Todas las miradas están en el Arco Jano Augusto

Fue presentado oficialmente hace un mes y medio y copó titulares por todo el país. Hasta National Geographic contó que, en Mengíbar, en medio del mar de olivos, había sido descubierto el Jano Augusto, la puerta de entrada a la provincia romana de la Bética.

Sin duda, es una de las noticias de más alcance en Arqueología en años. Ya lo dijo el propio Manuel Molinos, director del Instituto Universitario de Arqueología Ibérica de la UJA: “Es el hallazgo más importante de las últimas décadas en la Hispania Romana”. Los investigadores liderados por Juan Pedro Bellón han conseguido ubicar el “kilómetro cero” de la Vía Augusta, la frontera entre la Bética y la Tarraconense, en Mengíbar. La trascendencia científica es indudable, como apuntó la vicerrectora María Dolores Rincón, pero el interés y repercusión en otros campos, como el turístico, no deberían ir a la zaga, pero... ¿Cómo se materializará? La clave, sin duda, pasa por los apoyos que consiga sumar el proyecto, contar con la financiación suficiente para que la investigación avance y sus resultados sean divulgados.

Y una vez que ya se ha contado a los cuatro vientos el hallazgo, el trabajo, a pie de campo, continúa. Queda mucha tarea por delante y las sorpresas bajo tierra siguen aflorando. Allí, el mejor foco es el sol de julio y bajo él, cuatro arqueólogos, Miguel Ángel Lechuga, Marcos Soto y María Isabel Moreno, además de Bellón, trabajan con los operarios en la excavación. Hace apenas unos días descubrían un podio, la base de otra edificación apenas a un par de metros de una de las bases del Arco Jano Augusto. Una arquitectura que, en principio, podría ser conmemorativa, una escultura o edificio de culto, aunque, como apuntan, todavía no pueden determinar con seguridad su funcionalidad.


Mientras que ellos toman notas y debaten, el goteo de visitantes a las excavaciones es constante. Desde unos vecinos de Mengíbar que llegan en bicicleta para ofrecerse como voluntarios en la excavación —apuestan por iniciativas para participar, apoyar, abaratar y hacer más “suyo” el hallazgo— a olivareros de las inmediaciones que preguntan por los posibles cambios de acceso y se brindan también a colaborar. No en vano, como les responde Bellón, si todo va bien, en unos días podrán contar de nuevo con el georadar para saber si pueden “hincar el diente” en nuevas zonas. No tienen certezas, dice, pero sí indicios.

Entre las visitas, está también el alcalde de Mengíbar, Juan Bravo, y una de sus concejales, Adela Alonso. Como ya resaltaron los investigadores en la presentación del hallazgo, su colaboración ha sido y sigue siendo vital. Ya anunció el responsable municipal la compra del olivar en el que se sitúa el arco, además de trámites como la solicitud de inclusión del sitio como BIC en el expediente incoado sobre el territorio de Iliturgi. Asimismo, el Gobierno local proporciona todos los medios a su alcance para que el trabajo prosiga, entre ellos, la mano de obra con los cuatro obreros que trabajan con los arqueólogos. Pero, además, el alcalde no deja de levantar el teléfono y de llamar a puertas. Necesita a grandes aliados en el proyecto. Sabe bien lo que tiene en el querido Camino de los Romanos de los mengibareños y no puede dejar correr el tiempo. De hecho, ya tiene en la agenda una reunión en la Diputación para la próxima semana y la mano tendida de una fundación privada.


A PIE DE OBRA. Juan Bravo y Juan Pedro Bellón, en el centro, con la concejal Adela Alonso, los arqueólogos Miguel Ángel Lechuga, Marcos Soto y María Isabel Moreno y los trabajadores, Pedro Torres Martínez, Luis Juárez del Moral, Ángel Andreu Zarco y Vicente Martos Jiménez.
Un aliento muy importante en este camino ha sido un especial gesto de la Asociación de Amigos de los Iberos de Jaén. El colectivo encabezado por Pilar Palazón se presentó en la excavación con 8.000 euros entre las manos para apoyar el trabajo de los arqueólogos. Emocionados lo cuentan todavía. Son ejemplo de voluntad y preocupación por apoyar la investigación y el patrimonio, una apuesta decidida y cómo llegan incluso antes que las administraciones.
Pero el tiempo corre para acercarse a la única fecha que hay, por el momento, en el horizonte: el 15 de julio. Hasta ahí, por ahora, como apunta Bellón, llegan los fondos para proseguir la excavación. A partir de ese día son dos las opciones, tal y como pone sobre la mesa. O siguen trabajando en unas condiciones dignas o habrá que tapar y esperar. En el segundo caso, entra otro factor en la ecuación, la incertidumbre.

