El primer terremoto de la península ibérica: arrasó en el siglo VIII a.C. una factoría comercial fenicia

Vista aérea del yacimiento del Cabezo Pequeño del Estaño. Universidad de Alicante

La lista del Instituto Geográfico Nacional sobre los terremotos más importantes en España arranca en el año 1084, con un seísmo que afectó a Orihuela (Alicante) y provocó el derrumbe de la mezquita de la localidad. Pero la arqueología siempre desvela episodios desconocidos. La ciudad romana de Baelo Claudia, en la costa de Tarifa (Cádiz), el puerto más importante de conexión entre Europa y África y sede de una boyante industria pesquera imperial, fue arrasada por un tsunami con olas de más de cinco metros a finales del siglo IV d.C. Otro violento maremoto, un suceso de "oleaje extremo", destruyó Sevilla más de una centuria antes.

No obstante, ninguno de estos es el terremoto más antiguo que afectó a un espacio urbano en la península ibérica y del que se tiene constancia. Ese hito le corresponde al Cabezo Pequeño del Estaño (Guardamar, Alicante), localizado al sur del amplio estuario que conforma la desembocadura del río Segura. Aunque actualmente se encuentra a dos kilómetros de la línea costera, en origen fue un asentamiento portuario, probablemente una factoría comercial, fundado a principios del siglo VIII a.C. por fenicios occidentales y en una zona no habitada previamente. Se trata de un importante yacimiento para estudiar la colonización fenicia y las etapas finales de la Edad del Bronce en el sureste peninsular.

Vista del lienzo occidental con las casamatas, el almacén y las calles (fase 1) y los derrumbes de la muralla y el taller metalúrgico.

El sitio fue descubierto en 1989, pero una serie de extracciones ilegales de tierras tras la instalación de una cantera arrasaron tres cuartas partes de su tamaño. En la década de los 90 se realizaron cuatro campañas arqueológicas y los trabajos de investigación se retomaron en 2013 por un equipo de la Universidad de Alicante. Se ha documentado un excepcional sistema defensivo protohistórico de patrón y métrica típicamente oriental —una imponente muralla de casamatas jalonada de bastiones— y estructuras domésticas y de naturaleza industrial como un almacén y lo que ha sido interpretado como un taller metalúrgico, con especial protagonismo de la plata.

Los muros defensivos fueron levantados con premura con cuñas y ripios, areniscas, calizas y mampostería. También se usaron cañas, posidonia y fango procedente de la marisma. Una estructura poco resistente para las embestidas de un terremoto. Y eso fue lo que ocurrió en el tercer cuarto del siglo VIII a.C. Los arqueólogos han identificado las paredes derruidas hacia el mismo lado y distintos estratos sellados con semillas de trigo, cebada y malas hierbas. Las dataciones con radiocarbono han confirmado que este evento sísmico que derrumbó parcialmente el poblado tuvo lugar hacia el año 740 a.C.

Muros excavados en el yacimiento fenicio de Guardamar. Universidad de Alicante.

Los investigadores explican en el artículo La ciudadela fenicia. Excavaciones arqueológicas en el Cabezo Pequeño del Estaño (Guardamar del Segura, Alicante), que fue un terremoto moderado que alcanzó una intensidad de VI-VIII según criterios de la Escala Macrosísmica ESI-07. Es decir, tuvo unos efectos entre dañinos y muy dañinos, pero multiplicado en su energía debido a la estructura calcarenítica del cerro y al tipo de aparejo constructivo empleado.

Tras el seísmo se levantaron taludes y contrafuertes para reparar en parte la muralla y fortalecer los alzados, al tiempo que se constata un retroceso urbano y poblacional. Los citados refuerzos, algunos apoyados en la cara externa del recinto, vinieron a debilitar la eficacia defensiva de los muros. "La capacidad defensiva y de almacenaje del yacimiento se vio mermada tras el movimiento sísmico, pero en cambio surgió con fuerza una intensa actividad metalúrgica, en el que se realizaron las primeras transformaciones del mineral hasta su refinado", detallan los arqueólogos.

Ánforas y 'pithoi' fenicios exhumados en el taller metalúrgico. Universidad de Alicante.

El terremoto y la sedimentación por aluvión de la zona navegable fueron probablemente las causas del abandono organizado y pacífico del yacimiento a mediados del siglo VII a.C. Este momento coincide con un intenso desarrollo urbano que tuvo en el asentamiento de mayor tamaño de La Fonteta, hoy bajo las dunas de Guardamar.

