La Rioja Alavesa fue el escenario de la guerra a gran escala más antigua en Europa

Vista de superficie de la esquina este del depósito funerario antes de ser excavado.

A dos kilómetros de la localidad de Laguardia (Álava), cerca de la laguna de Carralogroño, una excavadora desenterró en 1985 una gran cantidad de restos humanos. Tan solo estaba realizando trabajos de ampliación de un camino agrícola en una zona de viñedos, en plena Rioja alavesa, pero descubrió, sin proponérselo, uno de los yacimientos arqueológicos más singulares de la península ibérica: San Juan Ante Portam Latinam, curioso nombre que hace referencia a una antigua cofradía que poseía viñas en ese lugar. Las excavaciones de principios de los años 90 en este abrigo natural de pequeñas dimensiones revelaron la existencia de un enterramiento con más de 300 individuos que mostraban signos de violencia y que tenían unos 5.000 años de antigüedad. Sin embargo, hasta ahora no conocíamos el verdadero significado de esta enorme sepultura colectiva.

Un artículo publicado en la revista Scientific Reports, del grupo Nature, vuelve a analizar los restos y llega a la conclusión de que ocultan una historia espectacular: estamos ante el conflicto bélico más antiguo del que tenemos indicios en toda Europa. Hasta ahora, se había considerado que los huesos de San Juan Ante Portam Latinam eran el testimonio de una masacre similar a las que se han documentado en otros yacimientos del Neolítico, pero este nuevo estudio parece dejar claro que quienes fueron enterrados cerca de Laguardia entre los años 3380 y 3000 a. C., según las dataciones por radiocarbono, fueron víctimas de una importante guerra sostenida en el tiempo. Hasta ahora el indicio más antiguo de una batalla de grandes dimensiones estaba en el valle del río Tollense, al norte de Alemania, pero ocurrió más de mil años después, ya en la Edad de Bronce.

Plano donde se reconstruyen los esqueletos mejor conservados.

Por eso, el enterramiento de Laguardia adquiere desde hoy una enorme relevancia histórica: contiene los esqueletos de, al menos, 338 individuos; 52 puntas de flecha hechas de pedernal, un tipo de cuarzo, de las cuales 36 tienen señales de haber impactado en un objetivo; numerosas heridas en los huesos provocadas por esta arma y no curadas, de manera que se produjeron poco antes de la muerte; y otras lesiones ya cicatrizadas que dan testimonio de batallas anteriores. La gran mayoría de los afectados eran varones adolescentes y adultos. Con todos estos datos, los autores del trabajo creen haber encontrado las pruebas irrefutables de la primera guerra organizada de la historia de Europa.

En declaraciones a El Confidencial, Teresa Fernández-Crespo, investigadora de la Universidad de Valladolid y primera autora, explica por qué era necesario volver a analizar San Juan Ante Portam Latinam. “En su momento, se hizo un estudio osteológico muy completo y sistemático para la época, que requirió muchísimo trabajo, porque la cantidad de material es ingente”, reconoce. "De hecho, ese primer trabajo fue pionero, en muchos aspectos. Por ejemplo, nunca hasta entonces se habían descrito heridas por punta de flecha. Sin embargo, llamaba mucho la atención, precisamente, que hubiera tantas lesiones por este motivo, algunas que se podían observar de manera directa sobre el hueso y otras que se podían interpretar de manera indirecta y que habrían afectado a los tejidos blandos del individuo. Por el contrario, apenas hay golpes. En todo el yacimiento solo está registrado un traumatismo en la cabeza, sin cicatrizar".

Todo esto no cuadraba con la interpretación que se le había dado hasta ahora. La mayoría de los historiadores consideraban que en este lugar se había producido una masacre típica del Neolítico, aunque fuera de mayores dimensiones que las encontradas en otros lugares.