Y mientras tanto, unos y otros miran para un lado y otro para tratar de visualizar cómo podría “verse” el Arco Jano Augusto algún día. A sus pies está la vía romana que les sirvió, en un primer momento, de guía. Han hecho una cata en el montículo de sedimentos y, como explica Miguel Ángel Lechuga, las muestras que han conseguido para la analítica les ofrecerán información de la estratificación, podrán fechar las diferentes capas y conseguir datos, como el tiempo que cada una estuvo expuesta al aire o cómo fueron reparadas. En el caso de que el proyecto siga, podrían sacarla a la luz para que “conduzca” a los visitantes hasta la base del Arco Jano Augusto. Imaginarlo ya sorprende. Sobre él, se lanzan muchas ideas, desde una reconstrucción parcial a una recreación idealizada. Sea la que sea, fijará todas las miradas —incluso podría ser visible desde la Autovía A-44— en la que es la puerta de entrada a la Bética, su kilómetro cero.

Fuente: diariojaen.es| 5 de julio de 2018

Sima de los Huesos: un caso abierto

Cráneo 17 de la Sima de los Huesos, con dos perforaciones de forma idéntica en el hueso frontal, posiblemente realizadas por otro individuo con un mismo objeto.

Durante años hemos debatido entre nosotros y con investigadores ajenos al proyecto Atapuerca diferentes hipótesis para explicar la excepcional acumulación de restos humanos del Pleistoceno Medio en el yacimiento de la Sima de los Huesos. El número de restos encontrados se acerca a la cifra de 7.000, que supone aproximadamente el 95% de todos los fósiles humanos de ese período (722.000 - 120.000 años) encontrados en Europa. Los 7.000 restos representan un mínimo de 28 individuos, presumiblemente contemporáneos, con una antigüedad de algo más de 400.000 años. En ese grupo parecen estar representados hombres y mujeres y quizá un niño/a de pocos años, reconocido/a por un único diente encontrado entre los sedimentos removidos por los aventureros que se atrevieron a descender hasta las profundidades de la Sima de los Huesos desde los inicios del siglo XX.

Aunque no es sencillo determinar con precisión la edad de muerte de aquellos humanos, es posible realizar una buena aproximación. El desarrollo de los dientes (nuestra herramienta principal) de aquella especie del Pleistoceno seguramente fue algo diferente al de Homo sapiens. Pero no tanto como para alejarnos de la verdadera edad de muerte de aquellos humanos. Dieciocho individuos fallecieron cuando tenían aproximadamente entre 11 y 20 años (65%). Otros seis individuos murieron cuando tenían entre 21 y 35 años (21%), mientras que tan solo tres de ellos/as podían haber superado esa edad. Es decir, la inmensa mayoría eran muy jóvenes cuando fallecieron y tanto ellos como ellas estaban en pleno período de reproducción.

La distribución de edades de muerte, que mostramos en una de las figuras, se puede clasificar en un perfil que los demógrafos denominan “muerte catastrófica”, frente al perfil de “muerte atricional”. Este último refiere la mortalidad normal de cualquier población humana, en la que la gran mayoría de los difuntos tienen edades avanzadas. Es la distribución de edades de muerte que podemos encontrarnos en el cementerio de cualquier localidad.

La hipótesis más probable para explicar la acumulación de los 28 cuerpos en la Sima de los Huesos propone que otros humanos habrían arrojado los cuerpos de los difuntos en la cavidad. Esta hipótesis tiene una serie de connotaciones importantes, pues reflejaría una cierta preocupación de los miembros de aquella especie por sus muertos. Pero, dejando a un lado esta y otras posibles hipótesis sobre la acumulación de cadáveres en la Sima de los Huesos, me quiero centrar en los datos empíricos. Hemos de reflexionar sobre la posible causa de un suceso con resultado de muerte catastrófica, seguramente casi simultánea de un grupo numeroso de jóvenes en plena época de reproducción ¿Una enfermedad generalizada?, ¿quizá una hambruna? Es posible, pero hay otras explicaciones que merecen más credibilidad.

