionales, probablemente dirigidas a satisfacer a la exigente aristocracia italiana.


Del 28 de agosto al 14 de septiembre se ha desarrollado la segunda campaña arqueológica de este año en Antiquitera, según acaba de informar el Ministerio de Cultura de Grecia. Los arqueólogos han encontrado restos óseos, entre ellos huesos largos y un cráneo, de una persona que quedó atrapada durante el naufragio.


Theotokis Theodoulou and Brendan Foley examine some of the bones, which are discoloured a dark reddish-brown, possibly through age, or perhaps from the uptake of iron leached from nearby artefacts. [Credit: Brett Seymour, EUA/WHOI/ARGO]

Durante las investigaciones de 1900-1901 y 1976 ya se detectaron los restos esqueléticos de al menos cuatro individuos, un hecho que revela la magnitud y violencia del naufragio. El análisis osteológico y genético podría aportar información sobre el sexo y la edad de los difuntos, entre otras cosas. Cabe decir que durante el descubrimiento del pecio en los años 1900 y 1901 murió uno de los buceadores, Georgios Kritikos, y otros sufrieron parálisis debido al síndrome de descompresión.

Máquina de Antiquitera

Los restos humanos revelan la magnitud y violencia del naufragio

Durante esta última campaña de excavaciones también se ha descubierto un peso de plomo de cincuenta kilos con forma de campana, utilizado antiguamente como una sonda para medir las profundidades y la naturaleza del fondo marino.

Hallazgo del peso de plomo, utilizado antiguamente para medir las profundidades y la naturaleza del fondo marino. Foto: Ministry of Culture, Greece.


Los clavos de hierro o de cobre que tenía esta pieza en su base permitían tomar muestras del fondo marino, por ejemplo fango, piedras u otros sedimentos. Foto: Ministry of Culture, Greece.

Los clavos de hierro o de cobre que tenía esta pieza en su base permitían tomar muestras del fondo marino, por ejemplo fango, piedras u otros sedimentos. “Esta herramienta de la Antigüedad era vital para una navegación segura“, señala el comunicado. Por último, los arqueólogos sospechan que puede haber otro barco en las inmediaciones.



Fuente: Alec Forssmann | NATIONAL GEOGRAPHIC | NATURE, 19 de septiembre de 2016

La Arquitectura Almohade por Aitor Manuel Vacas Carrillo


 La Giralda de Sevilla


       Los almohades fueron una tribu bereber  procedentes de la región del Atlas en el siglo XII. Surgieron como reacción a la relajación religiosa de los almorávides, que habían fracasado en su intento de integrar a los distintos estados musulmanes y en el que tampoco detuvieron el avance de los cristianos en la Península Ibérica. Este movimiento religioso fue liderado por Muhammad Ibn Tumart. Este grupo terminó  con el poder de los almorávides en el norte de África y en la Península, permaneciendo en el poder hasta 1269. 

         Desde el punto de vista constructivo, recurrieron a la mampostería y al ladrillo, mientras que la columna como elemento decorativo fue perdiendo funcionalidad por el pilar de ladrillo. También se emplearon el arco de herradura apuntado y el arco  lobulado con varios lóbulos verticales. También utilizaron el alfiz, como moldura que rodea la parte externa al arco. Así como el empleo de diferentes tipos de bóvedas, siendo frecuente la de mocárabes, que son molduras a base de prismas yuxtapuestos.  Respecto a otros elementos decorativos destaca la  cerámica vidriada, y los llamados paños de sebka, formados por una red de rombos a base de arcos entrelazados lobulados o mixtilíneos. 

De lo que respecta a la arquitectura, se puede dividir en –arquitectura religiosa- y –arquitectura defensiva – civil. 

      De la arquitectura religiosa destacan las mezquitas, siendo las  más representativas de este período se encuentran en el norte de África. Tomándose de referencia para la  construcción de la de Sevilla, de la que actualmente queda solo el minarete conocido como la Giralda. Presentaban una planta rectangular, con un esquema de planta T, las naves están colocadas en perpendicular al muro de la quibla, salvo una que discurre en paralelo y que va cubierta por cúpulas en todos los tramos. Los minaretes de las mezquitas son elevados a auténticos símbolos del poder de la religión musulmana. Desde la que el muecín llama a los fieles a la oración. Consta de un cuerpo prismático, de dos cuerpos y de una plataforma sobre la que se levanta la linterna, que termina en un remate de alminar con tres esferas doradas. 

