Katerina Harvati, paleontóloga: “Los neandertales son otra versión de la humanidad”

Katerina Harvati es directora de paleoantropología en la Universidad de Tubinga en Alemania y lleva toda su vida profesional dedicada principalmente al estudio paleobiológico de los orígenes humanos modernos.

La evolución humana durante el Pleistoceno es uno de los principales campos de investigación de la paleontóloga Katerina Harvati (Atenas, 1970). En el yacimiento de la cueva de Apidima, en Grecia, se hallaron dos grupos humanos: una población de Homo sapiens primitivos, seguida de una población de neandertales.

La datación de los restos supuso un hito nuevo para su carrera y también para el conocimiento de las dispersiones de los primeros humanos modernos fuera de África. Ahora, la científica vuelve a este lugar para continuar con su estudio.

¿Qué fue lo que la motivó a dedicar su carrera a la paleoantropología y, en particular, a los orígenes de los seres humanos?

Siempre me interesó el pasado. Proviniendo de Grecia y creciendo en Atenas, el pasado era una parte natural de nuestro medio ambiente. Todo lo que existía a mi alrededor era en forma de espectaculares ruinas arqueológicas y hermosos objetos antiguos. Sentí curiosidad por la prehistoria y la evolución humana ya en la escuela secundaria, pero descubrí mi vocación cuando me mudé a los Estados Unidos para estudiar antropología en la Universidad de Columbia.

Ahora hay muchas más mujeres en este campo de la ciencia. ¿Era así cuando empezó sus estudios en EE UU? ¿Qué es lo que más ha cambiado en este sentido?

Los estudios evolutivos humanos todavía están relativamente dominados por los hombres. Aunque hay muchas mujeres estudiantes de doctorado y postdoctorado, todavía son muy pocas las mujeres en puestos de alto nivel, un fenómeno que se observa en muchos otros campos de la ciencia. El cambio es progresivo pero lento, todavía hay mucho margen de mejora.

En España contamos con numerosos yacimientos y, en particular Atapuerca, de relevancia internacional. ¿Qué importancia tienen los hallazgos de un lugar como este o de este tipo de yacimientos dentro del conjunto de Europa?

La evolución humana es relevante para la humanidad en su conjunto. Aunque, por supuesto, los yacimientos individuales son importantes para el patrimonio local, su importancia trasciende las fronteras nacionales. Este y muchos otros forman parte del patrimonio de la humanidad.

Su carrera estuvo marcada por el hallazgo de un cráneo de humano moderno de hace más de 200.000. ¿Qué contribución podría superar este descubrimiento?

El hallazgo del Homo sapiens más antiguo fuera de África que identificamos en Grecia, en el yacimiento Apidima (Nature, 2019, derecha), por supuesto fue un hallazgo muy importante y un hito para mí, pero también para la prehistoria europea en su conjunto. Este descubrimiento, que fue una sorpresa para muchos, demuestra que hay tanto que todavía no sabemos sobre la evolución humana, como lo han demostrado los repetidos descubrimientos históricos en las últimas dos décadas en nuestro campo. Espero con interés nuevos y emocionantes hallazgos en el futuro de nuestra investigación continua.

Un ejemplo son los últimos estudios sobre los neandertales que, en unas décadas, han cambiado por completo lo que pensábamos de ellos, sobre cómo eran y su desaparición. ¿Por qué estamos tan fascinados por este tipo de especies?

Creo que nuestro interés por los neandertales es tan alto porque eran una especie hermana, nuestros parientes más cercanos. Sin embargo, parece que fueron muy diferentes a nosotros en muchos sentidos, mientras que en otros aspectos eran muy similares. Los neandertales son, si se quiere decir, otra versión de la humanidad.

¿Qué relevancia tiene Grecia, su país de origen, en estas primeras migraciones humanas y por qué se dice que fue la puerta de entrada a Europa?

Grecia y el sudeste de Europa en general tienen un doble papel. Por un lado, sirvieron como un importante corredor migratorio para los movimientos de población humana, así como un refugio glacial, donde las poblaciones de plantas, animales y humanos habrían sobrevivido durante la Edad del Hielo, cuando las regiones más al norte se habrían vuelto inhabitables.

