Hace casi 5.000 años representantes de la cultura Yamna de las estepas se asentaron en el territorio de la actual Serbia

Reconstrucción de un entierro perteneciente a la cultura Yamna. Crédito: M. Podsiadł.

Los huesos de hombres grandes cubiertos con tinte rojo, descubiertos por un equipo de arqueólogos en dos montículos en Voivodina, en la parte norte de la República de Serbia, probablemente pertenecían a personas que llegaron hace casi 5.000 años desde las estepas del sur de Rusia o Ucrania.

El objetivo de la investigación fueron dos grandes montículos de 40 metros de diámetro y 3-4 metros de altura, ubicados en la región de Šajkaška (en el distrito autónomo de Vojvodina) en la parte baja del río Tisza, en el extremo occidental de la estepa euroasiática. En cada uno de ellos había dos amplias cámaras funerarias de madera.

Panorámica del túmulo excavado. Foto: Piotr Włodarczak

Excavación de un túmulo funerario en Šajkaška. Crédito: P. Włodarczak.

Ambos montículos fueron construidos en dos fases. Inicialmente, cuando los primeros muertos fueron enterrados alrededor del 3000-2900 a. C., eran mucho más pequeños. Después de unos 100-200 años, cuando se realizó el segundo entierro, sus diámetros y alturas aumentaron significativamente.

"Las tumbas que descubrimos no estaban decoradas de manera espectacular, pero el color rojo de algunos de los huesos nos llamó la atención. Esto se debió al uso de ocre para cubrir, o posiblemente colorear, los cuerpos de los muertos", dijo el Dr. Piotr Wlodarczak (izquierda), del Instituto de Arqueología y Etnología de la Academia Polaca de Ciencias, quien fue uno de los organizadores de las excavaciones. Según subrayó el arqueólogo, en aquella época "era un color sagrado" y se utilizaba durante los ritos funerarios. "Fue esta gente quien trajo a Europa Occidental la costumbre de utilizar ocre en los entierros y disponer los cadáveres en grandes túmulos. Los restos pertenecían a hombres robustos de más de 1,8 metros de altura".

"Tanto el uso del ocre como la estatura superior a la media de los difuntos (los hombres que vivían en esta parte de Europa a finales del IV y III milenio solían medir alrededor de 1,6 metros) indican que los muertos eran inmigrantes. El ritual con el uso de ocre y la colocación de enterramientos individuales en grandes túmulos está asociado a las comunidades que vivían en las zonas esteparias de Europa del Este”, explica el científico. "Se pueden encontrar similitudes en la cultura Yamna, una cultura de finales de la Edad del Cobre y principios de la Edad del Bronce que enterraba a sus muertos cubiertos de ocre en túmulos (kurganes) que contenían simples cámaras de pozo o fosas, cuyos cadáveres se colocaban con la rodillas dobladas hacia la cara".

Tumba excavada que se muestra contra una sección del túmulo funerario en Šajkaška. Crédito: P. Wlodarczak.

Los representantes de la cultura Yamna, que empleaban armas de bronce, usaban carretas y montaban a caballo, comenzaron a trasladarse hacia el occidente de Europa hace unos 4.800 años, dejando sus huellas en forma de impresionantes montículos, de los cuales, uno descubierto también por el por el Dr. Włodarczak cerca de Žabalj, igualmente en la provincia de Voivodina, es el lugar de enterramiento más occidental de la expansión de la cultura Yamna. Por otro lado, tal como lo muestran los estudios genéticos, las personas que se asentaron en el norte y el oeste de la Serbia moderna, y que eran representantes de la cultura de la Cerámica Cordada, descendían en gran medida de los representantes de la cultura Yamna.

La migración Yamna desde las estepas hacia el este provocó un profundo cambio cultural, tecnológico y político. El Dr. Wlodarczak dice que fue entonces cuando comenzaron a surgir los centros de poder proto-estatales y emerger las élites sociales, tal como lo demuestra, entre otras cosas, los grandes túmulos funerarios donde fueron enterrados los miembros destacados de la comunidad.

Reconstrucción del entierro del hombre representante de la cultura Yamna. Crédito: M. Podsiadło.

