Hacer este mapa fue una gozada. Elegí seguir el Itinerario Antonino muy estrictamente, lo que significaba que tenía que lidiar con muchas líneas paralelas. Esto me obligó a salir de mi zona de confort con un nuevo diseño, pero creo que al resultado se ve bien.
"Número de línea" se corresponde con el número del Itinerario de Antonino. Los siguientes números de línea no coinciden con dicho itinerario: IX, XIII, XV y cualquier número superior a XXXIV. La razón de esto es que un par de rutas del Itinerario de Antonino son ambiguas y no era fácil colocarlas en el mapa, al tiempo que faltaban algunas rutas importantes para las cuales hay evidencias arqueológicas. Excluí esas rutas "rotas" e incluí las que faltaban importantes asignándoles números.
Una vez más, Pelagios y Stanford Orbis fueron de gran ayuda. Muchísimas gracias a Pau De Soto por proporcionarme datos informáticos sobre el Itinerario de Antonino en Hispania y Lusitania, los cuales me ayudaron a elaborar el mapa.
Fuente: sashat.me | Sasha Trubetskoy | 21 de noviembre de 2018
Recreación del rinoceronte del Pleistoceno Stephanorhinus etruscus. Fuente: ANANCUS
Hace un par de décadas empezamos a conocer resultados revolucionarios sobre la posibilidad de obtener ADN de restos fósiles. Así comenzó una carrera por obtener restos del genoma de fósiles humanos que llegaban hasta los 50.000 años de antigüedad. Los métodos de extracción y obtención de material genético mejoraron y pronto tuvimos noticias de datos muy fiables de la extracción de ADN mitocondrial y nuclear en ciertos fósiles de la especie Homo neanderthalensis. La paleogenética se empeñó entonces en reconstruir el genoma de los neandertales. Se decía hace unos años que el límite de resistencia del material genético no superaba los 100.000 años. Las previsiones se equivocaron. En 2013 y 2014 se dio a conocer la identificación de ADN mitocondrial y nuclear obtenido de los fósiles humanos de la Sima de los Huesos de la sierra de Atapuerca. Así que la conservación dependía de las condiciones del yacimiento y no tanto del tiempo transcurrido. Los yacimientos de zonas tropicales eran demasiado calurosas y húmedas como para conservar el ADN durante mucho tiempo, mientras que el frío o ciertas condiciones de los yacimientos de zonas templadas podían preservar el material genético durante varios cientos de miles de años. Se conoció también el ADN de los denisovanos y pronto supimos que habíamos hibridado con los neandertales, dejando descendencia fértil.
Mientras, en la soledad de sus laboratorios otros científicos se enfrentaban a nuevos retos ¿Qué podían decirnos los fósiles sobre las proteínas? El ADN contiene el código que permite fabricar proteínas, por lo que la identificación de estas moléculas también podría darnos información sobre las relaciones filogenéticas entre las poblaciones/especies cuyos fósiles estudiamos. La obtención de colágeno en fósiles del Jurásico y del Cretácico ofreció un rayo de esperanza. Pero estos resultados simplemente nos informaron sobre la posibilidad de que las proteínas se conservaran durante millones de años, que no era poco. Las inferencias filogenéticas no llegaron muy lejos. Pero la protéomica ya estaba dando sus primeros pasos.
En un estudio recién publicado en la revista bioRxiv, liderado por Enrico Capellini (izquierda, Centre for GeoGenetics, Universidad de Copenhagen, Dinamarca) se ofrecen por primera vez datos sobre proteínas recuperadas de dientes de mamíferos. BioRxiv no está incluida en el ranking de las revistas científicas llamadas “de impacto”, que computan para evaluar a los científicos. La revista (y los científicos que publican en ella) quiere dar a conocer resultados importantes, que potencialmente pueden cambiar el paradigma actual, preservando la autoría del método. Mi impresión es que Enrico Capellini ha querido mostrarnos su método y que en trabajos posteriores ofrecerá resultados impactantes. De momento, Capellini nos ha contado como han obtenido proteínas del esmalte de dientes fósiles, como la amelogenina, la enamelina, la amelotina y la ameloblastina, así como enzimas específicas segregadas durante la formación del esmalte, como la metalloproteinasa.