Como tal, se espera que esta región muestre evidencias de dispersiones humanas multidireccionales repetidas, supervivencias tardías de la especie humana y un registro largo y continuo de la presencia humana. Sin embargo, debido principalmente a la investigación arqueológica pasada, que se centra en períodos de tiempo posteriores —que por supuesto son muy importantes en Grecia—, ha habido relativamente poca investigación en evolución humana.

Un amplio campo por explorar entonces...

Sí, el resultado es que no sabemos mucho sobre la evolución humana en este lugar geográfico, a pesar de su importancia. Mi equipo y yo hemos estado trabajando para cambiar eso.

Reconstrucción por ordenador (izquierda y centro) de un fragmento de cráneo (unido a una porción de roca) de hace 210.000 años atribuido a un 'Homo sapiens' (derecha) hallado en la cueva griega de Apidima (Katerina Harvati / Universidad de Tubinga).

¿Qué fósiles o datos podrían darnos la clave para refinar aún más las interpretaciones de estas migraciones humanas?

Los fósiles individuales son por supuesto muy importantes y siempre esperamos encontrar más. El contexto en el que se encuentran, así como los restos culturales que se asocian con la presencia humana, también pueden dar información muy necesaria. Los estudios paleoambientales, que destacan las condiciones bajo las cuales las dispersiones pasadas se hicieron posibles, son fundamentales.

¿En qué está trabajando actualmente?

Estoy liderando varios emocionantes y diversos proyectos. Sin embargo, un enfoque muy importante de mi investigación sigue siendo mi trabajo en Grecia, donde he estado trabajando durante más de 20 años. Tengo ahora mismo una subvención ERC Consolidator CROSSROADS, que se centra en los primeros períodos paleolíticos en Grecia y que llegará a su fin el próximo mes. Publicaremos los emocionantes resultados de esta investigación en un futuro próximo.

En abril comienzo otra beca ERC Advanced FRISTSTEPS. Este proyecto tomará una perspectiva regional y se centrará específicamente en las primeras dispersiones del Homo sapiens en los últimos 200.000 años. Como parte de este proyecto, realizaremos trabajos de campo en el yacimiento de Apidima, entre otros, y espero con ansia nuevos y emocionantes hallazgos.

Fuente: agenciasinc.es | 16 de marzo de 2022

Se inaugura el Museo de los Dólmenes de Antequera, en Málaga, tras 30 años de espera

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha inaugurado este miércoles el Museo del Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera (Málaga), "un proyecto estratégico clave y conjunto museístico de primer nivel", y ha destacado que por fin, "tras 30 años, este sueño se hace realidad y podemos disfrutar de una de las grandes maravillas desde el punto de vista cultural".

"Estamos abriendo hoy una puerta a nuevas posibilidades de estudio, de difusión, de conocimiento, de esta joya de Andalucía, el primer Bien Megalítico declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en el continente europeo", ha valorado, al tiempo que ha agregado que eso "nos tiene que hacer sentirnos muy orgullosos".

Por ello, Moreno, que ha asegurado que "hoy es un día muy feliz", ha afirmado que "este hito es importante para Antequera, Málaga, Andalucía, y, si me lo permiten, también para España". Además, ha dejado claro el compromiso de la Junta con este espacio a través de actividades programadas, destacando que "queremos dotar de vida a este espacio para que se abra al disfrute de todos", ha incidido.

Ha valorado que la inauguración de este espacio es "una magnífica noticia para la cultura", ya que "dotamos al conjunto arqueológico de una infraestructura muy necesaria y muy demandada" por todos.

Moreno ha agregado que la puesta en marcha de "este museo de titularidad autonómica ha sido un proyecto esencial para el Gobierno andaluz, ha sido una prioridad constante", ha remarcado. "Hablamos de una demanda histórica de Antequera que llega tras 30 años de espera, que son muchos, demasiados años", ha lamentado, recordando que "han pasado hasta once consejeros de Cultura sin lograr avances importantes".

El museo

La inversión en esta última parte, ha señalado Moreno, es de cinco millones de euros y se han atendido todas las recomendaciones de la Unesco y en relación con la reducción del impacto visual.