La investigación sobre la cultura Yamna, o cultura de las tumbas de pozo, y su impacto en la configuración de Europa aún está en curso. Y los científicos tienen otro rompecabezas que resolver. No está del todo claro cómo sucedió que los grupos de pastores descentralizados de las estepas en el este (cultura Yamna) condujeran al rápido colapso de la sociedad neolítica previamente asentada.

Los estudios genéticos de los restos muestran que, de hecho, los fallecidos procedían del este o eran descendientes directos de los recién llegados representantes de la cultura Yamna. También se tomaron muestras de los huesos para realizar análisis isotópicos, los cuales permiten determinar, entre otras cosas, su alimentación. "No nos extrañó comprobar que los difuntos habían consumido mucha carne, dado que estas comunidades se dedicaban a la crianza de ganado", agregó el Dr. Wlodarczak.

La excavación tuvo lugar entre 2016 y 2018, pero solo ahora los investigadores han finalizado una serie de análisis especializados. El proyecto fue financiado por el Centro Nacional de Ciencias y se llevó a cabo en cooperación con el Museo de Voivodina, en Novi Sad.

Fuentes: naukawpolsce.pl | kopalniawiedzy.pl | archaeologynewsnetwork.blogspot.com | 18 de febrero de 2022

Descubren el mayor depósito de objetos para embalsamar cadáveres del Antiguo Egipto

Vista aérea del depósito de materiales de momificación descubierto en Abusir. Foto: Petr Košárek, Archives of the Czech Institute of Egyptology.

Abusir, a unos 30 kilómetros al sur de El Cairo, en la orilla oeste del río Nilo, es uno de los grandes cementerios del Antiguo Egipto. Alberga pirámides de gobernantes y oficiales de las dinastías V y VI, tumbas reales o una necrópolis de la época saíto-persa, fechada entre los años 664 y 404 a.C. aproximadamente.

En esta última zona, por ejemplo, los arqueólogos han documentado la sepultura de Udjahorresnet, el jefe de los médicos, tesorero y comandante de la marina real, entre otros cargos, durante el periodo de la invasión de los persas. Es un personaje famoso por la escultura que se conserva en los Museos Vaticanos, en la que describe a los reyes aqueménidas como respetuosos con la tradición egipcia en contraste con la visión transmitida por las fuentes griegas.

El inagotable yacimiento está siendo investigado desde hace más de tres décadas por el Instituto Checo de Egiptología, en una misión actualmente dirigida por el profesor Miroslav Bárta. La última campaña de prospecciones efectuada en una zona de grandes pozos funerarios al oeste del cementerio que fue usado a finales de la Dinastía XXVI o principios de la XXVII, en la segunda mitad del siglo VI a.C., ha desvelado un gran hallazgo: el mayor depósito de objetos para embalsamar los cadáveres que se descubre en Egipto.

Algunas de las vasijas que contenían materiales para el embalsamamiento. Foto: Petr Košárek, Archives of the Czech Institute of Egyptology.

En concreto, los arqueólogos han desenterrado un espacio cuadrado e intacto, de catorce metros de profundidad, en donde se conservaba un total de 370 recipientes cerámicos con evidencias de haber contenido materiales y utensilios que se empleaban en el proceso de momificación de los cuerpos. Las vasijas fueron divididas en más de una decena de grupos y ubicadas a distintas alturas formando una suerte de espiral a lo largo de las paredes del pozo, situado junto a una gran estructura funeraria que todavía no ha sido excavada.

En la zona superior se han identificado cuatro vasos canopos —donde se depositaban las vísceras momificadas del difunto— hechos de piedra caliza y vacíos. Según la lectura de las inscripciones que presentaban, pertenecieron a un personaje llamado Wahibre-mery-Neith, hijo de la señora Irturu.

Vasos canopos pertenecientes a un hombre llamado Wahibre-mery-Neith. Foto: Petr Košárek, Archives of the Czech Institute of Egyptology.

"Aunque muchos dignatarios del periodo tienen este nombre, ninguno puede ser identificado como el propietario de los vasos canopos ya que tienen diferentes madres reconocidas", ha explicado Miroslav Bárta (izquierda), el director de los trabajos. "A juzgar por el tamaño del depósito para el embalsamiento y, sobre todo, por las dimensiones y disposición de la tumba cercana, el dueño de esta (y del depósito) tuvo que haber sido uno de los más altos dignatarios de su tiempo, como sus vecinos más cercanos en el cementerio: el famoso almirante Udjahorresnet y el general Menekhibnekau".

