Gunung Padang, la misteriosa pirámide que podría ser la más antigua del mundo fue hallada en Indonesia

Entre la densa maleza de Java Occidental, un historiador holandés descubrió extrañas y ancestrales construcciones en las montañas de Padang en 1890. Unos pilares de piedra dominan la cima de la colina. Su hallazgo pasó desapercibido por las autoridades. Un año después, en las cercanías del río Solo, Eugène Dubois pasó a la historia por encontrar los restos óseos de un Homo erectus que habitó el planeta hace medio millón de años.

El increíble hallazgo de Dubois revolucionó el panorama arqueológico. En su momento pensó que había descubierto el eslabón perdido y lo bautizó como Pithecanthropus erectus, "el hombre mono erguido". El yacimiento de Padang quedó ensombrecido por aquel “hombre mono” de Dubois hasta que en 1979, un grupo de campesinos redescubrió el lugar, llamando la atención de los investigadores indonesios. En 1998 fue declarado patrimonio cultural.

Gunung Padang ha sido considerado durante muchos años una estructura megalítica: se encuentra en la cima de un volcán extinto en Java Occidental, Indonesia, a 885 metros de altitud, que los locales consideran un sitio sagrado. Durante muchos años ha habido desacuerdo sobre la naturaleza del cerro. Hay estudios que apuntan a que la colina se formó de manera natural y que diferentes poblaciones agregaron algunos adornos en la cima, mientras que otros apuntan que la colina es artificial y que fue fabricada por distintos grupos humanos. De ser así, sería una pirámide mucho más antigua que las de Egipto y que incluso podría tener “cámaras secretas”.

(a) Vista aérea de Gunung Padang tomada desde un helicóptero. (b) Topografía y mapa del sitio generados a partir de un estudio geodésico detallado. (c) Mapa geológico de la región de Gunung Padang (Sudjatmiko, 1972). (d) Mapa de ortofoto obtenido de un estudio con drones realizado en 2014, que indica las ubicaciones de los sitios de zanjas (rectángulos blancos) y los sitios de perforación (puntos rojos). T1, Terraza 1; T2, Terraza 2; T3, Terraza 3; T4, Terraza 4; T5, Terraza 5. [La figura en color se puede ver en wileyonlinelibrary.com]

En un reciente estudio publicado por un equipo de arqueólogos, geofísicos, geólogos y paleontólogos afiliados a múltiples instituciones en Indonesia ha encontrado diversas pruebas que demuestran que Gunung Padang es la pirámide más antigua conocida en el mundo. En su artículo, publicado en la revista Archaeological Prospection, el estudio liderado por Danny Hillman Natawidjaja (izquierda), del Instituto Indonesio de Ciencias, entre otros, describe su análisis de varios años en el yacimiento.

Para este nuevo estudio, el equipo de investigación realizó un estudio completo de toda la estructura. Entre 2011 y 2015, estudiaron la estructura mediante tomografía sísmica, resistividad eléctrica y radar de penetración terrestre. También perforaron la colina y recolectaron muestras de núcleos que les permitieron utilizar técnicas de datación por radiocarbono para conocer las edades de las capas que forman la colina.

Al estudiar todos sus datos, el equipo de investigación afirma tener claras evidencias que demuestran que el cerro fue fabricado en su mayor parte por manos humanas. También encontraron pruebas que muestran que la estructura se construyó a lo largo de varias fases, con miles de años de diferencia. Las partes más antiguas de la estructura se construyeron entre hace 25.000 o 14.000 años, lo que convierte esta “pirámide” en la más antigua del mundo. La más antigua de Egipto, la del faraón Zoser, se construyó en torno a 2600 a.C.

Reconstrucción simplificada de Gunung Padang publicada en Archaeology Prospection

Los investigadores indonesios afirman que la estructura fue reforzada, por lo que, con el tiempo, crearon la estructura completa. La primera terraza consistía en lava esculpida, donde los constructores habían tallado formas en la cima de un pequeño volcán inactivo. Luego, varios miles de años después, en algún momento entre 7900 y 6100 a.C., otro grupo añadió una capa de ladrillos y columnas de roca. Otro grupo diferente añadió una capa de tierra a parte de la colina, enterrando una zona del trabajo anterior y, finalmente, en algún momento entre 2000 y 1100 a. C., se completó con una capa superficial de tierra, terrazas de piedra y otros elementos.

Por si esto fuera poco, el equipo de investigación sospecha que en el interior de la colina artificial podría haber partes huecas, lo que sugiere posibles cámaras ocultas. Ante lo novedoso de estos últimos hallazgos, el equipo indonesio planea excavar para llegar a ellos e introducir varias cámaras para explorar estas áreas.

Un grupo de científicos cuestiona que el 'Homo naledi' enterrara a sus muertos y realizara grabados en las rocas

El paleoartista John Gurch pasó unas 700 horas recreando la cabeza de Homo naledi basándose en escáneres óseos. (Crédito de la imagen: Mark Thiessen/National Geographic)

"No hay evidencia científica convincente" detrás de las extraordinarias afirmaciones de que el antiguo pariente humano Homo naledi enterró deliberadamente a sus muertos he hizo grabados en rocas en lo profundo de una cueva de Sudáfrica hace unos 300.000 años, sostiene un grupo de arqueólogos en un nuevo comentario al respecto.

Homo naledi se convirtió en un pararrayos de controversias a principios de este año después de que un equipo de investigadores afirmara en la revista eLife que este homínido extinto, con un cerebro del tamaño de una naranja, llevó a sus muertos al interior del sistema de cuevas Rising Star, encendió fuegos y grabó patrones y formas abstractas en las paredes, comportamientos complejos ambos antes solo conocidos en los humanos modernos con cerebros más grandes (Homo sapiens) y nuestros primos cercanos, los neandertales.

La imagen muestra dos elementos funerarios descubiertos en la Cámara Dinaledi de la cueva Rising Star. Un cuerpo pertenecía a un 'Homo naledi' adulto y el otro era un juvenil.

El equipo referido provocó reacciones negativas, en parte, porque anunciaron sus controvertidos hallazgos en una conferencia y en tres estudios preimpresos que no fueron revisados ​​por pares, lo que frustró a algunos científicos, según informó National Geographic en ese momento. La revista en línea eLife aceptó las preimpresiones, publicadas inicialmente en bioRxiv en junio, para una evaluación pública de revisión por pares, la cual concluyó que no había evidencias "completas" detrás de las afirmaciones realizadas.