Esta zona de la costa alicantina destaca por su naturaleza sísmica. En un radio de ocho kilómetros cuadrados en torno al yacimiento fenicio se han catalogado 42 epicentros históricos, en los que se han contabilizado 1.341 temblores desde el año 1482. El terremoto de mayor magnitud se registró en marzo de 1829 y provocó la destrucción de Guardamar —se vinieron abajo 419 construcciones— y de otras tres localidades de la zona, además de 764 muertos. El epicentro de este seísmo se registró a 1,2 kms al suroeste de Cabezo Pequeño del Estaño.

En este enclave arqueológico, "un magnífico laboratorio de estudio de la empresa comercial fenicia", se han documentado cerámicas de barniz rojo, fundamentalmente platos, cuencos y jarritas y, sobre todo, la cerámica de almacenaje en sus dos tipos principales: las ánforas y los pithoi de cuatro asas geminadas con decoración pintada bícroma de bandas paralelas. Las excavaciones también han identificado una fase de época romana republicana, visible en superficie, situada en el punto más elevado del cerro.

Fuente: elespanol.com | 12 de septiembre de 2023

Seguimiento de la evolución cultural humana temprana a través del estudio de la utilización de distintos tipos de mineral de ocre

Distintos tipos de mineral de ocre.

Francesco d'Errico, de SapienCE, y su equipo internacional han publicado su análisis de la mayor colección conocida de ocre durante la Edad de Piedra Media, en el que revelan cómo evolucionó el uso del ocre durante un período de alrededor de 4.500 años. El nuevo estudio es esencial para comprender cómo surgieron y se diversificaron culturas complejas en la historia de la humanidad.

Publicado en Scientific Reports, el trabajo de investigación fue realizado por un equipo de expertos de Noruega, España y Francia. Juntos, analizaron la mayor colección conocida de fragmentos de pigmentos minerales rojos y amarillos, comúnmente llamados ocre, que datan de la Edad de Piedra Media (MSA, hace unos 40.000 años), los cuales se encontraron en la cueva Porc-Epic, Etiopía. Su estudio muestra que los grupos humanos que visitaban este sitio fueron modificando las técnicas utilizadas para producir pigmentos, adaptándose a los cambios culturales o ambientales que reducían el acceso a materiales de ocre de primera calidad.

Ubicación de la cueva de Porc-Epic, Etiopía, y vita de la entrada a la misma.

Rasgos culturales innovadores

Francesco d' Errico subraya que el nuevo estudio es fundamental para comprender el uso persistente, y en constante evolución, del uso del ocre hace 40.000 años en Etiopía.

“Los descubrimientos que documentan el surgimiento de la modernidad conductual en África han revelado que en este continente surgen rasgos culturales innovadores en diferentes momentos y en diferentes regiones. Sin embargo, son raros los sitios antiguos que alberguen colecciones arqueológicas lo suficientemente grandes como para rastrear con precisión cómo se adquirieron, procesaron y utilizaron estos minerales. La cueva Porc-Epic es, en este sentido, una notable excepción”, explica d'Errico (izquierda).

“Esta cueva presenta la mayor colección africana de ocre que data de la MSA en una región con pocos enclaves que brinden información sobre esta innovación conductual clave. Los hallazgos de Porc-Epic representan, por tanto, una oportunidad única para compararlos con otros registros africanos”, afirma d'Errico.

Adaptar la tecnología al cambio climático

El yacimiento de la cueva de Porc-Epic, Dire Dawa, Etiopía, que data de hace unos 40.000 años, representa uno de los pocos yacimientos paleolíticos que ha proporcionado un registro continuo y extenso del uso del ocre, lo cual abarca un período de al menos 4.500 años. Durante la excavación del lugar se encontraron más de 40 kg de ocre (4.213 piezas), 21 herramientas de procesamiento de ocre y dos artefactos teñidos de ocre.

Al analizar la composición química de las piezas de ocre encontradas en el sitio y del ocre natural de los alrededores de la cueva, y al estudiar las técnicas utilizadas para procesar estas rocas, los autores revelan cómo los habitantes de la cueva explotaban los recursos minerales.

"Los resultados muestran que pudieron predecir las propiedades de diferentes tipos de ocre disponibles en su entorno y adaptar gradualmente su tecnología a los cambios en la disponibilidad de tal materia prima", dice d'Errico.