El arqueólogo ha añadido que la campaña de 2021 se integra en un proyecto de largo recorrido con el objetivo de excavar e interpretar los monumentos datados en el periodo que la sociedad egipcia buscaba nuevas respuestas a cómo mantener su identidad única, amenazada entonces por los ejércitos griego, persa y nubio. "Los pozos funerarios de Abusir, construidos de manera similar al famoso enterramiento del faraón Djoser, fundador del Imperio Antiguo, desempeñaron un papel importante en la característica expresión cultural de las élites egipcias de la época", ha señalado Bárta.

Una vasija en forma de corazón localizada en el "escondrijo" de Abusir. Foto: Petr Košárek, Archives of the Czech Institute of Egyptology.

Para este año 2022, los arqueólogos de la Universidad Carolina tienen previsto analizar en el laboratorio los recipientes de cerámica recuperados así como continuar explorando las estructuras localizadas al fondo de un gran pozo funerario, donde seguramente aguarden más sorpresas del Antiguo Egipto.

Fuentes: elespanol.com | nationalgeographic.com.es | 22 de febrero de 2022

Descubren un rico adorno pectoral de oro y un espejo de bronce en un túmulo escita siberiano

Tumba con los esqueletos de una mujer y un niño. Foto: Igor Pienkos

Un equipo polaco-ruso de arqueólogos ha descubierto el esqueleto de una mujer equipada con un adorno pectoral de oro y un espejo de bronce dentro de un gran túmulo de aproximadamente hace 2.500 años. La investigación se llevó a cabo en Siberia, en el lugar conocido como el 'Valle Siberiano de los Reyes'.

El sitio arqueológico Chinge-Tey está ubicado en el valle Touran-Uyuk, en el norte de Tuva, una república en la parte asiática de la Federación Rusa. Se le llama el 'Valle de los Reyes de Siberia' debido a los muchos grandes túmulos con rico equipamiento que datan de hace más de 2.500 años. Algunos de ellos se conocen como túmulos principescos.

El año pasado, arqueólogos polacos de la Universidad Jagellónica de Cracovia descubrieron dos tumbas intrigantes. La primera de ellas estaba en la parte central de un túmulo destruido, casi completamente aplastado, con un diámetro de unos 25 metros. Casi invisible a simple vista, fue detectado por escaneo láser aéreo.

Panorámica del 'Valle Siberiano de los Reyes'. Foto: Igor Pienkos

La cámara funeraria de madera, construida en un marco de vigas macizas, contenía los restos de dos cuerpos. La cámara en sí estaba cubierta con tres capas de vigas. El suelo estaba relleno de tablones. Según los investigadores, uno de los restos era una mujer que falleció a una edad en torno d los 50 años, mientras que el otro esqueleto se correspondía con un niño de 2-3 años.

Junto a los restos de la mujer, los investigadores encontraron adornos de oro, un cuchillo de hierro, un espejo de bronce y un peine de madera muy bien conservado decorado con un adorno grabado.

"Un artefacto particularmente interesante fue un pectoral dorado colgado del cuello en forma de hoz o media luna", dice el jefe de la parte polaca de la expedición, el Dr. Łukasz Oleszczak (izquierda), de la Universidad Jagellónica de Cracovia. Él enfatiza que objetos de este tipo, conocidos en montículos en el sur de Siberia, hasta ahora se han encontrado casi exclusivamente en las tumbas de los hombres.

"Eran considerados símbolos de pertenencia a un grupo social, a una casta, tal vez guerreros, en todo caso, hombres. Su presencia en la tumba de una mujer es una desviación muy interesante de esta costumbre. Ello, ciertamente, confirma el papel único de los difuntos en la comunidad del 'Valle de los Reyes'", dice el arqueólogo.

Señala que la mujer fue enterrada en la parte central de la tumba ubicada en las inmediaciones del gran túmulo, el cual, según los investigadores, pertenece a un príncipe nómada. "Parece que, como los demás enterrados en este túmulo, pertenecía al séquito del príncipe", dice Oleszczak.

