'El Forau de la Tuta': así es la ciudad imperial romana descubierta en el Pirineo aragonés

Detalle del mosaico blanco y negro hallado en 2021 en el yacimiento de Forau de la Tuta.

El pasado agosto, las labores arqueológicas ubicadas en la ladera sur del Pirineo aragonés realizaron un gran descubrimiento: un mosaico romano ubicado en la localidad de Artieda (Zaragoza). ¿Por qué estaba ahí? ¿Por qué no se tenía conocimiento de su existencia? ¿Podría deberse a que en esta pequeña localidad, a medio camino entre Jaca y Pamplona, hubiera existido un asentamiento romano en el pasado?

Todas estas incógnitas acaban de ser desveladas en el informe El Forau de la Tuta, una ciudad imperial romana hasta ahora desconocida de la vertiente sur de los Pirineos. Se trata de un estudio público en el que en realidad se detalla cómo las investigaciones se retrotraen a 2018, cuando el Ayuntamiento de Artieda pidió ayuda al Área de Arqueología de la Universidad de Zaragoza para estudiar unos vestigios situados en torno a la ermita de San Pedro, conocidos como El Forau de la Tuta, Campo de la Virgen o Campo del Royo.

Por las características del asentamiento se ha podido saber que se trata de un asentamiento romano de grandes dimensiones, probablemente del siglo I d.C., que después viviría otra ocupación medieval, estimada entre los siglos IX y XIII. Sin embargo, a pesar de su clara importancia a lo largo de trece siglos, se desconoce su nombre original, ni por qué no hay más referencias sobre ella.

Capitel corintio y tambor acanalado con fuste localizado en la ermita de San Pedro de Artieda.

Los sondeos arqueológicos que se continúan ejecutando en la zona se centran en el estudio de importantes restos constructivos monumentales, pertenecientes probablemente a obras públicas tanto de carácter hidráulico (cloacas y sistema de abastecimiento de agua) como viario (viales de calles). Este yacimiento se podría identificar como el centro urbano de una comunidad ciudadana de época altoimperial romana, de nombre desconocido, que hasta ahora había permanecido prácticamente ignorado.

La ciudad romana, posible punto de paso entre el Imperio Romano y las provincias mediterráneas, era una gran urbe que contaba con templos, termas e incluso un refinado sistema de alcantarillado, lo que hace pensar en su importancia como enclave estratégico. Además, sobre este asentamiento romano se edificó, entre los siglos IX y XIII, otro campesino de tipo villa o aldea, que ha sido identificado como Artede, Arteda, Artieda o Arteda Ciuitate. Sobre la existencia de este yacimiento se conocían algunos hallazgos aislados, como dos lápidas funerarias latinas y algunos elementos de escultura arquitectónica en piedra conservados en la fábrica de la ermita de San Pedro.

Elementos de escultura arquitectónica de la ermita de San Pedro; capitel corintio normal sureste
(izquierda) y basa ática itálica de la mesa del altar (derecha).

Una necrópolis histórica

El informe, firmado por expertos del Instituto de Estudios Altoaragoneses, las universidades de Zaragoza, Burdeos, Politécnica de Madrid, Salamanca, UNED y la Escuela de Turismo de Zaragoza, da cuenta también de la localización de cuatro lápidas del yacimiento, que se conservaban en el Museo Diocesano de Jaca y en colecciones privadas de Artieda. Analizando sus inscripciones han sacado la conclusión de que pertenecían a una «necrópolis importante y que se mantuvo hasta el cambio de era».

Gran estribo de 'opus caementicium' y 'opus quadratum' de la ladera occidental de El Forau de la Tuta, perteneciente, quizá, a un sistema de abastecimiento de agua a la ciudad.

