Un estudio cuestiona la narrativa evolutiva de que 'la carne nos hizo humanos'

'Homo erectus' en África oriental rodeado de fauna contemporánea. / ©Mauricio Antón

La dieta desempeña un papel importante en la vida cotidiana de cada animal, no solo para su supervivencia y reproducción, sino que también puede condicionar las preferencias de hábitat, los patrones de movimiento, la energía destinada a la actividad, la competencia, el riesgo de depredación, las interacciones sociales y la comunicación, entre otros.

En el caso de los seres humanos, si nos remontamos a nuestros antepasados, la alimentación constituyó una función esencial en cuanto al hábitat, las migraciones y las interacciones con el medio ambiente y sus organismos.

“Una vez que los primeros humanos empezaron a comer carne, es probable que se aventuraran en entornos donde los animales habrían muerto de forma natural para recogerlos y se habrían encontrado con otros depredadores más a menudo, lo que provocaría una mayor competencia y riesgo de depredación”, ejemplifica a SINC Briana L. Pobiner, investigadora en el departamento de Antropología de la Smithsonian Institution en EE UU.

Briana L. Pobiner de pie junto a una réplica del esqueleto de 'Lucy' en el Salón de los Orígenes Humanos de la 'Smithsonian Institution', en EE UU.

Así, la dieta carnívora también pudo tener un gran impacto en la evolución del comportamiento humano y los rasgos anatómicos. Al no poseer dientes afilados como los depredadores para desgarrar la carne y acceder al tuétano de las presas, los humanos empezaron a servirse de la industria lítica a través de herramientas de piedra.

De hecho, la aparición del Homo erectus, hace unos dos millones de años, parecía haber sido el punto de inflexión en la evolución de la dieta humana: el aumento del consumo de animales pudo haber impulsado un mayor tamaño de cerebro y cuerpo y una reorganización del intestino. Estos rasgos se mantuvieron en el Homo sapiens.

Sin embargo, un nuevo estudio internacional, publicado en la revista PNAS, refuta ahora esta hipótesis de que "la carne nos hizo humanos" y pone en duda la primacía de la ingesta de carne en la evolución humana temprana. Hasta ahora, los estudios que sostenían la importancia del consumo animal se basaban en el incremento de las evidencias paleoantropológicas con la aparición del Homo erectus.

Huesos fósiles de 1,5 millones de años de antigüedad con marcas de corte procedentes de Koobi Fora, Kenia. / Briana Pobiner.

Análisis sesgado de los fósiles

Pero para que un cambio dietético generalizado conduzca a la adquisición de características claves en esta especie de hominino debería ser persistente en el registro zooarqueológico a lo largo del tiempo. Y esto solo puede demostrarse de forma convincente mediante un análisis a gran escala, más allá de un único yacimiento o localidad.

“La mayoría de los estudios sobre huesos fósiles con marcas de carnicería se limitan a examinar las pruebas de un solo yacimiento, o incluso de una sola capa de un yacimiento”, dice a SINC la investigadora Pobiner.

Para tener una mirada más amplia sobre las primeras evidencias de nuestro consumo de carne, el equipo sintetizó todas las pruebas publicadas hasta el momento sobre este tipo de restos en nueve áreas principales de investigación en África oriental, incluyendo 59 niveles de yacimientos, desde hace 2,6 millones de años hasta 1,2 millones de años.

“Comparamos los patrones de los huesos fósiles con marcas de carnicería con la cantidad de evidencia fósil en general, para ver si esto era realmente una señal de aumento de la ingesta de carne, o si era solo que la excavación de más fósiles hace que sea más probable encontrarlos con marcas de carnicería. Resulta que fue esto último”, confirma la experta.

Los investigadores descubrieron que, cuando se tiene en cuenta la variación en el esfuerzo de muestreo a lo largo del tiempo, no hay un aumento sostenido en la cantidad relativa de pruebas de consumo de carne después de la aparición de Homo erectus.