Detalle del esqueleto de la mujer, alrededor del cuala se pueden apreciar fragmentos dorados del pectoral. Foto: Igor Pienkos

Menciona el estado del ajuar funerario elaborado con materia orgánica. Los investigadores de la expedición polaco-rusa habían encontrado previamente flechas, un mango de piolet y un trozo de un carcaj. La tumba de la mujer contenía un peine de madera conectado con un lazo de cuero a un espejo de bronce. Este conjunto de artículos cosméticos se colocó en la tumba en una bolsa de cuero.

La segunda tumba descubierta en la última temporada de excavación estaba ubicada fuera de la zanja que rodeaba el túmulo. Era el esqueleto de un niño colocado en un pequeño pozo rodeado de piedras. No contenía ningún ajuar funerario.

Un pendiente de oro hallado al lado de los restos de la mujer.

"Las tumbas de los niños en el perímetro, o justo fuera de la zanja que rodea el túmulo, son una parte típica de los ritos funerarios de esta cultura escita primitiva", añade el Dr. Oleszczak.

Los arqueólogos también encontraron evidencia de que un tesoro de objetos hechos de bronce probablemente se depositó alrededor del perímetro del túmulo en algún momento. Prueba de ello es el hallazgo de decenas de piezas de arreos, un piolet de bronce, así como un adorno en forma de cabra. Fueron localizados con un detector de metales. Según el Dr. Oleszczak, el tesoro fue esparcido por un arado profundo en el siglo XX, cuando un koljoz operaba cerca del cementerio.

En 2021, los arqueólogos polacos continuaron su investigación dentro del túmulo que habían comenzado a excavar dos años antes. En ese entonces, encontraron dos entierros: uno central, robado, y una tumba lateral intacta que contenía el cuerpo de un joven guerrero, ricamente equipado con armas, un cuchillo, una piedra de afilar y adornos de oro. Esta es una de las 10 tumbas ubicadas en fila en el eje norte-sur en la parte occidental del cementerio.

Campamento arqueológico a orillas del río Ujuk. Foto: Igor Pieńkos.

Según los investigadores, las tumbas datan del siglo VI a. C., cuando los pueblos de origen escita vivían en estas zonas. Según los expertos, era la cultura Aldy-Bel. En el período escita temprano, el valle de Touran-Uyuk fue uno de los centros rituales más importantes del mundo escita y siberiano. Fue de allí, en las montañas del sur de Siberia, donde se originaron las personas que dominaron las estepas de Europa del Este. Los escitas eran conocidos por ser belicosos. Sus logros han sido descritos, entre otros, por el famoso historiador griego Heródoto.

La investigación fue apoyada por una subvención otorgada por el Centro Nacional de Ciencias de Polonia. Las excavaciones se llevaron a cabo en cooperación con científicos del Museo Estatal del Hermitage en San Petersburgo, bajo la supervisión de Konstantina V. Chugunova.

Fuente: scienceinpoland.pap.pl | 21 de febrero de 2022

Un demoledor informe del ministerio de Cultura niega la posibilidad de trasladar la Dama de Elche

Una visitante observa la Dama de Elche en el Museo Arqueológico Nacional. DAVID EXPOSITO

El informe que el Ministerio de Cultura ha enviado al alcalde de Elche, Carlos González, con las razones por las que no considera conveniente el traslado de la Dama de Elche a la localidad, aunque se trate de una cesión temporal para celebrar el 125º aniversario de su descubrimiento, se reafirma en las conclusiones del último análisis geológico realizado al busto, elaborado en 2006 y desvelado hace unos días por EL PAÍS: el movimiento tendría “consecuencias catastróficas” para la más importante obra de arte íbera conocida. El nuevo estudio, titulado Dama de Elche, desaconsejando su traslado temporal, fue firmado el pasado diciembre por dos técnicos del ministerio que dirige Miquel Iceta y enviado a González, quien reclamaba su cesión temporal. Fuentes ministeriales confirman que se trata del informe final sobre esta polémica: “Ya no habrá más estudios. Lo primero es la conservación de la Dama”.

No obstante, el ministerio realizará en breve un nuevo análisis sobre el estado de la piedra con la que fue tallada la efigie. “Eso es algo que se hace habitualmente con todas las grandes obras y que ya estaba previsto. El último fue el de 2006″, señalan las mismas fuentes, que subrayan que ese nuevo trabajo no tiene como objeto ”reevaluar la petición de préstamo”.