Antes de excavar en Forau de la Tuta, el equipo de la Universidad de Zaragoza que codirigen Paula Uribe, José Ángel Asensio y María Ángeles Magallón, miembros del grupo de investigación Primeros Pobladores y Patrimonio Arqueológico, Instituto de Patrimonio y Humanidades e IUCA, llevaron a cabo vuelos con dron y cámaras multiespectrales, financiados por la Universidad de Zaragoza y la Fundación Ibercaja, y la Confederación Hidrográfica del Ebro les proporcionó datos del georradar del terreno.

«Cuando procesamos las imágenes que obtuvimos con el dron, pudimos comprobar que se veía un entramado de calles que nos llevó a hacer el sondeo en ese sitio para ver que efectivamente existía», explica Uribe (izquierda).

En la primera campaña de excavaciones de 2021 se confirmó también la existencia de un cruce de dos viales. «En uno de ellos, posiblemente una de las calles principales del asentamiento, se documentaron también los restos de una acera y una canalización de superficie destinada a la evacuación de aguas, que los peatones podían salvar por medio de tres piedras pasaderas. Dicha calle principal debió contar con una acera porticada, a juzgar por la presencia en sus laterales de dos cimentaciones de planta cuadrada», concluye el informe.

Los arqueólogos concluyen seguros que todo lo hallado hasta el momento «corresponde a un único complejo urbano de entre los siglos I y II y que contaba con infraestructuras y monumentos públicos: termas, sistema de abastecimiento de agua, urbanismo regular, cloacas y posiblemente un templo». El nombre, dicen, es lo menos importante.

Cloaca de fábrica romana Universidad de Zaragoza.

Estructura termal

Igualmente, en uno de los sondeos realizados, se hallaron abundantes restos de mosaicos blanquinegros (teselas y fragmentos de rudus), además de un pavimento en el subsuelo que pertenecía “a un espacio de planta rectangular de unos 5 por 3,50 metros que conservaba el umbral del acceso labrado en dos piezas de arenisca, que alojaba la puerta de doble batiente”. Los expertos lo relacionan con una estructura termal.

El mosaico descubierto en el yacimiento de Forau de la Tuta en Artieda. Gobierno de Aragón.

En el interior de esta estancia, bajo gran cantidad de lajas caídas por el derrumbe, se localizó prácticamente completo y en un extraordinario estado de conservación un pavimento teselado blanquinegro ―con algunas teselas aisladas, rojas y amarillas― decorado con motivos iconográficos en blanco sobre fondo negro: conchas o veneras en las cuatro esquinas e hipocampos enfrentados montados por amorcillos en el emblema central junto a los que se representaron tres animales marinos, un pez en la parte superior y dos posibles delfines en la inferior.

Por eso, los arqueólogos concluyen seguros que todo lo hallado hasta el momento “corresponde a un único complejo urbano de entre los siglos I y II y que contaba con infraestructuras y monumentos públicos: termas, sistema de abastecimiento de agua, urbanismo regular, cloacas y posiblemente un templo”. Pero admiten, sorprendidos, que ignoran su nombre porque no ha pervivido ningún documento histórico que lo mencione.

Fuentes: eldebate.com | elpais.com | 11 de julio de 2022

Cómo las mujeres inmigrantes convirtieron las Orcadas en la capital prehistórica de Gran Bretaña

El asentamiento de Links of Noltland está ubicado en la norteña isla de Westray Antiquity / D. O’Meara.

Hace apenas unas semanas se dio a conocer que las remotas Islas Orcadas del norte de Escocia recibieron, hace alrededor de 5.000 años, una ola de inmigración a gran escala muy distinta de las que existieron en el resto de Europa. Mientras que en el continente fueron mayoritariamente los hombres los que se trasladaron a nuevos espacios, hasta el archipiélago escocés llegaron básicamente mujeres. Y su presencia consiguió alterar el ADN de la zona, permitiendo la supervivencia de muchos linajes masculinos del Neolítico.