El Museo cuenta con una superficie de 4.300 metros cuadrados (3.500 útiles) repartidos en dos niveles. Una planta sótano en la que se encuentran la Sala de Exposiciones Temporales Muñoz Rojas, en la que se programarán exposiciones vinculadas a la creación artística contemporánea relacionadas con la naturaleza y el paisaje; el Centro de Documentación y Biblioteca Virtual de la Prehistoria de Andalucía Antonio Arribas Palau; el Aula Luis Siret y diversas áreas.

La planta principal, sin embargo, está compuesta por la sala de exposición permanente Antequera Milenaria, que versará sobre la Prehistoria de las Tierras de Antequera; la sala de exposiciones temporales Gómez-Moreno, donde se programarán exposiciones sobre proyectos de investigación de la Prehistoria de Andalucía, y el salón de actos Manuel de Góngora.

"Estamos hablando de un conjunto museístico de primer nivel en Andalucía y en el conjunto del país, que necesitaba precisamente de esta inversión para poder responder a su categoría dentro de una cultura megalítica que se proyecta en el mundo desde Antequera", ha valorado.

Moreno ha asegurado, además, que "el compromiso de la Junta con el Museo es una realidad" a través de las actividades programadas. "Queremos dotar de vida a este espacio museístico para que se abra al disfrute de todos". "Ese es el gran objetivo, que el conjunto de los andaluces y los españoles puedan disfrutar de un museo de este nivel".

Así, ha explicado que actualmente los visitantes cuentan con las salas permanentes Cosmovisión y Hermanos Viera Fuentes, en las que pueden visualizar el valor universal excepcional del Sitio y la importancia del Dolmen de Viera y el Tholos de El Romeral.

Asimismo, se ofrecen dos exposiciones temporales: una que aborda la figura del investigador Manuel Gómez-Moreno, cuya labor fue fundamental en la puesta en valor de los Dólmenes, y otra titulada Las cosas del campo. La energía artística del misterio del paisaje, en clara referencia al ilustre poeta antequerano e Hijo Predilecto de Andalucía, José Antonio Muñoz Rojas, cuya obra refleja el paisaje de esta tierra, con fotografías de Raúl Pérez y otros artistas.

Compromiso con la cultura

"El Museo que hoy inauguramos es una muestra más de nuestro compromiso con la cultura y con el patrimonio histórico que tiene nuestra tierra", ha destacado Moreno, al tiempo que ha incidido en que también se pone en valor el enorme potencial de crecimiento que representa para la actividad económica, en particular también para el turismo, el interior de Andalucía.

El presidente de la Junta ha reiterado que "la región no es solo el litoral, no solo es sol y la playa, es mucho más". "La Andalucía de interior la representa mejor que nadie la ciudad de Antequera", ha afirmado.

"Estamos ante un proyecto estratégico clave para la reactivación económica que tanto necesitamos; conjuntos históricos como este de Antequera serán un revulsivo, no solo para el terreno turístico tras el duro revés que hemos tenido en la pandemia".

El objetivo, ha continuado, es recuperar esos 210.000 visitantes anuales que había antes de la pandemia, mostrándose convencido de que se recuperarán porque "hay claros síntomas de ello".

Además, ha asegurado que "este museo va a contribuir a conocer más y mejor la riqueza cultural de Antequera y también a querer más a esta Andalucía que hacemos día a día desde lugares y sitios tan hermosos y bellos como este". En este punto, ha aludido a la "gran riqueza cultural y patrimonial" de la provincia de Málaga y ha recordado que la Junta ha destinado en torno a 40 millones de euros desde 2019 a inversiones, programación y apoyo a la cultura y al patrimonio histórico en la provincia de Málaga. "Un apoyo que se ha hecho extensivo a toda la comunidad autónoma, sobre todo, durante el periodo más duro de la crisis sanitaria".

