Excavación al yacimiento de Oued Sarrat (província del Kef) en Túnez, en un lugar próximo a la frontera de Argelia - IPHES.
Una reciente excavación codirigida por el IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) y la Facultad de Ciencias de Bizerte ha puesto al descubierto importantes restos fósiles de grandes mamíferos, entre los que sobresalen caballos, toros, gacelas, antílopes y tortugas, además de restos de industria lítica Achelense, de una antigüedad aproximada de 700.000 años, en el yacimiento tunecino de Oued Sarrat, en la provincia del Kef, próximo a la frontera con Argelia.
Cráneo completo de hembra de antílope, sin cuernos, en muy buen estado de conservación, hallado en el yacimiento durante el proceso de excavación - Author: IPHES
Destaca, además, un cráneo completo de hembra de antílope, sin cuernos, en muy buen estado de conservación, identificado a 150 metros de distancia del corte sistemático de excavación.
Este cráneo de antílope será restaurado conjuntamente con otros fósiles en los próximos meses. Estos hallazgos informarán sobre el comportamiento cazador sistemático de nuestros antepasados achelenses en el norte de África.
El cráneo de Bos primigenius hallado en Oued Sarrt en 2014.
Oued Sarrat se convirtió en un referente arqueológico cuando en 2014 el mismo equipo publicó el hallazgo del toro moderno (Bos primigenius) más antiguo jamás encontrado, datado en 700.000 años, así como una nueva especie de perro fósil de la misma edad, llamado Canis othmanii, que procedente de Eurasia, colonizó el norte África en torno al tránsito Pleistoceno inferior-medio (hace unos 800.000 años), publicado el pasado año 2017.
La excavación ha sido codirigida por Bienvenido Martínez-Navarro (izquierda), profesor de Investigación ICREA en el IPHES y Narjess Karoui-Yaakoub, profesora de la Facultad de Ciencias de Bizerte-FSB (Universidad de Cartago), en el marco del convenio de colaboración existente entre ambas instituciones.
“La realización de la campaña de este año ha sido más difícil que nunca, pues el primer día cayó una enorme tormenta que provocó una subida del nivel del río de casi 5 metros, desbordando y provocando la inundación de toda la llanura donde se localiza el nivel fosilífero”, cuenta Bienvenido Martínez-Navarro. “Ello impidió el acceso al corte de excavación hasta 3 días más tarde, cuando descendió el nivel del río. Este tiempo se aprovechó para prospectar las laderas accesibles del valle fluvial, localizando nuevos afloramientos con fósiles del Pleistoceno superior e industria Ateriense correspondiente al Paleolítico medio tardío”, añade.
Finalmente, se pudo realizar la excavación de manera normalizada, con la participación de un equipo multidisciplinar compuesto por otros miembros del IPHES, como Antoni Canals, especialista en arqueología espacial; Tsegai Medin, paleontólogo eritreo y becario postdoctoral de la Fundación Atapuerca; Moncef-Saïd Mtimet, tunecino, becario Erasmus Mundus; Sergio Ros-Montoya, paleontólogo de la Universidad de Málaga; y el profesor Abdelhak Othmani y varios estudiantes de doctorado y máster de la Facultad de Ciencias de Bizerte, como Lamjed Amri, Jawher Mhamdi y Atef Mdaoukhi, entre otros.
Los científicos Narjess, Martínez-Navarro, Lamjed Amri y Abdelhak Othmani al inicio de la campaña - IPHES
Fuentes: dicyt.com | iphes.com | 4 de enero de 2019
Sección de la fortaleza de Berenike desde el noreste (S.E. Sidebotham/Antiquity Publications Ltd, 2018) Un grupo de arqueólogos polacos, liderados por Marek Wozniak (izquiuerda) y Joanna Radkowska (derecha), ha descubierto una fortaleza de 2.300 años de antigüedad en el llamado puerto de Berenike, en el Mar Rojo (Egipto).
Las fortificaciones descubiertas, de gran tamaño, fueron construidas en un momento en que Egipto era gobernada por la dinastía ptolemaica. Su uso habría sido, según los investigadores, el entrenamiento de los temibles elefantes de guerra, decisivos en las contiendas de la Antigüedad.
“Una doble línea de muros protegía la parte occidental de la fortaleza, mientras que una sola línea bastaba más al este y al norte. Se construyeron torres cuadradas en las esquinas y lugares estratégicos donde se conectaban secciones de los muros”, explican los arquéologos. Los resultados se han publicado enAntiquity.