Un exitoso documental de Netflix que presenta los descubrimientos, sobre Homo naledi, llamado Unknown: Cave of Bones (2023), se emitió el 17 de julio, menos de una semana después de que eLife publicara las preimpresiones y las críticas.

Ahora, un equipo de investigadores ha analizado los tres estudios de eLife en detalle y argumenta en un estudio, también revisado revisado por pares, y publicado el 10 de noviembre en el Journal of Human Evolution, que nunca se han presentado evidencias científicas convincentes sobre el pretendido entierro deliberado o arte rupestre realizado por el Homo naledi.

Chris Stringer (izquierda), líder de investigación sobre los orígenes humanos en el Museo de Historia Natural de Londres, y que no participó en ninguno de los estudios, dijo a Live Science en un correo electrónico que estaba de acuerdo con el enfoque cauteloso del nuevo trabajo de investigación publicado, y dijo que estaba "bien argumentado. Lo veo como una réplica necesaria a algunas conclusiones prematuras y exageradas sobre el comportamiento supuestamente complejo del Homo naledi", dice Stringer.

Homo naledi era un homínido bípedo de 1,5 metros de altura con manos ágiles y un cerebro pequeño pero complejo. Andy Herries (derecha), profesor de paleoantropología en la Universidad La Trobe, en Australia, y uno de los autores del nuevo trabajo de investigación, dijo a Live Science que no descarta las afirmaciones realizadas sobre Homo naledi (de que enterraba a sus muertos), pero que notó una falta de ciencia que las respalden.

"Existe la posibilidad de que algo de esto sea correcto", dijo Herries. "Lo que estamos pidiendo son datos científicos sólidos que lo respalden, incluidas cosas estandarizadas que se harían en arqueología".

Herries describió los "conceptos básicos fundamentales" que faltan en los estudios de eLife de 2023, incluido un análisis detallado de supuestos sedimentos funerarios y la datación por radiocarbono del carbón proveniente de presuntos fuegos realizados. También quiere más comparaciones entre los supuestos grabados en las rocas de dolomita y la erosión natural, que ve a menudo en Sudáfrica. "He trabajado aquí durante 26 años y veo cosas naturales en la dolomita que se ven de igual modo", afirma Herries.

Lee Berger en el área de entrada al sistema de cuevas de Rising Star. Como 'Cuna de la Humanidad', la región es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Foto: AFP / Luca Sola.

Lee Berger, paleoantropólogo y explorador residente en la National Geographic Society, dirigió el equipo que describió a Homo naledi en 2015 y el grupo de investigación que informó sobre la controvertida evidencia de los enterramientos deliberados y grabados en las rocas. Él cree que el nuevo artículo que lo cuestiona repite preocupaciones que su equipo ya había abordado.

"Los argumentos presentados son predominantemente los que ya aparecieron en las revisiones de eLife y en los comentarios públicos de estos mismos autores, y ya se tuvieron en cuenta en el manuscrito revisado que se volvió a enviar a eLife", dijo Berger a Live Science en un correo electrónico.

Berger dijo que también estaba decepcionado con el título del trabajo publicado: "No hay evidencias científicas de que 'Homo naledi' enterró a sus muertos y produjo arte rupestre", porque "lo que se debate es la interpretación, no los datos reales".

Izquierda: En 2022 se descubrieron en las paredes de la cueva una serie de grabados y aguafuertes de figuras geométricas como cuadrados, escaleras, triángulos y cruces. Aún no se ha determinado si están relacionados con enterramientos cercanos. FOTOGRAFÍA DE BERGER ET AL., 2023B.
Derecha: Una imagen tomada con un filtro polarizador revela débiles rastros de grabados anteriores que fueron borrados y escritos encima. Estas marcas podrían demostrar que el Homo naledi era mucho más sofisticado de lo que se pensaba. FOTOGRAFÍA DE BERGER ET AL., 2023.

El equipo de Berger publicó una respuesta a las revisiones de eLife a principios de este año. Según Berger, su respuesta al nuevo trabajo que cuestiona sus tesis se publicará en el Journal of Human Evolution la próxima semana.

Pero esa no será la última palabra sobre si Homo naledi enterró intencionalmente a sus muertos, encendió hogueras y grabó arte rupestre. Otro estudio externo, realizado por un equipo diferente que aborda la afirmación de los entierros deliberados de Homo naledi, se encuentra actualmente bajo revisión por pares.

Live Science se acercó a Netflix para pedir comentarios sobre la exactitud de "Unknown: Cave of Bones", pero no ha recibido nada al respecto hasta el momento de la publicación de este artículo.

Fuente: livescience.com| 17 de noviembre de 2023

El enorme sacrificio de animales del Turuñuelo no fue como se pensaba: los secretos del ritual tartesio

El patio de Casas del Turuñuelo con la hecatombe animal. Construyendo Tarteso.

Hace unos 2.500 años, una comunidad de tartesios instalada en la cuenca media del río Guadiana, en el actual municipio de Guareña (Badajoz), realizó un ritual singular en uno de sus edificios más impresionantes: un lujoso banquete y un enorme sacrificio de medio centenar de animales. Al finalizar la ceremonia, cubrieron la estructura con sedimentos del propio río generando un montículo artificial de unos 6 metros de altura y 90 metros de diámetro y lo abandonaron. Este edificio es el del yacimiento de Casas del Turuñuelo y sus descubrimientos están cambiando la percepción de los investigadores sobre las comunidades de los últimos momentos de Tarteso.

Este miércoles, un equipo multidisciplinar constituido por investigadores de instituciones españolas y extranjeras ha publicado en la revista PLOS ONE el estudio de los animales sacrificados y depositados en el patio del Turuñuelo, el edificio mejor conservado de la arqueología protohistórica del Mediterráneo occidental y que desde su hallazgo en 2014 no deja de dar sorpresas a la comunidad científica.

A. Mapa que indica la ubicación de las Casas del Turuñuelo (Guareña, Badajoz, España) y otros yacimientos arqueológicos en la Llanura Media del Guadiana. B. Vista aérea del edificio monumental, julio de 2021 (https://construyendotarteso.com/es/paginasITM/hecatombe-animal): 1 patio; 2 escaleras; 3 pavimentos de pizarra; 4 ambientes en planta alta.