Entre otros proyectos de la provincia de Málaga ha aludido a las obras del Teatro Romano, a Acinipo, en Ronda o al Convento de la Trinidad, en la capital; además de otros en otras provincias como la recuperación de las Reales Atarazanas, que prevé un gran centro cultural en Sevilla; las intervenciones en la Alcazaba de Almería, o la restauración de la fachada del Salón Rico de Medina Azahara en Córdoba. "Son ejemplos de un compromiso con la cultura a la que no debemos defraudar".

"Antequera cumple un sueño"

Por su parte, el alcalde, Manuel Barón, ha asegurado que "Antequera cumple un sueño que por fin se ha hecho realidad" y ha incidido en que "son demasiados años de espera injusta" para que los Dólmenes tengan "el reconocimiento que se merece". "Hoy hacemos historia", ha apostillado.

Barón ha añadido que "el Museo es acorde con la categoría del Bien que Andalucía se honra en tener y dota al Bien de la categoría y dignidad que merecían sus propios visitantes". Por último, ha agradecido a la actual Junta por su apuesta decidida por el Museo.

Fuentes: elespanol.comlaopiniondemalaga.es | 16 de marzo de 2022

Tim White: 'No sabemos de qué criatura evolucionaron los humanos y los chimpancés'

Tim White sostiene el cráneo de un homínido africano en el Centro Nacional de Investigación para la Evolución Humana en Burgos, España. RICARDO ORDONEZ.

El paleoantropólogo estadounidense Tim White, una leyenda viva en su campo, se ha mudado a España para continuar su búsqueda para descubrir los orígenes lejanos del 'Homo sapiens'

Un grupo de periodistas rodeó a Tim White el 9 de febrero, mientras tomaba una copa en un café en la acera de Burgos, en el norte de España. El investigador, que es una auténtica leyenda viva en su campo, no esperaba tanta atención mediática, a pesar de ser el responsable de descubrimientos que han cambiado la forma en que el ser humano se ve a sí mismo. “Las cámaras se acercaron a mí, pero luego pasaron de largo”, recuerda con una sonrisa. Resulta que no lo buscaban a él, sino a Pablo Casado, el líder del principal opositor Partido Popular (PP) de España, considerado en ese momento como el próximo presidente del Gobierno del país.

Durante 50 años, Tim White ha estado respondiendo una de las preguntas más fascinantes que enfrenta la humanidad: ¿de dónde venimos? En 1979, cuando aún tenía 20 años, fue uno de los paleoantropólogos que anunció al mundo el descubrimiento de Lucy, los restos de un Australopithecus afariensis (género de los primeros homínidos) de un metro de altura, y que demostró que, a pesar de su cerebros pequeños, los ancestros humanos ya caminaban erguidos hace más de tres millones de años en lo que hoy es Etiopía.

White, de 71 años y originario de California, se ha mudado con su familia a Burgos, España, para incorporarse al Centro Nacional de Investigaciones sobre la Evolución Humana (CENIEH). Su currículum es deslumbrante. También en la década de 1970, White excavó huellas de homínidos en Laetoli, Tanzania. Es de suponer que fueron dejados allí por varios australopitecos que caminaban erguidos sobre las cenizas de un volcán hace unos 3,6 millones de años.

Los restos del esqueleto de Ardipithecus ramidus (conocido como Ardi). A la derecha, una reproducción del mismo.

Y en 2009, la investigadora presentó al mundo el esqueleto de Ardi, una hembra de otra especie extinta encontrada en Etiopía, Ardipithecus ramidus. El descubrimiento sugirió que los ancestros humanos podían caminar erguidos hace 4,4 millones de años, además de moverse cómodamente a través de las ramas de los árboles gracias a un enorme dedo oponible.

Ardi fue una revolución. La teoría más aceptada durante el siglo XX afirmaba que los simios africanos, similares a los chimpancés, habían dado paso a los Australopithecus, que a su vez se habían convertido en humanos. Ardi rompió esa cadena. Era una criatura en transición. “La gente esperaba que los restos más antiguos se parecieran cada vez más a los de un chimpancé, pero ese no es el caso”, explica White.