Los dientes que han servido de referencia pertenecen nada menos que al yacimiento de Dmanisi (República de Georgia), donde se encuentran los restos humanos más antiguos de Eurasia, con una antigüedad bien demostrada de entre 1,85 y 1,76 millones de años. Los dientes son de la especie de rinoceronte encontrada en Dmanisi, posiblemente perteneciente a la especie ya extinguida Stephanorhinus etruscus. Y la identificación de las proteínas mencionadas ha permitido por primera vez llevar a cabo estimaciones sobre las relaciones filogenéticas de la especie de rinoceronte encontrado en Dmanisi. Quizá, el dato sobre los rinocerontes es lo que menos nos importa a quienes nos dedicamos al estudio de la evolución humana. Pero lo que tenemos por seguro es que la paleontología molecular esté dando un nuevo paso de gigante.
Fuente: quo.es | 22 de noviembre de 2018
Trabajo minucioso de excavación de los restos fósiles de los caballos. Autor: Proyecto “Construyendo Tartesos”.
El equipo ganador desvelará aspectos de futuro acerca del proyecto y de los restos descubiertos que datan de hace 2.500 años en el yacimiento de Turuñuelo
En muchas ocasiones una investigación científica puede tener mucho de detectivesca, de experto en medicina o de técnicas forenses, entre muchas otras disciplinas, pues desentrañar lo que hay detrás de un fósil, interpretar toda la información que contiene, la mayoría de veces no es nada fácil. Es lo que le ocurre al equipo ganador del I Premio Nacional de Arqueología y Paleontología Fundación Palarq, con el proyecto “Construyendo Tartesos” ante los restos fósiles de 53 caballos, 4 vacas, 3 cerdos y 1 perro de unos 2.500 años de antigüedad hallados en el yacimiento de Turuñuelo (Guareña, Badajoz).
Durante el acto de entrega del galardón, a cargo del Director General de Bellas Artes, D. Román Fernández-Baca, que tendrá lugar el lunes 26 de noviembre, a las 18.30 h, en el Museo Nacional de Arqueología (MAN), en Madrid, se darán algunas pistas sobre las hipótesis que barajan los investigadores y como procederán. ¿Te lo perderás?
El Dr. Sebastián Celestino Pérez, arqueólogo e investigador científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y director del Instituto de Arqueología (CSIC-Junta de Extremadura), como investigador principal del Proyecto “Construyendo Tartesos” y codirector del mismo junto con la Dra. Esther Rodríguez González, contratada Postdoctoral Juan de la Cierva, también en el CSIC, asegura que el equipo, una treintena de personas de centros de España y también del extranjero, ha acogido el Premio con una gran ilusión, “porque es un reconocimiento al esfuerzo de todos. Además, el dinero (80.000 euros) nos permitirá llevar a cabo algunas acciones que de momento no podíamos realizar”.
Entre estos proyectos de futuro, el Prof. Celestino Pérez avanza que una parte del Premio se dedicará a las analíticas de los restos fósiles mencionados, que suponen el primer gran sacrificio de animales documentado en el Mediterráneo. “Es evidente que están depositados en el Turuñuelo siguiendo un ritual, pues están colocados de manera teatralizada, pero ignoramos las causas de su muerte. No sabemos si fue por enfermedad, una peste quizás, o bien como consecuencia de algún cambio climático, por poner un ejemplo”. Los análisis, que son muy costosos y a veces se ejecutan fuera de España, permitirán averiguar, por ejemplo, si fueron envenenados o cómo fueron sacrificados.
Esta será una de las aplicaciones del Premio, pero también permitirá organizar nuevas campañas de excavación. El Dr. Celestino Pérez, asegura que lo más asombroso es que desde que el equipo ha sido proclamado ganador, “hay otros grupos de investigación que se ofrecen para participar en el proyecto ya sea trabajando en el mismo o aportando recursos científicos”.