La Torre del Oro
     
      La arquitectura defensiva, ejerce claramente un papel defensivo pero sobre todo de representación del poder. Destacan de este período los modelos de corachas, se tratan de pequeñas torres separadas de las murallas, ubicadas sobre los ríos y a las que se accede a través de adarves, destinadas a suministrar el agua. Y las albarranas, torres avanzadas generalmente separadas de la muralla exterior, funcionando como atalayas. Del modelo de coracha, destaca en la Península Ibérica, la Torre del Oro de Sevilla. Es de planta dodecagonal, con un cuerpo hexagonal en su interior, donde se aloja la escalera que conduce a una plataforma con almenas.

Por último destaca un conjunto de edificaciones en el Alcázar de Sevilla, que corresponde al período almohade, como es  el Patio del Yeso y la bóveda del Patio de Bandera.

Los secretos de los jeroglíficos egipcios: ¿una antigua lengua olvidada?

Cartuchos pintados de Tutmosis III, relieve de uno de los templos de Deir el-Bahari. (CC BY SA 3.0)

El lenguaje del antiguo Egipto no es sencillamente un conjunto de símbolos que podemos encontrar en los papiros de los museos. Es un complicado sistema de símbolos que cambió con el paso del tiempo. No solo eso, sino que además las palabras grabadas en los antiguos relieves se convirtieron en la base de otras lenguas.

Los jeroglíficos no eran más que un sistema muy avanzado de símbolos conocido en el antiguo Egipto. Los primeros de estos símbolos están datados en las dinastías más antiguas, aunque este tipo de escritura alcanzó su máximo auge en la época del Imperio Medio. El lenguaje que llamamos “antiguo egipcio” no era un sistema inamovible. Durante unos 4.000 años se fue adaptando y el complejo simbolismo de los logogramas evolucionó.

Debemos observar que este artículo se centrará en los jeroglíficos, no en otras formas de escritura del antiguo Egipto como la demótica y la hierática.

Estela de Minnakht, jefe de escribas durante el reinado de Ay. (CC BY-SA 3.0)

El lenguaje de los dioses

Los jeroglíficos no fueron inventados por los antiguos egipcios. Aparecieron con posterioridad a la escritura sumeria, y parece que algunas de las ideas utilizadas en el lenguaje del antiguo Egipto procedían de Mesopotamia. Los jeroglíficos se dividen en tres tipos diferentes de glifos: fonéticos, determinativos y logogramas.

El propio término “jeroglífico” procede del griego, y significa “marcas sagradas” o “palabras de los dioses.” Los ejemplos más antiguos de jeroglíficos hallados hasta la fecha fueron descubiertos en Abydos en el año 1998 por una expedición alemana encabezada por Günter Dreyer. Estos escritos fueron datados en el 4000 a. C., y se encontraron en la tumba de un rey predinástico conocido como Escorpión I.

Sin embargo, en su fase inicial la escritura jeroglífica no estaba demasiado desarrollada. No incluía frases completas, y de hecho la primera frase completa en escritura jeroglífica descubierta por los arqueólogos está datada en la época de la dinastía II del Imperio Antiguo. En el período del Imperio Nuevo, los egipcios ya habían creado unos 800 jeroglíficos diferentes.

En aquellos tiempos, el lenguaje jeroglífico aún era claro y resultaba comprensible, pero hacia el final del reinado de los Ramésidas el número de glifos empezó a aumentar muy rápidamente. Para la época grecorromana, ya existían unos 5.000 jeroglíficos en uso. El número de símbolos se había hecho demasiado grande como para que pudieran ser aprendidos con cierta rapidez.

Sección del Papiro de Ani escrita en jeroglíficos cursivos. (Public Domain)

De este modo, no había un solo lenguaje en el antiguo Egipto. Los profesionales de la investigación ya han llegado a la conclusión de que la creencia en los jeroglíficos como símbolos mágicos nos llega de la época tardorromana  y de principios de la Edad Media. Hasta el final de la época medieval, la gente consideraba a los jeroglíficos maldiciones misteriosas, hechizos y símbolos que sin duda no guardaban relación con los “poderes divinos.” Así pues, eran interpretados como maléficos por el cristianismo.

Una nueva vida para una antigua lengua

A medida que pasaba el tiempo, cada vez menos gente era capaz de leer los jeroglíficos. Partiendo de su habitual conocimiento por parte de los nobles, se convirtió en una capacidad asociada únicamente a aquellos que servían en los templos. Este hecho también dio pie a la leyenda de que los jeroglíficos eran símbolos mágicos. Según Aidan Dodson:

El conocimiento generalizado de la escritura jeroglífica disminuyó rápidamente en la época romana. Su uso fue limitado en la práctica a los muros de los templos, y de este modo al restringido mundo del sacerdocio. En estas circunstancias, la creencia habitual entre autores griegos y romanos de que los jeroglíficos eran en cierto modo algo más misterioso que simples letras cobró fuerza. Los escritores clásicos más antiguos habían defendido ampliamente la idea de que los jeroglíficos eran un auténtico sistema de escritura, e incluso los antepasados de todos los demás alfabetos.