Los seres humanos todavía no saben de dónde vienen. El científico explica que existe un “agujero negro” en nuestro conocimiento de hace unos seis millones de años, cuando la rama evolutiva que dio lugar a los humanos se separó de lo que acabarían siendo los chimpancés. No se han encontrado fósiles de esa época. Ardipithecus como Ardi son lo más parecido que tenemos a nuestro último ancestro común. “No sabemos de qué criatura evolucionaron los humanos y los chimpancés”, admite White.

Etiopía ha sido descrita como la cuna de la humanidad, pero también Sudáfrica. En 1924, el antropólogo Raymond Dart encontró los restos del llamado Niño Taung (derecha), el cráneo fosilizado de un joven Australopithecus africanus que data de hace 2,5 millones de años. Tanzania también se considera el origen de todo, e incluso Marruecos, donde se han descubierto restos humanos de hace 300.000 años. Para White, esta competencia entre países no tiene sentido. “La cuna de la humanidad es un concepto que a los turistas les encanta, pero es absurdo”, dice.

Cuna de la humanidad

El investigador señala que encontrar fósiles depende, más que nada, de que las condiciones del terreno sean las adecuadas para preservar los huesos. “En Atapuerca (Burgos) no se encontrarían fósiles si no hubiera agujeros en la piedra caliza”, explica. “No es que los homínidos dijeran: '¡Oye, vámonos a vivir a Atapuerca, hay agujeros en la caliza!' No, los homínidos estaban por todas partes, pero ahí es donde se encuentran sus restos. No se puede elegir un solo lugar y decir que es la cuna de la humanidad. Eso se hace por orgullo nacionalista, mezclado con intereses económicos”, argumenta White. “La cuna del 'Homo sapiens' es el continente africano”.

"La gran pregunta es qué había antes del Ardipithecus ramidus. Sin registro fósil, las respuestas son solo conjeturas. 'Ardipithecus' es lo más cercano que tenemos a ese ancestro común que aún estamos por encontrar. Podrías recolectar todos los fósiles conocidos de los homínidos más antiguos y cabrían en una caja de zapatos. No es suficiente”, se queja Tim White.

“Me encantaría encontrar algo al respecto, pero hemos mirado nuestros niveles de seis millones de años y no es un ambiente adecuado, no hay ninguno de estos primates. Deben estar en otras partes de África, pero ese lugar aún no se ha encontrado”.

Fuente: elpais.com | 4 de marzo de 2022

La momificación en Europa se podría remontar al periodo Mesolítico (hace unos unos 8.000 años)

Vista desde el sitio arqueológico Arapouco hacia el Valle del Sado, Portugal. Crédito: Rita Peyroteo-Stjerna.

La momificación de los muertos probablemente fue más común en la prehistoria de lo que se sabía hasta ahora. Este descubrimiento se ha realizado en lugares de enterramiento de cazadores-recolectores del periodo Mesolítico en el valle del Sado, en Portugal, que datan de hace 8.000 años.

Un nuevo estudio, encabezado por arqueólogos de la Universidad de Uppsala y la Universidad de Linnaeus, en Suecia, y la Universidad de Lisboa, en Portugal, presenta nuevas evidencias de tratamientos previos a los cadáveres, tal como la desecación mediante momificación, algo que no se había visto antes durante el periodo Mesolítico europeo. Los resultados se han publicado en el European Journal of Archaeology.

Hasta el presente, los casos más antiguos de momificación intencional se conocían de los cazadores-recolectores de la cultura Chinchorro que vivían en la región costera del desierto de Atacama, en el norte de Chile, con ejemplos de cuerpos momificados enterrados en basureros de conchas de hace unos 7.000 años que aún conservan tejido blando. Sin embargo, la mayoría de las momias supervivientes en todo el mundo son más recientes, con una antigüedad de entre unos pocos cientos y 4.000 años.

Foto: Momia de la cultura Chinchorro. Además de la técnica empleada, la geografía árida en la que estuvo emplazada esta cultura constituyó un factor muy importante en la conservación de las momias.