El descubrimiento por parte de una compañera del proyecto (la Dra. Nohemi Sala) de que uno de los individuos fue golpeado dos veces en la cabeza con perforación del cráneo y posible resultado de muerte, señala con claridad un episodio de violencia. Se investiga si otros individuos pudieron correr la misma suerte, examinando los cráneos más o menos completos de la colección. Si puede demostrarse algún otro caso de muerte violenta ya no me cabría duda sobre las razones de ese perfil de muerte catastrófica. Los enfrentamientos entre aquellos grupos (las guerras del pasado) no debieron ser infrecuentes. Los recursos podían ser abundantes en algunos lugares, mientras que otros serían más pobres. La apetencia por el dominio de territorios estratégicos ha sido y es la norma de todas las especies de la genealogía humana. Lo que hoy no nos extraña (guerras por la posesión de tierras y recursos) seguramente ha ocurrido en todas las épocas de la prehistoria. Mi apuesta va por ese camino para la acumulación de cadáveres en la Sima de los Huesos. Las investigaciones en curso tienen la palabra.

Fuente: quo.es | 5 de julio de 2018

La Consejería de Cultura de Andalucía valora los efebos expoliados en Pedro Abad en 28,6 millones de euros

La Consejería de Cultura admite en un escrito de acusación del caso de los efebos romanos de bronce del siglo I hallados por unos hermanos que pretendieron venderlos en el mercado negro que una de estas estatuas de casi metro y medio de altura podría haber alcanzado en una subasta en Sotheby´s los 28, 6 millones de euros. En el escrito de la acusación contra los dos hermanos de Pedro Abad —al que ha tenido acceso ABC— por apropiarse indebidamente de estas estatuas e intentar venderlas en el mercado negro, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía recuerda que estas esculturas halladas en enero de 2012 son «de un valor histórico artístico excepcional, con posible valor de tasación de 5 o 6 millones de euros o más cada una de ellas». Y como ejemplo citan a este precio de remate de «una pieza similar en la casa de subastas Sotheby´s de 28,6 millones de euros».

En su escrito de acusación particular culpa a estos dos hermanos cordobeses de un presunto delito de apropiación indebida de un bien que integra el patrimonio histórico y otro delito de contrabando en grado de tentativa por intentar vender dos efebos romanos valorados en más de diez millones de euros tras hallarlos en una finca de Pedro Abad en enero de 2012.
La calificación de los hechos por parte de Cultura, similar a la de la Fiscalía, solicita para estos hermanos a penas de prisión de dos años y dos meses para cada uno y multa de 10 millones de euros por esconder en una finca de Pedro Abad estos dos efebos en bronce del siglo I —estatuas romanas de casi metro y medio de altura que servían de lucernaria en las grandes cenas del imperio— y comenzar las gestiones para venderlas en el mercado negro.

Unas estatuas del Alto Imperio

El hallazgo, que tuvo lugar en enero de 2012, por sí sólo ya constituye un hito en el estudio del Alto Imperio Romano. En el siglo XX sólo antes se habían encontrado dos de estas estatuas en Pompeya, una en el año 1900 y otra en el año 1950, y en distintos lugares.
El valor de las piezas puede superar los 6 millones de euros cada una, según los expertos. Estos datos los recoge el escrito de acusación en la declaración de apertura del juicio oral que se celebrará los días 20 y 21 de septiembre, del Juzgado de Instrucción número 2 de Montoro, al que ha tenido acceso ABC.

Los agentes de esta unidad especializada detectaron el expolio y recuperaron estas dos estatuas de bronce del Alto Imperio Romano dos meses después de haber sido escondidas en una finca de Pedro Abad. Las estatuas procedían del yacimiento cordobés de Alcurrucén, zona ocupada en su día por villas y necrópolis romanas. Éstas piezas son dos representaciones masculinas del siglo I d.C. que podrían formar parte del grupo escultórico de Castor y Polux, estaban siendo ocultadas por estos dos hermanos que pretendían venderlas en el mercado negro sacándolas de España y fue justo en el momento en que iban a salir hacia Italia cuando una unidad policial abortó la operación en Pedro Abad.