La Dama de Elche, que se atesora en el Museo Arqueológico desde 1971, forma parte de la mayor colección de antigüedades ibéricas del mundo. Posee un valor simbólico excepcional, dado su carácter único, reconocido internacionalmente por toda la comunidad científica. La escultura, tras ser hallada a cuatro kilómetros de Elche en 1897, ha sido expuesta en el Louvre de París, en el Prado y en el Museo Arqueológico Nacional. También ha viajado dos veces a Elche (1965 y 2006) para exposiciones temporales. En sus más de 2.000 años de existencia, ha sufrido adversidades climáticas, diversas manipulaciones y almac..., de tal manera que se ha descartado su “limpieza y consolidación para evitar males mayores”. Un informe de 2002 al que ha tenido acceso este periódico sostiene que no se puede limpiar ni con láser sin riesgo de dañarla.

El informe de los técnicos de Cultura indica que "el busto se encuentra en un estado de tenso equilibrio”, y que si se modifica “el medio ambiente en el que se encuentra, puede desequilibrarse y amplificar las microfracturas o las descamaciones, con consecuencias catastróficas para ese bien patrimonial”. No se puede correr ningún riesgo adicional, afirman los especialistas, porque "la Dama se encuentra en la actualidad en las mejores condiciones posibles. Su conservación y exhibición en el Museo Arqueológico Nacional hace que esté en el lugar ideal, desaconsejándose la salida del mismo, ni siquiera de manera temporal”.

Foto: Trabajadores del Museo del Prado cargan el busto para su traslado en 1965, con motivo de la celebración del VII centenario del Misterio de Elche. Luis Alonso/fs EFE

El estudio de Cultura recuerda, igualmente, que “la climatología de Madrid permite una buena conservación preventiva para piezas como la Dama de Elche. En cuanto a la contaminación atmosférica, que a veces se ha citado como perniciosa, se puede afirmar que desde la reforma de 2014 del Museo Arqueológico es inexistente”. Además, la escultura está monitorizada, con toma de datos cada 20 minutos, y "la vitrina donde se guarda funciona como elemento amortiguador de las oscilaciones en cuanto a humedad relativa, lo que repercute en la conservación de la pieza”.

"A lo largo de los más de 2.000 años durante los cuales la pieza permaneció enterrada, su superficie en contacto con la tierra se empapó de agua de lluvia, así como con las sales hidrosolubles y gas carbónico. Estas sales, junto con sólidos de granulometría microscópica, han ido penetrando por los poros de la caliza y generado una epidermis de color gris amarronada, de unas pocas décimas de milímetro de espesor. Las fluctuaciones de humedad durante el enterramiento, alternando situaciones de humedad y de sequedad, provocaban fenómenos de disolución/recristalización, con los correspondientes empujes resultantes del crecimiento cristalino en el interior de los poros”. La Dama presenta, de hecho, tres microfracturas por esta causa.

Los técnicos aseguran también que “como consecuencia de su hallazgo [casual, pues se encontró durante unas labores agrícolas] la Dama perdió muy pronto la delicada epidermis en la mitad izquierda del rostro, cuello y arranque del pecho, sobre todo por el hecho de haber sufrido ciclos de desecación/humectación al ser expuesta a diversos ambientes”. Actualmente, continúan, la caliza está estabilizada, pero hay riesgo de que se puedan producir nuevas pérdidas en la epidermis por la disolución del cloruro sódico (sal) que la impregna. “Por su carácter altamente soluble, el cloruro sódico presenta una movilidad muy elevada, razón por la que se deben extremar las precauciones para evitar oscilaciones en las condiciones higrométricas de exposición [disolución], almacenamiento o transporte de la obra, con objeto de evitar el desarrollo de ciclos de disolución-cristalización que generarían daños en la roca".

La Dama de Elche estaba policromada originalmente FOTO: @AJOVIN

“La desestabilización ambiental que todo desplazamiento a gran distancia puede ocasionar desencadena nuevos fenómenos de alteración física y química de la epidermis, del sustrato pétreo y del equilibrio salino entre ambos. La menor vibración o, incluso, una pequeña corriente de aire podrían ser los causantes dinámicos de nuevas pérdidas”.