La momificación en la prehistoria es un tema desafiante para los investigadores, dado que es difícil detectar si un cuerpo se ha conservado mediante la momificación cuando el tejido blando ya no es visible. Una dificultad adicional es la falta de informes escritos para estos primeros períodos. A diferencia de los huesos, es raro encontrar tejido blando en los yacimientos arqueológicos debido a problemas de preservación y, sin él, es difícil reconocer si los restos se conservaron poco después de la muerte. Esto es particularmente complicado en climas templados y húmedos, como en la mayor parte de Europa, donde los tejidos blandos y los posibles vendajes normalmente no sobreviven en los enclaves arqueológicos.

Mediante la utilización de fotografías recientemente descubiertas de los restos óseos de trece individuos excavados en la década de 1960 en los basureros de conchas mesolíticos del valle del Sado, en Portugal, un equipo de investigadores ha podido reconstruir las posiciones en las que fueron enterrados los cuerpos, brindando una oportunidad única para saber más sobre los rituales mortuorios ocurridos hace 8.000 años..

Arapouco, 1962. Reconstrucción de la distribución espacial de los enterramientos mesolíticos del valle del Sado (Portugal) a partir de la documentación fotográfica que muestra sepulturas muy próximas.

Área con los restos de doce individuos excavados en 1960. Escala 1:20. Fotografía de J.P. Ruas. Museo Nacional de Arqueología de Lisboa.

El estudio combinó el enfoque de la arqueotanatología con experimentos de descomposición humana. La arqueotanatología es un enfoque utilizado por los arqueólogos para documentar y analizar restos humanos en sitios arqueológicos, la cual combina observaciones de la distribución espacial de los huesos en la tumba con conocimientos sobre cómo se descompone el cuerpo humano después de la muerte. Posteriormente, los arqueólogos pueden reconstruir cómo se manejó el cadáver después de la muerte y cómo se le enterró, incluso si han pasado varios milenios. En este estudio, la arqueotanatología también se ha basado en los resultados de los experimentos de descomposición humana con momificación y entierro en el Centro de Investigación de Antropología Forense de la Universidad Estatal de Texas.

Con base en los resultados de los experimentos llevados a cabo, se podría proponer una firma observable para una momia que combine varios aspectos: una hiperflexión de las extremidades, una ausencia de desarticulación en partes significativas del esqueleto y un rápido relleno de sedimentos alrededor de los huesos. Todos estos aspectos estaban claramente presentes en al menos uno de los entierros observados en el estudio. El análisis mostró que algunos cuerpos fueron enterrados en posiciones extremadamente flexionadas con las piernas dobladas a la altura de las rodillas y colocadas frente al tórax.

Arapouco 1962. Esqueleto que comparte las características básicas de todos los entierros hallados en el lugar. Fue colocado en una posición hiperflexionada que, en combinación con la falta de movimiento de los huesos, sugiere que el cuerpo fue preparado y desecado antes de su entierro.

Durante la descomposición, los huesos generalmente se desarticulan en las zonas más débiles, como en los pies, pero en estos casos observados, tales articulaciones se mantuvieron. Los investigadores proponen que este patrón de hiperflexión y falta de desarticulación podría explicarse si el cuerpo no fue colocado en la tumba como un cadáver fresco, sino en un estado desecado, es decir, como un cadáver momificado. La desecación no solo mantiene algunas de estas articulaciones débiles, sino que también permite una fuerte flexión del cuerpo, ya que el rango de movimientos aumenta cuando el volumen de tejido blando es menor. Debido a que los cuerpos fueron desecados antes del entierro hay muy poco o ningún sedimento presente entre los huesos, y las articulaciones se mantienen mediante el relleno continuo del suelo circundante que sostiene los huesos y evita el colapso de las articulaciones.

Los investigadores sugieren que los patrones observados podrían ser producto de un proceso de momificación natural guiado. La manipulación del cuerpo durante la momificación habría tenido lugar durante un período prolongado de tiempo, durante el cual el cadáver se desecaba gradualmente para mantener su integridad corporal y, al mismo tiempo, se contraía atándolo con cuerdas o vendajes para comprimirlo en la posición deseada. Una vez finalizado el proceso, el cuerpo habría sido más fácil de transportar (al estar más contraído y significativamente más ligero que el cadáver fresco) y garantizar que fuera enterrado conservando su apariencia e integridad anatómica.