Los resultados sugieren, por tanto, que los hallazgos sobre la dieta carnívora serían el reflejo de un muestreo intensivo, más que de los cambios como tal en el comportamiento humano. El estudio "socava así la idea de que comer grandes cantidades de carne impulsó los cambios evolutivos de nuestros primeros ancestros”, recalca W. Andrew Barr (izquierda), profesor adjunto de Antropología en la Universidad George Washington, EE UU, y autor principal del estudio.

“Generaciones de paleoantropólogos han ido a sitios famosos bien conservados como la Garganta de Olduvai (Tanzania) en busca de evidencias directas de consumo de carne por los humanos primitivos y encontrado un impresionante número de ellas, promoviendo el punto de vista de que hubo una explosión del consumo de carne después de hace 2 millones de años", agrega Andrew Barr. "Sin embargo, cuando sintetizas cuantitativamente los datos de gran número de sitios en África oriental para probar esta hipótesis, como hicimos en el estudio, la narrativa evolutiva de 'la carne nos hizo humanos' comienza a desmoronarse".

Huesos fósiles de 1,5 millones de años con marcas de corte de Koobi Fora, Kenia. Crédito: Briana Pobiner.

El consumo de carne antes y ahora

A pesar de ello, el consumo de carne ha desempeñado un papel importante en nuestra historia evolutiva. “Tenemos pruebas de que algunas especies humanas primitivas, como los neandertales, comían cantidades significativas de carne”, comenta Pobiner.

En la actualidad, la investigadora –que lleva 20 años excavando y estudiando fósiles marcados por cortes– subraya que “la cultura (y la economía) son el gran motor de la variedad en la cantidad de carne que consumen las personas en las distintas sociedades”.

“Creo que este estudio y sus conclusiones son de interés no solo para la comunidad paleoantropológica, sino para todas las personas que actualmente basan sus decisiones dietéticas en alguna versión de esta narrativa del consumo de carne”, apunta Barr.

Según los investigadores, son necesarios grandes conjuntos de datos para comprender los grandes patrones de nuestra historia evolutiva. “Este estudio cambia nuestra comprensión de lo que nos dice el registro zooarqueológico sobre el consumo de carne prehistórico más antiguo, pero también muestra cuán importante es que sigamos haciéndonos grandes preguntas sobre nuestra evolución, mientras continuamos descubriendo y analizando nuevas evidencias sobre nuestro pasado. Necesitamos más muestras fósiles de periodos de tiempo no muestreados, como antes de hace 2 millones de años, a fin de poder comprobar la importancia de comer carne durante esos periodos de tiempo anteriores”, concluye Pobiner.

En el futuro, los investigadores enfatizaron también la necesidad de explicaciones alternativas de por qué surgieron ciertos rasgos anatómicos y de comportamiento asociados con los humanos modernos. Las posibles teorías alternativas incluyen el suministro de alimentos vegetales por parte de las abuelas y el desarrollo de fuego controlado para aumentar la disponibilidad de nutrientes a través de la cocción. Los investigadores advierten que ninguna de estas posibles explicaciones tiene actualmente una base sólida en el registro arqueológico, por lo que queda mucho trabajo por hacer.

Fuentes: agenciasinc.es | scitechdaily.com | 24 de enero de 2022

Sacan a la luz un gran asentamiento comercial de época romana en Inglaterra

Vista aérea de la excavación arqueológica del rico asentamiento comercial romano conocido como Blackgrounds, en el sur del condado de Northampton.

Un equipo de arqueólogos de la empresa MOLA Headland Infraestructure ha descubierto un importante yacimiento arqueológico cerca de un pequeño pueblo situado al sur del condado de Northampton, en Inglaterra. Durante los últimos doce meses, ochenta arqueólogos de MOLA, que trabajaban para HS2 Ltd. (High Speed 2), un proyecto a gran escala cuyo objetivo es crear conexiones ferroviarias de alta velocidad entre Londres y las principales ciudades del centro y norte de Inglaterra, ha estado excavando un poblado de la Edad del Hierro que con el tiempo se convirtió en una próspera ciudad comercial romana.