Piezas de ocre procedentes de la cueva Porc-Epic.

Surgimiento y evolución de culturas complejas

El profesor d'Errico explica que se recolectaron y trajeron al lugar una amplia variedad de tipos de ocre para producir el mismo en polvo de diferentes texturas y tonalidades, probablemente adaptados a diferentes actividades simbólicas o funcionales. Sin embargo, la presencia ubicua de ocre rojo, rico en hematites, a lo largo de las ocupaciones del yacimiento, indica que los habitantes de Porc-Epic estaban específicamente interesados ​​en este particular color y mineral a la hora de recolectar piezas de ocre en el entorno o intercambiarlas con las poblaciones vecinas.

“El estudio del registro ocre de Porc-Epic indica que la producción de pigmento mineral estaba profundamente arraigada en las sociedades tardías del periodo MSA en África Oriental, pero también estuvo en constante evolución, durante un período esencial para nuestra comprensión del surgimiento y evolución de culturas complejas”, dice d'Errico.

Además, el análisis de residuos de ocre en un guijarro pintado, probablemente utilizado para producir puntos rojos en una superficie, identifica un tipo de ocre que se empleó específicamente con fines simbólicos.

Fuente: Universidad de Bergen | 12 de septiembre de 2023

La cueva de La Garma (Cantabria) desvela más hallazgos únicos: otros dos depósitos funerarios visigodos

Foto: Uno de los cráneos hallados en La Garma

El equipo de arqueólogos del yacimiento cántabro de La Garma ha encontrado dos nuevos depósitos funerarios de época visigoda que, junto a los hallados en la campaña de 2022, forman un conjunto único en la península ibérica. Lo usual en esta época era enterrar a los muertos junto a las iglesias y no en las profundidades de una cueva. Los restos humanos y los objetos y armas que se depositaron junto a ellos como ajuar pueden ser datados en torno al siglo VIII d.C., según los investigadores. En las dos últimas campañas han identificado huesos de una veintena de individuos.

Esqueletos visigodos hallados en la cueva de La Garma la pasada temporada de excavación. Pedro A. Saura.

Como han explicado este jueves el director del Museo de Arqueología y Prehistoria de Cantabria (Mupac), Roberto Ontañón (izquierda) y el catedrático de Prehistoria en la Universidad de Cantabria, Pablo Arias (derecha), los nuevos depósitos funerarios se encontraban en la galería basal de La Garma, un sitio excepcional con yacimientos arqueológicos que van desde el Paleolítico, hace unos 400.000 años, hasta el siglo XIII. Ambos son los codirectores del proyecto de investigación desde hace más de veinticinco años

La galería basal atraviesa el arroyo que ha formado la cueva y para llegar al conjunto funerario hay que hacer un recorrido de casi tres horas de duración, que implica bajar desde la entrada actual, situada 50 metros por encima, y descender unos 500 metros por el cauce del río, cuyas aguas llegan a anegar completamente la cavidad cuando hay crecida.

Broches y otros restos hallados en la nueva campaña de excavación de La Garma.

En el depósito más complejo, localizado por el arqueólogo Luis César Teira (izquierda) durante la exploración de esta galería en su tramo final, se han hallado los restos de cuatro individuos, que fueron depositados de forma simultánea en un estrecho nicho de tres metros de longitud. Entre los objetos que han aparecido junto a los restos destacan un broche de cinturón liriforme, una cadena de bronce, un hacha de combate y un cuchillo de hierro con restos de la vaina de cuero.

En otro sector de la galería, descubierto por Daniel Pérez García de los Salmones, se encontró otro depósito funerario con restos de una mujer adulta y un individuo juvenil, además de un broche de cinturón. Los arqueólogos han mostrado algunos de esos objetos y un cráneo casi completo y de color negro por la acción del óxido de manganeso, que también ha teñido las paredes de la cavidad.

Las condiciones de acceso a la zona investigada son muy complicadas. P. SAURA

"Las armas tenían un gran valor simbólico. Es probable que las personas enterradas, o al menos alguna de ellas, fueran individuos correspondientes a los estratos más altos de la sociedad, en los que la actividad guerrera tenía una gran importancia", explicaba Pablo Arias a este periódico el año pasado en relación a los otros enterramientos identificados.