Reducción del volumen de los tejidos blandos durante un proceso de momificación natural guiada. Izquierda: cuerpo completamente carnoso el día 1 del experimento colocado lo más fuertemente flexionado posible usando vendajes para mantener la posición del mismo. Centro: reducción del volumen corporal y aumento de la flexión del cuerpo después de tres semanas debido a la desecación de los tejidos blandos y al tensado repetido de los vendajes. Derecha: volumen corporal reducido aún más después de siete meses debido a la desecación continua de los tejidos blandos. Los vendajes no se apretaron más después de tres semanas.

Si la momificación en Europa era más antigua de lo que se sabía anteriormente, surge una variedad de ideas relacionadas con las prácticas funerarias de las comunidades mesolíticas, incluida una preocupación central por mantener la integridad del cuerpo y su transformación física de un simple cadáver en una momia conservada. Estas prácticas también subrayarían la importancia de los lugares de enterramiento, así como la de llevar a los muertos a dichos lugares de una manera que contuvieran y protegieran los cuerpos, siguiendo principios que estaban regulados culturalmente en el Portugal mesolítico de hace 8.000 años.

Fuente: Universidad de Uppsala | 3 de marzo de 2022

La daga ‘espacial’ de Tutankamón fue forjada fuera de Egipto

"Junto al faldellín, a lo largo del muslo derecho y, según mi opinión, perteneciendo a la misma faja del faldellín, había una daga única y extraordinaria, enfundada en un escarabeo de oro. Su empuñadura era de oro granulado, adornado a intervalos con bandas de cristal de roca coloreado, encajado al 'cloisonné'. Pero lo más asombroso y el rasgo más excepcional de esta hermosa arma es que su hoja estaba hecha de hierro, todavía brillante y parecido al acero".

Así describe el egiptólogo Howard Carter, el descubridor de la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes en 1922, en su obra La tumba de Tutankamón, su asombro cuando descubrió entre las vendas que cubrían la momia del faraón la famosa daga de hierro meteórico que acompañaba al soberano como si de una de sus más preciadas posesiones se tratara.

Esta arma excepcional descubierta en la tumba del faraón niño (y que era compañera de otra igual, pero cuya hoja estaba forjada en oro) mide casi 35 centímetros de longitud y su hoja de hierro contiene un 11 por ciento de níquel y un 0,6 por ciento de cobalto, lo que demuestra que el metal procedía de un meteorito.

De hecho, la procedencia extraterreste del metal con el que se forjó la hoja de esta singular daga fue confirmada en 2016 mediante un estudio de su composición química. Pero esta confirmación no daba respuesta a todas las preguntas que han surgido en torno a un objeto de características tan especiales: cómo se forjó y en qué lugar.

Detalle de la hoja de hierro de la daga de Tutankamón durante su estudio. Foto: Chiba Institute of Technology.

De fuera de la Tierra... y de fuera de Egipto

Ahora, un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de Chiba, en Japón, dirigido por Takafumi Matsui (izquierda), presidente del Instituto de Tecnología de Chiba, especialista en planetología comparada y quien ha dirigido el equipo de investigación en colaboración con expertos egipcios, ha confirmado el origen extraterreste de la famosa daga de hierro de Tutankamón y ha hallado evidencias de que fue forjada fuera de Egipto, como ya se había sugerido.

Según el estudio, que se ha publicado en la revista Meteorics & Planetary Science, el análisis de la distribución de níquel en la superficie de la daga, que se ha hecho disparando rayos X no destructivos a la hoja, ha revelado que el metal se calentó a baja temperatura, es decir a más de 800 grados y a menos de 950. Ello se ha comprobado a partir de la existencia de las llamadas "estructuras de Widmanstatten", un tipo de cristales alargados, que forman un patrón en forma de punto de cruz, que aparecen en el níquel presente en el hierro meteórico cuando se alcanzan estas temperaturas y que desaparecen cuando se alcanzan o superan los 1.000 grados. La presencia de este patrón sugiere también que el meteorito, del que procedía el hierro con el que se forjó la hoja, pertenecía a un grupo de meteoritos férricos conocido como octaedritas. En el análisis también se ha documentado la presencia de azufre, zinc y cloro.