Los especialistas recuerdan que el clima de la meseta se caracteriza por una humedad relativa que oscila entre un 20% y un 55%. “En estas condiciones, la pieza se encuentra estabilizada”. Pero si se traslada y se somete a más humedad (“en Elche es mayor que en Madrid, dada su proximidad al mar”), las sales solubres se disolverían y “romperían la actual estabilidad”. Esta humidificación es probable que produjera “un leve avivamiento de los colores mientras permaneciera en el ambiente húmedo, pero cuando la pieza volviera a su ambiente habitual, las sales movidas por la humedad cristalizarían, una parte en la superficie produciendo una eflorescencia blanquecina de cloruros y sulfatos, que enmortecerían más los colores [...] Las consecuencias negativas de estos cambios no se producirían a corto plazo y, desde luego, no en Elche, sino en el Museo Arqueológico Nacional”.

A este riesgo, los técnicos añaden que el proceso de embalaje y desembalaje que implica el traslado produciría cambios en los parámetros ambientales, además de vibraciones, ya que no es posible asegurar las mismas condiciones dentro y fuera de la vitrina. “Toda manipulación de una pieza supone un riesgo, aun cuando las operaciones sean efectuadas por personal especializado. En el caso de la Dama de Elche, el riesgo de desprendimiento de pequeñas porciones de la epidermis es muy elevado”.

Fuente: elpais.com | 16 de febrero de 2022

Documentan la primera cirugía del oído exitosa en el dolmen de El Pendón (Burgos)

Conjunto de marcas de corte identificadas en el hueso temporal izquierdo del cráneo en estudio. Vista lateral del cráneo del lado izquierdo (a), detalle del hueso temporal izquierdo con la cirugía otológica (b), e imagen ampliada de las marcas de corte ubicadas en el borde anterior de la trepanación quirúrgica realizada en el oído izquierdo, a continuación al proceso mastoideo ( c ).

El equipo de la Universidad de Valladolid (UVa) que trabaja en el dolmen de ‘El Pendón’ (Reinoso, Burgos) dirigido por el catedrático de Prehistoria, Manuel Rojo Guerra, y las investigadoras Cristina Tejedor Rodríguez y Sonia Díaz Navarro, ha hallado el cráneo de una mujer que presenta sendas mastoidectomías, intervención destinada a eliminar infecciones del oído medio. Los análisis histológicos de superficie han confirmado que la mujer sobrevivió, lo que convierte a esta intervención, realizada hace unos 5.300 años, en la primera cirugía otológica exitosa documentada en la historia. La investigación se acaba de publicar en la revista Scientific Reports.

De izquierda a derecha Cristina Tejedor Rodríguez, Manuel Rojo Guerra y Sonia Díaz Navarro, responsables de la investigación.

Según explica a DiCYT Rojo Guerra, el sorprendente hallazgo se produjo en el año 2018. “Se trata de una mujer de avanzada edad para la época, de entre 35 y 50 años, que presenta dos perforaciones bilaterales compatibles con sendas mastoidectomías”.

Este tipo de intervenciones, pese a su antigüedad –unos 5.300 años-, “debieron haber sido realizadas por auténticos especialistas o individuos con ciertos conocimientos anatómicos y experiencias terapéuticas acumuladas”, subraya.

En este sentido, el hallazgo en la propia tumba de una lámina de sílex con huellas de haber cortado hueso y haber sido recalentada varias veces a entre 300 y 350 grados autoriza a los investigadores a proponer su uso “como un auténtico cauterio o instrumento quirúrgico para la realización de la operación”.

Selección de un conjunto de útiles líticos de pedernal —cuchillas, microlitos geométricos y puntas de flecha— del osario de El Pendón. Al final a la derecha cuatro herramientas líticas que fueron sometidas a un análisis 'a ciegas' por un especialista en traceología y análisis de uso-desgaste.

“Son intervenciones quirúrgicas que aún se practican en la actualidad destinadas a eliminar infecciones del oído medio del tipo otitis, mastoiditis, colesteatomas, etc.”, señalan los doctores Juan Francisco Pastor y Jaime Santos Pérez, investigadores de la UVa que también han participado en el trabajo.