Fotografía del momento de la extracción un acetre o pequeño caldero de bronce.

Gran misterio

Según Roberto Ontañón, los investigadores no tienen todavía una respuesta que explique el porqué de estos yacimientos funerarios, que se han encontrado también en otras cuevas de Cantabria, aunque llevan años "dándole vueltas". No es lo normal, es una época en la que los visigodos, que se habían extendido por toda la península ibérica, "convertidos a la fe verdadera", enterraban a sus muertos en cementerios al lado de las iglesias.

Una de esas necrópolis visigodas al uso, El Castillete, está en el sur de Cantabria y además de "tumbas canónicas" en ella se han hallado objetos como los que han aparecido en las profundidades de La Garma, una catacumba natural que poco tiene que ver con la liturgia cristiana. "¿Por qué los enterraron ahí? No lo sabemos. Incluso hay individuos que sabemos que correspondían a la élite de estos grupos sociales. No eran gente pobre o gente del común que no podía pagarse un entierro digno; al contrario", ha explicado Ontañón.

Restos óseos encontrados en La Garma. P. SAURA

Una de las arqueólogas trabajando en la recuperación de los huesos. P. SAURA

El destino definitivo de este conjunto funerario será un espacio específicamente dedicado a la arqueología de época visigoda en Cantabria, que constituirá una de las principales novedades de la exposición permanente del nuevo Mupac. El equipo de La Garma está trabajando además en esta campaña en excavaciones de la época paleolítica y de la Edad del Hierro y en un castro de la época romana.

La cueva de La Garma, reconocida con el II Premio Nacional de Arqueología y Paleontología de la Fundación Palarq, alberga una de las secuencias culturales más amplias y completas de toda Europa y sobresale por haber permitido a los investigadores estudiar suelos y estructuras del Paleolítico superior y documentar los rituales de los seres humanos que vivieron allí durante el último periodo glacial. El complejo kárstico cuenta con varias galerías. En la inferior se produjo hace 16.500 años un desprendimiento que selló un espacio de 800 metros cuadrados, generando una "cápsula del tiempo".

Acceso a la cueva de La Garma en Ribamontán al Monte. P. SAURA

La cavidad, que pasó de hábitat humano a espacio funerario, esconde uno de los mayores conjuntos de arte rupestre del mundo —sus más de 400 representaciones han sido declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO, entre las que destaca la inusual imagen de un ciervo gigante del Pleistoceno—, restos de cabañas de sus antiguos habitantes, una excepcional colección de objetos fabricados en huesos o plaquetas de piedra e incluso huellas de pies de niños neolíticos de entre 6 y 7 años. Una lista interminable de hallazgos que convierten al yacimiento en un unicum a nivel mundial.

Fuentes: elespanol.com | eldiario.es | 14 de septiembre de 2023

Un estudio desvela que la caza de ballenas grises comenzó en la Edad de Piedra

Restos fósiles de ballena en el Museo Marítimo de Asturias, en Luanco. / Universidad de Oviedo

Un estudio desvela que la caza de ballenas grises se remonta a la cultura Vlaardingen de los Países Bajos, en la Edad de Piedra tardía, entre los años 3500 y 2500 antes de Cristo, lo que podría representar una de las tradiciones balleneras más antiguas de Europa, según ha informado este miércoles la Universidad de Oviedo.

Este trabajo, publicado en la revista Royal Society Open Science y en el que participa la Universidad de Oviedo, sugiere que estas primeras actividades balleneras estaban muy extendidas y tuvieron un impacto significativo en las poblaciones de estos cetáceos hasta el punto de contribuir a la extinción de las especies franca atlántica y gris de las costas europeas.

Ubicaciones de los 719 probables especímenes de huesos de ballena analizados como parte de este estudio.

Esta investigación es el estudio arqueozoológico más completo realizado hasta la fecha en toda Europa, ya que hasta ahora se sabía que la caza de ballenas en este continente se realizó durante cientos de años, pero su captura preindustrial era poco conocida.

El trabajo ha permitido analizar 719 huesos de yacimientos arqueológicos de ballenas, algunas de ellas procedentes de Asturias, Cantabria y Galicia, realizadas por un grupo de arqueólogos, dirigido por Youri van den Hurk (izquierda) desde la Norwegian University of Science and Technology.