Los resultados del estudio arqueozoológico de los restos óseos de 52 animales y del análisis microestratigráfico revelan que este sacrificio masivo de animales formó parte de una serie de rituales realizados en los últimos años del edificio hasta su abandono, cuando fue sellado intencionalmente a finales del siglo V a.C., según comentan Sebastián Celestino Pérez y Esther Rodríguez González, investigadores del IAM-CSIC y directores de las excavaciones del yacimiento. Hasta ahora se creía que se trataba de una única hecatombe, como así llamaban los antiguos griegos a este tipo de ceremonias.

Foto: Los arqueólogos Sebastián Celestino Pérez y Esther Rodríguez González tras recibir el Premio 'Luis Chamizo' por su labor investigadora y por divulgar la cultura tartésica del yacimiento del Turuñuelo. P. F. I.

Entre los animales sacrificados se han identificado 41 caballos, seis bovinos (toros y vacas), cuatro cerdos y un perro. Fueron depositados en tres fases secuenciales en el patio del edificio, según indican los resultados obtenidos mediante evaluaciones tafonómicas, microestratigráficas y una serie de dataciones radiocarbónicas. Además, se han documentado indicios de ofrendas de vegetales quemados y objetos asociados a actividades simbólicas, como las tabas de oveja. Por otro lado, la disposición de los cadáveres de animales sugiere una intención en la exposición y escenificación de los sacrificios.

En conjunto, las pruebas ponen de manifiesto que los animales murieron en el contexto de sacrificios rituales. Los animales de la fase más antigua muestran signos de haber estado parcialmente al descubierto un tiempo, ya que los carroñeros accedieron a los cadáveres y dejaron sus marcas en los huesos. En la segunda y tercera fase, los esqueletos están completos y en conexión anatómica, lo que sugiere un entierro rápido.

Excavación de los animales hallados en Casas del Turuñuelo. Construyendo Tarteso.

"En esa última fase, junto al sacrificio de dos équidos se depositaron los restos de un banquete que incluía el consumo de carne de bovinos y porcinos", según comentan Mª Pilar Iborra y Silvia Albizuri investigadoras del Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación (IVCR+i) y de Instituto de Arqueología (IUAB-SERP) de la Universidad de Barcelona, que han liderado la investigación.

El equipo multidisciplinar concluye: "Este estudio pone de relieve el papel de los sacrificios masivos de animales en las sociedades europeas de la Edad del Hierro, en concreto destaca las prácticas de sacrificio animal [el más grande documentado hasta ahora en el contexto del Mediterráneo occidental] y el comportamiento ritual tartésico en el yacimiento". Además, las autoras resaltan el protagonismo de los équidos en estos sacrificios, "hecho que evidencia la relevancia de estas especies (caballos/asnos y sus híbridos) en los sistemas económicos y en general en la cultura de las comunidades de la Edad del Hierro".

Proceso de restauración de los restos animales. Construyendo Tarteso.

Casas del Turuñuelo es uno de los descubrimientos más impactantes de la arqueología peninsular de los últimos años. Sus excavaciones, financiadas por el Ministerio de Ciencia e Innovación, la Junta de Extremadura y la Fundación Palarq, se desarrollan bajo un proyecto dirigido desde el IAM-CSIC, 'Construyendo Tarteso', y están siendo codirigidas por Sebastián Celestino Pérez y Esther Rodríguez González. Como coautores de este nuevo estudio indican la importancia del trabajo multidisciplinar con especialistas de Humanidades y Biociencias que están generando un intercambio constante de información y de ideas, ofreciendo un enfoque transversal en el estudio de este yacimiento.

Fuentes: elespanol.com | diariodigital.ujaen.es | 23 de noviembre de 2023

Los tartesios sacrificaron sus animales más preciados durante años

Vista aérea del yacimiento arqueológico del Turuñuelo, de Guareña (Badajoz), donde se hallaron decenas de animales sacrificados. SAMUEL SÁNCHEZ.

Cuando hace un lustro empezaron a excavar en Casas del Turuñuelo, un yacimiento tartésico en Guareña (Badajoz), los científicos creyeron estar ante una hecatombe. Según el diccionario de la RAE, hecatombe se refiere a una gran mortandad de personas o catástrofe. En tercer lugar, aparece el sentido original de la palabra, que procede del griego antiguo: Sacrificio de 100 reses vacunas u otras víctimas, que hacían los antiguos a sus dioses. En el Turuñuelo, no han encontrado 100 bueyes, pero sí restos de una cincuentena de animales, sobre todo caballos. Ahora, el estudio a fondo de todos los animales ilumina la relevancia de este lugar para sus constructores, los tartesios. Pero los motivos por los que Tartesos abandonó esta especie de santuario, como el resto de sus construcciones, para desaparecer en la historia, siguen siendo un misterio.

Casas del Turuñuelo fue descubierta en 2014. Estaba enterrada bajo seis metros de limo y tierra traídos del cercano río Guadiana. Al desenterrarla, al año siguiente, se encontraron un edificio de dos plantas. “Algo así no aparecería en el Mediterráneo occidental hasta los tiempos de Roma, hasta Pompeya”, dice Sebastián Celestino, investigador del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM-CSIC) y codirector de la excavación del Turuñuelo. Con distintas técnicas de datación, señalaron que estaba en uso en el siglo V antes de la era actual, hace unos 2.500 años. Eran los últimos tiempos de la civilización de Tartesos, nacida en la costa de lo que hoy es Cádiz de la mano de fenicios venidos del Mediterráneo oriental y expandida desde el valle del Guadalquivir al del Guadiana.

Para los antiguos griegos, era la mayor civilización del occidente. Al excavar descubrieron una sala con un altar con la forma de una piel de buey en la que había elementos decorativos de procedencia cartaginesa o incluso griega en la que había también restos de animales. Pero a medida que bajaban hallaron primero dos caballos a los pies de una escalinata, después una especie de patio con una veintena de animales y más tarde, debajo de esa capa de huesos, otra con decenas de seres más. Entonces se creyó que formaban parte de una hecatombe al estilo griego y posterior banquete. Ahora, la revisión completa de todos los restos cuenta otra historia.