Y añade: “En Extremadura se ha recibido el premio con una enorme satisfacción, sobre todo por parte de los agentes que han ayudado a su investigación desde el principio, especialmente la Diputación de Badajoz, que lleva dos años subvencionando las excavaciones, o la Secretaría General de Ciencia de la Junta de Extremadura que con su apoyo nos ha permitido realizar las primeras analíticas o ha conseguido que se apruebe recientemente la cobertura del yacimiento para facilitar nuestro trabajo”.
Otro aspecto muy importante es que el Premio supone un empujón para optar a otras ayudas nacionales y europeas. “Y entre quienes investigan sobre el caballo en nuestra península, hay un gran entusiasmo, porque ahora podremos saber más sobre el origen y evolución de este animal”, apunta el mismo Profesor.
La asistencia a la entrega del premio es libre, pero el aforo es limitado y es necesario confirmación previa por teléfono al 93 240 29 87 o a través del mail premio@fundacionpalarq.com
Fuente: Fundación Palarq | 21 de noviembre de 2018
El profesor asociado Bo Li y su colega Xue Rui del Centro de Ciencias Arqueológicas de la Universidad de Wollongong. Crédito: Paul Jones
Asia ha sido a menudo un continente olvidado en la búsqueda de los orígenes de la humanidad. Y sin embargo los fósiles demuestran que una importante variedad de homínidos vagaron por Siberia, China e India hace cientos de miles de años. Este lunes un estudio realizado por un equipo internacional describe el hallazgo de herramientas de piedra tallada en el sur de China de hace entre 80.000 y 170.000 años. Sus resultados se acaban de publicar en la edición online de Nature y sugieren que la adopción de técnicas avanzadas de fabricación no llegó desde Occidente, como se pensaba, sino que fueron las poblaciones locales las que desarrollaron su propia cultura.
Los objetos de piedra, hallados en la cueva de Guanyindong, fueron fabricados mediante el método Levallois, llamado así por la localidad francesa donde se encontraron los primeros ejemplos. Implica una técnica más sofisticada que la talla de piedra primitiva y sigue una serie de pasos muy precisos. El resultado son piezas más eficientes y duraderas, indispensables para la supervivencia de una sociedad de cazadores y recolectores. Los investigadores destacan en particular los núcleos líticos hallados en el yacimiento, a los que se han referido como "navajas suizas de la antigüedad", utilizadas para cortar, raspar o cavar, modelados con una superficie lascada muy distintiva.
Hasta ahora se había asumido que este grado de desarrollo tecnológico no pudo haber llegado a Oriente hasta hace 30.000 o 40.000 años, pero los nuevos hallazgos retrasan el reloj y apuntan a que los primitivos habitantes de Asia desarrollaron la misma técnica que sus contemporáneos africanos de forma independiente. El pasado mes de febrero otro artículo publicado en Nature, revelaba uno los primeros ejemplos de esta tecnología, fechado hace entre172.000 y 385.000 años, en Attirampakkam, en el sureste de la India. En 2017 el yacimiento de Jebel Irhoud, en el norte de Marruecos, arrojó herramientas que databan al menos de hace 300.000 años y otros estudios ubican ejemplos de Levallois de ese mismo periodo en regiones del sur del Cáucaso.
El mapa muestra dónde se han encontrado artefactos Levallois. Los más antiguos, que datan de hace 337.000 años, se han hallado en Europa y África. La estrella roja en el mapa marca el sitio de la cueva de Guanyindong, donde la nueva investigación llevada a cabo muestra que esta tecnología se usó hace entre 80.000 a 170.000 años en Asia, mucho antes de lo que se pensaba. Crédito: Marwick et al.
"La aparición de la técnica Levallois representa un gran aumento en la complejidad tecnológica; hay muchos pasos que tienen que seguirse para obtener el producto final, en comparación con tecnologías anteriores", explica Ben Marwick (izquierda), profesor asociado de antropología de la Universidad de Washington y uno de los autores del texto. "Nuestra teoría es que se trata de una evolución convergente: cuando un mismo método aparece en poblaciones geográficamente distantes, probablemente sea porque es la forma más simple y eficiente de hacer algo".