Fragmento de una de las paredes defensivas de Berenike (S.E. Sidebotham/Antiquity Publications Ltd, 2018)
Dentro de esta fortaleza también se ha encontrado un pozo y una serie de desagües y piscinas para almacenar y distribuir agua de lluvia. En total, los descubridores estiman su capacidad en unos 17.000 litros. “La existencia de estas instalaciones para recolectar agua demuestra que había suficiente lluvia, sugiriendo un clima más húmedo que el de hoy en día”. También se han encontrado “numerosos” huesos de pescados y conchas de moluscos, “incluyendo aquellos exclusivos de hábitats con manglares”.
Pozo de recogida de agua.
En el lado sur de uno de los muros han encontrado además un antiguo basurero en el que han aparecido estatuillas de terracota, monedas e inclusoun trozo de cráneo de elefante. “La arquitectura descubierta en Berenike es el primer ejemplo conocido de la arquitectura urbana helenística en toda la costa oeste del Mar Rojo”, señalan.
Berenike era parte de una cadena de puertos en el Mar Rojo, destinados a suministrar al ejército elefantes de guerra. Durante mucho tiempo, las ruinas del lugar habían atraído a viajeros que querían encontrar el famoso puerto greco-romano del Mar Rojo, como señalan en la publicación de los resultados. Fue en 2012 cuando el equipo de investigadores pudo identificar la localización y el tamaño de Berenike.
Los caballos modernos de Islandia son probablemente descendientes de los caballos que fueron enterrados en tumbas vikingas hace más de 1000 años. Crédito: Albina Hulda Pálsdottir.
Los arqueólogos han examinado en Islandia, durante décadas, los restos de más de 350 tumbas de la época vikinga. En aproximadamente 150 ejemplos se encontraron dientes o huesos de caballos. Genetistas y arqueólogos han examinado ahora el ADN de 19 caballos en tales tumbas, y han comprobado que todos ellos, excepto uno, eran machos.
Islandia era una isla densamente boscosa y deshabitada hasta que los vikingos se establecieron en ella en la década de 870. Los primeros vikingos en llegar fueron -según las historias que se relatan en el Landnámabók- nobles con sus familias que escapaban del tiránico gobierno del rey Harald Fairhair. Alrededor del año 930 la población de Islandia ya había aumentado a 9000 habitantes, y, por lo tanto, es sorprendente que hasta el momento solo se hayan encontrado 350 tumbas que datan de la época vikinga.
"Debería haber miles de tales tumbas", dice la estudiante de doctorado, Albína Hulda Pálsdottir, perteneciente al Departamento de Biociencias de la Universidad de Oslo. Como zooarqueóloga, es una experta en el estudio de restos animales hallados en excavaciones arqueológicas.
La modesta cantidad de tumbas vikingas hace que sea muy interesante estudiar las que se han encontrado. Los investigadores esperan tener una mejor comprensión de cómo vivían y pensaban los vikingos de Islandia, y estas tumbas proporcionan, además, una imagen más clara del ritual de sus enterramientos.
"Es razonable pensar que un vikingo que tenía un caballo en su tumba debía haber tenido cierto poder e influencia. En consecuencia, queríamos saber más sobre estos caballos, de qué sexo eran", dice Pálsdottir.
Los caballos enterrados en las tumbas estaban en su mejor momento. No fueron sacrificados por ser viejos o padecer alguna enfermedad. Sanne Boessenkool, que es bióloga y experta en evolución y análisis de ADN antiguo, agrega, no obstante, que los restos de ADN no pueden ayudar a dilucidar si los animales machos enterrados eran sementales o animales castrados.
Mapa que indica las ubicaciones de las muestras utilizadas en este estudio. Las muestras se colorean de acuerdo con la determinación genética del sexo: rojo para las hembras, azul para los machos. Caballos sementales como símbolos de poder
El zorro ártico, también llamado zorro polar, era el único mamífero terrestre que existía en Islandia antes de que se establecieran gentes en la isla. Pero esto cambió rápidamente cuando llegaron los vikingos e importaron animales como perros, ovejas, vacas, cerdos, cabras, gallinas y caballos. Al final, había muchos caballos en Islandia, y los arqueólogos, por tanto, no estaban seguros de lo que significaba que un vikingo fuera enterrado con un caballo. Pero cuando 18 de los 19 equinos analizados resultaron ser machos, los investigadores concluyeron que parecía haber habido una elección consciente de colocar un caballo macho en los enterramientos.