Muros de un edificio doméstico descubiertos durante la excavación arqueológica de Blackgrounds

DE PEQUEÑA ALDEA A CIUDAD ROMANA

Desde el siglo XVIII se tienen noticias de la presencia de yacimientos arqueológicos en la región, y el estudio y análisis inicial llevado a cabo por la empresa HS2 Ltd. ha proporcionado a los investigadores valiosas indicaciones de lo que allí podría hallarse. Sin embargo, la escala y la calidad de los descubrimientos han superado todas las expectativas.

El uso original del yacimiento localizado, que los arqueólogos han bautizado como Blackgrounds por el suelo negro de la zona, comenzó en la Edad del Hierro cuando era un asentamiento formado por unas 30 casas circulares. La excavación ha demostrado que ese poblado se expandió con el tiempo y se volvió más próspero durante el período romano, cuando se construyeron allí nuevos edificios de piedra y caminos. El equipo arqueológico cree que es muy probable que el sitio tuviera una ocupación continuada hasta la época romana y que sus habitantes se adaptaran a esa nueva forma de vida. Esta 'romanización' habría incluido la adopción de costumbres, productos y técnicas de construcción típicamente romanos.

Detalle de la calzada romana descubierta junto al asentamiento de Blackgrounds. Foto: HS2

Una calzada romana de diez metros de ancho (excepcional por su enorme tamaño) atraviesa el yacimiento. Su presencia sugiere que el asentamiento habría sido un lugar muy concurrido, con carretas que iban y venían para cargar y descargar mercancías. Es probable que la riqueza de la ciudad estuviera en gran parte basada en el comercio, que utilizaba como vías de transporte tanto el cercano río Cherwell como la calzada romana. En el yacimiento se han recuperado más de trescientas monedas romanas, lo que demuestra sin lugar a dudas que la zona era un importante núcleo de comercio.

Conjunto de monedas romanas localizadas durante las excavaciones. Foto: HS2

ACTIVIDADES VARIADAS

El asentamiento de Blackgrounds estaba dividido en diferentes áreas. Se han localizado los cimientos de edificios que fueron utilizados para fines domésticos, así como de otros destinados a prácticas más industriales. En su apogeo, Blackgrounds habría sido un área bulliciosa y concurrida, como demuestra la presencia de talleres, hornos y varios pozos perfectamente conservados. En un área del yacimiento, la tierra conserva un color rojizo, lo que indicaría que aquí se habrían llevado a cabo actividades que implicaban el empleo del fuego, como la elaboración de pan, la fundición de metales o el uso de un horno de cerámica.

Foto: de izquierda a derecha: figuras de cerámica; fichas de hueso y dado de plomo de época romana; peine y punzón; plato de hierro; parte de un grillete; objetos decorativos romanos.

Además de las monedas encontradas por los arqueólogos, la riqueza de los habitantes de este antiguo asentamiento queda reflejada en otros hallazgos como vasijas de vidrio, cerámica bellamente decorada, joyas e incluso algunas evidencias de maquillaje (rastros de galena, sulfuro de plomo, una sustancia que se trituró y se mezcló con aceite para producir un producto cosmético). Otro descubrimiento particularmente interesante ha sido el hallazgo de la mitad de un conjunto de grilletes, similares a los hallados recientemente en una excavación llevada a cabo en Rutland. Pero a diferencia de los descubiertos en Rutland, estos grilletes de Blackgrounds no están asociados a un entierro, aunque pueden sugerir la presencia de actividad criminal o de trabajo esclavo.

Arqueólogos excavando un rico asentamiento comercial romano de Blackgrounds.