Una nueva investigación llevada a cabo por la empresa británica EASE Archaeology ha revelado interesantes detalles sobre los sistemas prehistóricos de herencia y matrimonio y apunta que las recién llegadas se unieron a familias establecidas y duraderas, lo que llevó a una exitosa combinación de ideas nuevas y antiguas.

Las mujeres inmigrantes se unieron a familias largamente establecidas

De ahí que, a diferencia de lo que ocurrió en el resto de Gran Bretaña, las Orcadas se convirtieron en un remanso de paz que permitió un aumento de la productividad e incluso convirtió el lugar en la capital prehistórica de las Islas británicas, según revelan los especialistas en un artículo publicado en la revista Antiquity.

Si el trabajo de los arqueólogos de la Universidad de Huddersfield se centró en el estudio de ADN antiguo, el estudio actual ha dado mucha importancia también al trabajo de campo realizado en la aldea Links of Noltland, de unos 4.000 años de antigüedad y uno de los asentamientos mejor conservados y extensos de Escocia.

En este lugar, situado en la norteña isla de Westray, hasta ahora "se han identificado más de treinta y cinco edificios que incluyen casas, talleres y una sauna, junto con un cementerio que contiene los restos de unos 105 individuos”, explica el doctor Graeme Wilson (izquierda), de EASE Archaeology.

Los investigadores aseguran que esta afluencia a Noltland dominada por mujeres no condujo a grandes cambios culturales, lo que hizo que fuera invisible arqueológicamente hasta que las técnicas de estudio de ADN más avanzadas han revelado el “impacto único” que tuvieron estas inmigrantes en la composición genética del sitio.

“Se ha podido trazar la descendencia de los hombres de esta comunidad desde la población neolítica original, linajes que continuaron persistiendo durante al menos 1000 años”, añadió Wilson. En otras partes de Gran Bretaña, en cambio, los inmigrantes masculinos reemplazaron las estirpes existentes.

El equipo del doctor Wilson quiso combinar los datos genéticos con un análisis más detallado del enorme cementerio de Noltland, con más de 100 entierros variados, incluida una gran tumba utilizada como bóveda familiar durante siglos. Los arqueólogos encontraron que este campo santo estaba agrupado en tres casas.

Los restos de una casa neolítica yacen entre las unas de Links of Noltland Antiquiy / EASE Archaeology.

La larga historia de los linajes masculinos en las Orcadas indica que los hombres se quedaron y heredaron mientras que las mujeres se mudaron. "Estos resultados demuestran que las islas estaban participando en redes más amplias en un momento en el que hasta ahora se creía que estaban aisladas y atravesaban una especie de 'recesión'", apuna el investigador.

Los expertos encontraron que el número de hogares era estable, lo que mostraba que la propiedad no se dividía entre varios herederos. Tal herencia imparcial parece haber sido un desarrollo de la Edad del Bronce. Este cambio aseguró que cada familia tuviera recursos suficientes para sobrevivir en el duro entorno del archipiélago formado por más de 70 islas (apenas 20 de ellas están actualmente habitadas).

Dos casas d la Edad de Bronce excavadas en la isla de Westray Antiquiy / EASE Archaeology.

Además de proporcionar resiliencia frente al entorno de la Edad del Bronce, este sistema de migración femenina entre comunidades era la norma en las Orcadas y no fue diferente para los recién llegados. “El ADN muestra que la comunidad de Links of Noltland estaba compuesta por hombres locales y mujeres inmigrantes de ascendencia continental”, señala Graeme Wilson.

La genética no solo muestra la aparición de inmigrantes, sino también la forma en que fueron tratados. “El hecho de que la cultura del vaso campaniforme (a la que pertenecían las recién llegadas) se estuviera integrando en una comunidad establecida puede explicar por qué dejó tan poca evidencia arqueológica”, añade.