Tras las huellas de los primeros asiáticos
La historia de la evolución de Asia está resultando más variada y compleja de lo que se pensaba. Sin embargo los detalles siguen abiertos a debate, ya que las pruebas materiales son más escasas que en África y Europa. En los alrededores de la cueva de Guanyindong, por ejemplo, no se han encontrado fósiles humanos. "Tenemos los útiles pero no hay ningún resto asociado, así que es difícil inferir quiénes fueron los talladores", explica María Martinón-Torres (derecha), directora del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (CENIEH). "Aunque no sean abundantes, hay pruebas de que el Homo sapiens estaba presente en el sur de China hace 80.000 o 100.000 años, así que podrían haber sido ellos los que hubieran portado estas herramientas. La otra alternativa es que los autores sean homínidos diferentes".
Se sabe que en la época en que se fabricaron las herramientas los denisovanos -especie de homínido emparentado con los neandertales- había alcanzado el este de Asia. "A parte del Homo erectus, a finales del Pleistoceno Medio había en Asia otra población que no encajaba ni como Homo sapiens ni como Homo neanderthalensis, que quizá puedan ser los denisovanos", señala la directora del CENIEH. "Tampoco descartaría que pudieran ser ellos los artífices de estas herramientas". Diferentes fósiles difíciles de catalogar han sido halladas en China, con una mezcla de rasgos neandertales y denisovanos. De hecho una teoría reciente afirma que la hibridación de denisovanos y otras especies podría haber dado lugar a subespecies del género Homo que habrían poblado Asia, como el hombre de Maba o los llamados Hombres de la cueva de los ciervos.
Selección de núcleos Levallois: a, d, f, núcelos Levallois recurrentes; b, c, e, núcleos Levallois preferentes.
Selección de herramientas y lascas Levallois: g, k, n, lascas Levallois; l, lasca Levallois con borde; m, herramientas hechas con piezas en bruto Levallois; o, p, puntas seudo-Levallois.
Evolución lineal
En cualquier caso, las herramientas de piedra demuestran una evolución lineal. Los humanos que vivían Guanyindong desarrollaron una forma de fabricación que los expertos llaman modo 3, intermedia entre la tecnología de hachas de mano (modo 2) y anteriores al desarrollo de hojas afiladas (modo 4). Hasta ahora, la ausencia de tecnología de modo 3 había llevado a los arqueólogos a especular que el llamado modo 4 sólo podría haber llegado a China traído por una migración desde Occidente, pero los nuevos hallazgos aportan otra posibilidad. "El descubrimiento sugiere que esta estrategia de fabricación pudo haber sido creada localmente sin ayuda de otras poblaciones, o provenir de una transmisión cultural mucho más temprana de lo que se creía", sostiene Marwick.
Los artefactos examinados para este estudio fueron excavados por primera vez en Guanyindong, en la provincia de Guizhou, en las décadas de 1960 y 1970. Más de 2.200 piezas entre los que sólo 45 (cuatro herramientas, 11 núcleos líticos y 30 láminas) corresponden a la técnica Levallois. Los más antiguos se estimaron en más de 130.000 años. Los análisis también permitieron identificar el entorno en el que se utilizaron estas herramientas arcaicas: un bosque abierto en un paisaje rocoso, dentro de "un área de bosque aluvial muy reducida en comparación con el paisaje actual", según señalan los autores.
El sitio de la cueva de Guanyindong en el suroeste de China. Crédito: Jia-Fu Zhang
Investigaciones anteriores que habían utilizado datación uranio-torio no pudieron establecer su antigüedad con suficiente precisión. Los autores explican que las técnicas anteriores se centraban en fósiles encontrados lejos de los artefactos de piedra y no en los mismos artefactos. Ahora se han podido analizar los sedimentos que los rodean, aportando una idea más precisa sobre su creación y su uso. Para conseguirlo los miembros del equipo -procedentes de universidades de China, Estados Unidos y Australia- ha utilizado la datación por termoluminiscencia (OSL), la cual mide el tiempo desde que los sedimentos que contienen artefact de noos fueron expuestos por última vez a la luz solar.