COMPRENSIÓN DEL PASADO

Todos los objetos exhumados durante las excavaciones han sido trasladados y están siendo limpiados y analizados por especialistas de MOLA Headland Infrastructure. Asimismo, los detalles de los edificios y el diseño del asentamiento se están mapeando minuciosamente. Blackgrounds es uno de los más de cien yacimientos arqueológicos que HS2 Ltd. ha examinado desde 2018 entre Londres y Birmingham.

James West, director de MOLA, ha afirmado con enorme entusiasmo sobre el descubrimiento: "Este es sin duda uno de los yacimientos más impresionantes que 'MOLA Headland Infrastructure' ha descubierto mientras trabajaba en el proyecto de HS2 Ltd. Un elemento muy destacable ha sido la oportunidad que su excavación nos ha dado de poder comprender la historia de Blackgrounds, que ahora sabemos que abarca varios períodos de tiempo. Descubrir una vía romana grande y bien conservada, así como tantos hallazgos de calidad, ha sido extraordinario y dice mucho sobre las personas que vivieron aquí. El sitio realmente tiene el potencial de transformar nuestra comprensión del paisaje romano en la región y más allá".

James West, administrador de la excavación del MOLA, junto a uno de los cuatro pozos descubiertos en el rico asentamiento comercial romano conocido como Blackgrounds

Según The Guardian, en los últimos tres años, más de 1000 arqueólogos han estado trabajando en sitios cerca de la ruta ferroviaria entre Londres y West Midlands. En octubre, los investigadores encontraron estatuas romanas en una iglesia medieval en Buckinghamshire y, en 2019, el equipo exhumó más de 50 000 esqueletos en un lugar de entierro cerca de la estación de Euston en Londres.

HS2 Ltd. afirma que las excavaciones arqueológicas no han impedido que se construya el proyecto ferroviario de alta velocidad. Los funcionarios dicen que la planificación y la topografía anticipadas han ayudado a mantener el trabajo en movimiento y evitar interrupciones en los sitios históricos.

Mike Court, arqueólogo de HS2 Ltd, dijo: “A medida que nos acercamos al final de nuestro trabajo de campo arqueológico entre Londres y Birmingham, hemos realizado algunos descubrimientos sin precedentes, que continuaremos compartiendo con las comunidades cercanas a nuestras obras. La oportunidad de examinar cuidadosamente un sitio como Blackgrounds y trazar un mapa de una larga historia del sitio, que cobró vida a través de artefactos, restos de edificios y caminos, nos ha permitido proporcionar una comprensión más profunda de cómo era la vida en las zonas rurales. El sur de Northamptonshire en la Edad del Hierro y la Edad Romana”.

Fuentes: nationalgeographic.com.es | theguardian.com | 19 de enero de 2022

El 'Hombre Xujiayao' (China) tenía el cráneo más grande durante el Pleistoceno Medio tardío (1.700 cm³)

Una vista del lugar donde se localizó el cráneo del 'Hombre Xujiayao' (derecha)

Un estudio mostró que los antiguos parientes de los humanos modernos en el norte de China pudieron haber tenido un "cerebro Einstein" en el momento en que vivieron hace 200.000 o 160.000 años.

Un equipo internacional dirigido por arqueólogos chinos descubrió que la capacidad craneal de este homínido alcanzaba los 1.700 centímetros cúbicos (en el rango superior de neandertales y Homo sapiens moderno), una estimación realizada sobre la base de fósiles de cráneo XJY-6 excavados en la década de 1970 en el sitio de Xujiayao.

Los fósiles de Xujiayao se caracterizan por una mezcla de características de Homo erectus y Homo sapiens. En última instancia, los restos fósiles de Xujiayao son difíciles de clasificar y son de un linaje taxonómico incierto, posiblemente representando un linaje de homínido distinto.