Plano del cementerio de la Edad del Bronce de Noltland (© EASE Archaeology)

Sin embargo, la vida en Orkney no permaneció totalmente igual: “Se forjaron identidades nuevas y más complejas que enfatizaron los lazos con el hogar y el pueblo”, dice el arqueólogo. “Estos se ven en el cementerio, donde se encontraron muchos tipos diferentes de entierro”, apunta

Había nuevas formas de construir comunidad e identidad, reuniendo a esta población cada vez más diversa a través de rituales y actividades compartidos, lo que conducía a la estabilidad social. También hubo la adopción de nuevas tecnologías y técnicas de cultivo.

Juntas, esta mezcla de ideas nuevas y viejas parece haber conducido a un período pacífico y productivo. “Lejos de presentar una amenaza existencial, como se ha sugerido a veces, la afluencia de personas aquí parece haber coincidido con un período de estabilidad social”, concluye el investigador.

Los restos de esta mujer de entre 36 y 45 años estaban entre los más de 100 individuos enterrados en el cementerio Antiquiy / EASE Archaeology.

Fuentes: lavanguardia.com | eurekaalert.org | 30 de marzo de 2022

Sale a la luz un misterioso edificio romano en Los Bañales de Uncastillo (Zaragoza)

¿Mercado o vivienda de lujo? El dilema está ahí y no se resolverá este año. El yacimiento de Los Bañales en Uncastillo da todos los veranos sorpresas, y la de este 2022 ha sido la aparición de un gran edificio con peristilo (línea de columnas) cuya finalidad aún no ha sido desentrañada por los arqueólogos. La excavación ha entrado este lunes en su recta final.

"No nos atrevemos a decir si este edificio era público o privado -señala Javier Andreu (izquierda), director de las excavaciones y catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Navarra-. Hemos encontrado seis fustes de columna, esculpidos en piedra arenisca, y este hecho, unido a la extensión y perímetro del edificio, parece indicar que era público. El hecho de que fuera el primero que se encontraría quien visitara la ciudad al acceder a ella por la puerta norte parece apuntar también en esa dirección, que pudiera ser algún mercado o macelo. Pero no podemos descartar que se trate de una vivienda, no del periodo fundacional de la ciudad, sino posterior".

La campaña de excavaciones arqueológicas en el yacimiento va a concluir sin poder sacar a la luz el suelo original de este edificio, por lo que el misterio continuará al menos hasta el año que viene. Los fustes de las columnas están por encima del nivel arqueológico que señala el abandono de la ciudad, lo que indica que estuvo en uso, o al menos a la vista, durante muchos siglos.

"Es un edificio de unos 70 metros cuadrados de superficie, hasta ahora desconocido, que quedó oculto tras el aluvión de tierra de cultivo que lo cubrió hace siglos", añade Andreu. "Es uno de los peristilos romanos mejor conservados en el nordeste peninsular, y las columnas podrían superar los 1,30-1,60 metros de altura", asegura el historiador.

Esta campaña de excavaciones arqueológicas ha sido de las más fértiles en cuanto a objetos encontrados. Así, por ejemplo, destaca un sello de alfarero, poco frecuente en España; cerámica con imágenes de la dinastía Flavia, una de las más importantes en Occidente; una aguja de hueso; o una figurita de bronce con un amorcillo con alas sobre una flor de loto que podría ser un aplique de un mueble. En el basurero que se ha localizado este año han aparecido cucharillas de bronce, agujas y punzones de hueso y varias lucernas (alguna de ellas con sello).

De las 24 hectáreas que ocupó la ciudad romana de Los Bañales se han excavado hasta ahora dos, "lo que anticipa un largo futuro para este proyecto, que se ha convertido en una referencia internacional en la arqueología hispanorromana”, añade Javier Andreu.

En los dos turnos de excavaciones arqueológicas han participado este año estudiantes de Denver (Colorado), Puerto Rico, California, Chile, Argentina, Perú, Francia, Italia y diversas comunidades autónomas, entre ellas Aragón. En el equipo de investigación trabajan, además de Andreu, director del proyecto, los arqueólogos Juan José Bienes y Paloma Lorente.