Fuente: abc.es | 4 de julio de 2018

El análisis del pie de «Selam», la niña australopiteco más antigua del mundo, muestra cómo se movía

La pequeña «Selam», en una recreación de National Geographic - Archivo

Hace más de 3 millones de años en África, la vida de la pequeña «Selam», de dos años y medio, debía de ser una mezcla de curiosidad y vitalidad infantil mezclada con una lucha sin descanso por la supervivencia. Conocida como la niña de Dikika, por el yacimiento etíope donde fue descubierta en 2002, su diminuto esqueleto ha desvelado a los científicos muchas incógnitas sobre la forma de vida de su especie, Australopithecus afarensis. Es la misma a la que pertenecía «Lucy», la madre veinteañera de no más de un metro de altura convertida en una de nuestras más famosas y emblemáticas antepasadas.
Foto: Esqueleto incompleto de 'Selam", la 'Australopithecus afarensis', descubierta en 2012 en Dikika, Etiopía.

Uno de los aspectos que más intrigan a los científicos sobre «Lucy» y «Selam» -aunque los más imaginativos puedan pensar en madre e hija, hay que aclarar que la segunda vivió unos 200.000 años antes- es su capacidad para caminar como el hombre moderno. Desde hace tiempo, los investigadores están convencidos de que los australopitecos eran bípedos y se desplazaban bien erguidos, incluidos los miembros más jóvenes. De igual manera, sospechan que esa nueva habilidad no impedía que aún pasaran tiempo en las ramas de los árboles, como los monos. El diminuto pie de «Selam» confirma, una vez más, que todavía no habían abandonado esa costumbre, especialmente las crías, que conservaban la capacidad de trepar con una agilidad simiesca.

«Este es el pie más completo de un niño antiguo jamás descubierto», afirma Jeremy DeSilva (izquierda), profesor de antropología en el Dartmouth College y autor principal del estudio publicado en Science Advances.

El pequeño pie, aproximadamente del tamaño de un pulgar humano, es parte del esqueleto casi completo de «Selam», encontrado por Zeresenay (Zeray) Alemseged (derecha), destacado palentólogo, profesor de biología y anatomía del organismo en la Universidad de Chicago y también autor principal del estudio. Aunque el esqueleto fue presentado en un estudio previo en 2006, muchos de sus elementos, incluido el pie parcial, estaban encerrados en sedimentos y solo han quedado expuestas después de intensos trabajos.

Al estudiar la anatomía notablemente preservada del pie fósil, el equipo se esforzó por reconstruir cómo habría sido la vida hace años para la pequeña. Los investigadores examinaron para qué usaría el pie, cómo se desarrolló y qué nos dice sobre la evolución humana. Aunque estos antiguos ancestros eran bastante buenos caminando sobre sus dos piernas, quizás todavía necesitasen de la vida en los árboles. «Caminar sobre dos piernas es un sello distintivo del ser humano. Pero caminar mal en un paisaje lleno de depredadores es una receta para la extinción», explica DeSilva.

Izquierda: Distintas vistas (medial, dorsal, lateral) del pie de 'Selam". Derecha: Vista dorsal del pie de 'Selam' en comparación con los restos fósiles de un pie de Australopithecus adulto.

Refugio en los árboles

A los dos años y medio, la niña de Dikika ya caminaba erguida, pero hay indicios en su pie fósil (conocido como DIK-1-1f) de que todavía pasaba tiempo en los árboles, agarrándose a su madre mientras buscaba comida. Por la estructura esquelética del pie, en concreto por cómo era la base del dedo gordo, los científicos deducen que los ejemplares más jóvenes probablemente pasaban más tiempo en los árboles que los adultos.

Foto: Omóplato derecho de Salam.

«Si vives en África hace 3 millones de años sin fuego, sin estructuras y sin ningún medio de defensa, es mejor subirse a un árbol cuando se pone el sol», apunta DeSilva. «Estos hallazgos son fundamentales para comprender la adaptación dietética y ecológica de esta especie y son consistentes con nuestra investigación previa sobre otras partes del esqueleto, especialmente el omóplato», señala Alemseged.

Foto: El pie de 'Selam' superpuesto sobre una huella de un niño pequeño

El investigador se refiere a un estudio previo publicado en 2012, en el que él mismo, con la ayuda de otros paleontólogos, analizó los finos omóplatos de la pequeña, también muy bien conservados a pesar de su fragilidad. El análisis reveló rasgos de escalador activo que también se encuentran en los monos modernos, pero no en los seres humanos. Caminaban, sí, pero trepar y balancearse en las ramas seguía siendo parte de su estrategia de supervivencia.
«Selam», de nariz chata, morro alargado y aspecto parecido al de un chimpancé, pasó su breve existencia en un paisaje con claros de hierba y algunos árboles, en el que también había un lago o un río. Se alimentaba de frutas y quizás algún pequeño animal, aunque estos antepasados aún no eran cazadores. La cría murió probablemente en una inundación o una riada, dejando unos restos que iluminan el camino de la evolución humana.