“Una masacre es una matanza indiscriminada y ocurre cuando un grupo entra en un poblado y aniquila a sus habitantes con el fin de saquear o conseguir recursos”, apunta la experta. Así, en otros lugares de Europa se han hallado fosas comunes de esta época, pero que rondan los 20 individuos incluyendo mujeres, hombres y niños en proporciones similares a las esperables en cualquier asentamiento; y casi siempre con abundantes traumatismos craneales. Hasta ahora, se pensaba que este era el único tipo de conflicto que podía ocurrir hace 5.000 años, porque se suponía que esas sociedades no tenían capacidades para sostener peleas a mayor escala.

Ejemplos de lesiones craneales no curadas.

El significado de heridas y cicatrices

Sin embargo, nada de eso cuadra con lo descubierto en Laguardia, especialmente, por el número de cuerpos enterrados, pero también por el resto de los detalles. De hecho, "las puntas de flecha son “muy inusuales dentro del registro europeo”, pero se han hallado en otros lugares de este entorno del norte peninsular. En cualquier caso, lo más destacado es que los esqueletos con signos claros de violencia pertenezcan principalmente a varones, lo que hace pensar en una organización social pensada para la guerra.

Además, la distinción entre heridas recientes y otras cicatrizadas también es fundamental. Las segundas evidencian que esos individuos habían participado en eventos violentos anteriores, al menos en dos ocasiones, el primero de los cuales tendría que haber ocurrido meses antes. “Cuando nos rompemos un hueso, cicatriza en mes y medio o dos meses, así que sabemos que, como mínimo, había pasado ese tiempo, pero en realidad también podrían haber pasado años”, señala la investigadora de la Universidad de Valladolid. "En cualquier caso, este indicio nos hace pensar en una guerra, un conflicto con un desarrollo largo y una violencia a gran escala por el número de individuos que están involucrados. Desde luego, no es el ataque por sorpresa a un poblado, sino un tipo de violencia organizada”.

Este análisis da idea de la enorme complejidad que ya tenían aquellos pueblos y que, hasta ahora, se pensaba que no se había desarrollado hasta un milenio más tarde. “No hay otros indicios de violencia a gran escala hasta el campo de batalla del valle del Tollense”, comenta Teresa Fernández-Crespo en referencia al yacimiento alemán que se ha fechado en torno al año 1250 a.C. "En ese caso, la mayoría de los combatientes son varones, un claro indicio de organización para la pelea. No obstante, solo se ha excavado una parte".

Ejemplos de lesiones poscraneales no curadas.

Lo mucho que queda por saber

Una de las diferencias con respecto a San Juan Ante Portam Latinam es que en tierras alavesas "no se han encontrado los indicios del combate como tal, sino que el yacimiento corresponde más bien con el enterramiento posterior de las víctimas. “Probablemente, sean todos al mismo bando”, comenta la experta. “Normalmente, cuando hay guerras y hay caídos en el campo de batalla, se les hace una fosa común, pero sería muy extraño que se enterraran mezclados individuos de los dos grupos. Generalmente, el bando vencedor es el que recupera a sus caídos, ya que si estás muy diezmado no tienes posibilidad de hacerlo”, señala.

Además, puede haber un primer enterramiento temporal, para después buscar un lugar más apropiado. "Sin embargo, en este caso, dadas las dimensiones, podemos suponer que era muchísimo trabajo para este tipo de sociedades”. Por eso, también es de suponer que el campo de batalla no estaría lejos del enterramiento. “Seguramente, estuvieran defendiendo su propio territorio y por eso fueron capaces de recoger los cadáveres y depositarlos en este lugar”, comenta.

En cualquier caso, ¿Quiénes eran estos pueblos? “Asumimos que fue un conflicto de carácter regional”, afirma la investigadora. En esa época se produjo un gran crecimiento demográfico en la zona y es habitual utilizar enterramientos como cuevas y abrigos rocosos, aunque también se construyeron monumentos megalíticos. “Hay diferencias en las formas de vida y pensamos que pudo haber una competencia por los recursos entre estos grupos, que tienen diferencias culturales, lo que pudo llevarse al extremo de una violencia letal”, explica.