Los resultados del estudio arqueozoológico de los restos óseos, publicado en la revista científica PLoS ONE, han identificado a 52 animales. La mayoría son caballos (41 del total) y mulos adultos, pero también hay bóvidos (toros y vacas), cerdos y un perro. Pero el análisis estratigráfico muestra que este sacrificio masivo no fue durante una hecatombe única, sino que formó parte de una serie de rituales realizados en los últimos años del edificio hasta su abandono, cuando fue sellado intencionadamente.

“En un principio el sacrificio nos parecía que se había hecho en un solo momento”, dice la zooarqueóloga de la Universidad de Barcelona y coautora del análisis de los animales, Silvia Albizuri (izquierda). “Llegas allí, ves esa foto fija, y piensas que han sido sacrificados todos así”, añade su colega de investigación, Mª Pilar Iborra (derecha), investigadora del Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación. “El estudio tafonómico [la ciencia de la formación de un fósil desde algo vivo] que hemos hecho nos ha aportado información sobre la historia de ese depósito, desde que se enterró hasta que se ha desenterrado”, explica Iborra.

“Los huesos recogen toda esa información, todo lo que les ha pasado, si han sido sacrificados, si han sido consumidos, si han estado expuestos al sol. Toda esa información es la que nos ha permitido definir que hay tres grandes momentos de depósito. Casas del Turuñuelo fue una especie de santuario en el que los tartesios realizaron sacrificios durante años, quizá una década, termina Iborra.

Trabajos desarrollados desde el Instituto de Arqueología Ibérica de la UJA.

El análisis también ha mostrado que los équidos eran machos adultos, casi todos de edades entre los cinco y los ocho años. De los seis bóvidos, cuatro eran toros, mientras que los restos porcinos pertenecían a cerdas adultas. La edad es clave para que las científicas descarten que los hubieran depositado allí tras una muerte natural o por una enfermedad. La tesis del sacrificio coge más fuerza cuando se tiene en cuenta que tanto équidos como cerdas estaban en lo mejor de su vida útil, ya fuera como animales de carga, para las bigas gobernadas por aurigas o para la cría. Como dice la zooarqueóloga de Albizuri, “esto implica un esfuerzo enorme para una comunidad”.

La confirmación del sacrificio ritual se hace evidente en los huesos de las dos primeras fases del enterramiento. No es solo que sendas capas estuvieran separadas por una especie de manto de unos quince centímetros de cereales quemados, lo que lo relacionaría con ofrendas por la fertilidad de la tierra, sino que las osamentas no tienen marcas de haber sido despiezadas, evisceradas ni consumidas por los humanos. Además, los ejemplares de la primera, los más antiguos, muestran que estuvieron expuestos al ambiente, al sol, a la acción del viento. “Cuando hacen un sacrificio no lo entierran, lo que quieren es que la gente lo vea. Es una exposición de lo que has hecho y que ha costado mucho hacer, porque sacrificas animales que son muy apreciados”, comenta Iborra.

Pero en la tercera fase, algo ha cambiado. “Lo que hemos podido observar en la última fase de depósito es que además del sacrificio de animales, también se consumió su carne, pero no la de caballos, solo de vacas y de un ternero, en el que incluso detectamos marcas de mordeduras humanas. Entonces se haría un banquete, un acto de comensalidad en esa última fase”, cuenta Iborra.

Aspecto de la zona del patio y la escalinata del edificio de Casas de Turuñuelo.

Su colega Albizuri añade: “cuando hablamos de banquete, hablamos de una comida que no sabemos dónde se celebró, pero sí que los restos de esa comida se quedaron en el patio. Porque otra cosa que solían hacer cuando terminaban un acto de estas características era colocar los restos en un silo abandonado”. A lo que Iborra añade: “Era para preservar la memoria de ese acto. De hecho, en esa fase 3, el ternero está con todos los huesos inconexos, con marcas de carnicería, con marcas de mordeduras humanas, pero depositados todos en conjunto, sin conexión anatómica, pero agrupados. En la Edad del Hierro eran muy habituales estos bothros”. En la Odisea, Homero describía los bothros como hoyos excavados en los que se vertía la libación por los muertos y encima de elllos se sacrificaba a las víctimas. Tras aquel banquete o poco después, la Casa del Turuñuelo fue enterrada y el lugar abandonado.

Ni Iborra ni Albizuri saben el motivo del abandono. Tampoco el codirector de las excavaciones. “Lo sellaron con arcilla y lo abandonaron”, dice Celestino. "Pero como el del Turuñuelo, tenemos otras 13 localizaciones tartésicas, todas enterradas intencionadamente y todas abandonadas a la vez, en el siglo V antes de esta era. Algo pasó que afectó a todos”.

El equipo de arqueólogos están trabajando con geólogos y paleoclimatólogos para investigar si la causa pudo ser una persistente sequía o, por el contrario, una sucesión de lluvias. Con la ayuda de la Fundación Palarq y las administraciones estatal y autonómica, los investigadores quieren desenterrar más lugares de Tartesos y seguir excavando en Casas del Turuñuelo, porque están convencidos de que hay algo más debajo de los animales sacrificados.

Fuente: elpais.com | 22 de noviembre de 2023

Descubren una pieza hitita de marfil de 2.800 años de antigüedad en Hattusa (Turquía)

Representación de una esfinge y un león grabados en una pieza de marfil encontrada en Hattusa. Instituto Arqueológico Alemán.

Desde que Hattusili I llegara al poder en 1650 a.C., la ciudad de Hattusa (nombrada en 1986 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco) fue la capital del Imperio Hitita. Situada en el centro de Anatolia, en la actual Bogazköy, en la provincia turca de Çorum, Hattusa estaba rodeada de espesos bosques y fértiles campos. Pero el Imperio Hitita, uno de los más importantes de la antigüedad, acabó desapareciendo durante el Bronce Final, entre otras causas, debido a las invasiones de los llamados "pueblos del mar". Así, la otrora poderosa capital fue abandonada hacia 1200 a.C.

Desde 2006, el Instituto Arqueológico Alemán está llevando a cabo unas excavaciones sistemáticas en la capital hitita bajo la dirección de Andreas Schachner (izquierda). Durante la presente temporada, los trabajos que se están realizando en la ladera noroeste de la zona del llamado Gran Castillo (una residencia real) han sacado a la luz un magnífico hallazgo: un colmillo de elefante de 2.800 años de antigüedad profusamente tallado.