La jornada de puertas abiertas del 24 de julio comenzará a las 10.30, con las intervenciones del director de la Fundación Uncastillo, José Francisco García, entidad que impulsa el proyecto de excavación de Los Bañales desde hace más de diez años; Santos Navarro, presidente de la Comarca de Cinco Villas; el director científico de Los Bañales y catedrático de Arqueología de la Universidad de Navarra, Javier Andreu; y de una de las estudiantes participantes, que leerá un discurso en nombre de todos sus compañeros.

Tras el acto institucional, en el que también estarán presentes los alcaldes de Layana, Uncastillo y Biota, que también participan en este proyecto, se procederá a realizar una visita guiada por el yacimiento. La jornada se completará con la realización de otras actividades, como una visita guiada para los más pequeños, se instalarán algunos puestos de demostración y venta de productos de la zona, y una zona de exposición con los elementos encontrados.

Fuente: heraldo.es | 18 de julio de 2022

Hallan un hábitat neandertal al aire libre de más de 120.000 años en Aspe (Alicante)

Vista general de la excavación del yacimiento de Los Aljezares (Aspe, Alicante) en el mes de julio de 2021.

El Paraje Natural de Los Aljezares de Aspe (Alicante) alberga un hábitat neandertal al aire libre de más de 120.000 años, que constituye "uno de los pocos ejemplos de ese tipo en la península ibérica y el único en el ámbito de la Comunitat Valenciana, en el que se han podido documentar dos niveles arqueológicos en su posición original, ricos en materiales líticos, faunísticos y arqueobotánicos, y bien datados temporalmente".

Así lo ha explicado Aleix Eixea, profesor de la Universidad de Valencia, que forma parte del equipo de equipo de investigadores que ha realizado el hallazgo, al que también han contribuido especialistas de la Universidad de Alicante (UA), del Museo Arqueológico de Bilbao y del Instituto de Ciencias Evolutivas de Montpellier.

El hallazgo ha sido difundido recientemente en la revista especializada Journal of Quaternary Science.

Conjunto lítico del nivel I: 1. Núcleo de quina; 2. Núcleo unipolar; 3, 4, 6. Lascas; 5. Lascas con macro uso-desgaste; 7. Hojuelas decoradas ; 8. Pieza con muescas en una lasca de Levallois; 9. Rascador lateral simple y muescas adyacentes; 10, 11. Rascador lateral simple. [La figura en color se puede ver en wileyonlinelibrary.com]

Eixea también ha destacado que los resultados obtenidos en el estudio realizado muestran que "el yacimiento localizado en Aspe sirvió como punto de paso de las poblaciones neandertales entre la costa y el interior de la península ibérica dentro de una amplia red territorial que los diferentes grupos utilizarían para abastecerse de recursos bióticos y abióticos, fundamentalmente la configuración de sus herramientas de piedra (raederas, puntas de lanzas, etc.) y el procesado y consumo de los animales que cazaron (ciervos y caballos)”.

El estudio geológico de los depósitos en los que se encuentra el yacimiento de Los Aljezares ha permitido definir un paisaje y clima muy distinto al actual. Ese trabajo, junto con la datación del yacimiento, ha sido llevado a cabo por Jaime Cuevas González, profesor del departamento de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente de la UA.

Jaime Cuevas (izquierda) y Aleix Eixea (derecha) observando algunos de los restos arqueológicos aparecidos en la campaña de 2021.

“El yacimiento se puede situar durante el Último Máximo Glacial, un periodo con un clima algo más cálido y húmedo que el actual, donde el entorno de la cuenca del Vinalopó en este sector estaba caracterizado por áreas llanas con un sistema de lagunas en lugar de la compleja red de barrancos que se puede observar actualmente", ha afirmado Cuevas que ha añadido que "esa configuración pudo favorecer la ocupación de los neandertales en un paisaje accesible, con agua estable y recursos bióticos cercanos".