Nuevas investigaciones pueden aclarar todos estos detalles en un futuro próximo. En particular, la movilidad de estas poblaciones a través de estudios genéticos y sobre todo de análisis de isótopos estables en los restos óseos arqueológicos, un tema en el que Teresa Fernández-Crespo está especializada.

“Ello nos van a permitir confirmar si se trata de poblaciones locales o podría tratarse de un ejército invasor, aunque no es lo más plausible”, afirma la científica de la Universidad de Valladolid, que también ha pasado por la Universidad de Oxford (Reino Unido) y el CNRS francés; y que firma el artículo junto a otros expertos de la empresa Arkikus, la Sociedad de Ciencias Aranzadi, la Universidad de País Vasco, la Universidad de Cantabria y el Instituto Alavés de Arqueología.

Fuentes: elconfidencial.com | eldiadevalladolid.com | 2 de noviembre de 2023

Descubren un raro tatuaje de Jesucristo en el pie de un africano medieval enterrado en un desierto de Sudán

El Centro Polaco de Arqueología Mediterránea de la Universidad de Varsovia (PCMA UW) ha comunicado el hallazgo de un raro tatuaje religioso en un individuo enterrado en un cementerio cerca de un monasterio medieval en Sudán. Este emplazamiento arqueológico comenzó a investigarse en 2012, y actualmente se analizan los restos fúnebres de cientos de tumbas de la región.

El hallazgo del tatuaje religioso se produjo gracias a la antropóloga Kari A. Guilbault, de la Universidad Purdue (EE.UU), durante una documentación fotográfica llevada a cabo para su investigación doctoral. El tatuaje se encontraba en el pie derecho de un individuo y, gracias a las imágenes tomadas con una cámara de espectro completo, y mejoradas de manera digital empleando el software ImageJ, con un complemento DStretch, se pudo extraer el diseño completo de tatuaje, relacionado con Jesucristo.

El monasterio cristiano medieval de Ghazali, que data de los siglos VII-XIII, se encuentra en la región Wadi Abu Dom del desierto de Bayuda, en el estado norte de Sudán, a unos 20 kilómetros de la ciudad de Karima. Se trata de uno de los emplazamientos arqueológicos mejor conservados de Sudán y donde, entre 2012 y 2018, un equipo polaco-sudanés del PCMA UW, dirigido por el profesor Artur Obłuski, realizó las investigaciones arqueológicas que permitieron extraer los restos humanos que actualmente se analizan.

Sitio arqueológico de Ghazali / M. Bogucki vía Centro Polaco de Arqueología Mediterránea.

Una investigación de décadas

Estos restos humanos pertenecen a cuatro cementerios cercanos al monasterio, que cuentan con cientos de tumbas. El bioarqueólogo Robert J. Stark, del PCMA UW, junto con un equipo de investigación, es el encargado de analizar estos restos para determinar su procedencia e intentar dilucidar el modo de vida de esos individuos.

La antropóloga Kari A. Guilbault, descubridora del tatuaje, declaró al PCMA UW que “fue toda una sorpresa ver lo que parecía ser un tatuaje cuando estaba trabajando con la colección Ghazali”. La experta explicó que "al principio, no estaba segura, pero que, cuando se procesaron las imágenes y el tatuaje fue claramente visible, se disiparon todas las dudas iniciales”.

El tatuaje se trata de un cristograma, con las letras griegas “alfa” y “omega”. Los criptogramas son símbolos religiosos que combinan los caracteres griegos “chi” y “rho”, formando así un monograma con la abreviatura del nombre de Cristo.

Por su parte, las letras griegas “omega” y “alfa”, la primera y la última del alfabeto, simbolizan a Dios como el principio y el fin de todo en la religión cristiana. Así, este tatuaje abre varias incógnitas acerca de los signos de la fe en la Nubia medieval, y de cómo se empleaban los tatuajes en la cultura del medievo.