"Es el homínido de cabeza más grande del Pleistoceno Medio", dijo Wu Xiujie (izquierda), investigadora del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados adscrito a la Academia de Ciencias de China.

El equipo de Wu reconstruyó un cráneo posterior bastante completo con tres huesos fragmentados del mismo adulto joven.

El cerebro del homínido de Xujiayao era ligeramente más pequeño que el de su pariente cercano el "Hombre de Xuchang", calculado en unos 1.800 centímetros cúbicos. Pero el primero vivió aproximadamente 60.000 años antes que el segundo, según el estudio publicado en el último volumen de Journal of Human Evolution.

Fragmentos fósiles del cráneo humano de Xujiayao y su reconstrucción (fotografía cortesía de Wu Xiujie)

Los hallazgos ofrecieron "la evidencia más temprana de un tamaño del cerebro que entra en el rango superior de los neandertales y del 'Homo sapiens' moderno", dijo Wu Xiujie, primer autor del artículo.

Este humano prehistórico, fue contemporáneo junto con los neandertales y los denisovanos, pero es especial en el sentido de que fue encontrado junto con otros fósiles denominados como 'el joven de Xujiayao', el cual muestra que tenía dientes como los de los humanos modernos.

Restos del 'Hombre de Xujiayao', Shanxi, China. Hong Ao, Chun-Ru Liu, Andrew P. Roberts, Peng Zhang y Xinwen Xu -https://doi.org/10.1016/j.jhevol.2017.01.014

Los científicos alguna vez supusieron que el tamaño del cerebro de los humanos antiguos en la Edad de Piedra, desde el australopiteco hasta el Homo habilis y el Homo erectus, creció gradualmente con el tiempo.

Pero estudios recientes han puesto fin a esta hipótesis desde que se descubrió que el Homo floresiensis, hallado en Indonesia y que vivió hace entre 100.000 o 50.000 años, tenía un cerebro de sólo unos 400 centímetros cúbicos, mientras que la cabeza del Hombre de Xuchang era cuatro veces más grande. La importancia del cráneo de Xujiayao es que nos muestra que los cerebros de los homínidos se expandieron y contrajeron a diferentes ritmos y tiempos.

Los hallazgos pueden ayudar a explicar qué condujo al gran cambio en el tamaño del cerebro de nuestros antepasados ​​y ofrecer una nueva pieza perdida en el rompecabezas de la evolución humana.

Fuentes: spanish.peopledaily.com.cn | ivpp.ac.cn | anthropology.net | 17 de enero de 2022

Descubierta en Tarquinia una nueva tumba etrusca con un gran ajuar

El pasado otoño, una campaña de excavación de urgencia llevada a cabo por la Superintendencia sacó a la luz un núcleo de diez enterramientos etruscos, fechables entre los periodos villanoviano y arcaico (siglos VIII-V a.C.), en el corazón de la necrópolis de Monterozzi, a unas decenas de metros de la Tumba de los Toros y de la Tumba de los Augures.

Ahora, tras los primeros trabajos de restauración, se revelan por fin algunos de los sorprendentes descubrimientos realizados en una de las tumbas. Las obras eran necesarias para asegurar una serie de cavidades que se habían abierto como consecuencia de un arado excesivo en un terreno privado, cuyo interés arqueológico era bien conocido.

Desgraciadamente, como suele ser inevitable en el caso de enterramientos tan cercanos a la superficie y accesibles desde la carretera, todos los contextos ya habían sido accedidos en el pasado para retirar el ajuar funerario, en algunos casos con efectos devastadores debido al derrumbe de las bóvedas y los muros.

Sin embargo, los arqueólogos de la empresa EOS ARC, encargada de los trabajos, tuvieron suerte: uno de los complejos funerarios, de hecho (el más cercano a la carretera, desde el que se iniciaron las investigaciones), sí había sido «visitado», pero en la antigüedad, por profanadores interesados en obtener metales preciosos en lugar de cerámicas y otros objetos funerarios.