Otro importante descubrimiento que los investigadores han llevado a cabo estudiando la daga es la presencia de restos de yeso que fue usado como material para fijar los elementos decorativos de la empuñadura, una técnica que era desconocida en Egipto en tiempos de Tutankamón. Esto ha permitido a los investigadores afirmar que esta magnífica arma tiene con toda probabilidad un origen extranjero.

Detalles de la empuñadura y la funda de la daga de hierro de Tutankamón. Foto: Chiba Institute of Technology

¿Un regalo para el faraón?

Entonces, si la hoja no fue forjada en Egipto, ¿de dónde procede? ¿Fue tal vez un regalo diplomático? Y en este caso, ¿de quién? Estas incógnitas no son fáciles de responder, pero los investigadores creen que el origen de la daga puede rastrearse a través del estudio de la correspondencia diplomática de la época, las conocidas como "cartas de Amarna", un archivo de tablillas de arcilla descubierto en la ciudad de Amarna, la capital fundada por el faraón Akhenatón (1353-1336 a.C.). Esta correspondencia contiene algunas misivas enviadas por monarcas extranjeros vasallos a Amenofis III (1390-1353 a.C.) y a su hijo Akhenatón.

Tablilla cuneiforme con una carta de Tushratta a Amenofis III. Museo Británico.

La investigación ha proporcionado un dato interesante al respecto. En una de estas cartas se menciona una daga de hierro que Amenofis III, abuelo de Tutankamón, recibió como regalo del rey Tushratta de Mitanni. Es un dato de gran valor ya que, según los investigadores, "la tecnología del procesamiento de hierro y el uso de yeso de cal ya prevalecían en la región de Mittanni y la región hitita en ese momento. Las cartas de Amarna podrían ser una prueba escrita que sugiera que la daga de hierro de Tutankamón podría haber sido traída desde fuera de Egipto", comentan en el estudio. Por otra parte, "la alta calidad del cuchillo indica que la habilidad para trabajar el hierro de meteorito estaba ya bien establecida en esa época", concluyen los investigadores.

"En ese momento, en Egipto, el hierro se consideraba un elemento que en raras ocasiones caía del cielo y era unas 80 veces más valioso que el oro", dice Takafumi Matsui. "Tutankamón probablemente heredó la daga de hierro de su abuelo y fue colocada en su tumba cuando murió a una temprana edad", añade.

Tutankamón gobernó Egipto en el siglo XIV a.C. y los arqueólogos han descubierto una asombrosa cantidad de artefactos antiguos enterrados con el cuerpo momificado del rey.

En la década de 1990, un equipo de investigadores del Museo Nacional de Historia Japonesa realizó experimentos para determinar si las espadas podían forjarse realmente a partir de meteoritos de hierro. Recolectaron seis tipos de meteoritos de hierro de todo el mundo y los maestros forjadores de espadas intentaron forjar espadas.

Mapa de distribución de níquel, azufre y cloro en la hoja de la daga de hierro de Tutankamón. Foto: Chiba Institute of Technology.

La conclusión a la que se llegó fue que las espadas podían fabricarse a temperaturas inferiores a los 950 grados si hubiera pocas impurezas como el azufre y el fósforo en el meteorito de hierro.

Tsutomu Saito (izquierda), ahora profesor de ciencias de las propiedades culturales en el Museo Egipcio de El Cairo, formó parte de ese equipo en la década de 1990. Dijo que los últimos hallazgos eran similares a lo que el equipo descubrió hace unas tres décadas.

"Proporciona evidencia de que los pueblos antiguos habían logrado las condiciones que predijimos científicamente", dijo Saito.

Forjar un meteorito de hierro que contenga níquel es difícil debido a la dureza del material. Pero Saito cree que los artesanos de esa época usaron su instinto y experiencia para encontrar la temperatura adecuada para calentar los materiales preciosos que usaban para fabricar productos de hierro.

"Este es un hallazgo importante que muestra el punto de partida de la búsqueda de la humanidad para desarrollar tecnología de fabricación del hierro", concluye Saito.

Fuentes: nationalgeographic.com.es| laprensademonclova.com | 2 de marzo de 2022