Fuente: elconfidencial.com | 30 de octubre de 2023

Los 'Homo sapiens' y los neandertales se aparearon hace 250.000 años, mucho antes de lo que se pensaba

Anteriormente se creía que los neandertales y los 'Homo sapiens', cuyos cráneos se muestran arriba, se encontraron por primera vez hace unos 75.000 años.(Crédito de la imagen: Shutterstock)

Los neandertales y los humanos anatómicamente modernos se cruzaron inicialmente hace 250.000 años, una fecha mucho anterior a lo que se pensaba, sugiere un nuevo estudio.

Hasta ahora se creía que los neandertales y los humanos anatómicamente modernos (Homo sapiens) se cruzaron por primera vez hace más de 75.000 años, según un análisis genético de 2016 publicado en la revista Nature. Sin embargo, un nuevo análisis, publicado recientemente en la revista Current Biology, ha revelado que un grupo de Homo sapiens de África se cruzó con los neandertales en Eurasia hace unos 250.000 años.

Este grupo de humanos se extinguió, pero dejó una huella genética en el ADN de los neandertales descendientes de este evento de mestizaje: el 6% del genoma de un neandertal descubierto en Siberia contenía ADN humano. Algunas poblaciones subsaharianas de humanos anatómicamente modernos también heredaron el ADN neandertal cuando grupos de humanos que se habían cruzado con neandertales emigraron de regreso a África.

"La comprensión mejorada que se deriva de esta investigación nos permitirá detectar el ADN neandertal en los genomas humanos modernos, así como el proceso inverso, con mayor precisión", dijo Michael Dannemann (izquierda), profesor asociado de genómica evolutiva y poblacional en la Universidad de Tartu, en Estonia, el cual no participó en la investigación, a Live Science en un correo electrónico.

"Esto ayudará a los científicos a predecir cómo los eventos de mestizaje impactaron en las características físicas de ambos grupos, al tiempo que mejorarán nuestra comprensión de los patrones de migración y las interacciones entre los humanos modernos y los neandertales", añade Dannemann.

En 2020, la idea de que la mayor parte del mestizaje entre humanos y neandertales modernos se produjo en Eurasia fue cuestionada por un estudio de la revista Cell que encontró ADN neandertal en genomas humanos en el África subsahariana. Sin embargo, se desconocía el origen de este ADN y el análisis se limitó a poblaciones con ascendencia principalmente relacionada con Níger-Congo.

En el nuevo estudio, los autores compararon el genoma de un "neandertal de Altai", en Siberia, de 122.000 años de antigüedad, con el de 180 personas de 12 poblaciones modernas del África subsahariana. Luego desarrollaron una herramienta estadística para descubrir los orígenes del ADN neandertal en el genoma de los humanos modernos.

"El análisis estadístico analizó genes compartidos tanto por humanos como por neandertales e intentó determinar si ciertos alelos o variantes genéticas que parecían de origen neandertal llegaron a los humanos modernos o viceversa", dijo Alexander Platt (derecha), coautor del estudio y científico investigador principal del Departamento de Genética de la Universidad de Pensilvania.

Los autores descubrieron que todos los genomas subsaharianos estudiados contenían ADN neandertal que procedía principalmente de este evento de mestizaje entre humanos y neandertales de hace 250.000 años. Algunas poblaciones subsaharianas también tenían ADN neandertal en hasta el 1,5% de sus genomas, el cual fue heredado de Homo sapiens que habían emigrado de regreso a África.

Además, los autores descubrieron que la mayor parte del ADN humano en el genoma neandertal se encontraba en regiones no codificantes (es decir, ADN que no codifica proteínas), lo que implica que los genes humanos habían sido seleccionados durante la evolución neandertal. Además, en el genoma humano faltaba ADN de neandertal en el mismo lugar.