La pieza de marfil, que mide aproximadamente unos 30 centímetros de largo y 10 de ancho, muestra la representación de una esfinge con cabeza humana y cuerpo de león alado, así como dos altas plantas que podrían simbolizar árboles de la vida.

Imagen de la pieza de marfil decorada que ha sido localizada durante las excavaciones llevadas a cabo en Hattusa. Instituto Arqueológico Alemán

UNA DELICADA TALLA DE MARFIL

Según el arqueólogo alemán, esta hermosa pieza de marfil pudo haber formado parte de un mueble. "Probablemente se añadió como adorno a una caja de madera o a un mueble de madera en su época. La pieza está rota en los lados derecho e izquierdo, pero el superior y el inferior están intactos. Por lo tanto, lo más probable es que este elemento fuera más largo", ha declarado Schachner.

Schachner explicó además que este objeto es único entre los hallazgos descubiertos hasta la fecha en la Hattusa de la Edad del Hierro, un asentamiento que se fundó después de que la ciudad fuera abandonada por los hititas. "Por primera vez nos encontramos ante una obra decorada con una escena tan densa y bellamente representada. Se han llevado a cabo extensas excavaciones en los niveles de la Edad del Hierro en Boğazköy (Hattusa), pero nunca antes habíamos encontrado un objeto que presentara tal lujo de detalles".

Detalle del león y uno de los árboles grabados en la pieza de marfil encontrada por los arqueólogos en Hattusa. Instituto Arqueológico Alemán.

Por otra parte, según los investigadores, los símbolos tallados en este fragmento de marfil podrían arrojar luz sobre las relaciones que mantuvieron los habitantes del asentamiento con otras culturas y pueblos de la época. "Esta pieza podría indicar que la Hattusa de la Edad del Hierro ya no era una ciudad pequeña, sino que empezaba a ser un centro de poder mucho más importante".

"En comparación con otros hallazgo anteriores, este demuestra que la ciudad ya presenta en ese momento una estructura social compleja y jerarquizada", finaliza el arqueólogo alemán, que añade con satisfacción que este hallazgo permitirá a los investigadores conocer con más detalle el arte y la sociedad de ese período.

Fuente: nationalgeographic.com.es | 20 de noviembre de 2023

Uno de los muros de Hattusa. / Francesco Bandarin vía UNESCO

Hattusa, la capital del Imperio hitita que ahora es patrimonio de la humanidad

Hace más de tres milenios, Hattusa, la capital hitita, vivió un periodo con una importante afluencia

En el centro de Turquía (antes Anatolia) se encuentra Hattusa, la capital del Imperio Hitita. De acuerdo con el sitio web de la UNESCO, que reconoció a la capital hitita como patrimonio de la humanidad en 1986, la ciudad vivió sus mejores años en el segundo milenio a.C.

Hoy por hoy, sus ruinas, rodeadas por una muralla de ocho kilómetros, se conservan y se han convertido en un punto de interés para arqueólogos e historiadores. Gracias a los esfuerzos del Instituto Arqueológico Alemán y algunas dependencias turcas, se han descubierto una enorme variedad de templos, palacios y viviendas.

Además de los edificios, se han hallado otras instalaciones que nos acercan al desarrollo tecnológico de Hattusa, una de las ciudades más antiguas del Oriente Próximo y Medio. Por ejemplo, se demostró la existencia de graneros y estanques artificiales para almacenar agua.

Vista general de Hattusa. / Umut Özdemir vía Ministerio de Cultura y Turismo.

La relevancia histórica de la capital hitita

Según el portal Türkiye Sustainable, la existencia de Hattusa -hasta su descubrimiento en 1834- había sido un mito. Sin embargo, las continuas excavaciones y descubrimientos, han posicionado a la civilización hitita como una de las primeras en Oriente, capaz de fabricar herramientas y tener un poder militar considerablemente fuerte.

"Hattusa es una maravillosa historia de resistencia, misterio y una historia profundamente estratificada. Sabemos que estaban fabricando herramientas y eran un poderoso ejército en la era de los caballos y los carros. ¿Qué más se descubrirá?", menciona el portal mencionado.

Hasta ahora, entre muchos descubrimientos, uno de los más importantes es el Archivo de Bogazköy. Sus tablillas son muestra de la organización sociopolítica del imperio, pues contienen contratos, códigos legales, procedimientos ceremoniales, profecías, acuerdos de paz y literatura. Asimismo, el hecho de que existieran cinco accesos distintos a la ciudad, comprueba las habilidades organizacionales de Hattusa.

Uno de los tuneles de Hattusa. Francesco Bandarin vía UNESCO.

La continuidad arqueológica y el patrimonio de Hattusa

Con la intención de seguir descifrando la historia del Imperio Hitita, como sucedió con el descubrimiento del Gran Templo y sus interesantes características arquitectónicas, arqueólogos y especialistas siguen investigando las ruinas de Hattusa. Además, se han realizado trabajos de conservación para que su legado y patrimonio prevalezcan por mucho tiempo.

Aunque se han realizado intervenciones con fines de conservación, los atributos han mantenido en gran medida su autenticidad en cuanto a forma, diseño y disposición. Esto permite que los visitantes puedan experimentar una metrópolis de la Edad del Bronce y comprender las relaciones entre los edificios", menciona la UNESCO.

La extensa población de Hattusa (de unos 50.000 individuos) se encargó de que su ciudad, fuera relevante hasta la actualidad. Gracias a sus valores culturales, la conservación de sus ruinas y la investigación de las mismas, es posible estar un poco más cerca de esta y otras civilizaciones ancestrales.

Fuente: ngeographic.com | 20 de noviembre de 2023

Las termas de San Casciano (Siena, Italia), que reescriben la historia del arte antiguo, desvelan otro hallazgo impresionante

Uno de los fragmentos de la estatua de Apolo hallada en San Casciano, Italia. Efe / Ministerio de Cultura de Italia

Las antiguas termas de San Casciano, un yacimiento situado en la provincia de Siena, en el centro de Italia, siguen arrojando espectaculares sorpresas arqueológicas. Tras el hallazgo el año pasado de un espectacular conjunto de 24 estatuas de bronce etruscas y romanas datadas entre los siglos II a.C. y I d.C., una nueva excavación en el sitio ha sacado a la luz una estatua de mármol de casi dos metros y en un perfecto estado de conservación que representa al dios Apolo joven con un lagarto.