Carlos Nores Quesada, investigador del instituto Indurot de la Universidad de Oviedo y participante en el estudio, ha explicado que los arqueólogos descubrieron que muchos huesos pertenecían a dos especies de ballenas que ya no están presentes en aguas europeas.

Se cree que más de 300 restos de huesos proceden de la ballena franca del Atlántico Norte, que fue ampliamente capturada en aguas europeas y actualmente solo quedan entre 300 y 400 ejemplares en la costa norteamericana.

Foto: Los investigadores José Antonio Pis Millán y Carlos Nores Quesada, con una escápula de ballena procedente de Toranda (Llanes). Universidad de Oviedo.

La segunda especie que se encontró en grandes cantidades es la ballena gris, de la que se hallaron algo más de 100 huesos, que ahora está extinta en el Atlántico Norte y solo se puede encontrar en el Pacífico Norte.

Nores ha destacado que tanto la ballena franca del Atlántico Norte como la ballena gris son especies muy costeras, lo que las situó al alcance de los balleneros medievales como los españoles del Cantábrico, los normandos, los flamencos y los escandinavos.

Foto: Si bien es casi imposible saber si un fragmento de hueso proviene de una ballena que fue cazada en lugar de una que acabó varada en una playa, una cantidad desproporcionada de huesos de ballena franca y gris hallados en sitios arqueológicos sugiere que los antiguos europeos buscaron estas especies para capturarlas. Crédito: Youri van den Hurk et al., Royal Society Open Science 2023

El estudio también ha proporcionado información sobre la captura de ballenas en época romana y altomedieval, etapas en las que la documentación escrita disponible sobre su caza en Europa era casi inexistente.

Aunque el golfo de Vizcaya no parece haber constituido el hábitat óptimo para esta especie, puesto que la mayor parte de los restos aparecieron en las costas de Flandes y Países Bajos, el estudio identificó ejemplares de ballena gris localizados en San Cibrao (Lugo), Cudillero y Guéthary (Pirineos Atlánticos, Francia), que se suman al ya identificado hace algunos años en la Campa Torres (Gijón) y en la provincia de Cádiz (Bolonia y Algeciras). EFE

Madre ballena gris y su cría en su migración hacia el norte.

Fuentes: lavanguardia.com | agenciasinc.es | 13 de septiembre de 2023

Hallan un diente de más de 400.000 años, el más antiguo de Madrid, en Pinilla del Valle

El diente (molar) hallado. JAVIER TRUEBA

Cuando el 29 de agosto el geólogo Jesús Masa se despertó, se vistió, desayunó y puso rumbo a su trabajo, no sospechaba que ese día iba a cambiarle la vida. Como llevaba haciendo desde hacía dos semanas, al llegar a la localidad madrileña de Pinilla del Valle, fue directo al Valle de los Neandertales para trabajar en la campaña de excavaciones, que este año se ha puesto en marcha por vigésimo segundo año consecutivo.

Centrado en su tarea, estaba excavando en los niveles inferiores de la Cueva Des-Cubierta buscando fósiles del Pleistoceno Medio y, de repente, algo despertó su atención. Excavó un poco más y sacó de debajo de la tierra un diente. Sin dudarlo, se lo enseñó al doctorando en carnívoros, Israel Jiménez, y este a Enrique Baquedano (izquierda), uno de los promotores de la excavación, además de director del Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid y codirector del Instituto de la Evolución en África.

Una hora después, Baquedano confirmó sus sospechas, tras enviar una foto del fósil al catedrático en Paleontología, Juan Luis Arsuaga, también responsable de la campaña. Habían descubierto un diente humano de más de 400.000 años.

Dos restos dentales del género Homo neanderthalensis hallados en Pinilla del Valle (Madrid).

En aquel momento, y en aquel punto del yacimiento de la Cueva Des-Cubierta, se vivió una fiesta. "Fue una sorpresa. No nos lo esperábamos. El hallazgo nos llenó de alegría y, también, nos impresionó", dice Enrique Baquedano. Como uno de los responsables de la excavación, este hombre se emocionó, pero reconoce que aún más cuando vio a Jesús e Israel llorando. "Lo mejor para mí fue ver su enorme alegría. Para un paleontólogo o un arqueólogo, lo normal es no hallar fósiles humanos. Lo extraño es descubrirlos", comenta.

Un grupo de arqueólogos y paleontólogos trabajando en la Cueva Des-Cubierta, en la localidad madrileña de Pinilla del Valle.JAVIER TRUEBA.