Por otro lado, los resultados del trabajo de campo han podido atestiguar el uso de útiles hechos en madera, pero que no se han conservado. El estudio pone de manifiesto la importancia de los yacimientos al aire libre durante el Paleolítico medio y cómo estos han pasado desapercibidos en la investigación. En este sentido, según los investigadores, "Los Aljezares ha aportado claves relevantes para entender mejor la ecología, adaptación y dinámica de los estilos de vida de los neandertales que habitaron en la península ibérica".

Corredor natural que conecta las áreas costeras e interiores inferidas para el Pleistoceno tardío. Se muestra la línea costera para MIS 5e (sensu Murray-Wallace and Woodroffe, 2014). La estrella roja indica la ubicación del sitio arqueológico Los Aljezares. [La figura en color se puede ver en wileyonlinelibrary.com].

Así, han destacado que existe muy poca información con la que explicar qué ocurría fuera de las cuevas, tanto desde un punto de vista del comportamiento humano como de los patrones de asentamiento y que este estudio pone de manifiesto la importancia de los yacimientos al aire libre durante el Paleolítico medio.

En los próximos meses, con la ayuda y colaboración de la asociación 'Cinco Ojos-Observatorio de Patrimonio' y el Ayuntamiento de Aspe, los trabajos de campo se retomarán con el objetivo de ampliar la información disponible.

Fuente: web.ua.es | 13 de abril de 2022

Huesos humanos fueron utilizados para hacer adornos en el noreste de Europa durante el periodo Mesolítico

Tumba 69, de un hombre adulto, en la isla de Yuzhniy Oleniy Ostrov. Se encontraron colgantes de huesos humanos y animales junto con un colgante de diente de alce en los fémures. Lo más probable es que juntos formaran un adorno en el dobladillo de una prenda o una especie de sonajero. Crédito: Dibujo: Tom Björklund.

No todos los colgantes prehistóricos están hechos de huesos de animales, algunos son humanos. De hecho, un grupo de arqueólogos de la Universidad de Helsinki ha descubierto un par de colgantes de 8.200 años de antigüedad al noroeste de Rusia, realizados con trozos de fémur, dientes y otras partes óseas humanas.

Sin duda, un descubrimiento inesperado para la comunidad científica, pues esos colgantes fueron hallados hace más de un siglo en una fosa común, y ninguno de los equipos de investigación de la época había determinado hasta ahora que se tratara de huesos humanos, según un estudio publicado en Science Direct.

Se colocaron un total de 90 dientes de alce junto a las caderas y muslos del cuerpo de una mujer en la tumba 127 del cementerio de Yuzhniy Oleniy Ostrov , posiblemente atados a una prenda que se asemeja a un delantal. También había colgantes de dientes de alce en la cintura. Además, el cadáver fue rociado con ocre rojo.

Collares, sonajeros y adornos de huesos humano

Para dar con la procedencia de estas piezas, el equipo de la Universidad de Helsinki analizó algunos de estos adornos con un método de investigación bastante novedoso: el análisis de colágeno óseo. Esta técnica permite diferenciar especies animales a partir de las proteínas orgánicas contenidas en sus pequeñas células.

De este modo determinaron que, de los 37 colgantes elaborados con fragmentos de hueso, 12 resultaron ser humanos.

Esa docena de colgantes procedían de tres tumbas diferentes: dos con hombres adultos solteros, y una de un hombre adulto enterrado con un niño. Todos ellos, encontrados en un cementerio en la isla de Yuzhniy Oleniy Ostrov, en el lago Onega, en la región de Carelia, en Rusia, en el que se enterraron a más de 177 personas en el 6200 a.C., durante el periodo Mesolítico.