"Es natural imaginar que el sacrifico de animales viriles, y hasta cierto punto de animales machos agresivos, debió formar parte de un ritual de enterramiento que pretendía transmitir estatus y poder", explica el arqueólogo Rúnar Leifsson (izquierda), de la Agencia de Patrimonio Cultural de Islandia (Minjastofnun Islands) y uno de los colaboradores del artículo científico publicado en Journal of Archaeological Sciences. "Además de los 19 caballos enterrados, hemos examinado los restos de tres caballos que se encontraron fuera de las tumbas. Todos estos eran hembras", dice Sanne Boessenkool. A estos caballos no se les había dado un funeral ceremonial, y probablemente fueron comidos. La impresión es, en resolución, que los animales machos y hembras tenían un estatus diferente.
Nueva luz sobre las tumbas
Interpretar los restos de las tumbas de época vikinga en Islandia ha supuesto todo un desafío, dado que muchas de las mismas salieron a la luz durante la realización de obras viales u otros proyectos de construcción hace entre 50 y 100 años, y en muchos casos no fueron examinadas por arqueólogos, enviándose solo una pequeña parte del material encontrado al Museo Nacional de Islandia. Por lo tanto, la mayoría de los esqueletos están incompletos.
"Es sorprendente que encontremos, casi exclusivamente, hombres de mediana edad en las tumbas vikingas de Islandia. Casi no hay niños, y muy pocas mujeres. No sabemos cómo se enterraba al resto de la población. Tal vez eran sepultados en pantanos o lagos, o hundidos en el mar", sugiere Pálsdottir.
También es sorprendente que los vikingos de Islandia desarrollaran, aparentemente, sus propias costumbres de enterramiento.
"Era común incinerar a los muertos en Escandinavia, de donde procedían los vikingos de Islandia, pero no encontramos rastros de cremación en la isla. Otros científicos han estudiado la aparición de diferentes isótopos en los esqueletos vikingos, dando como resultado que las mujeres encontradas en tumbas debieron haber venido a Islandia durante la edad adulta. Ello puede indicar que los primeros hombres que se asentaron en la isla trajeron mujeres desde Escandinavia", sugiere Pálsdottir.
Los vikingos no pensaban como nosotros
Sanne Boessenkool enfatiza que no debemos reflejar nuestras propias ideas culturales modernas cuando intentamos interpretar las tumbas de la era vikinga en Islandia. "Hoy en día, pensamos en la muerte y el funeral como un final, y puede parecer inútil sacrificar a un gran semental para enterrarlo. Pero si la gente de aquellos tiempos creía en una vida después de la muerte, tal vez pensaban que el caballo cumplía una función", sugiere Boessenkool.
Albína Hulda Pálsdottir está de acuerdo: "En la actualidad, es fácil imaginar tales rituales como una forma de demostración de poder, tal vez como un 'consumo conspicuo', mediante el cual se pretendía demostrar riqueza y estatus, en lugar de cubrir necesidades reales. Puede ser que los vikingos pensaran de modo totalmente diferente", dice Pálsdóttir.
El concepto 'consumo conspicuo' fue introducido por el economista y sociólogo noruego-estadounidense Thorstein Veblen, quien consideraba que la motivación de tal comportamiento era demostrar poder y prosperidad, en lugar de satisfacer los propios deseos y necesidades.
Cráneos sobre estacas
En algunos casos, los investigadores han podido comprobar cómo habían sacrificado a los animales antes de colocarlos en las tumbas vikingas.
"Si el cráneo de un caballo tiene una fractura en la frente, está muy claro que fue sacrificado con un golpe en dicho lugar. También hay algunos casos en los que el caballo fue decapitado. Un ejemplo interesante, que no se incluye en nuestro estudio, proviene de una granja en Hofstaðir, en el norte de Islandia. Allí, los arqueólogos encontraron muchos cráneos de ganado con fracturas en la frente que mostraban cierto desgaste por delante, pero no en la parte posterior", dice Pálsdóttir.
Los arqueólogos deducieron que estos animales habían sido sacrificados ceremonialmente, posiblemente en conexión con una festividad donde los cráneos se colocaban sobre estacas fuera de los recintos vikingos, tal vez como una señal de advertencia. De este modo, un enemigo podía pensarlo dos veces antes de acercarse a una granja vikinga rodeada de calaveras sobre estacas. El desgaste de los cráneos sugiere que los mismos se dejaban en exhibición el tiempo suficiente como para que el clima y el viento dejaran marcas en el lado expuesto.