"Eso significa que ninguna región del ADN es particularmente mejor que la otra, simplemente son malas coincidencias para el resto del genoma", dijo a Live Science Fernando Villanea, genetista de poblaciones de la Universidad de Colorado Boulder quien no participó tampoco en el estudio de investigación. "Creo que fue realmente genial alejarse de esta idea de que, oh, los neandertales son inferiores de alguna manera, a esta idea de que somos simplemente dos especies diferentes y que evolucionamos para cosas diferentes en nuestros genomas", añade.

Los autores esperan que los hallazgos actuales ayuden a responder otras preguntas sobre la evolución humana.

"Sería realmente genial aprender más sobre el genoma de esa población que existió hace 250.000 años y compararlo con los genomas de los humanos modernos", dice a Live Science Sarah Tishkoff (derecha), autora principal del estudio y profesora de genética y biología en la Universidad de Pensilvania. "Tal vez eso nos diga algo interesante sobre la historia evolutiva o la adaptación humana", concluye.

Fuente: livescience.com | 24 de octubre de 2023

Huellas fósiles halladas en playas de Sudáfrica señalan que, hace más de 75.000 años, ya se usaba algún tipo de calzado similar a chanclas

Una huella fósil encontrada en las playas del sur del Cabo de Buena Esperanza. Charles Helm.

Un importante hallazgo fue realizado por un grupo de arqueólogos quienes dieron con huellas fósiles de nuestra especie en Sudáfrica, las cuales sugieren que se pudo haber haber usado probablemente chancletas o chanclas ya en la Edad de Piedra Media (hace 150.000 y 75.000 años).

Este descubrimiento arqueológico podría significar que nuestra especie tenía capacidades cognitivas y prácticas complejas mucho antes de lo que se pensaba, según los estudios de arqueología.

El calzado más antiguo conocido en Europa tiene unos 6.000 años, pero los rastros de fósiles de tres paleosuperficies (superficies de considerable antigüedad) encontrados en la costa del Cabo de Sudáfrica cambian esa narrativa.

Según uno de los investigadores, el Dr. Bernhard Zipfel (izquierda), del Instituto de Estudios Evolutivos de la Universidad de Witwatersrand, Sudáfrica, la nueva evidencia revela que los humanos anatómicamente modernos de la época ya usaban algún tipo de calzado para caminar por la playa. "Todos suponíamos que la gente habitualmente andaba descalza. Sin embargo, en aquella época la costa sur del Cabo tenía rocas muy afiladas. Tiene sentido que la gente usara calzado para protegerse. Hace cien mil años, una lesión en el pie podría haber sido fatal", dijo Zipfel en un comunicado.

No hay pruebas contundentes de qué tipo de calzado usaban los antiguos homínidos. El cuero y los materiales vegetales se habrían biodegradado. Zipfel y sus compañeros investigadores consideraron, por tanto, determinadas huellas como pistas de uso de "calzado".

Sin embargo, el registro global de sitios atribuidos con huellas de calzado es escaso y sólo se han postulado cuatro yacimientos de esta naturaleza con más de 30.000 años de antigüedad, todos ellos de Europa occidental. Esto incluye un yacimiento neandertal. Por tanto, la investigación en icnología puede desbloquear nuevos conocimientos sobre la historia de la civilización.

La icnología ayuda a buscar evidencia de huellas de personas que usan algún tipo de calzado. Al analizar estas huellas, los icnólogos pueden aprender más sobre el comportamiento, el movimiento y las interacciones de las poblaciones humanas antiguas.

Foto: Huellas que tienen bordes nítidos ni marcas de dedos sugieren que sus creadores pudieron haber estado calzados. Crédito de la imagen: Charles Helm.

¿Qué calzado era utilizado?

Zipfel, que también es podólogo, cree que el tipo de calzado que se usaba eran plakkies, o lo que conocemos como chancletas o chanclas. Esto está respaldado por evidencias arqueológicas recientes de sandalias usadas por el pueblo San. "Era importante que este tipo de calzado resistiera las preocupaciones medioambientales", explica.

