El Hombre de Kocabas en el MEH

El Museo de la Evolluación (MEH) acoge hasta entre sus exposiciones de junio-septimebre las réplicas del conocido cráneo de Kocabas, atribuidos a un Homo erectus encontrados en 2002 en Turquía.

En concreto, el único fósil de homínino conocido en Turquía fue hallado en la cantera de la cuenca de Denizli Basin, en la península de Anatolia. Los datos que ofrece este cráneo a través de métodos de datación que se le han realizado es que se le supone una antigüedad de entre 1,6 y 1,2 millones de años, por lo tanto el resto de Homo descubiero hasta el momento el Turquía.


Por este motivo, el estudio de este fósil lo enmarca dentro de la especia Homo erectus. En el espacio dedicado al Hombre de Kocabas -en la planta 0 del MEH- se puede desde el fósil tal y como fue encontrado hasta la reconstrucción final del cráneo añadiendo la parte desaparecida de la escama del frontal.

Fuente: burgosconecta.es | 27 de agosto de 2019

Hacen obras en su casa y encuentran un mausoleo funerario romano de hace dos milenios INTACTO

Profesionales del Servicio de Arqueología de Carmona en el mausoleo funerario hallado. AYUNTAMIENTO CARMONA

El descubrimiento de un mausoleo funerario subterráneo de la época romana en la localidad sevillana de Carmona ha conseguido sorprender incluso a los profesionales del Servicio Arqueológico.
En Carmona, que conserva un importante legado patrimonial, hacía 35 años que no se producía un hallazgo arqueológico así. Se trata de un mausoleo «intacto», explica el arqueólogo municipal, Juan Manuel Román.

Un pozo de acceso y una cámara funeraria son los principales descubrimientos, a los que acompañan recipientes como vasijas, platos y vasos de vidrio y cerámica, de los que el arqueólogo insiste, «aunque son pocos, su valor es altísimo». Todo parece apuntar, dada la calidad de los objetos encontrados, a que el mauseoleo funerario pertenecería a una familia de alto poder adquisitivo.



Gracias al aviso de la familia que estaba realizando obras en su vivienda unifamiliar del municipio, el equipo de arqueólogos tuvo constancia del yacimiento. Sin embargo, los técnicos realizan un seguimiento arqueológico y este tesoro arquitectónico habría visto la luz tarde o temprano. La colaboración plena que esta familia está prestando al equipo municipal, no obstante, detalla Román, «no suele ser común».

Juan Manuel Román trabaja junto a Jacobo Vázquez y Adrián Santos, compañeros de profesión, en el equipo encargado de analizar el yacimiento. Explican cómo la noticia del yacimiento les coincidió precisamente con la nueva edición del curso de verano sobre arqueología que estaban impartiendo estos días en la sede que tiene la universidad Pablo de Olavide en el municipio de Carmona: «Ha sido una casualidad, para los alumnos del curso esto está siendo una oportunidad única».

SIN VISITAS TURÍSTICAS

Concluida la intervención, detalla Román, la tumba quedará incluida dentro de la vivienda en la que la familia en cuestión estaba realizando obras, pero no estará abierta al turismo. A ella podrán realizar visitas ocasionales los arqueólogos u otros profesionales que puntualmente necesiten realizar estudios.

Juan Manuel Román explica que al menos tres de las seis urnas funerarias que componen este mausoleo cuentan con serigrafías que podrían revelar los nombres de los difuntos.

El arqueólogo detalla que este mausoleo no conserva monumentos funerarios (piezas visibles de alto valor en la superficie) porque normalmente se suelen reutilizar esos materiales. Así, en el municipio de la capital andaluza lo que se conserva es la parte subterránea de la construcción.

La Delegación en Sevilla de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, por su parte, ya anunció ayer que autorizaba con «carácter provisional la actividad arqueológica urgente del columbario romano».

Fuente: elmundo.es | 29 de agosto de 2019

El hallazgo de herramientas adelanta la llegada del ser humano a América

Estos son algunos de los fragmentos de piedra tallados para la caza y la pesca que se han encontrado en el yacimiento de Cooper's Ferry. / Loren Davis, Oregon State University, et al

Hasta hace poco, las hipótesis más aceptadas sobre la llegada del ser humano al continente americano apoyaban la idea de que un corredor libre de hielo entre Siberia y Alaska permitió que las personas pudieran migrar hacia el sur. Pero hasta hace unos 12.600 años estuvo impracticable y existen evidencias anteriores a esa fecha de la presencia humana.

En el yacimiento llamado Cooper’s Ferry, en el estado de Idaho, al noroeste de EE UU, un equipo de científicos, liderado por la Universidad del Estado de Oregón, ha hallado restos de utensilios y láminas de piedra que datan de unos 16.000 años y que pudieron haber sido utilizados en el procesamiento de alimentos. Junto a las herramientas, se han descubierto también restos fósiles de caballos extintos y otros pequeños mamíferos.

Lo sorprendente de este descubrimiento no es solo su antigüedad –que precede a la cultura Clovis, los indígenas que se creían pudieron ser los primeros habitantes de América–, sino su similitud con la forma de los artefactos de piedra más antiguos hallados en la isla japonesa de Hokkaido.