Por ello, este acontecimiento no sólo es importante para los arqueólogos, geólogos, paleontólogos, restauradores y topógrafos que trabajan en la XXII edición de la campaña de excavaciones en el Valle de los Neandertales, lo es también para Madrid. "Este diente es el fósil humano más antiguo de nuestra comunidad. Es la presencia humana más antigua de la región. Con él sabemos que hace más de 400.000 años había homininos en el Valle del Lozoya. Tenemos yacimientos en el Manzanares, en Cerro de San Isidro y en Arganda. En ninguno se han encontrado fósiles humanos. Por dicha razón, esto es de enorme interés. No teníamos restos de humanos en estas cronologías", explica Baquedano.

La importancia de este hallazgo va más allá de los límites madrileños y es todo un suceso a nivel nacional. "Sólo hay restos más antiguos en Atapuerca y en Portugal, concretamente, en la Cueva de Aloreira, donde hay fragmento craneal de este periodo. También, en la Cueva Guadix Baza, en Granada. Allí, en el yacimiento paleontológico de Barranco León, se halló otro diente (derecha)", subraya el responsable de las excavaciones madrileñas.

Tanto él, como las otras dos personas que dirigen los trabajos, Juan Luis Arsuaga y Alfredo Pérez-González, catedrático jubilado en Geología, avisan de que este descubrimiento abre el camino a muchos más. "En los próximos años, se hallarán más restos de las actividades de estos homininos en esta zona", indican. "Sería una gran sorpresa, como ha sido esta. Y es que el Valle Alto del Lozoya fue un lugar en el que se concentraron grupos de hienas. Estos animales son consumidores y trituradores de huesos, por eso, lo que se encontrarían serían fragmentos", explica el director del Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid.

El consejero de Cultura en las excavaciones del Valle de los Neandertales (Foto: Comunidad de Madrid).

Hasta que suceda y en unos días, el fósil del diente humano descubierto se llevará al Museo Arqueológico y Paleontológico de Alcalá de Henares, donde se le realizará una limpieza. De allí, se trasladará al Instituto Carlos III para someterlo a un estudio dirigido por Arsuaga.

Además de en la zona más antigua de la Cueva Des-Cubierta, en la actual campaña de excavación del Valle de los Neandertales se está trabajando en otros tres yacimientos; Abrigo de Navalmaíllo, Cueva de la Buena Pinta y Cueva Chica. Todos fueron declarados Bien de Interés Cultural, en la categoría de Zona Arqueológica y Paleontológica, por la Dirección General de Patrimonio Histórico en el año 2004, "Este nombramiento es una manera de ponerlos en valor", señala el arqueólogo.

Vista aérea de los yacimientos y el valle del río Lozoya.

En el Abrigo de Navalmaíllo se están desarrollando trabajos para localizar objetos como herramientas líticas, restos óseos consumidos y de hogares, que permitirán reconstruir la actividad económica subsistencial. En la Cueva de la Buena Pinta se han retirado grandes costras estalagmíticas, con las que se ha logrado acceder a los rellenos del Pleistoceno Medio. En cuanto a los trabajos realizados en la Cueva Chica, han dado a conocer que los Homo sapiens tallaron herramientas líticas propias del Paleolítico Superior que culturalmente se corresponden con nuestra especie.

Las excavaciones finalizan el 15 de septiembre y están siendo financiadas por la Comunidad de Madrid. Asimismo, cuentan con la colaboración del Parque Nacional Sierra de Guadarrama, el Ayuntamiento de Pinilla del Valle, el Canal de Isabel II y la Fundación General de la Universidad de Alcalá.

Ver vídeo en este enlace.

Fuentes: elmundo.estelemadrid.es | 7 de septiembre de 2023

Hallan cerca Sicilia nuevos restos de la Batalla de las Islas Egadas (Primera Guerra Púnica)

Uno de los 'rostrum' (espolones de los barcos de guerra) hallado. Soprintendenza del Mare / SDSS: The Society for Documentation of Submerged Sites

Nuevos hallazgos arqueológicos se han llevado a cabo en el fondo marino de Levanzo (Trapani, Sicilia), lugar de la Batalla de las Islas Egadas

La campaña de investigación que se está desarrollando estos últimos días ha permitido recuperar dos rostrum de bronce denominadas "Egadi 26" y "Egadi 27". Fueron identificados en un fondo marino de aproximadamente 80 metros y recuperados con la ayuda del buque de investigación "Hércules" de la fundación estadounidense RPM Nautical Foundation, que a lo largo de los años ha permitido, gracias a los sofisticados instrumentos a bordo, identificar y recuperar numerosos hallazgos relacionados con esta importante batalla que tuvo lugar el 10 de marzo de 241 a.C. entre las flotas de Cartago y Roma durante la Primera Guerra Púnica.