Lo que encontraron fue que las capas más profundas de la cueva, en las que se descubrieron las herramientas de Levallois, databan de hace unos 170.000 años, mientras que las de las capas superiores databan de hace aproximadamente 80.000 años.
"Este es un resultado muy emocionante, ya que desafía la teoría existente sobre la historia y la evolución de los seres humanos y la tecnología en el este de Asia", dijo el profesor Bo Li, de la Universidad de Wollongong.
"Hasta ahora, los arqueólogos pensaban que los humanos modernos solo llegaron allí hace 50.000 años y trajeron la tecnología con ellos, pero hemos encontrado algo mucho más antiguo, lo que sugiere un modelo diferente de dispersión humana y evolución tecnológica".
No obstante, la cuestión de si las técnicas de Levallois se inventaron de forma independiente en el este de Asia no se resolverá hasta que se descubran más evidencias arqueológicas, concluye el profesor Li.
Fuentes: elmundo.es | phys.org | 19 de noviembre de 2018
La teoría del origen amazigh del poblamiento de las Islas Canarias cada vez está más confirmada a tenor de las investigaciones multidisciplinarias que se están llevando a cabo y que sitúan al norte de África como lugar de procedencia de los antiguos habitantes del Archipiélago.
Así ha quedado de manifiesto en el desarrollo de las jornadas "Raíces que sobre el poblamiento indígena de Canarias" se han celebrado en el municipio canario de Tijarafe, en la isla de La Palma; y en el que han participado diferentes investigadores expertos en culturas indígenas, en Arqueología y Prehistoria, entre otras disciplinas.
El catedrático de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid, Víctor Fernández Martínez (izquierda), que ha desarrollado gran parte de sus investigaciones en África, expuso en estas jornadas ejemplos parecidos entre las sociedades de los pueblos del África oriental y meridional y la población indígena canaria.
Entre otras muchas similitudes, Fernández Martínez destacó por ejemplo las encontradas en los motivos de la decoración de la cerámica, así como en su formas, o incluso los grabados rupestres existentes en islas como La Palma y su parecido con las manifestaciones descubiertas en el Sahara y otro lugares, donde están asociados a ritos propiciatorios de lluvias.
“Hemos podido documentar que aún hoy en día en diferentes comunidades del norte de África se practican rituales para pedir lluvias y fueron plasmados en manifestaciones rupestres similares a las existentes en las Islas; eso refuerza la hipótesis de que en Canarias se hacían también para lo mismo”, señaló el catedrático.
José Farrujia de la Rosa (derecha), doctor en Historia y coordinador de estas jornadas, profundizó en las raíces del poblamiento amazigh de Canarias, del que dijo que no se produjo de forma masiva.
“Cuando hablamos de poblamiento de las Islas Canarias, no necesariamente tenemos que pensar en la llegada masiva de personas, está demostrado que con poco individuos se puede llegar a colonizar un entorno insular”, aclaró Farrujia.
“Hoy en día hay dos teorías acerca de cómo llegaron los primeros pobladores a las islas: por un lado están los investigadores que defienden que desconocían la navegación y que fueron traídos contra su voluntad; y de otra, los que aseguran que llegaron por sus propios medios cruzando desde las costas africanas en pequeñas embarcaciones”, explicó el investigador canario.
Según Farrujia de la Rosa, se han realizado investigaciones que demuestran que los amazigh podrían haber usado propias embarcaciones para llegar hasta las islas.
Así, Farrujia citó al profesor balear Víctor Guerrero Ayuso, quién tras realizar un estudio, “plantea que muchas de las embarcaciones que aparecen representadas en el ámbito rupestre de Canarias se corresponden tipológicamente con embarcaciones documentadas en el norte de África desarrolladas por las poblaciones indígenas de aquella zona”.