Fuentes: abc.es | haaretz.com | National Geographic | 4 de julio de 2018

La Policía Nacional recupera dos estatuas de bronce del Alto Imperio romano valoradas en seis millones de euros

Foto obtenida del vídeo

Agentes de la Policía Nacional han recuperado dos estatuas de bronce del Alto Imperio romano valoradas en unos seis millones de euros, según ha informado en un comunicado.
Las figuras han sido intervenidas en una finca del término municipal de Pedro Abad (Córdoba). Se trata de dos representaciones masculinas del siglo I d.C. que podrían formar parte del grupo escultórico de Castor y Polux. Las ocultaban dos hermanos que pretendían vender las piezas en el mercado negro por la mitad de su valor.
A finales del pasado mes de enero los investigadores tuvieron conocimiento de un importante expolio en un yacimiento arqueológico de Alcurrucén, zona ocupada en su día por villas y necrópolis. Las pesquisas posteriores permitieron a los agentes identificar a los mediadores y cómplices que pretendían vender las piezas, así como a los receptores de las mismas y localizar el lugar donde se ocultaban las dos estatuas.
Se trataba de una finca propiedad de dos hermanos, situada en la localidad cordobesa de Pedro Abad. Con la información obtenida el pasado día 21 de marzo se logró recuperar las piezas y evitar así su venta ilícita, además de proceder a la detención de uno de los hermanos e imputar a otras dos personas, el otro hermano y un mediador, todos ellos por un delito contra el patrimonio histórico y tentativa de contrabando de bienes históricos.

El estado de las piezas

Las piezas intervenidas son dos esculturas huecas de bronce que representan dos figuras masculinas totalmente desnudas, de 1.30 y 1.50 metros de altura, de unos30 kilogramos de peso y en muy buen estado de conservación.
Cuando fueron halladas, ambas estatuas presentaban amputaciones en brazos y piernas, una de ellas carecía de cabeza y parte del abdomen, y la otra no tenía órganos genitales. Gran parte de las piezas mutiladas han sido recuperadas.
Según un primer informe de arqueólogos de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba, las piezas proceden del Alto Imperio romano. Si se confirma que son piezas independientes podría tratarse de la representación de un Efebo, y en caso de formar parte de un conjunto, pertenecerían al grupo escultórico de Castor y Polux, con un valor de tasación de unos 6 millones de euros.
La operación ha sido desarrollada por agentes de la UDEV de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Jaén.

ABC

Hallada la cocina que dio de comer a mil trabajadores de la Pirámide de Micerinos

Mark Lehner, director de la excavación de Guiza, junto a su equipo de arqueólogos han descubierto en las proximidades de las famosas pirámides dos casas de dos funcionarios responsables de cocinar y dar de comer a los trabajadores que levantaban la pirámide de Micerinos, hace más de 4.500 años. Esta pirámide es la menor de las tres famosas construcciones. Las residencias se encontraron en el antiguo puerto de la ciudad.

En una de ellas, se mataba animales para alimentarles. La otra residencia albergaba al sacerdote, que formaba parte de una institución llamada "wadaat" explican los arqueólogos. El wadaat era una antigua institución egipcia cuyos sacerdotes podrían ser funcionarios de alto rango en el gobierno.



Esta casa está unida a una estructura que se usó para maltear, lo que sugiere que su ocupante además de ser funcionario y sacerdote se dedicaba a la supervisión de las semillas y la cocina de alimentos.
Las dos viviendas están ubicadas próximas a una serie de galerías, que acogían al ejército de Guiza, afirma Lehner. Estas galerías tenían la posibilidad de cobijar a más de 1.000 personas. Cualquier comida que se llevase a cabo cerca de las dos residencias probablemente estaba destinada a las personas que vivían en esas galerías. Calcula Claire Malleson, arqueobotánica de Ancient Egypt Research Associates, que la cantidad de trigo que requerían los 1.000 habitantes fue de unos 877,54 kilogramos al día.