El Apolo, que ha sido hallado en pedazos, algunos de los cuales, como los brazos y partes de la cabeza, aún no han sido recuperados, es una copia de un original en bronce del griego Praxíteles, uno de los más renombrados escultores clásicos. Junto a esta pieza también se han descubierto una ofrenda de piedra con una inscripción bilingüe y muchos pequeños objetos de bronce, terracota e incluso cristal.

Momento en que se descubre la estatua de Apolo.

Restos de la estatua de Apolo recuperada | Comune di San Casciano dei Bagni / Università per Stranieri di Siena / Ministero della Cultura.

"El hallazgo es extraordinario", según ha destacado el Ministerio de Cultura italiano, efectuado por el equipo arqueológico del profesor Jacopo Tabolli (izquierda), de la Universidad para Extranjeros de Siena, y "abre nuevas perspectivas sobre la cotidianidad del santuario y sobre la relación del dios con el cuidado de la salud".

La estatua de Apolo, una de las deidades más importantes de la mitología griega y romana, ha salido a la luz en una zona del yacimiento donde los investigadores creían que existía un pequeño edificio sagrado. En realidad, la estructura ha resultado ser un gran templo con el pórtico adornado con cuatro columnas y la parte central con la gran vasija parcialmente cubierta por un podio adornado con grandes estatuas, una de las cuales era quizás la del joven dios.

La piedra de altar con la inscripción en el lugar donde fue hallada | Comune di San Casciano dei Bagni / Università per Stranieri di Siena / Ministero della Cultura.

Tabolli ha destacado que esta joya construida, en total continuidad de culto, sobre un antiguo y pequeño altar etrusco, "es una prueba del valor sagrado que se daba al agua caliente de la fuente, que se sentía precisamente como una divinidad que brotaba de la tierra.

"El hecho de que el Apolo se haya encontrado a pedazos no responde a un accidente, sino que la estatua se rompió deliberadamente y luego se tiró justo en el momento del cierre definitivo del sitio, en el siglo V d.C", ha señalado a la agencia Ansa el director de la excavación, Emanuele Mariotti (derecha).

"Las excavaciones de San Casciano revelan nuevas maravillas que atestiguan la fuerza de la historia. Ya hemos comprado el edificio que albergará un maravilloso museo. Gracias a quienes con pasión y dedicación están trabajando en este gran proyecto", ha revelado por su parte el ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, en sus redes sociales.

Los arqueólogos llevan años excavando en San Casciano, en la provincia de Siena, que todavía en la actualidad es famosa por sus aguas y baños termales, lo que ha permitido reconstruir estas termas, fundadas por los etruscos y que los romanos convirtieron después en un monumental complejo consagrado al asueto pero también al culto de los dioses.

Vista aérea del santuario termal romano de San Casciano dei Bagni.

El santuario, con sus estanques, terrazas inclinadas, fuentes y altares, existió al menos desde el siglo III a.C. y permaneció activo hasta el siglo V d.C. cuando, en época cristiana, fue clausurado y sellado con enormes columnas de piedra.

En sus aguas se ha encontrado un sinfín de objetos y ofrendas a la divinidad, aunque el mayor hallazgo tuvo lugar hace un año, cuando, exvotos y otros objetos, pero también 5.000 monedas de oro, plata y bronce, fueron recuperadas del barro en lo que se consideró un descubrimiento que reescribe la historia del arte antiguo y con ella la historia del paso de etruscos y romanos por la Toscana.

Algunas de la más de 5.000 monedas halladas.

Fuentes: elespanol.com | Comune di San Casciano dei Bagni | 20 de noviembre de 2023

Nuevas dataciones en el Tell Gezer apuntan a la posible existencia del reino bíblico de David y Salomón

Restos arqueológicos en Tell Gezer.

Los restos de puertas, de murallas defensivas y de un gran edificio administrativo en Gezer datan de principios del siglo X a. C., lo que los sitúa en el momento adecuado para que hubieran sido construidos por el rey Salomón, tal como afirma la Biblia.

El estudio mediante radiocarbono de las ruinas de Gezer, de 3.000 años de antigüedad, un sitio antiguo en el centro de Israel, fue publicado el miércoles en la revista PLOS ONE y pretende introducir nuevas evidencias en el largo debate sobre hasta qué punto puede la Biblia considerarse una historia real. En particular, cómo dicha obra se relaciona con la historicidad del legendario reino de David y Salomón.

El estudio no pretende probar que la monarquía unida de los israelitas descrita en la Biblia fuera una realidad histórica, pero sí mostrar que no se puede descartar la existencia de dicho reino y su participación en importantes construcciones en el enclave de Gezer, dicen los autores.

Ubicación de la excavación por el Instituto Tandy de Arqueología del Seminario Teológico Bautista Southwestern en relación con el trabajo de campo arqueológico anterior en Gezer.

La época de Salomón

Mientras que algunos arqueólogos han elogiado los esfuerzos del equipo, otros han descartado el estudio por considerarlo irrelevante.

Muchas investigaciones realizadas en las últimas cuatro décadas han demostrado que los restos antiguos esparcidos por Israel y que alguna vez fueron atribuidos a David y Salomón, en realidad databan de aproximadamente un siglo después de la supuesta época de su reinado, lo que significa que no había evidencias concretas que respaldaran la historicidad de su reino.

Sin embargo, algunos arqueólogos han rechazado este paradigma, desenterrando en los últimos años impresionantes restos del siglo X a. C. en diferentes sitios, particularmente en el centro y sur de Israel, y afirmando que estos pueden ser evidencias de que el reino de David y Salomón sí existió después de todo.

Vista aérea de las excavaciones de Tandy, con una amplia exposición de estratos de la Edad del hierro en el borde centro-sur del montículo Gezer entre los campos VII y III del Hebrew Union College.

En medio de este furioso debate, a menudo mezclado con acritud académica y contaminado por los conflictos políticos y religiosos modernos en el Medio Oriente, surgen los nuevos datos de radiocarbono publicados por investigadores del Instituto Arqueológico Austriaco, la Universidad Lipscomb en Nashville, Tennessee, y la Fundación de la Autoridad de Antigüedades de Israel.