El doctor en Historia de la Univesidad de La Laguna explicó que la colonización de las islas se produjo en al menos dos oleadas y fue a principio de la era.
“Hay dataciones absolutas de radiocarbono que sitúan el poblamiento temprano a mediados del primer siglo antes de nuestra era, si bien parte de la comunidad científica plantea que el poblamiento pudo ser posterior a la era con la presencia de los romanos en el norte de África y las deportaciones de bereberes a las islas”, indicó.
No obstante, los trabajos desarrollados por el propio José Farrujia y colaboradores, en relación a las representaciones rupestres de escritura en islas como El Hierro o Gran Canaria, “dejan de manifiesto una cultura amazigh arcaica en las islas a partir del primer milenio, por lo que estas evidencias epigráficas nos permiten argumentar que las siete islas se poblaron antes de la presencia romana en el norte de África”.
Por otro lado, según el investigador “desde la época del emperador Augusto y de Juba II, llega la cultura amazigh romanizada y que está presente en las islas con posterioridad a las anteriores, dadas las inscripciones denominadas clásicas con la técnica de incisión y rayado que revelan un contexto de escritura latino-canario frente al líbico-bereber anterior al comienzo de la era”.
También expuso otros ejemplos que argumentan esta segunda oleada de poblamiento como son los materiales cerámicos encontrados en yacimientos arqueológicos como los existentes en la isla de Lobos.
Otro de los factores en los que se asienta la teoría de la procedencia amazigh de los indígenas canarios son los análisis de ADN realizados a partir de muestras obtenidas de las momias canarias y su cruzamiento con el de los antiguos habitantes del norte de África.
Así, la doctora y experta en genética de la Universidad de La Laguna, Rosa Fregel (izquierda), expuso en su ponencia en estas jornadas los datos obtenidos de diversos estudios, algunos en proceso aún, realizados a partir del ADN mitocondrial y que sitúan a los antiguos canarios en el entorno biológico de las tribus amazigh.
“A partir de nuestros estudios de ADN hemos concluido sin género a dudas que el origen de los primeros pobladores canarios es norteafricano y que no todas las islas experimentaron la misma dinámica poblacional”, indicó Fregel, que no pudo anticipar a los asistentes más resultados concretos al encontrarse aún en estudio y análisis.
Además la científica en paleogenoma de la Universidad de La Laguna aseguró que ”la colonización de las islas ocurrió en más de una oleada, circunstancia que también queda manifiesta al analizar el ADN de las muestras de las momias canarias por islas en relación a la presencia de distintos haplogrupos genéticos, entre ellos el denominado U6b1 y su comparación con los análisis obtenidos a partir de muestras del norteafricano de hace 7.000 años”.
Por último, el arqueobotánico e investigador de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Jacob Morales (derecha), aseguró que el uso de semillas así como las técnicas de conservación llevadas a cabo por los indígenas canarios eran las mismas de las tribus norteafricanas.
Morales explicó que las investigaciones realizadas a partir de semillas de cereales encontradas en diferentes yacimientos arqueológicos de las islas vienen a determinar su origen en el Norte de África, que en el caso de la cebada aborigen es la misma que en la actualidad.
“El origen de estos cultivos están en el norte de África y quizás lo más interesante es que hay una continuidad, lo que convierte a la especie de la cebada en el único legado directo que han dejado los indígenas canarios y que pervive en la actualidad”, expuso el investigador canario. EFE
Fuente: lavanguardia.com| 19 de noviembre de 2018
Masunassi, el nombre de un rey mauretano tras la caída del imperio romano, está grabado con caracteres del alfabeto líbico-latino en la Montaña de Jaifa de la isla canaria de Fuerteventura MARÍA ANTONIA PERERA.
Masunassi, el nombre de un rey mauretano tras la caída del imperio romano, está grabado con caracteres del alfabeto líbico-latino en la Montaña de Jaifa de la isla canaria de Fuerteventura, según han descubierto los arqueólogos María Antonia Perera y José Juan Jiménez.