“Sugerimos que los primeros estadounidenses pudieron haber llegado a Norteamérica a través de una migración costera que comenzó en lo que ahora es Japón antes de hace unos 16.000 años”, declara a Sinc Loren G. Davis (izquierda), director del Pacific Slope Archaeological Laboratory de la universidad estadounidense y primer autor del estudio que publica Science.

Según los investigadores, los antepasados ​​de los primeros estadounidenses vinieron del noreste de Asia. En concreto los pueblos que llegaron al yacimiento pudieron haberse originado en las islas japonesas. “Ahora se está colaborando con investigadores japoneses para hacer más comparaciones de artefactos de Japón, Rusia y Cooper's Ferry”, detalla Davis.

Así pudo ser el entorno del yacimiento Cooper's Ferry hace unos 16.000 años. / Loren Davs et al

Travesía por el río Columbia

El estudio aclara de este modo el momento y la ruta por la que llegaron los primeros humanos a América, pero plantea una hipótesis contraria al modelo tradicional. La localización y antigüedad del yacimiento Cooper’s Ferry, donde se han encontrado evidencias de vida doméstica hace 16.000 años, conserva la clave para explicar esta migración.

Cooper’s Ferry, conocido por la tribu Nez Perce, se encuentra en la cuenca superior del río Columbia, que nace al suroeste de Canadá y desemboca en el océano Pacífico. Hace 16.000 años, cuando el lugar estaba habitado, no había posibilidad alguna de llegar a través de Siberia y Alaska por una ruta terrestre desde las capas de hielo del norte.

“El río Columbia pudo proporcionar a los primeros estadounidenses su primera ruta [desde el océano Pacífico] hacia las tierras interiores al sur de las capas de hielo continentales que cubrían la mayor parte de Canadá en ese momento”, subraya Davis.

Para el investigador, la migración por el río Columbia es consistente con la migración costera y la forma de vida de caza y pesca. “Las embarcaciones también pudieron ser apropiadas para este viaje”, añade.

Vista desde el yacimiento Cooper's Ferry en el estado de Idaho, al noroeste de EE UU. / Loren Davis, Oregon State University

Los paleoindios clovis no fueron los primeros

Las fechas de los artefactos, de unos de 16.000 años de antigüedad, desafían también la vieja teoría de que los indígenas de la cultura Clovis realizaron la primera migración a las Américas, a través de la abertura de la capa de hielo desde Siberia hasta América del Norte.

“Tradicionalmente, los arqueólogos pensaban que los paleoindios clovis se mudaron a América hace unos 13.250 años y que la mayoría de los pueblos nativos eran descendientes de esta migración inicial”, indica el investigador, que empezó en los años 90 a excavar en este yacimiento estadounidense.

No obstante, en las últimas décadas del siglo XX, los científicos comenzaron a encontrar evidencias de que los humanos ya estaban en el continente americano antes de que aparecieran los pueblos Clovis. “Esto sugiere que la antigüedad de la ocupación humana fue diferente y más profunda de lo que tradicionalmente se pensaba”, revela a Sinc.

“Ahora tenemos evidencia de que hubo personas en Idaho antes de que se abriera ese corredor”, apunta. Esto también confirma que los primeros pueblos se mudaron al sur de las capas de hielo continentales a lo largo de la costa del Pacífico.

En los próximos meses o años, el grupo de investigación mostrará los resultados de dataciones de otros artefactos hallados en Cooper’s Ferry. Tenemos 10 años de artilugios excavados y muestras para analizar”, concluye Davis.

Excavaciones en el yacimiento en 2018. / Loren Davis, Oregon State University

Fuentes: agenciasinc.es | National Geographic| 29 de agosto de 2019

Descubren en Turquía un sistema postal de 2.500 años de antigüedad

Imagen del yacimiento Oluz - IHA Photo

Antes de que Filípides tuviera que correr desde Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria griega sobre los persas, en el 490 a.C., el vasto Imperio persa ya utilizaba grandes redes de comunicación. Estas facilitaban los mensajes entre los diferentes puntos de su vasto territorio, que abarcaba desde Egipto y Grecia, hasta algunas regiones de Asia central, uno de los más extensos de la historia.

Şevket Dönmez (izquierda), líder de las investigaciones en el yacimiento arqueológico Oluz Höyük en Toklucak, Turquía, y profesor del Departamento de Arqueología de la Universidad de Estambul, el estudio se centra en la capa del periodo correspondiente a la época persa. «Se ha descubierto durante las excavaciones una monumental carretera que lleva a un santuario, el cual está conectado con un salón repleto de pilares», señaló el arqueólogo en el portal Daily Sabah History.

Este, según Dönmez, sería un templo de fuego característico de la religión zoroastrista, lo cual podría indicar que esta reemplazó a la religión panteísta y politeísta griega. Este hallazgo indicaría que el zoroastrismo estuvo presente en esta región, un hecho que se desconocía hasta el momento. Pero en lo que de verdad se centraron las excavaciones es en el salón de los pilares, el cual se cree que era una oficina postal.