Los investigadores cortaban una pequeña porción de un canino para extraer suficiente ADN y determinar el sexo de los caballos. Crédito: Albina Hulda Pálsdottir, UiO.
Los ancestros del caballo islandés
Albína Hulda Pálsdottir y Sanne Boessenkool enfatizan que los caballos que existían en Islandia en la época de los vikingos no eran exactamente iguales a los caballos islandeses modernos. "Las razas de caballos que tenemos hoy en día se criaron en el transcurso de los últimos 200 años aproximadamente, pero los huesos de caballos que hemos examinado son, por supuesto, mucho más antiguos. Sin embargo, podemos suponer que estos caballos son los ancestros de los caballos islandeses actuales", dice Boessenkool.
Sanne Boessenkool y Heidi Maria Nistelberger cortando un canino de un caballo de hace 1000 años para extraer su ADN. Foto: Brad Durrant
Los investigadores están trabajando ahora en establecer el sexo de los restos de varias especies animales de época vikinga utilizando el análisis de su ADN. "En el curso de este proyecto, hemos desarrollado un método simple para determinar el sexo utilizando ADN antiguo. Es un avance importante, porque no habría sido posible establecer el género sexual de más de la mitad de los caballos analizados en el estudio con otros métodos", explica Boessenkool.
"Dicho método es bastante fácil de usar en todas las especies que tienen cromosomas sexuales, y hemos demostrado que el método es certero. Tampoco necesitamos mucho ADN para obtener resultados seguros, por lo que esperamos que otros investigadores aprovechen la metodología que presentamos en el artículo publicado", agrega.
Aunque el método de los investigadores, como se ha dicho, se describe con más detalle en el artículo científico, reseñamos que el primer paso consiste en limpiar un diente o un hueso. Luego se obtiene una muestra que se tritura en polvo, de la cual se extrae el ADN. A continuación, el ADN se analiza utilizando un método llamado secuenciación de escopeta, mediante el cual los investigadores secuencian todo el ADN de la muestra. Ahora bien, en un diente de la era vikinga, puede haber una gran cantidad de ADN que proviene de otros organismos: "La mayoría del ADN antiguo que encontramos no es realmente de caballos. En algunos casos, tanto como el 99,5 por ciento corresponde a bacterias u otros organismos no definidos", dice Boessenkool.
En la región de Puente Viesgo, Cantabria, se alza el Monte Castillo, una elevación caliza de forma cónica que esconde en su interior un laberinto de cuevas frecuentadas por el hombre durante los últimos 150.000 años.
Entre esas cuevas destaca la de El Castillo que contiene uno de los conjuntos de manifestaciones artísticas más importantes de la Prehistoria europea.
El Arte Rupestre paleolítico es el primer arte conocido en la historia de la Humanidad.
Sergio Ripoll López profesor Prehistoria, UNED
Raúl Gutiérrez Rodríguez técnico conservador de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria
Vicente Bayarri Cayón Ingeniero técnico en Topografía, Ingeniero en Geodesia y Cartografia y MSc in Geographical Information Management, Empresa Gim-Geomatics.
Una imagen del desplome de la Escuela de los Gladiadores en 2010 - Parque Arqueológico de Pompeya.
Italia reencuentra un tesoro en Pompeya. Renace la famosa Escuela o Domus de los Gladiadores, cuya reapertura tras su restauración se produjo en pompa magna porque la ocasión lo requería. Hace ocho años se derrumbó por varias causas, fundamentalmente por infiltraciones de agua en el mes lluvioso de noviembre y pobre mantenimiento. Este desplome de la Domus constituyó un grave choque emocional para Italia, no solo por el grave daño para el patrimonio artístico italiano, sino porque se convirtió en un símbolo del deterioro, la metáfora perfecta de la incapacidad italiana para custodiar sus ricos tesoros, según denunciaron los periódicos de todo el mundo, comenzando por el «New York Times». Fue todo un coro de indignación internacional. «Esto representa una vergüenza para Italia», gritó el entonces presidente de la República, Giorgio Napolitano, exigiendo «explicaciones inmediatas y sin hipocresías».