Los investigadores improvisaron calzado primitivo y con él caminaron arriba y abajo por las mismas playas que pisaron lo homínidos. Al caminar en diversas condiciones pudieron estudiar la huellas dejadas por el calzado de chanclas tanto en la arena seca como mojada. El equipo pudo comparar los sitios con huellas reales (entre 150.000 y 70.000 años de antigüedad) de calzado a través de imágenes computarizadas. "Comprobamos que había correlaciones asombrosas", dijo Zipfel.

Su teoría, publicada en la revista Ichnos, revela al menos tres sitios de huellas en la costa sur del Cabo que pueden haber sido creadas por humanos que usaban algún tipo de calzado.

"Aunque nuestra evidencia no es concluyente, estamos satisfechos con nuestros descubrimientos. También contribuimos a la investigación sobre cuándo los humanos pudieron comenzar a calzarse. Estas investigaciones han sido pocas y espaciadas, pero vale la pena señalar que los hallazgos de la investigación sugieren firmemente que la región del sur de África ha sido un centro para el desarrollo de capacidades cognitivas y prácticas durante un largo período", concluye Zipfel.

Fuentes: theconversation.commdzol.com

Arqueólogos afirman que roca grabada es un 'mapa del tesoro'

La losa Saint-Belec tras ser restaurada en Leuhan, Francia. Imagen: Paul du Chatellier/Archives departementales du Finistere/AFP.

Un trozo de roca con misteriosas marcas que permaneció en gran parte sin estudiar durante 4.000 años se considera ahora un "mapa del tesoro" para los arqueólogos, que lo utilizan para buscar yacimientos antiguos en el noroeste de Francia.

La llamada losa de Saint-Belec fue reivindicada en 2021 como el mapa más antiguo de Europa, y, desde entonces, los investigadores trabajan para comprender sus grabados, tanto para datarla como para redescubrir monumentos perdidos.

"Utilizar el mapa para intentar encontrar yacimientos arqueológicos es un gran enfoque. Nosotros nunca trabajamos así", afirma Yvan Pailler (izquierda), profesor de la Universidad de Bretaña Occidental (UBO).

Los yacimientos antiguos se descubren más a menudo gracias a sofisticados equipos de radar, fotografías aéreas o por accidente en las ciudades cuando se excavan los cimientos de nuevos edificios.

La búsqueda del tesoro podría durar 15 años

"Es el mapa de un tesoro", afirma Pailler. Pero el equipo no ha hecho más que empezar su búsqueda del tesoro. El mapa antiguo abarca un área de unos 30 por 21 kilómetros. Clement Nicolas (derecha), del CNRS, colega de Pailler, explica que "habrá que inspeccionar todo el territorio y cotejar las marcas de la losa. Según él, ese trabajo podría llevar 15 años".

Nicolas y Pailler formaron parte del equipo que redescubrió la losa en 2014 (fue descubierta inicialmente en 1900 por un historiador local que no comprendió su importancia).

A los expertos franceses se unieron colegas de otras instituciones francesas y extranjeras para empezar a descifrar sus misterios. "Había algunos símbolos grabados que enseguida cobraron sentido", explica Pailler.

En las gruesas protuberancias y líneas de la losa podían verse los ríos y montañas de Roudouallec, parte de la región de Bretaña, a unos 500 kilómetros al oeste de París. Los investigadores escanearon la losa y la compararon con los mapas actuales, encontrando una coincidencia aproximada del 80 %.

"Aún tenemos que identificar todos los símbolos geométricos y la leyenda que los acompaña", explica Nicolas.

La losa está llena de pequeños huecos que, según los investigadores, podrían indicar túmulos, viviendas o depósitos geológicos. Descubrir su significado podría dar lugar a una avalancha de nuevos hallazgos.