En concreto, en esta última campaña, los buzos han recuperado 15 cascos del tipo Montefortino, 20 carrilleras (las protecciones para las mejillas y el rostro de los soldados que acompañan a los cascos), una espada, un centenar de monedas de bronce y, por primera vez en más de veinte años de investigación, 7 monedas de plata.

Todos los hallazgos han sido trasladados al primer laboratorio de intervención instalado en la antigua fábrica Florio de Favignana y ya están siendo examinados por los arqueólogos. Las actividades de investigación en el tramo de mar entre Levanzo y Favignana están a cargo de un equipo formado por la Superintendencia del Mar de la Región de Sicilia, la Fundación Náutica estadounidense RPM y la SDSS: Sociedad para la Documentación de Sitios Sumergidos.

Otro de los rostrum hallados | Soprintendenza del Mare / SDSS: The Society for Documentation of Submerged Sites.


«El fondo marino de las Islas Egadas se confirma una vez más como un precioso tesoro de información para comprender el enfrentamiento naval entre romanos y cartagineses. El descubrimiento de Sebastiano Tusa sigue recibiendo hoy confirmaciones cada vez más importantes, corroborando la intuición de este arqueólogo fallecido prematuramente en 2019 que permitió identificar el teatro de la batalla que estableció el dominio romano sobre el Mediterráneo", declara el consejero regional de patrimonio cultural, Francesco Paolo Scarpinato (izquierda).

Desde comienzos de la década de 2000, se han encontrado 26 rostra, unas mortíferas armas de destrucción que, aplicadas a la proa de los buques de guerra, permitían embestir y posteriormente hundir los barcos enemigos. En los últimos 20 años también se han identificado 30 cascos del tipo Montefortino, pertenecientes a soldados romanos, 2 espadas, algunas monedas y un número considerable de ánforas. La Batalla de las Egadas marcó el final de la Primera Guerra Púnica con el enfrentamiento entre las flotas cartaginesa y romana, al noroeste de la isla de Levanzo.


Algunas de las monedas halladas. Soprintendenza del Mare / SDSS: The Society for Documentation of Submerged Sites

Desde hace algunos años, las prospecciones puramente instrumentales realizadas en colaboración con el RPM Nautical Foundation van acompañadas de investigaciones con buzos de aguas profundas del SDSS, lo que ha permitido, gracias a la especialización en aguas profundas, la identificación y recuperación de importantes hallazgos arqueológicos.

Una de las carrilleras halladas. Soprintendenza del Mare / SDSS: The Society for Documentation of Submerged Sites

Resto de una espada. Soprintendenza del Mare / SDSS: The Society for Documentation of Submerged Sites.

Fuente: facebook.com | 23 de agosto de 2023

Una técnica centenaria revela animales '3D' ocultos en el arte rupestre de la Cueva de La Pasiega (Cantabria)

Después de tener en cuenta los contornos de la pared de la cueva, los investigadores utilizaron la técnica para revelar arte rupestre representando un caballo. Las dos imágenes inferiores se procesan con el software informático DStretch. (Crédito de la imagen: Imágenes preparadas por R. Asiain & P. ​​Saura; Antiquity Publications, Ltd.).

Mediante la utilización de un método centenario y poco convencional, un equipo de investigadores ha identificado figuras de animales ocultas en las paredes de una cueva en España. La técnica, llamada fotografía estereoscópica, se remonta a principios del siglo XIX, pero quizás sea más conocida por su uso en el View-Master, el visor anterior a la realidad virtual muy querido por generaciones de niños.

Las pinturas rupestres son un medio artístico muy conocido y antiguo en Europa, que se remonta al menos a unos 40.000 años. Aunque los arqueólogos han estudiado esta antigua forma de arte durante más de un siglo, normalmente se han centrado en las características bidimensionales de los diseños y, al registrar el arte, se han basado en bocetos, calcos y fotografías.