Jeroglíficos egipcios típicos de la época grecorromana, esculpidos en un relieve. (CC BY-SA 3.0)

Se cree que los últimos individuos capaces de leer los antiguos jeroglíficos fueron asesinados por cristianos en la isla de File. La última inscripción jeroglífica conocida fue realizada en File en el año 394 d. C., y es conocida como el Graffito de Esmet-Akhom. En el siglo VII, Egipto cayó bajo el dominio del Islam, y la destrucción de los antiguos textos por parte de las dos nuevas religiones ya había comenzado. Sin embargo, los motivos presentes en los relieves egipcios muy pronto fueron adaptados como dibujos decorativos en los edificios de nueva construcción.

En el Renacimiento resurgió el interés por la antigüedad, y la gente empezó a sentirse atraída por la mitología egipcia. Sin embargo, los únicos textos comprensibles en aquella época eran los escritos por autores griegos y romanos: las inscripciones grabadas sobre los muros de los templos y tumbas egipcios resultaban completamente indescifrables.

No obstante, una lengua no puede morir definitivamente si quienes la utilizan siguen con vida, y  de este modo el antiguo egipcio evolucionó hacia el copto, que influyó en muchas lenguas modernas. Es asombroso observar, por ejemplo, la fuerte influencia del copto en el francés actual. Por razones obvias, la lengua que ha sufrido en mayor medida esta influencia es el árabe, por lo que su dialecto hablado en Egipto incluye muchas palabras de raíces más antiguas.

Estatua sedente de un escriba egipcio hallada en el cementerio occidental de Guiza; dinastía V. (Jon Bodsworth)

¿Y el egipcio hablado?

Cuando en 1830 Champollion anunció oficialmente que la humanidad podía leer los jeroglíficos egipcios de nuevo, las puertas del mundo antiguo se abrieron de par en par. Sin embargo, debido a las características de esta lengua, aún no había explicación posible sobre cómo pronunciar aquellas antiguas palabras.
Muchos investigadores aceptan una pronunciación relacionada con el copto y el árabe, pero de hecho el antiguo egipcio no tiene vocales, por lo que los expertos en lenguas antiguas procuran añadírselas como buenamente pueden. Es necesario recordar que desconocemos cómo hablaban su lengua los antiguos egipcios.

Traducción del antiguo alfabeto jeroglífico egipcio realizada en el 985 d. C. por Ibn Wahshiyya. (Public Domain)

Los jeroglíficos del antiguo Egipto continúan siendo en la actualidad una de las lenguas más fascinantes del mundo. A día de hoy, los investigadores pueden leerla sin ningún problema, aunque el proceso de descubrir el significado de la inscripción sigue resultando fascinante en sí mismo. Es como buscar un tesoro perdido, uno de los más grandiosos milagros lingüísticos de la historia.
Aunque es casi seguro que nunca descubriremos cómo pronunciaban las diferentes palabras de la lengua del antiguo Egipto sus habitantes de hace milenios, aún es posible leer sus símbolos: símbolos que contienen una magia que no es más que la sensación mística que nace al leer palabras encerradas en símbolos de hace miles de años.

Autor: Natalia Klimczak
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.

Fuentes:
Ancient Origins España
J.P. Allen, Middle Egyptian: An Introduction to the Language and Culture of Hieroglyphs, 1999.
L. Adkins, R. Adkins, The Keys of Egypt: The Obsession to Decipher Egyptian Hieroglyphs, 2000.
A. Dodson, The Hieroglyphs of ancient Egypt, 2001.
Egyptian Writing, disponible en: http://www.aldokkan.com/art/hieroglyphics.htm

¡¡LLEGÓ LA HORA DE LA LIBERTAD!!












LLEGA UNA SUPERPRODUCCIÓN QUE SE VERÁ EN 185 PAÍSES CON UN IMPACTO MEDIÁTICO TERMONUCLEAR

Descubren una piedra milenaria que podría desvelar el misterio de los etruscos


Un hallazgo permite avanzar en la comprensión de la lengua de esta civilización

Los etruscos fueron la primera civilización que construyó ciudades en Europa occidental, en el siglo VIII antes de nuestra era, y sin su influencia no se puede entender la antigua Roma que, a su vez, explica nuestro presente. Su arte, como los sarcófagos de los esposos o la escultura l'Ombra della sera que inspiró a Giacometti, conecta con la sensibilidad contemporánea como ninguna representación artística de la antigüedad.