Ambos investigadores consideran que este hallazgo es "fundamental" para consolidar una investigación científica internacional de primer nivel.
Los dos han sido coautores de la ponencia Manifestaciones rupestres y estructuras arqueológicas de Montaña Jaifa (Fuerteventura), que se ha presentado como ponencia científica en el XXIII Coloquio de Historia Canario Americana celebrado en la Casa de Colón del Cabildo de Gran Canaria, como recogen las páginas-web de dicho Coloquio y de Museos de Tenerife.
Según explica a EFE José Juan Jiménez, que es el conservador del Museo Arqueológico de Tenerife, del estudio de la estación de grabados rupestres de Montaña Jaifa se han obtenido "dos grandes novedades", dos palabras grafiadas con el alfabeto líbico-latino.
En la primera de ellas se escribió MASUNASSI y a continuación IMNTN.
Estos vocablos tienen correspondencia con términos líbicos antiguos norteafricanos, pues Masuna es citado como un rey maure romanizado mientras imntn posee analogías en contextos cultuales de ese ámbito.
Masuna es citado como "rey de los maures y de los romanos" en una inscripción epigráfica datada en el año 508, localizada en un monumento mauretano del Reino de Altava (Argelia) que reproduce su nombre como reg. Masunae gent. Maur. et Romanor ( regis Masunae Maurorum et Romanorum), afirma José Juan Jiménez.
El arqueólogo señala que los ciudadanos romanos y las tribus maures constituyeron organizaciones políticas duales en el norte de África tras la caída de Roma en poder de los bárbaros.
Y añade que posiblemente es el mismo jefe maure Massonas que aparece referido en un texto del año 535, escrito en lengua griega por Procopio de Cesarea, instando a un general bizantino a atacar un lugar del sureste de Numidia.
"En cuanto a la inscripción 'imntn', por primera vez constatamos que se escribió una palabra con caracteres líbico-latinos pero siguiendo la práctica consonántica propia del alfabeto líbico-bereber, lo que resalta el panorama monolingüístico y bialfabético de los habitantes maxies de Fuerteventura y Lanzarote que estamos investigando", explica el arqueólogo.
Estos hallazgos arqueológicos escriturarios son "fundamentales para consolidar una investigación científica de alcance internacional de primer nivel», abunda el experto, que precisa que la utilización de estas expresiones alfabéticas líbico-latinas demuestra que el poblamiento de las islas más orientales del Archipiélago fue realizado por un mismo grupo tribal que quedó disociado tras su desembarco en cada una de ellas.
Esto también fue condicionado por el aislamiento y la insularidad durante más de mil años y subraya que en Fuerteventura se conocen actualmente 415 líneas alfabéticas rupestres, 381 líbico-latinas y 34 líbico-bereberes.
«Esta caracterización alfabética demuestra un origen líbico antiguo en contacto con alfabetos latinos difundidos en el norte de África como consecuencia de la romanización» señala el arqueólogo, pues los descubrimientos rupestres insulares confirman que manejaban dos alfabetos y empleaban una misma lengua líbica antigua de inicios de nuestra Era.
Para José Juan Jiménez, que también es doctor en Prehistoria por la Universidad de La Laguna, los caracteres alfabéticos líbico-latinos localizados se corresponden con palabras que denotan antropónimos, nombres de ascendientes, apelativos tribales y deidades astrales, cuya ejecución se promovió mediante rayados e incisiones.
Mientras en Fuerteventura hay una mayor frecuencia de esta escritura frente a la líbico-bereber, en Lanzarote ambas están más equilibradas, como ha demostrado María Antonia Perera, que también es doctora en Prehistoria por la misma Universidad.
Según el conservador del Museo Arqueológico, el estudio de yacimientos rupestres alfabéticos difunde la diversidad escrituraria de los majos o maxies que poblaron esas dos islas, y llama la atención sobre la trasliteración de palabras similares a vocablos e inscripciones norteafricanas de la Antigüedad.
Fuente: eldiario.es | 20 de noviembre de 2018