Recientemente, los métodos de grabación y visualización en 3D se han vuelto populares entre los arqueólogos. Estos métodos capturan más detalles del arte rupestre que los 2D, pero todavía se ven y estudian típicamente como imágenes 2D en la pantalla de una computadora, que no es como lo habrían visto los creadores del arte.

Un nuevo estudio, publicado el 17 de agosto en la revista Antiquity, cambia la forma en que los arqueólogos ven las pinturas rupestres, con fotografías estereoscópicas de las manifestaciones artísticas arte de la cueva de La Pasiega, en Cantabria, norte de España.

Raquel Asiain (izquierda), arqueóloga y fotógrafa de la Universidad Complutense de Madrid, y sus colegas idearon un método sencillo para capturar la naturaleza tridimensional de las paredes de la cueva y el arte que hay en ellas.

Pares de fotografías de alta resolución tomadas a una distancia de 63,5 milímetros (la distancia promedio entre las dos pupilas de un adulto) se pueden ver juntas, lo que obliga al cerebro a percibir una imagen en 3D. Si bien los pares de fotografías estereoscópicas se ven mejor con un dispositivo de visualización, la imagen 3D oculta también se puede detectar a simple vista, de manera similar a las de los diseños alucinantes "Magic Eye" de la década de 1990.

Más de 700 representaciones de animales, símbolos, puntos y líneas cubren las paredes de La Pasiega, que fue descubierta por primera vez en 1911. Pero a través de su estudio sistemático utilizando fotografías estereoscópicas, Asiain y sus colegas descubrieron tres animales previamente ocultos: dos caballos y un uro, una especie de ganado extinta.

Foto: Interior de la tesis doctoral de Raquel Asiaín. Aparecen en la página de la izquierda, fotografías generales o de detalle de los paneles decorados con indicación del código determinado para cada figura zoomorfa o signo. En la página derecha aparecen dos pares estereoscópicos que, visionados a través del correspondiente visor nos ofrece una visión tridimensional de la fotografía.

Los caballos se ven fácilmente en imágenes de alta resolución que los investigadores publicaron en Flickr. Las imágenes mejoradas digitalmente revelan un caballo debajo de la imagen del ciervo en el centro, así como la melena, el cuello y el pecho de otro caballo a la izquierda. Este último caballo está situado de manera que su cabeza descansa en una zona cóncava de la pared de la cueva, mientras que el pecho queda en una zona convexa, realzando la tridimensionalidad del animal.

Con el uso de gafas 3D, o incluso simplemente cruzando levemente los ojos, es fácil ver el carácter ondulado de las paredes de la cueva tal como lo habría visto alguien hace decenas de miles de años.

Las fotografías muestran dos imágenes no reconocidas anteriormente en la cueva. La parte inferior revela esas imágenes después de ser procesadas con DStretch.(Crédito de la imagen: Imágenes preparadas por R. Asiain & P. ​​Saura; Antiquity Publications, Ltd.)

"En el arte rupestre del Paleolítico, los artistas utilizaban las formas naturales de las cuevas para crear sus pinturas", dijo Asiain a Live Science en un correo electrónico. "La necesidad de preservar esa percepción 3D de las cuevas fue una de las razones que me inspiraron a utilizar estas imágenes estereoscópicas". Con su alta calidad fotográfica, las imágenes permitieron a los investigadores ver el arte en 3D "real", no simulado con escáneres 3D.

"La técnica que emplean estos autores es útil para recordarnos cuán técnicamente hábiles eran estos artistas y para darnos una idea del proceso creativo", dijo a Live Science April Nowell (izquierda), arqueóloga de la Universidad de Victoria en Canadá que no participó en el estudio. "Publicar las imágenes estereoscópicas significa que el público en general puede acercarse mucho más a experimentar el arte como lo habrían hecho en el pasado, pero todavía se echa de menos el sonido del agua que gotea, la humedad fresca del aire", dice Nowell.

Asiain sigue fascinada con la evolución de las técnicas de los artistas rupestres a lo largo del tiempo, particularmente porque "esos artistas comenzaron a entender la roca como un elemento más de la pintura". Ella planea incorporar métodos adicionales en el futuro para comprender mejor el arte rupestre del Paleolítico, como por ejemplo si los artistas antiguos manipularon y modelaron la roca, tal vez mediante tallado, para crear figuras en 3D.

Fuente: livescience.com | 6 de septiembre de 2023