Esta circunstancia permitió recuperar decenas de piezas cerámicas y otros objetos y reunir información sobre el contexto original.

Foto: Soprintendenza Archeologia Belle Arti Paesaggio, Etruria Meridionale.

"La tumba se remonta a la primera mitad del siglo VII a.C.", – explica Daniele Federico Maras (izquierda), funcionario de la Superintendencia para el territorio de Tarquinia – "Es de tipo 'gemelo', es decir, formado por dos cámaras independientes una al lado de la otra, casi idénticas entre sí y abiertas al suroeste en otros tantos vestíbulos abiertos, a los que se accede por una empinada escalera".

"El techo de ambas cámaras es del tipo de hendidura, con una bóveda ojival tallada en la roca, cerrada en la parte superior por una serie de losas de nenfro (un tipo de roca volcánica), mientras que a lo largo de la pared izquierda hay un lecho que, en el caso de la cámara más septentrional, está decorado con patas en relieve".

Las puertas estaban selladas con losas de nenfro, que eran perforadas por los clandestinos de antaño para acceder a las tumbas, y volvían a cerrarse cuidadosamente tras el saqueo, en una inusual demostración de respeto por los difuntos. Pero, por desgracia, en el caso de la cámara norte, la resistencia de la losa llevó a los profanadores a eliminar dos bloques del techo, lo que provocó su derrumbe con el tiempo.

Foto: Tomba Gemina.

Debajo de los escombros de la que ya se conoce como Tomba Gemina y rebuscando entre la tierra suelta, los arqueólogos recogieron fragmentos de vasijas de pasta pulida, a veces con decoraciones incisas o formas configuradas; una estatuilla de arcilla que representaba a una mujer llorando; varios vasos buccheros etruscos con motivos geométricos grabados y pintados, entre ellos algunas piezas decoradas por el llamado 'Pintor de las Palmas'; antiguas copas eubeas; diversos elementos de madera y hierro; los fragmentos de una fina lámina de oro, evidentemente el residuo de un precioso revestimiento, que los antiguos profanadores habían robado.

"Todo el material se encontró destrozado, comenta Maras, probablemente roto intencionadamente por los excavadores clandestinos para buscar tesoros imaginarios escondidos en las vasijas. Sin embargo, por suerte, los fragmentos quedaron en el suelo y ahora se están restaurando finalmente, para devolverlos al uso público".

La Superintendencia, de hecho, ha ordenado que la Tomba Gemina se deje a la vista al final de la excavación y está planeando asegurarla con una cubierta adecuada, para que pueda ser abierta a los visitantes. Mientras tanto, continúan los largos trabajos de conservación de los hallazgos, al final de los cuales será posible devolverlos al pueblo de Tarquinia y al público, con la exposición de todo el contexto funerario.

Fuentes: labrujulaverde.com | Guillermo Carvajal | Soprintendenza Archeologia, Belle Arti e Paesaggio per la Provincia... | 19 de enero de 2022

Hallan pruebas de cultivo de mijo en Mesopotamia que alteran el conocimiento sobre la génesis agrícola

Imagen tomada con un dron en 2018 de la llanura de Khani Masi, en la provincia de Garmian, región del Kurdistán, en Irak.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Rutgers (New Jersey, USA) ha desenterrado la evidencia definitiva más antigua de mijo (Panicum miliaceum) en el antiguo Irak, desafiando nuestra comprensión de las prácticas agrícolas más antiguas de la humanidad. Los resultados de su trabajo aparecen en la revista Scientific Reports.

"En general, la presencia de mijo en el antiguo Irak durante este período de tiempo anterior desafía la narrativa aceptada del desarrollo agrícola en la región, así como nuestros modelos sobre cómo las sociedades antiguas se aprovisionaban de alimentos", dice Elise Laugier (izquierda), arqueóloga medio-ambiental y postdoctoral de la Fundación Nacional de Ciencias. miembro de la Escuela de Artes y ciencias de la Universidad de Rutgers-New Brunswick.