Contextualizar el descubrimiento

Pero antes, los arqueólogos han pasado las últimas semanas excavando en el lugar donde se descubrió inicialmente la losa, que, según Pailler, es uno de los mayores enterramientos de la Edad de Bronce en Bretaña. "Intentamos contextualizar mejor el descubrimiento para poder datar la losa", explica Pailler.

En la última excavación ya han aparecido un puñado de fragmentos de la losa no descubiertos hasta ahora. Al parecer, las piezas se habían roto y utilizado como muro de una tumba, lo que, según Nicolas, podría significar una dinámica de poder cambiante en los asentamientos de la Edad del Bronce.

La zona cubierta por el mapa corresponde probablemente a un antiguo reino, tal vez uno que se derrumbó en revueltas y rebeliones. "La losa grabada ya no tenía sentido y estaba condenada al romperse y utilizarse como material de construcción", explica Nicolas.

Fuente: dw.com | 25 de octubre de 2023

Descubren una tumba neolítica de 5.000 años de antigüedad en las islas Orcadas (Escocia)

Imagen de los trabajos de excavación en una de las pequeñas cámaras encontradas junto a la sala principal. National Museums Scotland.

Mainland es la isla principal de las Orkney, también conocidas como las islas Orcadas, un archipiélago compuesto por unas setenta islas y situado en el norte de Escocia. Ha sido en este remoto paraje donde un equipo de arqueólogos dirigidos por Hugo Anderson-Whymark, de los Museos Nacionales de Escocia, y Vicki Cummings, de la Universidad de Cardiff, acaba de realizar un fantástico descubrimiento: un túmulo funerario que contenía una tumba neolítica de 5.000 años de antigüedad.

La tumba ha sido descubierta por los arqueólogos después de tres semanas de excavación en el interior de un túmulo, de 15 metros de diámetro, en la pequeña población de Holm, una localidad situada en East Mainland. El túmulo contenía una estructura de piedra a la que se accedía a través de un pasillo de siete metros de largo.

Los muros de piedra seca (un tipo de técnica constructiva) que se han conservado revelaron una gran cámara de piedra de forma casi rectangular situada en el centro del túmulo. Esta cámara estaba rodeada por otras seis laterales más pequeñas y que en su día tuvieron techos de piedra en voladizo.

Uno de los arqueólogos durante los trabajos de recuperación de algunos de los esqueletos encontrados. National Museums Scotland.

DESTRUIDA Y RESCATADA

Estas características han permitido a los investigadores clasificar este recinto funerario como una "tumba de paso" (una sepultura con una o más cámaras funerarias cubiertas de tierra o piedra) del tipo Maes Howe, típico de las Orcadas. A diferencia de otras tumbas parecidas, y que pueden verse a simple vista, la de Holm quedó enterrada bajo un campo ya que fue destruida parcialmente a finales del siglo XVIII o principios del XIX para suministrar piedra de construcción a una granja cercana.

Además, después de que en 1896 el hijo del dueño de la granja realizase una serie de excavaciones en las que aparecieron una maza de piedra, una bola y ocho esqueletos –hallazgos que fueron publicado en el periódico local The Orcadian por el anticuario James Walls Cursiter, quien especuló con que aquel lugar podría ser una tumba–, la ubicación exacta de la tumba se perdió. Hasta ahora.

Fueron aquellos primeros descubrimientos los que impulsaron los trabajos de excavación que actualmente se están llevando a cabo en el túmulo de Holm con excelentes resultados, ya que los arqueólogos han logrado sacar a la luz catorce esqueletos enteros de hombres, mujeres y niños y otros restos óseos que se depositaron en una cámara lateral.

Los arqueólogos llevan a cabo los trabajos de excavación en el interior de la tumba con extrema minuciosidad. National Museums Scotland.

LA RIQUEZA ARQUEOLÓGICA DE LAS ORCADAS

Hugo Anderson-Whymark (izquierda) ha explicado que "las Orcadas son excepcionalmente ricas en arqueología, pero no esperábamos encontrar una tumba de este tamaño en una excavación a tan pequeña escala. Es increíble pensar que este monumento, antaño impresionante, estuvo a punto de perderse sin dejar rastro, aunque afortunadamente ha sobrevivido lo suficiente como para que podamos comprender el tamaño, la forma y la construcción de esta tumba".