«Los persas fueron la primera civilización que trajo el sistema postal a Anatolia», explicó Dönmez. «Tuvieron un Imperio que abarcaba grandes zonas, desde Grecia hasta Asia central y Egipto, todo ellos administrado por gobernadores. Estos tenían que asegurarse de que las noticias que enviaban desde la capital a la periferia eran correctas. Para ello, establecieron diversos sistemas de carreteras dentro de sus frontera», añadió.

Foto: Vista aérea del yacimiento / foto Yilmaz Selim Erdal.

Estas oficinas postales estaban compuestas por caballos bien descansados para que las comunicaciones fueran rápidas y mensajeros que llevaban los mensajes a través de todo el Imperio, es decir, lo que conocemos ahora mismo como el correo.
Las investigaciones terminarán en septiembre. En ellas, con un total de diez yacimientos, han participado un total de cinco académicos de diferentes universidades; tres arqueólogos, y quince restauradores.

Fuente: abc.es | 28 de agosto de 2019

Grupos de neandertales habitaron Cova Eirós durante largos períodos de tiempo

Para el que todavía no conoce Cova Eirós, se trata del yacimiento arqueológico más importante de Galicia. Los hombres neandertales y después los humanos modernos dejaron en esta cueva de Triacastela numerosas rastros que permiten reconstruir sus respectivos modos de vida.

Ayer finalizó una de las campañas más productivas desde que esta cueva se empezó a excavar en el año 2008. Según indicó Ramón Fábregas (izquierda), el catedrático que lidera esta investigación, en esta campaña se logró excavar toda la extensión del nivel cuatro, que era la que concentraba una mayor densidad de restos. El resultado que se obtuvo fue que el nivel explorado se corresponde con un campamento residencial donde los neandertales pasaron largos períodos de tiempo.


Esto supone un tipo de ocupación que antes no estaba registrada en Cova Eirós, pues en el nivel tres trabajado en años anteriores la cueva presentaba asentamientos solamente temporales. «Los grupos de neandertales que se corresponden con el nivel 4, hace más de 45.000 años, sí que utilizaron Eirós como un campamento donde puede que estuvieran hasta meses explotando los recursos da su entorno», explicó el director de la excavación Arturo de Lombera.

Más de 2.500 piezas arqueológicas, que comprenden sobre todo restos líticos -herramientas- y huesos, aparecieron en esta campaña. La presencia de huesos quemados con marcas de corte y percusión sobre su superficie indican que cazaban animales para luego procesarlos dentro del yacimiento, tanto para su consumo como para el aprovechamiento de sus pieles.


Una de las piezas que se encontró recientemente fue una mandíbula de ciervo que, pese a que se halló muy fragmentada, los arqueólogos consiguieron reconstruir. «Al ser ocupaciones prolongadas, aprovechaban mucho la fauna, la cual está muy fragmentada. Esta mandíbula de ciervo presentaba cortes hechos con piedras sobre su superficie lo que indica que se rompían para aprovechar la médula».

Con motivo del cierre de esta campaña, el yacimiento acogió ayer la visita del rector de la USC, Antonio López (derecha). «La realidad supera lo que se esperaba encontrar en Cova Eirós, es espectacular. Es un proyecto muy interesante desde el punto de vista de investigación, es de un valor indudable para conocer una parte de nuestra prehistoria», sentenció el rector.

En el acto también se recordaron alguna de las características que hacen este yacimiento singular. Eirós es una de las pocas cavidades de toda la península que contiene restos de ocupación de dos especies distintas,: el Homo neanderthalensis y el Homo sapiens. En Eirós se registra su llegada al noroeste hace 38.000 años, hablando de un período de transición entre la extinción del neandertal y la llegada de la especie humana moderna. «Cova Eirós puede explicarnos los tiempos y las rutas por las que los primeros humanos modernos fueron avanzando a lo largo del territorio», explica el arqueólogo Arturo de Lombera (izquierda).

El segundo punto fuerte de Eirós es la existencia de pinturas paleolíticas encontradas en el año 2011. El interior de la cueva presenta varias pinturas rupestres que suponen las muestras pictóricas más antiguo de Galicia. «Es la única cavidad en Galicia que tiene pinturas de cazadores recolectores del paleolítico», explica Fábregas.

Durante la campaña, el trabajo realizado también permitió levantar la topografía tridimensional de la cavidad. Esto hizo posible identificar los puntos de contacto entre las galerías interiores y descubrir que tiene conexión con otra pequeña cavidad vecina llamada Cova das Cabras.


Otra de las iniciativas que se quiere poner en marcha es la creación de un campo de interpretación del yacimiento en la villa. «Este centro supone devolver estos materiales a Triacastela que es de donde salieron y poder explicar todos los descubrimentos para potenciar la riqueza patrimonial cultural y natural de esta zona», explica Arturo de Lombera. El arqueólogo también comentó que incluso una reconstrucción como la de Altamira para visitantes podría ser una opción para fomentar la divulgación cultural del yacimiento.

Fuente: lavozdegalicia.es | 28 de agosto de 2019