Las dos casas se encontraban en lo que Lehner cree que fue "el puerto nacional de su tiempo", por donde recibían bienes y materiales procedentes de todo Egipto y Este del Mediterráneo. Los mismos arqueólogos encontraron en otras excavaciones otras residencias en el mismo lugar, incluida una residencia de 21 habitaciones utilizada por los escribas que trabajaban ahí.


El puerto se construyó para llevar a cabo la Gran Pirámide de Guiza, la del faraón Keops. Un libro de registro escrito por un inspector llamado Merer y que vivió durante el año 27 del reinado de Keops, hacía referencias a este lugar. Aunque este libro aún está en proceso de descifrado.

Fuente: Marina Inglés | El Español, 3 de julio de 2018
Fotos: Copyright 2016 by Ancient Egypt Research Associates

Descubren un pendiente romano de oro con una esmeralda en Uncastillo

El fragmento del pendiente de oro tiene tres centímetros de longitud | Javier Andreu

Las excavaciones arqueológicas en el yacimiento romano de Los Bañales, en Uncastillo, han sacado a la luz una pieza excepcional, un fragmento de un pendiente romano de oro, adornado con una esmeralda, que da fe de la pujanza económica que tuvo la ciudad.

«El pendiente, que está incompleto, apareció el jueves pasado en un recinto comercial que estamos excavando en un cruce de calles –relata el arqueólogo e historiador Javier Andreu, que dirige los trabajos junto a Juan José Bienes–. Lo encontramos en un nivel correspondiente al abandono de la ciudad, en la segunda mitad del siglo II después de Cristo. Pero, por el tamaño del fragmento encontrado, de 0,5 centímetros de longitud, por la sección y por los lóbulos que presenta, pensamos que puede fecharse entre finales del siglo I antes de Cristo y finales del I después de Cristo».

No es el primer hallazgo de estas características que se produce en Aragón. Los especialistas aún no han estudiado la pieza, a la que se le realizarán análisis en los próximos meses.

«Es un hallazgo pequeño en comparación con las inscripciones que hemos encontrado otros años –añade Andreu– pero es muy significativo. Vamos a analizar el oro para saber de dónde procede, porque Los Bañales tenían relaciones comerciales muy diversas. Puede ser del Noroeste español, donde Plinio decía que se producía oro de buena calidad; también puede provenir del otro lado de los Pirineos, donde los últimos estudios arqueológicos están descubriendo actividad de este tipo; o también de cualquier puerto del Mediterráneo». Además, hay que confirmar que la piedra verde de la pieza es, como parece, una esmeralda.

Las excavaciones en Los Bañales han entrado en la segunda semana del primer turno. Treinta y ocho estudiantes procedentes de 13 universidades están trabajando en el enclave. Provienen de Estados Unidos, Chile, Venezuela, Francia, Portugal y, lógicamente, España. La próxima semana empezará a trabajar en Los Bañales un nuevo grupo de estudiantes, aunque se reducirá a 15, varios de ellos procedentes también de otros países.


«Los trabajos se centran en tres áreas –asegura Andreu–: la calle este-oeste, un gran decumano que se está revelando como la calle romana mejor conservada junto a las de Celsa y Azaila; un frente comercial; y una calle en el eje norte-sur».

Es la décima campaña de excavaciones en el yacimiento, y se realizan gracias al impulso de la Fundación Uncastillo, la autorización de la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón y la ayuda de la comarca de Cinco Villas, de los ayuntamientos de Uncastillo, Layana, Biota y Sádaba, de la Fundación ACS, CBRE España y la Universidad de Navarra. Los trabajos concluirán el 22 de julio, día en que se celebrará la ya tradicional jornada de puertas abiertas. El año pasado, más de 1.000 personas asistieron a las actividades organizadas a lo largo de ese día.
Hace tan solo unas semanas, Los Bañales volvieron al ser noticia al reinterpretarse una pieza descubierta en 2013 como un altar dedicado a la Victoria.

Y, desde principios de este año, Los Bañales es el primer yacimiento de España que tiene una aplicación para teléfono móvil que facilita información y datos históricos al visitante o al aficionado a la arqueología. Se ha desarrollado gracias a la Fundación Española de Ciencia y Tecnología y la Universidad de Navarra. Incluye recreación gráfica de cada uno de los espacios y modelos virtuales de muchos de los materiales que han aparecido en la excavación del foro y que no pueden verse in situ.

La app contiene además información sobre la vida cotidiana, la religión y la epigrafía romanas.

Fuente: Mariano García, Zaragoza | Heraldo, 3 de julio de 2018