Esa pesadilla se concluyó el pasado jueves, según manifestó en la inauguración de la reapertura de la Domus el director del parque Arqueológico durante los últimos cuatro años, Massimo Osanna: «De metáfora de la incapacidad italiana de cuidar un lugar precioso que pertenece a toda la humanidad, esta reapertura de la Escuela de los Gladiadores representa un símbolo de recuperación por los resultados obtenidos en Pompeya con el Gran Proyecto [el plan financiado con 105 millones de euros por la Unión Europea para las excavaciones de la antigua ciudad romana]».
La Escuela de los gladiadores, originalmente una Domus construida en el siglo I a.C., fue excavada por Vittorio Spinazzola entre 1915 y 1916. Denominada «Schola Armaturarum», era probablemente un edificio de representación de una asociación militar, como se puede deducir de las decoraciones y del descubrimiento de armas custodiadas en su interior. Refuerzan esta hipótesis las últimas excavaciones, que han sacado a la luz ambientes de servicio donde se guardaban ánforas que contenían aceite, vino y salsas de pescado procedentes del Mediterráneo –de España, entre otros lugares–, productos de calidad que eran servidos en encuentros especiales.
El edificio, semidestruido por un bombardeo durante la segunda guerra mundial, a finales de agosto de 1943, causó la pérdida irreparable de algunos elementos decorativos. Su restauración, entre 1944 y 1946, se realizó, siguiendo la pauta de la época, con materiales –hierro y cemento– impropios con relación a la tecnología de construcción antigua. El derrumbe del 2010 afectó a las pinturas originales. Los frescos encontrados en las excavaciones iniciales del 2015-16 se han perdido en gran parte. Después de un minucioso trabajo de reconstrucción, iniciado en el 2016, se vuelven a mostrar los frescos que han sobrevivido con su policromía original.
Una imagen del proceso de restauración de la Escuela de los Gladiadores - Parque Arqueológico de Pompeya.
En el pasado año visitaron Pompeya 3.400.000 personas, número que duplica a los que llegaron en el 2010. Ahora, cuando pasen por la via de la Abbondanza, la calle principal de la ciudad romana sepultada por el Vesubio en el 79 d.C., podrán admirar la Escuela de los Gladiadores y dar rienda suelta a la imaginación. La formación de los gladiadores para combatir en la arena se realizaba justamente en las escuelas, donde eran obligados a un durísimo entrenamiento y férrea disciplina. Los habitantes de Pompeya eran muy apasionados de los espectáculos de gladiadores en su gran anfiteatro, donde la parte más impresionante, según ha escrito en un artículo el arqueólogo Massimo Ossanna, es el enfrentamiento entre hombres y animales, con «gladiadores vestidos de una simple túnica y armados solo con lanza; entre los animales había tigres, leones, leopardos, osos e incluso elefantes…» En ocasiones, esos combates excitaban sobremanera a la gente, llegando a una pelea entre hinchas de Pompeya y de Nocera en el 59 d.C., que pasó a la historia y se recuerda en una inscripción. Tácito escribe que «volaron piedras y se acabó con las armas. Los pompeyanos tuvieron más suerte. Muchos de Nocera volvieron a sus casas mutilados y algunos lloraron la muerte de un hijo o de un padre». El Senado decidió un castigo ejemplar: prohibió los duelos de gladiadores en Pompeya durante diez años.
Otras grandes reaperturas
Estos recuerdos de vida pompeyana que nos trae a la memoria la Escuela de los Gladiadores, se refrescan también con otras tres importantes reaperturas al público hace dos semanas: La Casa de la Fontana Grande, la Casa del Ancora y el Templo de Isis. La primera fue construida en la primera mitad del siglo II a.C., adosada luego a un muro en el siglo I, con un ábside revestido de mosaicos, y adornada con dos máscaras teatrales de mármol.
Una imagen de La Casa de la Fontana Grande - Parque Arqueológico de Pompeya.
La Casa del Ancora recibe ese nombre por el ancla representada en el mosaico del ingreso, símbolo de la tranquilidad y seguridad que la espléndida residencia ofrecía a sus propios inquilinos.
Imagen de la entrada de la Casa del Ancora.
Finalmente, el templo de Isis, construido a finales del siglo II e inicios del I a.C, está dedicado a Isis, diosa egipcia, cuyo culto se extendió en todo el Mediterráneo a partir del siglo III a.C., por su mensaje de esperanza en la vida más allá de la muerte.
Una imagen del Templo de Isis en Pompeya - Parque Arqueológico de Pompeya
Indígenas caribeños fabricando cerámica conocida en inglés como 'Palmetto Ware'. Ilustración de Merald Clark. Con unas 7000 islas...
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