Una de las inscripciones etruscas halladas en la piedra

PARECIDA AL GRIEGO ANTIGUO

La escritura etrusca es muy parecida gráficamente al griego antiguo, de cuya cultura los pobladores de todo el arco mediterráneo que va desde Montpellier hasta las costa de la Toscana, en Adriático y, en el sur, hasta Nápoles, asumieron numerosos aspectos, aunque nadie ha conseguido hasta ahora descifrarlo totalmente. Gregory Warden del Mugello Valley Archeological Project, protagonista del hallazgo de la estela, explica que ya “sabemos cómo funciona la gramática etrusca, las palabras que son verbos y las que no lo son, el significado de muchas palabras y de los objetos”. Sin embargo, falta aún la clave que constituya una especie de vocabulario de su idioma, ya que más allá de la gramática y un poco de sintaxis, se conocen sólamente entre 800 y 900 palabras.

El investigador Gregory Warden ante la estela etrusca. MUGELLO VALLEY PROJECT / EL PAÍS VÍDEO

Prueba de ello son la cantidad de exposiciones que protagonizan —hace dos años, llegaron a coincidir tres en Francia y dos en España, todas con piezas de primera fila—. Sin embargo, es una cultura rodeada de misterios: desde el mismo origen de este pueblo, sobre el que los expertos discuten desde los tiempos de Heródoto, hasta su lenguaje, del que se ignora más de lo que se conoce. Una estela descubierta recientemente en Poggio Colla, en el norte de Italia, puede ayudar a elucidar alguno de estos misterios.


Escritura en uno de los laterales de la estela. MUGELLO VALLEY PROJECT

La piedra caliza del siglo VI AC, de 220 kilos, formaba parte de un templo y fue descubierta el pasado mes de abril, aunque los primeros resultados acaban de ser anunciados en un congreso en Florencia y serán publicados este mes en la revista Etruscan Studies. Contiene la tercera inscripción etrusca más larga que se conoce, pero su importancia radica sobre todo en el contexto: la inmensa mayoría de las estelas de esta cultura que han sobrevivido son funerarias, salvo las láminas de Pyrgi que permitieron avanzar mucho a los investigadores. Sin embargo, en este caso es votiva. Al cambiar el entorno, cambian las palabras.

"La estela es muy importante por diferentes motivos", explica el arqueólogo Gregory Warden, profesor emérito de la Southern Methodist University of Dalles y presidente del Franklin College en Lugano, codirector de la excavación en la que se encontró. "Una inscripción como esta nos proporcionará evidencias importantes sobre el lenguaje etrusco, de hecho ya nos ha ofrecido nuevas palabras. Podemos tardar años en descifrarla entera, pero ya nos está dando nuevos datos", prosigue Warden. Es muy difícil encontrar puntos a los que agarrarse cuando se estudia el etrusco porque es una lengua no indoeuropea y que está relacionada con el lemnio, un idioma anterior al griego que se hablaba en la isla de Lemnos, en el Egeo oriental. Se conoce su alfabeto y se entiende el funcionamiento de su gramática, pero muchos significados escapan todavía a los investigadores.

Puede parecer un hallazgo menor —una piedra milenaria, unas cuantas palabras que se tardarán años en conocer y que no superan seguramente los 120 caracteres—, pero ha revolucionado el mundo de la etruscología: en arqueología la mayoría de los descubrimientos importantes son así, pequeñas piezas que permiten completar un puzzle mucho más grande.

La tumba de Tutankamón se descubrió una vez y las películas de Indiana Jones son eso, películas. "Es un hallazgo excepcional que nos permitirá avanzar en nuestro conocimiento del lenguaje, la historia, literatura y creencias de esta cultura", explica Jean Macintosh Turfa, conservadora en el Museo de Arqueología de la Universidad de Pennsylvania —que alberga una de las grandes colecciones etruscas de EEUU— y coordinadora entre otros volúmenes de The Etruscan World, que no ha participado en el descubrimiento, pero se muestra entusiasmada.

"En arqueología el contexto lo es todo", señala por su parte el profesor Warden. "Es la primera vez que un objeto de tal magnitud está tan documentado. Sabemos dónde y cómo estaba instalado. Y la inscripción menciona al dios Tinia y la diosa Uni y corrobora que el santuario estaba dedicado a una divinidad femenina, tal vez conectada con la fertilidad".

La investigadores tienen por delante años de trabajo en la piedra de Poggio Colla hasta que consigan primero restaurar un objeto que ha pasado 2.500 años bajo tierra y luego descifrar su contenido. Jean Macintosh Turfa agrega: "Existen tan pocas inscripciones largas, por eso estamos seguros de que esta pieza nos va a proporcionar muchos datos. Sin embargo, es muy blanda y delicada, con lo que los investigadores tienen que tomar muchas precauciones para limpiarla". Como ocurre desde hace cientos de años, el misterio de los etruscos se resiste a ser revelado.

Fuente: El País / El periódico