Su artículo, bajo el prolijo y aparentemente inofensivo título de “La cronología de Gezer desde el final de la Edad del Bronce hasta la Edad del Hierro II: un punto de encuentro para el radiocarbono, la arqueología, la egiptología y la Biblia”, no necesariamente se propone cambiar lo que sabemos sobre David y Salomón.

"No esperaba estos resultados", dice la Dra. Lyndelle Webster (izquierda), autora principal del estudio. “Esperaba fechas posteriores, similares a las que vemos en los asentamientos más al norte. Pero aquí está sucediendo algo diferente que aún no podemos explicar”.

Échale la culpa a Merneptah

Gezer es un Tell, un montículo artificial formado por la acumulación de capas de viviendas humanas una encima de otra durante milenios. Su historia se remonta al menos a la Edad del Bronce Medio, hace más de 3.600 años, cuando era una importante ciudad-estado cananea en la Sefelá, la región montañosa entre Jerusalén y la llanura costera.

El equipo internacional de investigación arqueológica se centró en algunos siglos críticos de la historia de Gezer y de toda la zona del Levante: desde la Edad del Bronce Final, que marca el fin del dominio egipcio sobre Canaán, hasta los primeros siglos de la Edad del Hierro, en los que surgieron pueblos locales, entidades políticas como Israel y Judá en las tierras altas al este de Gezer, así como las ciudades-estado filisteas en la llanura costera, al oeste.

Ruinas en el Tell Gezer. Credit: Tomer Appelbaum

Los investigadores recogieron muestras de materiales orgánicos, principalmente semillas carbonizadas, de las capas arqueológicas de Gezer que eran relevantes para este período que abarca alrededor de 400 años, del 1300 al 900 a. C. "Dado que Gezer se menciona con frecuencia en textos antiguos, no solo en la Biblia, sino también en papiros egipcios y registros asirios, uno de los objetivos del estudio era ver si los eventos descritos en estas fuentes podían coincidir con los hallazgos arqueológicos datados mediante radiocarbono", explica Webster.

Por ejemplo, tomemos la ardiente destrucción de la encarnación de Gezer durante la Edad del Bronce Final, conocida por los arqueólogos como Estrato 12 (lo que significa que hay al menos 11 versiones más de la ciudad encima del mismo). Se sospechaba que esta devastación fue provocada por el faraón egipcio Merneptah, quien se jactaba de haber tomado Gezer y otras ciudades de Canaán en una famosa estela de la victoria, también conocida como la Estela de Israel (derecha) porque incluye la primera mención extra-bíblica de los israelitas.

Pero, ¿las ruinas del Estrato 12 respaldan el reclamo de una victoria por parte de Merneptah?

Así es, afirman Webster y sus colegas. Las muestras de radiocarbono tomadas de la capa destruida datan de finales del siglo XIII a. C., justo cuando se dice que el faraón hizo campaña en Canaán.

El misterio de las puertas de seis cámaras

Avanzando unos siglos, hasta el período que los arqueólogos llaman Edad del Hierro IIA, llegamos al Estrato 8 de la ciudad, que incluye una impresionante puerta de seis cámaras, un muro de casamatas y un gran edificio administrativo.
En la década de 1960, el renombrado jefe militar israelí convertido en arqueólogo Yigael Yadin descubrió puertas de seis cámaras en Megiddo y Hazor –dos importantes ciudades antiguas del norte de Israel– y en Gezer.

Yadin interpretó estas estructuras estandarizadas de la Edad del Hierro como el sello distintivo de un Estado fuerte y centralizado que se extendía por todo el territorio. El arqueólogo rápidamente las asignó a Salomón, basándose en el versículo bíblico de que este rey construyó Meguido, Gezer y Hazor (1 Reyes 9:15). La Biblia duplica esta afirmación específicamente para Gezer, diciendo que Salomón la reconstruyó después de que un faraón anónimo le prendiera fuego, y luego se la regaló a una hija que le dio en matrimonio al rey israelita (1 Reyes 9:16).

A partir de la década de 1990, muchos estudiosos adoptaron un enfoque más crítico respecto del uso de la arqueología para confirmar las narrativas bíblicas. El principal de ellos es el profesor Israel Finkelstein (izquierda), de la Universidad de Tel Aviv, quien demostró a través de sus estudios de datación de cerámica y radiocarbono, principalmente en Megiddo y Hazor, que esas enormes puertas de la ciudad databan del siglo IX a. C., un siglo después de la época en que David y Salomón han vivido, según la cronología bíblica.

En consecuencia, Finkelstein y otros han asignado tales estructuras a la dinastía Omride, que gobernó el Reino norte de Israel (a diferencia de su vecino más pequeño del sur, el Reino de Judá) en la primera mitad del siglo IX a. C.

Si las puertas de la ciudad sólo se construyeron un siglo después de la época teórica de la supuesta Monarquía Unida de David y Salomón, entonces no queda nada para apuntalar la historicidad de semejante Monarquía Unida. Si David y Salomón existieron, es posible que hayan sido simplemente jefes locales que gobernaban una pequeña Jerusalén y poco más, según los eruditos de este campo.

Ahora bien, las nuevas dataciones mediante radiocarbono del Estrato 8 en Gezer parecen desafiar todo eso, aunque los autores del estudio son cautelosos a la hora de interpretar sus hallazgos.

Sus datos de la versión monumental de Gezer en la Edad del Hierro muestran que realmente fue construida en la primera mitad del siglo X a. C., lo que podría coincidir con la afirmación bíblica de que Salomón reconstruyó Gezer.

Vista aérea del Gezer bíblico Crédito: Sam Wolff.

Las fechas de Gezer también coinciden aproximadamente con las de otros asentamientos de los siglos XI - X a. C. en la Sefela que han sido recién desenterrados, principalmente Khirbet Qeiyafa y Khirbet al-Rai. Estos sitios, excavados por equipos dirigidos por el profesor Yosef Garfinkel (derecha),de la Universidad Hebrea, han sido aclamados por los arqueólogos más tradicionalistas como evidencia de que hay cierta verdad histórica en la historia bíblica del gran reino de David y Salomón.