Los habitantes de esa zona eran, en su mayoría, cazadores, pescadores y recolectores que vivían del comercio marítimo. Con lo cual los colgantes de huesos humanos no eran un accesorio exótico durante el Mesolítico. Por el contrario, eran bastante comunes, pues hasta los bebés sepultados tenían sonajeros con huesos humanos en su interior.

“Mientras que algunos fueron enterrados sin adornos, otros fueron encontrados con muchos colgantes de dientes y huesos. Algunos estaban cosidos en los abrigos”, dice Kristiina Mannermaa (izquierda), arqueóloga de la Universidad de Helsinki

Los huesos humanos y los animales no eran considerados tan diferentes en la Edad de Piedra

Esta circunstancia dispar (unos cadáveres sin huesos de adorno y otros con ellos) desconcertó a los investigadores en un principio. Después de todo, los huesos humanos no parecían ser tratados de manera diferente a otros materiales o animales.

Su tamaño y forma, una vez pulidos, eran similares a los dientes de los animales. Además, fueron tallados con muescas en sus extremos, para poder enrollar una cuerda o un trozo de tela. Por lo tanto, los arqueólogos creen que pudieron ser un reemplazo para los dientes de animales que se habían desprendido de la ropa. “Da la impresión de que, cuando un humano o un animal moría, no veían tanta diferencia en el cuerpo y las partes”, explica Kristiina Mannermaa.

Sin embargo, esto no significa necesariamente que los habitantes rusos del periodo Mesolítico crearan colgantes así solo porque no le veían valor a los huesos humanos. Puede que, en su cultura, estas piezas tuvieran un significado tan importante como el de los huesos animales en la Prehistoria.

Dos colgantes hechos del mismo fémur humano. Foto: Anna Malyutina/ Museo Pedro el Grande de Antropología y Etnografía. Crédito: Kunstkamera.

¿Un colgante único en Rusia?

Quizás nos parezca increíble pensar en colgantes hechos con huesos humanos, pero esta práctica no solo se conoce en lo que ahora es Rusia. En Asia y América del Sur también se han encontrado adornos realizados con partes humanas que se usaban como señal de respeto o apego. Razón por la cual los huesos se trataban con sumo cuidado, al tiempo que se almacenaban después de su uso.

“Usar huesos de animales y humanos juntos en el mismo adorno o vestimenta puede haber simbolizado la capacidad de los humanos para transformarse en animales en sus mentes. Sabemos que tal confusión de formas y fronteras ha sido y sigue siendo parte de la cosmovisión de los pueblos indígenas”, señala Kristiina Mannermaa.

Aunque también se han encontrado restos humanos asociados al canibalismo en la Europa de la Edad de Piedra, principalmente fueron utilizados con fines rituales, como es el caso de los collares de dientes de hace 6000 a.C., que hallaron en un lugar llamado Vedbaek Henriksholm Bøgebakken, en Dinamarca. Sin embargo, en el caso que nos ocupa, el desgaste de las piezas no permitió al equipo encontrar marcas y hendiduras que estas prácticas suelen dejar en los huesos. "Ello quiere decir que no tenemos motivo para sospechar de prácticas de canibalismo en base a los descubrimientos llevados a cabo en Yuzhniy Oleniy Ostrov”, precisa Mannermaa.

Collares de dientes de hace 6000 a.C., encontrados en un lugar llamado Vedbaek Henriksholm Bøgebakken, en Dinamarca.

Entonces, ¿cuál era el significado de estos colgantes rusos? No lo sabemos.

La escasez de pruebas ha hecho muy difícil determinar si estas piezas se crearon como un rito de apego o de canibalismo. Es por eso que los arqueólogos se han propuesto ahora determinar la identidad de los huesos. Si la persona de la que provino la pieza estaba relacionada con las personas que fueron enterradas, entonces puede que estos colgantes de huesos sean solo una demostración de afecto que los seres humanos hemos dejado atrás.

Fuente: tekcrispy.com | helsinki.fi | 11 de julio de 2022