"El mijo común (Panicum miliaceum) es un cultivo de verano increíblemente robusto, de crecimiento rápido y versátil que se domesticó por primera vez en el este de Asia", agrega Laugier. Los investigadores analizaron restos de plantas microscópicas (fitolitos) de Khani Masi, un sitio de mediados y finales del segundo milenio a.C. (c. 1500-1100 a. C.) en la región del Kurdistán, en Irak.

“La presencia de este cultivo procedente de Asia oriental en el antiguo Irak destaca la naturaleza interconectada de Eurasia durante este tiempo, lo que contribuye a nuestro conocimiento de la globalización alimentaria temprana”, señala Laugier. "Nuestro descubrimiento del mijo y, por lo tanto, la evidencia de las prácticas de cultivo de verano también nos obliga a reconsiderar la capacidad y la resiliencia de los sistemas agrícolas que sustentaron y aprovisionaron a las primeras ciudades, estados e imperios de Mesopotamia".

Mapa de enclaves arqueológicos con evidencia arqueobotánica de mijo (Panicum miliaceum ) del III al I milenio a. C. Las precipitaciones de verano (mayo-octubre) se muestran en escala de grises . Las líneas y flechas rojas indican áreas de domesticación y rutas de translocación; y las líneas negras indican corredores posteriores a la Ruta de la Seda.

El descubrimiento del mijo común en la antigua Mesopotamia es sorprendente por razones ambientales e históricas. Hasta ahora, los investigadores pensaban que el mijo no se había cultivado en Irak hasta la construcción de los sistemas de irrigación imperiales posteriores al primer milenio a. C. El mijo común generalmente requiere precipitaciones de verano para crecer, pero el suroeste de Asia tiene un clima de invierno húmedo y verano seco, y la producción agrícola se basa casi por completo en cultivos que crecen durante el invierno, como el trigo y la cebada.

Se cree que la producción agrícola fue la base que sustentó y aprovisionó a las ciudades, Estados e Imperios mesopotámicos. La nueva evidencia de los investigadores de que los cultivos de mijo común se se llevaron a efecto en los meses de verano significa que los estudios anteriores probablemente subestimaron enormemente la capacidad y la resiliencia, en su régimen alimentario, de las antiguas sociedades agrícolas en ecosistemas semiáridos.

El nuevo estudio también forma parte de una creciente investigación arqueológica que muestra que, en el pasado, la innovación agrícola era una iniciativa local, adoptada como parte de las estrategias de diversificación in situ, mucho antes de que se usara en los regímenes imperiales de intensificación agrícola: constituye una nueva información que podría tener un impacto en cómo las innovaciones agrícolas avanzan hoy en día.

Fotomicrografías de fitolitos de mijo común. Elise Laugier et al. 2022

“Aunque el mijo no es un alimento común o preferido en el suroeste asiático semiárido o en los Estados Unidos actualmente, todavía es muy consumido en otras partes de Asia y África”, advierte Laugier. “El mijo es un grano abundante, de crecimiento rápido, que requiere poca agua y es nutritivo y sin gluten, el cual podría tener un gran potencial para aumentar la capacidad de resiliencia de nuestros sistemas alimentarios semiáridos. Los innovadores agrícolas del presente deberían considerar invertir en sistemas alimentarios más diversos y resistentes, tal como lo hicieron las gentes de la antigua Mesopotamia”.

Laugier, científica visitante en la Universidad de Rutgers, donde recibió su Ph.D. y comenzó su investigación sobre este tema en Dartmouth College, dijo que el equipo de investigación espera que el análisis de fitolitos sea más generalizado en el estudio del antiguo Irak, dado que podría desafiar las suposiciones sobre la historia y la práctica de la agricultura en la región.

Fuente: eurealert.org | 11 de enero de 2022