Por su parte, Vicki Cummings (derecha) ha declarado que "la conservación de tantos restos humanos en una parte del monumento es asombrosa, sobre todo porque casi toda la piedra ha sido sustraída para obtener material de construcción".

"Es increíblemente raro encontrar estos depósitos funerarios, incluso en tumbas de cámara bien conservadas, y estos restos permitirán comprender mejor todos los aspectos de la vida de estas gentes", concluye la arqueóloga.

Los trabajos de excavación en el túmulo son cuidadosamente documentados por los arqueólogos. National Museums Scotland.

Fuentes: nationalgeographic.com.es | 26 de octubre de 2023

Hallan restos de nómadas de hace 13.000 años en obras del metro de Santiago de Chile

Foto: Entre las piezas encontradas hay puntas de lanza de piedra, semillas y fragmentos de huesos de camélidos, etc. (Twitter / @metrodesantiago).

Un grupo de arqueólogos que acompañan la construcción de una obra del metro de Santiago de Chile encontraron vestigios de hace 13.000 años, incluidos ocho esqueletos humanos, que revelan por primera vez la presencia de poblaciones nómadas en el valle de la capital chilena.

"Este antecedente es inédito para la arqueología nacional porque no se conocían grupos cazadores-recolectores en el valle de Santiago", explicó el jueves a la AFP la arqueóloga Consuelo Carracedo durante la presentación del inédito hallazgo.

La agencia AFP consignó que entre las piezas encontradas, que datan del período arcaico (11.000-300 a. C), hay ocho esqueletos humanos, puntas de lanza de piedra, semillas y fragmentos de huesos de camélidos, entre otros vestigios.

Antes de estas excavaciones, sólo se conocía la existencia de poblaciones nómadas en la cordillera y en la costa de lo que hoy es Chile central. A raíz de este nuevo hallazgo arqueológico, los científicos creen que poblaciones de cazadores-recolectores pasaron y se establecieron temporalmente en lo que actualmente se conoce como la ciudad de Santiago.

"Estos restos nos proporcionan información importante, porque nos dicen que estos grupos estaban transitando a través del río Mapocho (que cruza de este a oeste Santiago)", aseguró la experta.

Desde 2020 se realizan trabajos de arqueología en un terreno de 17 hectáreas ubicado en el municipio de Renca, en el noroeste de Santiago. Allí se levantarán los estacionamientos y talleres de reparación de los trenes de la nueva línea 7 del metro, que se espera esté en funcionamiento en 2028.

Los arqueólogos exploran el terreno con pinceles, espátulas y pequeñas palas en búsqueda de vestigios que den cuenta de los modos de vida de la época antigua.

"Aquí había una llanura de inundación, donde el río Mapocho crecía, depositaba sedimento fino, lo que cubrió los restos", sostiene la arqueóloga Carracedo.

"Con este hallazgo se ha podido realizar una secuencia de ocupaciones completa, desde el período más temprano, que es el arcaico, hasta la aparición de grupos alfareros, históricos e incluso tiempos recientes", añadió.

En términos de cronologías y grupos culturales, los contextos arqueológicos encontrados en el sitio presentan objetos diagnósticos con atributos que permiten vincularlos con el Período Arcaico (11.000 a 300 a. C.), Período Alfarero Temprano (300 a. C. al 1.000 d. C.), Período Intermedio Tardío o Tardío (1.000 a 1.536 d. C.) y Período Histórico Colonial (1.536 a 1.810 d. C.).

Una vez vez desenterrados y analizados, los restos arqueológicos serán conservados y embalados para ser resguardados en el Museo Nacional de Historia Natural.

Fuentes: telam.com.ar | biobiochile.cl | 26 de octubre de 2023