Y es que la participación multidisciplinar ha sido la clave del estudio. A la arqueología funeraria se han sumado las interpretaciones médicas realizadas por Pastor y Santos, los análisis histológicos de superficie llevados a cabo por la doctora Rebeca García González, de la Universidad de Burgos (UBU), y los análisis traceológicos de la mano de Juan Francisco Gibaja Bao, de la Escuela Española y Arqueología de Roma.

Cráneo en estudio encontrado en el sitio El Pendón. Superior: Vista frontal y lateral del cráneo (Foto: Estudio de Fotografía ÑFotógrafos). Inferior: Cráneo con mastoidectomía in situ en el contexto del osario megalítico.

Precisamente, que se haya podido certificar la supervivencia de la mujer después de la intervención radica en el análisis histológico de superficie llevado a cabo mediante un microscopio electrónico de barrido que ha permitido identificar tanto los efectos de los osteoclastos -células óseas que se encargan de la reabsorción del hueso dañado- como de los osteoblastos, células que se encargan de la regeneración del hueso.

“Este efecto de reabsorción y regeneración es simultáneo y se detecta por la presencia de pequeñas depresiones -lagunas de Howship- formadas por los osteoclastos en el proceso de limpieza de las superficies óseas dañadas y por pequeños montículos de creación de hueso producidos por los osteoblastos. La presencia de estos dos tipos de estructuras en la preparación microscópica nos permite asegurar que, al menos durante un mes, la mujer sobrevivió a la intervención quirúrgica”, detalla Rebeca García, coautora del artículo.

Tomografías computarizadas y detalles de ambos huesos temporales del cráneo en estudio y algunas muestras del análisis comparativo. Superior: Detalles de la región auditiva externa en los huesos temporales derecho (a) e izquierdo (b) del cráneo. Es de destacar el deterioro de la cavidad timpánica en ambos huesos temporales debido a procesos tafonómicos. Medio: Cráneo actual con mastoidectomía realizada por los alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid (c) y ejemplo de cráneo arqueológico sin ninguna patología utilizado para análisis comparativo (d). Las flechas rojas indican el conducto auditivo externo. Las flechas blancas apuntan a la erosión ósea en la parte posterosuperior del conducto auditivo externo debido a la mastoidectomía. Las flechas amarillas indican el scutum, un espolón óseo delgado formado por la pared superior del conducto auditivo externo y la pared lateral de la cavidad timpánica. Inferior: tomografías computarizadas (TC) de secciones parasagitales a nivel del oído medio derecho (las flechas apuntan al oído medio) del cráneo en estudio (e) y de un cráneo actual sin patología (f).

“Este efecto de reabsorción y regeneración es simultáneo y se detecta por la presencia de pequeñas depresiones -lagunas de Howship- formadas por los osteoclastos en el proceso de limpieza de las superficies óseas dañadas y por pequeños montículos de creación de hueso producidos por los osteoblastos. La presencia de estos dos tipos de estructuras en la preparación microscópica nos permite asegurar que, al menos durante un mes, la mujer sobrevivió a la intervención quirúrgica”, detalla Rebeca García, coautora del artículo.

Es la primera vez que se utiliza con éxito esta metodología en poblaciones de esta cronología de finales del Neolítico. Hasta ahora sólo se había empleado para detectar regeneraciones óseas en especies fósiles, especialmente en neandertales. “El trabajo servirá también como referencia metodológica en futuros estudios similares”, agrega Rojo Guerra.

Excavaciones en el dolmen de El Pendón, en Reinoso (Burgos).

Un lugar único

El dolmen de ‘El Pendón’ ha deparado una ingente cantidad de restos óseos pertenecientes a unos 100 individuos a falta de documentar un último nivel de enterramientos que aún se hallan sin exhumar. Según las dataciones de Carbono 14, la tumba se utilizó a lo largo de unos 800 años entre el 3.800 y el 3.000 antes de Cristo. El monumento sufrió una serie de reutilizaciones, reagrupamientos y reducciones de cadáveres a lo largo de su vida como tumba que informa del complejo mundo simbólico y ritual que albergan estas monumentales construcciones funerarias.

Fuente: dicyt.com | 15 de febrero de 2022