Por supuesto, la datación mediante radiocarbono no puede decirnos quién construyó algo. Sólo puede ayudarnos a descartar a alguien que no se ajuste a ese período de tiempo, señala Webster. Ella y sus colegas enumeran una serie de hipótesis sobre lo que podría haber llevado a la expansión de Gezer y otros asentamientos de la Sefelá en el siglo X a. C.: la formación de jefaturas cananeas locales, la creciente influencia de los filisteos en la cercana llanura costera, una temprana expansión de Judá o Israel, o una combinación de algunos de estos factores.

Pero principalmente: “Esto vuelve a poner a David y Salomón sobre la mesa por estar involucrados en al menos parte de la arquitectura monumental de la zona, o al menos no podemos descartarlos de la misma manera que estos resultados parecen descartar a los Omrides” dice Webster al diario Haaretz.

"Además, las investigaciones de los últimos años muestran cada vez más que los asentamientos de la Edad del Hierro IIA, que aparentemente comparten cerámica similar y otras características culturales (como las puertas de seis cámaras), datan de períodos ligeramente diferentes, dice. En el norte de Israel parecen remontarse a finales del siglo X y principios del IX a. C., mientras que los enclaves situados al sur, como Gezer y Qeiyafa, datan de principios del siglo X a. C.", señala.

"Se supone que estos desarrollos culturales ocurrieron simultáneamente, pero los datos sugieren un panorama más matizado, con una diferencia entre el norte y el sur", precisa Webster. "Necesitamos más datos de sitios de todo Israel para entender lo que está pasando".

La línea de tiempo bíblica Crédito: Ariel David.

Los restos del Estrato 8 en Gezer, muestran que, a pesar de estar la ciudad bien defendida, no duró mucho, ya que las nuevas fechas de radiocarbono muestran que el asentamiento fue destruido a mediados del siglo X a. C., cincuenta años o menos después de su construcción, informan Webster y sus colegas.

Tradicionalmente, esta destrucción se atribuyó al faraón Sheshonq I, también conocido como Shishak en la Biblia, el cual se cree que asaltó múltiples asentamientos en Canaán. La fecha de destrucción del Estrato 8 encaja bien con otros estudios de radiocarbono para el reinado de Sheshonq I (alrededor de 950 a. C.), pero en realidad no coincide con la fecha basada en la Biblia para su incursión de 925 a. C., dice Webster. "Aun así, dadas todas las incertidumbres involucradas y el margen de error de la datación por radiocarbono, Sheshonq/Shishak sigue siendo un probable culpable de acabar con el Estrato 8 de Gezer", añade.

Después de esta destrucción, Gezer fue rápidamente reconstruido, en lo que los arqueólogos llaman Estrato 7, y luego nuevamente destruido apenas medio siglo después, a finales del siglo X o principios del IX a. C., afirma el nuevo estudio. Tradicionalmente se había achacado esta catástrofe al rey arameo de Damasco, Hazael, que invadió gran parte del Levante y destruyó la cercana ciudad filistea de Gat. Sin embargo, la invasión de Hazael se produjo a finales del siglo IX a. C., por lo que no se puede culpar al rey arameo por el fin del Estrato 7 de Gezer. Más bien, puede estar relacionado con la creciente rivalidad en ese momento entre los reinos de Judá e Israel, o con el conflicto con los filisteos vecinos, o por causas naturales, dice Webster.

La puerta de seis cámaras de Gezer Crédito: Ian Scott. Wikimedia Commons.

Alguien dejó caer una semilla

Como era de esperar, el nuevo estudio ha provocado reacciones encontradas entre los arqueólogos bíblicos. Finkelstein, la voz líder en el enfoque más escéptico de la historicidad bíblica, dice que "la publicación carece de sentido porque no ofrece datos sobre los contextos arqueológicos en los que se recolectaron las muestras y los restos de cerámica circundantes. Sin esta información es imposible estudiar la relación entre los estratos” y los resultados “tienen muy poco valor para la cronología del yacimiento”, afirma.

"En otras palabras, está muy bien encontrar una semilla que data del siglo X a. C., pero hay que proporcionar pruebas que demuestren que realmente pertenecía al estrato 8 en disputa, y no, por ejemplo, a una capa anterior", dice Finkelstein.

"Si bien es cierto que el equipo no tomó muestras del material asociado con la tan debatida puerta de seis cámaras, recolectaron material orgánico del edificio administrativo de al lado, del cual están seguros que pertenece a la misma capa", dice el Dr. Samuel Wolff, arqueólogo. quien codirige la excavación en Gezer.

“Tomamos muestras de buenos contextos”, insiste. "Y estamos trabajando en la publicación de los datos y características de la cerámica".

Otros expertos, aunque mantienen algunas reservas sobre el estudio, son más optimistas sobre sus resultados. "Es necesario tener cierta precaución", ya que la datación por radiocarbono del estrato 8 se basa sólo en un puñado de muestras, afirma Garfinkel, el excavador de Qeiyafa y una de las principales voces del bando tradicionalista.

"Debido al amplio margen de error en la datación por radiocarbono, los investigadores deberían confiar en al menos 20 muestras de cada capa para obtener una fecha promedio creíble", dice Garfinkel. "Aun así, el estudio tiene valor porque la datación del Estrato 7 se basó en un mayor número de muestras e indican que esta ciudad posterior fue destruida a finales del siglo X a.C.", señala.

"Esto limita indirectamente las fechas del Estrato 8 más antiguo que se encuentra debajo, colocándolo sólidamente en la época de Salomón y mostrando que la atribución de las puertas de seis cámaras a los Omrides fue una ilusión”, concluye Garfinkel.

"Lo más probable es que este estudio no resuelva el debate sobre la existencia y el alcance de la Monarquía Unida", dice el profesor Aren Maeir (derecha) arqueólogo de la Universidad Bar-Ilan, el cual dirige la excavación en la antigua ciudad filistea de Gath.

"El documento publicado proporciona una datación aparentemente sólida del siglo X a. C. para las fortificaciones y estructuras públicas del Estrato 8 de Gezer. Esto, muy lógicamente, podría estar conectado con la Monarquía Unida”, dice Maeir a Haaretz. "Pero dudo que esto pueda proporcionar una respuesta final a la historicidad de David y Salomón".

Fuente: Haaretz.com | 15 de noviembre de 2023